Algunas empresas consideran aún que compliance es algo relacionado con la responsabilidad social corporativa, algo deseable (nice to have), pero no esencial a corto, medio o largo plazo para el éxito del negocio.
Sin embargo, el compliance gana peso en el ámbito del Gobierno Corporativo y ninguna compañía puede hacer oídos sordos a esta realidad, porque las consecuencias estratégicas, organizacionales y reputacionales pueden ser desastrosas, ya que equivalen a asumir riesgos cada vez más altos.
En el concreto ámbito laboral, la internacionalización de la función de RR.HH. y la gestión de las relaciones transnacionales ha generado un emergente y activo sindicalismo internacional y nuevos retos para las multinacionales a nivel global.
Por ello, cualquier programa de compliance laboral global debe partir de un cumplimiento y vigilancia por parte de las empresas de la normativa internacional, europea o nacional del país de destino, como nos explica este artículo de Carlos de la Torre que ha publicado recientemente Capital Humano.
Leer el artículo completo en Capital Humano.