Como destacó en el acto el ministro Catalá, a lo largo de sus más de treinta y cinco años de trabajo en la empresa, Rosalina Díaz se ha distinguido como ejemplo de carrera profesional, primero desde La Ley, y después como Directora General y Presidenta de Wolters Kluwer. A lo largo de estos años, señaló, Rosalina ha contribuido al crecimiento de una empresa que se ha distinguido por las muchas soluciones innovadores que ha ofrecido a los profesionales jurídicos. Además, su actividad no se ha limitado al ámbito privado, pues desde su trabajo de varios años al frente del gremio de editores, ha realizado una meritoria labor como defensora de un sector en momentos complejos. Finalmente hizo mención a su papel como presidenta de la Fundación Wolters Kluwer, una iniciativa que resalta la importancia de que las empresas, además de su legítimo interés comercial, se orienten también al servicio de la sociedad en la que están integradas.
En su emotivo discurso de agradecimiento Rosalina agradeció en primer lugar el papel jugado por su familia, como elemento fundamental de apoyo en su trabajo. También resaltó el papel de Wolters Kluwer como empresa que desde un compromiso de servicio al Derecho, se ha distinguido por intentar poner en todo momento a disposición de sus clientes y usuarios la mejor información a través de los mejores productos, apostando por el esfuerzo, la calidad y la innovación como ejes de su actividad. Y destacó igualmente el papel de la Fundación Wolters Kluwer, como un empeño especial de la compañía en avanzar en el estudio del Derecho y por acercar este mundo a los colectivos socialmente más desfavorecidos.
Junto a Rosalina Díaz, recibó la misma distinción Sonia Gumpert, anterior decana del Colegio de Abogados de Madrid. Por su parte, los catedráticos Víctor Moreno Catena, Francesc de Carreras y Luis Enrique de la Villa Gil recibieron la Gran Cruz.