La existencia de veintisiete espacios aéreos diferenciados en la Unión Europea dificulta la coordinación dinámica y flexible del tráfico aéreo. En la última sesión plenaria del Parlamento Europeo, los eurodiputados advirtieron que para lidiar con posibles futuras crisis, como la provocada recientemente por el volcán islandés, será necesario contar con un cielo único europeo y mejorar la red ferroviaria.

Toda la sesión plenaria de abril estuvo marcada por la interrupción del tráfico aéreo que provocó la erupción del volcán islandés Eyjafjallajokull. El volcán obligó a realizar modificaciones de última hora en la agenda del pleno; durante un debate extraordinario sobre la inesperada situación en los cielos europeos, los eurodiputados coincidieron en que la seguridad es la prioridad y exigieron, entre otras medidas, que se refuercen las conexiones ferroviarias de alta velocidad y se acelere la puesta en marcha del plan para establecer un cielo único europeo.

Gestión de la crisis

Según el popular belga Mathieu Grosch, los Estados miembros no abordaron la crisis de una manera muy eficiente debido a que existen veintisiete autoridades responsables del tráfico aéreo europeo. La socialista rumana Silvia-Adriana Ţicǎu recordó además que los viajeros bloqueados no estuvieron bien informados sobre la situación ni sobre sus derechos como pasajeros.

Actuación de Eurocontrol

Los eurodiputados se mostraron de acuerdo en que cerrar el espacio aéreo fue una medida acertada, ya que siempre ha de primar la seguridad. En este sentido, el alemán de Los Verdes Michael Cramer precisó que la responsabilidad sobre la seguridad no debe ser transferida a las compañías.

"La clausura del espacio aéreo fue una medida necesaria, y pienso que a todos los niveles se coordinó en función de la seguridad de los pasajeros", explicó el conservador checo Ev¸en Tošenovský, que recalcó que Eurocontrol dio todos los pasos necesarios.

Soluciones para el futuro

Todos los eurodiputados apoyaron la puesta en marcha del cielo único europeo, que armonizaría los sistemas de gestión del tráfico aéreo, podría incluir elementos para gestionar la crisis, y tendría efectos positivos en la seguridad, la economía y el medioambiente, porque se dejarían de emitir alrededor de dieciséis millones de toneladas de dióxido de carbono.

Los europarlamentarios también subrayaron la necesidad de impulsar la red ferroviaria europea. Ţicǎu añadió además que si la red europea de transportes fuera más dinámica, los viajeros podrían ser reconducidos a su destino a través de otros medios de transporte.

Sugirió mejorar la navegación fluvial y conectar todas las capitales europeas a través de una red ferroviaria de alta velocidad. "Todas estas mejoras precisarán de una enorme inversión, pero el coste de no tener en marcha estos proyectos resultó no ser asequible, como hemos comprobado estos días", dijo Ţicǎu.