Los depósitos a plazo fijo son productos financieros que ofrecen una rentabilidad fija y garantizada a cambio de mantener una cantidad de dinero depositada en una entidad bancaria durante un periodo de tiempo determinado. Se trata de una forma de ahorrar sin asumir riesgos, ya que el capital y los intereses están asegurados por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) hasta un máximo de 100.000 euros por titular y entidad.
Características de los depósitos a plazo fijo
Las principales características que definen los depósitos a plazo fijo de otros productos financieros son:
— Rentabilidad: es el tipo de interés que nos da el banco por nuestro dinero durante un determinado tiempo. Suele expresarse en términos anuales (TAE) - indicador que en forma de tanto por ciento anual, revela el coste o rendimiento efectivo de un producto financiero, ya que incluye el interés, los gastos y comisiones bancarias-, y mensuales (TIN) – es el dinero que se pagará o se recibirá en un determinado periodo de tiempo, es decir, la vida del producto financiero. Normalmente se suele calcular de forma mensual-. La rentabilidad se pacta al contratar el depósito y no varía durante la duración del mismo, salvo que se produzca una cancelación anticipada.
— Plazo: es el tiempo que dura el depósito, desde su contratación hasta su vencimiento. Puede ser desde unos días hasta varios años, aunque lo más habitual es que oscile entre 3 y 36 meses.
— Importe: es la cantidad de dinero que se deposita en el producto bancario. Puede haber un mínimo y un máximo establecidos por la entidad, o ser libremente elegido por el cliente, si no se establecen unos límites.
— Liquidación: es el momento en el que se pagan los intereses generados por el depósito. Puede ser al vencimiento, mensual, trimestral, semestral o anualmente, según lo acordado con la entidad.
— Cancelación: es la posibilidad de recuperar el dinero depositado antes del vencimiento del depósito. Puede ser total o parcial, según se retire todo o una parte del capital. La cancelación suele conllevar una penalización sobre los intereses, que puede ser desde un porcentaje hasta la totalidad de los mismos. Algunos depósitos permiten la cancelación sin penalización, pero suelen ofrecer una rentabilidad menor.
Cómo se calculan los intereses que recibiré en un depósito a plazo fijo
Los intereses que se recibirán al vencimiento del depósito a plazo fijo se calculan aplicando el tipo de interés al capital depositado durante el tiempo que dura el depósito. Para ello, se pueden utilizar las siguientes fórmulas:
— Intereses = Capital x Tipo de interés x Tiempo
— Rentabilidad = Intereses / Capital
Por ejemplo, si se depositan 10.000 euros a un 2 % TAE durante un año, los intereses serán:
— Intereses = 10.000 x 0,02 x 1 = 200 euros
— Rentabilidad = 200 / 10.000 = 0,02 = 2 %
Cuando el depósito tiene una liquidación periódica de los intereses, hay que tener en cuenta el efecto del interés compuesto, es decir, que los intereses generados se suman al capital y vuelven a generar más intereses. En ese caso, la fórmula para calcular los intereses se hace más compleja.
Diferencias entre los depósitos a plazo fijo y los fondos de inversión
Los depósitos a plazo fijo y los fondos de inversión son dos productos financieros que pueden resultar atractivos para los ahorradores e inversores, respectivamente, pero que presentan importantes diferencias que conviene conocer. Estas son las principales:
— Riesgo: los depósitos a plazo fijo son productos de riesgo bajo, ya que el capital y los intereses están garantizados por el banco y por el FGD. Los fondos de inversión son productos de riesgo variable, ya que el capital no está garantizado y depende de la evolución de los activos en los que invierte el fondo. Por tanto, los fondos pueden generar pérdidas o ganancias superiores o inferiores a las esperadas.
— Rentabilidad: los depósitos a plazo fijo ofrecen una rentabilidad fija y conocida de antemano, que no varía durante la duración del depósito. Los fondos de inversión ofrecen una rentabilidad variable y desconocida, que depende de la gestión del fondo y de las condiciones del mercado. Por tanto, los fondos pueden ofrecer una rentabilidad mayor o menor que la de los depósitos, o incluso pueden incurrir en pérdidas.
— Liquidez: los depósitos a plazo fijo tienen una liquidez limitada, ya que solo se puede recuperar el dinero al vencimiento del depósito o con una penalización por cancelación anticipada, según las condiciones particulares de cada depósito contratado. Los fondos de inversión tienen una liquidez alta, ya que se puede recuperar el valor que tengan en cada momento, sin penalización, salvo que se trate de fondos con ventanas de liquidez o periodos de permanencia.
En conclusión, los depósitos a plazo fijo son productos financieros adecuados para ahorradores conservadores que buscan una rentabilidad segura y garantizada, sin asumir riesgos ni complicaciones. Para inversores con un perfil más arriesgado y dinámico, los fondos de inversión son productos financieros que suelen ser más atractivos.