2016 fue el primer año en que, durante unos días, todas las empresas que formaban parte del Ibex 35 contaron con al menos una mujer en su Consejo de Administración. Un hecho inédito hasta entonces y que como revelaba el XII Informe sobre juntas generales de accionistas de las empresas del Ibex 35, era un indicador más de la persistencia del llamado techo de cristal que limita el ascenso profesional femenino.
Y es que, pese a que el 93,8% de estas empresas ha incluido en sus estatutos una cuota mínima de mujeres en los consejos, las cifras evidencian que la participación femenina en este ámbito sigue lejos del 40% al que aspiraba -pero no obligaba- la Ley de Igualdad de 2007 y que ha establecido como cuota la Unión Europea para 2020.
Iniciativas como Paridad en Acción busca luchar contra esta inercia practicando lo que Katharina Miller, abogada alemana, Presidenta de la Asociación de Juristas Alemanas en España y vocal de Paridad en Acción llama ”activismo accionarial”, un movimiento que busca participar activamente en las juntas generales de las empresas del Ibex35.
Para Katharina Miller, aunque las cuotas con sanción se han convertido en algo incómodo, son imprescindibles. “Junto con una estrategia de diversidad dentro de las empresas, hasta el momento, no se ha presentado ninguna otra herramienta legal que pueda ser tan efectiva como las cuotas”.
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