La actual situación económica, las medidas de austeridad impulsadas para superar la crisis y los rescates bancarios han afectado negativamente a los presupuestos. Por ello, se hace necesario encontrar medidas financieras innovadoras a escala europea. La comisión de Asuntos Económicos aprobó el pasado 1 de febrero un informe sobre financiación innovadora que sugiere crear un impuesto europeo sobre transacciones financieras para cubrir presupuestos, reducir el déficit y combatir la especulación.

Desde que empezó la crisis económica, la idea de gravar a los bancos ha sobrevolado algunos círculos financieros, aunque todavía no hay consenso al respecto. La eurodiputada socialista griega Anni Podimata, ponente del informe sobre el tema en el Parlamento Europeo, expresó su apoyo a este impuesto argumentando que "ahora es el mejor momento para la Unión Europea, que tiene el mayor mercado financiero del mundo, para dar una respuesta convincente a los ciudadanos alcanzando una posición clara en favor de la introducción de un impuesto sobre las transacciones financieras".

Pequeño impuesto, gran impacto

El informe de Podimata sugiere que esta tasa oscile entre el 0,01 y el 0,05 por ciento para reducir el riesgo de flujos de transacciones. Esto, según el informe, ayudará a reducir la especulación. Además, el impuesto abarcaría todo tipo de transacciones a fin de evitar corrientes hacia las zonas menos reguladas del sector financiero. Con todo, habría excepciones y límites claramente definidos, siempre teniendo en cuenta las necesidades de los inversores particulares y de las pequeñas y medianas empresas.

Teniendo en cuenta que se trata de un impuesto muy reducido, pero con una base muy amplia, el informe prevé grandes ingresos, de unos 200 mil millones de euros al año a escala europea y de cerca de 650 mil millones a escala global.

Según Podimata, "la principal ventaja de las herramientas de financiación innovadora es que pueden darnos un doble dividendo, ya que al mismo tiempo contribuyen a la consecución de importantes objetivos políticos, tales como la estabilidad del mercados financiero y la lucha contra el cambio climático, y ofrecen importante ingresos".

¿Qué hay de la competitividad?

Aunque la comisión parlamentaria de Asuntos Económicos apoya la creación de un impuesto financiero a escala global, la ponente del informe sugirió empezar por instaurarlo en Europa. Una idea que no fue compartida por todos, ya que, según los críticos, introducir este impuesto sólo en Europa afectaría a su competitividad. Así lo expresó el eurodiputado liberal-demócrata sueco Olle Schmidt, quien manifestó su temor a que "una gran parte del sector financiero europeo simplemente se vaya a otras jurisdicciones, probablemente menos transparentes que la europea".

En cualquier caso, los eurodiputados pidieron a la Comisión Europea que realice un estudio de impacto sobre el impuesto. "Probablemente será muy complicado llegar a un consenso", afirmó Schmidt, ya que "existen ideas muy diferentes dentro de la UE sobre cómo deberían ser gastados los ingresos".

La ponente se mostró más optimista y expresó su esperanza de que tanto el Consejo Europeo como el Consejo de Asuntos Económicos "mostrarán la voluntad adecuada y su compromiso de avanzar".

El informe será votado en el pleno de del mes de marzo, cuando se adopte una posición final.