Irene Ruíz de Valbuena.- El Real Decreto-ley 15/2020, de 21 de abril, reduce el IVA de los libros, revistas y periódicos electrónicos al 4%, igualándolo al tipo aplicable a sus equivalentes en papel. Se trata de una medida muy esperada por el sector editorial, que ya llevaba tiempo reclamando la equiparación del tratamiento fiscal del libro electrónico respecto al libro en papel, y que llega en un momento en el que el consumo de los recursos digitales ha crecido considerablemente debido al confinamiento impuesto ante la crisis del Covid-19. De hecho, según un informe recientemente publicado por Libranda, la venta de libros digitales ha aumentado un 50% desde que se decretó el Estado de alarma.
Esta situación puede ser un punto de inflexión para que las publicaciones digitales, y en particular el libro electrónico, gane terreno frente a su equivalente en soporte papel, y no sólo en la lectura de ocio sino también en el ámbito profesional. Los abogados, forman parte de esos profesionales que en este período de confinamiento se han visto obligados a trabajar desde sus casas para mantener la actividad del despacho, sirviéndose para ello, casi en exclusiva, de herramientas digitales. Esta experiencia está empujando a los despachos a acelerar su transformación digital, cada uno, eso sí, desde un punto de partida distinto.
Los despachos apuestan por aumentar la adquisición de publicaciones electrónicas
“Ahora, más que nunca, nos hemos enfrentado de golpe a una realidad a la que se venían refiriendo los expertos desde hace años: las empresas, en todos los sectores, o son digitales o no serán” apuntan desde ECIJA. Unarealidad que, sin embargo, reconocen, “es el gran reto al que se enfrentan las asesorías jurídicas, sin perjuicio de la crisis ocasionada por el Covid-19”. Precisamente, la firma cuenta con una política paperless, que también se traslada a la inversión que hacen en todo el material y recursos destinados a sus profesionales. “Siempre hemos apostado por la digitalización y de ahí que actualmente nuestra mayor apuesta sea por el formato electrónico” afirman.
Éste es el caso también del bufete Muñoz Perea Abogados, en el que aproximadamente el 90% del presupuesto para adquirir publicaciones se destina a publicaciones en soporte electrónico, siendo esporádica la compra de libros en papel. Diego Muñoz-Perea Piñar, abogado y socio del despacho, celebra que se haya aprobado la reducción del impuesto para las publicaciones electrónicas, pero insiste en que “lo que no se entiende es por qué no se ha hecho antes tratándose del mismo servicio, pero con distinto formato”.
En el otro extremo, está el ejemplo del despacho Giménez-Salinas Abogados, cuyo socio-director, Juan Carlos Giménez-Salinas, señala que “todavía hay muchos profesionales que necesitan y prefieren la experiencia del formato papel” y por ello, en su bufete la proporción en cuanto a la adquisición de libros es 80% en papel y 20% en digital. Aunque añade que, en el despacho “se facilita a los profesionales el acceso a todos los artículos doctrinales y libros en formato digital a través de las bases de datos jurídicas electrónicas, la suscripción a revistas especializadas y los servicios de pago de biblioteconomía de los Colegios de Abogados”.
El abogado Alfonso Pacheco Cifuentes, también admite que en su despacho, las publicaciones profesionales se adquieren mayoritariamente en papel. A pesar de ello, opina que el IVA de los libros electrónicos, profesionales o no, debería haberse reducido hace mucho tiempo y lamenta que no se haya hecho hasta este momento, en el que debido a la situación “el profesional necesita el acceso al formato electrónico habida cuenta de la imposibilidad de desplazarse a una librería”.
Una de las opciones más habituales en los despachos a la hora de comprar libros o revistas profesionales, es la que se lleva a cabo en despachos como Araoz & Rueda, Elzaburu o Montero Aramburu, en los que se suele adquirir el libro en ambos soportes. “Hasta ahora, la adquisición de obras que estén exclusivamente en soporte digital es la excepción” explica Henar Pérez, directora del Centro de Documentación y KM de Araoz & Rueda. Pérez considera, además, que “dentro de lo difícil de la situación, este confinamiento está siendo una oportunidad para que los abogados tengan la opción de utilizar y valorar las herramientas digitales, lo que será útil para adoptar futuras decisiones relativas a documentación y biblioteca”.
En este sentido, Elisa Prieto, responsable de Gestión del Conocimiento de Elzaburu considera que la implantación de la información en formato digital es imparable. “El sector de los despachos ha sido un tanto reticente a transformar su modo de trabajo y aún se aferra a la información en papel, pero tras esta prueba de fuego, creo que todos tenemos claro que sólo es una cuestión de tiempo y voluntad”. Algo en lo que coincide Luis M. Latasa Vassallo, socio codirector del departamento Tecnologías de la información y Propiedad Intelectual de EJASO ETL Global, que valora esta experiencia como “decisiva para evidenciar la importancia de disponer de una infraestructura tecnológica segura y usable, que permita al profesional centrarse en las actividades de valor para sus clientes, y de unos procedimientos internos adaptados al uso de estas tecnologías”.
Por su parte, en CMS Albiñana & Suárez de Lezo, aunque reconocen que siguen adquiriendo libros en papel, en la mayoría de los casos han ido sustituyendo el papel por el formato digital, sobre todo en revistas jurídicas y publicaciones. “La mayoría del presupuesto destinado a la Gestión del Conocimiento se dedica a contenidos online y a publicaciones digitales” destaca Ana Gimeno, directora de Gestión del Conocimiento del despacho. Asimismo, Gimeno augura que, “cuando finalice el estado de alarma, estaremos ante una nueva realidad y sin duda alguna, la consolidación de herramientas digitales y publicaciones electrónicas formará parte de la misma”.
Rodrigo Gallego García, abogado de Montero Aramburu, va un paso más allá, y apuesta por el traslado del modelo de consumo en streaming - ya consolidando en otros ámbitos del sector cultural como la música, el cine o la televisión - al ámbito editorial. “Estaríamos hablando de la posibilidad de acceder a una biblioteca completa mediante un servicio de suscripción a cambio de un importe mensual” explica.
La rebaja del IVA como incentivo para aumentar la venta de libros digitales
En cuanto a si la rebaja del IVA aplicado a los libros electrónicos provocará un aumento en sus ventas, los despachos consultados, creen que, aunque se trata de un importante incentivo también existen otros factores a tener en cuenta a la hora de extender su consumo entre los abogados. “Si esa bajada se traduce en un menor PVP será un factor que promocione la adquisición de los libros online, pero no el único” asegura Juan Carlos Giménez-Salinas.
También la apuesta del mundo editorial por un formato digital que elimine las restricciones que las publicaciones electrónicas pudieran tener frente al papel, será decisiva. Plataformas como smarteca, desarrollada por Wolters Kluwer, que favorece una cómoda lectura, con la posibilidad de adaptar el tamaño de letra, subrayar, hacer anotaciones, copiar información, etc., son ya prueba de ello.
De lo que no cabe duda es de que la demanda del libro electrónico es cada vez mayor, incluso desde antes de la situación de confinamiento, como así lo corrobora el último Barómetro de Hábitos de Lectura, según el cual, la lectura en soporte digital continúa creciendo del 11,7% de 2012 hasta el 29,1% en 2019. Así pues, es de esperar que la reducción del IVA en las publicaciones digitales y la necesidad actual de permanecer en casa por la crisis del Covid-19, contribuyan a acelerar esta tendencia.