En una época en la que la inteligencia artificial deja de ser promesa para convertirse en práctica, el Derecho se enfrenta a una metamorfosis inevitable. Los despachos ya no se limitan a interpretar leyes: diseñan estrategias, adoptan algoritmos y redefinen lo que significa ejercer la abogacía. En ese cruce de caminos, la Fundación Aranzadi LA LEY e Inkietos vuelven a situar a Madrid en el epicentro de la innovación jurídica con la duodécima edición del Legal Management Forum (LMF), que este año lleva por lema Think AI, Rethink Law.

Cristina Sancho, presidenta de la Fundación Aranzadi LA LEY, colidera el encuentro y lanza un mensaje claro: “No se trata sólo de integrar herramientas de inteligencia artificial, sino de inspirar a las organizaciones para prepararse y abordar el cambio cultural necesario”. Para ella, el foro no pretende simplemente mostrar tecnología, sino repensar el propio marco jurídico y ético sobre el que se asienta la profesión. “Es también una llamada a los poderes públicos —añade— para reevaluar el marco jurídico tradicional y adaptarlo a los enormes desafíos que presenta la tecnología”.

Más allá del formato: la conversación como motor de cambio

El LMF de 2025 se desmarca de ediciones anteriores con nuevas voces, una nueva presentadora y una estructura más dinámica. Por primera vez, se introducirán las charlas breves Let’s Talk, “a cargo de expertos con gran capacidad de impacto”, explica Sancho. Además, el público podrá intervenir con preguntas, y se guardan “algunas novedades que no podemos desvelar o estropearíamos el efecto sorpresa”.

El espíritu de renovación también impregna los talleres prácticos sobre inteligencia artificial, desarrollo de negocio o branding. Sancho recuerda que la idea de incorporar estos formatos interactivos nació dentro del comité organizador. “Los talleres generan muchísimo interés —admite— y todos los años tenemos más solicitudes que plazas disponibles”. Lo que empezó como un experimento se ha convertido en uno de los sellos del evento: espacios donde profesionales del sector legal pueden compartir mejores prácticas, aprender, debatir y construir soluciones concretas. 

El abogado del futuro: tecnología con alma

En un entorno dominado por la automatización, Sancho no duda: “Para sacar el máximo partido a la IA, lo más importante sigue siendo ser un buen profesional”. La tecnología, sostiene, no sustituye al criterio jurídico, sino que lo amplifica. “Redactar un prompt acertado requiere saber muy bien qué resultado se espera, desde qué enfoque, y qué implicaciones tiene la respuesta”.

La presidenta defiende competencias humanas que ninguna máquina replicará: pensamiento crítico, integridad profesional, curiosidad intelectual. “La colaboración con tecnólogos y otros especialistas será esencial”, advierte, “pero sin perder la esencia humana del Derecho”.

Capital y cultura: el nuevo equilibrio en los despachos

Uno de los debates más esperados del foro girará en torno a la entrada de fondos de inversión en los despachos. “El cambio está ahí, lo estamos viendo en directo”, reconoce Sancho. Las firmas jurídicas, antaño pequeñas estructuras creadas en torno a un jurista de prestigio, se han transformado en corporaciones que operan con lógica empresarial.

Sin embargo, la presidenta advierte sobre los riesgos de diluir la identidad profesional en la búsqueda de capital. “Para no sacrificar la independencia de la firma y proteger sus valores, será clave regular hasta dónde llega el poder de intervención del fondo en la toma de decisiones”. 

'Branding': autenticidad frente a cosmética

En un mercado cada vez más competitivo, el branding se convierte en un arma estratégica. Sancho rechaza la idea de la marca como mero adorno. “La tecnología democratiza el acceso al conocimiento", dice, y eso "obliga a los despachos a diferenciarse desde su propuesta de valor única y su propia autenticidad”.

Según ella, el verdadero valor de una firma reside en “tener clara su identidad, los valores que guían su actuación y la coherencia entre la promesa corporativa y el comportamiento real de las personas que trabajan en ella”. En tiempos de transformación tecnológica, el branding no es maquillaje: es cultura, reputación y sostenibilidad económica. 

Ética y confianza en la era de la IA

La irrupción de la inteligencia artificial abre nuevos dilemas éticos. ¿Debe un abogado informar a su cliente de qué herramientas de IA utiliza? Sancho no lo ve claro: “Eso sería tan lógico o ilógico como decirle qué base de datos jurídica consultamos para prestarle asesoramiento legal”. La clave, sostiene, está en la responsabilidad profesional: “Quien responde ante el cliente es el abogado, utilice o no soporte tecnológico”.

Su advertencia es tajante: “Fiarse de herramientas mediocres es como informarse de la actualidad en X. Mucho ruido, mucho riesgo y una gran pérdida de tiempo”. Y sobre el futuro de los honorarios, anticipa un cambio estructural: “La facturación por horas genera demasiada incertidumbre. Los clientes exigen precios cerrados y esta tendencia irá en aumento”.

Un foro con propósito social

Más allá del debate tecnológico, el Legal Management Forum mantiene una dimensión solidaria. Este año apoyará a la Fundación Música Creativa, que promueve las habilidades artísticas de personas con discapacidad intelectual. “Nos motiva muchísimo salirnos una vez al año de nuestro foco habitual y contribuir a causas tan importantes como la integración de personas con discapacidad o la investigación del cáncer”, explica Sancho.

Doce años de innovación jurídica

Desde su lanzamiento en 2014, el LMF ha sido termómetro y motor del cambio en la abogacía española. “Hemos conseguido impulsar la modernización del sector, inspirando también a los despachos más pequeños”, afirma su presidenta. Más de 300 expertos internacionales han pasado por el foro, desde Richard Susskind hasta Ashish Nanda, de Harvard. “Pioneros que nos hablaron por primera vez de Legal Project Management, robótica, IA o ciberseguridad, cuando todo eso sonaba a ciencia ficción”.
Sancho recuerda con emoción a figuras que marcaron el camino y ya no están, como Lola Conde, Lucía Lorente o Juan Picón. “Han significado mucho en nuestra comunidad de innovadores del sector legal”.

2030: una nueva abogacía

¿Cómo será la abogacía de los negocios en 2030? Sancho imagina un escenario híbrido, en el que la intervención humana será más escasa y, por tanto, más preciada. “Contar con un abogado con nombre y apellidos será un lujo que tendrá un alto precio”, pronostica.

La Fundación Aranzadi LA LEY, asegura, seguirá siendo un actor clave: “Queremos seguir aportando datos valiosos, promover un sector público más comprometido con la sostenibilidad —no sólo exigiendo compromiso a la ciudadanía, sino autoexigiéndoselo a sí misma— y acercar el Derecho y la Justicia a la sociedad”.