ILIER NAVARRO - Ya sea como una tecnología integrada en el software de oficina, como una plataforma adaptada al trabajo de la asesoría jurídica o como un servicio a medida, la inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de agilizar el trabajo de los abogados in house. Se puede transformar en un “asistente” que aporte ideas, que haga resúmenes o que recorte los tiempos en el análisis de documentación abundante y grandes bases de datos.
Sin embargo, el reto no es menor: cada vez más trabajadores -y no solo los más jóvenes- están utilizando sistemas de IA externos a la compañía. Supone un desafío profesional para los abogados internos, por la implementación de medidas de control de riesgos asociados al uso de estos sistemas y para la creación de políticas claras y sencillas que guíen el uso de la IA en el negocio.
De todas estas implicaciones se habló en la primera mesa transversal sobre IA del II Congreso Aranzadi La Ley de Abogacía In House, en la que participaron Ana Esteban Loring, data protection officer en Evolutio Cloud Enabler; Rocío de Llobet, data protection officer y senior legal counsel en Olympic Broadcasting Services; José Luis Barceló Blanco-Steger, director de asesoría jurídica en Ilunion; Verónica Eguirón, senior data protection counsel de Axpo Group; y Asier Crespo, legal director de Microsoft Ibérica. Unas intervenciones que se centraron en experiencias prácticas y reales y que fueron moderadas por David de Falguera Llobet, senior manager de AI & Digital Law en EY.
Durante la charla hubo tiempo para compartir distintos aspectos prácticos sobre la implementación de la IA desde un punto de vista legal, así como los modelos de gobierno de esta tecnología y el rol de las asesorías jurídicas y del delegado de protección de datos (o DPO, por sus siglas en inglés). El foco también se puso en el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (RIA).
José Luis Barceló recordó que el área legal de Ilunion está apostando por trabajar reduciendo el uso de papel y por crear productos legales “casi automáticos” para estar muy cerca de las más de 70 mercantiles que integran el negocio. La transformación de la función legal se ha apoyado en la tecnología para ser más eficientes y productivos, aseguró. “Dimos el paso de integrar la función legal en herramientas que ya había en el mercado y creamos el autoservicio legal: las empresas pueden preparar contratos, presentarse a concursos, con recursos empaquetados en Sharepoint, en la que solo acceden quienes están autorizados”.
Con este paso, se libera a los abogados de tareas tediosas que puede realizar la máquina. Por ejemplo, mediante un lector, la IA puede introducir un enorme volumen de datos en la documentación. También supervisan toda la vida de un litigio mediante una aplicación. Los plazos para el desarrollo de las tareas se reducen de cinco minutos a pocos segundos, sostiene. “Hemos cambiado el concepto de asesorías jurídicas opacas y cerradas a asesorías más transparentes”, aseguró el representante de Ilunion, que considera que se ha cambiado a mejor la percepción de la asesoría jurídica que ahora es un área estratégica.
Por su parte, Asier Crespo explicó que en Microsoft llevan muchos años trabajando con la inteligencia artificial, aunque el gran salto se dio el 30 de noviembre de 2022, cuando Open AI lanzó ChatGPT en abierto y “cambió nuestra vida”. Recordó que las asesorías jurídicas cuentan con tres grandes categorías en herramientas de IA. La primera, de ofimática genérica, con integraciones como Copilot; la segunda, más específica, son soluciones diseñadas para el sector legal que utilizan la plataforma de Microsoft; y la tercera categoría, la más avanzada, en la que Microsoft es la plataforma donde los usuarios pueden construir sus propias soluciones hechas a medidas.
“¿Cómo podemos empezar? Probando con cosas que son cercanas”, señaló. Y puso el ejemplo de un bufete que tenía un pleito en el que la contraparte presentó un informe pericial. Al pedirle a Copilot que formulara 10 preguntas para rebatirlo, cinco eran preguntas válidas en las que ya habían pensado; tres eran preguntas erróneas, conocidas como “alucinaciones” de la IA; y las dos restantes eran válidas, pero el equipo de litigación no había pensado en ellas. Su uso, señaló, será como cuando nos lesionamos y pedimos que nos hagan una radiografía: “Que lo revise la IA dará más seguridad”.
Se trata de una herramienta que se utiliza en el trabajo diario y desde primera hora de la mañana, tal como señaló Verónica Eguiron. En su experiencia práctica, le ayuda a coordinar a abogados y a los DPO de 30 países diferentes y le ayuda a contrastar casos locales con la regulación de esos mercados. “Yo lo uso a diario para cualquier pregunta que me plantean. Yo tengo mi criterio y lo contrasto preguntando si hay alguna sanción o alguna regulación local que pueda condicionarlo”, aclaró.
Además, en cuanto a las políticas, subrayó que las directrices de la matriz exigen que sean muy sencillas y breves “con el objetivo de concienciar sobre qué es la IA, cómo identificarla. Hay que ser muy ágiles y poner el foco en el riesgo que queremos asumir porque por mucho que nos pueda ayudar la IA en nuestro día a día, no todo vale”. En este sentido, la especialista subrayó que es necesario que el gobierno corporativo llegue a todos los niveles de la organización y que la comunicación y la divulgación es fundamental para que “el mensaje vaya calando en el ADN de la empresa: es una responsabilidad de todos y cada uno de los empleados”, advirtió Eguirón.
Para Ana Esteban Loring, más allá del uso en el día a día en el departamento legal, lo ve como una herramienta que integra servicios cloud para empresas. “Los servicios de ciberseguridad se prestaban de una manera, con diferentes fuentes de información. La IA nos permite aunar todas esas fuentes disgregadas, que las bases de datos beban de una misma fuente y obtener los resultados en un tiempo más reducido”, señaló. Y agregó que también se pueden gestionar las alertas con informes más certeros, que se enriquezcan también con fuentes externas.
“Es importante la intervención humana es crítica para vigilar que no alucine y para la coherencia de los resultados”. En su rol de abogada, sostuvo que uno de los principales desafíos que afronta es cumplir con el tratamiento de datos de los sistemas de inteligencia artificial, dada la especial atención que pone el reglamento en la protección de datos personales.
En esto coincidió con Rocío de Llobet: “La normativa de protección de datos está intrínsecamente unida a la inteligencia artificial, que genera muchas interrogantes e incertidumbres que se deben ir resolviendo mediante sistemas de gobernanza que aprovechen sinergias de procesos que ya están en marcha”, advirtió. Junto con reconocer que conoce la IA y la usa a menudo, la implementación es distinta en el caso de asesorías jurídicas de grandes multinacionales o de departamentos más pequeños como el suyo, “donde no hay una necesidad de volumen, sino de proyectos más concretos”. En este sentido, considera que los resúmenes o las alertas son de gran ayuda, aunque aún es muy incipiente.
Para de Llobet, las políticas internas sobre esta tecnología deben ser “muy formativas, que incentiven el uso la IA con pruebas de concepto, buscando soluciones reales y que realmente la inversión aporte algo positivo en términos de coste-beneficio”. El acento se debe poner en obtener el máximo de beneficios, pero con seguridad. Destacó la utilidad para las empresas que desarrollen productos basados en IA de hacer un inventario de proyectos con distintos niveles de riesgo y que suele ser más seguro integrarla en productos que presentan un mayor grado de madurez en la compañía.
“Tiene mucho sentido introducir esta tecnología en usos masivos, como notificaciones y litigios. Saber comunicar el potencial de la IA y trasladarlo al negocio es importante: nos tienen que percibir como un aliado de la innovación y de la transformación del negocio y de la compañía, como aliados y no como stoppers, como se ha dicho en la sesión inaugural”, concluyó el moderador David de Falguera.
Congreso
El II Congreso Aranzadi La Ley de Abogacía In House y Derecho de los Negocios se celebra en el auditorio La Caja de Música, en Madrid, desde el martes 19 al miércoles 20 de noviembre con una amplia agenda de mesas y encuentros para debatir sobre los desafíos y las tendencias en la abogacía de empresa, las asesorías jurídicas internas de grandes empresas y los despachos de abogados que refuerzan su labor mediante el asesoramiento profesional externo.