Las subvenciones que recoge esta orden provienen de los presupuestos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, y forman parte del Plan Estratégico de Subvenciones 2023-2025. Pero no se destinan directamente a los autónomos, sino a diversos tipos de asociaciones vinculadas con este colectivo de trabajadores. Se trata, a su vez, de ingresos compatibles con cualquier otra clase de subvenciones o ayudas que tengan la misma finalidad.
El nuevo texto legal, que sustituye a su análogo de 2017 y obedece a la naturaleza de la creación de la Dirección General del Trabajo Autónomo, contempla dos tipos de subvenciones, aunque su convocatoria aún no tiene fecha de inicio.
Una de ellas está orientada a las actuaciones de promoción del trabajo autónomo en el ámbito estatal, y pueden solicitarla tanto asociaciones profesionales de autónomos como otras entidades asociativas, fundaciones y universidades. En concreto, las acciones objeto de esta subvención serán las de fomento, apoyo y asesoramiento a emprendedores, campañas promotoras del autoempleo, elaboración de informes, organización de congresos y puesta en marcha de iniciativas que den a conocer -y cualifiquen- el trabajo independiente.
A esta subvención se añade la relativa a sufragar los costes de funcionamiento de las asociaciones profesionales de trabajadores por cuenta propia de España, siempre que estén inscritas al registro REAPTA, cuenten con sede propia y, al menos, dos empleados en plantilla. Pero para obtenerla es necesario cumplir un requisito adicional, el “carácter intersectorial”, que consiste en que la asociación integre a autónomos de tres sectores diferentes -como mínimo-.
Trabajo decente, emprendimiento y diálogo: ejes del programa.
El programa del Desarrollo del Trabajo Autónomo, bajo el que están vertebradas estas nuevas subvenciones, contempla tres ideas fundamentales. La primera es la defensa del trabajo decente, para la consecución de condiciones laborales dignas, y de “un tejido económico y social más sólido que contribuya al bienestar social”. El medio para lograr este objetivo es la formación y la especialización de los profesionales que ejercen por cuenta propia, así como la innovación proyectada sobre los negocios, aunque sin dejar de lado la salud laboral y la conciliación con la vida personal y familiar.
El segundo de los ejes es el impulso a la cultura del emprendimiento. Se trata de un apoyo institucional en materia de financiación, de acompañamiento y asesoramiento, incluso en cuestiones como facilitar los trámites administrativos y de mejora de la regulación. Por último, el tercero radica en “situar el diálogo social como vehículo dinamizador de las personas emprendedoras”.
En opinión del especialista Daniel García Tenorio, presidente de CTAC (Confederació de Treballadors Autònoms de Catalunya), entidad representante en Cataluña de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos -UPTA, de carácter nacional-, “es esencial que se promueva este diálogo social, ya que es una herramienta que no solo sirve para mejorar las políticas gracias a la colaboración de los representantes de trabajadores con el Gobierno, sino para que, en este caso, los agentes sociales dignifiquemos el trabajo autónomo. Está claro que las relaciones laborales evolucionan, y se precisan nuevas regulaciones. Ello resulta esencial si hablamos de los autónomos, que necesitan iniciativas que les apoyen para crecer y formarse. Y en esas mesas, las asociaciones presentamos los problemas que tienen para buscar ayudas, cuya repercusión a posteriori es muy importante”.
Según García Tenorio, “los profesionales por cuenta propia son tanto trabajadores como empresarios; se sitúan en esa fina línea. Y tienen que saber hacer ‘de todo’ para ser más competitivos, no solo su profesión sino también contabilidad, comunicación, etc. Por este motivo, son especialmente interesantes las ayudas de mentoría y formación. U otras que vayan dirigidas a autónomos de mucha musculatura pero que desean crecer más".
Entre 10.000 y 150.000 euros para mejorar el trabajo autónomo
La cantidad de cada subvención depende de los puntos obtenidos según los criterios objetivos de otorgamiento, pero existen unos límites. Específicamente, la dotación máxima de la subvención en la esfera de promoción del trabajo autónomo es de 150.000 €, pero únicamente si la actividad es una acción de apoyo y asesoramiento, un programa de fomento de la cultura emprendedora o una campaña de comunicación y divulgación. En contrapartida, solo es de 50.000 € si se trata organizar una formación, un acto o de la elaboración de un estudio. En todo caso, la puntuación depende de las características del proyecto a llevar a cabo.
En palabras del presidente de CTAC, “la cifra de 50.000 euros, en lo que se refiere a la publicación de estudios, puede ser suficiente o no dependiendo de las personas (o colectivo) a quien afecte y del personal cualificado que lo haga, así como de cada fase del proceso completo, que sin duda es muy laborioso y costoso”.
Por otra parte, en lo que respecta a la subvención para los gastos de funcionamiento de las asociaciones de trabajadores por cuenta propia, esta garantiza un mínimo de 10.000 €. La puntuación aquí, sin embargo, no está vinculada con los proyectos sino con el número de empleados que tenga contratados la entidad, así como de sus jornadas laborales. El responsable de la Confederació de Treballadors Autònoms de Catalunya valora este criterio como “acertado, ya que naturalmente si tienes más estructura necesitas más apoyo económico”.
Ambas subvenciones cubren tanto salarios como gastos
La subvención enfocada a fomentar actividades de promoción del trabajo autónomo se puede emplear para los diferentes gastos que suponga el proyecto, así como para el pago de los salarios del equipo. Pero en la ayuda destinada a los propios costes de funcionamiento de las asociaciones, la cuantía también asignarse a arrendamientos de locales, reparaciones o primas de seguros, entre otras partidas relacionadas con la organización interna.