La aerolínea no aceptaba el Libro de Familia como documento de identificación de menores; cargaba 40 euros por la impresión de la tarjeta de embarque o podía exigir tasas, impuestos, recargos y cualquier incremento que se decidiera después de la reserva. También se reservaba el derecho a negar el embarque a un pasajero o expulsarle o que no se responsabilizaba de las pérdidas, daños o uso de información contenida en su sitio web.