El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, explicó ayer a los embajadores españoles en el extranjero, y en especial a los que trabajan en los países de donde proceden los principales flujos migratorios, que "los flujos migratorios deben estar en consonancia con el mercado de trabajo", porque "las personas que vienen a nuestro país pretenden mejorar su situación económica de presente y de futuro". "La regulación de flujos y su vinculación al mercado de trabajo son el mejor instrumento para asegurar que esos objetivos se puedan cumplir", ha afirmado Corbacho.

El ministro dirigió estas palabras a los 130 diplomáticos que asistieron a la Conferencia de Embajadores de España, celebrada ayer en la sede de la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo).

Corbacho explicó que "la política articulada durante la pasada legislatura se mantiene intacta en su estructura", ya que se trata de una política "flexible y capaz de incorporar los cambios que se van produciendo en el escenario económico nacional y en el orden internacional". Por ello, "sirvió para una etapa de expansión y se halla perfectamente vigente para una etapa de contracción del mercado laboral como la actual".

En concreto, el titular de Trabajo e Inmigración afirmó que "en el nuevo escenario económico, con un significativo incremento del desempleo, es una prioridad promover la contratación interna", tanto de trabajadores nacionales como de residentes. "Cuando esta no pueda satisfacer las demandas de los empleadores, se recurrirá a la externa", añadió.

Principios rectores de la política de inmigración

Ante los embajadores, el ministro enumeró los principios que articulan la política de inmigración del Gobierno de España, que pasan por "la lucha contra la inmigración clandestina; la ordenación legal y ordenada de los flujos de inmigración y la promoción de una política activa de integración de los inmigrantes en la realidad social española".

El ministro concluyó que la estrecha cooperación con los países de origen y de tránsito de los flujos migratorios, no sólo para la regulación de los flujos, sino también para la lucha contra las razones últimas de los flujos migratorios -es decir, la pobreza y la falta de perspectivas en sus países de origen; constituye "el principio inspirador de toda la actuación del gobierno español en esta materia".