¿Cómo gestionan nuestros datos las grandes compañías tecnológicas? ¿Cómo se garantizan entornos digitales seguros para los usuarios? Encontrar una respuesta para ambas preguntas es una de las principales obsesiones de la Unión Europea, y la llegada de Threads este diciembre pasado refuerza aún más su interés por garantizar la protección de los derechos del ciudadano medio.
Esta nueva plataforma social ha de ser entendida directamente como una acción para que Meta tenga su Twitter particular; quiere recuperar su espíritu de diálogo digital, pero también sustituirlo para ampliar y diversificar sus herramientas de extracción de datos. En realidad, el gran eje de análisis debería centrarse en qué podemos esperar de Threads en cuanto al manejo de nuestra información personal.
Y es difícil pensar en su lanzamiento sin recordar los escándalos de Meta relacionados con la recopilación ilegal de información. Es el mismo modelo de negocio, la misma finalidad que tienen Facebook e Instagram: captación masiva de datos para su supuesta explotación comercial. Pero sabemos que pueden ir más allá y venderlos o incluso utilizarlos internamente para fines que ni siquiera imaginamos. Ya existen hechos constatados que justifican este razonamiento, como los procesos de propaganda política de Cambridge Analytica, que terminaron con Mark Zuckerberg testificando ante el Congreso de los Estados Unidos.
Incluso contamos con precedentes en los que Meta vulneró el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea. El caso más sonado: la multa de 1.200 millones de euros a Facebook por una violación de este reglamento, una de las mayores sanciones de la UE a una empresa tecnológica.
La interconexión con Instagram, otro factor de riesgo
Y si hay algo más que destaca desde el inicio de Threads es su vinculación con su plataforma hermana, Instagram. Los usuarios pueden trasladar toda su información y compartir contenido fácilmente de una red social a otra, pero también entraña peligros. La integración es total, pero eso reduce la libertad del usuario. Y ni siquiera hay una política de privacidad específica para Threads; la comparte con Instagram.
Precisamente en esa política de privacidad común se detalla que, bajo consentimiento previo, Meta puede utilizar información sensible como la orientación sexual, creencias religiosas, ideologías políticas u origen racial para mejorar sus servicios. Y ahí está el eje de su política extractiva, la verdadera dinámica peligrosa detrás de la gestión de las plataformas de Meta. Ese es el principal motivo, en última instancia, para mantenernos vigilantes como usuarios, pero sobre todo a nivel institucional.
