El próximo 15 de octubre intervendrá como ponente en la 11ª edición de Legal Management Forum, concretamente en la mesa redonda La IA generativa, ¿revolución o evolución?, Alicia Muñoz Lombardía, directora de Gobierno, Regulación y Asesoría Jurídica de Banca Comercial en Santander España y responsable de transformación de la Secretaría General.
A colacción del encuentro, la experta responde a las preguntas de Noticias Jurídicas sobre cuál ha sido el impacto de la llegada de la IA generativa al sector jurídico y bancario.
¿De qué manera ha cambiado su forma de trabajar con la incorporación de la IA generativa?
Me gustaría subrayar que la IA generativa no sirve para todo y exige contar con tres elementos: además del medio físico o la computación y los modelos de aprendizaje basados en redes neuronales es fundamental disponer de un gran número de datos para entrenar los modelos. La implantación de la IA requiere una inversión importante de recursos y efectivos y, por consiguiente, hay que seleccionar bien los casos de uso.
Además, como paso previo al uso de la IAGen, y tras eliminar tareas innecesarias y realizar un análisis end-to-end, para evaluar qué tareas manuales son susceptibles de automatizar, es preciso digitalizar los procesos empleando las soluciones tecnológicas más idóneas. La utilización de la IA nos va a obligar a trabajar de forma diferente.
Es preciso digitalizar los procesos empleando las soluciones tecnológicas más idóneas
La IA generativa está revolucionando el entorno empresarial pero, ¿está suponiendo en paralelo una evolución del sector legal?
El sector financiero ya fue pionero en adoptar la transformación digital y los que llevamos algunos años trabajando en una entidad financiera, hemos visto cómo la automatización ha permitido hacer más eficientes, trazables y seguros algunos procesos, mitigando además los riesgos operativos, lo que ha redundado positivamente en la satisfacción de las personas que pueden dedicarse a tareas más complejas y gratificantes y en las que aportan más valor.
El sector legal está afrontando este reto y en este último año la velocidad se está acelerando; evidentemente, hay resistencia al cambio y no es sencillo gestionarla, en absoluto, porque acometer un plan de transformación supone un trabajo extra para los equipos e implica que los process owner y demás incumbentes adquieran competencias nuevas. El acompañamiento y la formación son críticos para un adecuado despliegue. Y, por supuesto, elegir a las personas idóneas para que abracen el cambio y lo impulsen, pensando siempre en el cliente para asegurarle la mejor experiencia.
Sin duda, la clave de la transformación está en las personas.
Me gustaría poner de manifiesto la contribución del sector legal tanto a la transición verde, tanto desde el ámbito privado como desde la regulación aprobada por la Administración, mediante el impulso de la digitalización de los procesos y metodologías de trabajo que redundan en una reducción del consumo intensivo del papel.
En su opinión, ¿cómo está transformando la inteligencia artificial generativa el sector jurídico?
La transformación es el mantra de todas las organizaciones y los abogados de empresa somos actores clave en la adopción de nuevas tecnologías en el día a día de nuestro trabajo.
Hay que identificar casos de uso que supongan un importante volumen de datos y documentación, que tengan impacto en negocio y que permitan la estandarización. Como he apuntado, la clave está en identificar en qué procesos y ámbitos se puede generar esa ventaja, que reduzcan costes y generen más ingresos. Testar casos de uso y desarrollar la habilidad para hacer las preguntas inteligentes y creativas (prompting) son las bases.
La IAGen está contribuyendo a escalar los cambios graduales en el ámbito de la digitalización que se encuentran en marcha en las asesorías jurídicas y despachos. El concepto de copiloto o asistente es muy ilustrativo: la inteligencia artificia no sustituye al ser humano, sino que le acompaña y le asiste en sus tareas. Igualmente, la IA dota a los abogados de información para anticiparse (predictibilidad), analizar tendencias, identificar oportunidades y amenazas, explorar posibles cambios en la jurisprudencia, lo que a la postre contribuye a apoyar al negocio en la construcción de la visión a futuro y la estrategia de la compañía y a tomar decisiones empresariales informadas.
En la Asesoría Jurídica de Santander España estamos empleando la IA para la gestión masiva de oficios y comunicaciones, demandas y para la tramitación de bastanteos y testamentarías, entre otros. Básicamente, nuestras soluciones se sustentan en la eficiencia esperada del uso de la IA en la extracción de datos y en el nuevo proceso de validación y carga en los informes jurídicos.
En la Asesoría Jurídica de Santander España estamos empleando la IA para la gestión masiva de oficios y comunicaciones, demandas y para la tramitación de bastanteos y testamentarías
¿Qué habilidades o conocimientos necesitaría desarrollar un profesional del ámbito legal para trabajar eficazmente con la IA generativa?
Los profesionales del ámbito legal no deben ser solo partícipes, sino protagonistas y liderar la transformación de la función y, aunque suene a obviedad, para trabajar eficazmente con la IA tenemos que conocer bien nuestro trabajo e identificar posibles mejoras en la forma de hacer las cosas, con una mentalidad de innovación: aprender y desaprender. Como dijo Bernard Shaw, “el progreso es imposible sin el cambio, y aquellos que no pueden cambiar sus mentes no pueden cambiar nada”.
Mencionaría también la creatividad, la proactividad, el conocimiento de las nuevas tecnologías, el trabajo en equipo y la colaboración entre áreas, la capacidad de priorizar y de resolver problemas complejos.
¿Cuáles son los desafíos éticos asociados con la IA generativa? ¿Cómo se pueden abordar de manera responsable?
Uno de los desafíos éticos es el sesgo algorítmico: Los algoritmos pueden estar condicionados por diversos factores, como datos incompletos o inexactos, prejuicios culturales y sociales o suposiciones erróneas, toda vez que la IA se basa en información histórica y eventualmente podría omitir la singularidad de determinados colectivos. Esto puede llevar a decisiones injustas o discriminatorias. Para mitigar este efecto, se impone un seguimiento estrecho de la equidad y efectividad de los modelos y, en función del resultado, optimizarlos e incluso aplicar técnicas de post-procesamiento como cambiar la frontera de decisión para garantizar un resultado justo. La formación y capacitación de los usuarios mitiga los riesgos que conlleva la utilización de esta tecnología.
La gobernanza es el eje de una IA responsable: articular principios y políticas de uso y códigos éticos, así como mecanismos que garanticen el cumplimiento regulatorio, la medición, la transparencia y trazabilidad de los datos y su supervisión.
Otro dilema ético es la responsabilidad por las decisiones tomadas por los sistemas de IA y en línea con el Reglamento de Inteligencia Artificial, para aquellos tratamientos que impliquen un riesgo alto, deben asegurar la intervención humana.
Es responsabilidad de todos fomentar una IA transparente, ética y humanista.