El número de accidentes de trabajo mortales registrados durante el año 2007 se redujo un 12,6% en comparación con el año anterior. En términos absolutos fueron 122 accidentes mortales menos, al pasar de 966 entre enero y diciembre de 2006 a 844 en 2007, frente a una reducción de 24 entre 2005 y 2006. La cifra de accidentes mortales es la más baja en la serie histórica.
Este descenso confirma la línea que el registro de accidentes mortales ha venido manteniendo durante todo el año, y cierra 2007 con una diferencia porcentual de 10 puntos, ya que en 2006 el descenso interanual fue de 2,4% respecto a 2005.
Según los datos del Boletín de Estadísticas Laborales, desde 2005, que se cerró con un aumento del 3,7%, los accidentes mortales han descendido casi un 15,5%.
En 2007, no se produce variación respecto al año anterior en el número de accidentes con baja leves y bajan un 0,5% los graves. Por su parte los accidentes mortales "in itinere" bajan un 6,7% frente al 1,8% de descenso interanual registrado en 2006.
Nuevos riesgos
Por otro lado, el Observatorio Europeo de Riesgos señala nuevos riesgos psicosociales en los entornos de trabajo debido a los cambios que han supuesto la introducción de nuevas tecnologías, materiales y procesos de trabajo. Los cambios en el diseño, la organización y la gestión del trabajo pueden crear nuevas áreas de riesgo, lo que puede traducirse en un mayor estrés para el trabajador y, finalmente, puede llegar a causar un grave deterioro de la salud mental y física
- El trabajo precario representa una amenaza para la salud de los trabajadores
El trabajo precario se define, por lo general, como un empleo con baja remuneración y de baja calidad, con pocas oportunidades de formación y de avanzar en la carrera profesional. Las personas sujetas a contratos precarios suelen realizar las tareas más peligrosas, trabajar en peores condiciones y recibir menos formación en materia de prevención de SST. El trabajo en condiciones inestables puede ocasionar inseguridad, lo que acrecienta de manera significativa el estrés profesional. - La intensificación del trabajo provoca problemas de salud
Unos plazos estrictos, sumados a un ritmo elevado, hacen que un número cada vez mayor de trabajadores en la UE se vea sometido a una carga de trabajo elevada y una excesiva presión en el trabajo. La reducción de los lugares de trabajo, que aumenta el volumen de información que se maneja en el trabajo como resultado de las nuevas tecnologías de la comunicación y crea más demandas a repartir entre un menor número de trabajadores, también pueden provocar un mayor estrés laboral. - La violencia y el acoso ponen en peligro a los trabajadores
El problema de la violencia y el acoso en los lugares de trabajo genera gran preocupación. Aunque afecta a toda clase de profesiones y sectores de actividad, hay una alta prevalencia en los sectores de la asistencia sanitaria y de los servicios en general. La pérdida de autoestima, la ansiedad, la depresión e incluso el suicidio pueden ser las consecuencias. - El desequilibrio entre vida laboral y personal repercute en las familias
Con unas cargas de trabajo excesivas y unos horarios laborales inflexibles resulta más difícil lograr un equilibrio decente entre vida laboral y personal, en particular para las mujeres, que a menudo siguen realizando un “doble turno”, primero en el trabajo y luego en el hogar. Esto puede provocar estrés y otros efectos negativos en la salud de las personas, sobre todo cuando no existe la posibilidad de que los empleados ajusten las condiciones de trabajo a sus necesidades personales. Más del 40% de los empleados de la UE-27 que trabajaban muchas horas se sentían insatisfechos con el equilibrio entre su trabajo y su vida familiar.
