Según la OCDE, en las próximas dos décadas un 12% de los trabajadores españoles, dos millones de personas, están en riesgo de perder el trabajo por culpa de un robot. Un golpe duro para un país donde el 18,6% de la población está en paro. Si los robots desplazan a los trabajadores, de qué manera se sustentará el estado del bienestar, qué futuro espera a los humanos y qué cambios se vivirán en las empresas en las relaciones entre las máquinas y los trabajadores son algunas de las dudas por resolver. Expertos de la UOC debaten sobre un futuro en el que la realidad supera a la ficción.
Los nuevos contribuyentes, los robots
El 43 % de los puestos de trabajo existentes en el Estado tienen un riesgo elevado de ser automatizados, según un estudio de CaixaBank. Daniel Viader, profesor de Derecho Tributario de la UOC advierte de que si se quiere mantener la actual configuración del estado del bienestar habrá que suplir la falta de cotizaciones y de pago de impuestos por parte de los trabajadores que pierdan el trabajo y no sean capaces de encontrar uno debido a la robotización. Algunas voces afirman que esta falta de cotizaciones deberían ser compensadas por los robots, pero quien debería costearlo, el empresario que los utiliza, o el fabricante? El experto considera que habría que gravar su uso y no su fabricación o su propiedad. "En última instancia es el empresario quien está sustituyendo por robots los puestos de trabajo que antes estaban ocupados por personas".
Alerta de que si el impuesto lo tienen que pagar las empresas, perderán competitividad ante países donde no se graven con ninguna carga, como por ejemplo los EE. UU. o Asia, donde no tienen un sistema de pensiones como Europa. Esto podría representar una pérdida de inversiones y por lo tanto un menor crecimiento económico. Un reto difícil: conseguir ingresos y no perjudicar la innovación tecnológica. "Imponerlo al fabricante también castiga la I+i que se quiere potenciar", alerta.
Hacer tributar a los robots ha de tener un doble objetivo: por un lado, compensar la falta de ingresos tributarios y cotizaciones en la Seguridad Social, y por otro, financiar la formación de los trabajadores excluidos del mercado laboral, asegura Viader…. Para leer más: Capital Humano