En un contexto de crisis económica y de envejecimiento de la población, los Estados miembros deberían reaccionar para garantizar unos sistemas de pensiones que aseguren unos ingresos adecuados, según un informe aprobado ayer por el Parlamento Europeo. El texto también se refiere a la transferibilidad de las pensiones y a las desigualdades a las que se enfrentan las mujeres y los trabajadores de edad avanzada.
Según el Libro Verde de la Comisión Europea, en la actualidad hay cuatro personas en edad de trabajar por cada persona mayor de 65 años, y en 2060 la proporción descenderá a dos.
El informe ha sido aprobado por 535 votos a favor, 85 en contra y 57 abstenciones. La ponente, Ria Oomen-Ruijten (EPP, Holanda), explicó que "aunque los Estados miembros son los responsables de los sistemas de pensiones, hay aspectos en los que es importante la coordinación a nivel europeo. El envejecimiento de la población tiene un gran impacto porque no todos los Estados miembros han ahorrado dinero para las pensiones. Esto podría generar enromes gastos que afecten al Pacto de Estabilidad y Crecimiento. La autoridad de supervisión debería monitorizar los sistemas de pensiones y algunos Estados Miembros deberían planificar sistemas más adecuados y seguros".
Presiones económicas
Como consecuencia de la crisis financiera, varios Estados miembros prevén introducir cambios en sus sistemas de pensiones, por lo que el informe insta a los Estados miembros a velar por la estabilidad, la fiabilidad y la sostenibilidad de todos los sistemas de pensiones, y a que garanticen que todos los cambios se realicen al término de un diálogo social adecuado.
Transferibilidad de las pensiones
El texto señala que los europeos suelen trabajar para varios empleadores a lo largo de su carrera, y muchos pasan periodos en otros países de la UE, por lo que los eurodiputados consideran necesario eliminar los obstáculos a la movilidad interna y transfronteriza.
Trabajadores de edad avanzada
La Eurocámara es consciente de las grandes disparidades en la edad legal de jubilación entre los Estados miembros, por lo que pide a los países que han ampliado la edad legal de jubilación o que tienen la intención de hacerlo que fomenten el trabajo de las personas de más edad por medio de exenciones fiscales y de la seguridad social.
Igualdad de género
El PE recomienda poner más énfasis en la igualdad de género. Las desigualdades en el mercado de trabajo se están traduciendo en pensiones más bajas para las mujeres, que se enfrentan a mayores riesgos de pobreza en la vejez. Por lo general, las mujeres reciben salarios inferiores a los hombres por el mismo trabajo, además, suelen ser más propensas a aceptar trabajos de media jornada o a tomarse periodos de pausa para cuidar a sus familias. Por eso, el texto emplaza a la Comisión y a los Estados miembros a que tengan en cuenta estos factores en el cálculo de las pensiones.