Sumario

Ley [EXTREMADURA] 2/1997, 20 marzo, derogada por el n�mero 1 de la disposici�n derogatoria de la Ley [EXTREMADURA] 2/2011, de 31 de enero, de desarrollo y modernizaci�n del turismo de Extremadura (�D.O.E.� 2 febrero) el 2 de agosto de 2011.

Exposici�n de Motivos

La actividad tur�stica es un elemento con creciente importancia en la vida econ�mica y social, fuente de ingresos y de especial relevancia en la cohesi�n econ�mica y social de regiones perif�ricas como Extremadura. Asimismo, el turismo es un ejemplo claro de la relaci�n existente entre el medio ambiente y el de desarrollo econ�mico, con todos los posibles beneficios y conflictos, por lo que es preciso planificar y controlar adecuadamente.

El turismo, para adaptarse a las necesidades actuales, debe concebirse y realizarse con un claro respeto a los principios del desarrollo sostenible, de esta manera puede garantizarse la continuidad en esta actividad y la satisfacci�n del turista, contribuyendo a la conservaci�n del espacio natural y cultural sobre el que se desarrolla.

El desarrollo actual del turismo debe basarse en tres vectores: La protecci�n y aprovechamiento del patrimonio natural e hist�rico art�stico, la mejora del bienestar del turista y la estimulaci�n del crecimiento y competitividad de las empresas.

La actividad tur�stica es una realidad compleja, que abarca formas de desplazamiento y de estancia de las personas fuera de su domicilio o lugar de trabajo habituales por motivos vacacionales o de cualquier otro tipo.

Esta Ley, por tanto, tiene car�cter polivalente en base al papel multidisciplinario y horizontal del turismo, que se complementa con diferentes sectores de actividad, de los cuales muchas medidas tienen incidencia directa en el turismo.

El rico y variado patrimonio cultural y natural existente en Extremadura, as� como los diversos factores que concurren en el mercado, han convertido nuestra regi�n en un destino tur�stico cada vez m�s demandado.

La dimensi�n alcanzada, y el previsible crecimiento tur�stico de nuestra Comunidad crean la necesidad de realizar las tareas propias para el adecuado aprovechamiento de los recursos tur�sticos, as� como el mantenimiento y mejora de la calidad de la oferta tur�stica.

Adem�s de las l�gicas funciones de inspecci�n, encaminadas al correcto desarrollo de las prestaciones, con especial observaci�n del cumplimiento de las ordenaciones dictadas para su consecuci�n.

El art�culo 148.1.18 de la Constituci�n y el art�culo 7.17 del Estatuto de Autonom�a de Extremadura atribuyen a nuestra Comunidad la plenitud de la funci�n legislativa en materia de promoci�n y ordenaci�n del turismo, dentro del �mbito territorial extreme�o.

Las facultades que al respecto confiere el art�culo 7, apartado 17, del Estatuto de Autonom�a, que establece como competencia exclusiva de nuestra Comunidad la promoci�n y ordenaci�n del turismo dentro de su �mbito, y el Real Decreto 2805/1983, de 1 de septiembre, sobre traspaso de funciones y servicios del Estado a la Comunidad Aut�noma de Extremadura en materia de turismo, legitiman la presente Ley de Ordenaci�n del Turismo que regular� en su conjunto la actividad tur�stica en la Comunidad Aut�noma de Extremadura, estando, adem�s, la Administraci�n Auton�mica interesada en la creaci�n de una estructura legal b�sica que sirva de cauce a las partes implicadas en el desenvolvimiento de dicha actividad: Instituciones p�blicas y empresariado.

La transcendencia del inter�s p�blico afectado y las competencias atribuidas a esta Comunidad Aut�noma, que ha de tutelarlo, justifican la promulgaci�n de una Ley de Ordenaci�n del Turismo en la que han de converger la racionalizaci�n y s�ntesis de la normativa vigente, con la regulaci�n de las perspectivas futuras y los nuevos productos aparecidos, superando la necesidad de tener que recurrir a la normativa estatal para cubrir espacios no regulados.

Esta Ley propiciar� una mejor relaci�n entre los agentes productivos, constituir� un instrumento de ordenaci�n, promoci�n y est�mulo para conseguir un crecimiento sostenido de nuestro sector tur�stico con el respeto y la conservaci�n del medio natural y nuestro patrimonio hist�rico y cultural. Un crecimiento basado en criterios de sostenibilidad, en el desarrollo econ�mico de Extremadura, as� como la superaci�n de los desequilibrios econ�micos y sociales dentro de la regi�n.

Las Administraciones P�blicas tambi�n han de intervenir en el sector tur�stico de manera que con sus propias iniciativas sean capaces de crear empleo y favorecer cuantas medidas sean necesarias en orden al ejercicio, formaci�n y perfeccionamiento de las actividades propias de las profesiones tur�sticas y fomentar las mejores condiciones de empleo para los trabajadores y profesionales del turismo, dentro de las medidas de desarrollo de la oferta tur�stica.

Mediante esta Ley se pretende encaminar la corriente tur�stica creada y las nuevas que se capten hacia los distintos lugares de la regi�n, procurando un crecimiento simult�neo y ordenado, dado el car�cter estrat�gico que debe llegar a representar el turismo dentro del tejido econ�mico regional, present�ndose como un sector capaz de crear empleo y proporcionar un movimiento de personas, tanto exterior como interior, que contribuya cultural y econ�micamente al beneficio de Extremadura.

Esta aseveraci�n posee mayor virtualidad en cuanto que, al mismo tiempo que se desarrolla la apetencia por los viajes culturales y medioambientales, se despierta una atracci�n y demanda especial por el medio t�picamente rural y los usos hidrotermales, que generan corrientes tur�sticas hacia los pueblos de la regi�n que se benefician de manera espec�fica en su contexto social.

En el cuerpo de la Ley, se atiende en primer t�rmino a expresar su objeto y �mbito de aplicaci�n, as� como los principios que la inspiran y fines que persigue.

Se contempla la posibilidad de establecer par�metros que permitan valorar las prestaciones de las empresas tur�sticas en atenci�n a la calidad de sus servicios, llev�ndose a cabo la creaci�n de nuevas modalidades de alojamiento y determinadas empresas tur�sticas, conforme a las nuevas exigencias sociales, surgidas de una demanda potenciada por el car�cter innovador y descubridor de la propia actividad tur�stica.

Dados los efectos positivos del asociacionismo empresarial y de otra naturaleza, se ha incluido la regulaci�n y el apoyo a estas entidades para favorecer los cauces participativos y decisorios comunes entre la Administraci�n y los sectores sociales y empresariales.

Se ha tenido en cuenta tambi�n en esta Ley la necesidad de declarar acciones de actuaci�n integrada; asimismo se crean mecanismos que permitir�n premiar aquellas acciones que favorecen el turismo, en especial aquellas que son respetuosas con nuestro patrimonio hist�rico-cultural y natural, favoreciendo su puesta en valor y su uso racional.

Ocupa un lugar destacado en la misma, la elaboraci�n de planes integrales de desarrollo, referidos a la propia regi�n, sobre las �reas tur�sticas de una atenci�n especial y puntual, para facilitar un avance paulatino y continuo que evite la dispersi�n de los agentes econ�micos inversores, acentuando la presi�n ordenadora y dinamizadora.

La aplicaci�n de sus preceptos propicia los medios de transparencia para analizar, por per�odos y de forma, continua, los resultados tur�sticos de la Comunidad y coordinar las acciones de promoci�n entre las distintas administraciones, siendo este aspecto b�sico porque la integraci�n de las instituciones competentes es fundamental para conseguir los oportunos resultados.

En materia de disciplina tur�stica entronca con el art�culo 53 de nuestra Carta Magna, al establecer el principio de que solamente por Ley se podr� regular el ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en el cap�tulo II del t�tulo I, determinando el art�culo 25.1 que nadie puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento de producirse no constituyen delito, falta o infracci�n administrativa, de acuerdo con la legislaci�n vigente en aquel momento, persiguiendo as� el principio de legalidad en el ejercicio de la potestad sancionadora. A la vez que se supera la necesidad de recurrir a la normativa estatal de inferior rango.