Real Decreto 1201/1981, de 8 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento Penitenciario

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Real Decreto 1201/1981, de 8 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento Penitenciario

Ficha:

�rgano MINISTERIO DE JUSTICIA
Publicado en BOE de 23 de Junio de 1981
Vigencia desde 23 de Julio de 1981

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Sumario

Norma afectada por

R.D 1201/1981, de 8 de mayo, derogado salvo los art�culos 108, 109, 110 y 111 y el primer p�rrafo del art�culo 124, relativos a las faltas o infracciones de los internos, a las sanciones disciplinarias y a los actos de indisciplina grave cuya sanci�n puede ser inmediatamente ejecutada, conforme establece la disposicion derogatoria unica del R.D. 190/1996, de 9 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento Penitenciario (�B.O.E.� 15 febrero).

TITULO PRIMERO

Disposiciones generales

Art�culo 1

1 Las Instituciones Penitenciarias, que se regulan en la Ley Org�nica General Penitenciaria, y en el presente Reglamento, tienen como fin primordial la reeducaci�n y la reinserci�n social de los sentenciados a penas y medidas de seguridad privativas de libertad, as� como la retenci�n y custodia de detenidos, presos y penados.

2. Tambi�n tienen a su cargo las Instituciones Penitenciarias una labor asistencial y de ayuda para internos y liberados, as� como para sus familiares, en colaboraci�n con las instituciones y asociaciones p�blicas y privadas dedicadas a tales fines.

Art�culo 2

1. La actividad penitenciaria se desarrollar� con las garant�as y dentro de los l�mites establecidos por las Leyes, los reglamentos y las sentencias judiciales.

2. Los actos que quebranten estos l�mites ser�n declarados nulos, y sus autores incurrir�n en responsabilidad, de acuerdo con la legislaci�n vigente.

Art�culo 3

1. La actividad penitenciaria se ejercer� respetando, en todo caso, la personalidad y dignidad humana de los recluidos.

2. Los condenados a penas de prisi�n gozar�n de los derechos fundamentales reconocidos en la Constituci�n Espa�ola, a excepci�n de los que se vean expresamente limitados por el contenido del fallo condenatorio, el sentido de la pena y la Ley Penitenciaria.

3. El r�gimen de prisi�n preventiva tiene por objeto retener al interno a disposici�n de la autoridad judicial. El principio constitucional de la presunci�n de inocencia presidir� el r�gimen penitenciario de los preventivos.

4. No se establecer� diferencia alguna por raz�n de nacimiento, raza, opiniones pol�ticas, creencias religiosas, condici�n social o cualesquiera otras circunstancias de an�loga naturaleza.

Art�culo 4

Principio inspirador del cumplimiento de las penas y medidas de seguridad de privaci�n de libertad ser� la consideraci�n de que el interno es sujeto de derecho y no se halla excluido de la sociedad, sino que contin�a formando parte de la misma.

Art�culo 5

1. Ning�n interno ser� sometido a torturas, a malos tratos de palabra o de obra, ni ser� objeto de un rigor innecesario en la aplicaci�n de las normas.

2. Se garantiza la libertad ideol�gica y religiosa de los internos, y su derecho al honor, a ser designados por su propio nombre, a la intimidad personal, a la informaci�n, a la educaci�n y al acceso a la cultura, al desarrollo integral de su personalidad, a elevar peticiones a las autoridades y a participar en los asuntos p�blicos por medio del sufragio, en las condiciones legalmente establecidas.

3. La Administraci�n Penitenciaria velar� por la vida, integridad y salud de los internos, y les facilitar� el ejercicio de sus derechos civiles, pol�ticos, sociales, econ�micos y culturales, sin exclusi�n del derecho de sufragio, salvo que sean incompatibles con el objeto de su detenci�n o el cumplimiento de la condena. Asimismo velar� por el ejercicio del derecho al trabajo y a la seguridad social, adoptar� las medidas necesarias para que los internos y sus familiares conserven sus derechos a las prestaciones de la Seguridad Social adquiridas antes del ingreso en prisi�n, y no impedir� que los internos contin�en los procedimientos que tuvieren pendientes en el momento de su ingreso en prisi�n o que puedan entablar nuevas acciones.

Art�culo 6

1. Los internos, en defensa de sus derechos e intereses, podr�n dirigirse a las autoridades competentes y utilizar los recursos legales en relaci�n con las reclamaciones y peticiones que formulen.

2. En consecuencia, podr�n tambi�n presentar a las autoridades penitenciarias peticiones y quejas relativas a su tratamiento o al r�gimen del establecimiento.

3. Tales solicitudes se anotar�n en un libro-registro, y las resoluciones que se adopten ser�n notificadas por escrito a los interesados, con expresi�n de los recursos que procedan, plazos para interponerlos y �rganos ante los que se han de presentar.

4. Los internos tienen derecho a conocer los derechos y deberes integrantes de su situaci�n jur�dico-penitenciaria.

Art�culo 7

Los internos deber�n:

a) Permanecer en el establecimiento a disposici�n de la autoridad que hubiere decretado su internamiento o para cumplir las condenas que se les impongan, hasta el momento de su liberaci�n.
b) Acatar las normas de r�gimen interior reguladoras de la vida del establecimiento, cumpliendo las sanciones disciplinarias que les sean impuestas en el caso de infracci�n de aqu�llas de conformidad con lo establecido en el art�culo 44 de la Ley Org�nica General Penitenciaria y el cap�tulo IX del t�tulo II de este Reglamento.
c) Mantener una normal actitud de respeto y consideraci�n con los funcionarios de Instituciones Penitenciarias y autoridades judiciales o de otro orden, tanto dentro de los Establecimientos Penitenciarios como fuera de ellos con ocasi�n de traslado, conducciones o pr�ctica de diligencias.
d) Observar una conducta correcta con sus compa�eros de internamiento.

Art�culo 8

Los Establecimientos Penitenciarios se organizar�n conforme a los siguientes criterios:

a) Una ordenaci�n de la convivencia, adecuada a cada tipo de establecimiento, y basada en el respeto de los derechos y la exigencia de los deberes de cada persona.
b) La aplicaci�n de un tratamiento individualizado tendente a la supresi�n de la capacidad delictiva o peligrosidad de los sentenciados.
c) La asistencia m�dica, religiosa, social, de instrucci�n y de trabajo y formaci�n profesional, en an�logas condiciones que las de la vida libre.
d) Un sistema de vigilancia y seguridad que garantice la custodia de los internos.
e) La recta gesti�n y administraci�n para el buen funcionamiento de los Establecimientos.

Art�culo 9

1. La ubicaci�n de los Establecimientos ser� fijada por la Administraci�n Penitenciaria dentro de las �reas territoriales que se designen que, en la medida de lo posible, coincidir�n con las que constituyan el mapa del Estado de las Autonom�as. En todo caso, se procurar� que cada una cuente con el n�mero suficiente de aqu�llos para satisfacer las necesidades penitenciarias y evitar el desarraigo social de los penados.

2. En cada una de las �reas territoriales deber� existir, al menos, un Establecimiento de preventivos por provincia, y un Establecimiento de cumplimiento de r�gimen ordinario y otro para j�venes.

3. Los Establecimientos Penitenciarios no deber�n acoger m�s de 350 internos por unidad, entendi�ndose por tal un departamento con completa separaci�n f�sica y regimental.

Art�culo 10

Los Establecimientos Penitenciarios deber�n contar en el conjunto de sus dependencias con servicios id�neos de dormitorios individuales, enfermer�as, servicios higi�nicos, escuelas, local destinado a culto religioso, bibliotecas, instalaciones deportivas y recreativas, talleres, patios, peluquer�a, cocina, comedor, locutorios individualizados, departamento de informaci�n al exterior, salas anejas de relaciones familiares, locutorios para comunicaciones con Abogados defensores en n�mero y condiciones apropiados y, en general, todos aquellos servicios que permitan desarrollar en ellos una vida de colectividad organizada y una adecuada clasificaci�n de los internos, en relaci�n con los fines que en cada caso les est�n atribuidos.

Igualmente contar�n con locales id�neos para el desarrollo de las distintas actividades encomendadas a los funcionarios del Establecimiento.

Art�culo 11

La Administraci�n Penitenciaria velar� para que los Establecimientos sean dotados de los medios materiales y personales necesarios que aseguren el mantenimiento, desarrollo y cumplimiento de sus fines.

TITULO II

Del r�gimen penitenciario

CAPITULO PRIMERO

REGIMEN GENERAL DE LOS ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS

Art�culo 12

1. Los Establecimientos Penitenciarios comprender�n:

a) Establecimientos de preventivos.
b) Establecimientos de cumplimiento de penas.
c) Establecimientos especiales.

2. El r�gimen de los Establecimientos Penitenciarios tendr� como finalidad conseguir una convivencia ordenada que permita el cumplimiento de los fines previstos por las Leyes procesales para los detenidos y presos, y llevar a cabo el tratamiento respecto a los penados y sometidos a medidas de seguridad.

Art�culo 13

El r�gimen general de los detenidos, presos, penados y sometidos a medidas de seguridad se ajustar� a lo establecido en las Leyes vigentes y especialmente en la Constituci�n, C�digo Penal, Ley de Enjuiciamiento Criminal, Ley Org�nica General Penitenciaria, y normas contenidas en el presente Reglamento.

Art�culo 14

En los Establecimientos que alberguen detenidos, presos, penados y sometidos a medidas de seguridad, se observar� una estricta separaci�n entre ellos, de acuerdo con su situaci�n legal.

Art�culo 15

Los internos ocupar�n habitaci�n o celda individual en el departamento a que sean destinados, previa la clasificaci�n que efect�en los Equipos de Observaci�n o Tratamiento.

Cuando hayan de utilizarse habitaciones o dormitorios colectivos por insuficiencia temporal de alojamiento o por indicaci�n del M�dico o de los Equipos de Observaci�n o Tratamiento, se cuidar� muy especialmente la selecci�n de los internos que hayan de ocuparlos, atendiendo al informe de los mencionados Equipos.

Art�culo 16

Los detenidos, presos y penados podr�n usar sus propias prendas de vestir u optar por las que les facilite el Establecimiento en los casos y formas que se determinan en el art�culo 230.

Art�culo 17

Los internos recibir�n a su ingreso informaci�n escrita sobre el r�gimen del Establecimiento, sus derechos y deberes, las normas disciplinarias y los medios para formular peticiones, quejas o recursos. A quienes no puedan entender la informaci�n por el procedimiento indicado, les ser� facilitado por otro medio adecuado.

Art�culo 18

Los internos no tendr�n en su poder dinero de curso legal, ni alhajas u objetos de valor, siendo sustituido aqu�l por tarjetas de compra, salvo las excepciones previstas en los art�culos 44 y 45 de este Reglamento.

Tampoco podr�n tener en su poder objetos que se consideren peligrosos para la convivencia o para la seguridad del Establecimiento, o que por su naturaleza o por la cuant�a de los mismos sean contrarios a los fines de las Instituciones Penitenciarias.

Los objetos intervenidos ser�n guardados en lugar seguro, previo el correspondiente resguardo, o enviados a personas autorizadas por el recluso para recibirlos.

Art�culo 19

Todos los internos est�n obligados a cumplir los preceptos reglamentarios y especialmente los de orden y disciplina, sanidad e higiene y correcci�n en sus relaciones, as� como conservar cuidadosamente las instalaciones del Establecimiento y el utensilio y vestuario que les sea entregado.

Igualmente vendr�n obligados a las prestaciones personales necesarias para el buen orden, limpieza e higiene del Establecimiento.

Art�culo 20

Un horario, aprobado por la Junta de R�gimen y Administraci�n, y que deber� ser puntualmente cumplido por todos, regular� las distintas actividades de los Establecimientos.

El tiempo se distribuir� de manera que se garanticen ocho horas diarias para el descanso nocturno y queden atendidas las necesidades espirituales y f�sicas, las sesiones de tratamiento y las actividades formativas, laborales y culturales de los internos.

Art�culo 21

Los internos, al dirigirse a los funcionarios o al ser requeridos por �stos u otras personas relacionadas con los servicios del Establecimiento, se presentar�n en forma correcta, guardando el respeto y consideraci�n debidos a los mismos.

Art�culo 22

Cuando pasen al interior del Establecimiento el Director general de Instituciones Penitenciarias u otras autoridades, as� como los Inspectores y Jefes del Centro Directivo o del mismo Establecimiento, se har� la correspondiente advertencia, adopt�ndose las medidas de seguridad adecuadas.

CAPITULO II

REGIMEN DE LOS ESTABLECIMIENTOS DE PREVENTIVOS

Art�culo 23

Los Establecimientos de preventivos son Centros destinados a la retenci�n y custodia de detenidos y presos. Tambi�n podr�n cumplirse en ellos penas y medidas de seguridad privativas de libertad cuando el tiempo de internamiento efectivo pendiente no exceda de seis meses.

Art�culo 24

En cada provincia existir�, al menos, un Establecimiento de preventivos, con absoluta separaci�n y con organizaci�n y r�gimen propios, que deber� contar con unidades independientes, para mujeres, para j�venes y para cumplimiento de las penas de arresto fin de semana, salvo que existan Establecimientos distintos para cada uno de estos tipos de internos.

Art�culo 25

1. El ingreso de los detenidos y presos se har� mediante orden o mandamiento de la autoridad competente.

2. Se entender� que son competentes a los efectos indicados en el p�rrafo anterior:

a) Los Jueces y Tribunales de las distintas jurisdicciones.
b) Las autoridades a quienes las Leyes vigentes atribuyan competencia para ordenar la detenci�n.
c) Los Agentes diplom�ticos y consulares extranjeros acreditados en Espa�a que est�n facultados por los Tratados internacionales para disponer la detenci�n de los s�bditos de sus respectivos pa�ses.

3. En los supuestos de estados de alarma, excepci�n o sitio, se estar� a lo que dispongan las correspondientes Leyes especiales.

4. Las Fuerzas de Seguridad del Estado encargadas de efectuar los traslados y conducciones de internos podr�n ingresar a �stos en los Establecimientos Penitenciarios de los itinerarios se�alados, cuando as� se disponga o cuando fuere preciso por causas imprevistas o de fuerza mayor, mediante comunicaci�n suscrita por el Jefe de la fuerza al Director del Centro correspondiente, en la que se expresar� la hora, causa de la entrega, nombres y apellidos y lugar de destino, as� como cuantos antecedentes se estime necesario conocer de cada uno de los conducidos.

Art�culo 26

Los detenidos ser�n puestos en libertad por el Director del Establecimiento si, transcurridas las setenta y dos horas siguientes al momento del ingreso, no se hubiere recibido mandamiento u orden de prisi�n de la autoridad competente.

En el supuesto de que la orden de detenci�n a disposici�n de la autoridad judicial no proceda de �sta, el Director del Establecimiento, o quien haga sus veces, lo comunicar� telegr�ficamente a dicha autoridad judicial, dentro de las veinticuatro horas siguientes al ingreso del detenido. Si en el plazo de setenta y dos horas desde el ingreso no se recibiere orden o mandamiento judicial, proceder� el Director a ponerlo en libertad, comunic�ndoselo a la autoridad que orden� el ingreso y al Juez o Tribunal a cuya disposici�n fue puesto.

Art�culo 27

Las mujeres que ingresen en calidad de detenidas o presas llevando consigo hijos que no hayan alcanzado la edad de escolaridad obligatoria, podr�n tenerlos en su compa��a, y se les destinar� a un departamento o habitaci�n especial que, cuando el n�mero de ni�os lo justifique, reunir� condiciones para guarder�a infantil y educaci�n preescolar.

Si posteriormente los hijos cumplieran la edad indicada, el Director dar� cuenta inmediata al titular del �rgano local de Protecci�n de Menores a fin de que �ste se haga cargo de los mismos.

Art�culo 28

Admitido en el Establecimiento un detenido o preso, se proceder� a verificar la identificaci�n del mismo, efectuando las rese�as alfab�tica, dactilar y fotogr�fica, as� como la inscripci�n en el libro de ingresos del Establecimiento y a la apertura de un expediente personal, relativo a su situaci�n procesal y penitenciaria, del que tendr� derecho a ser informado.

Art�culo 29

Previo cacheo de su persona y requisa de sus enseres, los internos ocupar�n una celda del departamento de ingresos, donde deber�n ser examinados, dentro de las veinticuatro horas siguientes a su ingreso, por el M�dico y visitados por el Asistente Social.

Seguidamente ser�n entrevistados por los miembros del Equipo de Observaci�n y, si el dictamen m�dico sobre su estado de salubridad y limpieza no dispusiera otra cosa, pasar�n al departamento que les corresponda de acuerdo con el informe del equipo citado, que, en su d�a, se unir� al protocolo del interno.

V�ase arts. 140 y 288.1 de este Reglamento.

Art�culo 30

Si en la orden o mandamiento de ingreso se dispusiera la incomunicaci�n del detenido o preso, una vez cumplimentado lo establecido en el art�culo 28, pasar� a ocupar una celda en el departamento que el Director disponga y ser� reconocido por el M�dico y visitado exclusivamente por el funcionario encargado del mismo o por las personas que tengan expresa autorizaci�n del Juez.

Mientras permanezcan en situaci�n de incomunicados los detenidos y presos, el Director del Establecimiento adoptar� las medidas necesarias para dar cumplimiento a las normas contenidas en las Leyes procesales penales y en la Ley que desarrolle el art�culo 17.3 de la Constituci�n, as� como a las especiales indicaciones que en cada caso formule la autoridad judicial.

Art�culo 31

Una vez levantada la incomunicaci�n a que se refiere el art�culo anterior, el detenido o preso ser� visitado por el M�dico del Establecimiento, que informar� sobre su estado, y por los miembros del Equipo de Observaci�n, para proceder a su clasificaci�n en la forma establecida en el art�culo 33.

Art�culo 32

Las limitaciones en el r�gimen de los detenidos y presos vendr�n determinados por la exigencia de asegurar su persona, por las de seguridad y orden de los Establecimientos y por la de impedir la influencia negativa de unos internos sobre otros.

Art�culo 33

Ser�n criterios de clasificaci�n de los detenidos y presos, en el interior de los Establecimientos, el sexo, la personalidad, edad, antecedentes, y estado f�sico y mental.

En consecuencia:

a) Los hombres estar�n separados de las mujeres, ocupando �stas Establecimientos o unidades independientes, con organizaci�n y r�gimen propios.
b) De la misma forma los j�venes estar�n separados de los adultos. A estos efectos, se entiende por j�venes las personas de uno u otro sexo que no hayan cumplido los veinti�n a�os. Excepcionalmente, y teniendo en cuenta la personalidad del interno, podr�n permanecer en los Establecimientos o unidades de j�venes quienes, habiendo cumplido veinti�n a�os, no hayan alcanzado los veinticinco.
c) Cada uno de los grupos anteriores habr� de subclasificarse teniendo en cuenta lo dispuesto en las Leyes procesales penales y el car�cter doloso o culposo del delito atribuido, form�ndose al efecto, cuando menos, los siguientes grupos b�sicos:

a') Los que presenten enfermedad o deficiencias f�sicas o mentales que les impidan seguir el r�gimen normal del Establecimiento.

b') Los que sean susceptibles de ejercer una influencia nociva sobre sus compa�eros de internamiento.

c') Los no incluidos en los grupos anteriores.

Art�culo 34

1. Los detenidos y presos que conforme a lo dispuesto en el art�culo 10 de la Ley Org�nica General Penitenciaria, mediante el oportuno acuerdo de la Junta de R�gimen y Administraci�n, sean calificados de peligrosidad extrema o de inadaptados al r�gimen propio de los establecimientos de cumplimiento de r�gimen cerrado.

2. La peligrosidad extrema o la inadaptaci�n al r�gimen de los establecimientos preventivos, han de ser apreciadas por causas objetivas, tomando al efecto en consideraci�n los factores a que hace referencia la norma tercera del art�culo 43 de este Reglamento, en cuanto sean aplicables a los internos preventivos.

3. El acuerdo a que se refiere el apartado 1 de este art�culo, previos los oportunos informes del equipo t�cnico, del M�dico y de los Jefes de servicio del establecimiento, ser� siempre motivado. La notificaci�n al interno deber� realizarse en el mismo d�a con entrega del contenido literal del acuerdo e indicaci�n de que en el plazo de las 48 horas siguientes podr� elevar ante el Juez de vigilancia las alegaciones y proposiciones de prueba que estime oportunas. Dentro de los tres d�as siguientes al acuerdo, la Direcci�n deber� remitir al Juzgado de Vigilancia certificaci�n literal del mismo, los informes indicados y el escrito de alegaciones y pruebas que, en su caso, haya presentado el interno.

4. La revisi�n de los acuerdos tomados en aplicaci�n del art�culo 10 de la Ley General Penitenciaria (citada) a detenidos y presos que nunca podr� demorarse m�s de tres meses, se llevar� a cabo por la Junta de R�gimen y Administraci�n una vez recabados nuevos informes del equipo t�cnico, del M�dico y de los Jefes de servicio y siempre previa audiencia del interno, salvo que opte por formular sus alegaciones por escrito.

5. El acuerdo a que se refiere el apartado 1 de este art�culo ser� inmediatamente ejecutivo, salvo en lo que respecto al traslado se dispone en el apartado siguiente.

6. Si la medida a que se hace referencia en apartados anteriores implicase el destino del detenido o preso a establecimiento distinto a aquel en que se halle, una vez ratificada por el Juez de Vigilancia, se comunicar� de inmediato al Centro directivo y a la autoridad judicial de la que dependa el interno, a los oportunos efectos.

Art�culo 35

1. Por razones de manifiesta urgencia y mediando mot�n, agresi�n f�sica con arma y otro objeto peligroso, toma de rehenes o intento de fuga, el traslado del interno a otro establecimiento a que pueda dar lugar la aplicaci�n del art�culo anterior, podr� ordenarse por el Centro directivo, aunque no se haya pronunciado el Juez de Vigilancia sobre el acuerdo de la Junta de R�gimen y Administraci�n.

2. La urgencia, previa comunicaci�n telegr�fica del Director del establecimiento, ser� apreciada, en todo caso, por la Inspecci�n General Penitenciaria y el traslado se comunicar� de inmediato al Juez de Vigilancia y a la autoridad judicial de quien dependa el interno.

Art�culo 36

La libertad de los detenidos y presos s�lo podr� ser acordada por la autoridad competente, la cual librar� al Director del Establecimiento el mandamiento necesario para que aqu�lla tenga lugar, sin perjuicio de lo dispuesto en el art�culo 26 cuando no se hubiere recibido mandamiento u orden de prisi�n dentro del plazo legal.

Recibido en el Establecimiento el mandamiento de la libertad, el Director, o quien reglamentariamente le sustituya, dar� orden escrita y firmada al Jefe de Servicios para que los funcionarios a sus �rdenes la cumplimenten.

Antes de que el Director extienda la orden de libertad, se proceder� por el funcionario de la oficina de r�gimen que corresponda a una completa revisi�n del expediente personal del interesado para comprobaci�n de que no est� sujeto a otras responsabilidades.

Por el funcionario encargado del servicio o, en su defecto, por el que designe el Jefe de Servicios, se proceder� a la identificaci�n de quien haya de ser liberado, con el cotejo de las huellas dactilares y comprobaci�n de datos de filiaci�n, acompa��ndole posteriormente hasta la salida.

Art�culo 37

En el momento de la puesta en libertad se entregar� al liberado el saldo de sus cuentas de peculio y ahorro, los valores y efectos depositados a su nombre, as� como una certificaci�n del tiempo que estuvo privado de libertad y cualificaci�n profesional obtenida durante su reclusi�n. Si careciese de medios econ�micos, se le facilitar�n los necesarios para llegar a su residencia y subvenir a sus primeros gastos.

CAPITULO III

REGIMEN DE LOS ESTABLECIMIENTOS DE CUMPLIMIENTO

Art�culo 38

1. Los Establecimientos de cumplimiento son Centros destinados a la ejecuci�n de las penas privativas de libertad. Se organizar�n separadamente para hombres y mujeres, y ser�n de dos tipos: De r�gimen ordinario y abierto. Tambi�n existir�n, excepcionalmente, Establecimientos de cumplimiento o departamentos especiales de r�gimen cerrado.

2. En los Establecimientos para mujeres se tendr� en cuenta, en su caso, lo dispuesto en el art�culo 27.

Art�culo 39

Los j�venes deber�n cumplir separadamente de los adultos en Establecimientos distintos, o, en todo caso, en unidades independientes. A estos efectos, se entiende por j�venes las personas a las que se refiere el apartado b) del art�culo 33 de este Reglamento.

Art�culo 40

El fin primordial del r�gimen de los Establecimientos de cumplimiento es lograr en los mismos el ambiente adecuado para el �xito del tratamiento; en consecuencia, las funciones regimentales deben ser consideradas como medios y no como finalidades en s� mismas.

Las actividades integrantes del tratamiento y del r�gimen, aunque regidas por un principio de especializaci�n, deben estar debidamente coordinadas. La Direcci�n del Establecimiento organizar� los distintos servicios de modo que los miembros del personal alcancen la necesaria comprensi�n de sus correspondientes funciones y responsabilidades para lograr la indispensable coordinaci�n.

Art�culo 41

El ingreso de los penados en los distintos Establecimientos de cumplimiento ser� ordenado por la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias, previa propuesta de clasificaci�n formulada por los Equipos de Observaci�n de los Establecimientos de Preventivos o propuesta de ascenso o regresi�n de grado, formulada por los Equipos de Tratamiento.

No obstante lo dispuesto en el p�rrafo anterior, podr� ser admitido en un Establecimiento de Cumplimiento quien se presente voluntariamente para cumplir condena.

En el caso de ingreso voluntario, el Director del Establecimiento recabar� del Tribunal sentenciador el correspondiente mandamiento, as� como el testimonio de sentencia y la liquidaci�n de condena. Si transcurrido el plazo de setenta y dos horas siguientes al momento del ingreso no se hubiese recibido la legalizaci�n, se proceder� a la excarcelaci�n del ingresado. La Direcci�n General podr� disponer su traslado a un Establecimiento de Preventivos para que el Equipo de Observaci�n formule la propuesta de clasificaci�n o acordar que la propuesta sea formulada por el Equipo de Tratamiento del Establecimiento donde haya ingresado.

Art�culo 42

Cuando al recibirse la documentaci�n penal se compruebe que al interno le resta hasta su liberaci�n definitiva o condicional un tiempo de cumplimiento inferior a seis meses, podr� seguir destinado en el Establecimiento de Preventivos, aunque con separaci�n de los detenidos y presos.

Art�culo 43

Los penados, salvo en los que concurra alguna circunstancia que determine su ingreso en un establecimiento especial, ser�n destinados a los establecimientos de cumplimiento con arreglo a las siguientes normas:

1. Con car�cter general y en segundo grado de tratamiento ser�n destinados a los establecimientos de r�gimen ordinario todos los penados en quienes no concurran las circunstancias determinantes de la aplicaci�n de las normas 2 y 3 de este art�culo.
2. Ser�n destinados a establecimientos de r�gimen abierto los penados clasificados en tercer grado por estimar que, bien inicialmente, bien por su evoluci�n favorable en segundo grado, pueden recibir tratamiento en r�gimen de semilibertad.
El r�gimen abierto se cumplir� conforme a lo dispuesto en el art�culo 45 de este Reglamento. Sin embargo, dicho r�gimen abierto podr� no ser el regulado en el art�culo 45, si la peculiar trayectoria delictiva, personalidad an�mala, imposibilidad de desempe�ar un trabajo en el exterior, condiciones personales diversas del penado o indicaciones de su tratamiento penitenciario as� lo aconsejan. En estos casos, el equipo de tratamiento o, si no lo hubiere, la Junta de R�gimen y Administraci�n dictaminar� el tipo de vida aplicable al interno, conforme al principio de individualizaci�n cient�fica y acerc�ndose todo lo posible al r�gimen abierto del art�culo 45, decidiendo la posibilidad de salidas al exterior y de los permisos fin de semana, as� como pudiendo exigir que el interno vaya acompa�ado por personas que merezcan confianza, funcionarios de instituciones penitenciarias, asistentes sociales o miembros de asociaciones o instituciones p�blicas o privadas que se ocupen de la resocializaci�n de los reclusos.

El principal objetivo de la actuaci�n penitenciaria en los casos a que se refiere el p�rrafo anterior, es ayudar al interno a que por s� mismo o por medio de otras personas u organismos, inicie la b�squeda de un medio de subsistencia para el futuro o, en su defecto, iniciar los contactos con alguna asociaci�n o instituci�n p�blica o privada de protecci�n y tutela para su apoyo o acogida en el momento de su salida en libertad. Si con posterioridad concurrieran las condiciones pertinentes, el interno disfrutar� del r�gimen regulado en el art�culo 45.
3. Ser�n destinados a establecimientos de r�gimen cerrado o a departamentos especiales los penados clasificados en primer grado de tratamiento. Esta clasificaci�n s�lo podr� ser aplicada a penados calificados de peligrosidad extrema o a aqu�llos cuya conducta sea de manifiesta inadaptaci�n a los reg�menes ordinario y abierto. La peligrosidad o inadaptaci�n a que se refiere este apartado han de ser apreciadas por causas objetivas en resoluci�n motivada. Tales apreciaciones se har�n mediante valoraci�n global de factores como: a) pertenencia a organizaciones delictivas; b) participaci�n evidente como inductores o autores de motines, violencias f�sicas, amenazas o coacciones a funcionarios o internos; d) negativas al cumplimiento de sanciones disciplinarias, y e) n�mero y cuant�a de condenas y penas graves en per�odo inicial de cumplimiento.

El acuerdo del Centro directivo ser� comunicado al Juez de Vigilancia en plazo no superior a las 72 horas en cumplimiento de lo dispuesto en el apartado 2.j) del art�culo 76 de la Ley Org�nica General Penitenciaria.

La permanencia de los penados en este r�gimen ser� revisada cada seis meses como m�ximo por el equipo t�cnico del Centro. No obstante, cuando se trate de penados cuya clasificaci�n de primer grado haya sido consecuencia de una regresi�n de grado, aquel plazo se reducir� a la mitad para la primera revisi�n.

Secci�n Primera

Del r�gimen ordinario

Art�culo 44

El r�gimen de los Establecimientos ordinarios se ajustar� a las siguientes normas:

1.� Correspondiendo al grado de confianza que debe otorgarse a la actitud del interno favorable al tratamiento, los principios de seguridad, orden y disciplina tendr� su raz�n de ser y su l�mite en el logro de una convivencia normal en la vida del Establecimiento, la necesaria adaptaci�n a las peculiaridades del Centro y a las distintas estaciones del a�o.
2.� A su ingreso, los penados deber�n permanecer en el departamento de ingresos el tiempo m�nimo necesario para que por el Equipo de Tratamiento se contrasten los datos contenidos en el protocolo del interno y se formule la propuesta de inclusi�n en uno de los grupos de clasificaci�n, asign�ndoles Educador, y ordenando el Director el pase al departamento que corresponda.
3.� Por la Junta de R�gimen y Administraci�n se establecer� un horario en el que se se�alar�n las actividades preceptivas, obligatorias para todos, y las actividades optativas que puedan elegir libremente los internos.
Ser�n actividades optativas las de promoci�n cultural, recreativas, deportivas, televisi�n y el empleo de ratos libres.
4.� La distribuci�n de la poblaci�n reclusa se ajustar� a las necesidades o exigencias del tratamiento, atendiendo a las condiciones arquitect�nicas y al n�mero de Educadores a cuyo cargo estar� cada grupo de internos.
5.� El trabajo tendr� la consideraci�n de actividad b�sica en la vida del Centro. Sin embargo, para los internos a quienes no pueda proporcionarse inmediatamente un puesto de trabajo se programar�n actividades culturales, deportivas o recreativas orientadas a evitar la inactividad.
6.� Los internos que cumplen condena en los Establecimientos ordinarios podr�n participar, de conformidad con lo dispuesto en los art�culos 135 a 137, en la programaci�n y desarrollo de actividades de orden educativo, recreativo, religioso, laboral, cultural o deportivo, as� como en el desenvolvimiento de los servicios de alimentaci�n y en la confecci�n de los racionados.

Secci�n Segunda

Del r�gimen abierto

Art�culo 45

Los establecimientos y secciones de r�gimen abierto se ajustar�n a las siguientes normas:

1. El orden y la disciplina que se han de exigir ser�n los propios para el logro de una convivencia normal en toda colectividad civil, con ausencia de controles r�gidos, tales como formaciones, cacheos, requisas, intervenci�n de visitas y correspondencia, que contradigan la confianza que como principio inspiran estas instituciones.
2. Para el destino de los internos a los establecimientos de r�gimen abierto ser� necesario instruir a aqu�llos de las condiciones y r�gimen de vida que han de llevar y que manifiesten formalmente que las aceptan voluntariamente y que se comprometen a observarlas.
3. En general, se permitir� a los internos moverse sin vigilancia tanto en el interior de la instituci�n como en las salidas para el trabajo y los permisos.
4. La Junta de R�gimen y Administraci�n, a propuesta del equipo t�cnico del Centro, podr� establecer distintas fases o modalidades en el sistema de vida de los internos, seg�n las caracter�sticas de �stos y los grados de control a mantener durante sus salidas al exterior.
5. Bajo la supervisi�n de los educadores se establecer�n los �rganos de participaci�n de los internos en el desarrollo de las distintas actividades del establecimiento.
6. Como regla general, en los establecimientos de cumplimiento de r�gimen abierto se autorizar� el dinero de curso legal y el uso de objetos de valor.
7. En estos establecimientos los internos disfrutar�n, como norma general, de permisos de salida de fin de semana.

Secci�n Tercera

Del r�gimen cerrado

Art�culo 46

El r�gimen de los establecimientos cerrados y de los departamentos especiales se ajustar� a las siguientes normas:

1. Los principios de seguridad, orden y disciplina propios de este tipo de establecimientos, ser�n debidamente armonizados con la exigencia de que no impidan las tareas de tratamiento de los internos.
2. Se cuidar� especialmente de la observancia puntual del horario de los cacheos, requisas, recuentos num�ricos y del orden en los movimientos de los penados de unas dependencias a otras.
3. Por razones de seguridad, las comunicaciones orales escritas podr�n ser intervenidas, teniendo en cuenta lo dispuesto en el art�culo 51 de la Ley Org�nica General Penitenciaria.
4. El horario aprobado por la Junta de R�gimen, o�do previamente el equipo t�cnico del Centro, abarcar� todas las actividades de los internos durante las veinticuatro horas del d�a y ser� obligatorio su cumplimiento para todos ellos. Ser� modificado para adecuarlo a las distintas estaciones del a�o, de forma que no tengan lugar actos colectivos ni desplazamientos de grupos de internos despu�s de que haya desaparecido la luz solar.
5. Los internos ser�n clasificados seg�n las exigencias del tratamiento, procurando mantener la separaci�n entre los pertenecientes a los distintos grupos. A estos efectos, la Junta de R�gimen y Administraci�n, con informe previo del equipo t�cnico, podr� establecer, dentro del r�gimen general regulado en este art�culo, distintas modalidades en el sistema de vida de los internos seg�n las caracter�sticas de �stos y los grados de control que sea necesario mantener sobre los mismos, fijando en cada caso, limitaciones de las actividades en com�n y de n�mero de internos participantes en las mismas.
6. Las actividades deportivas y recreativas ser�n programadas y controladas, no permiti�ndose la participaci�n de un n�mero de internos que no pueda ser debidamente controlado por los funcionarios de servicio.
7. Los internos podr�n recibir un paquete al mes de art�culos autorizados, salvo que por razones de seguridad se prive a todos o a alguno de los internos de tal derecho, mediante resoluci�n motivada de la Junta de R�gimen y Administraci�n, que deber� ser aprobada por el Juez de Vigilancia.

Art�culo 47

...................................

Sin contenido.

Secci�n Cuarta

Del r�gimen de los Establecimientos para j�venes

Art�culo 48

El r�gimen de los Establecimientos para j�venes se caracterizar� por una acci�n educativa intensa con la adopci�n de m�todos pedag�gicos y psicopedag�gicos en un ambiente que se asemeje en cuanto a libertad y responsabilidad al que hayan de vivir aqu�llos cuando dejen cumplida su condena.

Art�culo 49

Atendiendo al r�gimen, los establecimientos de j�venes se diversificar�n en distintos tipos seg�n que los internos a ellos destinados se encuentren clasificados en primero, segundo o tercer grado.

Art�culo 50

El r�gimen propio de cada uno de los tipos de Establecimientos citados se regular� por lo dispuesto en los art�culos 44 al 47 con las modificaciones contenidas en los art�culos siguientes.

Art�culo 51

Los Establecimientos de j�venes merecer�n atenci�n preferente, tanto en sus condiciones arquitect�nicas, de conservaci�n y servicio, como en el n�mero y cualificaci�n del personal a ellos adscritos.

Art�culo 52

Para el logro de una mayor individualizaci�n estos Establecimientos estar�n integrados por pabellones reducidos de veinte a treinta plazas e independientes, distribuidos en amplios espacios donde alternar�n las instalaciones deportivas con las dependencias para las actividades formativas y laborales.

La presencia y grado de medidas exteriores de seguridad y el mayor o menor control interior, se corresponder� con los distintos tipos de Establecimientos de j�venes, seg�n el grado de tratamiento.

Art�culo 53

Se procurar� una especializaci�n profesional de los funcionarios que sean destinados a los Establecimientos de J�venes, partiendo de los estudios, t�tulo o diplomas que posean, debiendo complementar y actualizar su formaci�n con cursillos especiales en la Escuela de Estudios Penitenciarios o en otros Centros especializados.

Art�culo 54

En los Establecimientos de J�venes, de cualquier tipo que sean, se establecer�n diversas fases de progresividad con el fin de impulsar la colaboraci�n de los internos al tratamiento y la consecuci�n de los objetivos propios de cada modalidad de ellos.

En todos existir� una primera fase de observaci�n y adaptaci�n al Centro y las fases sucesivas se diferenciar�n mediante un sistema de est�mulos positivos y aversivos referidos a comunicaciones, visitas, disposici�n de dinero y objeto de valor, paseos y actos recreativos, permisos de salida y participaci�n en el desarrollo de las tareas del Establecimiento.

Art�culo 55

En los Establecimientos de J�venes se prohibir� la venta y distribuci�n de bebidas alcoh�licas.

CAPITULO IV

REGIMEN DE LOS ESTABLECIMIENTOS ESPECIALES

Art�culo 56

1. Los Establecimientos Especiales son aqu�llos en los que prevalece el car�cter asistencial y ser�n de los siguientes tipos:

a) Centros Hospitalarios, que tendr�n la diversidad que exijan las necesidades m�dicas y comprender�n, adem�s, Centros o Departamentos para toxic�manos.
b) Centros Psiqui�tricos, que comprender�n, al menos, Sanatorios Psiqui�tricos para psic�ticos o enfermos mentales en sentido estricto, Centros para Deficientes Mentales y Establecimientos para psic�patas.
c) Centros de Rehabilitaci�n Social para la ejecuci�n de medidas de seguridad, de conformidad con la legislaci�n vigente en esta materia.

2. El r�gimen de los Establecimientos Especiales tendr� como finalidad armonizar las exigencias del tratamiento asistencial que requieren los internos ingresados en los mismos, con las derivadas de la situaci�n procesal o penal de dichos internos.

Art�culo 57

El r�gimen de los Establecimientos Especiales se ajustar� a las siguientes normas:

1. El ingreso de los detenidos, presos y penados en los Centros hospitalarios penitenciarios ser� acordado por la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias, previa propuesta razonada de las Juntas de R�gimen y Administraci�n, que elevar�n informes m�dicos en los que conste el diagn�stico de la enfermedad o anomal�a que requiera tratamiento.
Del traslado de los detenidos y presos se dar� cuenta a la autoridad judicial de que dependan, y al Juez de Vigilancia en el caso de los penados.

Cuando existan razones de urgencia, a propuesta del facultativo del establecimiento, el Director ordenar� el traslado al Centro hospitalario, dando cuenta a la Junta de R�gimen y Administraci�n, a la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias y a las autoridades judiciales a que se hace referencia en el p�rrafo anterior.

Las autoridades judiciales podr�n ordenar el ingreso de los detenidos y presos de cuyas causas entiendan en un Centro hospitalario, debiendo acompa�ar al mandamiento de ingreso informe del forense o de un facultativo en el que conste las causas por las que procede tratamiento hospitalario.

Trat�ndose de penados clasificados en tercer grado que, por presentar problemas de drogadicci�n, necesiten de un tratamiento espec�fico, la Direcci�n General podr� autorizar su asistencia en instituciones extrapenitenciarias adecuadas, p�blicas o privadas, dando cuenta al Juez de Vigilancia y condicionado ello a que el interno d� su consentimiento y se comprometa formalmente a observar el r�gimen de vida propio de la instituci�n que le haya de acoger a los controles que establezca el Centro directivo.
2. El ingreso de los detenidos y presos en los Centros Psiqui�tricos Penitenciarios ser� acordado por la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias a propuesta de las Juntas de R�gimen y Administraci�n de los Establecimientos, que elevar�n informes del facultativo del Establecimiento y del M�dico Forense del Juzgado de quien dependan aqu�llos o del de la localidad en que radique el Centro.
En el supuesto de que existan discrepancias entre las opiniones del M�dico del Establecimiento y del Forense, las Juntas de R�gimen y Administraci�n remitir�n los dos informes al Centro Directivo decidiendo la Inspecci�n de Sanidad o los Servicios M�dicos correspondientes lo que estimen procedente.

Verificado el traslado de un detenido o preso a un Centro Psiqui�trico Penitenciario, se pondr� en conocimiento de la Autoridad judicial de quien dependa.
3. El ingreso de los penados en los Centros Psiqui�tricos Penitenciarios se ordenar� por la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias, previa propuesta en que consten, en todo caso, los informes emitidos por el M�dico del Centro y por el Equipo de Observaci�n o de Tratamiento, y cuando corresponda, el emitido por el equipo t�cnico a que se refiere el art�culo 39 de la Ley Org�nica General Penitenciaria.
Del traslado de los penados a Centros Psiqui�tricos se dar� cuenta al Juez de Vigilancia.

Por el Centro Psiqui�trico, caso de que proceda, se instruir� el expediente prescrito en los art�culos 991 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para su remisi�n al Tribunal sentenciador correspondiente.
4. Cuando existan razones de urgencia a propuesta del facultativo del Establecimiento, el Director ordenar� el traslado del interno al Centro Psiqui�trico, dando cuenta a la Junta de R�gimen y Administraci�n, a la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias y a las Autoridades judiciales de quien dependa si se trata de detenido o preso, o al Juez de Vigilancia en el caso de los penados.
5. Tanto en el supuesto de ingreso en los Centros Hospitalarios como en los Psiqui�tricos, deber�n acompa�arse junto a la documentaci�n personal y penitenciaria de los internos, los informes m�dicos que hayan servido de base a dicho ingreso.
En el momento de ingresar en un Centro Hospitalario o Psiqui�trico los internos ser�n reconocidos por el facultativo de guardia, quien, a la vista de los informes del Centro de procedencia y del resultado de su reconocimiento dispondr� lo conveniente respecto al destino a la dependencia adecuada y al tratamiento a seguir hasta que sea reconocido por el especialista correspondiente.
6. En los Centros de Rehabilitaci�n Social el ingreso ser� ordenado por las Autoridades judiciales competentes para la ejecuci�n de las medidas de seguridad.
7. La separaci�n en las distintas unidades de que consten los Centros Especiales se har� de conformidad con las necesidades asistenciales de los internos y se procurar�, en lo posible, observar los criterios de clasificaci�n que se recogen en este Reglamento.
8. Los Centros Especiales podr�n contar con departamentos en los que, sin desatender las exigencias de los cuidados o prestaciones asistenciales, sean alojados aquellos internos que hagan imposible la ordenada convivencia del Centro y contravengan las normas de r�gimen del mismo y las indicaciones de los facultativos.
9. En general, y en cuanto no resulte afectada la finalidad asistencial de los Centros Especiales, se aplicar�n a los detenidos y presos las normas de r�gimen recogidas en el cap�tulo II del t�tulo I de este Reglamento, y a los penados las contenidas en el cap�tulo III del mismo t�tulo.
10. Por razones estrictamente m�dicas, las Juntas de R�gimen y Administraci�n podr�n acordar la prohibici�n de uso de las ropas de los internos y sustituirlas por las que a juicio de los facultativos se consideren convenientes.
Por las mismas razones m�dicas, las Juntas de R�gimen y Administraci�n, o�do el informe de los facultativos, podr�n acordar la prohibici�n de entrada de objetos o efectos que, aunque no resulten peligrosos para la seguridad del Establecimiento pueden ser contrarios a los fines asistenciales.
11. El horario general fijado por las Juntas de R�gimen y Administraci�n en atenci�n al car�cter asistencial de los Centros, ser� obligatorio para todos los internos, salvo que el facultativo que los atienda disponga alguna excepci�n al cumplimiento del horario, que deber� constar en la documentaci�n m�dica y ser comunicada al Director del Establecimiento.
12. Las comunicaciones orales, escritas y por tel�fono de los internos de los Centros Especiales se regir�n por las normas contenidas en el art�culo 89 y siguientes, sin perjuicio de que las Juntas de R�gimen y Administraci�n valoren las propuestas que formulen los Equipos de Observaci�n o de Tratamiento y los facultativos que atiendan a estos internos en orden a modificar el n�mero de visitas, las personas con quienes puedan comunicar y las condiciones en que se celebren aqu�llas.
13. Al examinar los expedientes disciplinarios de los internos en Centros Especiales, las Juntas de R�gimen y Administraci�n oir�n preceptivamente, el informe de los facultativos antes de imponer las sanciones previstas en este Reglamento y durante el cumplimiento de las mismas, debiendo aplazarlas, interrumpirlas o sustituir por otras cuando as� proceda a la vista del informe motivado de los facultativos.

CAPITULO V

LIBERTAD DE LOS PENADOS

Secci�n Primera

Libertad condicional

Art�culo 58

Los penados que hayan cumplido las tres cuartas partes de la condena y re�nan los requisitos que se relacionan en el art�culo 98 del C�digo Penal, cumplir�n el �ltimo per�odo de aqu�lla en situaci�n de libertad condicional.

Art�culo 59

Para el c�mputo de las tres cuartas partes de la pena, se tendr�n en cuenta las siguientes normas:

a) El tiempo de condena que fuera objeto de indulto se rebajar� al penado del total de la pena impuesta, a los efectos de aplicar la libertad condicional, procediendo como si se tratara de una nueva pena de inferior duraci�n.
b) De la misma forma se proceder� respecto a los beneficios penitenciarios que supongan acortamiento de la condena.
c) Cuando el penado sufra dos o m�s condenas de privaci�n de libertad, la suma de las mismas ser� considerada como una sola condena a efectos de aplicaci�n de la libertad condicional. Si dicho penado hubiera sido objeto de indulto, se sumar� igualmente el tiempo indultado en cada una para rebajarla de la suma total.
d) Se tendr� en cuenta, en su caso, lo dispuesto en el art�culo 256 respecto al beneficio de adelantamiento de la libertad condicional.

Art�culo 60

No obstante lo dispuesto en los art�culos anteriores, los sentenciados que hubieran cumplido la edad de setenta a�os, o la cumplan durante la extinci�n de la condena y re�nan los requisitos establecidos, excepto el haber extinguido las tres cuartas partes de aqu�lla, podr�n ser propuestos para la concesi�n de la libertad condicional.

Igual sistema se seguir� cuando, seg�n informe m�dico, se trate de enfermos muy graves, con padecimientos incurables.

Art�culo 61

La Junta de R�gimen y Administraci�n, atendiendo a que el penado va a cumplir las tres cuartas partes de su condena y se halla clasificado en tercer grado, iniciar�, previo acuerdo que constar� en acta, la tramitaci�n del oportuno expediente, con la antelaci�n necesaria para que no sufra retraso la concesi�n de este beneficio.

Art�culo 62

Se invitar� al penado a que manifieste la localidad en que desea fijar su residencia, si dispone de empleo o medio de vida al salir en libertad y si acepta la vigilancia y tutela de un funcionario de la Comisi�n de Asistencia Social.

Al fijar la residencia se tendr� en cuenta la prohibici�n que el Tribunal, de acuerdo con el art�culo 67 del C�digo Penal haya podido imponer.

El Director del Establecimiento recabar� del organismo provincial o local de Asistencia Social, informe sobre la oferta de trabajo que presenta el penado, sobre la posibilidad de vigilancia y tutela del mismo, y en caso de no disponer de puesto de trabajo, las gestiones hechas para encontrarle empleo.

Art�culo 63

Concluido el expediente previsto en el art�culo 61, que en todo caso deber� contar con el informe pron�stico final del Equipo de tratamiento a que hace referencia el art�culo 67 de la Ley Org�nica General Penitenciaria (citada), ser� examinado por la Junta de R�gimen y Administraci�n, que lo elevar�, previo acuerdo que constar� en acta, al Juez de Vigilancia para la resoluci�n que proceda.

En todo caso, el expediente de libertad condicional deber� tener entrada ante el Juez de Vigilancia antes del cumplimiento de las tres cuartas partes, debiendo justificar, en caso contrario, el retraso en su env�o.

Si el penado propuesto para libertad condicional fuere un extranjero con residencia fuera de Espa�a, se recabar� del Juez de Vigilancia autorizaci�n para que aqu�l pueda cumplir el per�odo de libertad condicional en el pa�s de su residencia, teniendo en cuenta, en su caso, lo dispuesto por los tratados internacionales sobre la materia suscritos por el Estado espa�ol.

Art�culo 64

Recibida en el Establecimiento la resoluci�n de poner en libertad condicional a un penado, el Director la cumplimentar� seguidamente, remitiendo copia a la Direcci�n General, y dando cuenta a la Junta de R�gimen y Administraci�n y al Equipo de Tratamiento en la primera sesi�n que se celebre. Si la orden de libertad condicional se recibiera antes de la fecha de cumplimiento de las tres cuartas partes de la condena, no se proceder� a hacer efectiva la libertad hasta el mismo d�a que se cumplan.

Si en el tiempo que medie entre la fecha de la propuesta y la de cumplimiento de las tres cuartas partes el penado observase mala conducta o se descubriera alguna inexactitud o error en los informes aportados, el Director dar� cuenta de inmediato al Juez de Vigilancia a fin de que �ste adopte la resoluci�n procedente.

Art�culo 65

Los Directores de los Establecimientos penitenciarios expedir�n a cada liberado condicional el oportuno certificado acreditativo de su situaci�n.

El liberado condicional permanecer� tutelado y vigilado por personal de la Comisi�n de Asistencia Social hasta el cumplimiento definitivo de la condena o, en su caso, hasta la revocaci�n de la libertad condicional.

Art�culo 66

1. El per�odo de libertad condicional durar� todo el tiempo que falte al liberado para cumplir su condena siempre que durante el mismo observe un comportamiento que no d� motivo a la revocaci�n y su ingreso de nuevo en el Establecimiento.

2. Si en dicho per�odo cometiese alg�n nuevo delito u observase mala conducta, el funcionario de la Comisi�n de Asistencia Social lo comunicar� con remisi�n de cuantos datos puedan ser �tiles, al Juez de Vigilancia para la adopci�n de la resoluci�n que proceda respecto a la revocaci�n o no de la libertad condicional.

3. La reincidencia en el delito llevar� aparejada la p�rdida del tiempo pasado en libertad condicional, seg�n dispone el art�culo 99 del C�digo Penal.

Secci�n Segunda

Licenciamiento definitivo

Art�culo 67

1. Para la puesta en libertad de los condenados a penas de prisi�n ser� precisa la aprobaci�n de la libertad definitiva por el Tribunal sentenciador. En el caso de penas inferiores a seis meses se entender� aprobada la libertad definitiva con la remisi�n de la limitaci�n de condena en que figure el d�a en que aqu�lla quedar� cumplida.

2. Tres meses antes del cumplimiento de la condena, el Director del Establecimiento formular� al Tribunal sentenciador una propuesta de licenciamiento definitivo para el d�a en que el penado deje extinguida su condena con arreglo a la liquidaci�n practicada en la sentencia y habida cuenta de los beneficios penitenciarios que puedan suponer acortamiento de la condena.

3. Si un mes antes del d�a se�alado para el cumplimiento de la pena no se hubiera obtenido contestaci�n, se reproducir� la propuesta, haciendo constar que se cursa por segunda vez.

4. Si transcurridos quince d�as desde la segunda propuesta no se recibiere respuesta, el Director comunicar� al Tribunal sentenciador que, en caso de no recibirse orden en contrario, se proceder� a la excarcelaci�n del penado el d�a que extinga definitivamente, con arreglo a la liquidaci�n de condena.

Art�culo 68

En el caso de que el condenado fuese un extranjero sujeto a una medida de expulsi�n posterior al cumplimiento de la condena, se habr� de notificar la fecha previsible de licenciamiento definitivo a la Direcci�n de la Seguridad del Estado con una antelaci�n asimismo de tres meses, a fin de que por aqu�lla se provea sin dilaci�n a la expulsi�n del liberado.

Art�culo 69

1. Las delegaciones de la Comisi�n de Asistencia Social formular�n las propuestas de licenciamiento definitivo de los liberados condicionales que se encuentren bajo su tutela.

2. Con la antelaci�n y reiteraci�n a que hace referencia el art�culo anterior, se remitir�n las propuestas al Tribunal sentenciador.

3. Una vez aprobado el licenciamiento definitivo de los liberados condicionales, se comunicar� al Director del Establecimiento de donde proced�a el liberado condicional, a efectos de lo dispuesto en el art�culo 71.

Art�culo 70

Cuando la liberaci�n definitiva de los penados no sea por cumplimiento total de las penas, sino por aplicaci�n de medidas de gracia, el Director del Establecimiento se abstendr� de poner en libertad a ninguno de los agraciados hasta que reciba orden escrita del Tribunal sentenciador.

Art�culo 71

Los Directores de los Establecimientos extender�n la correspondiente nota en el expediente personal de quienes cumplan definitivamente la condena y, tanto si �sta se ha cumplido totalmente en el Establecimiento como si se ha permanecido la �ltima parte de la misma en libertad condicional, expedir�n certificaciones de libertad definitiva, al Juez de Vigilancia y al Tribunal sentenciador.

Art�culo 72

La excarcelaci�n de los penados, una vez recibida la orden de libertad condicional o la aprobaci�n de licenciamiento definitivo, se cumplimentar� en la misma forma que la establecida para la libertad de los detenidos y presos.

Art�culo 73

Los Directores retendr�n en los Establecimientos a los penados que, habiendo dejado extinguida una condena, tengan otra pendiente de cumplimiento.

Cuando la retenci�n del individuo sea por tener pendiente otra causa en la que est� acordada su prisi�n, el Director lo comunicar� a la Autoridad judicial competente y a la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias para el traslado a que, en su caso, hubiere lugar.

CAPITULO VI

SEGURIDAD Y VIGILANCIA

Art�culo 74

La vigilancia exterior de los Establecimientos corresponde a las Fuerzas de Seguridad del Estado, las que, si bien en su organizaci�n particular han de regirse por las ordenanzas de su Cuerpo respectivo y estar a las �rdenes de sus mandos naturales, en lo relativo a vigilancia y seguridad de los Centros Penitenciarios recibir�n instrucciones de los Directores de los mismos.

El Jefe de la Guardia, practicado el relevo, deber� presentarse al Director del Establecimiento para seguir las instrucciones que de �l reciba.

Art�culo 75

La vigilancia y seguridad interior corresponde, salvo en los casos previstos en la disposici�n final primera de la Ley Org�nica General Penitenciaria, a los funcionarios de Instituciones Penitenciarias, conforme a la distribuci�n de los servicios que el Director acuerde.

Art�culo 76

La vigilancia y seguridad interior de los Establecimientos ha de organizarse a trav�s de las siguientes actividades:

1.� El conocimiento basado en la observaci�n de los internos de cada dependencia, advirtiendo las relaciones con otros internos, los movimientos dentro y fuera del departamento, as� como cuantos datos puedan ser valorados sobre actividad delictiva imputada, condena y antecedentes disciplinarios.
2.� Los recuentos de control de la poblaci�n reclusa, tanto los ordinarios, seg�n horario aprobado por la Junta de R�gimen y Administraci�n, como los extraordinarios que se ordenen fuera de aquel horario. El resultado de todos los recuentos efectuados constar� en partes, que firmar�n los funcionarios que los hayan practicado.
Los recuentos que no se efect�en estando los internos en sus respectivas celdas, necesariamente se verificar�n en formaci�n para asegurar la rapidez y seguridad del resultado.
3.� Los registros de ropas y enseres de los internos y las requisas de puertas, ventanas, suelos, paredes y techos de las celdas o dormitorios, y de los locales de uso com�n, tales como comedores, dormitorios, salas de recreo y dem�s dependencias. De cuantos registros y requisas se practiquen se formular�n partes, con indicaci�n del resultado, que firmar�n los funcionarios que los hayan efectuado.
4.� El registro y control de las personas autorizadas a comunicar con los internos, as� como de las que tengan acceso al interior de los Establecimientos para realizar alg�n trabajo o gesti�n dentro de los mismos.
5.� El control de las actividades de los internos para prevenir infracciones disciplinarias, poniendo en conocimiento inmediato del Jefe de Servicios cualquier anomal�a regimental que se observare y hasta cualquier indicio o sospecha de perturbaci�n de la vida normal del Establecimiento.
6.� La adopci�n por los funcionarios de servicio de medidas provisionales, incluida la separaci�n o aislamiento durante el tiempo m�nimo indispensable de los internos que provoquen alteraciones graves del orden y de la seguridad del Establecimiento, dando cuenta inmediata al Director.
7.� El registro de veh�culos que entren o salgan del Establecimiento en los puntos de control que se fijen por la Direcci�n del mismo.
8.� El registro de paquetes y encargos que reciban o remitan los internos.
9.� Todas las actividades mencionadas en este art�culo se practicar�n con el respeto debido a la dignidad de las personas.

CAPITULO VII

CONDUCCIONES Y TRASLADOS

Art�culo 77

Las salidas de los internos preventivos para la pr�ctica de diligencias o para la celebraci�n de juicio oral se har� previa orden de la Autoridad judicial dirigida al Director del Establecimiento, y se llevar� a cabo por Fuerzas de los Cuerpos de Seguridad que tengan a su cargo este cometido en la localidad donde deba efectuarse la conducci�n.

La entrega de los internos a los efectivos de las Fuerzas de Seguridad se har� mediante recibo suscrito por el Jefe de la escolta, en el que se indicar�n la hora de salida y una referencia a la orden que disponga la misma.

Art�culo 78

En el caso de que una Autoridad judicial interese el traslado de un penado que no est� a su disposici�n, para la pr�ctica de diligencias, la Direcci�n del Establecimiento recabar� previamente autorizaci�n del Juez de Vigilancia.

Art�culo 79

La salida de internos para consulta e ingreso, en su caso, en Centros hospitalarios no penitenciarios ser� acordada por el Centro directivo. En caso de urgencia, seg�n dictamen m�dico, podr� procederse a la conducci�n e ingreso en el Centro hospitalario, dando cuenta seguidamente al Centro directivo. Una vez acordada, el Director del establecimiento solicitar� del Gobernador civil la fuerza p�blica que deba hacer la conducci�n y encargarse de la posterior custodia del interno en el Centro hospitalario.

Art�culo 80

La Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias es el �rgano competente para decidir con car�cter ordinario o extraordinario la clasificaci�n y destino de los recluidos en los distintos Centros Penitenciarios. En consecuencia, ordenar� los traslados correspondientes en base a las propuestas formuladas al efecto por los Equipos de Observaci�n o de Tratamiento, o, en su caso, por el Director o la Junta de R�gimen y Administraci�n, as� como los desplazamientos de los detenidos y presos que les sean requeridos por las Autoridades judiciales o gubernativas a cuya disposici�n se encuentren.

Cuando se verifiquen estos traslados se notificar�, si se trata de penados, al Juez de Vigilancia, y si se trata de detenidos y presos, a las Autoridades a cuya disposici�n se encuentren.

Los traslados se efectuar�n de forma que se respete la dignidad y derechos de los internos y la seguridad de su conducci�n.

Art�culo 81

Los traslados de detenidos, presos y penados se llevar�n a cabo, generalmente, por carretera, en veh�culos adecuados y bajo custodia de la fuerza p�blica.

Excepcionalmente, y s�lo en casos de urgencia o necesidad perentoria, podr� disponerse el traslado de internos a cargo de los funcionarios de Instituciones Penitenciarias que el Director del Establecimiento designe entre los que se hallen de servicio.

Los penados clasificados en tercer grado y r�gimen abierto, en caso de ser necesario su traslado a otro Establecimiento, podr�n solicitar realizarlo por sus propios medios, sin atenerse a las condiciones del p�rrafo primero.

Art�culo 82

Las Autoridades judiciales y gubernativas, cualquiera que sea su fuero y a cuya disposici�n se hallare un recluso, recabar�n de la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias, con antelaci�n m�nima de treinta d�as, la conducci�n oportuna del mismo, cuando estuviere recluido en Centro penitenciario ubicado en otra provincia, y del Director del Establecimiento, si se trata de una misma provincia o localidad, quien recabar� del �rgano correspondiente la realizaci�n de la conducci�n.

Una vez asistido a juicio o celebrada la diligencia judicial, el Director del Establecimiento propondr� el traslado del interno, bien al lugar de procedencia o bien a donde tenga pendiente de modo inmediato otra responsabilidad.

Art�culo 83

Recibida la comunicaci�n a que hace referencia el art�culo anterior, la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias o el Director en su caso, recabar�n la realizaci�n de la conducci�n.

Art�culo 84

El Jefe de la fuerza conductora, al hacerse cargo de los internos, lo har� tambi�n mediante recibo de sus expedientes personales, que entregar�, con las mismas formalidades, en el Establecimiento de destino.

V�ase arts. 166 y 337.2 d) de este Reglamento.

Art�culo 85

A los internos conducidos se les proporcionar� por el Establecimiento racionado en fr�o o, en su defecto, su importe en met�lico.

Art�culo 86

Cuando los conducidos hubieren de pernoctar, en condici�n de tr�nsitos en un Centro penitenciario, ser�n alojados siempre que sea posible, en celdas o dependencias destinadas al efecto, con separaci�n del resto de la poblaci�n reclusa.

Art�culo 87

Si por raz�n de enfermedad del interno u otra causa justificada, no pudiera hacerse cargo del mismo la fuerza conductora, ni hubiera sido factible avisar de la incidencia con antelaci�n suficiente, se har� entrega de escrito justificativo al Jefe de aqu�lla por parte del Establecimiento, d�ndose cuenta seguidamente de ello a la Direcci�n General y a la Autoridad que recab� el traslado del recluido. Desaparecida la causa que motiv� la demora, el Director del Centro lo comunicar� a efecto de que se lleve a cabo la conducci�n suspendida.

Art�culo 88

De igual modo, cuando por causa de fuerza mayor no pudiera la conducci�n llegar a su destino, el Jefe de la fuerza conductora podr� instar, mediante suplicatorio, la admisi�n de los recluidos en el Centro Penitenciario m�s pr�ximo, cuyo Director dar� cuenta de ello en la forma expresada en el art�culo anterior.

CAPITULO VIII

COMUNICACIONES, VISITAS Y RECEPCION DE PAQUETES Y ENCARGOS

Secci�n primera

Disposiciones generales

Art�culo 89

Los internos estar�n autorizados para comunicar peri�dicamente de forma oral y escrita, en su propia lengua, con sus familiares, amigos y representantes acreditados de organismos e instituciones de cooperaci�n penitenciaria, salvo en los casos de incomunicaci�n judicial.

Estas comunicaciones se celebrar�n de manera que se respete al m�ximo la intimidad y no tendr�n m�s restricciones, en cuanto a las personas y al modo, que las impuestas por razones de seguridad, de inter�s de tratamiento y del buen orden del Establecimiento.

Todo interno tiene derecho a comunicar inmediatamente a su familia y Abogado su detenci�n, as� como a comunicar su traslado a otro Establecimiento en el momento de ingresar en el mismo.

Secci�n Segunda

Comunicaciones orales

Art�culo 90

Las comunicaciones orales a que se refiere el art�culo anterior se ajustar�n a las siguientes normas:

1. Las Juntas de R�gimen fijar�n los d�as de la semana en que puedan comunicar los internos de cada uno de los grupos de clasificaci�n del Establecimiento, de forma que tengan, como m�nimo, las siguientes comunicaciones a la semana: dos, los detenidos y presos y los penados clasificados en primero y segundo grado, y cuantas permita el horario de trabajo de los penados clasificados en tercer grado.
2. El horario destinado a este servicio ser� suficiente para permitir una comunicaci�n de veinte minutos de duraci�n como m�nimo, evitando la formaci�n en los locutorios de grupos numerosos que dificulten el perfecto entendimiento en la conversaci�n. El n�mero de personas que simult�neamente podr�n comunicar con el mismo interno no exceder� de cuatro y su control ser� visual.
3. Los familiares deber�n acreditar documentalmente el parentesco con los internos y los visitantes que no sean familiares habr�n de obtener autorizaci�n del Director para poder comunicar.
4. Las comunicaciones orales se anotar�n en un libro o registro, en el que se har� constar el nombre del interno, el de los visitantes, el domicilio de �stos y la rese�a de su documento de identidad.

Art�culo 91

1. Cuando las comunicaciones deban ser restringidas en cuanto a las personas o intervenidas a tenor, en ambos casos, de lo previsto en el art�culo 51.1, p�rrafo 2.�, de la Ley Org�nica General Penitenciaria, el Director del Establecimiento, con informe previo del equipo t�cnico si la raz�n fuere el tratamiento, lo acordar� as� en resoluci�n motivada que se notificar� al interno, ya sea detenido, preso o penado. En ambos supuestos se dar� cuenta al Juez de Vigilancia.

2. En el supuesto de que la comunicaci�n deba ser intervenida, los comunicantes que no vayan a expresarse en castellano o en la lengua oficial de la respectiva Comunidad Aut�noma, lo advertir�n as� previamente al Director, quien adoptar� las medidas adecuadas para que la comunicaci�n pueda llevarse a efecto.

3. El Jefe de Servicios podr� ordenar la suspensi�n de estas comunicaciones y de las reguladas en el art�culo anterior, por propia iniciativa o a propuesta del funcionario encargado de aqu�llas, en los siguientes casos:

a) Cuando existan razones fundadas para creer que los comunicantes pueden estar preparando alguna actuaci�n delictiva o que atente contra la convivencia y la seguridad del Establecimiento, o est�n propalando noticias falsas de tal gravedad que perjudiquen al r�gimen o la seguridad del mismo.
b) Cuando los comunicantes no observen un comportamiento correcto.

De la suspensi�n se dar� cuenta inmediata al Director, el cual, si ratifica la medida, deber� a su vez dar cuenta al Juez de Vigilancia en el mismo d�a o al siguiente previa resoluci�n motivada.

Art�culo 92

Adem�s de las comunicaciones ordinarias se�aladas en el horario de este servicio, se podr�n conceder otras de car�cter extraordinario por motivos debidamente justificados en cada caso.

Estas comunicaciones quedar�n tambi�n anotadas en el libro destinado al efecto.

Art�culo 93

Los internos extranjeros podr�n comunicar con los representantes diplom�ticos o consulares de su Naci�n, o con las personas que las Embajadas o C�nsules indiquen, previa autorizaci�n del Director o de la Direcci�n General cuando se concedan con car�cter general, someti�ndose en cuanto a n�mero de comunicaciones y a sus correspondientes requisitos a las normas generales.

Secci�n Tercera

Comunicaciones especiales

Art�culo 94

Los Establecimientos dispondr�n de locales anejos especialmente adecuados para las visitas familiares o de allegados �ntimos de aquellos internos que no puedan obtener permisos de salida.

Estas visitas se celebrar�n con arreglo a lo dispuesto en el segundo p�rrafo del art�culo 89.

Art�culo 95

Las Juntas de R�gimen y Administraci�n establecer�n los horarios de celebraci�n de estas visitas, cuya duraci�n no ser� inferior a una hora ni superior a tres.

Previa solicitud del interno, se conceder� una comunicaci�n especial al mes, salvo que razones de seguridad o de orden del Establecimiento exijan reducir este n�mero.

Art�culo 96

Los familiares o allegados �ntimos que acudan a visitar a los internos en estos locales no podr�n ser portadores de bolsos o paquetes y deber�n someterse a los controles y registros establecidos.

Art�culo 97

Por razones de seguridad no se conceder�n comunicaciones de este tipo a los internos sujetos al r�gimen del art�culo 10 de la Ley Org�nica General Penitenciaria.

En los Establecimientos especiales deber�n informar para su concesi�n los Equipos de Tratamiento.

Secci�n Cuarta

Comunicaciones escritas

Art�culo 98

Los internos podr�n comunicarse por escrito con las personas relacionadas en la normativa de las comunicaciones orales.

La correspondencia que reciban o expidan los internos se ajustar� a las siguientes normas:

1.� No se establecer�n limitaciones en cuanto al n�mero de cartas que puedan recibir y remitir los internos, salvo cuando deban ser intervenidas por las mismas razones que las comunicaciones orales, en cuyo caso el n�mero de las que puedan escribir semanalmente ser� el mismo que para dichas comunicaciones se determina.
2.� Toda correspondencia que los internos expidan, en la que deber� constar el nombre y apellidos del remitente, se depositar� cerrada en un buz�n, de donde se recoger� para registrarla en el libro correspondiente, y su curso posterior.
Las cartas que expidan los internos que por su peso o volumen llamen la atenci�n del funcionario encargado del registro, podr�n ser devueltas al remitente para que �ste las introduzca en otro sobre en presencia del funcionario. En la misma forma se proceder� cuando existan dudas respecto a la identidad del remitente.
3.� La correspondencia que reciban los internos, despu�s de ser anotada en el libro registro de entrada, ser� entregada a los destinatarios por el funcionario encargado de este servicio o por el de la dependencia, abri�ndola �ste en presencia del interno para comprobar que no contiene objetos prohibidos.
4.� En los casos en que por razones de seguridad, por inter�s del tratamiento y del buen orden del Establecimiento, las Juntas de R�gimen y Administraci�n acuerden la intervenci�n de la correspondencia, o aprueben las que por razones de urgencia sean ordenadas por el Director, se notificar� a los internos y, si se trata de detenidos y presos, se comunicar� tambi�n a la Autoridad judicial de quien dependan y al Juez de Vigilancia en el caso de los penados.
Cuando el idioma utilizado en esta correspondencia no pueda ser traducido en el Establecimiento, se remitir� a la Direcci�n General para su traducci�n y posterior curso.

Las comunicaciones escritas entre los internos y su Abogado defensor no tendr�n otras limitaciones que las establecidas en el punto 2 del art�culo 51 de la Ley General Penitenciaria.
5.� En todo caso, la correspondencia entre los internos de distintos Establecimientos se cursar� a trav�s de la Direcci�n y ser� intervenida.

Secci�n Quinta

Comunicaciones por tel�fono

Art�culo 99

Podr� autorizarse la comunicaci�n telef�nica de los internos con las personas con quienes proceda la comunicaci�n oral, en los siguientes casos:

1.� Cuando los familiares residan en localidades alejadas y no puedan desplazarse para visitar al interno.
2.� Cuando el interno deba comunicar alg�n asunto urgente a los familiares, al Abogado defensor o a otras personas.

Art�culo 100

1. Los internos solicitar�n al Director la comunicaci�n a que se hace referencia en el art�culo anterior.

2. El Director del Establecimiento, previa comprobaci�n del alejamiento de la familia o de las razones de urgencia alegadas, autorizar� la comunicaci�n y se�alar� la hora en que deba celebrarse.

3. El funcionario a quien se encomienda este servicio deber� llamar al n�mero de tel�fono indicado por el interno y, una vez puesto al habla el comunicante, pedir� a �ste que proceda a llamar al n�mero del Establecimiento en que se encuentre el interno. Recibida la llamada, indicar� al interno que puede comenzar la comunicaci�n, cuya duraci�n no puede exceder de cinco minutos, debiendo estar presente el funcionario.

4. El importe de la llamada de advertencia deber� ser abonada por los internos con arreglo a las tarifas vigentes en cada momento, que ser�n colocadas en lugar visible para conocimiento de aqu�llos.

5. Salvo casos excepcionales libremente apreciados por el Director del Establecimiento, no se permitir�n llamadas del exterior a los internos.

Secci�n Sexta

Comunicaciones con Abogados, Procuradores, Autoridades y profesionales

Art�culo 101

1. Las comunicaciones de los internos con sus Abogados defensores y los Procuradores que los representen, se celebrar�n de acuerdo con las siguientes normas:

a) Deber� ser identificada la personalidad del comunicante mediante la presentaci�n del documento que le acredite como Abogado o Procurador en ejercicio.
b) El Abogado defensor o el Procurador representante deber�n presentar volante de visita de los Colegios de Abogados o Procuradores, en el que conste expresamente su condici�n de defensor o representante en la causa o causas que se sigan al interno.
En los supuestos de terrorismo o de internos pertenecientes a bandas o grupos armados, dichos volantes habr�n de ser acreditados por la Autoridad judicial que conozca de las correspondientes causas, sin perjuicio de lo que disponga la Ley que desarrolle el art�culo 17.3 de la Constituci�n.
c) Las comunicaciones se celebrar�n en locutorios especiales, en los que quede asegurado que el control del funcionario encargado del servicio sea solamente visual.
d) Estas comunicaciones se anotar�n por orden cronol�gico en el libro correspondiente, consign�ndose nombre y apellidos de los comunicantes y del interno y el n�mero de la causa, as� como la duraci�n de la visita.

2. Se autorizar� la comunicaci�n, en las mismas condiciones se�aladas en el p�rrafo anterior, de los Abogados y Procuradores, antes de personarse en la causa como defensores o representantes, cuando hayan sido expresamente llamados por los internos a trav�s de la Direcci�n del establecimiento o por los familiares de los mismos, debiendo acreditarse este extremo mediante la presentaci�n del volante del Colegio en el que conste dicha circunstancia.

3. Las comunicaciones de los internos con el Abogado defensor o con el Abogado expresamente llamado en relaci�n con asuntos penales y con los Procuradores que los representen, se celebrar�n en departamentos apropiados y no podr�n ser suspendidas o intervenidas salvo por orden de la autoridad judicial y en los supuestos de terrorismo.

4. Las comunicaciones orales con otros Letrados que no tengan la condici�n de defensores, cuya visita haya sido requerida por el interno, se autorizar�n en los mismos locutorios especiales y se ajustar�n a las normas contenidas en el art�culo 89.

En el caso de que dichos Letrados presenten autorizaci�n de la Autoridad judicial correspondiente, respecto de los preventivos, o del Juez de Vigilancia, respecto de los penados, la comunicaci�n habr� de concederse en las mismas condiciones que las prescritas en el n�mero 1 de este art�culo.

Art�culo 102

1. Los Notarios, M�dicos, Ministros de Culto y profesionales acreditados cuya asistencia haya sido solicitada por alg�n interno por conducto de la Direcci�n del establecimiento, deber�n ser autorizados para comunicar o visitar a aqu�l en local apropiado.

Los M�dicos ser�n acompa�ados durante la visita por el del establecimiento. Los Ministros de Culto, trat�ndose de Sacerdotes cat�licos, ser�n acompa�ados por el Capell�n. Los de cultos distintos, los Notarios y los restantes profesionales ser�n acompa�ados por el funcionario que designe el Director.

En el caso de que estas visitas exijan obligado secreto profesional o confesional, se celebrar�n en la forma establecida para las de los abogados defensores.

2. La comunicaci�n de las autoridades judiciales competentes o el Ministerio Fiscal con los internos se verificar� a la hora que aqu�llos estimen pertinente y en locales adecuados.

Para la notificaci�n de las resoluciones judiciales se autorizar� la comunicaci�n con los Oficiales, Auxiliares y Agentes judiciales, siempre que acrediten su condici�n de tales y que son enviados por la autoridad de quien dependan.

3. Los representantes diplom�ticos y consulares podr�n comunicar con los internos de sus respectivos pa�ses en locutorios especiales y con arreglo a lo dispuesto en el p�rrafo 1.� del art�culo 93. A los s�bditos de pa�ses que no tengan representante diplom�tico o consular as� como los refugiados o ap�tridas, podr�n serles concedidas comunicaciones con el representante diplom�tico del Estado que se haya hecho cargo de sus intereses o con la autoridad nacional o internacional que tenga por misi�n protegerles, o con las personas en quienes aqu�llos deleguen.

Secci�n S�ptima

Recepci�n de paquetes y encargos

Art�culo 103

En todos los establecimientos existir� una dependencia, con ventanilla al p�blico, para la recogida, control y registro de los paquetes destinados a los internos, o que �stos env�en al exterior.

Las Juntas de R�gimen y Administraci�n acordar�n los d�as y horas de recepci�n y recogida de paquetes, tanto de entrada como de salida.

La recepci�n de paquetes dirigidos a los internos se har� previa comprobaci�n del documento de identidad de quien lo deposita, a quien se pedir� relaci�n detallada del contenido, anotando en el libro de registro tanto el nombre del destinatario, como el nombre, domicilio y n�mero del documento de identidad de quien lo entrega.

Una vez practicada la anotaci�n, se proceder� a un minucioso cacheo de todos los elementos integrantes del paquete o env�o.

De la misma forma se controlar� el contenido de los paquetes de salida antes de entregarlos al destinatario.

Una vez distribuidos en las distintas dependencias, el funcionario encargado de este servicio proceder� a entregar los paquetes a los internos, que firmar�n el recib� correspondiente.

El n�mero de paquetes que pueden recibir los internos es de dos al mes, salvo lo dispuesto en los art�culos 46 y 47, y su peso no ser� superior a cuatro kilogramos, de cuyo c�mputo se excluir�n los libros y publicaciones as� como la ropa.

Se entender�n como art�culos u objetos no autorizados: los que contengan alcohol, los que precisen ser cocinados para su consumo, las comidas cocinadas, y, en general, los que exijan, para su control, una manipulaci�n que implique riesgo de deterioro.

Los art�culos u objetos cuya entrada no se autorice deber�n ser recogidos, de inmediato, por los remitentes, salvo que se descubran cuando �stos ya no est�n en las proximidades del establecimiento, en cuyo caso quedar�n almacenados hasta que los reclamen.

Transcurrido un plazo de tres meses desde su interceptaci�n, se colocar� una relaci�n en el tablero de anuncios al p�blico, invitando a retirar estos objetos con la advertencia de que, transcurridos quince d�as desde la comunicaci�n, se proceder� a su destrucci�n. La misma medida se adoptar� con los objetos de que sean portadores los internos a su ingreso, cuando no proceda autorizar su entrada.

CAPITULO IX

REGIMEN DISCIPLINARIO

Secci�n Primera

Disposiciones generales

Art�culo 104

En los establecimientos penitenciarios se guardar� y mantendr� la disciplina necesaria para garantizar la seguridad y el buen orden regimental, y conseguir una ordenada convivencia.

Ning�n interno desempe�ar� servicio alguno que implique el ejercicio de facultades disciplinarias.

Los reclusos que incurran en responsabilidad disciplinaria por incumplimiento de los deberes y obligaciones que legalmente les vienen se�alados, ser�n objeto de la sanci�n adecuada dentro de la escala prevista en el art�culo 42 de la Ley Org�nica General Penitenciaria, en los casos y con observancia de los tr�mites procesales que en este Reglamento se determinan, sin perjuicio de la responsabilidad civil o penal que en derecho fuere exigible.

Secci�n Segunda

Recompensas

Art�culo 105

Los actos que pongan de relieve buena conducta, esp�ritu de trabajo y sentido de la responsabilidad en el comportamiento personal, as� como la participaci�n positiva en las actividades asociativas o de otro tipo que se organicen en el establecimiento, ser�n estimulados con alguna de las siguientes recompensas:

a) Propuesta al Juez de Vigilancia a efectos de valoraci�n por el mismo en la concesi�n de beneficios penitenciarios.
b) Premios en met�lico.
c) Donaci�n de libros y otros instrumentos de participaci�n en actividades culturales y recreativas.
d) Notas meritorias, con anotaci�n en el expediente personal del interno.

Cualquier otra de car�cter an�logo a las anteriores que, en compatibilidad con los preceptos reglamentarios, pudiera otorgarse.

Art�culo 106

La elecci�n en cada caso de alguna de las anteriores recompensas y su extensi�n ser�n determinadas por la Junta de R�gimen y Administraci�n del Establecimiento, atendiendo a las circunstancias objetivas y subjetivas as� como a la naturaleza de los m�ritos contra�dos.

La concesi�n de recompensas ser� anotada en el expediente personal del interno, con expresi�n de los hechos que las motivaron.

Secci�n Tercera

Faltas y correcciones

Art�culo 107

Las faltas disciplinarias cometidas por los reclusos se calificar�n como muy graves, graves o leves.

Art�culo 108

Son faltas muy graves:

a) Participar en motines, plantes o des�rdenes colectivos, o instigar a los mismos si �stos se hubieran producido.
b) Agredir, amenazar o coaccionar a cualesquiera personas dentro del establecimiento o a las autoridades o funcionarios judiciales o de instituciones penitenciarias, tanto dentro como fuera del establecimiento si el interno hubiera salido con causa justificada durante su internamiento y aqu�llos se hallaren en el ejercicio de sus cargos o con ocasi�n de ellos.
c) Agredir o hacer objeto de coacci�n grave a otros internos.
d) La resistencia activa y grave al cumplimiento de las �rdenes recibidas de autoridad o funcionario en ejercicio leg�timo de sus atribuciones.
e) Intentar, facilitar o consumar la evasi�n.
f) Inutilizar deliberadamente las dependencias, materiales o efectos del establecimiento o las pertenencias de otras personas causando da�os de elevada cuant�a.
g) La sustracci�n de materiales o efectos del establecimiento o de las pertenencias de otras personas.
h) La divulgaci�n de noticias o datos falsos, con la intenci�n de menoscabar la seguridad del establecimiento.
i) Atentar contra la decencia p�blica con actos de grave esc�ndalo y trascendencia.

Art�culo 108 redactado por R.D. 787/1984, 28 marzo (�B.O.E.� 25 abril), de reforma parcial del Reglamento Penitenciario.

Art�culo 109

Son faltas graves:

a) Calumniar, injuriar, insultar y faltar gravemente al respeto y consideraci�n debidos a las autoridades, funcionarios y personas del apartado b) del art�culo anterior, en las circunstancias y lugares que en el mismo se expresan.
b) Desobedecer las �rdenes recibidas de autoridades o funcionarios en el ejercicio leg�timo de sus atribuciones o resistirse pasivamente a cumplirlas.
c) Instigar a otros reclusos a motines, plantes o des�rdenes colectivos, sin conseguir ser secundados por �stos.
d) Insultar a otros reclusos o maltratarles de obra.
e) Inutilizar deliberadamente las dependencias, materiales o efectos del establecimiento o las pertenencias de otras personas causando da�os de escasa cuant�a, as� como causar en los mismos bienes, da�os graves por negligencia temeraria.
f) Introducir, hacer salir o poseer en el establecimiento objetos que se hallaren prohibidos por las normas de r�gimen interior.
g) Organizar o participar en juegos de suerte, envite o azar, que no se hallaren permitidos en el establecimiento.
h) La divulgaci�n de noticias o datos falsos, con la intenci�n de menoscabar la buena marcha regimental del establecimiento.
i) La embriaguez producida por el abuso de bebidas alcoh�licas autorizadas que cause grave perturbaci�n en el establecimiento o por aquellas que se hayan conseguido o elaborado de forma clandestina, as� como el uso de drogas t�xicas, sustancias psicotr�picas o estupefacientes, salvo prescripci�n facultativa.

Art�culo 109 redactado por R.D. 787/1984, 28 marzo (�B.O.E.� 25 abril), de reforma parcial del Reglamento Penitenciario.

Art�culo 110

Son faltas leves:

a) Faltar levemente a la consideraci�n debida a las autoridades, funcionarios y personas del apartado b) del art�culo 108, en las circunstancias y lugares que en el mismo se expresan.
b) La desobediencia de las �rdenes recibidas de los funcionarios de instituciones penitenciarias en ejercicio leg�timo de sus atribuciones que no causen alteraci�n de la vida regimental y de la ordenada convivencia.
c) Formular reclamaciones sin hacer uso de los cauces establecidos reglamentariamente.
d) Hacer uso abusivo y perjudicial de objetos no prohibidos por las normas de r�gimen interior.
e) Causar da�os graves en las dependencias, materiales o efectos del establecimiento o en las pertenencias de otras personas por falta de diligencia o cuidado.
f) Cualquier otra acci�n u omisi�n que implique incumplimiento de los deberes y obligaciones del interno, produzca alteraci�n en la vida regimental y en la ordenada convivencia y no est� comprendida en los supuestos de los art�culos 108 y 109, ni en los apartados anteriores de este art�culo.

Art�culo 110 redactado por R.D. 787/1984, 28 marzo (�B.O.E.� 25 abril), de reforma parcial del Reglamento Penitenciario.

Art�culo 111

Por raz�n de las faltas cometidas podr�n ser impuestos los correctivos siguientes:

a) Aislamiento en celda que no podr� exceder de catorce d�as.
Este correctivo s�lo ser� de aplicaci�n en los casos en que se ponga de manifiesto una evidente agresividad o violencia por parte del interno, o bien cuando �ste altere, reiterada y gravemente, la normal convivencia en el Centro. En todo caso, la celda en que se cumpla la sanci�n deber� ser de an�logas caracter�sticas a las restantes del establecimiento.
b) Aislamiento de hasta siete fines de semana, desde las diecis�is horas de s�bado hasta las ocho del lunes siguiente.
c) Privaci�n de permisos de salida por tiempo no superior a dos meses.
d) Limitaci�n de las comunicaciones orales al m�nimo de tiempo reglamentario, durante un mes como m�ximo.
e) Privaci�n de paseos y actos recreativos comunes, en cuanto sea compatible con la salud f�sica y mental, hasta un mes como m�ximo.
f) Amonestaci�n.

Art�culo 112

1. La sanci�n de aislamiento se cumplir� con informe del M�dico del Establecimiento, quien vigilar� diariamente al interno mientras permanezca en esa situaci�n, informando al Director sobre su estado de salud f�sica y mental y, en su caso, sobre la necesidad de suspender o modificar la sanci�n impuesta.

2. En los casos de enfermedad del sancionado, y siempre que las circunstancias lo aconsejen, se suspender� la efectividad de la sanci�n que consista en internamiento en celda de aislamiento, hasta que el interno sea dado de alta o la Junta de R�gimen y Administraci�n lo estime oportuno, respectivamente.

3. No se aplicar� esta sanci�n a las mujeres gestantes y a las mujeres hasta seis meses despu�s de la terminaci�n del embarazo, a las madres lactantes y a las que tuvieran hijos consigo.

4. El aislamiento se cumplir� en el compartimento que habitualmente ocupe el interno, y, en los supuestos de que lo comparta con otros o por su propia seguridad o por el buen orden del establecimiento, pasar� a uno individual de semejantes medidas y condiciones.

5. El recluso internado en celda disfrutar� de una hora de paseo en solitario y podr� ser visitado semanalmente por un familiar durante un tiempo no inferior a cinco minutos ni superior a diez.

6. El cumplimiento de los correctivos previstos en los apartados a) y b) del art�culo anterior llevar� impl�cita la prohibici�n, mientras dure el mismo, de recibir paquetes del exterior y la adquisici�n y uso de art�culos del economato, salvo los prescritos m�dicamente y los de higiene y limpieza.

Art�culo 113

1. Las sanciones de los apartados a), b), c) y d) del art�culo 111, podr�n imponerse tanto por la comisi�n de faltas muy graves como por la de faltas graves, ponder�ndose su duraci�n en base a la calificaci�n dada a los hechos, sin que pueda exceder de la mitad de su duraci�n en el supuesto de faltas graves.

2. Las faltas leves s�lo podr�n corregirse con los correctivos previstos en los apartados e) y f) de dicho art�culo.

3. La imposici�n de los correctivos en cada caso, dentro de los se�alados para cada tipo de faltas, se llevar� a efecto atendiendo al grado de ejecuci�n de los hechos, al de participaci�n del interno en los mismos y dem�s circunstancias concurrentes.

Art�culo 114

Habr� repetici�n de la infracci�n, a los efectos establecidos en el art�culo 42.3 de la Ley Org�nica General Penitenciaria, cuando el interno hubiere cometido con anterioridad otra falta grave o muy grave. En todo caso, ser� necesaria, en el momento de la comisi�n de la nueva falta, la existencia de sanci�n firme y no cancelada por la falta anterior.

Art�culo 115

Cuando sean varias las infracciones simult�neamente enjuiciadas, se impondr�n al culpable las sanciones correspondientes a cada una de las faltas para su cumplimiento simult�neo, si fuera posible, dada la naturaleza de las sanciones y no, si�ndolo, se cumplir�n sucesivamente por orden de su respectiva gravedad o duraci�n.

En tal caso, el cumplimiento sucesivo de los correctivos no podr� exceder en su total duraci�n del triplo correspondiente al m�s grave de ellos, ni de cuarenta y dos d�as consecutivos si se tratase de aislamiento en celda.

Las reglas anteriores no ser�n aplicables en aquellos supuestos en que un mismo hecho sea constitutivo de dos o m�s faltas, o cuando una de ellas sea medio necesario para la comisi�n de otra, en cuyos casos se enjuiciar�, la infracci�n con la calificaci�n m�s grave que reglamentariamente aparezca se�alada.

Art�culo 116

1. La Junta de R�gimen y Administraci�n es el �rgano competente para imponer sanciones, pudiendo decidir y graduar la adecuada dentro de las establecidas para cada tipo de infracci�n, teniendo en cuenta lo dispuesto en los art�culos anteriores.

2. Para la imposici�n de sanciones por faltas graves y muy graves ser� preceptiva la observancia del procedimiento sancionador regulado en el presente Reglamento. Las sanciones impuestas por faltas leves, en todo caso, deber�n notificarse por escrito al interno.

3. Las sanciones podr�n ser reducidas por decisi�n de la Junta de R�gimen y Administraci�n de oficio o a propuesta del equipo t�cnico, y, cuando se advierta que hubo error en la aplicaci�n de un correctivo se proceder� a una nueva calificaci�n o, en su caso, a levantar inmediatamente el castigo.

4. La revisi�n de sanciones no podr� efectuarse sin autorizaci�n del Juez de Vigilancia cuando �ste haya intervenido en su imposici�n, sea o no por v�a de recurso.

Art�culo 117

................................

Sin contenido.

Art�culo 118

Las sanciones impuestas por raz�n de faltas disciplinarias ser�n anotadas, una vez que hayan adquirido firmeza, en el expediente personal de los internos.

Art�culo 119

La comisi�n de falta disciplinaria que presuntamente pudiera constituir delito, ser� puesta en conocimiento de la Autoridad judicial competente, sin perjuicio de que por la Junta de R�gimen y Administraci�n se incoe el procedimiento sancionador que reglamentariamente corresponda.

Art�culo 120

La restituci�n o reparaci�n de los da�os o deterioros materiales causados por las infracciones previstas en este Reglamento ser� exigible a sus autores mediante el procedimiento legal correspondiente.

Art�culo 121

Proceder� la recogida o dep�sito, en su caso, de aquellos efectos o instrumentos que, estando prohibida su introducci�n o posesi�n por las normas de r�gimen interior del establecimiento, conservaran en su poder o utilizaren los internos, sin haber hecho previa declaraci�n de los mismos para su salida o dep�sito.

Las drogas t�xicas, sustancias psicotr�picas y estupefacientes ocupados se remitir�n a la Autoridad sanitaria provincial competente, para su an�lisis y dep�sito, a disposici�n de la Autoridad judicial correspondiente.

Art�culo 122

.......................

Sin contenido

Art�culo 123

1. A los efectos prevenidos en el art�culo 45 de la Ley, se consideran medios coercitivos: el aislamiento provisional, la fuerza f�sica personal, las defensas de goma, los sprays de acci�n adecuada y las esposas.

2. La utilizaci�n de estos medios, sin perjuicio del cumplimiento de las dem�s exigencias que establece el citado art�culo 45 de la Ley Org�nica, ser� comunicada inmediatamente al Juez de Vigilancia, haciendo constar los motivos de la misma.

Secci�n Cuarta

Ejecutoriedad

Art�culo 124

A los efectos establecidos en el art�culo 44.3 de la Ley Org�nica General Penitenciaria, se consideran actos de indisciplina grave los comprendidos en cualquiera de los seis primeros supuestos del art�culo 108 de este Reglamento.

En los supuestos del apartado 2, d), del art�culo 76 de la misma Ley Org�nica, las sanciones de aislamiento, en lo que excedan de catorce d�as, no ser�n ejecutivas hasta su aprobaci�n por el Juez de vigilancia.

Art�culo 124 redactado por R.D. 787/1984, 28 marzo (�B.O.E.� 25 abril), de reforma parcial del Reglamento Penitenciario.

Secci�n Quinta

Prescripci�n y cancelaci�n

Art�culo 125

1. Las faltas disciplinarias muy graves y graves prescribir�n a los dos meses, y las leves al mes. El t�rmino de la prescripci�n comenzar� a correr desde la fecha en que se hubiere cometido la falta.

2. La prescripci�n quedar� interrumpida desde que se hubiere iniciado el procedimiento correspondiente, documentalmente constatable, sin perjuicio de que el plazo vuelva a correr de nuevo si el procedimiento permaneciera paralizado durante dos meses.

3. Las sanciones impuestas por faltas muy graves, graves o leves, prescribir�n en los mismos plazos se�alados para las infracciones previstas en el n�mero 1 de este art�culo. Tales plazos comenzar�n a contarse desde el d�a siguiente a aquel en que la resoluci�n sancionadora adquiera firmeza administrativa, o desde que se interrumpa el cumplimiento de la sanci�n si hubiere comenzado.

Art�culo 126

1. Ser�n canceladas de oficio las anotaciones de sanciones disciplinarias que obren en el expediente personal del interno, cuando concurran los siguientes requisitos:

a) Transcurso de seis meses para las faltas muy graves, tres meses para las graves y un mes para las leves, a contar desde el cumplimiento de la sanci�n.
b) Que durante dichos plazos no haya incurrido el interno en nueva infracci�n disciplinaria.

2. Cuando fueren dos o m�s las faltas sancionadas en un mismo acto administrativo o sus plazos de cancelaci�n corrieran simult�neamente, el c�mputo se har� de forma conjunta, fij�ndose como fecha para su inicio la del cumplimiento de la sanci�n m�s reciente y tom�ndose como duraci�n del plazo el que corresponda a la m�s grave de las infracciones a cancelar, transcurrido el cual se cancelar�n todas las anotaciones pendientes en un solo acto.

Art�culo 127

Los plazos de cancelaci�n podr�n ser acortados hasta la mitad de su duraci�n si, con posterioridad a la sanci�n y antes de completarse, el interno obtuviere alguna recompensa.

Art�culo 128

La cancelaci�n de las faltas situar� al interno, desde el punto de vista penitenciario, en igual situaci�n que si no la hubiese cometido.

Secci�n Sexta

Procedimiento

Art�culo 129

1. El Director del Centro, de oficio, por orden superior o mediando parte escrito de funcionario informado por el Jefe de servicios, o, en su caso, en virtud de la informaci�n previa a que se refiere el n�mero 2 de este art�culo, ordenar� la incoaci�n del procedimiento sancionador, pudiendo delegar en uno de los miembros de la Junta de R�gimen la formulaci�n por escrito del correspondiente pliego de cargos.

Las denuncias de car�cter an�nimo no dar�n lugar a la incoaci�n del procedimiento.

2. A los efectos del debido esclarecimiento de hechos o de posibles responsabilidades de naturaleza disciplinaria, podr� el Director acordar la apertura de una informaci�n previa, de la que ser� instructor el Subdirector del Centro, quien, a resultas de las diligencias practicadas, elevar� al ordenante informe para la resoluci�n que proceda.

Cuando un interno formule denuncia de hechos susceptibles de sanci�n disciplinaria, deber� acordarse siempre la apertura de la informaci�n previa.

Art�culo 130

1. En el pliego de cargos a que se refiere el art�culo anterior deber� hacerse constar:

a) Si el expediente disciplinario se ha incoado de oficio, por orden superior, en virtud de parte escrito de funcionario o a resultas de informaci�n previa.
b) Relaci�n circunstanciada de los hechos imputados.
c) Calificaci�n jur�dica que a juicio del Director o miembro de la Junta en quien haya delegado, puedan merecer tales hechos, indicando el apartado del art�culo del Reglamento en que puedan quedar comprendidos.
d) Que el interno dispone de plazo de setenta y dos horas a partir del momento de su recepci�n, para contestar a tales cargos por escrito, alegando lo que crea oportuno y proponiendo las pruebas que crea convenientes para su defensa. Esto mismo podr� hacerlo verbalmente ante la Junta de R�gimen si as� lo solicita dentro del citado plazo.
e) La posibilidad de asesorarse durante la tramitaci�n del expediente.
f) Fecha y firma del Director o de su delegado.

2. Dentro de los cinco d�as siguientes a la presentaci�n de pliego de descargos o al transcurso del plazo se�alado en el apartado d) del n�mero 1 anterior si no se hubiere presentado aqu�l, deber� ser o�do el interno si as� lo hubiere solicitado, y, asimismo, habr�n de practicarse las pruebas propuestas por �ste y las que el Director delegado considere convenientes, recabando, en su caso, los informes del M�dico, del equipo t�cnico u otros que estime necesarios o los que vengan impuestos reglamentariamente en los Centros especiales.

Si alguna prueba propuesta por el interno fuese estimada impertinente o innecesaria por el Director o delegado, lo har� constar as� en acuerdo motivado.

3. Una vez que el interno haya formulado pliego de descargos o haya transcurrido sin formularlo el plazo concedido, practicadas las pruebas oportunas, la Junta de R�gimen y Administraci�n en su primera sesi�n ordinaria o en sesi�n extraordinaria convocada al efecto adoptar� el acuerdo de sobreseer el expediente o de imponer la sanci�n correspondiente.

4. Dicho acuerdo sancionador deber� contener:

a) El lugar y la fecha.
b) El �rgano que lo adopta.
c) El n�mero del expediente disciplinario y breve resumen de los actos procedimentales b�sicos que le han precedido. En el supuesto de haberse desestimado la pr�ctica de alguna prueba, deber� reflejarse el contenido literal de las motivaciones formuladas en su momento.
d) Relaci�n circunstanciada de los hechos imputados al interno.
e) Art�culo del Reglamento Penitenciario y apartado del mismo en que se estima comprendida la falta cometida.
f) Sanci�n impuesta.
g) Si el acuerdo se ha tomado por unanimidad o por mayor�a, indicando en este �ltimo caso si ha habido o no votos particulares.
h) La firma del Secretario de la Junta de R�gimen y Administraci�n con el visto bueno del Director.

5. Contra el acuerdo sobreseyendo el expediente, que ser� notificado al interno en el mismo d�a o al siguiente, con entrega de copia literal del mismo, no cabr� recurso alguno.

Art�culo 131

La notificaci�n del acuerdo sancionador deber� realizarse en el mismo d�a o al siguiente de ser adoptado, dando lectura �ntegra de �ste y la c�dula que se entregar� al interno contendr� los siguientes particulares:

a) Texto literal o �ntegro del acuerdo.
b) Que contra dicho acuerdo puede interponerse recurso ante el Juez de Vigilancia verbalmente en el mismo acto de la notificaci�n o por escrito, dentro de los tres d�as siguientes a la misma, reproduciendo, en su caso, y si lo estima conveniente, la proposici�n de aquellas pruebas cuya pr�ctica le hubiese sido denegada.
c) Fecha de la c�dula y de su entrega al interno.

Art�culo 132

1. El interno, cuando formule recurso por escrito, podr� entregar �ste a cualquier funcionario del establecimiento o directamente al Juez de Vigilancia o funcionario de dicho Juzgado. Quien lo reciba firmar� el duplicado que se le presente, indicando tanto en �ste como en el original la hora y fecha de la entrega.

2. En el mismo d�a, bien de la notificaci�n, si se hubiere interpuesto el recurso en ese momento procedimental, bien de la entrega del escrito al funcionario del establecimiento si fuese dentro del horario de oficina, o al d�a siguiente si se hubiese efectuado fuera del mismo, el Director remitir� el expediente disciplinario original al Juzgado de Vigilancia, suspendi�ndose la efectividad de la sanci�n con la salvedad contenida en los art�culos 44.3 de la Ley Org�nica General Penitenciaria y 124 de este Reglamento; lo que llevar� a cabo tambi�n el Director en el mismo d�a en que sea requerido por el Juez de Vigilancia, en el supuesto de que el recurso haya sido interpuesto ante dicho Juzgado.

3. Las sanciones no recurridas ante el Juez de Vigilancia, independientemente de que se hayan cumplido, podr�n ser anuladas o disminuidas por la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias, cuando se aprecie que hubo error o inadecuaci�n al calificar la infracci�n o cuando la sanci�n impuesta no se estime ajustada a derecho.

CAPITULO X

INFORMACION, QUEJAS Y RECURSOS

Art�culo 133

Los internos recibir�n a su ingreso informaci�n escrita sobre los extremos a que se refiere el art�culo 17 de este Reglamento. Para ello se les entregar� la cartilla o folleto informativo general que editar� en castellano y en los dem�s idiomas oficiales de las nacionalidades o regiones aut�nomas la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias, as� como unas hojas complementarias, referentes a las peculiaridades del r�gimen del Centro Penitenciario de que se trate, que se redactar�n a iniciativa de la Junta de R�gimen y Administraci�n y de las que se remitir� previamente un ejemplar al Centro Directivo para conocimiento y aprobaci�n.

A los extranjeros que desconozcan los idiomas espa�oles, se les procurar� traducci�n o explicaci�n del folleto y hojas indicadas por medio de funcionarios que conozcan su idioma o de internos que puedan actuar como int�rpretes, o solicitando la colaboraci�n de los servicios consulares de la Naci�n a que aqu�llos pertenezcan.

En todo caso habr� varios ejemplares de la Ley Org�nica General Penitenciaria, y de este Reglamento Penitenciario a disposici�n de los internos en el Departamento de ingresos y en la Biblioteca de cada Establecimiento.

Art�culo 134

1. Los internos tienen derecho a formular peticiones y quejas relativas a su tratamiento o al r�gimen del establecimiento, formuladas verbalmente o por escrito, pudiendo presentarse en el segundo caso, si as� lo prefiere el interesado, en pliego cerrado, que se entregar� bajo recibo.

2. Dichas peticiones o quejas podr�n plantearse ante el funcionario encargado de la dependencia que al interno corresponda en cualquier momento de la jornada regimental, respetando la formalidad de los actos regimentales comunes o preceptivos, como distribuci�n de comidas, pr�ctica de recuentos, etc�tera. No obstante, cuando por la entidad de la petici�n el interno as� lo prefiera, podr� instarse la pertinente audiencia ante el Director o quien reglamentariamente le sustituya, o el Jefe de Servicios, en su caso, para que se adopten las medidas oportunas o, si as� procediera, se hagan llegar a las autoridades u organismos competentes, sin perjuicio de que dicho �rgano pueda recabar los informes o dict�menes que estime oportuno. Si transcurrieren quince d�as sin que el interno haya recibido contestaci�n a su solicitud o sin que se hayan adoptado las medidas reclamadas, podr� acudir en queja ante el Juez de Vigilancia.

3. Los internos, en todo caso, podr�n formular las peticiones o quejas a que se refiere el apartado g) del art�culo 76.2 de la Ley Org�nica ante el Juez de Vigilancia.

4. En los casos de interposici�n de recursos previstos en la Ley Org�nica General Penitenciaria, su presentaci�n podr� efectuarse por cualquiera de las v�as reguladas en el n�mero 1 anterior, acredit�ndose la entrega mediante el oportuno recibo o con devoluci�n de copia simple debidamente fechada y firmada, o sellada por quien recibiere el recurso.

CAPITULO XI

PARTICIPACION DE LOS INTERNOS EN LAS ACTIVIDADES DE LOS ESTABLECIMIENTOS

Art�culo 135

La participaci�n de los internos en las actividades o responsabilidades de orden educativo, recreativo, religioso, laboral, cultural o deportivo tiene como finalidad inculcar en los mismos sentimientos de solidaridad que les hagan considerarse miembros activos de la sociedad, descartando toda idea de marginaci�n.

V�ase arts. 4, 174, 175, 202, 203 y 223 de este Reglamento.

Art�culo 136

La participaci�n de los internos en las actividades a que se hace referencia en el art�culo anterior, en los Establecimientos de Cumplimiento de r�gimen abierto y de r�gimen ordinario y en los de preventivos, se ajustar� a las siguientes normas:

1. En los Establecimientos de Cumplimiento de r�gimen abierto:
- a) Podr�n formarse tantas Comisiones cuantas sean las �reas de actividades en que las Juntas de R�gimen acuerden que deban participar los internos. En todo caso se constituir�n tres Comisiones: La primera, para la programaci�n y desarrollo de las actividades educativas, culturales y religiosas; la segunda, para las actividades recreativas y deportivas, y la tercera, para las actividades laborales.
- b) Cada Comisi�n estar� integrada, al menos, por tres internos, actuando como Presidente y Secretario de la misma los miembros que designe la propia Comisi�n en su primera reuni�n.
- c) A las reuniones que celebren las Comisiones asistir� el Educador o funcionario que tenga a su cargo las actividades cuya programaci�n y desarrollo vayan a ser objeto de estudio.
- d) Cada seis meses se llevar� a cabo la elecci�n de los internos que hayan de integrar las distintas Comisiones.
- e) Podr�n presentarse como candidatos y participar�n como electores todos los internos de la segunda y tercera fase.
- f) La convocatoria y recepci�n de candidatos corresponder� a los �rganos de participaci�n que hayan de renovarse.
- g) Cada interno elegir� dos de los candidatos presentados para cada uno de los �rganos de participaci�n.
- h) La mesa que reciba los votos estar� compuesta por el interno de m�s edad y el m�s joven, y presidida por uno de los Educadores del Establecimiento.
- i) Del resultado de la votaci�n se levantar� acta que se expondr� en la tabla de anuncios del Establecimiento.
2. En los Establecimientos de Preventivos y en los de Cumplimiento ordinario:
- a) Las Comisiones ser�n las mismas que para los Establecimientos de r�gimen abierto, debiendo estar compuestas, al menos, por un representante de cada una de las unidades de clasificaci�n del establecimiento, sin que en ning�n caso el n�mero de miembros pueda ser inferior a tres, ateni�ndose en cuanto a la designaci�n de Presidente y Secretario a lo establecido en el apartado b) del n�mero anterior.
- b) Las Juntas de R�gimen y Administraci�n anunciar�n cada seis meses la renovaci�n de las Comisiones de internos que participen en las distintas actividades.
- c) En cada una de las unidades de clasificaci�n se instar� a que los internos que deseen participar en el desarrollo de las actividades previstas lo comuniquen al funcionario encargado del departamento con la debida antelaci�n.
- d) El d�a se�alado por la Junta de R�gimen y Administraci�n se formar� la mesa, que estar� compuesta por el interno de m�s edad y el m�s joven y presidida por el funcionario de la unidad.
- e) Los componentes de la mesa pasar�n por las celdas del departamento recogiendo los votos de los internos, procediendo con posterioridad al recuento de los mismos y al anuncio de los resultados.
- f) Todos los internos integrantes de cada unidad de clasificaci�n podr�n participar en la elecci�n y podr�n presentarse para ser elegidos en la misma, siempre que no hayan resultado elegidos en ella o en otra unidad en el plazo anterior de un a�o.
- g) No podr�n ser elegidos aquellos internos que tengan antecedentes disciplinarios sin cancelar.
3. Si ninguno de los internos que deseen participar en las actividades resultase elegido por m�s de un 15 por 100 de los internos de la unidad, las Juntas de R�gimen y Administraci�n proceder�n a sortear entre los mismos para la designaci�n de quienes hayan de colaborar en el desarrollo de las actividades durante el per�odo de tiempo siguiente hasta una nueva convocatoria.
4. En caso de alteraci�n del orden, las Juntas de R�gimen y Administraci�n podr�n acordar dejar sin efecto la participaci�n de los internos en las actividades, as� como cuando se tenga conocimiento de la existencia de irregularidades en la elecci�n.

Art�culo 137

Los internos a trav�s de las Comisiones integradas por los miembros elegidos en la forma expuesta en el art�culo anterior, elevar�n propuestas o sugerencias a los funcionarios encargados de las actividades mencionadas en el art�culo 135, y concurrir�n con ellos en la programaci�n y ejecuci�n de dichas actividades, de acuerdo con las normas de r�gimen interior del Establecimiento.

La participaci�n de los internos, a trav�s de la correspondiente Comisi�n, en la programaci�n y ejecuci�n de las actividades laborales, se ajustar� a lo dispuesto en los art�culos 202 y 203.

TITULO III

De las prestaciones de la Administraci�n

CAPITULO PRIMERO

ASISTENCIA SANITARIA E HIGIENICA

Secci�n Primera

Asistencia sanitaria

Art�culo 138

La asistencia m�dica en los Establecimientos Penitenciarios tendr� por finalidad la prevenci�n de enfermedades o accidentes, la asistencia o curaci�n y la rehabilitaci�n f�sica o mental de los internos por medio de los correspondientes servicios sanitarios e higi�nicos.

Art�culo 139

1. Para los fines se�alados en el art�culo anterior, en cada Establecimiento Penitenciario prestar� sus servicios, al menos, un M�dico de Medicina general con conocimientos psiqui�tricos, perteneciente al cuerpo Facultativo de Sanidad Penitenciaria, el cual podr� solicitar la colaboraci�n de especialistas. A sus inmediatas �rdenes actuar�, cuando menos, un Ayudante T�cnico Sanitario y el personal auxiliar adecuado. Igualmente dispondr� de los servicios de un M�dico Odont�logo.

2. En los Establecimientos Penitenciarios de car�cter hospitalario o asistencial habr� de contarse con los servicios de los M�dicos especialistas que sean necesarios para la consecuci�n de sus fines.

3. Siempre que sus dolencias lo hagan aconsejable, los internos podr�n ser atendidos por un Oftalm�logo u otros especialistas, tanto en forma ambulatoria como internados en instituciones hospitalarias y asistenciales de car�cter penitenciario y en casos de necesidad o de urgencia, en otros centros hospitalarios.

4. Los internos podr�n solicitar a su costa los servicios m�dicos profesionales ajenos a las Instituciones Penitenciarias, excepto cuando razones de seguridad aconsejen limitar este derecho.

5. Los internos tendr�n derecho a la asistencia farmac�utica que derive de las atenciones m�dicas se�aladas en los p�rrafos anteriores. De no existir en el botiqu�n los medicamentos precisos, se adquirir�n en las farmacias previa prescripci�n facultativa.

El Director, a instancia del interno o del M�dico, y de conformidad con �ste en todo caso, decidir� sobre el destino de los medicamentos que tuviere en su poder el interno en el momento del ingreso en el Establecimiento o reciba del exterior, disponiendo cuales puede conservar para su personal administraci�n y cuales deben quedar depositados en la enfermer�a, atendidas las necesidades del enfermo y las exigencias de la seguridad.

A los internos que careciesen de medios econ�micos suficientes, se les proporcionar� los aparatos ortop�dicos visuales y auditivos o de otro tipo que necesitaren.

Art�culo 140

1. Los internos ingresados en el Establecimiento ser�n examinados por el M�dico con el fin de conocer su estado f�sico y mental; descubrir la posible existencia de enfermedades, adoptando en su caso, las medidas necesarias, proponer el aislamiento de los sospechosos de enfermedades infectocontagiosas o de perturbaciones mentales y observar las peculiaridades f�sicas o mentales de cada interno a efectos de clasificaci�n.

2. Del resultado de este reconocimiento se dejar� constancia en la historia cl�nica del interno y en el libro de reconocimiento de ingresos, haciendo expresa constancia de cuantos antecedentes cl�nicos refiera aqu�l y el origen de los mismos.

Art�culo 141

Cada d�a a la hora que se determine por la Junta de R�gimen y Administraci�n, el M�dico pasar� consulta de reconocimiento a la que podr�n asistir los internos que, no estando imposibilitados, experimenten cualquier dolencia. Tambi�n pasar� visita en Enfermer�a a los internos en ella, a los imposibilitados de acudir a la consulta y a todos los internos aislados por sanci�n u otro motivo, en la dependencia en que se encuentran.

Art�culo 142

1. El M�dico pondr� en conocimiento del Director, mediante escrito razonado, la existencia de internos que por su enfermedad deban ser traslados al Hospital Penitenciario u otros centros hospitalarios. El Director recabar� las oportunas autorizaciones del Centro Directivo, para que el traslado se realice con la debida prontitud, efectuando los tr�mites y adoptando las medidas oportunas al efecto.

2. Cuando la dolencia del interno haya determinado su traslado a un hospital de la localidad, el M�dico le visitar� con la periodicidad necesaria.

3. Los internos trabajadores acogidos al r�gimen de la Seguridad Social podr�n ser atendidos, en caso de necesidad y con las debidas garant�as, en los centros asistenciales de la localidad dependientes del Ministerio de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social.

Art�culo 143

1. Cuando un penado presente s�ntomas de enajenaci�n o trastorno mental se estar� a lo dispuesto para el caso en las leyes procesales, previo diagn�stico psiqui�trico realizado por un equipo t�cnico integrado por un especialista en psiquiatr�a, un M�dico Forense y el del Establecimiento, acompa��ndose en todo caso informe del Equipo de Observaci�n o de Tratamiento.

2. Si se tratase de internos en calidad de detenidos o presos, el Director, previo dictamen del M�dico del Establecimiento, dar� cuenta a las autoridades de que dependan.

Art�culo 144

1. Si se observare la existencia de un caso de enfermedad infectocontagiosa, se proceder� al aislamiento del enfermo y a la desinfecci�n de sus ropas y utensilios, someti�ndose tambi�n a exploraci�n sanitaria a los internos que con �l hayan convivido y extrem�ndose las oportunas medidas higi�nicas.

El Director, a instancia del M�dico, podr� ordenar por razones de higiene la inutilizaci�n de las ropas y efectos contaminados propiedad de los internos.

2. Se dar� cuenta urgente de todo ello al Centro Directivo y a la Jefatura Provincial de Sanidad, inform�ndose a estos organismos de las medidas adoptadas, as� como de los caracteres y curso de la enfermedad.

Art�culo 145

1. En todos los Establecimientos Penitenciarios existir� un local destinado a enfermer�a dotado de las debidas condiciones de ventilaci�n, calefacci�n, higiene y salubridad. La Enfermer�a contar� con un n�mero de camas equivalentes, cuando menos, al 12 por 100 de la capacidad normal del Centro y estar� debidamente provista del material cl�nico, instrumental adecuado y productos farmac�uticos b�sicos para curas de urgencia e intervenciones dentales.

2. La enfermer�a contar� con una dependencia destinada a la observaci�n psiqui�trica y a la atenci�n de los toxic�manos, as� como de una unidad para enfermos contagiosos.

3. En los Establecimientos o departamentos para mujeres existir� una dependencia dotada de material de obstetricia necesario para el tratamiento de las internas embarazadas y de las que acaben de dar a luz y se encuentren convalecientes, as� como para atender aquellos partos cuya urgencia no permita que se realicen en hospitales civiles.

Art�culo 146

1. Para el ingreso o la salida de la enfermer�a de un interno se necesitar� la aprobaci�n del M�dico, quien debe firmar las altas y bajas en la misma.

2. Si alg�n interno cayere enfermo en hora en que el M�dico no se halle presente en el Establecimiento, ser� trasladado a la sala de observaci�n de la enfermer�a con car�cter provisional, donde permanecer� hasta que, personado el M�dico del Centro o quien le sustituya, decida lo que resulte aconsejable.

En el caso de que no sea encontrado el M�dico del Centro, se llamar� al servicio de urgencia m�s pr�ximo.

Art�culo 147

A propuesta del M�dico del Establecimiento, las Juntas de R�gimen y Administraci�n determinar�n las normas regimentales no m�dicas para las enfermer�as.

En todo caso, las enfermer�as:

a) Han de estar en perfecto estado de limpieza.
b) El material utilizable debe encontrarse siempre en condiciones de ser inmediatamente empleado.
c) Dispondr�n de un botiqu�n en un departamento adecuado para asegurar la guarda de medicamentos. Estos no podr�n utilizarse sin orden expresa del M�dico y bajo control del Ayudante T�cnico Sanitario.
d) Los estupefacientes, alucin�genos y otras drogas peligrosas o que puedan ocasionar farmacodependencia, ser�n objeto de una custodia especial en departamento fuera del alcance de los internos.

Art�culo 147 bis

1. Cuando ello sea necesario, por no existir Centros hospitalarios penitenciarios pr�ximos al lugar donde radique el establecimiento en que se encuentre el interno o por ser los servicios hospitalarios penitenciarios inadecuados para una correcta asistencia sanitaria de los internos, el tratamiento cl�nico o quir�rgico que requiera asistencia hospitalaria se efectuar� en Centros hospitalarios dependientes de otras Administraciones P�blicas no penitenciarias.

2. La petici�n de ingreso de los detenidos, presos y penados en los centros hospitalarios dependientes de Administraciones P�blicas no penitenciarias ser� acordada por el Centro Directivo de la correspondiente Administraci�n Penitenciaria, previa propuesta razonada de las Juntas de R�gimen y Administraci�n, a la que se acompa�ar�n informes m�dicos en los que conste el diagn�stico de la enfermedad o anomal�a que requiera tratamiento.

Del traslado de los detenidos y presos se dar� cuenta a la autoridad judicial de que dependan y al Juez de Vigilancia en el caso de los penados.

Cuando existan razones de urgencia, a propuesta del facultativo del establecimiento, el Director ordenar� el traslado al Centro hospitalario, dando cuenta a la Junta de R�gimen y Administraci�n, al Centro Directivo y a las autoridades judiciales a que se hace referencia en el p�rrafo anterior.

3. La permanencia de detenidos, presos o penados en los Centros hospitalarios dependientes de Administraciones P�blicas no penitenciarias durar� estrictamente el tiempo que requiera su correcto tratamiento, a juicio de los servicios m�dicos del propio Centro, quienes emitir�n, con el alta hospitalaria del interno, informe cl�nico completo dirigido a los servicios m�dicos del establecimiento de destino.

Secci�n Segunda

Higiene, aseo y limpieza

Art�culo 148

1. Los funcionarios cuidar�n en sus respectivos departamentos de que los internos se laven diariamente y de que se afeiten, corten el pelo y muden de ropa con la frecuencia necesaria. Habr�n de exigir que cada interno se ba�e o duche al menos una vez por semana.

La Administraci�n facilitar� gratuitamente a los internos los servicios y art�culos de aseo diario necesarios.

2. En los Establecimientos de mujeres se facilitar� a las internas los art�culos necesarios de uso normal para la higiene �ntima.

3. Los servicios de peluquer�a y barber�a ser�n organizados de forma que cubran las necesidades del Establecimiento, permiti�ndoseles a los internos utilizar m�quinas de afeitar de su propiedad que no impliquen riesgo para la seguridad del Establecimiento.

Art�culo 149

Tanto las dependencias destinadas al alojamiento nocturno de los recluidos como aquellas en que se desarrolle la vida en com�n, deber�n satisfacer las necesidades de la higiene y estar acondicionadas de manera que el volumen de espacio, ventilaci�n, agua, alumbrado y calefacci�n se ajuste a las condiciones clim�ticas de la localidad.

Art�culo 150

Se organizar�n ejercicios f�sicos que contribuyan al mantenimiento de la salud, y en todo caso los internos tendr�n al menos una hora de paseo al aire libre.

Art�culo 151

1. En todos los Establecimientos existir� un servicio de lavander�a para el lavado, limpieza y reparaci�n de las ropas propiedad del interno y de las correspondientes a su equipo.

2. Las prendas de los internados en la enfermer�a ser�n objeto de un especial cuidado desde el punto de vista higi�nico.

Art�culo 152

Con la periodicidad que el M�dico determine se proceder� a una completa desinfecci�n y desinsectaci�n de los locales y dependencias del Establecimiento.

CAPITULO II

INSTRUCCION Y EDUCACION

Secci�n Primera

Centros, Ense�anza y Ciclos

Art�culo 153

1. Para la ense�anza y educaci�n de los internos habr� escuelas en todos los Establecimientos Penitenciarios, servidos por funcionarios del Cuerpo de Profesores de Ense�anza General B�sica de Instituciones Penitenciarias.

2. Las unidades docentes de los Establecimientos se ajustar�n, en la medida de lo posible, a la legislaci�n vigente en cuanto a las modalidades y caracter�sticas de la Educaci�n Permanente de Adultos a nivel de Educaci�n General B�sica y Formaci�n Profesional de primer grado.

Art�culo 154

Los Profesores de Ense�anza General B�sica podr�n utilizar para el desempe�o de tareas auxiliares en la escuela y biblioteca a internos que, por sus comportamientos y especialidades, puedan auxiliar en las tareas pedag�gicas.

Art�culo 155

1. Al ingresar en el Establecimiento, los internos ser�n examinados por el Profesor de Ense�anza General B�sica y clasificados en los ciclos correspondientes a la instrucci�n cultural que posean.

2. Los tres ciclos que se establecen tendr�n car�cter flexible y din�mico, de manera que permitan la movilidad y ajuste personal de los alumnos a las distintas �reas. Son los siguientes:

Primer ciclo: Para la formaci�n de los adultos que carecen del conocimiento y dominio de las t�cnicas instrumentales equivalentes al 1.� y 2.� curso de Educaci�n General B�sica.

Segundo ciclo: Para perfeccionamiento en el uso funcional de las t�cnicas anteriores, en equivalencia a los cursos de 3.�, 4.�, y 5.� de Educaci�n General B�sica.

Tercer ciclo: Supone el uso funcional de t�cnicas, h�bitos y conocimientos b�sicos hasta conseguir los objetivos formativos e informativos de un nivel de referencia equivalente a los cursos 6.�, 7.� y 8.� de Educaci�n General B�sica.

3. El primero y segundo ciclos ser�n obligatorios para todos los internos en los t�rminos establecidos por la legislaci�n vigente sobre Educaci�n Permanente de Adultos.

El tercer ciclo tendr� car�cter voluntario.

Art�culo 156

La asistencia de los internos a las clases para adquirir los conocimientos correspondientes a los ciclos se�alados, tendr� car�cter preferente sobre las dem�s actividades del r�gimen del Establecimiento.

Art�culo 157

Para el desarrollo y duraci�n de los respectivos ciclos se tendr�n en cuenta los perfiles mentales del alumno y dem�s requisitos se�alados en el art�culo 155.

Art�culo 158

La superaci�n del tercer ciclo llevar� a la obtenci�n del Diploma de Graduado Escolar; en otro caso, al Certificado de Escolaridad.

Art�culo 159

La obtenci�n del Certificado de Escolaridad o del t�tulo de Graduado Escolar, la promoci�n acad�mica del alumno de uno a otro ciclo, o el alcance de los objetivos propuestos en cuanto a madurez personal y sociabilidad, ser�n evaluados por la Junta de R�gimen y Administraci�n y por el Equipo de Observaci�n o de Tratamiento como factores positivos.

Art�culo 160

1. La Direcci�n General formalizar� anualmente un calendario escolar.

2. Durante el curso escolar el n�mero de horas de clase no ser� inferior al de cinco horas diarias.

3. Cada curso escolar dar� comienzo el 1 de septiembre para terminar el d�a 30 de junio del a�o siguiente. El tiempo intermedio ser� dedicado por los alumnos que lo precisen a la recuperaci�n necesaria y por los Profesores a la preparaci�n del plan para el curso siguiente, salvo el per�odo de vacaciones.

Art�culo 161

Las ense�anzas de formaci�n profesional se impartir�n a los internos que posean, como m�nimo, el Certificado de Escolaridad, y se ajustar�n a lo dispuesto por la legislaci�n vigente en la materia y a las normas de este Reglamento.

Secci�n Segunda

Estructura organizativa

Subsecci�n Primera

Elemento personal

Art�culo 162

1. Las Aulas de Educaci�n Permanente, expresamente reconocidas por el Ministerio de Educaci�n y Ciencia, tendr�n, cuando menos, un Profesor de Educaci�n General B�sica. Estas Aulas se orientar�n principalmente a la promoci�n acad�mica de los adultos.

2. En aquellos Establecimientos que se considere necesario se crear�n C�rculos de Educaci�n Permanente, igualmente reconocidos por el citado Ministerio, los cuales dispondr�n de tres Profesores para impartir las distintas Areas de ense�anza.

3. Tanto en las Aulas como en los C�rculos, los Profesores de Educaci�n General B�sica establecer�n programas formativos, culturales y de formaci�n profesional, de acuerdo con las caracter�sticas y disponibilidades de cada Establecimiento.

4. La coordinaci�n de las unidades y tareas que se regulan en este cap�tulo con las de tratamiento corresponden a los Equipos de Observaci�n o de Tratamiento.

Art�culo 163

Para organizar, orientar y desarrollar las ense�anzas de Educaci�n General B�sica, los Profesores deber�n ajustarse a las orientaciones pedag�gicas del Ministerio de Educaci�n y Ciencia y a las que en desarrollo de las mismas dicte la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias.

Los Profesores se encargar�n de la direcci�n y programaci�n de las actividades culturales y deportivas, pudiendo ser auxiliados en estas �ltimas por monitores de Educaci�n F�sica.

Subsecci�n Segunda

Elemento instrumental

Art�culo 164

1. Para el cumplimiento de la funci�n asignada, las Aulas y C�rculos estar�n dotados de:

a) Servicios docentes, que comprender�n el local-escuela y la biblioteca. Uno y otro estar�n dotados del mobiliario y condiciones de ambientaci�n adecuados para el trabajo personal y de grupo.
b) Servicios culturales, con medios audiovisuales, aparatos de proyecci�n fijos, magnet�fonos, televisores, proyectores cinematogr�ficos y, en general, aquellos que se consideren necesarios.
c) Servicios deportivos, que comprender�n tanto las correspondientes instalaciones como los instrumentos para el desarrollo de la educaci�n f�sica, juegos y deportes.

2. Se autoriza a los internos el uso de transistores de su propiedad de tipo petaca y con aud�fono, salvo expresa limitaci�n por la Junta de R�gimen y Administraci�n basada en razones de seguridad o buen orden del Establecimiento.

Secci�n Tercera

Evaluaci�n

Art�culo 165

El proceso formativo de los alumnos se contrastar� por medio de evaluaciones de su rendimiento. Estas evaluaciones se articulan en tres momentos: Exploraci�n inicial, evaluaci�n continua y valoraci�n final.

a) La exploraci�n inicial tendr� por objeto la obtenci�n de los datos necesarios para la adecuada orientaci�n del alumno, detectando sus aptitudes e intereses espec�ficos.

b) La evaluaci�n continua ser� un instrumento de diagn�stico del trabajo escolar, con el objeto de conocer los factores que puedan limitar su eficacia y servir� de base a las actuaciones de correcci�n que quepa introducir en el planteamiento y en la puesta en pr�ctica del programa educativo.

c) La valoraci�n final habr� de servir para conocer el grado en que el alumno haya alcanzado los objetivos propuestos.

Los resultados de estas evaluaciones quedar�n reflejados en el historial escolar de cada alumno. A la terminaci�n de los ciclos establecidos, la Direcci�n del Establecimiento solicitar� del Ministerio de Educaci�n el diploma o t�tulos a que hace referencia el art�culo 159 de este Reglamento.

Art�culo 166

En caso de traslado de un interno a otro Centro Penitenciario, se incluir� en su expediente personal la historia escolar del mismo.

Art�culo 167

A los internos que lo soliciten se les expedir� por el Profesor de Educaci�n General B�sica del Establecimiento, con el visado del Director, certificaciones relativas a las ense�anzas o cursos superados, con las correspondientes apreciaciones de las evaluaciones efectuadas.

Secci�n Cuarta

Ense�anzas especiales

Art�culo 168

La autorizaci�n a los internos para cursar estudios medios o superiores comprender� la facilitaci�n de los tr�mites para su matriculaci�n y el derecho a comunicar con sus profesores en orden al desarrollo de dichos estudios y la realizaci�n de los correspondientes ex�menes.

Para la verificaci�n de los ex�menes los Directores de los Establecimientos se pondr�n de acuerdo con las autoridades acad�micas o los profesores y proceder�n de la forma que permita la situaci�n penal y penitenciaria del interno.

Se dar�n las m�ximas facilidades para que los internos que no puedan seguir cursos en el exterior lo hagan por correspondencia, radio o televisi�n.

Art�culo 169

Los internos autorizados a cursar las ense�anzas a que se refiere el art�culo anterior se procurar�n a sus expensas los elementos necesarios para llevarlas a cabo. Si no dispusieran de medios para ello, la Administraci�n Penitenciaria har� las gestiones pertinentes para facilit�rselos.

V�ase arts. 105.c), 175 y 394.b) de este Reglamento.

Art�culo 170

Con la debida antelaci�n, los internos matriculados en estudios medios o superiores solicitar�n de la Direcci�n del Establecimiento que, a trav�s de los Asistentes Sociales o de los medios de que se disponga, se les informe de las fechas de los ex�menes y del Centro en que hayan de efectuarlos, a los efectos prevenidos en el art�culo 168.

Art�culo 171

Los resultados de los ex�menes se har�n constar en el Libro de Ense�anzas Especiales, que llevar� el Profesor de Educaci�n General B�sica del Establecimiento, y en los expedientes personales de los internos.

Art�culo 172

Aquellos internos que presenten deficiencia o inadaptaciones profundas recibir�n en Establecimientos Especiales el tratamiento educativo adecuado para su incorporaci�n a la vida social.

Cuando sea posible, los deficientes leves recibir�n este tratamiento educativo en el Establecimiento en que est�n cumpliendo condena, estableci�ndose los objetivos, programas y l�mites de Educaci�n Especial, que se ajustar�n a los niveles, aptitudes y posibilidades de desenvolvimiento de cada deficiente o inadaptado, y a su edad.

Art�culo 173

En los Establecimientos de mujeres que tengan consigo ni�os que no hayan alcanzado la edad de escolaridad obligatoria y exista local para la educaci�n preescolar, el Profesor de Centro orientar� las actividades a realizar.

Secci�n Quinta

Promoci�n cultural

Art�culo 174

Para promover al m�ximo la participaci�n de los internos a trav�s de formas de aprendizaje grupales, una vez fijados los objetivos m�nimos por niveles, se organizar�n cursillos monogr�ficos en funci�n de las aficiones y preferencias de los internos, que participar�n en la programaci�n y selecci�n de contenidos, as� como en la evaluaci�n final de los mismos.

Art�culo 175

Igualmente se organizar�n aquellas actividades que se consideren necesarias para ofrecer la posibilidad de una promoci�n cultural y un mayor bienestar de los internos, procur�ndose que en su iniciaci�n, organizaci�n y desarrollo intervengan activamente los mismos, dentro de las normas reglamentarias.

Para que sea factible esta promoci�n cultural y lograr su m�xima eficacia, se facilitar�n por la Administraci�n los medios necesarios para los estudios o actividades culturales a los internos que carezcan de medios econ�micos, posean capacidad y muestren inter�s por aquellos.

V�ase arts. 105.c), 169 y 394.b) de este Reglamento.

Secci�n Sexta

Bibliotecas

Art�culo 176

En todos los Establecimientos Penitenciarios existir�, a cargo del Profesor de Educaci�n General B�sica, una Biblioteca provista de libros adecuados a las necesidades culturales y profesionales de los internos, y un n�mero de salas de lectura equivalente a las unidades de clasificaci�n del Centro.

Tanto la Biblioteca general como las instaladas en las diversas unidades de clasificaci�n, podr�n funcionar en forma circulante.

Las Bibliotecas se nutrir�n de las consignaciones que acuerde el Centro Directivo con cargo al presupuesto oficial y de los donativos y legados que a su favor se constituyan.

Toda Biblioteca estar� convenientemente catalogada mediante dobles fichas, ordenadas por materias y autores, y habr� ejemplares de cat�logos a disposici�n de los internos, para que �stos puedan formular las peticiones de obras que deseen.

Los internos podr�n tambi�n utilizar los libros facilitados por las Bibliotecas ambulantes establecidas por la Administraci�n o por entidades particulares.

Art�culo 177

Para servir a la obra educativa de las distintas unidades docentes y en particular para el trabajo en equipo, los fondos de la Biblioteca abarcar�n las �reas de ense�anzas de la Educaci�n Permanente de Adultos a nivel de Educaci�n General B�sica.

Art�culo 178

Con la periodicidad que se establezca, los Profesores de Educaci�n General B�sica de cada uno de los establecimientos deber�n proponer a la Inspecci�n de Servicios la adquisici�n de los libros necesarios para el cumplimiento de los fines asignados a las mismas. Para formular estas peticiones, los Profesores pedir�n asesoramiento a los funcionarios, especialmente a los Educadores y a los miembros de los Equipos de Observaci�n y Tratamiento, y, en todo caso, tendr�n en cuenta los intereses manifestados por los internos.

Art�culo 179

Los internos tienen derecho a disponer de libros, peri�dicos y revistas de libre circulaci�n en el exterior, con las limitaciones que, en casos concretos, aconsejen las exigencias del tratamiento individualizado, previa resoluci�n motivada del equipo t�cnico del establecimiento. Contra dicha resoluci�n, que deber� ser notificada al interno, �ste podr� acudir en queja ante el Juez de Vigilancia. Tambi�n estar�n informados a trav�s de audiciones radiof�nicas, televisivas y otras an�logas.

En todo caso, se proh�be la circulaci�n en el interior de los establecimientos de publicaciones pornogr�ficas o que exciten a la violencia, pudiendo autorizarse su lectura individualmente en local y bajo control adecuados.

CAPITULO III

ASISTENCIA RELIGIOSA

Art�culo 180

La Administraci�n garantizar� la libertad religiosa de los internos y facilitar� los medios para que dicha libertad pueda ejercitarse.

Ning�n interno ser� obligado a asistir a los actos de culto ni de otro tipo de ninguna confesi�n religiosa ni se limitar� su asistencia a los que organice la Iglesia, Confesi�n o Comunidad religiosa a la que pertenezcan.

Art�culo 181

1. Los internos ser�n atendidos por ministros de la religi�n que profesen, lo que corresponder� con car�cter general, en el caso de confesionalidad cat�lica, a un miembro del Cuerpo de Capellanes de Instituciones Penitenciarias si lo hubiere en el Establecimiento, o, en su defecto, a un sacerdote de la localidad, sin perjuicio de lo que se dispone en el art�culo 102 y de lo que se establezca en los Acuerdos que pueda concluir el Estado con las diversas Confesiones religiosas.

2. Se habilitar� un local adecuado para la celebraci�n de los actos de culto o asistencia propios de las distintas Iglesias, Confesiones o Comunidades religiosas.

3. Las normas de r�gimen de los Establecimientos Penitenciarios deber�n adoptar las medidas que garanticen a los internos el derecho a la asistencia religiosa, as� como a la comunicaci�n con los ministros del servicio religioso de las Iglesias, Confesiones o Comunidades religiosas.

4. La asistencia religiosa de que se habla en el apartado 2 comprender� todas las actividades que se consideran necesarias para el adecuado desarrollo religioso de la persona.

CAPITULO IV

TRABAJO PENITENCIARIO

Secci�n Primera

Disposiciones generales

Art�culo 182

El trabajo penitenciario, que constituye un derecho y un deber del interno, tendr� car�cter formativo, creador o conservador de h�bitos laborales, productivo o terap�utico, con el fin de preparar a los internos para las condiciones normales del trabajo libre.

Sus condiciones ser�n:

a) No tendr� car�cter aflictivo ni ser� aplicado como medida de correcci�n.
b) No atentar� a la dignidad del interno.
c) Se organizar� y planificar� atendiendo a las aptitudes y cualificaci�n profesional, de manera que satisfaga las aspiraciones laborales de los recluidos en cuanto sean compatibles con la organizaci�n y seguridad del Establecimiento.
d) Ser� facilitado por la Administraci�n.
e) Gozar� de la protecci�n dispensada por la legislaci�n vigente en materia de Seguridad Social.
f) No se supeditar� al logro de intereses econ�micos por parte de la Administraci�n.

Art�culo 183

1. Todos los penados tendr�n obligaci�n de trabajar conforme a sus aptitudes f�sicas y mentales.

2. Quedar�n exceptuados de esta obligaci�n, sin perjuicio de poder disfrutar, en su caso, de los beneficios penitenciarios:

a) Los sometidos a tratamiento m�dico por causa de accidente o enfermedad, hasta que sean dados de alta.
b) Los que padezcan incapacidad permanente para toda clase de trabajos.
c) Los mayores de sesenta y cinco a�os.
d) Los perceptores de prestaciones por jubilaci�n.
e) Las mujeres embarazadas, con motivo del parto, durante catorce semanas como m�ximo, distribuidas �stas a opci�n de la interesada.
f) Los internos que no puedan trabajar por raz�n de fuerza mayor.

3. Los sometidos a prisi�n preventiva podr�n trabajar conforme a sus aptitudes e inclinaciones. La Administraci�n del Establecimiento les facilitar� los medios de ocupaci�n de que disponga, permitiendo al interno procurarse a sus expensas otros, siempre que sean compatibles con las garant�as procesales y la seguridad y el buen orden de aqu�l. Los que voluntariamente realicen cualquiera de los trabajos expresados en el art�culo 185, lo har�n en las condiciones y con los efectos y beneficios previstos en la Ley Org�nica General Penitenciaria y en este Reglamento.

Art�culo 184

El trabajo tendr� la consideraci�n de elemento fundamental del tratamiento cuando as� resulte de la formulaci�n de un programa individualizado, y en todo caso se organizar� de forma que sea compatible con las sesiones de tratamiento y con las necesidades de la ense�anza en los niveles obligatorios. A tal fin, en cada Establecimiento se adoptar�n los horarios y las medidas que se estimen convenientes para asegurar la satisfacci�n de aquellos fines y garantizar la efectividad del resultado.

Art�culo 185

1. El trabajo que realicen los internos, dentro o fuera de los establecimientos, estar� comprendido en alguna de las modalidades siguientes:

a) Las de formaci�n profesional, a las que se dar� car�cter preferente.
b) Las dedicadas al estudio y formaci�n acad�mica.
c) Las de producci�n de r�gimen laboral o mediante f�rmulas cooperativas o similares de acuerdo con la legislaci�n vigente.
d) Las ocupaciones que formen parte de un tratamiento.
e) Las prestaciones personales en servicios auxiliares comunes del Establecimiento.
f) Las artesanales, intelectuales y art�sticas.

2. Todo trabajo directamente productivo que realicen los internos ser� remunerado y se desarrollar� en las condiciones de seguridad e higiene establecidas en la legislaci�n vigente.

3. La retribuci�n del trabajo de los internos s�lo ser� embargable en las condiciones y con los requisitos establecidos para el salario del trabajador libre.

Art�culo 186

Las modalidades del trabajo en los Establecimientos Penitenciarios se regir�n por las siguientes normas:

1. El trabajo directamente productivo ser� regulado por la normativa general de las relaciones laborales a que se refiere el art�culo 191.
2. La formaci�n profesional ser� b�sica en el proceso de la actividad laboral y quedar� establecida de la siguiente forma:
- a) La formaci�n profesional que suponga exclusiva preparaci�n para una determinada actividad laboral, en r�gimen acad�mico y que no est� comprendida en los sistemas de aprendizaje organizados en los sectores laborales penitenciarios a trav�s de la Acci�n Formativa, se regir� por las disposiciones comunes establecidas, de acuerdo con la legislaci�n vigente, en los planes elaborados y en los centros autorizados por el Ministerio de Educaci�n, o por identificaci�n con los sistemas docentes planificados por �ste, siempre que la Administraci�n Penitenciaria imparta este tipo de ense�anzas con autonom�a, organizaci�n y aplicaci�n de fondos p�blicos.V�ase arts. 161 y 192 de este Reglamento.
- b) La formaci�n profesional en r�gimen de trabajo o Acci�n Formativa se impartir� especialmente a los internos j�venes, a fin de que, con la adquisici�n de conocimientos profesionales puedan integrarse en la sociedad con posibilidades de realizar actividades laborales normales. No obstante, la formaci�n profesional de los adultos se atender� a trav�s de los oportunos cursos que el sistema de Acci�n Formativa determine.
- c) La titulaci�n profesional adquirida por los internos, a trav�s de los estudios realizados en los Establecimientos Penitenciarios, ser� extendida por alguna instituci�n docente laboral de la circunscripci�n territorial donde se encontrase el Establecimiento y tendr� la misma consideraci�n que la expedida en general en dichas instituciones.
- d) La formaci�n profesional ser� obligatoria para los internos penados que la requieran, procurando concretar esta actividad a un n�mero determinado de Establecimientos, a fin de conseguir experiencia y efectividad en el desarrollo de la actividad docente, y aminorar los costos que pudiesen producirse por la dispersi�n de �reas docentes.
- e) La formaci�n profesional podr� ser impartida a los internos preventivos que voluntariamente la aceptasen, estim�ndose la posibilidad de permanencia en los Establecimientos y la consumaci�n de per�odos formativos, orient�ndose, en este caso, preferentemente, hacia cursos de formaci�n laboral acelerada e intensiva. Si durante el curso el interno obtuviere la libertad, se le permitir� continuar en el mismo y acceder al interior del Establecimiento, cuando hubiere superado la mitad de su formaci�n.
3. Las actividades laborales que consisten en estudio y formaci�n acad�mica, las artesanales, intelectuales y art�sticas se considerar�n trabajo realizado por cuenta propia, vincul�ndose el mismo a la normativa general promulgada para esta clase de trabajo.
4. Los servicios auxiliares comunes del Establecimiento, como el trabajo realizado en enfermer�as, escuelas, cocinas, economatos o aquellos otros realizados por la Administraci�n que supongan reducci�n del gasto p�blico, ser�n atendidos por �sta.
5. Las tareas meramente ocupacionales que formen parte de un tratamiento no estar�n sujetas a remuneraci�n econ�mica.

Art�culo 187

El trabajo terap�utico que realicen los internos y que implique derecho a remuneraci�n deber� ser programado y controlado por el M�dico del Establecimiento o el miembro del Equipo que corresponda y, en relaci�n con dicha remuneraci�n, deber�n ser informados a fin de que presten su conformidad.

Art�culo 188

En el trabajo que realicen los internos en r�gimen abierto y por sistema de contrataci�n ordinaria con las empresas libres, aqu�llas ser�n titulares del contrato que se lleve a cabo, pudiendo comparecer en el mismo la Direcci�n del Centro tutelando la relaci�n laboral, cuando sea necesario o conveniente, y comprobando la actividad de los trabajadores.

La sanci�n disciplinaria grave o muy grave, la regresi�n de grado, el traslado del interno a otro Establecimiento por orden judicial o la existencia de causas de �ndole penitenciaria u otras que modificasen el estatuto jur�dico de los internos podr�n determinar la extinci�n del contrato de trabajo, sin perjuicio de los recursos que en cada caso procedan.

El contrato de trabajo del interno en r�gimen abierto se regular� en cuanto a su extinci�n por la legislaci�n laboral com�n. Sin embargo, el despido disciplinario del trabajador, si estuviere justificado, y la extinci�n voluntaria de la relaci�n laboral por el interno, dar� lugar a que la Administraci�n considere el comportamiento de �ste a los efectos que procedan.

Art�culo 189

1.La Administraci�n organizar� y planificar� el trabajo de car�cter productivo en las condiciones siguientes:

a) Proporcionar� trabajo suficiente para ocupar en d�as laborales a los internos, garantizando el descanso semanal.
b) La jornada de trabajo no podr� exceder de la m�xima legal y se cuidar� de que los horarios laborales permitan disponer de tiempo suficiente para las sesiones de tratamiento.
c) Velar� porque la retribuci�n sea conforme al rendimiento, categor�a profesional y clase de actividad desempe�ada.
d) Cuidar� de que los internos contribuyan al sostenimiento de sus cargas familiares y al cumplimiento de sus restantes obligaciones, disponiendo el recluso de la cantidad sobrante en las condiciones que se determinan en este Reglamento.

Art�culo 190

Los bienes, productos o servicios obtenidos por el trabajo de los internos tendr�n, en igualdad de condiciones car�cter preferente en las adjudicaciones de suministro y obras de las Administraciones p�blicas.

Secci�n Segunda

Relaci�n laboral penitenciaria

Art�culo 191

Las relaciones laborales penitenciarias y el R�gimen de Seguridad Social de aplicaci�n a los internos se regir� por lo dispuesto en el presente Reglamento, as� como en las restantes disposiciones vigentes, sin perjuicio de las normas que se dicten en desarrollo de lo establecido en el art�culo 2.�,1,c) del Estatuto de los Trabajadores.

Secci�n Tercera

Organizaci�n del trabajo

Art�culo 192

1. Los sectores laborales que se organicen en los Establecimientos se orientar�n al cumplimiento de los fines del trabajo penitenciario, as� como a atender a las condiciones y modalidades que en el presente Reglamento se determinan.

La organizaci�n laboral penitenciaria ser� estructurada de forma que, cumpliendo lo anteriormente expuesto, posibilite el ejercicio de los derechos y obligaciones laborales de los internos en relaci�n con las exigencias de la formaci�n profesional, el aprendizaje de t�cnicas laborales y la consecuci�n de medios econ�micos justos. A tal efecto, los sectores laborales quedar�n constituidos en cuatro clases fundamentales:

a) Sectores de acci�n formativa.
b) Sectores de talleres-escuelas.
c) Sectores productivos.
d) Sectores de servicios, mantenimiento o conservaci�n de los establecimientos.

2. Los sectores de acci�n formativa tendr�n como finalidad la formaci�n profesional de los internos, de acuerdo con los ciclos y programas que para esta clase de actividades establezca el Ministerio de Trabajo o los que, por similitud, organice la Administraci�n Penitenciaria.

En esta actividad se tendr� en consideraci�n la impartici�n de conocimientos precisos, ya sean para la iniciaci�n de una actividad laboral o para el perfeccionamiento de la misma a trav�s de cursos sucesivos.

3. Los talleres-escuela ser�n sectores laborales en los que se conjugue el trabajo en pr�cticas con una actividad laboral que pueda producir resultados econ�micos para los trabajadores, de acuerdo con las normas establecidas para las relaciones laborales penitenciarias.

4. El trabajo realizado en los sectores productivos, que nunca podr�n prescindir de las orientaciones y fines del trabajo penitenciario, tendr�n como prop�sito principal la realizaci�n de una actividad laboral id�ntica a la efectuada en las �reas de los trabajos libres, a fin de que los internos, adquirida la formaci�n profesional y superado el trabajo en pr�cticas, tengan oportunidad de integrarse, en el momento de la reinserci�n social, a puestos de trabajo en el �mbito laboral exterior.

5. Los sectores laborales de servicios, mantenimiento o conservaci�n de los Establecimientos depender�n a todos los efectos de la Administraci�n Penitenciaria y ser�n considerados como prestaciones personales obligatorias o en r�gimen de trabajo productivo cuando la actividad laboral sea continua, con dedicaci�n exclusiva y cumplimiento de la jornada laboral ordinaria, o a tiempo parcial cuando el trabajo a realizar as� lo requiera.

6. En toda actividad del trabajo penitenciario se considerar� fundamental el proceso de adquisici�n y conservaci�n de h�bitos laborales.

Art�culo 193

El ingreso en el trabajo se efectuar� de acuerdo con lo dispuesto en la normativa de las relaciones laborales penitenciarias, quedando determinado el sector laboral y el puesto de trabajo en el que deben integrarse los internos, previo estudio y consejo de orientaci�n, en el orden laboral, de los Equipos de Observaci�n o Tratamiento y con la consiguiente autorizaci�n del �rgano competente.

Secci�n Cuarta

Clasificaci�n laboral

Art�culo 194

1. Los reclusos trabajadores, atendiendo a su nivel de conocimientos, capacidad laboral y funciones desempe�adas, ser�n clasificados en:

a) Encargados.
b) Oficiales.
c) Ayudantes.
d) Auxiliares.
e) Subalternos.
f) Aprendices.

2. Se clasificar�n como:

a) Encargados: los trabajadores que con capacidad suficiente lleven la direcci�n del trabajo en una secci�n determinada y puedan actuar de monitores auxiliares respecto a la totalidad de los trabajadores de la misma.
b) Oficiales: Los que con los adecuados conocimientos te�rico-pr�cticos desarrollen con autonom�a los contenidos propios de un oficio cl�sico, incluidos los de car�cter administrativo.
c) Ayudantes: Los que con la formaci�n laboral adecuada ayuden y colaboren con los oficiales en los cometidos que les sean propios.
d) Auxiliares: Los que realicen funciones administrativas de car�cter elemental, colaborando con los oficiales, si los hubiere.
e) Subalternos: Los que, sin desempe�ar las funciones propias de las categor�as antes definidas, realicen trabajos que no tengan car�cter t�cnico.
f) Aprendices: Los que para el desempe�o de sus funciones s�lo aporten inicialmente esfuerzo f�sico y no precisen pr�ctica previa, sirviendo el desarrollo del trabajo para adquirir los conocimientos.

3. Las categor�as profesionales anteriores son meramente enunciativas, y, en consecuencia, los trabajos que no puedan ser encuadrados en las mismas tendr�n la clasificaci�n que por analog�a se se�ale a los mismos en las Ordenanzas de Trabajo y Convenios Colectivos de la actividad correspondiente.

Art�culo 195

En los sectores de servicios, mantenimiento o conservaci�n de los Establecimientos, los trabajadores adquirir�n las categor�as profesionales que el desarrollo de la actividad laboral requiera, asimil�ndoles a las establecidas para el trabajo productivo.

En esta clase de actividad, los internos trabajadores depender�n directamente de los funcionarios encargados de los respectivos servicios o del control de la realizaci�n de los trabajos de mantenimiento o conservaci�n, debiendo cumplir las instrucciones y �rdenes que de �stos reciban, sin que en ning�n momento tengan facultades de mando fuera del desarrollo del trabajo respecto al resto de los internos.

Art�culo 196

A efectos de la organizaci�n laboral de trabajo entre los distintos sectores, se formalizar�n las plantillas de trabajadores necesarias para el desarrollo de la actividad laboral.

Art�culo 197

El n�mero de Encargados de un taller no podr� exceder de uno por cada grupo de veinte trabajadores. Los Oficiales y Ayudantes se utilizar�n con arreglo a las necesidades del trabajo, sin sujeci�n a n�mero determinado.

Art�culo 198

A fin de controlar y perfeccionar los sistemas de los trabajos productivos, se podr� autorizar a que las personas que contraten con el Organismo aut�nomo �Trabajos Penitenciarios� la realizaci�n de obras o servicios en sus sectores laborales, est�n presentes en los talleres o granjas, asesorando o ayudando en el proceso de producci�n, entendi�ndose que la superior direcci�n y vigilancia de tales actividades corresponde, en todo caso, a �Trabajos Penitenciarios�.

Asimismo, �Trabajos Penitenciarios� podr� contratar obreros libres. En este caso, las relaciones laborales establecidas ser�n aprobadas por el Consejo de Administraci�n del Organismo y quedar�n sujetas a la normativa ordinaria establecida para los trabajadores libres. En el caso de los monitores representantes de las personas que contratan trabajos, depender�n de �stas a todos los efectos.

Art�culo 199

1. Los ascensos de categor�a profesional se producir�n teniendo en cuenta la formaci�n, m�rito y antig�edad de los trabajadores. Como norma general, los ascensos de categor�a se producir�n desde la inmediata inferior a la superior.

2. La capacidad de los internos trabajadores a efectos de la promoci�n profesional se acreditar� mediante ex�menes trimestrales para aquellos que realicen actividades ocupacionales repetitivas y de f�cil aprendizaje, y semestralmente para los que precisen conocimientos cualificados para la realizaci�n del trabajo.

3. Las vacantes que se produzcan en la categor�a de encargados ser�n previamente anunciadas y podr�n optar a ellas todos aquellos trabajadores que tengan categor�a de oficiales.

4. Los ascensos en las categor�as profesionales de trabajos de atenci�n a los servicios, mantenimiento o conservaci�n de los Establecimientos se producir�n asimismo previo examen y desde la categor�a inferior.

5. Si ning�n interno trabajador de los destinados a un sector laboral determinado demostrase capacidad laboral suficiente para la ocupaci�n del puesto de trabajo que se pretenda cubrir y que requiera categor�a espec�fica, podr� ser ocupado por trabajadores de nuevo ingreso.

Art�culo 200

La capacidad de los reclusos trabajadores en orden a la promoci�n profesional se valorar� por medio de ex�menes ante Tribunales, constituidos de la siguiente forma:

1.� Para la valoraci�n de puestos de trabajo que supongan conocimientos profesionales cualificados, el Tribunal quedar� compuesto:
- a) Como Presidente, el Jefe del Servicio T�cnico Industrial, o en su caso, el del Agron�mico de �Trabajos Penitenciarios�. En caso de imposibilidad de asistencia de los anteriores, presidir� el Jefe del Equipo de Observaci�n o Tratamiento del Establecimiento.
- b) Como Vocales:
  - 1. El Psic�logo o el Pedagogo del citado Equipo.
  - 2. El Jefe Administrativo del Taller, que actuar� como Secretario.
  - 3. El Maestro de Taller o Jefe de Labores.
  - 4. Un representante de un organismo oficial de formaci�n profesional.
2.� En la valoraci�n de la capacidad laboral para establecer categor�as profesionales, en relaci�n con el trabajo ocupacional y repetitivo de f�cil aprendizaje que no requiera formaci�n profesional cualificada, los Tribunales quedar�n compuestos:
- a) Como Presidente, el Jefe del Equipo de Observaci�n o Tratamiento.
- b) Como Vocales:
  - 1. El Psic�logo o el Pedagogo del citado Equipo.
  - 2. El Jefe Administrativo del Taller, que actuar� como Secretario.
  - 3. El Maestro de Taller o Jefe de Labores.
3.� Los Tribunales para calificar los ejercicios de examen propuestos para ascenso en las categor�as profesionales de los trabajadores en servicios, mantenimiento o conservaci�n de los Establecimientos estar�n compuestos:
- a) Como Presidente, el Jefe del Equipo de Observaci�n o Tratamiento.
- b) Como Vocales actuar�n:
  - 1. El Administrador del Establecimiento, que actuar� como Secretario.
  - 2. El Psic�logo o el Pedagogo del Equipo correspondiente.
  - 3. El Jefe de Servicios.
  - 4. El Maestro de Taller o Jefe de Labores o persona con conocimientos te�ricos del trabajo a realizar, preferentemente titulada.
4.� Los ejercicios de ex�menes ser�n redactados por los Servicios T�cnicos Industriales o Agr�colas del Organismo aut�nomo �Trabajos Penitenciarios�, y realizados por los trabajadores de acuerdo con las normas de convocatoria que se establezcan.
Los ejercicios para realizar trabajos de servicios, mantenimiento o conservaci�n de los Establecimientos ser�n redactados por la Junta de R�gimen y Administraci�n.
5.� De los resultados de los ejercicios se levantar� acta duplicada, uno de cuyos ejemplares se entregar� al Director del Establecimiento y servir� de base para la oportuna anotaci�n en el expediente del examinado, y otro ejemplar se elevar� al Consejo de Administraci�n para que, en todo momento, est� informado de los conocimientos adquiridos por los internos en orden al trabajo y la promoci�n profesional de los mismos.

Secci�n Quinta

Prelaci�n para la ocupaci�n de puestos de trabajo

Art�culo 201

1. En el caso de imposibilidad de conseguir el pleno empleo de todos los internos clasificados en los Establecimientos penitenciarios, tendr�n preferencia en la asignaci�n de estos puestos aquellos internos a los que, en la prescripci�n del tratamiento individualizado, se signifique la necesidad de aplicaci�n del trabajo como medio de consecuci�n del fin propuesto.

2. En los dem�s casos, la prelaci�n para la ocupaci�n de puestos de trabajo se establecer� de acuerdo con los siguientes criterios:

a) Los internos penados sobre los preventivos.
b) Los j�venes sobre los adultos, en actividad de trabajo formativo y cursos de formaci�n profesional.
c) Los internos con obligaciones familiares, en el trabajo productivo, en igualdad de condiciones con otros internos.
d) La antig�edad de permanencia en el Establecimiento, la capacidad laboral y la conducta penitenciaria.

3. La prelaci�n ser� acordada por las Juntas de R�gimen y Administraci�n, tras el an�lisis de las circunstancias personales de los internos, teniendo en cuenta los informes emitidos por los equipos de observaci�n o de tratamiento.

Secci�n Sexta

Participaci�n de los internos en la organizaci�n y planificaci�n del trabajo

Art�culo 202

1. Adem�s de los derechos recogidos en las normas reguladoras de la relaci�n laboral penitenciaria, los internos tendr�n los siguientes, como miembros integrantes de la comunidad laboral:

a) A la informaci�n sobre el funcionamiento y situaci�n econ�mica del sector laboral penitenciario en el que presten sus servicios.
b) A conocer los sistemas y m�todos empleados, y resultados de los ex�menes realizados a los trabajadores que supongan valoraci�n de la capacidad laboral a efectos de ascensos de categor�a profesional.
c) A participar en la confecci�n de los escandallos que determinen las remuneraciones por los trabajos que se programen. La representaci�n que se pueda constituir a este efecto se ajustar� a lo que dispone el art�culo 135 y siguientes de este Reglamento.
d) A que se les informe, en cualquier momento, sobre el resultado de su actividad en relaci�n con el salario, de forma que puedan tener conocimiento de las cantidades alcanzadas, as� como de las que en cualquier momento puedan haber percibido.

2. A efectos de la informaci�n establecida en el apartado a), semestralmente, y por cada uno de los Jefes administrativos del taller, con el visado de la Direcci�n del Establecimiento, se exhibir� en lugar adecuado del sector laboral balance demostrativo de los resultados econ�micos alcanzados en �l.

3. En relaci�n con el apartado d), los internos individualmente podr�n recabar la informaci�n a que hace referencia, pudiendo solicitar que se les entregue la misma por escrito.

Art�culo 203

1. Los internos trabajadores podr�n participar en la organizaci�n y planificaci�n del trabajo de acuerdo con las siguientes normas:

a) Aportando ideas, individualmente, o por grupos, sobre planes de trabajo o sugerencias que favorezcan los sistemas laborales utilizados en el sector en que presten sus servicios.
b) Participando en la evaluaci�n y an�lisis de los sistemas de producci�n y trabajo.
c) Actuando de monitores-auxiliares, en r�gimen intermedio, con sus propios compa�eros de trabajo, previo alcance de la categor�a profesional que le faculte para desarrollar esta funci�n.
d) Formando parte de la organizaci�n de programas de formaci�n y perfeccionamiento profesional en relaci�n con la clase de trabajo que realicen.
e) Constituyendo parte de los equipos encargados del control y mantenimiento de los sistemas de seguridad e higiene en el trabajo.

2. La participaci�n de los internos en la organizaci�n y planificaci�n del trabajo se efectuar� a trav�s de reuniones laborales del grupo, mensuales, donde se tratar�n las cuestiones previamente planteadas dirigidos por un miembro cualificado del Equipo de Observaci�n o Tratamiento, con la presencia del Jefe Administrativo y el Maestro del Taller correspondiente, quienes facilitar�n a los internos la informaci�n y asesoramiento precisos en relaci�n con el trabajo, a fin de proponer y resolver lo m�s conveniente.

3. Las orientaciones y recomendaciones que puedan aportar las expresadas reuniones de grupo ser�n elevadas a la Direcci�n del Establecimiento a fin de ser estudiadas por los servicios t�cnicos correspondientes y resueltas, en su caso, por la Junta de R�gimen y Administraci�n.

4. El resultado de los acuerdos adoptados, que tendr�n el car�cter de sugerencias, se elevar� a la Gerencia de �Trabajos Penitenciarios�, quien los informar� y trasladar� al Consejo de Administraci�n del Organismo, siempre que supusiesen modificaci�n significada en la organizaci�n y planificaci�n o en la creaci�n de nuevos m�todos de trabajo. Este �rgano decidir� en �ltima instancia.

5. Las reuniones de grupo que se realicen para tratar cuestiones laborales tendr�n lugar fuera de la jornada laboral y en la forma m�s conveniente para que no se quebranten el horario y el r�gimen general del Establecimiento.

6. Los internos podr�n formar parte del Consejo Rector y de la Direcci�n o Gerencia de las Cooperativas que se constituyan, de conformidad con la legislaci�n vigente en la materia.

V�ase Ley General Penitenciaria: arts. 32 y 34.

Secci�n S�ptima

Seguridad e higiene en el trabajo

Art�culo 204

En materia de seguridad e higiene en el trabajo, se estar� a lo dispuesto en la normativa reguladora de la relaci�n laboral penitenciaria y en la Ordenanza General de Seguridad e Higiene del Trabajo.

No obstante a fin de garantizar la inexistencia de riesgos laborales, se tendr� en consideraci�n lo siguiente:

a) Se designar� un equipo de internos trabajadores que, con car�cter fijo o en turno rotativo, asistan a los funcionarios de vigilancia en los talleres o granjas en el control de las instalaciones, maquinaria, herramientas, materias primas y productos fabricados en almac�n, en cada uno de los sectores laborales, a fin de constatar el buen estado de los mismos.
b) Los Jefes Administrativos de los talleres o granjas estar�n informados, en todo momento, del estado de seguridad e higiene de los sectores laborales que controlen, recibiendo cuantas sugerencias e informes les sean presentados por los funcionarios de vigilancia o, a trav�s de �stos, por el equipo de internos asignados a la seguridad e higiene, o por cualquiera de los trabajadores del sector laboral, transmitiendo las incidencias que se observen a sus jefes inmediatos.
c) Los Maestros de Talleres o Jefes de Labores ser�n responsables de los sistemas de protecci�n y defensa que est�n instalados en sus respectivos sectores laborales, y participar�n al Jefe Administrativo de los talleres o granjas cualquier imperfecci�n que observen en dichos sistemas, proponiendo la sustituci�n, reparaci�n o nueva instalaci�n de los elementos que consideren necesarios.
d) En los sectores laborales en los que pueda existir riesgo de incendio por el tipo de actividad que se realice, los fuegos estar�n controlados en todo momento y ser�n extinguidos una hora antes del t�rmino de la jornada laboral, si no causaren grave deterioro al sistema de producci�n, o mediante una revisi�n exhaustiva de todas las instalaciones al t�rmino del trabajo.
Los Maestros de Taller o Jefes de Labores de las granjas revisar�n peri�dicamente, de acuerdo con las instrucciones t�cnicas establecidas, todos los medios de extinci�n de incendios con que deber�n estar provistos los sectores laborales, accion�ndolos peri�dicamente, si fuese preciso, para confirmar la efectividad de los mismos.
e) Sobre el estado de las instalaciones el�ctricas, maquinaria, herramienta y dem�s instrumentos de producci�n, se efectuar� inspecci�n peri�dica suficiente a fin de constatar su perfecto funcionamiento y posibilidad de utilizaci�n, poniendo en conocimiento del Jefe Administrativo de los talleres cualquier deficiencia que en este extremo pudiese ser observada.
f) Asimismo, se controlar�n y mantendr�n en perfecto estado de funcionamiento los servicios higi�nicos con que est�n dotados los sectores laborales, designando turnos de trabajo, con car�cter de prestaci�n personal obligatoria, de todos los internos trabajadores en el sector, a fin de mantenerlos en condiciones adecuadas de uso.
g) Los Maestros de Taller y Jefes de Labores exigir�n el uso de aquellos elementos de protecci�n que, en caso de no ser utilizados, puedan suponer riesgo de enfermedad profesional o accidente laboral para los trabajadores.
h) Al finalizar el trabajo, tras el recuento de herramientas y ordenaci�n de las mismas por el Maestro de Taller, se girar� visita por el funcionario de vigilancia a todas las instalaciones para comprobar la inactividad de las m�quinas y dem�s equipamiento industrial o agr�cola, as� como el estado de inactividad de las instalaciones el�ctricas y conducciones de agua.

Secci�n Octava

Jornada laboral, horas extraordinarias, descanso semanal, permisos y vacaciones

Art�culo 205

1. La jornada laboral, el horario, las horas extraordinarias, el descanso semanal, los permisos y vacaciones, se efectuar�n y organizar�n de acuerdo con lo establecido en la normativa de las relaciones laborales penitenciarias, reguladas de acuerdo con la Ley Org�nica General Penitenciaria y Estatuto de los Trabajadores.

2. La jornada, el horario y las horas extraordinarias, si el r�gimen del establecimiento las permitiese, ser�n valorados a efectos laborales, econ�micos y de aplicaci�n de los beneficios penitenciarios, en raz�n a los tiempos reales realizados.

3. Los permisos y vacaciones de los internos trabajadores se condicionar�n a las orientaciones del tratamiento y necesidades del trabajo en los sectores laborales. Respecto a las vacaciones, que podr�n disfrutarse en r�gimen de descanso en el interior de los establecimientos o en el exterior coincidiendo con los permisos de salida, se procurar�, en este caso, que se adecuen al per�odo de descanso de las familias de los trabajadores, si fuera posible.

Secci�n Novena

Remuneraciones, disposici�n del salario y participaci�n en beneficios

Art�culo 206

El trabajo directamente productivo que realicen los internos, sin perjuicio de la normativa general aplicable a la relaci�n laboral penitenciaria, quedar� sujeto a lo que se dispone a continuaci�n:

1. El m�dulo para la fijaci�n del salario a tiempo vendr� determinado por la cuant�a del salario m�nimo interprofesional, establecido con car�cter general por el Gobierno, experimentando, en consecuencia, tal m�dulo, las variaciones que resulten de las revisiones de dicho salario m�nimo.
2. El m�dulo a que se refiere el n�mero anterior comprende a la jornada m�xima legal de trabajo y al rendimiento normal en la actividad de que se trate y, en consecuencia, para su aplicaci�n se tendr�n en cuenta los siguientes criterios:
- a) En el supuesto de que la jornada efectiva fuera menor a la m�xima legal, el m�dulo se fijar� proporcionalmente al n�mero de horas realmente trabajadas.
- b) En los supuestos en que no se alcanzase el rendimiento normal, se seguir� el mismo criterio de proporcionalidad establecido en el apartado anterior.
3. Los salarios de los trabajadores a los que se exige un rendimiento superior al requerido habitualmente en los sistemas de retribuci�n a tiempo habr�n de alcanzar una cuant�a superior a la establecida para el salario fijado para este tipo de trabajo.
4. Se podr� establecer el sistema de salario mixto, tiempo-rendimiento, por el que se abone al trabajador una cantidad por el salario-tiempo con rendimiento normal y una prima por rendimiento superior, en cuyo caso, la parte del salario-tiempo quedar� determinada por las normas establecidas para esta clase de trabajos y el conseguido por rendimiento se incrementar� con una prima escandallada que permita una remuneraci�n que, en ning�n momento, aplicando este sistema, sea inferior al m�nimo interprofesional.
5. El salario de los Encargados, Oficiales y Ayudantes ser� incrementado en un 30, un 20 y un 10 por 100, respectivamente, en atenci�n a la categor�a profesional y al valor de su trabajo en el sistema de producci�n, sin perjuicio de los derechos econ�micos que puedan corresponderles por antig�edad.
6. El c�lculo del salario de los d�as de descanso se efectuar� sobre el promedio del alcanzado por el trabajador durante los siete d�as laborales precedentes, y el del salario de los d�as de vacaciones, sobre el promedio diario de los salarios conseguidos durante el a�o o proporcionalmente a los d�as trabajados.
7. En lo que se refiere al trabajo nocturno y las horas extraordinarias, se estar� a lo dispuesto en la normativa establecida para las relaciones laborales penitenciarias en lo referente al incremento salarial, que se establece en un 25 y un 75 por 100, respectivamente, sobre el salario que corresponder�a a cada hora ordinaria.
8. Las gratificaciones extraordinarias se calcular�n sobre el promedio salarial alcanzado durante el primer semestre del a�o y el �ltimo.
9. En el salario escandallado por el sistema de rendimiento a destajo se incrementar� el precio de la obra o servicio, de forma que quede cubierta la remuneraci�n correspondiente a los d�as de descanso, vacaciones y gratificaciones extraordinarias, en la parte proporcional para hacerla efectiva, y reteni�ndose las cantidades correspondientes a las vacaciones y gratificaciones extraordinarias para ser abonadas en su momento.
10. En el caso de que los internos trabajadores extingan la relaci�n laboral, la suspendan, sean liberados o trasladados a otros establecimientos, se les liquidar�n las cantidades que tuvieran devengadas por todos los conceptos en la parte proporcional que les corresponda.

Art�culo 207

Los internos preventivos dispondr�n libremente del importe total de sus salarios, de acuerdo con las normas establecidas para el disfrute del peculio de libre disposici�n.

El salario de los internos penados quedar� sujeto, en su disposici�n, a la normativa del C�digo Penal y ser� controlado por la Administraci�n por razones de r�gimen o de tratamiento de la forma establecida para el disfrute del peculio de libre disposici�n y normas reguladoras del ahorro.

Art�culo 208

En el caso de suspensi�n o extinci�n de la relaci�n laboral por causas no imputables al trabajador, con la consiguiente dejaci�n de percepci�n de remuneraciones, y los salarios hubiesen sido transferidos con anterioridad a sus familiares, �stos tendr�n preferencia en las atenciones y ayudas prestadas por la Asistencia Social Penitenciaria.

Art�culo 209

1. Los internos trabajadores participar�n en la distribuci�n de los beneficios obtenidos anualmente en sus respectivos sectores laborales.

2. Los beneficios no reclamados por los internos trabajadores, una vez liberados, y cuyos cr�ditos hayan prescrito de acuerdo con la legislaci�n vigente, se destinar�n a atenciones de car�cter protector relacionadas con los internos, los liberados y sus familiares.

Secci�n D�cima

Disciplina del trabajo

Art�culo 210

Los internos que m�s se signifiquen por su comportamiento, laboriosidad y producci�n, y aquellos que, por el contrario, demuestren una conducta censurable, falta de inter�s por el trabajo, escaso aprovechamiento de las ense�anzas te�rico-pr�cticas, deficiencia manifiesta y deliberada en la obra que realicen, o escasa producci�n y rendimiento en las tareas que se les encomienden, se har�n acreedores a premios y correcciones en la forma siguiente:

1. Ser�n acciones dignas de recompensa por poner de manifiesto significado esp�ritu laboral:
- a) El alto rendimiento en el trabajo.
- b) El especial esmero en su ejecuci�n.
- c) La destacada laboriosidad.
- d) El demostrado inter�s de los Aprendices en adquirir conocimiento de su oficio en el m�s breve per�odo de tiempo.
- e) El comportamiento extraordinario de los trabajadores, en todo caso.
2. Las faltas en que pueden incurrir los trabajadores en el desempe�o de su cometido se clasificar�n en muy graves, graves y leves.

A. Se considerar�n como faltas muy graves:

a) Las comprendidas en la normativa reguladora de la relaci�n laboral penitenciaria en lo referente a las causas de extinci�n de �stas.
b) Las coincidentes en calificaci�n con la normativa general disciplinaria, en cuanto afecten a las relaciones con funcionarios o personas relacionadas con el trabajo.
c) La insubordinaci�n individual y colectiva frente a la actividad laboral.
d) La sustracci�n de herramientas o extracci�n de �stas del lugar de trabajo sin previa autorizaci�n.
e) La destrucci�n o inutilizaci�n de instalaciones, maquinaria, herramientas o �tiles de trabajo.
f) La inutilizaci�n o destrucci�n intencionada de materias primas o productos fabricados.

B. Se considerar�n como faltas graves:

a) Las coincidentes en calificaci�n con la normativa general disciplinaria, en cuanto afecten a las relaciones con funcionarios o personas relacionadas con el trabajo.
b) La no asistencia al trabajo sin causa justificada.
c) El abandono de �ste sin permiso de los superiores.
d) Hacer mal uso de las m�quinas o herramientas que deban utilizar en sus actividades.
e) Entablar discusiones, ri�as o altercados con otros trabajadores.
f) Cualquier acci�n que suponga deterioro no muy grave en el sistema de producci�n.

C. Se computar�n como faltas leves, todas aquellas que por su escasa importancia y trascendencia en la actividad laboral, no deban considerarse como graves.

Art�culo 211

Las recompensas que puedan concederse a los internos y las correcciones que puedan imponerse por las faltas cometidas en el �mbito laboral quedar�n sujetas al r�gimen establecido en el cap�tulo IX del T�tulo II de este Reglamento.

Art�culo 212

Respecto a la prescripci�n y caducidad de las infracciones y faltas cometidas por los internos en orden a la actividad laboral desarrollada, se estar� a lo dispuesto en los art�culos 125 a 128 del presente Reglamento.

Secci�n Und�cima

Procedimiento laboral penitenciario

Art�culo 213

Las cuestiones planteadas en litigio en relaci�n con los conflictos individuales, originadas como consecuencia de la actividad laboral penitenciaria se regir�n por la Ley de Procedimiento Laboral y dem�s disposiciones complementarias que afectan a la materia.

Las cuestiones originadas en el ejercicio de las actividades de los socios cooperadores ser�n sometidas a la jurisdicci�n ordinaria competente.

Cuando la Administraci�n, en su calidad de socio cooperador, fuese demandada, se estar� a lo dispuesto en las normas establecidas en relaci�n con la previa reclamaci�n o conciliaci�n administrativa.

Art�culo 214

Los internos, en cuanto trabajadores por cuenta ajena o socios cooperadores, asumir�n individualmente la defensa de sus derechos e intereses laborales, sociales o cooperativos, que ejercitar�n ante los Organismos o Tribunales competentes, previa reclamaci�n o conciliaci�n en v�a administrativa.

Art�culo 215

Los internos trabajadores menores de dieciocho a�os que tengan que promover y ejercitar acciones en defensa de sus derechos laborales, sociales o cooperativos, comparecer�n por medio de sus representantes leg�timos, o, en su defecto, en caso de inexistencia, o desconocimiento del paradero de �stos, se estar� a lo que disponga el Juez de Vigilancia.

Art�culo 216

A efectos de determinar la competencia territorial de los Tribunales u Organismos que hayan de intervenir en las reclamaciones de los reclusos trabajadores, se entender� que el domicilio de �stos es el del Establecimiento Penitenciario en el que estuvieren internados.

Art�culo 217

La reclamaci�n previa a la v�a judicial, establecida en los art�culos 145 de la Ley de Procedimiento Administrativo, 49 de la Ley de Procedimiento Laboral, y 34 de la Ley Org�nica General Penitenciaria, se dirigir� al Consejo de Administraci�n del Organismo aut�nomo �Trabajos Penitenciarios�, cuando la relaci�n jur�dica con �l hubiese quedado establecida, de acuerdo con el art�culo 78 de la Ley de R�gimen Jur�dico de Entidades Estatales Aut�nomas y, en su caso, al Ministerio de Justicia, cuando la reclamaci�n proceda contra actos de la Administraci�n en los que la relaci�n se estime mantenida directamente con ella.

Art�culo 218

Las acciones derivadas de la relaci�n laboral penitenciaria que no tengan se�alado plazo especial de prescripci�n, as� como las infracciones cometidas por la Administraci�n y las faltas de los trabajadores, prescribir�n seg�n queda establecido en la normativa reguladora de la relaci�n laboral penitenciaria.

Art�culo 219

Las anotaciones de las faltas de car�cter laboral que figuren en los expedientes de los internos trabajadores podr�n ser invalidadas por el transcurso de los plazos y previo el cumplimiento de los requisitos que para la invalidaci�n de las faltas ordinarias se establecen en el presente Reglamento.

CAPITULO V

ALIMENTACION DE LOS INTERNOS

Secci�n Primera

Disposiciones generales

Art�culo 220

1. En todos los Centros Penitenciarios se proporcionar� a los internos una alimentaci�n convenientemente preparada y que responda en cantidad y calidad a las normas diet�ticas y de higiene, teniendo en cuenta su estado de salud, la naturaleza del trabajo y, en la medida de lo posible, sus convicciones filos�ficas y religiosas.

2. La alimentaci�n consistir� en raciones cocinadas distribuidas en desayunos, almuerzos y cena.

3. Los internos dispondr�n en circunstancias normales, de agua potable a todas las horas.

Art�culo 221

Excepcionalmente, cuando por cualquier causa no fuera posible la confecci�n de las raciones alimenticias en el propio Establecimiento, las Direcciones acordar�n con algunas de las Instituciones o Establecimientos de la localidad el suministro de las mismas al precio oficial.

De no ser posible concertar el suministro de comida, se entregar� a cada interno el importe en met�lico de su raci�n para que adquiera lo conveniente por medio del servicio gratuito de demandadur�a.

Art�culo 222

Todo interno devengar� raci�n los d�as de ingreso y de salida. En cada Establecimiento se suministrar�n, anualmente, comidas extraordinarias en las festividades de a�o nuevo, Nuestra Se�ora de la Merced y Navidad. El precio de estas comidas no exceder� por individuo del doble de lo que, como sano o enfermo, le corresponda.

Art�culo 223

Los internos participar�n en el desenvolvimiento de los servicios alimenticios y confecci�n de racionados en la forma que se establece en los art�culos 135 a 137.

Secci�n Segunda

Composici�n de los racionados

Art�culo 224

La alimentaci�n de los internos ser� variada, suficiente y equilibrada en principios inmediatos, de tal forma que proporcione, no s�lo la necesaria energ�a y resistencia org�nica, sino que permita una normal eficacia f�sica y mental.

A tal fin, el n�mero de gramos de prote�nas no ser� inferior a 90 y el n�mero de calor�as de 3.000 en el racionado de los internos sanos; de 3.500 en los de los menores de veinti�n a�os y mayores de sesenta, y de 4.000 en el de los internos carenciales y tuberculosos.

El M�dico comprobar� que en el racionado diario figuren los alimentos con el suficiente contenido en amino�cidos esenciales, vitaminas y sales minerales que cubran las necesidades a que se refiere el p�rrafo primero de este art�culo.

Art�culo 225

Bajo la supervisi�n de los M�dicos de los Establecimientos, los funcionarios encargados de los servicios de alimentaci�n efectuar�n diariamente las operaciones de c�lculo de calor�as, prote�nas, grasas e hidratos de carbono para cada uno de los racionados. En las sesiones ordinarias de la Junta de R�gimen y Administraci�n presentar�n un resumen de estos datos, circunscrito d�a por d�a a la decena anterior, el cual se trasladar� �ntegro al acta.

Secci�n Tercera

Racionado com�n

Art�culo 226

En todos los Establecimientos habr� un racionado com�n lo m�s variado posible.

Se procurar� que, teniendo en cuenta la diversidad de climas, costumbres alimenticias y otros motivos, en cada d�a de la semana no se repita el men� del almuerzo y que la cena cuente con un m�nimo de tres, aunque el del desayuno se repita todos los d�as.

El racionado que se suministre a los j�venes ser� incrementado en un tercio sobre el importe del com�n.

Secci�n Cuarta

Racionado de enfermer�a

Art�culo 227

Los internos que causen alta en la enfermer�a y los que aun permaneciendo en su Departamento por prescripci�n m�dica, lo precisen, tendr�n una alimentaci�n adecuada hasta su restablecimiento. Asimismo, se considerar�n casos justificativos de racionado de enfermer�a los de los internos que tengan cumplidos los sesenta a�os de edad y los hijos menores internados con sus madres.

Las internas que se hallen encinta o amamantando a sus hijos, as� como los enfermos carenciales, tendr�n derecho a raci�n de enfermer�a especial.

Art�culo 228

El M�dico del Establecimiento determinar� el alimento diario de cada persona, atendiendo al resultado del diagn�stico y a las necesidades nutritivas del enfermo.

Para las comidas, podr� el M�dico prescribir el suministro de leche, huevos, carne, pescado, fruta y otros alimentos dentro de las formas de racionado com�n, de enfermer�a y de enfermer�a especial, y por los importes que en cada momento fije la correspondiente Orden Ministerial.

Las raciones de enfermer�a y de enfermer�a especial se acreditar�n en la cuenta con certificaciones de M�dico, visadas por el Director, en las que consten los motivos que hubo para prescribirlas.

Art�culo 229

Salvo en los Centros de car�cter hospitalario o asistencial, cuando el coeficiente de raciones de enfermer�a excediera del 12 por 100 de la poblaci�n reclusa, para el suministro de las mismas ser� necesaria autorizaci�n expresa de la Direcci�n General, la que habr� de solicitarse cada mes en que se hiciere preciso, acompa�ando al escrito certificaci�n facultativa en la que se exprese, por relaci�n nominal, los reclusos enfermos y sus diagn�sticos. En fin de mes se unir� la autorizaci�n a la cuenta para que sirva de justificante.

CAPITULO VI

VESTUARIO, EQUIPO Y UTENSILIO

Art�culo 230

1. El interno tiene derecho a vestir sus propias prendas, siempre que sean adecuadas, u optar por las que le facilite el Establecimiento, que deber�n ser correctas, adaptadas a las condiciones climatol�gicas y desprovistas de todo elemento que pueda afectar a la dignidad del interno.

El interno preventivo que careciere de medios para adquirir sus propias prendas podr� solicitarlas de la Administraci�n del Establecimiento.

2. En los supuestos de salida al exterior, los internos deber�n vestir ropa que no denoten su condici�n de recluidos. Si carecieran de las adecuadas, se les procurar� las necesarias.

Art�culo 231

La Direcci�n General de Instituciones proveer� a los Establecimientos de todo vestuario, equipo y utensilios necesarios a los reclusos de uno y otro sexo, conforme al cap�tulo V, T�tulo IX de este Reglamento.

CAPITULO VII

ADQUISICION VOLUNTARIA DE ARTICULOS AUTORIZADOS

Art�culo 232

La Administraci�n proveer� la posibilidad de que los internos puedan adquirir art�culos autorizados, bien a trav�s de los economatos de los Establecimientos o bien por el servicio gratuito de demandadur�a.

Art�culo 233

En todos los Establecimientos Penitenciarios existir� un economato, gestionado por la Administraci�n o empresa concesionaria, que facilitar� a los internos la adquisici�n por su propia cuenta de productos alimenticios y de consumo dentro de los l�mites fijados reglamentariamente.

Los economatos administrativos deber�n observar, en cuanto a su organizaci�n, ventas de art�culos autorizados, contabilidad, liquidaci�n de beneficios y rendici�n de cuentas, lo dispuesto en el cap�tulo VI del T�tulo IX de este Reglamento.

Para los concedidos a terceros ser�n de aplicaci�n las normas contenidas en las Leyes Org�nica General Penitenciaria y de Contratos del Estado y sus respectivos Reglamentos, y aquellas condiciones que el Centro directivo tenga a bien acordar con los concesionarios dentro de los l�mites establecidos.

En cualquiera de los dos sistemas de gesti�n que pueda adoptarse, las respectivas Juntas de R�gimen y Administraci�n controlar�n los precios que, en ning�n caso, podr�n ser superiores a los que rijan en la localidad que se halle ubicado el Establecimiento. Asimismo velar�n porque los internos participen en el control de calidad y precio de los productos expedidos en el Centro, en las condiciones que fijen dichas Juntas.

V�ase arts. 264, 280, 288.11, 322, 372 y 380 y ss. de este Reglamento.

Art�culo 234

La provisi�n de art�culos necesarios para la alimentaci�n de los internos se realizar� a trav�s de los economatos cuando �stos sean gestionados por la Administraci�n y no obtendr�n beneficio alguno de tales suministros.

Cuando los economatos sean adjudicados a concesionarios, la Direcci�n General dispondr� en cada caso lo conveniente para la provisi�n de art�culos para la alimentaci�n.

Art�culo 235

El economato debe constar de un almac�n general y tantos despachos cuantos sean necesarios para mantener la clasificaci�n.

Los despachos deber�n estar situados en lugares accesibles a los reclusos y que menos perturbaciones ocasionen.

Los almacenes donde se depositen las existencias deber�n estar fuera de rastrillos.

Art�culo 236

En los Establecimientos en que por cualquier circunstancia no est�n en servicio los economatos, el demandadero se encargar� de gestionar los encargos de cosas l�citas que precise la poblaci�n reclusa, que le ser�n entregadas sin merma alguna ni recargo en el precio.

TITULO IV

Del tratamiento penitenciario

Art�culo 237

1. El tratamiento penitenciario consiste en el conjunto de actividades directamente dirigidas a la consecuci�n de la reeducaci�n y reinserci�n social de los penados.

2. El tratamiento pretende hacer del interno una persona con la intenci�n y la capacidad de vivir respetando la Ley penal, as� como de subvenir a sus necesidades. A tal fin, se procurar�, en la medida de lo posible, desarrollar en ellos una actitud de respeto a s� mismos y de responsabilidad individual y social con respeto a su familia, al pr�jimo y a la sociedad en general.

Art�culo 238

1. Los servicios encargados del tratamiento se esforzar�n por conocer y tratar todas las peculiaridades de personalidad y ambiente del penado que puedan ser un obst�culo para las finalidades indicadas en el art�culo anterior.

2. Para ello, deber�n utilizarse, en tanto sea posible, todos los m�todos de tratamiento y los medios de tratamiento y los medios que, respetando siempre los derechos constitucionales no afectados por la condena, puedan facilitar la obtenci�n de dichas finalidades.

Art�culo 239

1. Se fomentar� que el interno participe en la planificaci�n y ejecuci�n de su tratamiento y colaborar� para, en el futuro, ser capaz de llevar, con conciencia social, una vida sin delitos.

2. Ser�n estimulados, en cuanto sea posible, el inter�s y la colaboraci�n de los internos en sus propios tratamientos. La satisfacci�n de sus intereses personales ser� tenida en cuenta en la medida compatible con las finalidades del mismo.

3. El interno podr� rechazar libremente o no colaborar en la realizaci�n de cualquier t�cnica de estudio de su personalidad o m�todo de tratamiento, sin que ello tenga consecuencias disciplinarias, regimentales, ni de regresi�n de grado de tratamiento. La clasificaci�n se realizar�, en estos casos, en �ltimo t�rmino, mediante observaci�n directa del comportamiento y utilizaci�n de los datos documentales existentes.

4. El interno, inmediato beneficiario y corresponsable de la labor de tratamiento que sobre �l pueda emprenderse, deber� tener conocimiento de los resultados de la explotaci�n de cada especialista, salvo de aquellos que los principios de deontolog�a profesional aconsejen no comunicarle, y ser� informado de las alternativas y medios de tratamiento disponibles y de posible aplicaci�n a su caso.

V�ase Ley General Penitenciaria: arts. 4.2 y 61.

Art�culo 240

El tratamiento se inspirar� en los siguientes principios:

a) Estar� basado en el estudio cient�fico de la constituci�n, el temperamento, el car�cter, las aptitudes y las actitudes del sujeto a tratar, as� como de su sistema din�mico-motivacional y del aspecto evolutivo de su personalidad, conducente a un enjuiciamiento global de la misma, que se recoger� en el protocolo del interno.
b) Guardar� relaci�n directa con un diagn�stico de personalidad criminal y con un juicio pron�stico inicial, que ser�n emitidos tomando como base una consideraci�n ponderada del enjuiciamiento global a que se refiere el apartado anterior, as� como el resumen de su actividad delictiva y de todos los datos ambientales, ya sean individuales, familiares o sociales, del sujeto.
c) Ser� individualizado, consistiendo en la variable utilizaci�n de m�todos m�dicos-biol�gicos, psiqui�tricos, psicol�gicos, pedag�gicos y sociales, en relaci�n a la personalidad del interno.
d) En general, ser� complejo, exigiendo la integraci�n de varios de los m�todos citados en una direcci�n del conjunto, y en el marco del r�gimen adecuado.
e) Ser� programado, fij�ndose el plan general que deber� seguirse en su ejecuci�n, la intensidad mayor o menor de la aplicaci�n de cada m�todo de tratamiento y la distribuci�n de los quehaceres concretos integrantes del mismo entre los diversos especialistas y educadores.
f) Ser� de car�cter continuo y din�mico, dependiente de las incidencias en la evoluci�n de la personalidad del interno durante el cumplimiento de la condena.

Art�culo 241

Para la individualizaci�n del tratamiento, tras la adecuada observaci�n de cada penado se realizar� su clasificaci�n, destin�ndole al Establecimiento cuyo r�gimen sea m�s adecuado al tratamiento que se le haya se�alado y, en su caso, al grupo o secci�n m�s id�neo dentro de aqu�l.

La clasificaci�n debe tomar en cuenta, no s�lo la personalidad y el historial individual, familiar, social y delictivo del interno, sino tambi�n la duraci�n de la pena y medidas de seguridad en su caso, el medio a que probablemente retornar� y los recursos, facilidades y dificultades existentes en cada caso y momento para el buen �xito del tratamiento.

La referencia del p�rrafo anterior a la duraci�n de las penas y medidas de seguridad se interpretar� al solo efecto de valorarla de forma ponderada con el conjunto de todos los otros criterios o variables intervinientes en el proceso de clasificaci�n, distinguiendo los siguientes supuestos, seg�n que al interno le falte por cumplir:

a) Menos de dos a�os.
b) M�s de dos a�os y menos de quince.
c) Desde quince a�os en adelante, y tambi�n,
d) Que se encuentre en el primer tercio del cumplimiento de la condena o condenas, en el tercio medio o en el �ltimo tercio.

Art�culo 242

1. La observaci�n de los preventivos se limitar� a recoger la mayor informaci�n posible sobre cada uno de ellos a trav�s de datos documentales y de entrevistas, y mediante la observaci�n directa del comportamiento, estableciendo sobre estas bases la separaci�n o clasificaci�n interior en grupos a que hace referencia el art�culo 16 de la Ley Org�nica General Penitenciaria, y todo ello en cuanto sea compatible con la presunci�n de inocencia.

2. Una vez reca�da sentencia condenatoria, se completar� la informaci�n anterior con un estudio cient�fico de la personalidad del observado, formulando en base a dichos estudios e informaciones una determinaci�n del tipo criminol�gico, un diagn�stico de capacidad criminal y de adaptabilidad social, y la propuesta razonada de grado de tratamiento y de destino al tipo de establecimiento que corresponda.

3. El Equipo del Establecimiento, previo estudio de personalidad del interno y/o observaci�n en su caso, formular�, en un plazo m�ximo de dos meses desde la recepci�n del testimonio de sentencia, propuesta razonada de grado y destino.

4. Para las propuestas de clasificaci�n se formular� en todo caso un ejemplar normalizado con un conjunto de datos fundamentales m�nimos para el proceso de clasificaci�n, que se ajustar� al modelo unificado propuesto en cada momento por el Centro Directivo. Ser� cumplimentado inexcusablemente por los �rganos clasificadores y se remitir� acompa�ado por el estudio o informe completo de personalidad o de progresi�n o regresi�n de grado. En los Establecimientos donde por razones diversas o excepcionales se produzca una aglomeraci�n de poblaci�n penal interna pendiente de clasificaci�n, el Centro directivo podr� ordenar se realice �sta temporalmente, por el m�todo abreviado y urgente, utilizando exclusivamente los impresos referidos, hasta tanto se resuelva el retraso en la tarea de clasificaci�n.

5. Dichos ejemplares normalizados tendr�n el contenido m�nimo siguiente: filiaci�n; edad; antecedentes penales; delitos; condenas y responsabilidades pendientes; fechas de cumplimiento de las tres cuartas partes con y sin beneficios penitenciarios; tiempo de estancia en prisi�n de forma continuada desde el �ltimo ingreso; tiempo en el �ltimo Centro penitenciario; conducta penitenciaria; tipo criminol�gico; residencia habitual; existencia o no de familia y tipo de relaciones con ella; cociente intelectual y alguna valoraci�n del equilibrio o madurez personal; pron�stico, grado y destino.

Art�culo 243

1. La evoluci�n en el tratamiento determinar� una nueva clasificaci�n del interno, con la consiguiente propuesta de traslado al Establecimiento, el r�gimen que corresponda, o dentro del mismo, el pase de una secci�n a otra de diferente r�gimen.

2. La progresi�n en el tratamiento depender� de la modificaci�n de aquellos sectores o rasgos de la personalidad directamente relacionados con la actividad delictiva; se manifestar� en la conducta global del interno, y entra�ar� un acrecentamiento de la confianza depositada en el mismo y la atribuci�n de responsabilidades cada vez m�s importantes, que implicar�n una mayor libertad.

3. La regresi�n de grado proceder� cuando se aprecie en el interno, en relaci�n al tratamiento, una evoluci�n desfavorable de su personalidad y de su conducta.

4. Cada seis meses como m�ximo, los internos deber�n ser estudiados individualmente para reconsiderar su anterior clasificaci�n. Cuando el equipo t�cnico no considere oportuno proponer a la Direcci�n General cambio alguno, se notificar� tal decisi�n al interesado. Si el penado as� lo solicitara, se remitir� el correspondiente informe al Centro Directivo, procediendo �ste a pronunciarse sobre el mantenimiento o cambio de grado en acuerdo recurrible ante el Juez de Vigilancia. Aquellos plazos se reducir�n, en su caso, conforme a lo dispuesto en el art�culo 43 de este Reglamento.

Cuando un mismo Equipo reitere por segunda vez la clasificaci�n de primer grado, el interno podr� solicitar que su pr�xima propuesta de clasificaci�n se haga en la Central de Observaci�n. No obstante, el Centro Directivo podr� designar otro Equipo de Observaci�n y Tratamiento, especialmente cualificado dadas las peculiaridades del interno, o en caso de existir un elevado n�mero de internos en espera de ser estudiados por dicha Central.

El mismo derecho corresponder� al interno cuando, encontr�ndose en segundo grado y concurriendo la misma circunstancia, haya alcanzado la mitad del cumplimiento de la condena.

El Centro Directivo podr� acordar una demora en la resoluci�n de una propuesta de clasificaci�n durante un per�odo de tiempo no superior a tres meses, para una mayor observaci�n de conducta y consolidaci�n de factores positivos.

Art�culo 244

1. Para grupos determinados de internos, cuyo tratamiento lo requiera, se podr� organizar en los Centros correspondientes programas basados en el principio de comunidad terap�utica.

Siempre que el Centro Directivo autorice la constituci�n de uno de esos grupos, el Equipo T�cnico que est� al frente del mismo asumir� las funciones que vienen atribuidas a la Junta de R�gimen y Administraci�n del Establecimiento en el art�culo 263 de este Reglamento, con exclusi�n de las previstas en sus dos �ltimos apartados.

2. Se conceder� especial atenci�n a la organizaci�n en los Establecimientos de cumplimiento de cuantas sesiones de asesoramiento psicopedag�gico y de psicoterapia de grupo se juzguen convenientes, dada la programaci�n del tratamiento y los criterios de selecci�n usados en estos m�todos, as� como la realizaci�n de terapia de comportamiento y de procedimientos tendentes a modificar el sistema de actitudes del interno cuando sean desfavorables o negativos, todo ello con absoluto respeto a la personalidad del mismo.

3. En el programa de tratamiento se integrar� tambi�n la formaci�n y el perfeccionamiento profesional de aquellos sujetos cuya readaptaci�n lo requiera, realiz�ndose con asesoramiento psicol�gico continuo durante el proceso formativo y previa la orientaci�n personal correspondiente.

Art�culo 245

Concluido el tratamiento o pr�xima la libertad del interno, se emitir� un informe pron�stico final, en el que se manifestar�n los resultados conseguidos por el tratamiento y un juicio de probabilidad sobre el comportamiento futuro del sujeto en libertad, que, en su caso, se tendr� en cuenta en el expediente para la concesi�n de la libertad condicional.

Art�culo 246

1. En los Centros Especiales, el tratamiento se armonizar� con la finalidad espec�fica de cada una de estas Instituciones.

2. Los Equipos de Observaci�n y de Tratamiento oir�n preceptivamente a los especialistas de los Servicios M�dicos de los Centros Penitenciarios Hospitalarios y Psiqui�tricos con respecto a los acuerdos de clasificaci�n y de programaci�n y ejecuci�n del tratamiento que puedan resultar afectados por las medidas de car�cter asistencial a que se encuentren sometidos los internos decidi�ndose el aplazamiento o suspensi�n de los mismos o introduci�ndose las modificaciones pertinentes, si la consideraci�n global del caso lo aconsejase.

3. En los Establecimientos para j�venes menores de veinti�n a�os, al concluir el tratamiento con la emisi�n del juicio pron�stico final, se procurar� la evaluaci�n del resultado del mismo a trav�s de los datos que proporcionen los servicios centrales correspondientes.

Art�culo 247

1. Las tareas de observaci�n, clasificaci�n y tratamiento las realizar�n los Equipos cualificados de especialistas cuya composici�n y funciones se determinen en el cap�tulo I del T�tulo VIII de este Reglamento. Dichos Equipos contar�n con la colaboraci�n del n�mero de Educadores necesarios, dadas las peculiaridades de los grupos de internos tratados.

2. A los fines de obtener la recuperaci�n social de los internos en reg�menes ordinarios y abierto, se podr� solicitar la colaboraci�n y participaci�n de los ciudadanos y de instituciones o asociaciones p�blicas o privadas ocupadas en la resocializaci�n de los reclusos.

Art�culo 248

1. Para el debido asesoramiento en materia de observaci�n, clasificaci�n y tratamiento de los internos, existir� una Central Penitenciaria de Observaci�n, donde actuar� un Equipo T�cnico de especialistas con los fines siguientes:

a) Completar la labor de los Equipos de Observaci�n y Tratamiento en sus tareas espec�ficas.
b) Resolver las dudas y consultas de car�cter t�cnico que se formulen por el Centro Directivo.
c) Realizar una labor de investigaci�n criminol�gica.
d) Participar en las tareas docentes de la Escuela de Estudios Penitenciarios.

2. Por dicha Central pasar�n los internos cuya clasificaci�n resulte dif�cil o dudosa para los Equipos de los Establecimientos o los grupos o tipos de aqu�llos cuyas peculiaridades convenga investigar a juicio del Centro Directivo.

V�ase: - arts. 43.3 y 266.2 de este Reglamento. - Ley General Penitenciaria: arts. 65.4 y 70.

Art�culo 249

1. El fin primordial del r�gimen de los Establecimientos de cumplimiento es lograr en los mismos el ambiente adecuado para el �xito del tratamiento; en consecuencia, las funciones regimentales deben ser consideradas como medios y no como finalidades en s� mismas.

2. Las actividades integrantes del tratamiento y del r�gimen, aunque regidas por un principio de especializaci�n, deben estar debidamente coordinadas. La Direcci�n del Establecimiento organizar� los distintos servicios, de modo que los miembros del personal alcancen la necesaria comprensi�n de sus correspondientes funciones y responsabilidades para lograr la indispensable coordinaci�n.

V�ase: - arts. 40 y 184 de este Reglamento. - Ley General Penitenciaria: arts. 28 y 71.

Art�culo 250

1. Las penas privativas de libertad se ejecutar�n seg�n el sistema de individualizaci�n cient�fica, separado en grados, el �ltimo de los cuales ser� el de libertad condicional conforme determina el C�digo Penal.

2. Los grados segundo y tercero se cumplir�n respectivamente en Establecimientos de r�gimen ordinario y de r�gimen abierto. Los clasificados en primer grado ser�n destinados a los Establecimientos de r�gimen cerrado, de acuerdo con lo previsto en el n�mero 1 del art�culo 10 de la Ley Org�nica General Penitenciaria.

3. Siempre que de la observaci�n y clasificaci�n correspondiente de un interno resulte estar en condiciones para ello, podr� ser situado inicialmente en grado superior, salvo el de libertad condicional, sin tener que pasar necesariamente por los que le preceden.

4. En ning�n caso se mantendr� a un interno en un grado inferior cuando por la evoluci�n de su tratamiento se haga merecedor a su progresi�n.

Art�culo 251

En el caso de que se proponga para tercer grado a un interno que no tenga cumplida la cuarta parte de la totalidad de su condena o condenas, ser� necesario que concurran favorablemente calificadas las otras variantes intervinientes en el proceso de clasificaci�n, valor�ndose especialmente la primariedad delictiva, buena conducta y madurez o equilibrio personal.

En estos supuestos, el tiempo de estudio en el centro que haga la propuesta ser� el suficiente para que se obtenga un adecuado conocimiento del interno, de la previsi�n de conducta y de la consolidaci�n de factores favorables.

Las resoluciones que se adopten al amparo de lo establecido en el presente precepto y que impliquen el pase de un penado al tercer grado se notificar�n al Ministerio Fiscal.

Art�culo redactado por R.D. 1767/1993, 8 octubre (�B.O.E.�, 21 octubre).

Art�culo 252

Si un interno penado tiene adem�s pendiente una o varias causas en situaci�n preventiva, no se har� la propuesta de clasificaci�n correspondiente hasta que haya sido condenado o absuelto en la �ltima de las mismas. No obstante, se podr�n excluir los casos en que la causa o causas ya penadas lo hayan sido a penas graves y los delitos imputados en las causas preventivas tengan legalmente atribuidas penas inferiores.

En ning�n caso se podr� proponer a un interno para tercer grado si le quedan causas en situaci�n preventiva.

Art�culo 253

Si un interno clasificado en tercer grado aprovechare el disfrute de un permiso para fugarse, se le pasar� provisionalmente a segundo grado en espera de la reclasificaci�n correspondiente, lo que se har� cuando vuelva a ingresar en un Centro Penitenciario.

TITULO V

De los permisos de salida

Art�culo 254

1. En caso de fallecimiento o enfermedad grave de los padres, c�nyuge, hijos, hermanos y otras personas �ntimamente vinculadas con los internos, alumbramiento de la esposa, as� como importantes y comprobados motivos, con las medidas de seguridad adecuadas, se conceder�n permisos de salida, salvo que concurran circunstancias excepcionales. Si se trata de penados clasificados en primer grado, ser� necesaria autorizaci�n del Juez de Vigilancia.

2. Igualmente se podr�n conceder permisos de salida hasta de siete d�as como preparaci�n para la vida en libertad, previo informe del Equipo T�cnico, hasta un total de treinta y seis o cuarenta y ocho d�as por a�o a los condenados de segundo o tercer grado, respectivamente, siempre que hayan extinguido la cuarta parte de la totalidad de las condenas y no observen mala conducta. No obstante, la propuesta de los Equipos o el acuerdo de las Juntas de R�gimen sobre las solicitudes de permiso ser�n negativos si consideran, por informaciones o datos fidedignos o por la concurrencia en el interno de circunstancias peculiares, que a su juicio es probable el quebrantamiento de la condena, la comisi�n de nuevos delitos o que el permiso repercutir� perjudicialmente sobre el interesado desde el punto de vista de su preparaci�n para la vida en libertad.

3. En ning�n caso se conceder� un permiso de los se�alados en el n�mero primero, si el supuesto o las circunstancias concurrentes se pueden subsumir en el segundo de este art�culo.

4. Los topes m�ximos anuales de treinta y seis y cuarenta y ocho d�as de permisos, se�alados por la Ley, para los condenados en segundo y tercer grado, se subdividir�n, por regla general, en los dos semestres del a�o en unos topes o l�mites de dieciocho y veinticuatro d�as, respectivamente.

5. En los topes m�ximos anuales no se computar�n los permisos de fines de semana propios del r�gimen abierto a que se refiere el art�culo 45.

6. Si un interno aprovechare el disfrute de un permiso para fugarse o cometiere un nuevo delito durante el mismo, no podr� volver a disfrutar de permiso, salvo los indicados en el n�mero 1 de este art�culo, durante un per�odo de dos a�os. Este per�odo ser� de tres a�os si el nuevo delito estuviera castigado con pena grave o repitiera la evasi�n aprovech�ndose del nuevo permiso.

V�ase: - arts. 45.7, 205.3 y 276.13 de este Reglamento. - Ley General Penitenciaria: arts. 47 y 76.2.i).

Art�culo 255

Los permisos a que se refiere el art�culo anterior podr�n ser concedidos asimismo a internos preventivos con la aprobaci�n, en cada caso, de la Autoridad judicial correspondiente.

TITULO VI

De los beneficios penitenciarios

Art�culo 256

......

Art�culo 256 derogado por el apartado 1.f) de la Disposicion Derogatoria �nica de la L.O. 10/1995, 23 noviembre, del C�digo Penal (�B.O.E.� 24 noviembre).

Art�culo 257

Si las circunstancias indicadas en el art�culo anterior concurren en un penado de modo continuado durante un tiempo m�nimo de dos a�os y en un grado que se pueda calificar de extraordinario, la Junta de R�gimen y Administraci�n, previo estudio y acuerdo del Equipo de Tratamiento, podr� solicitar del Juez de Vigilancia la tramitaci�n de una solicitud de indulto particular, hasta la cuant�a de dos meses por cada a�o de prisi�n efectiva cumplida en dichas condiciones o en la cuant�a que aconsejen las circunstancias concurrentes.

TITULO VII

De la asistencia social penitenciaria

Art�culo 258

...

Derogado por R.D. 1334/1994, 20 junio (�B.O.E.�, 24 junio).

Art�culo 259

...

Derogado por R.D. 1334/1994, 20 junio (�B.O.E.�, 24 junio).

Art�culo 260

...

Derogado por R.D. 1334/1994, 20 junio (�B.O.E.�, 24 junio).

Art�culo 261

...

Derogado por R.D. 1334/1994, 20 junio (�B.O.E.�, 24 junio).

TITULO VIII

De los �rganos penitenciarios colegiados y unipersonales

CAPITULO PRIMERO

ORGANOS COLEGIADOS

Secci�n Primera

De las Juntas de R�gimen y Administraci�n

Art�culo 262

1. Para la uniforme aplicaci�n del r�gimen penitenciario, buen gobierno de los Establecimientos y recta gesti�n econ�mica de los mismos, existir� en cada uno de ellos una Junta de R�gimen y Administraci�n, presidida por el Director con los siguientes vocales: el o los Subdirectores, de entre los que actuar� como Secretario el Subdirector Jefe de la Oficina de R�gimen; el Administrador, el Jefe de Servicios m�s antiguo en el puesto, y dos funcionarios elegidos por la plantilla cada a�o.

2. Cuando resulte aconsejable o�r la opini�n de alg�n otro funcionario de la plantilla en un asunto concreto sobre el que deba deliberar la Junta, podr� ser convocado por el Director de la reuni�n correspondiente. Cuando se pase al estudio de los temas correspondientes al Economato del Establecimiento, ser� llamado el funcionario encargado del mismo, que participar� con voz, pero sin voto.

3. Cuando alguno de los miembros haya intervenido en actuaciones que dieran lugar a expediente disciplinario, no tendr� voto en la decisi�n sobre las mismas.

4. Cuando concurra a la Junta un Inspector Penitenciario, asumir� la presidencia con las facultades que le est�n asignadas.

Art�culo 263

Son funciones de la Junta de R�gimen y Administraci�n:

a) Establecer las normas de r�gimen interior para la regulaci�n y consecuci�n de una convivencia ordenada que permita el cumplimiento de los fines del Establecimiento respecto a cada clase de internos.
b) Organizar la ejecuci�n de las prestaciones que hacen referencia a los aspectos m�dico-sanitario, religioso, cultural, de relaciones con el mundo exterior, de alimentaci�n y equipo, y, en general, de las asistenciales y tutelares que los internos precisen en asuntos propios o de sus familias.
c) Adoptar las medidas que se juzguen necesarias en los casos de alteraci�n del orden en el Establecimiento, dando cuenta a la Inspecci�n General.
d) O�r las peticiones y quejas que formulen los internos, examinarlas y adoptar los acuerdos que se estimen convenientes.
e) Fomentar y controlar las actividades laborales de los internos, cuidando que las mismas se desarrollen de conformidad con las normas vigentes.
f) Acordar la concesi�n de recompensas a los internos, la imposici�n de correcciones disciplinarias a los que cometieren faltas reglamentarias, la invalidaci�n de notas en sus expedientes y las propuestas de rehabilitaci�n.
g) Determinar los puestos auxiliares que requieran las necesidades del Establecimiento y designar los internos que hayan de desempe�arlos, eligi�ndose preferentemente para Auxiliares de Departamentos exteriores o fuera de rastrillo, en primer lugar, a penados clasificados en tercer grado; en su defecto, a clasificados en segundo, y s�lo excepcionalmente a internos en situaci�n preventiva, expres�ndose en estos dos �ltimos casos las medidas de seguridad que estimen pertinentes.
h) Elevar las propuestas que, con respecto a los beneficios penitenciarios, les est�n atribuidas.
i) Acordar motivadamente la aplicaci�n del r�gimen de departamentos especiales a los internos en quienes concurran los supuestos o requisitos del art�culo 10 de la Ley Org�nica General Penitenciaria, as� como el alta en dicho r�gimen, y proponer el traslado del n�mero de ellos que resulte necesario en caso de obras, mot�n o inhabilidad total o parcial del Establecimiento.
j) Acordar la concesi�n de permisos de salida a los internos, solicitando la autorizaci�n correspondiente al Juez de Vigilancia o al Centro directivo, seg�n los casos.
k) Organizar, por unidades de clasificaci�n, los procedimientos de designaci�n de internos que hayan de participar en actividades o responsabilidades de orden educativo, recreativo, religioso, laboral, cultural o deportivo.
l) Intervenir, fiscalizar y, en su caso, aprobar la marcha de los servicios administrativos del Establecimiento, la contabilidad general, la formulaci�n de presupuestos y la rendici�n de cuentas.

ll) Decidir en todos los dem�s asuntos no comprendidos en la enumeraci�n anterior y que afecten al r�gimen del Establecimiento.

Art�culo 264

1. Cuando el servicio de Economato sea gestionado por la propia Junta de R�gimen y Administraci�n, a la misma corresponder�:

a) Acordar el aprovisionamiento de art�culos que resulte m�s pr�ctico y econ�mico, prescindiendo en lo posible de intermediarios que aumenten el precio de coste.
b) Aprobar el sistema de ventas y cuanto se refiere al despacho, procedimiento de cobro y contabilidad.
c) Determinar los precios a que hayan de venderse los art�culos, con sujeci�n a principios puramente comerciales, teniendo en cuenta la cifra de coste, los gastos de toda clase, el c�lculo natural de mermas y derramas y un beneficio medio prudencial que no exceda del 5 por 100, con el l�mite establecido en el �ltimo p�rrafo del art�culo 233.
d) Fijar la clase de art�culos que deber�n expenderse en raciones cocinadas cuando exista este servicio, su precio, horario y control.

2. Cuando los servicios de Economato se adjudiquen a Empresas concesionarias, a la Junta de R�gimen y Administraci�n le corresponder� informar a la superioridad las solicitudes de concesi�n, conforme a las bases del concurso que en cada caso convoque el Centro directivo, as� como ejercitar el debido control sobre el desenvolvimiento del servicio una vez adjudicado, y proponer, en su caso, la rescisi�n de la contrata cuando lo estime procedente.

V�ase arts. 233 y ss., 380 y 381 de este Reglamento.

Art�culo 265

1. La Junta de R�gimen y Administraci�n se reunir�, en sesi�n ordinaria, los d�as 1, 10 y 20 de cada mes y, extraordinariamente, cuantas veces lo considere necesario el Director-Presidente.

2. En el orden del d�a de los avisos de convocatoria, tanto de las sesiones ordinarias como de las extraordinarias, figurar�n siempre al final los asuntos relativos al servicio de Economato.

Secci�n Segunda

De los Equipos de Observaci�n

Art�culo 266

1. En los establecimientos de preventivos, existir�, al menos, un Equipo de Observaci�n, integrado por un jurista crimin�logo y un psic�logo, funcionarios del Cuerpo T�cnico, un asistente social y un educador, encargado del grupo al que pertenezca el interno objeto de estudio. La composici�n de �ste se podr� ampliar con un psiquiatra, igualmente del Cuerpo T�cnico, cuando el contingente de internos lo aconseje. Se adscribir�n al Equipo el n�mero de asistentes sociales y educadores que se estimen necesarios.

2. Para el cumplimiento de las funciones que tiene asignadas la Central de Observaci�n, el equipo de este Centro tendr�, adem�s de los especialistas indicados, un psiquiatra, un endocrin�logo, un soci�logo y un pedagogo.

3. El Servicio de Observaci�n estar� presidido por el Subdirector-Jefe del equipo, que ser� uno de los funcionarios del Cuerpo T�cnico de Instituciones Penitenciarias integrante del mismo, desempe�ando otro de ellos las funciones de Secretario. Actuar� bajo la supervisi�n y dependencia inmediata del Director del Centro, quien presidir� las sesiones del Equipo cuando asista a ellas, siendo preceptiva esa asistencia siempre que hayan de tomarse acuerdos sobre propuestas razonadas de clasificaci�n o libertad condicional.

4. El Subdirector-Jefe del Equipo recabar� de los funcionarios de la plantilla cuantos conocimientos o datos obtengan sobre los internos observados. En todo caso, ser�n preceptivos los informes del M�dico, de los Jefes de servicios, de los Jefes de departamento al que est� asignado el interno, as� como el profesor de Educaci�n General B�sica si el observado asiste a la escuela y el maestro de taller en que aqu�l trabaje o del Jefe de dependencia en que realice alguna actividad laboral.

Art�culo 267

Los Equipos de Observaci�n realizar�n las siguientes funciones:

1.� Recoger la mayor informaci�n posible sobre cada interno a trav�s de datos documentales, de entrevistas con el observado, con sus familiares y otras personas que le conozcan, y mediante la observaci�n del comportamiento, estableciendo sobre esta base la separaci�n o clasificaci�n interior en los grupos a que hace referencia el art�culo 33.
2.� Completar, una vez reca�da sentencia condenatoria, la informaci�n anterior con un estudio cient�fico de la personalidad del observado, formulando, en base a dichos estudios e informaciones, una determinaci�n del tipo criminol�gico, un diagn�stico de capacidad criminal y de adaptabilidad social, y la propuesta razonada de grado de tratamiento y de destino al tipo de Establecimiento que corresponda, que remitir�n al Centro directivo.
3.� Informar los casos de aplicaci�n del art�culo 10 de la Ley Org�nica General Penitenciaria, y los permisos de salida cuya concesi�n pueda acordar la Junta de R�gimen y Administraci�n del Establecimiento.
4.� Atender los requerimientos de los Tribunales, Jueces y miembros del Ministerio Fiscal, en orden a los ex�menes de personalidad de los acusados, previos a la sentencia, y realizar los estudios que hayan de remitirse al Juez de Vigilancia.
5.� Con respecto a los penados que, conforme a lo dispuesto en el art�culo 23 o por otras razones, hayan de cumplir condena en los Establecimientos de preventivos, los Equipos de Observaci�n realizar�n las funciones propias de los Equipos de Tratamiento reguladas en el art�culo 270.
6.� Emitir los informes a que hace referencia el art�culo 39 de la Ley Org�nica General Penitenciaria.

Art�culo 268

1. Cuando termine el per�odo de observaci�n sanitaria, el Equipo, bas�ndose en los datos de informaci�n recogidos hasta ese momento, formular� una propuesta de asignaci�n del interno al grupo que proceda de entre los establecidos en el art�culo 33, que someter� a la aprobaci�n del Director para la resoluci�n pertinente.

2. La asignaci�n de grupo a que hace referencia el p�rrafo anterior ser� objeto de las revisiones necesarias, atendiendo a la posterior conducta del observado y a la recogida de nuevos datos e informes sobre el mismo.

Secci�n Tercera

De los Equipos de Tratamiento

Art�culo 269

1. En los establecimientos de cumplimiento y en los especiales habr�, al menos, un Equipo de Tratamiento, compuesto por un jurista-crimin�logo, un psic�logo, funcionarios del Cuerpo T�cnico, un asistente social y un educador, encargado del grupo al que pertenezca el interno objeto de estudio. En los Centros de j�venes y en los de r�gimen ordinario formar� parte tambi�n del Equipo un pedagogo, igualmente del Cuerpo T�cnico. Se adscribir�n al Equipo el n�mero de asistentes sociales y educadores que se estimen necesarios, de modo que todos los internos que hayan de recibir tratamiento se integren en grupos de entre 20 y 40, seg�n sus caracter�sticas, atribuy�ndose a un educador cada uno de estos grupos.

2. En los Establecimientos de cumplimiento para j�venes la composici�n b�sica del equipo ser� la indicada en el apartado anterior, pudiendo ampliarse con el n�mero de especialistas que el contingente de internos, la especialidad del tratamiento y la importancia que al mismo se reconoce, requiera. En todo caso, los educadores adscritos al equipo ser�n suficientes para que los grupos no tengan m�s de 20 internos.

3. En los Centros Especiales de psic�patas y de deficientes mentales y en el Sanatorio Psiqui�trico, se ampliar� el Equipo con el n�mero de psiquiatras que se juzgue necesario. En el de deficientes mentales, podr� ser tambi�n mayor el n�mero de pedagogos.

4. El Servicio de Tratamiento estar� presidido por el Subdirector-Jefe del equipo, que ser� uno de los funcionarios del Cuerpo T�cnico de Instituciones Penitenciarias integrantes del mismo, desempe�ando otro de ellos las funciones de Secretario. Actuar� bajo la supervisi�n y dependencia inmediata del Director del establecimiento, quien presidir� las sesiones cuando asista a las mismas, siendo preceptiva esta asistencia siempre que hayan de tomarse acuerdos sobre programaci�n de cada tratamiento individual, asignaci�n inicial, progresi�n o regresi�n de grado e iniciaciones o elevaciones de libertad condicional.

5. El Subdirector-Jefe del Equipo recabar� de los funcionarios de la plantilla, y �stos aportar�n, cuantos conocimientos o datos obtengan sobre los internos objeto de tratamiento. En todo caso ser�n preceptivos informes del m�dico, de los Jefes de Servicios, de los Jefes del Departamento al que est� asignado el interno, as� como el profesor de Educaci�n General B�sica si aqu�l asiste a la escuela, y del maestro de taller en que aqu�l trabaje o del Jefe de la dependencia en que realice alguna actividad laboral.

6. Igualmente se solicitar� la colaboraci�n de todos los funcionarios en la ejecuci�n de las tareas de tratamiento, pudiendo en este sentido hacer el Director, a propuesta del Equipo, recomendaciones concretas a cada uno de ellos.

V�ase arts. 278 y 296 y ss. de este Reglamento.

Art�culo 270

El Equipo de Tratamiento tendr� las funciones siguientes:

1.� Estudiar detenidamente el protocolo, remitido por el Centro de procedencia, de cada penado que ingrese para cumplir condena, y, tras las entrevistas, pruebas e informaciones complementarias que juzgue necesarias, confirmar o modificar el diagn�stico de personalidad criminal y emitir un pron�stico inicial.
2.� Decidir, en base al estudio que se indica en el p�rrafo anterior, el programa global del tratamiento de cada interno, especificando los m�todos o t�cnicas a emplear, atendiendo no s�lo a las peculiaridades de su personalidad, sino tambi�n al tiempo aproximado de duraci�n de sus condenas.
3.� Iniciar la ejecuci�n de los m�todos de tratamiento, distribuy�ndolos, seg�n su naturaleza, entre los miembros del Equipo, que los realizar�n de acuerdo con las t�cnicas propias de su especialidad, y, con posterioridad, controlar la evoluci�n de los mismos con la frecuencia que cada caso requiera.
4.� Asignar cada interno, seg�n las caracter�sticas de su personalidad y el programa de tratamiento a seguir, a un grupo y dentro de �l a un subgrupo, quedando aqu�l bajo el control de un Educador, que ir� reuniendo el mayor n�mero de datos posibles sobre el mismo por observaci�n directa de su comportamiento y colaborar� en la realizaci�n de los m�todos correspondientes, bajo la direcci�n y orientaci�n de los miembros del Equipo.
5.� Acordar la progresi�n o regresi�n de los grados de tratamiento de los penados, as� como las calificaciones de conducta global, proponiendo al Centro directivo, en su caso, el traslado al Establecimiento que corresponda.
Tambi�n se podr� proponer este traslado sin cambio de grado por necesidades o conveniencias del tratamiento de los penados, emitiendo el oportuno informe.
6.� Realizar los informes necesarios para el otorgamiento de la libertad condicional, que ir�n fundamentados, seg�n lo dispuesto en el art�culo 67 de la Ley Org�nica General Penitenciaria, en el estudio cient�fico de la personalidad del penado y en un pron�stico criminol�gico sobre su comportamiento futuro, informes que pondr�n a disposici�n de la Junta de R�gimen y Administraci�n para su uni�n al expediente de libertad condicional.
7.� Informar los casos de aplicaci�n del art�culo 10 de la Ley Org�nica General Penitenciaria y los permisos de salida cuya concesi�n pueda acordar la Junta de R�gimen y Administraci�n del Establecimiento.
8.� Atender los requerimientos de los Tribunales, Jueces y miembros del Ministerio Fiscal en orden a los ex�menes de personalidad de los acusados, previos a la sentencia, y realizar los estudios que hayan de remitirse al Juez de Vigilancia.
9.� Emitir los informes que hace referencia el art�culo 39 de la Ley Org�nica General Penitenciaria.

V�ase: - arts. 240, 243 y 245 de este Reglamento. - Ley General Penitenciaria: arts. 62, 65 y 67.

Art�culo 271

Respecto a las funciones se�aladas como 2.� y 3.� en el art�culo anterior, se enviar� a la Secci�n correspondiente del Centro directivo copia de los programas individuales de tratamiento de cada interno por parte de los Equipos de Tratamiento de los Establecimientos de Cumplimiento. En los Establecimientos Especiales se remitir� copia del estudio de personalidad inicial y del programa individual de tratamiento. Los Equipos de todos los Establecimientos remitir�n tambi�n cada 6 meses informe de la evoluci�n del tratamiento y de lo realmente realizado del programa antedicho; cuando el per�odo de cumplimiento de condena sea superior a 6 a�os de prisi�n efectiva, el informe anterior ser� anual.

Art�culo 272

Respecto a los internos preventivos que, en departamentos independientes, pudiera haber en alg�n Centro de Cumplimiento, el Equipo de Tratamiento del mismo actuar� como Equipo de Observaci�n, cumpliendo las funciones enumeradas en el art�culo 267. En los Establecimientos en que excepcionalmente no haya Equipo de Observaci�n ni de Tratamiento, las funciones asignadas a los mismos corresponder�n a las Juntas de R�gimen y Administraci�n.

Secci�n Cuarta

Normas comunes a los Equipos de Observaci�n y de Tratamiento

Art�culo 273

Los Equipos de Observaci�n y de Tratamiento realizar�n, adem�s de las enumeradas en los art�culos 267 y 270, respectivamente, las funciones siguientes:

1.� Facilitar a los reclusos, por medio de los asistentes sociales integrantes del Equipo, la ayuda moral y tutela que precisen en asuntos propios o referentes a su familia.
2.� O�r las peticiones y quejas que formulen los internos respecto a su clasificaci�n y tratamiento y adoptar los acuerdos que estimen pertinentes sobre las mismas, sin perjuicio de las funciones del Juez de Vigilancia.
3.� Informar los recursos que se presenten contra los acuerdos del Equipo, as� como las instancias y solicitudes que los internos, en uso del derecho que se les reconoce en el art�culo 134, dirijan a las autoridades, siendo preceptivo en estos casos el informe del jurista-crimin�logo.
4.� Sugerir a la Junta de R�gimen y Administraci�n la suspensi�n o aplazamiento de las correcciones disciplinarias que puedan perturbar el tratamiento o el estudio de la personalidad, as� como la reducci�n de los plazos de invalidaci�n de las faltas cuando existan fundados motivos para pensar que esta medida puede influir favorablemente en el tratamiento.
5.� Proporcionar a los Jefes de Servicios, a trav�s de la Direcci�n del Centro, cuantos resultados del examen de personalidad de los internos puedan ser orientadores o del inter�s para el trato de cada uno de �stos y, en general, para el mantenimiento del orden y la disciplina.
6.� Comunicar, a solicitud de los profesores de Educaci�n General B�sica, las valoraciones de aptitudes mentales de los internos que realicen cursos en la Escuela, as� como otras informaciones contenidas en el protocolo que puedan serles �tiles en la programaci�n y ejecuci�n de las tareas escolares.
7.� Si existen en el Centro Talleres o Escuelas de Formaci�n Profesional, realizar las tareas de orientaci�n y selecci�n profesional, el asesoramiento pedag�gico o psicol�gico de la formaci�n profesional, as� como intentar, mediante las t�cnicas adecuadas, la integraci�n personal y colectiva de los internos en el trabajo y en la organizaci�n laboral.
8.� Formar el protocolo correspondiente a cada interno, incorporando al mismo las informaciones y documentos a que se refieren los diversos apartados de este art�culo.
9.� Decidir en todos los asuntos no comprendidos en la enumeraci�n anterior y en los art�culos 267 y 270 que les competan reglamentariamente y afecten a la observaci�n, clasificaci�n y tratamiento de los internos.

V�ase: - arts. 117.4 y 134 de este Reglamento. - Ley General Penitenciaria: arts. 42.6 y 50.

Art�culo 274

1. Los Equipos de Observaci�n y de Tratamiento celebrar�n, adem�s de cuantas reuniones informales de trabajo juzguen procedentes, una sesi�n semanal ordinaria, presidida por el Director del Establecimiento, donde se tomar�n, entre otros los acuerdos de clasificaci�n inicial, progresi�n y regresi�n de grado y los de programas individuales de tratamiento, as� como los informes de evoluci�n semestral o anual de tratamiento, los de aplicaci�n del art�culo 10 de la Ley Org�nica General Penitenciaria y los relativos a beneficios penitenciarios y permisos de salida. Tambi�n se reunir�n en sesi�n extraordinaria cuantas veces lo considere necesario el Director-Presidente.

2. Cada miembro del Equipo aportar� los informes y propuestas de su especialidad respecto a los internos considerados en cada sesi�n. El Equipo realizar�, previa la discusi�n correspondiente, una interpretaci�n y valoraci�n global del conjunto de estudios y propuestas recogidas referentes a cada interno, y tomar� las resoluciones decisorias sobre clasificaci�n y, en su caso, sobre el tratamiento individualizado del mismo.

Secci�n Quinta

Normas comunes a los �rganos colegiados

Art�culo 275

1. Los asuntos que hayan de tratarse en las sesiones ordinarias de las Juntas de R�gimen y Administraci�n y de los Equipos de Observaci�n y de Tratamiento se consignar�n con dos d�as de antelaci�n en el aviso de convocatoria. Las extraordinarias se convocar�n con la anticipaci�n debida, consign�ndose igualmente en el escrito de convocatoria el asunto que se someta a la Junta o Equipo.

2. La asistencia de las sesiones es obligatoria, consider�ndose como falta reglamentaria la no asistencia sin causa justificada.

3. Los Vocales podr�n hacer sus propuestas de palabra o por escrito. Los acuerdos ser�n adoptados por mayor�a absoluta de asistentes, sin que en todo caso su n�mero pueda ser inferior a tres, dirimiendo los empates el voto del Presidente.

4. Los acuerdos de las Juntas de R�gimen y Administraci�n podr�n ser revocados o anulados por el Centro directivo, salvo cuando el Juez de Vigilancia se halle interviniendo o haya resuelto con relaci�n a los mismos. El Presidente deber� suspender la ejecuci�n de aquellos acuerdos de la Junta de R�gimen y Administraci�n que estime gravemente perjudiciales para el r�gimen del establecimiento o puedan ser contrarios a la Ley, al Reglamento o a las Ordenes e Instrucciones del Centro directivo, dando cuenta en el acto a �ste para la resoluci�n que proceda.

5. De todas las sesiones ordinarias y extraordinarias se levantar� la correspondiente acta, que firmar�n todos los asistentes, y en la que habr�n de constar los acuerdos adoptados y los votos particulares que se hubieran emitido.

6. Para su estudio por la Inspecci�n General Penitenciaria se elevar� a este Organismo, dentro de los cinco d�as primeros de cada mes, un resumen sustancial de dichas actas, comprensivo de las sesiones celebradas durante el mes anterior, expedido por el Secretario con el visto bueno del Presidente.

7. Ser�n de aplicaci�n supletoria los art�culos 9 a 14 de la Ley de Procedimiento Administrativo, sobre actuaci�n de �rganos colegiados.

CAPITULO II

ORGANOS UNIPERSONALES

Secci�n Primera

De los Directores

Art�culo 276

1. El Director de un Establecimiento, por su car�cter de tal, ostenta la representaci�n del Poder p�blico y es el obligado, en primer t�rmino, a cumplir y hacer cumplir las Leyes, Reglamentos y disposiciones en general y especialmente las que hacen referencia al servicio.

2. Corresponden al Director las siguientes funciones:

1.� Organizar el r�gimen y el tratamiento, programar y distribuir los servicios, inspeccionarlos y corregir cualquier falta que observare en los mismos.
2.� Velar por el debido cumplimiento de los preceptos legales y el mejor desempe�o del servicio, dar a los funcionarios puntualmente traslado de cuantas disposiciones afecten al servicio y cuidar de que aqu�llos cumplan sus obligaciones.
3.� Adoptar las medidas reglamentarias urgentes necesarias para prevenir y, en su caso, resolver cualquier alteraci�n individual o colectiva del orden en el Establecimiento, dando cuenta inmediata al Centro directivo.
4.� Adoptar, ante hechos que se presumen faltas disciplinarias, las medidas preventivas que procedan hasta que recaiga acuerdo definitivo de la Junta de R�gimen y Administraci�n.
5.� Representar al Establecimiento en sus relaciones con autoridades, Centros, Entidades o personas, firmando la documentaci�n que salga del mismo y poniendo el visto bueno o la conformidad a cuantos documentos deban expedir los dem�s funcionarios, salvo cuando, previa autorizaci�n del Centro directivo, pueda delegar esta funci�n en el Subdirector.
6.� Convocar y presidir la Junta de R�gimen y Administraci�n, as� como el Equipo de Observaci�n o de Tratamiento, ejecutar sus acuerdos o suspenderlos en los supuestos previstos en el n�mero 4 del art�culo anterior.
7.� Despachar las certificaciones e informes relativos a la actuaci�n profesional de los funcionarios o de los servicios de �stos y cursar los referentes a los expedientes personales de los internos.
8.� Intervenir las cuestiones econ�mico-administrativas, fiscalizar los libros de contabilidad, autorizar los pagos de caja y de extracci�n de fondos del Banco, firmando los talones con el Administrador.
9.� Comunicar las deficiencias en las edificaciones e instalaciones, proponer las reparaciones y mejoras que estime necesarias, as� como formular las peticiones de vestuario, utensilio y mobiliario que se precisen en el Establecimiento.
10.� Decidir la clasificaci�n interior de los internos teniendo en cuenta los antecedentes y circunstancias de cada uno y las propuestas de los Equipos de Observaci�n y de Tratamiento.
11.� Autorizar, en forma reglamentaria, las comunicaciones, visitas, salidas al exterior y conducciones de los internos.
12.� Informar inmediatamente al familiar m�s pr�ximo o a la persona designada por el interno, en los casos de muerte, enfermedad o accidente grave del mismo.
13.� Autorizar, previa aprobaci�n de la autoridad judicial o de la Direcci�n General, la salida y desplazamiento de los internos al domicilio familiar o Centro hospitalario en los supuestos previstos en el n�mero 1 del art�culo 47 de la Ley Org�nica General Penitenciaria, sin perjuicio de las funciones que puedan corresponder a la Junta de R�gimen y Administraci�n.

Secci�n Segunda

De los Subdirectores

T�ngase en cuenta la Disposici�n Transitoria 3.� del R.D. 190/1996, 9 febrero, por el que se aprueba el Reglamento Penitenciario (�B.O.E.� 15 febrero), que establece lo siguiente: �El contenido de los art�culos 277 a 324; 328 a 332 y 334 a 343 del Reglamento Penitenciario aprobado por Real Decreto 1201/1981, de 8 de mayo, se mantendr� vigente, con rango de resoluci�n del centro directivo de la Administraci�n penitenciaria correspondiente, en lo que no se oponga a lo establecido en el Reglamento Penitenciario que se aprueba por este Real Decreto, hasta que por el centro directivo correspondiente se dicte la resoluci�n que establezca la nueva regulaci�n de la organizaci�n de los servicios y unidades de los centros penitenciarios, as� como las funciones de cada uno de los puestos de trabajo de los mismos.�

Art�culo 277

El Subdirector es el segundo Jefe del Establecimiento, y le corresponde:

1.� Sustituir al Director, con los mismos deberes y atribuciones de �ste, en los casos de vacante o ausencia por enfermedad o licencia. En ausencia del Director por causas distintas a las expresadas, se atendr� en su actuaci�n a las normas establecidas por aqu�l y a las instrucciones que del mismo reciba, sin perjuicio de resolver en el acto cualquier incidente que pudiera surgir, dando cuenta al Director de las resoluciones adoptadas.
2.� Organizar y dirigir la Oficina de R�gimen del Establecimiento, haciendo llevar reglamentariamente los libros y documentos.
3.� Comunicar puntualmente al Subdirector Jefe del Equipo, o al Jurista-crimin�logo, en su defecto, nota o relaci�n de los internos que han pasado a la situaci�n de penados, con fecha de la llegada de los testimonios de sentencia correspondientes, e igualmente de las �rdenes de clasificaci�n remitidas por el Centro directivo.
4.� Rubricar las comunicaciones en que haya de figurar la firma del Director y expedir las certificaciones sobre los datos que figuren en el archivo de la Oficina o en los expedientes de los reclusos.
5.� Llevar las estad�sticas y formalizar los res�menes dentro del plazo ordenado por el Centro Directivo.
6.� Desempe�ar la Secretar�a de la Junta de R�gimen y Administraci�n y asistir a las sesiones como vocal de la misma.
7.� Contribuir al mejor desenvolvimiento de los servicios del Establecimiento, instruir las informaciones que el Director le encomiende y cumplir cuantas �rdenes de �l reciba concernientes a su cometido.
8.� Ser�, asimismo, el responsable de los Servicios de Observaci�n o de Tratamiento en los establecimientos penitenciarios en que no haya Equipo T�cnico. Si existiese un funcionario del Cuerpo T�cnico asesorar� al Subdirector en estos servicios.

V�ase arts. 328 y 336 de este Reglamento.

Art�culo 278

1. Al Subdirector-Jefe del Equipo le corresponden las siguientes funciones:

1.�. Organizar, impulsar y controlar la actuaci�n de los miembros de los Equipos de Observaci�n y Tratamiento para el mejor cumplimiento de los fines asignados a �stos.
2.�. Presidir las reuniones de los mismos cuanto no asista el Director.
3.�. Recabar de todos los funcionarios datos relativos a los internos, especialmente los que hagan referencia al comportamiento, para mejor conocimiento de los mismos como base de su clasificaci�n y tratamiento.
4.�. Facilitar a los Jefes de servicio los datos que obren en los protocolos de los internos que puedan ser orientadores para el trato de cada uno de �stos, y los que puedan afectar a la seguridad del establecimiento o sean de inter�s para el mantenimiento del orden y la disciplina.
5.�. Dirigir la actuaci�n de los educadores adscritos a los equipos.
6.�. Organizar y dirigir la oficina del Equipo, cuidando del archivo de los protocolos.
7.�. Contribuir al mejor desenvolvimiento de los servicios del establecimiento, instruir las informaciones que el Director le encomiende y cumplir cuantas �rdenes de �l reciba concernientes a su cometido.
8.�. Estudiar los expedientes personales y protocolos de los internos y rubricar en los mismos las diligencias referentes a clasificaci�n, progresi�n o regresi�n de grado y libertad condicional que hayan de ser firmadas por el Director y Subdirector del Centro.
9.�. Llevar las anotaciones debidas para controlar que las propuestas de clasificaci�n inicial y las de progresi�n de grado se realicen dentro de los plazos legales y reglamentarios, a partir de la recepci�n de los testimonios de sentencia o, en su caso, de las �rdenes del Centro Directivo de clasificaci�n anterior, decidiendo la inclusi�n de los estudios o casos que procedan en el orden del d�a de las reuniones del Equipo de Observaci�n o de Tratamiento.

2. La jefatura de los Equipos de Observaci�n y de tratamiento, en caso de vacante o ausencia del Subdirector-Jefe de los mismos ser� asumida por un funcionario del Cuerpo T�cnico, elegido por los miembros del equipo y, en caso de empate, por el m�s antiguo de ellos en el Cuerpo T�cnico.

V�ase arts. 266.3, 269.4 y 337 de este Reglamento.

Secci�n Tercera

De los Administradores

Art�culo 279

En los Establecimientos que carecieren de Subdirector, asumir� el Administrador las funciones asignadas a aqu�l en los seis primeros apartados del art�culo 277. El Administrador, adem�s, tendr� espec�ficamente a su cargo:

1.� Organizar y dirigir la contabilidad del Establecimiento y la especial de los servicios.
2.� Efectuar los cobros de libramientos a favor del Establecimiento, dar conocimiento al Director de todos los ingresos y dep�sitos de las cuentas corrientes y firmar con �l los talones de extracci�n de fondos.
3.� Efectuar todos los pagos y custodiar los fondos existentes en la Caja del Establecimiento, los de Economato y Talleres, as� como los valores y fianzas que por raz�n de su cargo le entreguen cuidando de que las existencias en met�lico en Caja no sobrepasen la cifra prudencial necesaria para satisfacer regularmente los pagos.
4.� Custodiar las cartillas de ahorro de los penados velando por la puntualidad de sus operaciones de movimiento de fondos.
5.� Cuidar de la conservaci�n del edificio, mobiliario y enseres, as� como el vestuario, equipo y calzado de los internos, y efectuar los estudios de necesidades que ha de someter a consideraci�n de la Junta de R�gimen y Administraci�n, y comprobar el estado de los mismos.
6.� Custodiar el dinero, ropas, objetos u otros efectos de los internos que por su valor o caracter�sticas deban ser guardados en lugar seguro, previa entrega del correspondiente resguardo.
7.� Asistir como Vocal a las sesiones de la Junta de R�gimen y Administraci�n y someter a la consideraci�n de la misma las propuestas de adquisici�n de art�culos para el Economato.
8.� Programar las comidas de los internos, cuidando la cantidad, calidad y variedad, as� como la confecci�n y distribuci�n y solicitar asesoramiento M�dico en la determinaci�n de los �ndices de calor�as.
9.� Formar las n�minas y presupuestos del servicio que el Director le ordene y rendir en el plazo se�alado las cuentas de libramientos cobrados y las dem�s expresadas en este Reglamento.
10.� Comprobar el estado de conservaci�n de los pabellones de funcionarios, dando cuenta al Director.
11.� Custodiar en lugar adecuado un duplicado de todas las llaves del Establecimiento.

Art�culo 280

Respecto del Economato, el Administrador tendr� las siguientes funciones:

a) Custodiar los fondos procedentes del Economato, como asimismo los talonarios de la cuenta corriente de la Entidad bancaria en que se tenga establecida.
b) Recibir el importe de la venta diaria, que ser� entregado por el funcionario encargado del Economato una vez terminadas las operaciones del d�a.
c) Proponer el sistema de ventas, despacho, procedimiento de cobro y contabilidad.
d) Llevar y dirigir la contabilidad.
e) Abonar las facturas que se presenten al cobro, previa autorizaci�n del Director y la conformidad del funcionario encargado del Economato.
f) Presenciar, dirigir y fiscalizar las operaciones del inventario y los balances mensuales, cercior�ndose de su veracidad.
g) Firmar la conformidad de cuantos documentos integran la cuenta bimensual.
h) Velar por la buena conservaci�n de los utensilios, enseres y art�culos almacenados, haciendo a la Junta de R�gimen y Administraci�n propuesta de renovaci�n de los primeros cuando proceda.
i) Llevar un libro de expedici�n de tarjetas de compra cuando las hubiere.
j) Abonar las n�minas mensuales de gratificaciones y premios a los internos que colaboren en la marcha del Economato.
k) Proponer a la Junta de R�gimen y Administraci�n el nombramiento del funcionario encargado del Economato.
l) En el supuesto de los Economatos concedidos a terceros, se atendr� a las normas que se consignen en el contrato firmado con el Centro directivo.

Secci�n Cuarta

De los Juristas-Crimin�logos

Art�culo 281

Al Jurista-Crimin�logo le corresponder� las funciones siguientes:

1.�. Estudiar toda la informaci�n penal, procesal y penitenciaria recibida sobre cada interno, realizando la valoraci�n criminol�gica necesaria para la clasificaci�n y programaci�n del tratamiento del mismo, emitiendo los informes propios de su especialidad que ha de presentar a las reuniones del Equipo.
2.�. Asistir como Vocal a las reuniones del Equipo, participando en sus actuaciones y acuerdos y, una vez que sobre cada caso hayan informado todos los miembros del mismo, hacer la propuesta global del diagn�stico criminol�gico y, en su caso, de programaci�n del tratamiento; previa la discusi�n y acuerdo correspondiente, redactar, en un momento posterior, la propuesta razonada de destino o el informe final que se ha de remitir al Centro Directivo, redacci�n que se someter� previamente a la aprobaci�n del Subdirector-Jefe del equipo.
3.�. Redactar, previa discusi�n y acuerdo correspondiente del equipo, los informes solicitados por las autoridades judiciales, el Ministerio Fiscal y el Centro directivo.
4.�. Colaborar en la medida posible y del modo que el equipo determine a la ejecuci�n de los m�todos de tratamiento.
5.�. Informar a los internos acerca de su situaci�n penal, procesal y penitenciaria, bien por propia iniciativa, cuando lo crea adecuado, bien a petici�n del interno, as� como a los efectos previstos en el art�culo 130.1, siempre que sea requerido para ello por el interno y no ostente vocal�a en la Junta de R�gimen y Administraci�n.
6.�. Informar al Director de las instancias y recursos cursados o interpuestos por los reclusos con respecto a sus derechos y situaciones jur�dicas.
7.�. Asesorar jur�dicamente en general a la Direcci�n del Establecimiento.
8.�. Cumplir cuantas tareas le encomiende el Director concernientes a sus cometidos.

Secci�n Quinta

De los Psic�logos

Art�culo 282

El Psic�logo desempe�ar� las funciones siguientes:

1.� Estudiar la personalidad de los internos desde la perspectiva de la Ciencia de la Psicolog�a y conforme a sus m�todos, calificando y evaluando sus rasgos temperamentales-caracteriales, aptitudes, actitudes y sistema din�mico-motivacional, y, en general, todos los sectores y rasgos de la personalidad que juzgue de inter�s para la interpretaci�n y comprensi�n del modo de ser y de actuar del observado.
2.� Dirigir la aplicaci�n y correcci�n de los m�todos psicol�gicos m�s adecuados para el estudio de cada interno, interpretar y valorar las pruebas psicom�tricas y las t�cnicas proyectivas, realizando la valoraci�n conjunta de �stas con los dem�s datos psicol�gicos, correspondi�ndole la redacci�n del informe aportado a los Equipos y la del informe psicol�gico final que se integrar� en la propuesta de clasificaci�n o en el programa de tratamiento.
3.� Asistir como Vocal a las reuniones de los Equipos de Observaci�n o de Tratamiento, participando en sus acuerdos y actuaciones.
4.� Estudiar los informes de los Educadores, contrastando el aspecto psicol�gico de la observaci�n directa del comportamiento con los dem�s m�todos y procurando, en colaboraci�n con aqu�llos, el perfeccionamiento de las t�cnicas de observaci�n.
5.� Aconsejar en orientaci�n profesional, colaborando estrechamente con el Pedagogo si existiere en el Equipo, a aquellos internos observados que lo necesiten y cuyas circunstancias lo hagan factible, en especial a los j�venes.
6.� Ejercer las tareas de Psicolog�a industrial con respecto a talleres penitenciarios y a las escuelas de formaci�n profesional, as� como las de Psicolog�a pedag�gica con respecto a los alumnos de los cursos escolares establecidos en los Centros Penitenciarios.
7.� Ejecutar los m�todos de tratamiento de naturaleza psicol�gica se�alados para cada interno, en especial los de asesoramiento psicol�gico individual y en grupo, las t�cnicas de modificaci�n de actitudes y las de terapia de comportamiento.
8.� Cumplir cuantas tareas le encomiende el Director concernientes a su cometido.

Secci�n Sexta

De los Pedagogos

Art�culo 283

Al Pedagogo le corresponden las funciones siguientes:

1.� Estudiar al interno desde el punto de vista de su historial escolar, grado cultural y nivel de instrucci�n, enjuiciando el alcance de sus conocimientos, especialmente los instrumentales, actividades expresivas y aficiones, aportando la informaci�n correspondiente al estudio de su personalidad.
2.� Ejecutar los m�todos de tratamiento de naturaleza pedag�gica.
3.� Asistir como Vocal a las reuniones de los Equipos de Tratamiento, participando en sus acuerdos y actuaciones.
4.� Procurar la coordinaci�n adecuada de las tareas escolares, culturales y deportivas con los m�todos de tratamiento programados.
5.� Cumplir cuantas tareas le encomiende el Director concernientes a su cometido.

Secci�n S�ptima

De los Psiquiatras

Art�culo 284

Al Psiquiatra le corresponder�n las funciones siguientes:

1.� Explorar a los internos conforme a los m�todos propios de su especialidad para apreciar la posible existencia de anomal�as mentales, aportando los informes correspondientes al Equipo de que forme parte y redactando los que se hayan de remitir a la Direcci�n General o a otros Organismos Oficiales.
2.� Realizar el tratamiento m�dico-psiqui�trico de todos los internos enfermos mentales o que presenten anomal�as o trastornos de esta naturaleza.
3.� Ejecutar los m�todos de tratamiento penitenciario de naturaleza preferentemente psiqui�trica, en especial la psicoterapia individual o de grupo de los internos cuyo programa as� lo exija.
4.� Asistir como Vocal a las reuniones de los Equipos de Observaci�n o de Tratamiento, participando en sus acuerdos y actuaciones.
5.� Vigilar todo aquello que redunde en la salud mental de la poblaci�n recluida en el Establecimiento, tomando las medidas adecuadas para dicho fin con la colaboraci�n del M�dico del mismo.
6.� Emitir los informes que le sean solicitados por las autoridades judiciales y actuar como Perito ante los Tribunales de Justicia si fuera requerido.
7.� Cumplir cuantas tareas le encomiende el Director y concernientes a su cometido.
8.� En los Centros Especiales Psiqui�tricos tendr� a su cargo la organizaci�n de los servicios m�dicos, la clasificaci�n y distribuci�n de los internos en los diferentes Departamentos, con arreglo a lo preceptuado en el Reglamento y al imperativo de las necesidades Psiqui�tricas.

Cuando en dichos Centros haya varios Psiquiatras uno de ellos actuar� como Jefe de los Servicios M�dicos y coordinador de todas las actividades sanitarias.

Secci�n Octava

De los Soci�logos

Art�culo 285

1. Los Soci�logos realizar�n las tareas cient�ficas propias de su especialidad en los puestos de trabajo que se les asigne.

2. Si formasen parte de alg�n Equipo, informar�n en los estudios de personalidad de los internos y participar�n en la ejecuci�n de los tratamientos programados asistiendo a las reuniones de los mismos.

3. Igualmente cumplir�n cuantas tareas se les encomienden por el Director, concernientes a su cometido.

Secci�n Novena

De los Endocrin�logos

Art�culo 286

1. Los Endocrin�logos realizar�n las tareas cient�ficas propias de su especialidad en los puestos de trabajo que se les asigne.

2. Si formasen parte de alg�n Equipo, informar�n en los estudios de personalidad de los internos y participar�n en la ejecuci�n de los tratamientos programados, asistiendo a las reuniones de los mismos.

3. Igualmente cumplir�n cuantas tareas se les encomienden por el Director, concernientes a su cometido.

Secci�n D�cima

De los Jefes de Servicios

Art�culo 287

1. El Jefe de Servicios m�s antiguo en la plantilla sustituir� al Administrador en los casos de vacante, enfermedad o licencia.

2. Son obligaciones espec�ficas de los Jefes de Servicios:

1.� Despachar diariamente con el Director para informarle de la marcha de los servicios y de las novedades que hubiere y para recibir sus �rdenes.
2.� Cuidar la disciplina general del Establecimiento y de que se realicen los servicios en la forma establecida.
3.� Estimular y orientar a los funcionarios que de �l dependan en el cumplimiento de sus deberes, estudiar sus cualidades e informar al Director de su comportamiento.
4.� Procurar conocer personalmente a los internos e informar al Director sobre los mismos, y a otros superiores cuando lo soliciten.
5.� Visitar durante el servicio todos los locales del Establecimiento para cerciorarse de su estado de conservaci�n, orden, limpieza y seguridad.
6.� Adoptar provisionalmente las medidas indispensables para mantener el orden y buen funcionamiento de los servicios regimentales, dando cuenta de ellas al Director.
7.� Mantener en lugar adecuado y debidamente controladas durante el d�a las llaves de los dormitorios y locales que no hayan de ser inmediatamente utilizados y, durante la noche, la de los departamentos interiores del Establecimiento.
8.� Organizar debidamente todos los actos colectivos y presidirlos cuando no asista un funcionario de superior cometido.
9.� Comprobar que los funcionarios que de �l dependan realicen los recuentos, cacheos y requisas, as� como las revistas e instalaciones, utensilio, vestuario y aseo de la poblaci�n reclusa.
10.� Dirigir la oficina de la Jefatura de Servicios y activar sus trabajos.
11.� Asistir como Vocal miembro de la Junta de R�gimen y Administraci�n en el caso de que le corresponda, conforme a lo dispuesto en el art�culo 262.
12.� Cumplir cuantas tareas le encomiende el Director en relaci�n con el servicio que le corresponde conforme a su categor�a y cometidos.

Secci�n Decimoprimera

De los M�dicos

Art�culo 288

Los funcionarios del Cuerpo Facultativo de Sanidad Penitenciaria tienen a su cargo la asistencia higi�nica y sanitaria de los Establecimientos. Sus obligaciones son las siguientes:

1.� Reconocer a todos los internos a su ingreso en el Establecimiento con la especial finalidad de descubrir la existencia de posibles enfermedades f�sicas o mentales y adoptar, en su caso, las medidas necesarias.
2.� Velar por la salud f�sica y mental de los internos y prestar asistencia facultativa a los mismos, a los ni�os cuyas madres los tengan consigo en el Establecimiento, a los funcionarios y a sus familias, as� como a las religiosas en caso de que las hubiere.
En los Establecimientos en que haya un psiquiatra, corresponder� a �ste los reconocimientos en orden a descubrir posibles anomal�as mentales y los tratamientos m�dico-psiqui�tricos con la colaboraci�n del M�dico.
3.� Informar a las Juntas de R�gimen y Administraci�n y a los Equipos de Observaci�n y de Tratamiento para el mejor cumplimiento de las funciones asignadas a estos �rganos, fundamentalmente a efectos de clasificaci�n interior de los internos y en relaci�n con la capacidad f�sica para el trabajo y para las actividades deportivas de los mismos.
4.� Pasar visita diaria a la enfermer�a y atender la consulta a la hora que se determina en el horario del Establecimiento.
5.� Despachar con el Director d�ndole cuenta de las novedades, del movimiento de altas y bajas en enfermer�a y muy especialmente del estado de los enfermos graves, as� como de las necesidades de traslado a Centros hospitalarios y de aislamiento de los que padezcan enfermedades infecto-contagiosas.
En los casos de traslados de internos enfermos al Hospital de la localidad, deber� visitarlos cada cinco d�as recabando informaci�n de los facultativos del Centro.
6.� Dar cumplimiento a las campa�as preventivas organizadas por las Autoridades sanitarias nacionales, regionales o provinciales, y disponer las necesarias respecto a los internos del Establecimiento.
7.� Formular los pedidos de medicamentos y de material e instrumental cl�nico-sanitario y cuidar que se guarden en lugar adecuado y seguro de la enfermer�a, organizando un control efectivo de los mismos.
8.� Organizar e inspeccionar los servicios de higiene, informando y proponiendo al Director lo conveniente en relaci�n con:
- a) El estado, preparaci�n y distribuci�n de alimentos.
- b) La higiene y limpieza de los internos, as� como de sus vestidos y equipo.
- c) La higiene, limpieza, salubridad, calefacci�n, iluminaci�n y ventilaci�n de los locales.
- d) Los servicios de peluquer�a, barber�a y duchas.
- e) Los servicios de desinsectaci�n y desinfecci�n.
9.� Organizar y dirigir la documentaci�n administrativa de la enfermer�a, cuidar el archivo de historias cl�nicas, libros de reconocimiento, ficheros y dem�s que el servicio requiera; redactar los partes, informes y estad�sticas ordenadas por la superioridad.
10.� Acudir inmediatamente cuando sea requerido por el Director o quien haga sus veces para el ejercicio de sus funciones.
11.� Girar las visitas precisas al Economato y hacer constar en el libro destinado al efecto del estado de sanidad de los art�culos. Cuando no re�nan las condiciones debidas, ordenar� la retenci�n de los mismos, dando conocimiento inmediato al Director, que ratificar� la orden facultativa y, si lo cree necesario, reunir� a la Junta de R�gimen y Administraci�n a fin de tomar los acuerdos que se estimen precisos.
12.� Las dem�s obligaciones que se deriven del presente Reglamento y las que resulten de las disposiciones e instrucciones que, en materia de su competencia reciban de la Direcci�n General.

Art�culo 289

1. En los Establecimientos en los que, por el n�mero de internos o por otras circunstancias, la Direcci�n General lo juzgue conveniente, podr� establecerse un servicio m�dico permanente.

2. En todo caso, cuando hubiere m�s de un M�dico, el m�s antiguo, sin perjuicio de atender las obligaciones que le correspondan, tendr� la consideraci�n de Jefe de los Servicios M�dicos, correspondi�ndole la organizaci�n y la distribuci�n de funciones.

Art�culo 290

Cuando el M�dico creyere necesario escuchar la opini�n de otro compa�ero respecto a determinados enfermos y solicitar su cooperaci�n en ciertas intervenciones, lo pondr� en conocimiento del Director para la autorizaci�n correspondiente.

Art�culo 291

Los M�dicos de los Establecimientos que radiquen en la misma localidad se sustituir�n mutuamente en ausencias y enfermedades. Donde exista un solo M�dico ser� sustituido por el Forense de la poblaci�n o el que de �stos designe el Juez Decano cuando sean m�s de uno.

Secci�n Decimosegunda

De los Capellanes

Art�culo 292

Los funcionarios del Cuerpo de Capellanes de Instituciones Penitenciarias tendr�n a su cargo los servicios religiosos en los Establecimientos y la asistencia espiritual y ense�anza religiosa de los internos que lo soliciten.

Art�culo 293

1. Los Capellanes ejercen en los Establecimientos funciones cuasi parroquiales aunque, por no estar exentos de la jurisdicci�n ordinaria, dependan del P�rroco correspondiente en todo lo que concierne a los llamados derechos parroquiales. Por esta raz�n, podr�n los P�rrocos ejercer su sagrado ministerio en los Establecimientos Penitenciarios pertenecientes a su Parroquia, de acuerdo con el Capell�n y con sujeci�n a las disposiciones de este Reglamento.

2. Son funciones espec�ficas de los Capellanes:

1.� Celebrar la Santa Misa los domingos y d�as festivos para facilitar el cumplimiento del precepto dominical a la poblaci�n reclusa.
2.� Organizar y dirigir la Catequesis, explicar el Evangelio en la Misa de los domingos y d�as de precepto, y dar charlas sobre temas de dogma, moral o formaci�n humana.
3.� Administrar los Sacramentos e inscribir en el libro correspondiente los datos relativos a bautismos, matrimonios y defunciones acaecidos en el Establecimiento, sin perjuicio de que, por medio del Director, se d� cuenta al Registro Civil y al P�rroco para las inscripciones legales.
4.� Visitar a los internos a su ingreso en el Establecimiento y dedicar, al menos, una hora al d�a para recibir en su despacho a aquellos que deseen exponerle las dudas y problemas que les afecten.
5.� Acudir al establecimiento cuando fuere requerido por el Director o quien haga sus veces y despachar con �l para darle cuenta de la marcha de las actividades que tiene a su cargo.
6.� Organizar y dirigir la documentaci�n administrativa de la Capellan�a, los inventarios de objetos sagrados y de culto, y remitir al Centro Directivo los partes, informes y estad�sticas que �ste le ordene.

Secci�n Decimotercera

De los Profesores de Educaci�n General B�sica

Art�culo 294

.....

Art�culo 294 derogado por R.D. 1203/1999, 9 julio (�B.O.E.� 21 julio), por el que se integran en el Cuerpo de Maestros a los funcionarios pertenecientes al Cuerpo de Profesores de Educaci�n General B�sica de Instituciones Penitenciarias y se disponen normas de funcionamiento de las unidades educativas de los establecimientos penitenciarios.

Art�culo 295

.....

Art�culo 295 derogado por R.D. 1203/1999, 9 julio (�B.O.E.� 21 julio), por el que se integran en el Cuerpo de Maestros a los funcionarios pertenecientes al Cuerpo de Profesores de Educaci�n General B�sica de Instituciones Penitenciarias y se disponen normas de funcionamiento de las unidades educativas de los establecimientos penitenciarios.

Secci�n Decimocuarta

De los Educadores

Art�culo 296

Los Educadores, funcionarios de los Cuerpos de Instituciones Penitenciarias con una capacitaci�n espec�fica para tal funci�n, como colaboradores directos e inmediatos de los Equipos de Observaci�n y de Tratamiento, realizar�n las tareas complementarias que con respecto a observaci�n y tratamiento se se�ale en cada caso, especialmente las siguientes:

1.� Atender al grupo o subgrupo de internos que se les asigne, a quienes deber�n conocer lo mejor posible, intentando mantener con ellos una buena relaci�n personal, y a los que ayudar�n en sus problemas y dificultades durante su vida de reclusi�n, intercediendo, presentando o informando ante la Direcci�n del Establecimiento sus solicitudes o pretensiones.
2.� Constituir progresivamente la carpeta de informaci�n personal sobre cada interno del grupo o subgrupo que tenga atribuido, que se iniciar� a partir de una copia del protocolo del mismo, que se les entregar� en el primer momento, y que completar�n posteriormente d�a a d�a con todo tipo de datos que obtenga.
3.� Practicar la observaci�n directa del comportamiento de los mismos, con arreglo a las t�cnicas que se determinen, emitiendo los correspondientes informes al Equipo, y en cuantas ocasiones se les soliciten.
4.� Colaborar con los especialistas miembros del Equipo, cumpliendo las indicaciones y sugerencias de los mismos en orden al acopio de datos de inter�s para cada uno de ellos y realizando las tareas auxiliares que se les indiquen con respecto a la ejecuci�n de los m�todos de tratamiento.
5.� Asistir a las reuniones peri�dicas cuyo programa fijar� el Subdirector-Jefe del equipo, y despachar con �ste y con los especialistas cuantas veces se les requiera.
6.� Organizar y controlar la ejecuci�n de las actividades deportivas y recreativas de los internos.
7.� Cumplir cuantas tareas se les encomiende por sus superiores referentes a su cometido.

V�ase arts. 269.1 y 270.4 de este Reglamento.

Art�culo 297

Excepcionalmente la Direcci�n del Establecimiento podr� ordenar a los Educadores la colaboraci�n con el Profesor de Educaci�n General B�sica en la labor de instrucci�n cultural, as� como, en los Establecimientos de r�gimen abierto, con los Asistentes Sociales en la soluci�n de los problemas laborales derivados de la colocaci�n de los internos en puestos de trabajo extrapenitenciario.

Art�culo 298

Los Educadores, mientras desempe�an tal puesto de trabajo, est�n excluidos de funciones de r�gimen interior del establecimiento. Si tuvieren conocimiento de faltas reglamentarias, salvo aqu�llas que constituyan delito o pongan en grave peligro el orden general o la seguridad del Establecimiento, actuar�n con un criterio de discrecionalidad tratando de armonizar su deber de funcionarios con el fin principal del tratamiento y la correspondencia a la confianza que hayan depositado en ellos los internos.

Art�culo 299

Ingresado un interno en un Establecimiento y cumplida la fase de aislamiento sanitario, el Educador que dirija el grupo a que haya sido asignado, le informar� de las peculiaridades del Centro, as� como de su r�gimen y vida en el mismo.

Art�culo 300

1. El Educador adscrito al servicio de observaci�n resumir� la informaci�n obtenida del expediente del observado y la aportada por diversos servicios o funcionarios del Establecimiento y la entregar� al Subdirector juntamente con la resultante de sus propias entrevistas y observaciones con el interesado.

2. Estas funciones se entender�n sin perjuicio de las tareas espec�ficas que habr� de realizar respecto a los penados que cumplan condena en el Centro.

Secci�n Decimoquinta

De los Asistentes Sociales

Art�culo 301

Los Asistentes Sociales realizar�n las tareas siguientes:

a) Entrevistarse con los internos observados o tratados, con sus familiares y en general con las personas que los conozcan, traslad�ndose si es necesario al domicilio de los mismos, recogiendo por todos los medios a su alcance la mayor informaci�n perif�rica posible acerca de aqu�llos.
b) Escribir solicitando datos sobre los internos a familiares o personas de la localidad donde hayan vivido, Centros o Empresas donde hayan permanecido o trabajado, y en general a quienes puedan proporcionar informaci�n para el estudio de su personalidad.
c) Emitir el informe propio de su especialidad y aportarlo a las reuniones del Equipo, as� como cuando se les solicite por la Direcci�n del Establecimiento.
d) Asistir como Vocales a las reuniones de los Equipos de Observaci�n y de Tratamiento, participando en sus acuerdos y actuaciones.
e) Colaborar en la ejecuci�n de los m�ritos de tratamiento, en especial por medio de m�todos sociales.
f) Gestionar a los internos del Establecimiento la ayuda que precisen en asuntos propios o referentes a su familia.
g) Recoger la documentaci�n de la informaci�n obtenida en el desempe�o de su funci�n, archiv�ndola y custodi�ndola en su departamento.
h) Mantener las relaciones profesionales adecuadas con los dem�s Asistentes Sociales que trabajen en Instituciones Penitenciarias y sobre todo con la Comisi�n de Asistencia Social.
i) Cumplir cuantas tareas se les encomienden por el Director o el Subdirector-Jefe del Equipo dentro del campo estrictamente profesional.

V�ase arts. 259, 269.1 y 270.4 de este Reglamento.

Art�culo 302

En el caso de nombrarse, por necesidades del Servicio, m�s de un Asistente Social para un Equipo de Observaci�n o de Tratamiento, solamente uno de ellos actuar� como Vocal del mismo, design�ndole el Organismo de la Comisi�n de Asistencia Social que le corresponda.

Secci�n Decimos�ptima

De las distintas Unidades de Servicio

Art�culo 303

Son tareas espec�ficas de los funcionarios que ocupen Jefaturas de Centro:

1.� Controlar los desplazamientos de internos de unas dependencias a otras, cuidando que se mantenga adecuadamente la clasificaci�n interior.
2.� Llevar la documentaci�n, libros y ficheros de la oficina de Jefatura de Servicios, as� como los partes de recuento, requisas y cacheos.
3.� Organizar o, en su caso, proponer al Jefe de Servicios los equipos de internos que hayan de efectuar trabajos o reparaciones se�alando el funcionario que deba hacerse cargo de los mismos.
4.� Cumplir cuantas tareas le encomiende el Jefe de Servicios conforme a su categor�a, adoptando cuando aqu�l no �ste presente las medidas indispensables para mantener el orden, d�ndole cuenta de las mismas.
5.� Cuidar que los funcionarios hagan entrega de las llaves de los dormitorios y locales que no hayan de ser inmediatamente utilizados, guard�ndolas en el lugar adecuado.

V�anse arts. 333 y 339 de este Reglamento.

A. De las Unidades de Servicio en las oficinas de Direcci�n, R�gimen y Administraci�n

Art�culo 304

Teniendo en cuenta la distinta complejidad y peculiaridades del Centro Penitenciario de que se trate, las tareas que se deriven de la realizaci�n de los cometidos descritos en el T�tulo IX de este Reglamento, se distribuir�n con arreglo a un plan organizado, entre distintas Unidades o puestos de trabajo, cuyas funciones determinar�n, en cada caso, los Directores de los Centros respectivos.

B. Unidades de servicio de acceso

Art�culo 305

1. Ser�n consideradas unidades de acceso la puerta principal y cualquier otra entrada de personas o veh�culos al interior del establecimiento.

2. Cada unidad de acceso estar� integrada por la puerta y los locales o dependencias anejos a la misma.

3. El funcionario encargado de la Unidad de acceso tendr� las siguientes funciones:

a) Atender la vigilancia de la Unidad, efectuar personalmente las operaciones de apertura y cierre, conservando en todo momento las llaves en su poder, y hacer entrega de las mismas al Jefe de la Guardia exterior o al Jefe de Servicios seg�n proceda, cuando, finalizada la jornada, deba cerrarlas conforme al horario establecido.
b) Identificar a toda persona que haya de entrar en el establecimiento, comprobando la oportunidad o autorizaci�n para hacerlo, y recoger la documentaci�n de quienes sean ajenos al mismo, conserv�ndola en su poder hasta la salida.
c) Identificar a toda persona que haya de entrar en el establecimiento, haciendo entrega de los documentos recogidos y, en el caso de salida de los internos, firmar y diligenciar las �rdenes de salida, bien sea por libertad, diligencias, trabajos en el exterior o en conducci�n a otros Establecimientos Penitenciarios.
d) Controlar las entradas y salidas de veh�culos, anotando la matr�cula y la identidad del conductor, y comprobar su contenido.
e) Evitar que en las proximidades de la puerta se formen grupos que dificulten el normal acceso al interior.
f) Cuidar de la limpieza y del orden en la Unidad, haci�ndose cargo de los internos que hayan de efectuar estas operaciones cuando no salga con ellos otro funcionario.
g) Cumplir cualquier otra tarea que, relacionada con el servicio, le sea encomendada por sus superiores.

Art�culo 306

En aquellos Establecimientos en los que el movimiento de veh�culos o las caracter�sticas de la carga lo aconsejen, podr� el Director dar normas para que, desde la puerta de acceso, uno o varios funcionarios acompa�en a los veh�culos hasta el lugar en que hayan de ser descargados. Igualmente podr� disponer que los funcionarios que presencien en el interior la carga de los veh�culos acompa�en a �stos hasta la salida del Establecimiento. En uno y otro caso los funcionarios designados ser�n responsables de que no entre ni salga ning�n interno ni objeto que no deba hacerlo, entregando justificante escrito al funcionario de la puerta.

C. Unidades de servicio de rastrillo

Art�culo 307

1. Las Unidades de servicio de rastrillo estar�n integradas por uno o dos de �stos cuando se hallen en proximidad inmediata, y por los locales o dependencias ajenos, constituyendo un punto de paso.

2. El funcionario encargado de la Unidad tendr� las siguientes funciones:

a) Efectuar personalmente las operaciones de apertura y cierre, conservando en todo momento, las llaves en su poder durante el servicio. Por la noche no abrir� sin previo conocimiento y autorizaci�n del Jefe de Servicios.
b) Cuidar que no entren en el Establecimiento ni salgan del mismo m�s que los funcionarios de la plantilla y las personas debidamente autorizadas o que por raz�n de su cargo deban tener acceso al mismo.
c) Impedir, cuando se trate de rastrillos interiores, el paso de los internos, salvo cuando exista orden escrita superior, exigiendo la firma del funcionario que se haga cargo de los mismos.
d) Identificar individualmente o constatar num�ricamente el contingente de internos, con anotaci�n de la hora en que se produce el movimiento de los mismos. Asimismo, diligenciar las �rdenes de libertad, traslados o salidas a diligencias o a trabajos en el exterior.
e) Mantener despejado el rastrillo, impidiendo a los internos su permanencia o aglomeraci�n junto al mismo y cuidar la limpieza y orden en el rastrillo y sus dependencias.
f) Cumplir cualquier otra tarea que, relacionada con este servicio, le sea encomendada por sus superiores.

D. Unidades de servicio de patios

Art�culo 308

1. Cada patio del Establecimiento puede considerarse como Unidad de servicio juntamente con los locales o dependencias a los que sirva de acceso y no est�n adscritos a otra Unidad.

2. El funcionario encargado del patio tendr� las siguientes obligaciones:

a) Controlar a los internos que permanezcan en el mismo, conociendo en todo momento su contingente.
b) Impedir la entrada o salida de internos, salvo que se encuentren expresamente autorizados para ello o que se haga cargo de aqu�llos otro funcionario.
c) Observar la conducta de los internos, procurando conocerles personalmente y, dentro de sus atribuciones, atender o cursar sus peticiones.
d) Informar al superior jer�rquico de cualquier novedad que se produzca y en general, proporcionar las informaciones que le sean requeridas sobre el comportamiento de los internos.
e) Velar por el orden y limpieza en todas las dependencias de la Unidad.
f) Practicar los cacheos, requisas y registros que estime necesarios o que se le ordenen, con el fin de lograr un mejor control y seguridad de la Unidad.
g) Cumplir las indicaciones que les hagan los encargados de las Unidades y cualquier otra tarea relacionada con este servicio que les encomienden sus superiores jer�rquicos.

E. Unidades de servicio en galer�as

Art�culo 309

1. Las Unidades de servicio en galer�as o departamentos comprender�n una o varias de estas dependencias cuando su proximidad o las necesidades del servicio as� lo requieran.

2. Al frente de las mismas figurar� un funcionario como encargado y de �l podr�n depender otros que desempe�ar�n las tareas complementarias correspondientes.

3. Los funcionarios encargados de estas Unidades tendr�n las siguientes obligaciones:

a) Llevar relaci�n actualizada de los internos albergados en la Unidad, con anotaci�n de la celda o puesto ocupado y de las circunstancias regimentales que a ellos se refieran.
b) Conocer a los internos de la Unidad, informar sobre su comportamiento y atender o cursar sus peticiones seg�n corresponda.
c) Autorizar mediante la correspondiente orden escrita las salidas de internos y diligenciar las entradas de �stos en la Unidad.
d) Velar por la limpieza y conservaci�n de locales, mobiliario, equipo y utensilio de los internos, practicando a tal efecto las inspecciones necesarias.
e) Cuidar de que los restantes funcionarios de servicio en la Unidad cumplan eficiente y puntualmente las tareas que tengan asignadas e instruirles en la ejecuci�n de las mismas.
f) Comunicar al superior inmediato, mediante el correspondiente parte por escrito, cualquier incidencia o irregularidad ocurrida, as� como dejar constancia escrita del movimiento de internos y de las incidencias del servicio para conocimiento del funcionario de relevo.

Art�culo 310

Los funcionarios adscritos a estas Unidades y que act�en bajo la dependencia de los encargados de las mismas tendr�n las obligaciones siguientes:

a) Controlar el movimiento de internos, conociendo en cada momento el contingente de los mismos.
b) Conservar en su poder las llaves correspondientes, practicando personalmente las operaciones de apertura y cierre de puertas.
c) Impedir las entradas y salidas de internos mientras no tengan constancia evidente de la autorizaci�n para hacerlo o reciban las �rdenes oportunas de sus superiores jer�rquicos.
d) Observar la conducta de los internos, conocerles personalmente y proporcionar las informaciones que sobre los mismos les sean requeridas.
e) Practicar cacheos, requisas y registros que estimen necesarios o se les ordenen.
f) Cumplir las indicaciones que les hagan los encargados de las Unidades y cualquier otra tarea relacionada con este servicio que les encomienden sus superiores jer�rquicos.

F. Unidades de servicio en Enfermer�a

Art�culo 311

A efectos del servicio, la Enfermer�a constituye una Unidad integrada por las salas y habitaciones para enfermos, comedor, sala de reconocimiento, despachos m�dicos, botiqu�n, patio, y, en general, cuantas dependencias relacionadas con la asistencia sanitaria est�n ubicadas en una galer�a o departamento del Establecimiento.

Art�culo 312

Al funcionario de servicio en Enfermer�a le corresponden las obligaciones que en el art�culo 309 se atribuyen a los encargados de galer�as o departamentos, teniendo adem�s estas otras:

a) Cuidar de que los enfermeros e internos auxiliares desempe�en puntual y fielmente sus cometidos.
b) Velar por la conservaci�n del material sanitario y porque se efect�en las curas, se administren los medicamentos, se distribuyan las comidas y se realicen las dem�s actividades en la forma prescrita por el M�dico.
c) Impedir que se extraigan medicamentos, comidas, ropas y otros efectos, o que sean facilitados a los enfermos sin autorizaci�n del facultativo.
d) Proceder a reducir a los enfermos agitados, solicitando las ayudas que precisen, en tanto dure el estado de agresividad.

Art�culo 313

Si en el Establecimiento hubiera Comunidad de Religiosas, a ellas estar� encomendado especialmente el cuidado de los enfermos, as� como la preparaci�n y reparto de comidas, la distribuci�n de medicamentos, la conservaci�n de ropas y utensilio y el servicio de lavado, higiene y aseo. En tal caso el funcionario encargado limitar� sus actividades al cumplimiento de las restantes obligaciones que le est�n atribuidas.

Art�culo 314

Cuando resultare necesario para el servicio, podr�n adscribirse otros funcionarios al servicio de Enfermer�a, debiendo actuar como ayudantes del encargado de �sta y cumplir las obligaciones que en el art�culo 310 se asignan a los funcionarios de galer�as o departamentos.

G. Unidades de servicio en cocina

Art�culo 315

1. La Cocina es una Unidad en la que se integran las dependencias, los almacenes, fregaderos y patios correspondientes, as� como los locales anexos relacionados con sus tareas espec�ficas.

2. El control de la Unidad ser� desempe�ado por un funcionario cuyas obligaciones ser�n las siguientes:

a) Conocer y controlar en todo momento a los internos destinados a la Unidad, observando el comportamiento de los mismos y cuidar de que desempe�en adecuada y puntualmente sus tareas.
b) Practicar, a la hora se�alada, la extracci�n de v�veres correspondientes al racionado diario, efectuando la operaci�n conjuntamente con el funcionario que tenga a su cargo el almac�n y comprobando que la cantidad y calidad de los art�culos se ajusta a la hoja de racionado, de lo que firmar� la recepci�n y conformidad.
c) Impedir el acceso a la Unidad a internos extra�os a la misma, y autorizar la salida de los que figuren a su cargo, asegur�ndose de que quedan controlados.
d) Conservar en todo momento las llaves de la Unidad, especialmente de la despensa en que se guarden los art�culos de racionado, realizando personalmente la apertura y cierre de puertas.
e) Controlar la elaboraci�n y distribuci�n de las comidas, subsanando, en cuanto sea posible o le est� autorizado, las anomal�as que se produzcan.
f) Cuidar muy especialmente de la limpieza de las dependencias, la de los internos y sus ropas, y la del utensilio y menaje de la cocina as� como velar por el orden debido en la Unidad.
g) Poner en conocimiento de sus superiores, mediante los correspondientes partes, las novedades que se produjesen, e informar cuando sea requerido sobre el comportamiento de los internos de la Unidad.
h) Practicar los cacheos y requisas que estime necesarios o que se le ordenen y, en general, realizar cualquier otra tarea que se le encomiende en relaci�n con este servicio.

H. Unidades de servicio en comunicaciones y visitas

Art�culo 316

1. El servicio de comunicaciones orales y escritas constituye una Unidad a cargo de un funcionario, del que podr�n depender los funcionarios que requiera el eficaz cumplimiento de las tareas.

2. El funcionario encargado de esta Unidad tendr� las obligaciones siguientes:

a) Velar por el debido cumplimiento de las disposiciones legales y reglamentarias, as� como de las �rdenes de la Direcci�n del Establecimiento referentes a este servicio.
b) Organizar y llevar convenientemente actualizada la documentaci�n administrativa relativa al servicio y que en cada caso se determine, efectuando las anotaciones correspondientes, as� como facilitar la informaci�n que sobre tales datos se le requiera.
c) Cuidar el orden y disciplina en la Unidad, comunicando al superior jer�rquico las novedades o incidentes que tengan lugar en la misma.
d) Atender e informar a los visitantes, dentro de sus atribuciones o de las que le hayan sido legadas.

Art�culo 317

Adem�s de las obligaciones se�aladas en el art�culo anterior, el funcionario encargado de la Unidad, realizar� por s� o, en su caso, controlar� la ejecuci�n por los funcionarios que de �l dependan, de las siguientes tareas:

a) Confeccionar las relaciones de personas que soliciten comunicar, comprobando que re�nen las condiciones que para poder hacerlo se exigen en las normas legales y reglamentarias o, en su caso, que han sido autorizadas por el Director.
b) Organizar y controlar la entrada de los visitantes, procediendo a su identificaci�n y a la recogida y devoluci�n de documentos.
c) Vigilar la celebraci�n de comunicaciones, intervini�ndolas en los casos previstos por las disposiciones legales y reglamentarias y proponer la suspensi�n al Jefe de Servicios, cuando proceda con arreglo a las citadas normas.
d) Cuidar de que los comunicantes se comporten con la debida correcci�n y dar cuenta al encargado de la Unidad cuando observe cualquier anormalidad en el desarrollo de la visita.

Art�culo 318

En relaci�n con la intervenci�n de las comunicaciones escritas, corresponde al encargado de la Unidad ejecutar o, en su caso, controlar la realizaci�n por los funcionarios de que �l dependan, de las siguientes tareas:

a) Recoger, a la hora se�alada, la correspondencia depositada por los internos, rechazando aquella cuyo curso no corresponda legalmente.
b) Conocer el contenido de los escritos cuando proceda, conforme a lo dispuesto en las leyes y reglamentos.
c) Anotar en los libros de registro toda la correspondencia que expidan o reciban los internos.
d) Cuidar de que la correspondencia recibida, una vez registrada, sea entregada personalmente a los destinatarios, previa comprobaci�n de que no contiene sustancias u objetos no autorizados o bien entregarla al funcionario del departamento para que la haga llegar en la misma forma a los interesados.
e) Hacer entrega al encargado de la Unidad o al Director seg�n proceda, de los escritos interceptados con arreglo a las normas vigentes.

I. Unidades de servicio en ingresos y salidas

Art�culo 319

1. La Unidad de ingresos y salidas est� integrada por las dependencias y los locales en los que permanecen los internos a su ingreso o salida del Establecimiento con el fin de proceder al registro de los mismos y de sus ropas y enseres; a la recogida del dinero, valores, joyas, documentaci�n y objetos no autorizados en el interior de que sean portadores, o a la devoluci�n de los mismos en el caso de salida. A dicha Unidad corresponden asimismo los locales donde se guardan, provisional o definitivamente, los referidos objetos y, en general, cualquier dependencia relacionada con este servicio.

2. Son obligaciones del funcionario encargado de la Unidad:

a) Hacerse cargo de los internos que ingresen, previa comprobaci�n por el funcionario designado para ello de la documentaci�n de que sea portadora la Fuerza p�blica; as� como de los que vayan a salir del Establecimiento y que le sean entregados por el funcionario correspondiente. En uno u otro caso, los distribuir� en las celdas o locales, siguiendo en lo posible los criterios de clasificaci�n penitenciaria establecidos.
b) Efectuar el registro personal de los internos que ingresen o salgan del Establecimiento, as� como de sus ropas, maletas y objetos de que sean portadores.
c) Recoger a los ingresados el dinero, alhajas y valores y custodiarlos hasta que haga su entrega al Administrador, facilitando a los internos el recibo provisional que ser� canjeado por el definitivo que extienda �ste.
d) Recoger y custodiar ordenadamente las ropas, maletas y objetos cuya posesi�n no se autorice a los internos durante su permanencia en el Establecimiento, y hacer entrega a los que salgan de los objetos recogidos y depositados en la Unidad, diligenciando para ello los libros y fichas necesarias.
e) Recabar del Administrador para su entrega a los que salgan del Establecimiento, el dinero, valores y joyas depositados en la Administraci�n, previa presentaci�n del correspondiente recibo.
f) Procurar, cuando la Unidad est� dotada de los medios adecuados, que todos los ingresados se duchen convenientemente, retir�ndoles las ropas que no est�n debidamente limpias y haci�ndoles entrega de las que la Administraci�n facilite para estos casos.
g) Entregar a los internos que ingresen el equipo o la parte del equipo almacenado en la Unidad y, en su caso, recoger a su salida los que corresponda.
h) Acompa�ar a los internos que ingresen, una vez efectuado el registro, hasta que se haga cargo de ellos el funcionario que deba ordenar su ingreso en las galer�as o departamentos que correspondan.
i) Hacer entrega de los internos que salgan del Establecimiento al funcionario que haya de tomar las huellas y diligenciar las �rdenes u hojas de salida.
j) Informar al Jefe de Servicios de cualquier anomal�a que observe y de cualquier incidencia que ocurra en el desarrollo de este servicio.
k) Entregar al interno que ingrese la cartilla o folleto informativo general a que se refiere el art�culo 133.

J. Unidades de servicio en recepci�n y salida de paquetes y encargos

Art�culo 320

1. La Unidad de recepci�n y salida de paquetes y encargos estar� integrada por los locales donde est�n ubicadas las ventanillas al p�blico y las dependencias o almacenes donde se efect�e el registro de env�os y salidas de objetos y donde se guarden los mismos hasta su entrega a los interesados.

2. Son obligaciones del funcionario encargado de esta Unidad:

a) Llevar la relaci�n actualizada de los internos del Establecimiento, en la que conste la galer�a o departamento en que se encuentren y las peculiaridades regimentales que puedan afectar al servicio.
b) Organizar la recogida de paquetes en las ventanillas del p�blico, anotando en los libros el nombre del destinatario, y el nombre, domicilio y n�mero del documento de identidad de quien los entrega.
c) Solicitar de las personas que hagan entrega de paquetes que presenten una relaci�n detallada del contenido de los mismos con el fin de rechazar en el acto los objetos no autorizados en el Establecimiento.
d) Organizar la recogida en el Establecimiento de los paquetes y encargos que, debidamente autorizados remitan los internos, y custodiarlos ordenadamente hasta que sean recogidos por los destinatarios o sean entregados en Correos o a Agencias de transportes.
e) Registrar minuciosamente por s� o auxiliado de los funcionarios adscritos a la Unidad, el contenido de todos los paquetes y encargos que reciban o remitan los internos.
f) Hacer entrega de los paquetes recibidos a los internos a quienes vengan destinados, cuidando de que firmen en el libro correspondiente, donde constar� el nombre del remitente.
g) Dar cuenta al superior jer�rquico de cualquier novedad que ocurra en el servicio.

K. Unidades de servicio en obras y reparaciones

Art�culo 321

1. Comprender� este servicio el control y vigilancia de locales y almacenes donde se guarden materiales y herramientas para obras de conservaci�n y reparaciones, la vigilancia de los internos que intervengan en ellas y el control de los mismos.

2. Son obligaciones del funcionario encargado de este servicio:

a) Despachar con el Administrador para recoger los partes de aver�as entregados a los Jefes de Servicios y los promovidos por el propio Administrador como consecuencia de sus observaciones o de las indicaciones del Director.
b) Controlar a los internos que efect�en las distintas reparaciones y las obras de adecentamiento y mejora, conocer sus cualidades y laboriosidad, e informar sobre ellos cuando sea requerido.
c) Solicitar del Administrador los materiales y piezas necesarios, as� como las herramientas y �tiles con que hayan de trabajar los internos.
d) Ejercer el control sobre dichas herramientas y materiales y sobre los locales donde se guarden.
e) Solicitar del Director el nombramiento de internos especialistas en los diversos oficios relacionados con obras y reparaciones e informar de los que sean sometidos a prueba a efectos de nombramiento definitivo.

V�ase arts. 264, 280, 380 y ss. de este Reglamento.

L. Unidades de servicio en economato

Art�culo 322

El economato, con sus almacenes, dep�sito de v�veres y oficinas, constituye una Unidad de servicio al frente de la cual figurar� en su caso, un funcionario, auxiliado por otros si resultare necesario, que se encargar� de todo lo referente al orden interior de la Unidad, almac�n y venta de art�culos autorizados as� como de conservar en su poder y llevar ordenadamente la documentaci�n correspondiente y los libros del economato, conforme a lo prescrito en este Reglamento.

El funcionario encargado del economato estar� particularmente obligado a:

a) Llevar bajo la direcci�n y fiscalizaci�n del Administrador, cuando �ste no lo haga por s� mismo, los libros de contabilidad y el de reconocimiento sanitario de los art�culos.
b) Conservar en su poder la documentaci�n, tanto la que se genere en el economato como la que le facilite el Administrador por los pagos que �ste realice.
c) Rendir la cuenta bimensual, cuyos documentos firmar� conjuntamente con el Administrador y el Director.

LL. Unidades de servicio en el departamento de informaci�n al exterior

Art�culo 323

El Servicio de informaci�n al exterior constituye una Unidad a cargo de un funcionario, el cual tendr� las siguientes funciones:

a) Llevar, actualiz�ndolo diariamente, un fichero de todos los internos presentes en el Establecimiento, en el que constar� la fecha de ingreso, el departamento donde est�n clasificados y cuantos datos se consideren de inter�s para la inmediata localizaci�n y para informes a las personas que se interesen por los mismos.
b) Informar a los familiares sobre los extremos contenidos en el n�mero anterior, as� como de los d�as y horas de comunicaci�n y de recepci�n de paquetes y dinero.
c) Indicar a los visitantes las ventanillas de imposici�n de dinero y encargos as� como la de comunicaciones, las oficinas de Direcci�n y los d�as y horas en que puedan ser recibidos por el Director.
d) Recabar, cuando proceda, informaci�n a Enfermer�a, R�gimen, Administraci�n y otros servicios acerca de los datos que deba facilitar a quienes se interesen por los internos.
e) Procurar que el p�blico guarde el debido comportamiento, comunicando cualquier alteraci�n al Jefe de Servicios.
f) Cuidar de la limpieza y aseo de la dependencia.

Secci�n Decimoctava

De los Ayudantes T�cnicos Sanitarios

Art�culo 324

Los funcionarios del Cuerpo de Ayudantes T�cnicos Sanitarios de Instituciones Penitenciarias desempe�aran en los Establecimientos las tareas propias de su profesi�n a las �rdenes inmediatas de los M�dicos, estando particularmente obligados a:

a) Acompa�ar al M�dico en la visita de enfermer�a, en la consulta y en el reconocimiento de los ingresos, tomando nota de sus indicaciones para administrar personalmente los inyectables y dem�s tratamientos que aqu�l prescriba.
b) Realizar las curas que con arreglo a su titulaci�n deba realizar.
c) Controlar los medicamentos y material e instrumental cl�nico-sanitario cuidando de que no se utilicen otros que los prescritos por el M�dico.
d) Dirigir personalmente las operaciones de desinsectaci�n y desinfecci�n, ateniendose a las indicaciones que reciba del medico.
e) Llevar personalmente la documentaci�n administrativa de la Enfermer�a y concretamente el archivo de historias cl�nicas, libros de reconocimiento, ficheros y dem�s que el servicio requiera.
f) Acudir inmediatamente cuando sean requeridos por el Director o quien haga sus veces para el ejercicio de sus funciones.

Secci�n Decimonovena

Del personal laboral

Art�culo 325

El personal laboral al servicio de los distintos Establecimientos dependientes de la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias se regir� por la Reglamentaci�n Laboral que corresponda y el r�gimen de la Seguridad Social.

Art�culo 326

Este personal, en el desempe�o de sus servicios, depender� directamente del Director del Establecimiento penitenciario y, por delegaci�n de �ste, del funcionario o funcionarios encargados de los servicios que requieran su utilizaci�n de acuerdo con las obligaciones que les correspondan conforme a su contrataci�n.

Art�culo 327

1. El nombramiento de este personal se har� por la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias entre los aspirantes que re�nan las condiciones y aptitudes necesarias para el desempe�o de la funci�n, y que hayan superado, en su caso, las pruebas que se establezcan.

2. Las funciones de los demandaderos ser�n:

a) Recoger del exterior y llevar al Establecimiento penitenciario, o viceversa, paquetes, objetos o encargos autorizados por la Direcci�n.
b) Llevar y traer la correspondencia o documentaci�n que los servicios del Establecimiento requieran.
c) Desempe�ar las tareas de ordenanza en las dependencias exteriores cuando las anteriores ocupaciones lo permitan.

3. Las funciones del personal laboral restante ser�n las propias de los servicios para los que fueron contratados.

V�ase arts. 221, 232 y 236 de este Reglamento.

Secci�n Vig�sima

Del Delegado de Trabajos Penitenciarios

Art�culo 328

El Director del Establecimiento en el que est�n instalados sectores laborales ser� el Delegado del Organismo Aut�nomo �Trabajos Penitenciarios�, y orientar�, dirigir� y controlar� la planificaci�n y desarrollo del trabajo de acuerdo con las instrucciones recibidas, autorizaciones que se le concedan por el Consejo de Administraci�n o la Gerencia, y normas de general aplicaci�n.

En relaci�n con la actividad laboral, tendr� las obligaciones siguientes:

a) La organizaci�n, direcci�n y control de las actividades laborales de los internos.
b) Las que le sean de competencia general en la distribuci�n de los servicios, mantenimiento de la disciplina, asignaci�n de puestos de trabajo y control del estado de los locales, instalaciones y material de los sectores laborales.
c) Representar a �Trabajos Penitenciarios� en la relaci�n de los negocios jur�dicos, tr�fico mercantil y dem�s gestiones que requieran el cumplimiento de las formalidades legales establecidas.
d) Intervenir las cuestiones econ�micas y administrativas, fiscalizar los libros de contabilidad, conformar los inventarios y balances, controlar y recibir las adquisiciones y realizaciones de obra.
e) Comunicar directamente con la Gerencia, con urgencia cualquier incidencia grave, informando y proponiendo cuantos asuntos conciernan al trabajo y su desarrollo, as� como recibir de la misma comunicaciones e instrucciones y darles cumplimiento.
f) Presentar un informe trimestral, motivado y fundamentado, sobre el desarrollo de las actividades laborales, comprensivo de las cuestiones econ�micas y administrativas y remitir cuantos informes peri�dicos les sean requeridos.
g) Disponer y controlar el desarrollo y formalizaci�n del proceso de ascenso en las categor�as profesionales de los trabajadores y en el cumplimiento de sus obligaciones y derechos laborales y sociales.
h) Actuar, asimismo, como elemento coordinador de los Jefes Administrativos y Maestros de Taller de los distintos Centros de trabajo, cumpliendo y haciendo cumplir las �rdenes emanadas del Director, con quien despachar� para informar sobre el desarrollo del trabajo y recibir las instrucciones sobre el mismo.

En los Establecimientos en que por el volumen de las actividades laborales se considere necesario, existir�, a las inmediatas �rdenes del Director, un Subdirector delegado de la Gerencia de �Trabajos Penitenciarios� designado por la Direcci�n General a propuesta de aquella Entidad, el cual asumir� las competencias del Director delegado con exclusi�n de las comprendidas en el apartado c) de este art�culo.

Secci�n Vigesimoprimera

Del Administrador-Interventor de los Sectores Laborales

Art�culo 329

El Administrador, que actuar� como Interventor de las actividades econ�micas de los sectores laborales que dependan del Establecimiento, estar� obligado a cumplir las funciones que se le asignan en el art�culo 280.

Secci�n Vigesimosegunda

De los Jefes Administrativos de los sectores laborales

Art�culo 330

1. Los Jefes Administrativos de los sectores laborales depender�n directamente del Director o Subdirector-Delegado, en su caso, del Establecimiento y actuar�n bajo sus �rdenes y orientaciones en todo lo referente a trabajo.

Ser�n sus obligaciones:

a) Despachar con el Director o Subdirector-Delegado cuantas incidencias surjan en los sectores laborales, proponi�ndole, mediante informaci�n razonada, la gesti�n y realizaci�n de cuantos asuntos y sugerencias consideren oportunas para la planificaci�n y desarrollo del trabajo.
b) Despachar con el Administrador-Interventor cuantos asuntos se relacionen con el tr�fico econ�mico de los sectores laborales en raz�n a la competencia que se les confiera.
c) Llevar la contabilidad de las actividades econ�micas de acuerdo con las disposiciones vigentes y conforme a las instrucciones que reciban de la Gerencia y organizar y custodiar la documentaci�n administrativa de los talleres, cuidando del archivo y de los ficheros que el servicio requiera.
d) Comprobar la entrada en almacenes de materias primas, productos fabricados o cultivados y subproductos, firmando la conformidad con el Maestro del sector laboral, as� como autorizar la salida del almac�n de los materiales pedidos por los Maestros de las distintas actividades, haciendo las anotaciones correspondientes en las fichas de fabricaci�n, cultivos y en las pecuarias, e informando al Administrador-Interventor de los resultados e incidencias que se presenten a fin de que preste su conformidad o reparo.
e) Participar en la adquisici�n directa, en uni�n del Administrador-Interventor, de materias primas, herramientas y utillaje de peque�a entidad.
f) Llevar al d�a los expedientes laborales de los internos y personal contratado, y organizar, conforme a los sistemas de trabajo que se establezcan, un fichero adecuado al control de la productividad, clasificaci�n profesional de los trabajadores y constancia de la situaci�n, cotizaci�n y pago de prestaciones respecto a la Seguridad Social de los trabajadores, y participar administrando y controlando el desarrollo del trabajo y acci�n formativa.
g) Formalizar las n�minas y recibos de jornales y seguros sociales de los internos trabajadores y personal contratado, abonar los salarios y gratificaciones y liquidar los beneficios anuales de cada sector laboral, de acuerdo con lo establecido en la normativa laboral penitenciaria.
h) Gestionar la expedici�n y recepci�n de facturas y documentos comerciales y de cr�dito, present�ndolos al Administrador-Interventor para hacerlos efectivos, proceder al cobro y realizarlos o establecer los dep�sitos oportunos.
i) Confeccionar las cuentas y justificantes que hayan de ser remitidos a la Oficina Central y proceder a la confecci�n material de los oportunos presupuestos.
j) Proponer el sistema salarial para cada puesto de trabajo y escandallar los que a rendimiento se proyecten, en la forma establecida en el presente Reglamento, notificando al Director-Delegado los c�lculos realizados y salarios establecidos, a fin de que �ste los presente a la Gerencia para su aprobaci�n si procediese.
k) Redactar y cursar, a trav�s de la Direcci�n Delegada, cuantos informes, estad�sticas y memorias sean requeridos por la Gerencia en los plazos y forma que determine.
l) Mantener la disciplina laboral y general en los sectores de su competencia, coordinando la actuaci�n en los servicios de los funcionarios de vigilancia o informando al Jefe de Servicios de cualquier incidencia que en este orden pudiera producirse.

2. Los Jefes Administrativos de los sectores laborales ser�n nombrados, a propuesta del Director del establecimiento, por el Consejo de Administraci�n, y no podr�n ser sustituidos, salvo en los casos de ausencia o enfermedad, o revocados sin consentimiento y aprobaci�n del mencionado Consejo.

Secci�n Vigesimotercera

De los Maestros de los sectores laborales

Art�culo 331

Los Maestros de los sectores laborales tendr�n la calidad de Profesores de las actividades laborales que se organicen y desarrollen y ser�n sus obligaciones:

a) Dirigir y distribuir el trabajo de acuerdo con las necesidades estructurales de cada sector laboral y modalidades del trabajo que en ellos se efect�e.
b) Atender especialmente al desarrollo del trabajo formativo, dirigiendo los sistemas de aprendizaje y formaci�n profesional en r�gimen de trabajo, y colaborar en los cursos de Acci�n Formativa que se programen y desarrollen en los establecimientos.
c) Participar en la planificaci�n y desarrollo del trabajo, vigilando la actividad laboral, el rendimiento de los trabajadores, y la calidad de la obra realizada, as� como el control de la producci�n e intervenir en la determinaci�n de los salarios, presentando informe sobre la valoraci�n de tiempos y organizaci�n de m�todos.
d) Colaborar a la formaci�n de los inventarios, aportando los datos que fueran necesarios.
e) Interesar del Jefe Administrativo del sector laboral la presentaci�n al Director-Delegado, con la debida antelaci�n, del personal trabajador que se considere necesario para el normal desarrollo de las actividades laborales, y proponer, por el mismo conducto, la suspensi�n o extinci�n de las relaciones laborales de los trabajadores, de acuerdo con la normativa se�alada en el presente Reglamento.
f) Llevar el control del cumplimiento de la jornada y horarios laborales, medir el tiempo real de trabajo realizado, sugerir los turnos de vacaciones de los trabajadores, controlar el volumen de la obra realizada cuando el sistema de trabajo se proyecte a rendimiento o destajo, proponer la realizaci�n de horas extraordinarias cuando las necesidades lo requieran y la prestaci�n personal obligatoria para la realizaci�n de trabajos en los casos y formas establecidos en el art�culo 186 del presente Reglamento.
g) Cuidar de la conservaci�n y uso apropiado de las instalaciones, maquinaria, herramientas, utillaje, materias primas, productos fabricados y subproductos depositados en el sector laboral, y de su correcta utilizaci�n y aprovechamiento, y revisar los sistemas de seguridad e higiene en el trabajo e instalaciones de protecci�n.
h) Velar por el cumplimiento de los compromisos adquiridos en la realizaci�n de la obra, en el tiempo y forma proyectados, y comprobar su correcta ejecuci�n.
i) Presentarse en el sector laboral antes de la iniciaci�n del trabajo y permanecer en el mismo mientras duren las actividades, no pudiendo ausentarse salvo por razones justificadas y en relaci�n con la ejecuci�n de gestiones relativas al servicio, poniendo en conocimiento del Jefe Administrativo del sector laboral la necesidad de la ausencia.
j) Dar cumplimiento a cuantas otras obligaciones relacionadas con el trabajo le sean encomendadas.

Secci�n Vigesimocuarta

De los funcionarios de vigilancia en sectores laborales

Art�culo 332

1. A los funcionarios de vigilancia en los sectores laborales les corresponder�n cuantas obligaciones generales quedan establecidas en el presente Reglamento a fin de ordenar y ejercer la custodia y vigilancia de los internos, locales y sistemas de seguridad.

2. Especialmente cuidar�n de:

a) Llevar relaci�n actualizada de los internos que trabajen en el taller o granja.
b) Cuidar de que los internos trabajadores acudan a diario, puntual y ordenadamente, al trabajo.
c) Conocer a los internos que trabajen en el taller o granja, e informar sobre su comportamiento y laboriosidad cuando se les requiera para ello.
d) Impedir el acceso al taller o granja de internos que no est�n autorizados, y autorizar la salida de los trabajadores que est�n a su cargo, asegur�ndose de que quedan controlados.
e) Velar por la limpieza, el orden y la disciplina en el taller o granja, procurando que cada interno ocupe el puesto que tiene asignado.
f) Presenciar la carga y descarga de veh�culos que lleven materiales o saquen productos del taller o granja, evitando que estas operaciones sean efectuadas por internos no autorizados.
g) Realizar la apertura y el cierre de los talleres, recogiendo y haciendo entrega personalmente de las llaves, as� como conservar en su poder durante la jornada de trabajo las de las dependencias que est�n a su cargo.
h) Presidir la salida ordenada de los internos trabajadores al t�rmino de la jornada laboral, practicando los cacheos, requisas y recuentos de herramientas que consideren convenientes o se les ordenen, y cercior�ndose personalmente del buen estado de los locales e instalaciones a efectos de seguridad de los talleres y granjas.
i) Comunicar a los superiores jer�rquicos cualquier novedad que tuviere lugar y realizar, en general, cualquier tarea que, en relaci�n con este servicio, se les encomiende.

3. De las anormalidades observadas se dar� cuenta inmediata al Jefe Administrativo.

Secci�n Vigesimoquinta

Disposici�n general

Art�culo 333

Los Directores de los establecimientos penitenciarios, teniendo en cuenta la entidad y peculiaridades de los mismos, podr�n, al organizar y distribuir los servicios, agrupar en un puesto de trabajo, desempe�ado por un solo funcionario, tareas o cometidos atribuidos en la regulaci�n de los art�culos anteriores a dos o m�s unidades o puestos.

Igualmente podr�n, teniendo en cuenta la especial configuraci�n o necesidades del Centro, agregar alguna tarea espec�fica a las propias de la unidad o puesto de trabajo, y, en casos de necesidad, asignar provisionalmente dos o m�s unidades a un solo funcionario para disponer de los necesarios con que atender los incidentes que se presenten en los establecimientos.

Art�culo 333 bis

1. Los funcionarios penitenciarios, por la singularidad de la funci�n, prestar�n sus servicios en un r�gimen horario espec�fico que se ajustar� a las siguientes normas:

a) Los Directores, Subdirectores y Administradores, sin perjuicio de la jornada de trabajo que con car�cter general se fije para todos los funcionarios de la Administraci�n Civil, realizar�n turnos de incidencias cada d�a, de modo que uno de ellos est� siempre localizable y en disposici�n de hacerse cargo del establecimiento.
En los d�as laborales se habilitar�n como horas de oficina para el p�blico desde las nueve a las catorce horas.

Los domingos y d�as festivos habr� un turno de incidencias entre los referidos mandos.
b) Los servicios de oficina y asimilados se cubrir�n a tenor del r�gimen horario fijado con car�cter general para toda la Administraci�n, sin perjuicio de que puedan organizarse turnos diarios de ma�ana y tarde si las necesidades de cada establecimiento as� lo exigieran. Igualmente, podr�n establecerse turnos para cubrir el servicio en domingo y festivos cuando los cometidos espec�ficos que se desarrollen los hagan necesarios.
c) Los servicios de vigilancia y seguridad interior de los establecimientos se organizar�n en tres turnos diarios, de ma�ana, tarde y noche. El turno de noche no podr� ser obligatoriamente fijo para ning�n funcionario.

2. Por necesidades excepcionales y justificadas podr� exigirse a los funcionarios penitenciarios un n�mero mayor de horas de servicios que las exigidas con car�cter general a los dem�s funcionarios, teniendo derecho, en tal caso, a ser compensados con igual n�mero de horas libres en cuanto las necesidades del servicio lo permitan.

TITULO IX

De los servicios de oficinas y procedimientos econ�micos, administrativos y contables

CAPITULO PRIMERO

SERVICIOS DE OFICINAS

Art�culo 334

El servicio de oficinas en los establecimientos comprender� las siguientes:

1.� Oficina de Direcci�n, en la que se tramitar� todo lo referente a funcionarios, sus expedientes personales y documentaci�n, comunicaci�n con las Autoridades, �rdenes en general y libros de servicio.
2.� Oficina de R�gimen, en la que se formalizar� cuanto se refiere a la poblaci�n interna: Expedientes personales y de libertad condicional, libros, fichas y estad�stica.
3.� Oficina de Equipos de Observaci�n y Tratamiento, en la que se formalizar�n los informes y protocolos de los internos, as� como toda actividad burocr�tica derivada de los mismos.
4.� Oficina de Administraci�n, en la que se tramitar� la documentaci�n correspondiente a la gesti�n econ�mica del establecimiento y servicios de habilitaci�n, con sus correspondientes libros de contabilidad, cuentas y documentaci�n necesaria.
5.� Oficina de Servicio Interior, en la que se redactar�n y cursar�n los partes reglamentarios al Director y en la que se llevar�n los libros y ficheros necesarios para el mejor desempe�o del servicio.
6.� Oficina de Identificaci�n, que formalizar� la filiaci�n e identificaci�n dactilosc�pica y fotogr�fica de los internos, y tramitar� y archivar� la documentaci�n correspondiente.
7.� Oficina de Servicios Sanitarios, en la que se tramitar� la asistencia sanitaria y farmacol�gica, la formalizaci�n de libros, ficheros y dem�s documentaci�n relacionados con los mismos.
8.� Oficina de los Servicios de Instrucci�n y Educaci�n, en la que se tramitar� la documentaci�n relacionada con las actividades educativas, culturales, de formaci�n profesional, art�sticas y deportivas.
9.� Oficina de Economato Administrativo, en la que se formalizar� la contabilidad y la confecci�n de las actas y balances del mismo.

Art�culo 335

En la Oficina de Direcci�n se llevar�:

1.� Las fichas y expedientes de cada uno de los funcionarios del establecimiento.
En la ficha, adem�s de una fotograf�a tama�o carn�, deber� constar: Nombre y apellidos, estado, Cuerpo, cargo, fecha de nacimiento, fecha de ingreso en el Cuerpo, posesi�n, cese, n�mero de Registro de Personal y de la Mutualidad de funcionarios de la Administraci�n Civil del Estado, recompensas y correcciones, datos familiares, domicilio y tel�fono o direcci�n donde pueda ser localizado.

En el expediente personal se ir�n anotando, por orden de fechas, cuantas vicisitudes de car�cter oficial hagan referencia al funcionario, desde su nombramiento al cese, uni�ndose todos los documentos que se reciban e inici�ndose con la copia certificada de su t�tulo con las diligencias que en el mismo figuren. Todas las notas del expediente llevar�n la firma del Director y en caso de traslado, se remitir� al establecimiento de destino, quedando la ficha en el de origen.
2.� El fichero de poblaci�n interna con datos suficientes para atender a una primera informaci�n.
3.� El Libro de Servicios, que recoger� de forma precisa todos los del establecimiento y los funcionarios a quienes se les asignan, con expresi�n del n�mero de orden, Cuerpo, nombre y apellidos, servicio que corresponde y horario. Tendr� un encasillado lo suficientemente amplio para la firma de cada uno y en �l se anotar�n todas las modificaciones que en el transcurso del d�a puedan surgir respecto a la distribuci�n de los servicios. Se confeccionar� con 24 horas de antelaci�n y ser� firmado por todos los funcionarios en el momento de hacerse cargo de los servicios o de darse por enterados de los mismos. Tendr� el car�cter de orden de Direcci�n.
4.� Los libros de Registro de comunicaciones orales y, en su caso, telef�nicas de los recluidos, con sus familiares y amigos, as� como con sus Abogados defensores, Jueces o funcionarios de la Administraci�n de Justicia, Autoridades, representantes de Embajadas o Consulados, ministros de su religi�n y dem�s personas autorizadas. En estos libros se consignar�n los datos suficientes que permitan la identificaci�n de los comunicantes, el d�a, la hora y duraci�n de dichas comunicaciones.
5.� Los libros de entrada y salida de correspondencia oficial, en los que se anotar�n toda la que se reciba o salga del establecimiento, numerada correlativamente transcribiendo el respectivo n�mero en el documento y estampando en el mismo el sello de entrada o salida. La numeraci�n se renovar� en 1 de enero.
6.� Los partes reglamentarios del servicio, las relaciones diarias de encargos, de comunicaciones orales y escritas de los internos con el p�blico o con sus Abogados defensores, as� como las �rdenes de Direcci�n, que se archivar�n en legajos mensuales por orden de fechas.
7.� Todas aquellas tareas burocr�ticas que el Director disponga para la mejor marcha de los servicios del establecimiento.

Los documentos que se reciban y deban quedar en la oficina de Direcci�n sin tr�mite interior se archivar�n por anualidades, habiendo un legajo diferente para cada una de las Autoridades de quienes procedan.

Art�culo 336

En la Oficina de R�gimen se llevar�:

1.� El libro de ingresos y filiaciones, ajustado al modelo oficial.
2.� El fichero general y los parciales de poblaci�n interna que sean precisos para la buena marcha de los servicios. En ellos constar�n extractados los datos personales, procesales, penales y penitenciarios, as� como los convenientes para la f�cil localizaci�n del expediente.
3.� Los expedientes personales de los internos, que contendr�n la portada, con los datos de identificaci�n y filiaci�n, y las hojas de vicisitudes, con breves extractos referidos a los cambios de situaciones y todas las dem�s circunstancias a que se refieran los documentos que habr�n de ser unidos y numerados sucesivamente.
Toda anotaci�n ir� autorizada con la firma del funcionario de la oficina, la del Jurista-Crimin�logo, cuando corresponda, la del Subdirector y el visto bueno del Director.

Si un individuo ingresara de nuevo no se le abrir� otro expediente, sino que ha de continuarse el que tuviere, formaliz�ndose con claridad las diligencias y documentos correspondientes a cada ingreso.

De los datos obrantes en los expedientes se extraer� la informaci�n necesaria para los Registros del Centro Directivo, que se verificar� sobre los siguientes soportes:
- a) Fichas de informaci�n b�sica para cada persona que ingrese, a la que se asignar� un n�mero de identificaci�n sistem�tica.
- b) Hojas de modificaciones relativas a la localizaci�n f�sica, responsabilidades preventivas y penadas, liquidaciones de condena y beneficios penitenciarios.
- c) Hojas de modificaciones relativas a las �reas criminol�gicas, biosanitarias y socioculturales de cada interno.
4.� La formaci�n de los expedientes de libertad condicional, que contendr�n cada uno de ellos:
- a) Testimonio literal de la sentencia o sentencias reca�das y la correspondiente liquidaci�n de condena e informe del Tribunal sentenciador sobre la oportunidad del beneficio.
- b) Certificaci�n acreditativa de los beneficios penitenciarios.
- c) Justificantes relativos al empleo o medio de vida de que disponga el interesado y de que �ste se somete a la vigilancia tutelar del personal de la Comisi�n de Asistencia Social.
- d) Informe del Organismo correspondiente de la Comisi�n de Asistencia Social sobre el certificado de trabajo y aceptaci�n de la tutela y vigilancia del interno.
- e) Certificaci�n del acta de nacimiento, pedida oficialmente, si el penado fuera propuesto por su condici�n de septuagenario, as� como informe facultativo del M�dico del establecimiento sobre sus condiciones f�sicas, y, en el caso de que fuera propuesto por enfermedad grave o irreversible, justificante de la persona o instituci�n ben�fica que se har� cargo del mismo al ser liberado.
- f) Informe pron�stico final del Equipo de tratamiento, en el que se manifestar�n los resultados conseguidos por el tratamiento y un juicio de probabilidad sobre el comportamiento futuro del sujeto en libertad.
- g) Certificaci�n literal del acta en que se recoja el acuerdo de la Junta de R�gimen y Administraci�n sobre la incoaci�n del expediente a que se refiere el art�culo 61 de este Reglamento.
5.� El Servicio de Estad�stica, que confeccionar� las siguientes:
- 1) La Estad�stica general clasificada de los internos existentes a las 24 horas del d�a �ltimo de cada mes, que se remitir� al Centro directivo del d�a 1 del siguiente. Deber� ir acompa�ada de:
  - a) Movimiento de la poblaci�n reclusa por edades y situaciones, con expresi�n de altas y bajas habidas en el mes.
  - b) Relaci�n nominal de los internos por los tipos de delitos que en cada caso solicite el Centro directivo.
  - c) Movimiento de altas y bajas de libertades condicionales.
- 2) Las hojas de condena de todos los penados cuando se reciba el testimonio de sentencia y liquidaci�n de condena.
- 3) La Estad�stica de los permisos concedidos en el mes con expresa indicaci�n de los beneficiarios.
6.� El archivo de documentos, para lo cual recabar� mensualmente de las otras oficinas los que al mismo hayan de ser destinados, excepto los de Direcci�n. Se formar�n legajos anuales con las separaciones convenientes seg�n los asuntos.
Los expedientes de baja se ir�n agrupando ordenadamente por estantes y legajos, disponi�ndose de fichas alfab�ticas y libro de archivo, con las indicaciones precisas para su pronta localizaci�n.
7.� Las agendas para anotaci�n de fechas de licenciamientos definitivos; cumplimientos de la primera, tercera y cuarta parte de la totalidad de las condenas; revisiones de clasificaci�n, y cualquier otro dato que pueda ser exigible con arreglo a las normas de este Reglamento.
8.� Todas las comunicaciones de la Oficina de R�gimen llevar�n la r�brica del Subdirector y la firma del Director, y las certificaciones, la firma del Subdirector como responsable del servicio y el visto bueno del Director.

En los documentos, informes y propuestas de la Junta de R�gimen y Administraci�n, el Subdirector cuidar� de la exactitud de todos los datos penales, procesales y penitenciarios integrados en los mismos.

Art�culo 337

En las Oficinas de los Equipos de Observaci�n y Tratamiento se formalizar�n:

1.� El fichero de cuantos internos ingresen en el establecimiento con los datos de filiaci�n y los que hagan referencia a la clasificaci�n inicial en el mismo y modificaciones posteriores.
2.� Los protocolos de los internos, que se abrir�n con los datos de filiaci�n de los mismos y constar�n de 3 partes, que se diligenciar�n, respectivamente, en las fases de detenci�n, cumplimiento y reinserci�n social:
- a) En la parte correspondiente a la fase de detenci�n se incluir�n ordenadamente todos los documentos e impresos que recojan las informaciones referentes al sujeto observado, procur�ndose con este fin una constancia escrita de todas ellas, incluso de las procedentes de entrevistas y de observaci�n del comportamiento. Asimismo, se incluir�n copias de las resoluciones y acuerdos sobre la clasificaci�n interior y de las propuestas razonadas de destino. Existir� en esta parte una hoja de anotaciones en que se ir�n resumiendo por orden cronol�gico todos los documentos e impresos citados.
- b) La parte del protocolo correspondiente a la fase de cumplimiento se iniciar� con un resumen que, previo al estudio de la documentaci�n de la fase de detenci�n, emitir�, como conclusi�n de ella, el Equipo de Tratamiento, haci�ndose constar a continuaci�n los estudios e informaciones complementarias que �ste juzgue pertinentes realizar, el programa de tratamiento acordado, la distribuci�n de tareas entre los distintos miembros del Equipo y entre los Educadores, la asignaci�n a grupo o subgrupo, los cambios en esta asignaci�n y en el tratamiento programado, los informes peri�dicos y extraordinarios de los Educadores, el informe anual que preceptivamente se debe enviar al Centro Directivo y los acuerdos sobre progresi�n y regresi�n de grado. Se determinar� la parte del protocolo correspondiente a esta fase con la documentaci�n correspondiente al juicio pron�stico final.
- c) Aprobada la libertad condicional de un penado, el protocolo ser� enviado al organismo de la Comisi�n de Asistencia Social correspondiente a la provincia en que el liberto fije su residencia, quien lo conservar� e ir� formando la 3.� y �ltima parte del mismo, anotando el resumen de los informes recibidos sobre la conducta y actividades de aqu�l y, en especial, las procedentes del funcionario encargado de la vigilancia del liberado y del Asistente Social. Llegado el momento de libertad definitiva o, en su caso, la revocaci�n de la libertad condicional, se har� constar en el protocolo y se enviar� �ste al Centro de cumplimiento de procedencia, sin perjuicio de que en la Comisi�n se conserve un extracto del mismo, en el que se procurar� anotar cuantas informaciones se reciban sobre la vida posterior del individuo.
- d) El protocolo de cada observado se unir�, con car�cter de reservado y en sobre cerrado, al expediente que acompa�ar� al mismo cuando sea trasladado a otro establecimiento.
3.� Los informes y propuestas de los Equipos de Observaci�n y Tratamiento ir�n firmados por todos los miembros integrantes de los mismos cuyas aportaciones profesionales espec�ficas se redactar�n o presentar�n de modo que se puedan individualizar y distinguir, salvo en las conclusiones finales que deber�n ser comunes a todos ellos, menos en los casos en que se mantenga alg�n voto distinto a lo acordado por la mayor�a. En dichos informes y propuestas el Jurista-Crimin�logo cuidar� de la exactitud de todos los datos penales, procesales y penitenciarios integrantes de los mismos, as� como de las partes de condena cumplidas que tengan efectos legales.

Art�culo 338

En la Oficina de Administraci�n se llevar� la parte burocr�tica de la gesti�n econ�mica y servicios de administraci�n y contabilidad del establecimiento comprendidos en el T�tulo IX de este Reglamento.

Art�culo 339

1. La Oficina de Servicio Interior formular�, para su entrega al Director:

1.� Los partes de recuento de la poblaci�n interna, en los que se recoger�n los parciales presentados por los funcionarios de los distintos departamentos.
2.� Los partes de requisa y enseres que normalmente o de modo extraordinario se efect�en y los que se deban promover por novedades ocurridas durante la guardia.

2. Asimismo, las Jefaturas de Servicios o las de Centro, en su caso, llevar�n los siguientes libros:

a) El de incidencias, en que har�n constar las que por su inter�s aconsejen su anotaci�n.
b) El de estado de conservaci�n de instalaciones y dependencias, en el que se reflejar�n los desperfectos que se observen en los departamentos, con indicaci�n de las fechas en que se han producido y las de su reparaci�n, as� como los materiales recibidos para estas atenciones.
c) El de recompensas y castigos, en los que constar�n las fechas, nombres y cuantos datos sean precisos para mejor conocimiento de los mismos.
d) El de �rdenes de la Direcci�n, donde se transcribir�n �ntegramente las que se reciban.
e) El de instancias de internos a las Autoridades, en el que constar� el n�mero de orden, fecha, nombre y apellidos del remitente, Autoridad a quien va destinada y extracto del contenido.
A cada interno se le entregar� un recibo por cada instancia. El Jefe de Servicios, a su vez, entregar� en Direcci�n el total de las instancias presentadas durante su guardia, que ser�n recepcionadas por el titular, quien estampar� su firma en el citado libro.
f) El de dep�sito de objetos y pertenencias, que han de ser guardados en lugar seguro, donde constar�, adem�s del nombre del depositado y el n�mero de resguardo, los datos imprescindibles para identificarlos.

Art�culo 340

La Oficina de identificaci�n tendr� como cometidos:

a) La impresi�n dactilar del pulgar derecho en el expediente del interno a su ingreso y salida, cualquiera que sea el motivo.
b) La impresi�n dactilar del pulgar derecho en las hojas de conducci�n por traslado a otro establecimiento y en las licencias de cumplidos y liberados condicionalmente.
c) La expedici�n de antecedentes e informes periciales sobre identificaci�n de los internos que soliciten los Tribunales de Justicia o Autoridades competentes.
d) Rese�ar todos los ingresos, hombres o mujeres, haciendo para cada uno dos fichas dactilares y dos alfab�ticas, excepto los tr�nsitos, los arrestos y los que a su ingreso ya tuvieren en la Oficina del establecimiento, haciendo estampaci�n de f�rmula y subf�rmula en el expediente del mismo:
e) La formaci�n de dos archivos de tarjetas de identificaci�n dactilosc�pica, alfab�tico el uno y dactilar el otro, de todos los ingresados.
f) La remisi�n al Centro Directivo, del 1 al 10 de cada mes, de todo lo realizado en el anterior o comunicaci�n negativa, caso de no haber ingresos, enviando un ejemplar de cada rese�a nueva, debidamente formulada y con subf�rmula de la mano derecha, a excepci�n de aquella f�rmula en la que todos los dactilogramas pertenezcan al tipo bideltos, en cuyo caso deber�n subformularse ambas manos.
g) La realizaci�n, control y archivo de las fotograf�as de los internos.
h) La remisi�n al Centro directivo de cuantos documentos relacionados con este Servicio se determinen.

De la exactitud del Servicio de Identificaci�n ser�n responsables, en primer t�rmino, los funcionarios encargados del mismo; secundariamente, el Subdirector como Jefe de todo servicio burocr�tico y encargado de la revisi�n, formalizaci�n y archivo de las tarjetas.

En los establecimientos penitenciarios de un contingente medio anual de quinientos o m�s reclusos habr� personal especialmente nombrado para el Servicio de Identificaci�n. En los dem�s establecimientos el funcionario de dicho Servicio simultanear� con el de Oficina u otro ordinario que el Director designe.

Art�culo 341

En la Oficina de Servicios Sanitarios se formalizar�n:

1.� El fichero y libros de enfermos y toxic�manos tratados, con los resultados obtenidos.
2.� El libro de reconocimientos, en el que se anotar�n los resultados de las exploraciones m�dicas efectuadas a los ingresados en el Centro, detall�ndose: Nombre, apellidos, fecha de ingreso, procedencia, anomal�as f�sicas y mentales y los traumatismos que se aprecien, con las circunstancias que se obtengan sobre el origen de los mismos, seg�n las anamnesis. Tambi�n se inscribir�n los internos que hubieren de ser tratados en Centros hospitalarios locales, consign�ndose el diagn�stico que lo motive y la evoluci�n del proceso, comprobado en las visitas que se realicen por el facultativo.
3.� El libro de consultas, donde se anotar�n los internos que hayan sido explorados en la consulta diaria y en la Enfermer�a, consign�ndose el resultado del reconocimiento con el tratamiento farmacol�gico y diet�tico prescrito.
4.� El libro de medicamentos, en el que figurar�n los productos farmac�uticos que se hallen en existencia, detall�ndose el n�mero de envases.
5.� El libro de t�xicos, en el que se relacionar�n la clase y cantidad y estupefacientes que hubiera en existencias, detallando en las salidas los nombres de los internos que los precisaren y las causas que motivaron su prescripci�n. Este libro deber� estar depositado en la Jefatura de Servicios.
6.� Las hojas cl�nicas, donde se detallar� el historial del enfermo, con las exploraciones y tratamiento prescrito. El historial m�dico acompa�ar� al expediente penitenciario en los diferentes traslados que realice el interno, y en �l se anotar�n todas las vicisitudes sanitarias, archiv�ndose en las Enfermer�as de los establecimientos.
7.� Los informes a la Junta de R�gimen y Administraci�n, a efectos de clasificaci�n interior de los internos y en relaci�n con la capacidad f�sica para el trabajo y para las actividades deportivas de los mismos.
8.� Los pedidos de medicamentos de material e instrumental cl�nico-sanitario.
9.� Los informes al Director sobre las ausencias al servicio de los funcionarios por causa de enfermedad, certificando la dolencia si fuese preciso solicitar las oportunas licencias o permisos por enfermedad.
10.� Los partes del movimiento de altas y bajas en la Enfermer�a, con especial detalle del estado de los enfermos graves, as� como de las necesidades de traslado a Centros hospitalarios y de aislamiento de los que padezcan enfermedades infecto-contagiosas. A la petici�n de traslado que se formule a la Inspecci�n de Sanidad, se acompa�ar� certificaci�n en la que conste una sucinta descripci�n de los s�ntomas y el diagn�stico que se formule.
11.� La estad�stica sanitaria, que constar� de:
- a) Estad�stica general anual.
- b) Estad�stica general anual de toxic�manos.
12.� El archivo de historias cl�nicas y de toda la documentaci�n administrativa relacionada con este servicio.

Art�culo 342

En la Oficina de los Servicios de Instrucci�n y Educaci�n se llevar�n:

1.� Las fichas y registros escolares.
2.� Los libros de matr�culas de alumnos.
3.� El libro de promoci�n cultural, en el que se reflejar� la historia educativa de los titulares y nivel de especializaci�n.
4.� Los informes a la Junta de R�gimen y Administraci�n y a los Equipos de Observaci�n y de Tratamiento que le sean solicitados.
5.� La expedici�n de los certificados de los estudios cursados por los internos y calificaciones obtenidas seg�n resulten de las actas del examen.
6.� La estad�stica correspondiente al movimiento educativo:
- a) Mensual.
- b) Anual de ense�anzas, que contendr� la clasificaci�n de las actividades docentes y culturales durante el a�o y sus resultados.
7.� El archivo de actas de ex�menes y de la documentaci�n necesaria que se derive de la aplicaci�n de los medios t�cnicos en la evaluaci�n de los alumnos.
8.� Las fichas por materias y autores, y los cat�logos de libros que existan en la Biblioteca a disposici�n de los internos.

Art�culo 343

Todos los libros oficiales estar�n encuadernados y foliados, y en la hoja de la portada se extender� una diligencia de apertura suscrita por el Subdirector y visada por el Director. A la terminaci�n de cada libro, inmediatamente despu�s de la �ltima anotaci�n se consignar� la diligencia de cierre.

En general, cuantos documentos se tramiten en las oficinas se ajustar�n a los modelos oficiales establecidos.

CAPITULO II

SERVICIOS DE ADMINISTRACION Y CONTABILIDAD

Secci�n Primera

Organizaci�n general

Art�culo 344

Los servicios administrativos y de contabilidad dependen inmediatamente del Administrador en los establecimientos penitenciarios, y no se podr�n ejecutar sin autorizaci�n e intervenci�n del Director, como responsable subsidiario de la exacta distribuci�n de los fondos que se administren.

En consecuencia, el Director viene obligado a visar todos los documentos, justificantes, cuentas y presupuestos que expida o rinda el Administrador, y a cuidar de que se cumplan los plazos para la remisi�n a su destino.

Art�culo 345

Los Directores de los establecimientos solicitar�n en el mes de diciembre de cada a�o, del Centro Directivo, las dotaciones econ�micas que estimen necesarias para atender convenientemente todos los servicios, bien de car�cter ordinario o extraordinario.

Art�culo 346

Las dotaciones econ�micas ordinarias a que hace referencia el art�culo anterior se concretar�n a los siguientes conceptos y per�odos:

a) Alimentaci�n: Dotaci�n mensual.
b) Agua, alumbrado, calefacci�n, ventilaci�n y otros gastos; instalaciones y obras; material no inventariable; transportes y asistencias, y Farmacia: Dotaci�n trimestral.

Al finalizar cada trimestre, los Directores de los establecimientos comunicar�n al Centro Directivo por cada uno de los conceptos arriba relacionados, el importe de las facturas pendientes de abonar por insuficiencia de consignaci�n.

Art�culo 347

Los gastos ordinarios que ocasionen las obras de reparaci�n o de mejora o la renovaci�n de mobiliario y utensilio deber�n solicitarse previamente del Centro Directivo enviando memoria justificativa del gasto.

Una vez recibida autorizaci�n se enviar�n tres presupuestos con certificaci�n de la Junta de R�gimen y Administraci�n en la que se haga constar la propuesta de adjudicaci�n y las razones tanto econ�micas como de calidad que la motivan.

Art�culo 348

Cuando por razones de urgencia no pueda demorarse la obra de reparaci�n o adquisici�n de utensilio o mobiliario, el Director del Establecimiento proceder� a contraer el gasto, previo acuerdo de la Junta de R�gimen y Administraci�n, comunic�ndolo seguidamente al Centro Directivo solicitando autorizaci�n para rendir cuenta en firme.

Art�culo 349

Cuando haya de hacerse efectivo alg�n pago de atenciones para las que se reciba el libramiento al final del mes o trimestre, se contabilizar� en los libros de Administraci�n y se archivar�n los justificantes para unirlos a la cuenta en su momento oportuno.

Art�culo 350

A nombre de los Establecimientos Penitenciarios existir�n abiertas en las sucursales del Banco de Espa�a las cuentas necesarias para el ingreso de los fondos presupuestarios. Para las cuentas no presupuestarias se abrir�n las precisas en establecimientos bancarios de la localidad. El movimiento y extracci�n de numerario se efectuar� con las firmas conjuntas del Director y Administrador como representantes legales de los establecimientos.

En las localidades donde no exista sucursal de Banco de Espa�a se abrir�n las cuentas anteriormente citadas en establecimientos bancarios de la misma plaza.

Para la apertura y cambio de las cuentas existentes en los establecimientos bancarios no oficiales se solicitar� la correspondiente autorizaci�n del Centro Directivo.

Art�culo 351

Los Establecimientos llevar�n por el sistema de partida doble la cuenta y raz�n de sus ingresos y gastos y de cuantos hechos econ�micos realicen ateni�ndose a las disposiciones del cap�tulo VIII del presente T�tulo y a las normas generales reguladoras de la contabilidad p�blica.

Art�culo 352

En todos los Establecimientos, el �ltimo d�a de cada mes el Director y Administrador practicar�n un recuento de fondos para comprobar si las existencias est�n conformes con los saldos de las cuentas de Caja y Banco en el Libro Mayor y con los asientos en los dem�s libros de contabilidad.

Del resultado del arqueo levantar�n acta en que expresen la conformidad o las diferencias que notaren y el caudal que queda para el mes siguiente.

Con car�cter extraordinario se verificar�n en cualquier fecha estos arqueos, cuando lo considere conveniente el Director del Establecimiento, lo acuerde un Inspector del Servicio o lo disponga la Direcci�n General.

Secci�n Segunda

Libros de Contabilidad

Art�culo 353

Los Centros Penitenciarios llevar�n la contabilidad por el sistema de partida doble, a tenor de sus principios y de las disposiciones administrativas, consignando las operaciones en dos clases de libros, principales y auxiliares.

Ser�n libros principales el Diario y el de Inventarios y Balances, iguales en su forma y manejo que los establecidos en las normas generales de contabilidad.

Ser�n libros auxiliares:

1.� El de Caja.
2.� El Mayor.
3.� Los de Peculio de Libre Disposici�n y Fondo de Ahorros, con cuenta abierta a cada uno de los individuos part�cipes de dichos fondos.
4.� El de actas de Arqueo, donde consten los efectuados mensualmente para comprobaci�n de los saldos de Caja, as� como los extraordinarios que se realicen por orden del Director, del Inspector o del Centro Directivo.
5.� Los dem�s que se precisen para la perfecta claridad y exactitud de la contabilidad.

Art�culo 354

En los Establecimientos donde la Direcci�n General tenga dep�sitos de ropa o efectos para distribuci�n a otros, existir� tambi�n los Libros de Almac�n, con objeto de acreditar y comprobar en todo momento la existencia de cada clase de efectos y las remisiones hechas.

Art�culo 355

En el Libro Mayor se abrir�n:

1.� Las cuentas de entrada y salida de numerario, Caja, Banco de Espa�a y otras entidades bancarias.
2.� Las originadas por la provisi�n de alimento a los reclusos, que son las de Economato, Suministro de V�veres y Alimentaci�n, en las que entrar�n como elementos de cargo y descargo, seg�n corresponda, el importe diario de las hojas de racionado, las justificaciones de gastos por alimentaci�n recibidas de otros Establecimientos dependientes y Dep�sitos Municipales, el cobro de libramientos, los pagos y el reintegro del sobrante a Tesorer�a, cuando lo hubiere.
3.� Las colectivas de Peculio de libre disposici�n, Peculio de fallecidos, Fondo de Ahorros, Ahorro de fallecidos y Tarjetas de reclusos y Tarjetas de funcionarios si las hubiere.
4.� Las cuentas presupuestarias de Material no inventariable; agua, alumbrado, calefacci�n, ventilaci�n y otros gastos; transportes y asistencias; e instalaciones y obras, y por cuantos conceptos den origen a movimientos de fondos que provengan de consignaciones peri�dicas o de libramiento especial.
5.� Las de Rentas P�blicas y Fianzas y Dep�sitos.
6.� En general se abrir� cuenta a toda persona, entidad o servicio que motiven entrada o salida de fondos.

Secci�n Tercera

Rendici�n de cuentas

Subsecci�n Primera

Cuentas y sus clases

Art�culo 356

Los Administradores de los Establecimientos vienen obligados a rendir al Centro Directivo las diversas cuentas, estados e inventarios que a continuaci�n se enumeran:

1.� Cuentas de movimiento de fondos o de justificaci�n de libramientos, que comprenden las siguientes:
- a) De Caja.
- b) De Alimentaci�n.
- c) De Economato.
- d) De agua, alumbrado, calefacci�n, ventilaci�n y otros gastos.
- e) De material no inventariable.
- f) Transportes y asistencias.
- g) De instalaciones y obras.
- h) De Peculio de libre disposici�n.
- i) De Fondos de ahorros.
- j) De Rentas P�blicas.
- k) De farmacia.
- l) Cuantas otras ordene el Centro Directivo para justificaci�n de gastos.
2.� Estados de vestuario, equipo y calzado.
3.� Inventarios de utensilio, mobiliario y dem�s efectos.

Art�culo 357

Independientemente de lo dispuesto en el art�culo anterior, los Establecimientos que tengan dep�sito para suministrar a otros vestuario, calzado, utensilio, mobiliario, equipo o cualquier clase de efectos, enviar�n al Centro Directivo un estado mensual con las existencias en primero de mes, altas y bajas habidas y existentes para el mes siguiente.

Subsecci�n Segunda

Formaci�n de las cuentas

Art�culo 358

La cuenta mensual de Caja se documentar� con el Balance de Debe y Haber en el movimiento de fondos del per�odo que corresponda y se rendir� en el plazo de los cinco d�as siguientes al mismo.

Se justificar� el Debe con una relaci�n de las cantidades ingresadas en la Caja, expresiva de las cuentas acreedoras; relaci�n en que certificar� el Administrador, con el visto bueno del Director, sobre la conformidad de cantidades entre las consignadas en el Balance y en el justificante certificado. An�logamente se justificar� el Haber respecto de las cantidades abonadas.

La existencia de met�licos y valores que figure en el Balance tendr� por justificaci�n la copia, tambi�n autorizada del arqueo de Caja de la fecha en que se rinda la cuenta.

El saldo de la cuenta corriente del Establecimiento en el Banco de Espa�a en fin de mes o Banco particular en su caso, constar� por documento de la entidad bancaria.

Se acompa�ar� tambi�n Balance de comprobaci�n de saldos.

Art�culo 359

La cuenta de Alimentaci�n se llevar� a la Junta de R�gimen y Administraci�n para su examen y aprobaci�n, si procede, en la sesi�n correspondiente a la primera decena del mes siguiente al per�odo de rendici�n, y se justificar� con los siguientes documentos:

Copia de la orden de libramiento; balance de inversi�n de libramiento; resumen de lo gastado por alimentaci�n de sanos y enfermos; certificaci�n expedida por el Administrador del n�mero de reclusos presentes el d�a primero del mes; relaciones de altas y bajas, con expresi�n de fechas y raciones devengadas; certificaci�n expedida por el Subdirector comprensiva de los internos j�venes en la que consten las raciones devengadas; certificaci�n del M�dico, visada por el Director, acerca del n�mero de raciones y sus clases suministradas a la enfermer�a, con expresi�n de los diagn�sticos; resumen valorado de los art�culos adquiridos por la Administraci�n durante el mes para todos los racionados; y factura del Economato del Establecimiento.

Los Centros de cualquier tipo que alberguen internos justificar�n los gastos que origine la alimentaci�n de los mismos a trav�s del Establecimiento penitenciario que radique en la capital de la provincia, salvo que exista otro en el mismo municipio.

Al duplicado de toda cuenta de alimentaci�n se unir�n las hojas diarias de racionado.

Art�culo 360

Las cuentas de Economato comprender�n:

Relaci�n de precios de los art�culos en venta en la localidad y en el Economato; estado de la cuenta de Mercader�as en el Mayor; relaci�n justificada de compra de g�neros para la venta libre y para el racionado; relaci�n del importe de las ventas por d�as; certificaci�n del Administrador sobre el movimiento de tarjetas si las hubiere; estado de las ventas de g�neros a la Administraci�n para alimentar a la poblaci�n recluida; Inventario-Balance de existencias de art�culos en almac�n el �ltimo d�a del mes, con su valor total; estado demostrativo del beneficio l�quido y su distribuci�n; cuenta de Caja, relaci�n de gastos generales y sus comprobantes; justificaci�n de haber satisfecho el beneficio que corresponda a cada uno de los part�cipes; estados demostrativos del desarrollo de los fondos industriales y de reclusos; balance de comprobaci�n y saldos; en la cuenta de diciembre, inclusi�n del inventario de economato; desarrollo de cuenta de proveedores y de Bancos y cuenta de administraci�n.

Art�culo 361

Las cuentas trimestrales de agua, alumbrado, calefacci�n, ventilaci�n y otros gastos, transportes y asistencias, instalaciones y obras, se rendir�n en el plazo de los diez d�as siguientes al per�odo al que se contraen, y se formar�n con las �rdenes del Centro Directivo autorizando los gastos; Balance de inversi�n del libramiento; facturas y recibos.

En dichas cuentas se incluir�n los gastos que justifique cualquier Centro dependiente de otro.

Art�culo 362

La cuenta trimestral de material no inventariable se rendir� en el plazo de los diez d�as siguientes al per�odo al que se contrae y comprender� los conceptos de oficina, utensilio, sanidad e higiene, educaci�n y culto, y se formar� con la relaci�n de justificantes que la integren y de las cantidades que correspondan a cada uno de ellos, as� como del sobrante para el pr�ximo trimestre si lo hubiere. Al final del ejercicio el sobrante se reintegrar� al Tesoro P�blico.

Art�culo 363

La cuenta trimestral del Peculio de libre disposici�n se rendir� en el plazo de los diez d�as siguientes al per�odo que comprende y se constituir� en esta forma:

Estado general que refleje la del Mayor; relaci�n de los part�cipes del Peculio durante el per�odo de la cuenta con los saldos individuales el primer d�a, los ingresos, las extracciones y los saldos el �ltimo d�a; certificaci�n del Administrador, visada por el Director al pie de la relaci�n, expresando la conformidad entre las cantidades de la misma y los asientos en los libros de contabilidad.

Art�culo 364

La cuenta trimestral de Fondo de Ahorros constar� de lo siguiente:

Balance general de este fondo; relaci�n de los internos con los importes que cada uno tiene a su favor; relaci�n de las cantidades recibidas de otros Centros y los individuos a quienes son destinadas; relaci�n de las remitidas a otros Establecimientos y los individuos que correspondan, y estado demostrativo de quebrantos de gastos de giro.

Art�culo 365

La cuenta de Rentas P�blicas se compondr� de un estado de las cantidades descubiertas y contra�das a favor de la Hacienda durante el a�o, parciales y totales; de una cuenta de caudales, en la cual se har� comprensi�n del cargo, data y saldo; relaci�n de las cantidades contra�das cada mes a favor del Tesoro, con expresi�n de sus conceptos, que llevar� una diligencia de certificaci�n de su contenido, suscrita por el Administrador y visada por el Director; cartas de pago de los ingresos en Tesorer�a.

El original se remitir� al Tribunal de Cuentas por conducto de la Delegaci�n de Hacienda de la provincia, y la copia a la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias.

Art�culo 366

Las cuentas extraordinarias que hayan de rendirse con motivo de presupuestos especiales, o por exigirlo la pr�ctica de un nuevo servicio, se formular�n a base de los siguientes documentos:

Copia de la orden que autorice el gasto; presupuesto aprobado, si lo hubiere; balance explicativo de la inversi�n del libramiento; o de los gastos efectuados; relaci�n de justificantes y suma de los mismos; facturas y n�minas de los perceptores de fondos contra la cuenta que se justifique.

Art�culo 367

A todas las cuentas, ordinarias o extraordinarias, que justifiquen libramiento de fondos por la Ordenaci�n de Pagos, se unir�n cartas de pago que acrediten el ingreso en Tesorer�a del sobrante del libramiento, cuando lo hubiere.

Se acompa�ar� tambi�n a toda cuenta, lo mismo en firme que a justificar, cualquiera que sea el Establecimiento que la rinda, un certificado, suscrito por el Director, de que los efectos, sustancias y g�neros adquiridos son adecuados al fin que se destinan y corresponden a los precios abonados por ellos.

Art�culo 368

Los estados de vestuario, equipo y calzado se encabezar�n con copia de la orden del Centro Directivo aprobatoria del anterior, y a continuaci�n ir�n los documentos siguientes:

1.� Cuadro demostrativo de todas las prendas de vestuario, equipo y calzado que exist�an en el anterior per�odo, altas y bajas durante el actual a que se refiere y resumen detallado de las que se encuentren en uso en poder de los reclusos, las que existan en almacenes de efectos nuevos y usados, �stos con las fechas en que empezaron a usarse, y la clasificaci�n en buenas, medianas e in�tiles.
2.� Los estados que acrediten las bajas por remisi�n a otros Establecimientos, por inutilizaci�n en casos justificados o por haberse cumplido el tiempo legal de su uso.
3.� Los estados que acrediten las altas por remesas de la Direcci�n General, de las que se levantar�n actas triplicadas de apertura y recuento, que se unir�n a dichos estados con copia de la factura; las altas relativas a prendas de los transferidos de otros Establecimientos.
4.� Las relaciones de distribuci�n de prendas o los recluidos, ya al ingreso, ya al cumplimiento de las que pose�an.

Art�culo 369

Los inventarios de utensilio, mobiliario y dem�s efectos consistir�n en relaciones que comprendan todos los objetos que abarca su t�tulo existentes en el Establecimiento, clasificados por departamentos, con expresi�n del estado de uso en que se hallan, bueno, mediano e in�til.

Cada partida se valorar� en pesetas, sirviendo de base el precio a que fue adquirido cada efecto, en cuanto su estado permita sostener dicho valor.

Por cada a�o de uso se reducir� el 10 por 100 del valor asignado en el a�o precedente.

No se dar� de baja en inventario ning�n efecto sin previa autorizaci�n del Centro Directivo otorgada en virtud de propuesta que se formule.

Subsecci�n Tercera

Regulaci�n complementaria

Art�culo 370

Las cuentas se rendir�n en los plazos se�alados, con sujeci�n a los modelos reglamentarios y formulando tres ejemplares: Dos que se remitir�n a la Direcci�n General y uno que ha de quedar en el Establecimiento como antecedente. Cuando se rindan en firme, ser�n cuatro ejemplares: Tres para el Centro Directivo y uno para el Establecimiento. La Direcci�n General devolver� un ejemplar con la resoluci�n aprobatoria en su caso.

Art�culo 371

En orden a los justificantes de las cuentas han de regir estas normas:

1.� Los justificantes ser�n siempre de servicios realizados durante el per�odo a que se contrae la cuenta. Para poder justificar los gastos causados en anteriores per�odos se precisa autorizaci�n de la Direcci�n General, que, siendo, concedida, se unir� a la cuenta.
2.� Constar� en todas las facturas el nombre del comerciante o raz�n social, fecha de la venta, art�culos, cantidad, precio unitario e importe total, comprendido en s�lo una factura lo suministrado por el mismo comercio durante el tiem
po a que corresponda la cuenta. Las facturas se extender�n por triplicado, y en las originales, que deber�n unirse a los originales de la cuenta, figurar� el recib� del proveedor como justificante del pago.
3.� Los recibos por gratificaciones o servicios especiales que figuren en la cuenta, deber�n acompa�arse de la orden del Centro directivo autorizando el gasto.

CAPITULO III

SERVICIO DE ALIMENTACION

Secci�n Primera

Provisi�n de v�veres. Recepci�n y custodia

Art�culo 372

Diariamente se efectuar� por el Economato la entrega de pan y v�veres para la preparaci�n de las comidas seg�n los racionados. La entrega la efectuar� el funcionario encargado del servicio de Economato y la recepci�n se har� por el funcionario encargado del servicio de cocina, quienes comprobar�n calidad y peso de los art�culos. El Administrador velar� para que se cumpla este servicio en la forma dispuesta y asistir� al mismo con la periodicidad suficiente que le permita tenerle controlado.

El M�dico del Establecimiento comprobar� el estado sanitario de los art�culos suministrados y dictaminar� los que por la citada raz�n deban ser desechados.

Art�culo 373

A medida que los art�culos se reciban, se ir�n punteando en la hora de racionado previamente redactada por el funcionario de Alimentaci�n, la cual firmar�n los asistentes al acto. En la Cuenta de Alimentaci�n de cada mes se unir�n las hojas de racionado como justificantes.

Art�culo 374

De los art�culos extra�dos para el racionado se har� cargo el funcionario encargado del servicio de cocina, que los tendr� custodiados bajo llave y los ir� facilitando exclusivamente para la confecci�n de los mismos en la cocina general y en la medida que vayan siendo necesarios.

Secci�n Segunda

Preparaci�n y distribuci�n de comidas

Art�culo 375

Las comidas que hayan de servirse en cada una de las tres horas se preparar�n en la cocina general y se distribuir�n simult�neamente en los distintos departamentos.

El reparto de la comida de los enfermos se efectuar� teniendo a la vista las prescripciones del M�dico para la m�s estricta observancia de las mismas.

Art�culo 376

Si alg�n interno renunciase a su raci�n quedar� �sta en beneficio de los dem�s, no de persona determinada, sin que por tal renuncia se le deba indemnizaci�n alguna.

Art�culo 377

Si por alguna causa se inutilizara, en todo o en parte, alguna de las comidas, se facilitar� a la poblaci�n reclusa un suplemento alimenticio equivalente en cantidad, calidad y precio al que dej� de distribuirse, solicit�ndose la correspondiente autorizaci�n del Centro Directivo, para justificar el incremento habido.

Secci�n Tercera

De la alimentaci�n y dem�s gastos de estancia de detenidos, presos y penados en los dep�sitos municipales y de su mantenimiento

Art�culo 378

La Administraci�n competente en materia penitenciaria pondr� a disposici�n de los municipios cabeza de partido judicial en que no exista establecimiento penitenciario alguno, una cantidad por detenido y d�a en concepto de gastos de alimentaci�n, de estancia y de mantenimiento del servicio de dep�sito de detenidos, presos preventivos y penados a disposici�n judicial.

Los Ayuntamientos rendir�n cuenta trimestral al Ministerio de Justicia o, en su caso, al �rgano correspondiente de la Comunidad Aut�noma, a trav�s de los centros penitenciarios ubicados en la capital de la provincia, mediante certificaci�n acreditativa del n�mero de detenidos o presos por d�a, con expresi�n de sus circunstancias personales, expedida por el Secretario de la Corporaci�n o por el Encargado del Dep�sito, con el visto bueno del Alcalde, a la que se acompa�ar� necesariamente copia certificada de las �rdenes de detenci�n, prisi�n, traslado o libertad dictadas por las Autoridades judiciales.

Secci�n Cuarta

De la alimentaci�n y dem�s gastos de estancia en centros hospitalarios no penitenciarios

Art�culo 379

La alimentaci�n y dem�s gastos de estancia ocasionados por los internos ingresados en centros hospitalarios no penitenciarios, ser� a cargo de la Administraci�n Penitenciaria cuando el internamiento haya sido solicitado por el Director a petici�n del M�dico del Establecimiento. Los cargos que produzcan los citados centros hospitalarios ser�n formulados a los Establecimientos de origen de los internos hospitalizados y su importe lo cargar�n �stos en la cuenta de Alimentaci�n del mes que hayan sido hechos efectivos.

CAPITULO IV

SERVICIO DE ECONOMATO

Secci�n Primera

Organizaci�n administrativa del Economato

Art�culo 380

La Junta de R�gimen y Administraci�n estar� encargada de la organizaci�n, control y fiscalizaci�n del Economato.

Art�culo 381

Para los servicios auxiliares y mec�nicos del Economato se designar� personal recluso, que percibir� por su labor la gratificaci�n que se acuerde por la Junta de R�gimen y Administraci�n. Cuando alg�n recluso cometa falta contra los intereses del Economato, ser� separado del mismo y se le exigir� la responsabilidad pecuniaria a que hubiere lugar, sin perjuicio de la criminal que, en su caso pudiera alcanzarle.

Secci�n Segunda

Normas relativas a la venta de art�culos autorizados

Art�culo 382

El Economato estar� abierto a la venta todos los d�as laborales y a las horas que acuerde la Junta de R�gimen y Administraci�n. Las ventas se realizar�n �nicamente por la ventanilla dispuesta al efecto, sin permitir aglomeraciones de compradores que dificulten la rapidez del despacho.

No obstante lo dispuesto en el p�rrafo anterior, los servicios de cafeter�a abrir�n tambi�n durante las ma�anas de los d�as festivos.

Art�culo 383

Tendr�n derecho a comprar en el Economato:

1. Los internos en general.
2. Los funcionarios de las Instituciones Penitenciarias, cualquiera que sea su situaci�n.
3. Los Jefes y el personal de la Guardia exterior.
4. Las personas que, sin estar incluidas en los n�meros anteriores, presten alg�n servicio directamente relacionado con el Establecimiento.

Art�culo 384

Se expondr� a la poblaci�n reclusa, junto a la ventanilla del despacho, una lista, actualizada mensualmente, de los precios a que el Economato vende sus art�culos. Una copia de esta lista le ser� facilitada al Jefe de Servicios y otra se exhibir� en los locutorios para conocimiento de los visitantes.

Las b�sculas, balanzas, pesas y medidas que se utilicen, se hallar�n debidamente contrastadas.

Art�culo 385

Podr� expender el Economato:

a) Comestibles que no precisen ser cocinados.
b) Cerveza, en la cantidad m�xima de un quinto de litro por persona, a la hora de las dos comidas principales, en presencia de los funcionarios que designe el Jefe de Servicios, que controlar�n su consumo.
c) Tabaco, al precio oficial.
d) Ropa de uso interior y exterior, seg�n las diversas necesidades y circunstancias de los recluidos.
e) En general, todo cuanto el recluso necesite y su uso y consumo no implique riesgo para la buena marcha regimental del Establecimiento.

Art�culo 386

No podr� expender el Economato, en ning�n caso, otra clase de bebida alcoh�lica que la cerveza que se hace menci�n en el apartado b) del art�culo anterior.

Art�culo 387

La venta de art�culos del Economato ser� siempre al contado, bien en moneda de curso legal del Banco de Espa�a o bien en tarjetas de compra seg�n la clase del Establecimiento.

En el supuesto de existir tarjetas de compra, �stas ser�n emitidas por la Administraci�n del Establecimiento a solicitud de los internos y podr�n ser de 1, 5, 25, 50, 100 y 500 pesetas.

Se ajustar�n al modelo oficial que se adopte e ir�n firmadas y selladas por el Administrador del Establecimiento.

Al ser puesto en libertad, conced�rsele permiso de salida, o ser transferido a otro Establecimiento, al interno poseedor de tarjetas de compra le ser� canjeado su importe por met�lico.

Secci�n Tercera

Contabilidad de los Economatos

Art�culo 388

La Contabilidad del Economato a cargo de la Administraci�n se llevar� por el sistema de partida doble, con absoluta independencia y separaci�n de los dem�s servicios del Establecimiento, empleando como libros obligatorios los de Inventarios, Balances, Diario, Mayor, Caja, Banco, Mercader�as en almac�n para la venta directa, Mercader�as en almac�n para racionado de v�veres, Proveedores y Agenda-Borrador.

Especialmente regir�n estas normas:

1.� En la Agenda-Borrador, se har�n los asientos por este orden:
- a) Movimientos de fondos para compras y ventas; g�neros que entren en almac�n, especificando proveedor, precio por unidad y total de la operaci�n y, en general, todo movimiento habido de efectos o met�lico. La anotaci�n ser� diaria, con p�ginas independientes por fechas.
- b) Las ventas que se realicen por extracci�n de racionado, con expresi�n de los diferentes art�culos, cantidad de cada uno, precio por unidad y valor de cada extracci�n.
- c) La entrega diaria al Administrador por el funcionario encargado del Economato del importe de las ventas habidas, consignando las firmas de ambos.
2.� En el Libro Diario deber�n figurar los asientos que originen cada uno de los hechos contables reflejados en la Agenda-Borrador, con sus importes correspondientes.
3.� Los Libros de Mercader�as para la venta directa y para racionados se llevar�n rigurosamente d�a por d�a, a fin de conocer en todo momento el volumen de adquisiciones, el total de ventas y la existencia de g�neros.
4.� Los Economatos har�n constar sus operaciones con el Servicio de Alimentaci�n de los internos, utilizando las cuentas de suministro de V�veres y Administraci�n.

La cuenta Suministro de V�veres se cargar� por el importe diario de los art�culos comprendidos en la hoja de extracci�n de racionado, con cargo a la de Mercader�as. Se abonar� con cargo a la de Administraci�n por el saldo resultante de la factura de alimentaci�n al finalizar el mes.

Art�culo 389

Las facturas originales de todas las compras hechas por el Economato llevar�n la conformidad del funcionario encargado del mismo, la firma del Administrador y el visto bueno del Director y se unir�n al duplicado de las cuentas que se rindan a la Direcci�n General.

Igualmente, los balances y estados de existencias que se formalicen deber�n suscribirse por los mismos funcionarios.

Art�culo 390

El Economato expedir� mensualmente a la Administraci�n del establecimiento una factura general con los siguientes datos: art�culos suministrados al racionado durante el mes, cantidad de estos art�culos, precio por unidad, importe de cada art�culo y total de la factura, firmada �sta por el funcionario encargado del Economato, prestada conformidad por el Administrador y dado por el Director el visto bueno, la cual deber� unirse a la Cuenta de Alimentaci�n del Establecimiento en funci�n de justificante.

Secci�n Cuarta

Liquidaci�n de beneficios y rendici�n de cuentas de los Economatos

Art�culo 391

Cada dos meses, por los Economatos a cargo de la Administraci�n, se practicar� un balance que servir� de base para liquidaci�n de beneficios. De la utilidad l�quida despu�s de satisfechos todos los gastos, se destinar� el 25 por 100 a constituir un Fondo de Reserva con que atender ordinariamente a la compra de g�neros y de modo extraordinario a la reposici�n de muebles y utensilios, ampliaci�n, reforma de locales, almacenes y otros servicios.

Art�culo 392

Cuando a juicio de la Junta de R�gimen y Administraci�n el Fondo de Reserva alcance cantidad suficiente para cubrir las necesidades expresadas en el art�culo anterior, no se continuar� acrecent�ndolo con el 25 por 100 del beneficio l�quido, que ser� abonado �ntegramente al Fondo de Reclusos, sin perjuicio de que la Junta pueda acordar reiniciar de nuevo el abono si los supuestos anteriores sufren variaci�n.

Art�culo 393

El 75 por 100 del beneficio l�quido se distribuir� de la forma siguiente:

Un 50 por 100 para el Fondo de Reclusos.

Un 18 por 100 para la Comisi�n de Asistencia Social.

Un 5 por 100 para el Fondo Especial de Compensaci�n de Economatos.

Un 2 por 100 para las Ayudas mutuales previamente concertadas.

Art�culo 394

El Fondo de Reclusos se destinar� previo acuerdo de la Junta de R�gimen y Administraci�n:

a) A la concesi�n de gratificaciones mensuales a los internos que presten servicios no retribuidos en el Establecimiento, y que sean acreedores a ello.
b) A la adquisici�n de libros o formalizaci�n de matr�culas de estudios para aquellos internos que, careciendo de medios propios, hayan demostrado una excepcional entrega y dedicaci�n a sus estudios.
c) A la adquisici�n de peri�dicos y revistas con destino a la biblioteca o salas de lectura del establecimiento.
d) A la concesi�n de premios en met�lico para los internos que se hagan acreedores a dichas recompensas.

V�ase arts. 105, 169, 175 y 176 de este Reglamento.

Art�culo 395

El 18 por 100 del beneficio destinado a la Comisi�n de Asistencia Social y el 2 por 100 del reservado de ayudas mutuales previamente concertadas ser�n transferidos bimensualmente a los Organismos correspondientes.

Art�culo 396

El Fondo Especial de Compensaci�n de Economatos tendr� por misi�n atender las necesidades excepcionales que se produzcan en los de cualquier Centro. El importe de este Fondo se mantendr� en el propio Economato a disposici�n del Centro Directivo.

Art�culo 397

Al finalizar el bimestre natural se rendir� una cuenta de Economato con sujeci�n a los tr�mites que siguen:

En la sesi�n correspondiente a la primera decena del mes siguiente al de rendici�n de la cuenta, �sta se llevar� a la Junta de R�gimen y Administraci�n para examen y aprobaci�n si procede. El acuerdo, caso de aprobaci�n, constar� en acta, y al final de la cuenta se extender� diligencia de conformidad, que suscribir�n todos los miembros de la Junta con el Director. As�, la cuenta se elevar� a la Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias.

Si por alg�n motivo no se aprobare en el d�a expresado, volver� a ser presentada a la pr�xima sesi�n.

Art�culo 398

Al finalizar el mes en que no se haya de rendir la cuenta al Economato, se formular� un balance de situaci�n que se remitir� dentro de los cinco d�as siguientes al Centro Directivo para su conocimiento y efectos.

CAPITULO V

SERVICIO DE VESTUARIO, EQUIPO Y UTENSILIO DE LOS INTERNOS

Art�culo 399

La dotaci�n de ropas y calzado para los internos constar� de las siguientes prendas:

1. Vestuario de hombres:
- a) Dos pantalones y dos camisas en todo tiempo, y chaqueta o cazadora y jersey de invierno.
- b) Dos camisetas, dos calzoncillos, dos pares de calcetines y dos pa�uelos.
- c) Botas o zapatillas.
2. Vestuario de mujeres:
- a) Dos faldas y dos blusas en todo tiempo, y chaqueta de punto y jersey en invierno.
- b) Dos combinaciones, un camis�n, un sujetador, dos bragas, dos pares de medias y dos pa�uelos.
- c) Zapatos o zapatillas.
3. Calz�n y camiseta de deporte.
4. A los internos trabajadores de uno y otro sexo se les proporcionar�, adem�s la ropa apropiada.

Art�culo 400

Todo interno dispondr� de la ropa necesaria para su cama y mueble adecuado para guardar sus pertenencias.

Art�culo 401

Se facilitar� a los internos el equipo y utensilio que figuran a continuaci�n:

Equipo: cama, colch�n con funda, dos mantas, tres s�banas, una colcha, una almohada, dos fundas de almohada, dos toallas y un saco de lona con dispositivo de cierre. El equipo de aseo se compone de cepillo y pasta de dientes, peine y jab�n, as� como, en el caso de las mujeres, los art�culos necesarios para la higiene �ntima.

Utensilios: platos, cubiertos y vaso.

Art�culo 402

La duraci�n m�nima de cada una de las prendas, calzado y equipo se fija en los plazos siguientes:

1. Vestuario:
- a) Chaqueta o cazadora, jersey y chaqueta de punto: dos temporadas.
- b) Dos pantalones, dos camisas, dos faldas y dos blusas: un a�o.
2. Prendas interiores.
- a) Camis�n: dos a�os.
- b) Dos camisetas, tres bragas y dos combinaciones: un a�o.
- c) Dos calzoncillos, dos pares de calcetines, dos pa�uelos, dos pares de medias y un sujetador: seis meses.
3. Calzado:
- a) Botas y zapatos de mujer: un a�o.
- b) Zapatillas: tres meses.
4. Equipo:
- a) Saco de lona con dispositivo de cierre: seis a�os.
- b) Mantas: cuatro a�os.
- c) Colch�n con funda y colcha: tres a�os.
- d) S�banas, almohada y funda de almohada: dos a�os.
- e) Toallas: un a�o.

El utensilio no estar� sujeto a un plazo m�nimo de duraci�n, sino que los Directores deber�n solicitar en cada caso la correspondiente autorizaci�n del Centro Directivo para dar de baja los efectos que queden inutilizados por el uso.

Las prendas de vestuario y equipo cuyo uso no hubiera alcanzado su duraci�n m�nima, encontr�ndose limpias y en buen estado, deber�n ser aceptadas por los internos sin que �stos puedan alegar tal condici�n para rechazarlas. Se procurar� en su adjudicaci�n que el plazo de duraci�n de las prendas sea el m�s adecuado al tiempo que presumiblemente permanecer� el interno en el Establecimiento.

Art�culo 403

La Direcci�n General de Instituciones Penitenciarias contratar� la adquisici�n de los efectos precisos o adquirir� por gesti�n directa, en la forma y t�rminos que las leyes autoricen, los g�neros y primeras materias para la confecci�n de prendas, calzado y fabricaci�n de utensilios en los talleres penitenciarios.

Art�culo 404

Cuidar�n los Establecimientos de justificar en los estados de vestuario el alta y baja de prendas, y de solicitar y remitir a los que dependan de �l las prendas que �stos necesiten en relaci�n con el n�mero de recluidos.

Art�culo 405

Los utensilios y efectos dados de baja y totalmente inservibles ser�n vendidos en subasta por la Junta de R�gimen y Administraci�n del Establecimiento.

La venta constar� en acta, se ingresar� el producto en la Tesorer�a de Hacienda y �ste ha de figurar en la cuenta anual de Rentas P�blicas.

CAPITULO VI

INTERVENCION DEL DINERO, VALORES Y ALHAJAS. CONSTITUCION DEL PECULIO Y FONDO DE AHORRO

Secci�n Primera

Intervenci�n del dinero, valores y alhajas

Art�culo 406

Salvo en los Establecimientos de r�gimen ordinario y abierto, los internos no tendr�n en su poder dinero, valores ni alhajas que lo representen. Todo ello les ser� intervenido al ingresar con arreglo a las siguientes normas:

1.� El dinero, objetos de valor y alhajas se custodiar�n por el Administrador en la Caja del Establecimiento o en lugar seguro. Al interno se le entregar� una hoja individual de cuenta de peculio, iniciada con las cantidades que le fueren recogidas, y se le expedir�n los resguardos que acrediten el dep�sito de los objetos de valor y alhajas.
2.� Los internos podr�n autorizar para que de lo intervenido se haga cargo alguna persona, y en tal caso la entrega se har� mediante la justificaci�n de su personalidad, debiendo firmar con el Administrador la diligencia de la entrega.
3.� No se dar� cumplimiento a lo establecido en la norma anterior cuando existan dudas acerca de la leg�tima procedencia del dinero y objetos de valor intervenidos, y se pondr� en conocimiento de la Autoridad competente la retenci�n para que resuelva lo procedente.
4.� Cuando el dinero consista en moneda o billetes que puedan o deban ser objeto de intervenci�n oficial, se cumplir� lo que al respecto determine la legislaci�n correspondiente, sin perjuicio de asegurarlo en la Caja como otro valor cualquiera y de entregar al recluido un resguardo suficientemente expresivo de las cantidades y efectos depositados, pero no se le dar� ingreso en el peculio de libre disposici�n.
5.� Cuando la Autoridad judicial disponga la intervenci�n de todo o parte del dinero de un interno, se proceder� a inmovilizar las cantidades indicadas en la orden correspondiente, que quedar�n a disposici�n de dicha Autoridad para el destino que proceda, de todo lo cual se dar� conocimiento al interesado.

V�ase arts. 18, 44.7, 45.6 y 54 de este Reglamento.

Secci�n Segunda

Constituci�n del peculio

Art�culo 407

El fondo de peculio se constituir� con las cantidades de libre disposici�n que los reclusos tengan en su poder al ingresar en el Establecimiento y con las que reciban por cualquier concepto de procedencia leg�tima.

Art�culo 408

A cada part�cipe del fondo de peculio se proveer� de una hoja personal en que se le inscriban los ingresos a su nombre y las extracciones autorizadas, con expresi�n del saldo, datos que estar�n en consonancia con las partidas correspondientes en el Libro general de peculio que lleve la Administraci�n.

Art�culo 409

Con el peculio de libre disposici�n podr�n los internos:

1.� Atender a los gastos que les est�n permitidos, solicitando y recibiendo de la Administraci�n una cantidad prudencial que se fijar� atendiendo a criterios de seguridad y orden del Establecimiento.
2.� Ordenar transferencias a su familia, a otras personas o al fondo de ahorro, previa autorizaci�n del Director.

Art�culo 410

Al ser puesto en libertad un interno, le ser� practicada liquidaci�n de su peculio y entregado el saldo que resulte; como se le devolver�n tambi�n, a la presentaci�n del resguardo, los objetos de valor y alhajas que la Administraci�n le tuviere en dep�sito.

En caso de traslado del interno a otro Establecimiento, se le entregar� en met�lico, de su peculio, una cantidad prudencial para sus gastos. El resto le ser� remitido por el Administrador del Establecimiento de origen al de destino. Los objetos de valor y alhajas depositadas en la Administraci�n le ser�n entregados contra la presentaci�n del resguardo correspondiente.

Art�culo 411

El peculio de reclusos fallecidos ser� entregado a las personas que acrediten su condici�n de herederos. En otro caso, transcurridos cinco a�os, se ingresar� en el Tesoro P�blico. A tal fin, se abrir� en el Mayor la correspondiente cuenta.

Secci�n Tercera

Fondo de ahorros de los internos

Art�culo 412

El fondo de ahorros tendr� por objeto constituir un remanente para que los internos a la salida en libertad puedan hacer frente a sus primeros gastos.

Este fondo se nutrir� del 20 por 100 de los salarios devengados por los reclusos trabajadores y de aquellas cantidades que voluntariamente deseen ingresar, y ser� custodiado por el Administrador del Establecimiento, a cuyo efecto abrir� en la contabilidad general la correspondiente cuenta.

Art�culo 413

El reintegro de las cantidades de fondo de ahorro s�lo podr� realizarse por su totalidad al ser licenciados o liberados condicionalmente sus titulares. No obstante, a solicitud de los mismos, se permitir�n extracciones en casos especiales de necesidad propia o familiar libremente apreciada por las respectivas Juntas de R�gimen y Administraci�n.

Art�culo 414

Cuando se traslade el interno a otro Establecimiento, el Director del Centro Penitenciario de donde salga remitir� por giro postal al de destino el saldo existente, envi�ndose seguidamente por correo el correspondiente cargo que ser� firmado y devuelto por el primero para justificar la extracci�n en su cuenta.

Art�culo 415

Trimestralmente los Administradores de los Establecimientos rendir�n cuentas al Centro Directivo del estado y movimiento de los fondos regulados en este cap�tulo.

Art�culo 416

Aquellos reclusos que deseen tener una cartilla de ahorros a su nombre, podr�n solicitar su apertura en la Caja Postal de Ahorros de la localidad, siempre que el importe de la primera imposici�n no sea inferior a mil pesetas. Tendr� la consideraci�n de objeto de valor depositado y no producir� anotaci�n contable en la del Centro.

Art�culo 417

El fondo de ahorros de los reclusos fallecidos ser� entregado a las personas que acrediten su condici�n de herederos, procedi�ndose, en otro caso, con arreglo a lo dispuesto en el art�culo 411 de este Reglamento.

DISPOSICION DEROGATORIA

Quedan derogados los t�tulos primero y segundo y cap�tulo VI del t�tulo tercero del Reglamento de los Servicios de Prisiones aprobado por Decreto de 2 de febrero de 1956, as� como las siguientes disposiciones modificadoras o complementarias del mismo: Decreto 2705/1964, de 27 de julio; Decreto 162/1968, de 25 de enero; Decreto 1864/1975, de 17 de julio y Real Decreto 2273/1977, de 29 de julio y cualquier otra disposici�n de igual o inferior rango que se oponga a lo establecido en este Reglamento.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Primera

El presente Reglamento comenzar� a regir a los treinta d�as de su publicaci�n en el �Bolet�n Oficial del Estado�.

Segunda

No obstante lo dispuesto en la disposici�n derogatoria, a la entrada en vigor del presente Reglamento, continuar�n vigentes:

a) Los art�culos 65 a 73 del Reglamento de los Servicios de Prisiones, aprobados por el Decreto de 2 febrero de 1956; relativos a redenci�n de penas por el trabajo, en tanto contin�e la vigencia de lo dispuesto en el art�culo 100 del C�digo Penal, texto refundido publicado por el Decreto 3096/1973, de 14 de septiembre, debiendo entenderse que las competencias atribuidas en dichos art�culos al Patronato de Nuestra Se�ora de la Merced, corresponden a los Jueces de Vigilancia. En cualquier caso, dicha redenci�n de penas por el trabajo ser� incompatible con los beneficios penitenciarios regulados en el art�culo 256 de este Reglamento.
b) Los art�culos 150, 152, 153, 155 a 180 y 183 del citado Reglamento de 2 de febrero de 1956, as� como los Decretos 2705/1964, de 27 de julio y 1864/1975, de 17 de julio, que modific� el art�culo 15 del anterior, en tanto no se promulgue una nueva normativa del Organismo aut�nomo �Trabajos Penitenciarios�.
c) Los art�culos 207 a 214, asimismo del Reglamento de 2 de febrero de 1956, relativos al Patronato Central de Nuestra Se�ora de la Merced, as� como las disposiciones reguladoras de �ste, que subsistir�n hasta que se promulgue la normativa que regule la Comisi�n de Asistencia Social, creada por el art�culo 74 de la Ley Org�nica General Penitenciaria y el personal de la misma.

T�ngase en cuenta que dichos art�culos han de considerarse actualmente derogados al haberse regulado la materia por R.D. 1415/1983, de 30 de marzo (�B.O.E.�, 31 mayo). Asimismo, t�ngase en cuenta que el citado R.D. 1415/1983, 30 marzo, ha sido derogado por R.D. 1334/1994, 20 junio.

Tercera

Los art�culos que permanecen en vigor del t�tulo III del Reglamento de los Servicios de Prisiones de 2 de febrero de 1956 y sus disposiciones complementarias quedar�n derogados cuando se promulgue el Estatuto de los Funcionarios de Instituciones Penitenciarias adaptado a la futura Ley reguladora de la Funci�n P�blica.

Cuarta

El Gobierno, a propuesta de los Ministerios de Justicia y Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, promulgar� una normativa de la relaci�n laboral penitenciaria, conforme a lo dispuesto en el art�culo 2.�.1,C) de la Ley 8/1980, de 10 de marzo, del Estatuto de los Trabajadores, en el plazo a que se refiere la disposici�n adicional segunda de la expresada Ley. En tanto no se promulgue dicha normativa, se aplicar�n los preceptos contenidos en el presente Reglamento, referidos a la relaci�n laboral penitenciaria, con car�cter provisional.

Quinta

En tanto no se promulguen las normas org�nicas y procesales que desarrollen la intervenci�n del Juez de Vigilancia, referidas en el art�culo 78 de la Ley Org�nica 1/1979, de 26 de septiembre, General Penitenciaria, las Autoridades Judiciales a quienes atribuya aquella condici�n el Consejo General del Poder Judicial, se atendr�n a los art�culos 526, 985, 987, 990 y concordantes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

Los diversos Organismos de la Administraci�n Penitenciaria, en sus respectivos casos, se relacionar�n con dichas Autoridades a efectos de elevaci�n de expedientes y colaboraci�n en cuantos asuntos sean legalmente de su competencia.