La Comisión Europea ha evaluado los programas de estabilidad actualizados de Irlanda, Grecia y España.

Respecto a España, considera la situación presupuestaria saneada, registrando las Administraciones Públicas superávit superiores a los fijados como objetivo a medio plazo, con un ratio de deuda relativamente bajo. El reto está en estimular el gasto dirigido a aumentar la productividad, a fin de favorecer un ajuste suave de la economía. Por lo que atañe a la sostenibilidad a largo plazo de la hacienda pública, España e Irlanda presentan un riesgo medio y se les insta a adoptar nuevas medidas orientadas a contener los efectos del envejecimiento de la población sobre el gasto; Grecia presenta aún un riesgo elevado, que exige proseguir con el proceso de saneamiento presupuestario y nuevas reformas del sistema de pensiones y el sistema de asistencia sanitaria.

La Comisión felicita a España por mantener objetivos ambiciosos, pese a la ralentización del crecimiento económico. Según manifestaciones de Joaquín Almunia, Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, los elevados superávit presupuestarios y el bajo nivel de endeudamiento ofrecen un margen de seguridad frente al posible descenso de los ingresos tributarios como consecuencia del actual ajuste del sector inmobiliario. El crecimiento seguirá siendo holgadamente superior a la media de la zona euro durante todo el período abarcado por el programa.

Se considera esencial estimular el gasto dirigido a aumentar la productividad, a fin de favorecer un ajuste suave de la economía, así como el gasto en I+D, en infraestructura y en educación, a fin de favorecer un ajuste suave de la economía frente a los desequilibrios exteriores, la contracción del sector inmobiliario y el actual diferencial de inflación con la zona euro.

Las previsiones son que el nivel de endeudamiento de España se sitúe en el 30 % en 2010, frente al 36 % de 2007 y casi el 60 % a principios de la presente década.