Rubén M. Mateo.- “La violencia física, por fortuna, genera inmediatamente un rechazo y se produce cada vez más una reacción e intervención de un tercero. No crean que esto ha sido siempre así. Mi edad me permite contar que en muchas ocasiones había gente que decía no te metas, ellos sabrán, esto no es nuestro asunto… Pero ya no ocurre así”, sostiene Julio Pérez Hernández, Consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias. Sin embargo, hay otro tipo de violencia más sutil. Es la que durante años le hizo preguntarse a él y a los de su generación: ¿cómo es posible que esta mujer aguante esta escena de matrimonio? ¿Por qué este hombre le manda callar? ¿Por qué no le deja elegir la comida? “Esta otra violencia la hemos soportado todos. Muchos viéndola desde una absoluta pasividad y sin ninguna reacción. Esta es una generación que lo ha vivido menos. La mía lo vivía con una terrible naturalidad”, relató durante la primera jornada del ciclo de conferencias ‘Más allá de la violencia física: respuestas frente a las violencias ocultas’, organizada por el Gobierno de Canarias.

Julio Pérez Hernández, Consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias

“Lo que me ha hecho pensar no solo es lo que esas parejas vivían, sino cómo los demás convivimos en ocasiones con esas situaciones. Yo creo que ese es el desafío al que nos enfrentamos. Se trata de una violencia apoyada en hábitos y costumbres y en modos de vivir y una cultura que ha permitido su subsistencia”, subrayó durante su intervención el Consejero canario, que instó a todos a combatir estos comportamientos “para no acabar siendo cómplices”. Se comprometió a, tal y como están haciendo, desplegar todos los instrumentos para que Administración, Gobierno, Consejería y Justicia, intenten erradicarlas y combatirlas con todos los medios. Sobre todo, para generar una cultura y una actitud que haga imposible estos comportamientos. “Ese es el desafío. Extender una cultura de no aceptación y de rechazo y participación activa”, enfatizó durante su intervención.

Las llamadas violencias ocultas son el foco de estas jornadas, celebradas en Santa Cruz de Tenerife hasta este viernes 12 de noviembre, y que han contado con una adhesión de casi 700 personas –modalidad física y presencial–. Violencia vicaria y de control, la luz de gas o la manipulación sexual son conceptos abordados durante las ponencias y mesas de debate, que tienen el objetivo de prevenirlas, descubrirlas y condenarlas.

Un 20% de los jóvenes canarios niega la violencia de género

Acto seguido, Kika Fumero, directora del Instituto Canario de Igualdad (ICI), y Carla Vallejo, Viceconsejera de Justicia del Gobierno Canario, desmenuzaron algunas de las iniciativas y programas impulsados por el gobierno regional en la materia y valoraron el Pacto de Estado contra la Violencia de Género de 2017.

Alrededor de un 20% de jóvenes canarios que niega la violencia de género, mientras que otro 20% se declara igualitario y feminista

Fumero mencionó el proyecto Juno, que involucra a las Fuerzas y Seguridad del Estado en la formación y atención a víctimas de violencia de género, o la Jaira de Ana, en el que se desarrollan actividades para sanar heridas físicas y psicológicas en un entorno de naturaleza. La directora del ICI informó de un nuevo proyecto que ha sido objeto de discusión en el seno del movimiento feminista: “Como Gobierno tenemos la obligación también de apostar y de dar recursos y herramientas para la reparación de hombres agresores”.

La prostitución o la trata con fines de explotación sexual son otras de los temas a tratar en los proyectos educativos. Según un estudio del ICI, explicó Fumero, hay alrededor de un 20% de jóvenes canarios que niega la violencia de género, mientras que otro 20% se declara igualitario y feminista. “El 60% sabe que existe desigualdad, pero no lo tiene interiorizado o replican actitudes cuando se relajan”, enfatiza la directora del ICI. Interpelar a ese 60% es “el gran reto en el área de educación”.

Carla Vallejo, Viceconsejera de Justicia del Gobierno Canario

Por su parte, Carla Vallejo, Viceconsejera de Justicia del Gobierno Canario, subrayó que, en materia de violencia de género, en el histórico del ordenamiento jurídico, pese a existir unas leyes procesales garantistas y serias donde se recogían los derechos de los investigados y pautas sobre cómo debía regularse el procedimiento, “nunca aparecía o aparecía muy poco una persona capital en el procedimiento: la víctima que sufre el delito”. De esta forma, aseguró, la víctima “no era el centro del proceso”. Era tratada como ofendido o perjudicado –en masculino–.

El cambio de paradigma llegó con la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que empezó a considerar a la víctima una persona con derechos – a ser protegida, a la asistencia social integral, a la protección, a derechos administrativos y en el ámbito penal al derecho a una orden de protección –. “Se reconoció el derecho fundamental de asistencia jurídica gratuita con independencia de si se tienen o no medios económicos”, remarcó Vallejo.

El cambio de paradigma llegó con la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que empezó a considerar a la víctima una persona con derechos

La pornografía y las TIC en la violencia machista

“La sexualidad es el terreno donde los varones intentan posicionarse por encima de las mujeres y esto abre de par en par la puerta a que ejerzan violencia sexual”, afirmó Mónica Alario Gavilán, Doctora Internacional en Estudios Interdisciplinares de Género y Experta en Violencia Sexual y Pornografía, en una ponencia que provocó el silencio absoluto en el consistorio. Durante su intervención, Alario Gavilán denunció que la pornografía se recrea en el sufrimiento de las mujeres. “Es un instrumento del patriarcado que deshumaniza a mujeres y niñas, que invisibiliza, normaliza y erotiza y hace apología de la violencia sexual contra ellas y que enseña a los hombres que ejercer violencia sexual o bien es simplemente sexo o bien es sexualmente excitante”, resumió. Como muestra, puso encima de la mesa uno de los casos que abordó en su tesis doctoral. Cuando tuvo lugar la violación de la Manada, este término se convirtió en uno de los más buscados en PornHub, una de las páginas de pornografía más visitadas de internet.

Las tecnologías son un arma de doble filo en la violencia machista. Por un lado, ayudan a controlar al maltratador a través de las pulseras electrónicas. Por otro, están implicadas en la violencia digital. Lara Esteve Mallent, Doctora en Derecho Penal, Magistrada de Primera Instancia e Instrucción Lliria 2-Valencia, expuso conceptos como el Grooming, cuando un adulto intenta ganarse la confianza de un niño o niña en internet para obtener concesiones de índole sexual. “La recuperación psicológica de la víctima en estos casos es brutal”, dijo Mallent. La coacción, la intimidación y el engaño están involucrados. Sexting, chantaje o amenaza con difundir imágenes sexuales de una persona sin su consentimiento, o el Stalking fueron otros fenómenos abordados. Este último conduce al maltrato telefónico o en redes sociales, el acceso a contactos de la víctima, sus hábitos, domicilio o destinos.

 Javier Sarmiento, Inspector Jefe del Grupo de Análisis de la Información de la UCOP

“Cualquier detalle que al agresor no le agrade en redes, desde una conexión fuera de la hora habitual a un mensaje de WhatsApp que él no es capaz de controlar, le preocupa y reacciona con exigencias. A veces solicita una localización inmediata”, describió Javier Sarmiento, Inspector Jefe del Grupo de Análisis de la Información de la Unidad de Coordinación de Operaciones Provincial (UCOP) de la Policía Nacional en Santa Cruz de Tenerife. Esta es la primera fase. Luego explota la segunda con amenazas constantes, conductas humillantes e insultos. “La víctima no debe eliminar esos mensajes. Los pantallazos servirán como un indicio de cara al juzgado y a nuestro trabajo”, aconsejó Sarmiento. La tercera fase es la conocida como “luna de miel”. En ella el maltratador muestra un arrepentimiento espontáneo que dura poco. Sarmiento remarcó que la mujer se siente cada vez más desgastada emocionalmente y siente vergüenza y culpabilidad: “es cibervejada y cibercoaccionada”.

En la mesa –moderada por Beatriz Barrera, Adjunta Especial de Igualdad y Violencia de Género en la Diputación del Común– titulada ‘Debate y discusión. Desde una perspectiva policial, jurídica y psicológica’, también participó Manuel Campos, Fiscal Decano de Menores de la Fiscalía de Santa Cruz de Tenerife, quien advirtió de los delitos contra la integridad moral ejercidos en la esfera digital. “Hemos pasado del delincuente en la calle al delincuente en casa”, destacó. “Son chicos que en familias monoparentales abusan de la madre o de la abuela. Es un modelo que han aprendido de sus padres, que golpeaban a sus madres. Han sustituido el rol del padre, el jefe de la casa”, dijo sobre el perfil de chicos con los que trabaja.

Este viernes, la Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, clausurará las jornadas, en las que intervendrán abogadas, psicólogas o periodistas para abordar temas como la violencia psicológica o la violencia vicaria.