Aprender de los errores pasados y reforzar los mecanismos de control de la Unión Europea. Bajo esta premisa el Parlamento Europeo aprobó el pasado miércoles 20 de octubre un informe presentado por el eurodiputado portugués del grupo popular Diogo Feio, con el fin de acelerar la salida a la actual crisis económica que atraviesa Europa.

Según este informe, los problemas que atraviesa Europa demuestran que el vigente modelo de gobernanza económica no ha funcionado tan bien como se esperaba. Así, en los últimos años, no se ha producido la suficiente convergencia entre los Estados miembros, el marco de vigilancia ha sido demasiado débil y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento no ha sido respetado lo suficiente. Como consecuencia, los desequilibrios macroeconómicos han aumentado y las finanzas públicas se han vuelto cada vez más insostenibles.

El último paso lo constituyó la crisis de deuda de la Eurozona, ocurrida en la primavera de 2010. Para prevenir todo esto es crucial, según el informe, que en el futuro los Estados miembros cumplan con las normas y decisiones acordadas por la Unión Europea.

Los problemas

• En algunos casos, los altos niveles de deuda de un Estado miembro son el resultado de un gasto público excesivo previo a la crisis (Grecia), mientras que en otros casos, esos niveles de deuda se deben al dinero invertido en el rescate de grandes bancos (Irlanda).
• Por su parte, los desequilibrios económicos están causados principalmente por los diferentes niveles de competitividad existentes entre los Estados miembros. Así, mientras Alemania y Holanda producen mucho más de lo que consumen, España y Portugal hacen justo lo contrario. Hay un gran desnivel entre exportadores e importadores.
• Además de esto, está el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el cual, según el informe de Feio, no ha sido respetado por los países, lo que ha provocado déficits alarmantes en muchos casos.

Las soluciones

• Reforzar las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento para controlar el déficit. Si es preciso, endureciendo las sanciones a los países que no lo respeten.
• Reforzar los mecanismos de vigilancia para impedir los excesos y mejorar la supervisión fiscal.
• Establecer un mecanismo robusto y creíble de prevención y resolución de la deuda excesiva para la zona euro.
• Revisar los instrumentos presupuestarios, financieros y fiscales de la Unión Europea. Por ejemplo, estableciendo una evaluación de los presupuestos nacionales para ver si son compatibles con la estabilidad de las finanzas públicas.
• Mejorar la fiabilidad de las estadísticas y aumentar la representación de la Unión Europea en organismos internacionales de supervisión económica y monetaria, como el Fondo Monetario Internacional.

El debate

Según el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, están resurgiendo los desequilibrios del periodo anterior a la crisis. Por ello, insiste en que cada país debe cumplir con su parte. Por ejemplo, los países con superávit deben apoyar la demanda, mientras que los países con déficit deben apoyar las exportaciones.

Por su parte, el eurodiputado francés del grupo de Los Verdes, Pascal Canfin, se mostró contrario a hacer más recortes y apostó por mejorar la gobernanza económica en vez de controlar el déficit.

Situación actual

El pasado 29 de septiembre, la Comisión Europea publicó sus seis propuestas sobre gobernanza económica basándose en el informe de Feio. En relación al déficit, la Comisión propuso establecer un sistema de sanciones que sólo puedan ser rechazadas por una mayoría cualificada de Estados de la Unión Europea, lo cual las convertiría en relativamente automáticas.

En este punto, las posiciones de Francia, partidaria del sistema de mayoría simple, y Alemania, partidaria del sistema de mayoría cualificada, quedaron encontradas. Para superar el escollo, ambos países acordaron que se adoptara el sistema de mayoría cualificada, pero que fueran los gobiernos y no la Comisión quienes impusieran las sanciones a los países con déficit.

Los portavoces de los grupos de la Eurocámara mostraron su total desacuerdo con esta decisión por entender que ataca a las instituciones de la Unión Europea.