El pasado jueves 26 de abril, la sede de la Fiscalía General del Estado abandonó su sobriedad habitual para impregnarse de la emoción que presidió la presentación de la obra póstuma de José Manuel Maza, «Delincuencia electoral y responsabilidad penal de los partidos políticos». La monografía, que constituye la tesis del exmagistrado del Tribunal Supremo y exfiscal general, culmina una de sus dos “ilusiones”, tal y como desveló su hijo, José Manuel Maza Muriel: ser doctor en Derecho Penal. La otra era ser abuelo.
Durante el acto, el fiscal general, Julián Sánchez Melgar, subrayó que su predecesor era, en lo personal, un hombre “dialogante y cordial”, y en lo profesional, un “renacentista al que el conocimiento no le incomodaba; sabía de todas las cosas”. La secretaria de Estado de Justicia, Carmen Sánchez-Cortés, por su parte, quiso destacar la vocación docente de Maza, así como la combinación en su perfil de jurista de “un gran conocimiento técnico con un don para la comunicación”.
“La presentación de esta obra es un homenaje a un hombre de extraordinaria inteligencia, un gran jurista y un buen amigo al que recordaremos siempre”, aseveró Rosalina Díaz, presidenta de Wolters Kluwer España.
La obra, editada por Wolters Kluwer, se divide en tres bloques: el primero, dedicado a la delincuencia electoral; el segundo, a la responsabilidad penal de la persona jurídica; y el tercero aborda específicamente cuestión de la responsabilidad de los partidos políticos.
“No es el libro que quería Maza, su idea era presentarlo dividido en tres. Pero su estilo es de defensa de tesis doctoral y cuenta con la gracia que, además de en el verbo, tenía en la pluma”, apuntó el profesor de Derecho Penal y director de la tesis, Carlos Gómez-Jara.
En la monografía, Maza se muestra crítico con la regulación diseñada por el legislador en relación a la materia y defiende que se establezcan especificidades en el régimen de responsabilidad de las formaciones políticas. En concreto, cuestiona que pueda aplicarse el régimen general de sanciones previsto para las personas jurídicas, por entender, por ejemplo, que la disolución de un partido podría chocar con el derecho de los ciudadanos a la participación política. Además, se muestra partidario de circunscribir las posibilidades de incriminación de los partidos únicamente a los delitos relacionados con la corrupción, por una cuestión de utilidad desde el punto de vista de política criminal, y de limitar las penas aplicables a los mismos a sanciones de tipo pecuniario.
Sánchez-Cortés recogió el guante de las críticas planteadas por Maza y subrayó que trabajos como el suyo “son importantísimos para inspirar, consolidar o encauzar” reformas legislativas; “estoy segura de que esta obra también contribuirá a ello”. Asimismo, la número dos del Ministerio que dirige Rafael Catalá quiso destacar el fuerte compromiso del jurista con el cumplimiento de la legalidad y la defensa de la España constitucional.
La monografía concluye con una sistematización en 33 conclusiones de las tesis que se defienden a lo largo de sus páginas. “Es un libro fantástico, reto a que alguien lo lea y que pueda decir que no le gusta”, enfatizó Gómez-Jara.
