Nuria Méler.- El pasado mes de enero, la Agencia Vasca de Desarrollo Empresarial (SPRI) dio a conocer la existencia de BasKeep, «la plataforma vasca de inversión para la continuidad empresarial». Se trata de una herramienta digital que busca dotar de tecnología a uno de los objetivos de SPRI: la citada «continuidad de las empresas».
Como señala la propia web de la herramienta, los motivos para que una empresa acuda a BasKeep en busca de inversor pueden ser de diferente índole, no solo derivados de situaciones de insolvencia, pues la herramienta puede ser interesante también para empresas con otros tipos de dificultades: económico-financieras, empresas con riesgo de desaparición por falta de relevo generacional o de sucesión empresarial, empresas con necesidad de un nuevo socio inversor que aporte nuevo capital para asegurar su viabilidad y continuidad futura a largo plazo, o empresas que quieran y necesiten ganar dimensión, entre otras.
No obstante, lo cierto es que el anuncio y la puesta en marcha de BasKeep se hicieron coincidir en el tiempo con el protocolo general de actuación colaborativa, pactado entre la citada Agencia y el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV). Y es que el escenario de insolvencia empresarial puede ser uno de los supuestos más recurrentes en los que se acuda a BasKeep, al menos en un contexto postpandemia que ve cercano el fin de la moratoria concursal y, en consecuencia, una previsible avalancha de procedimientos concursales. De ahí la importancia de la presencia del TSJPV en el acuerdo, ya que los efectos del protocolo se despliegan a partir del momento en el que los juzgados vascos conozcan de las situaciones de insolvencia de las empresas, bien porque se inicien trámites de preconcurso, bien porque admitan solicitudes de concurso.
Para ello, será esencial el conocimiento de esta herramienta por parte de los administradores concursales, como figura crucial para la organización y gestión de los concursos de acreedores. Simplificando muchísimo, la función del administrador concursal, en el caso típico de intervención de las funciones de los administradores societarios, consiste en supervisar y complementar a estos en la gestión de la sociedad para conseguir un convenio o, fracasado este, sustituir sus facultades para llevar a cabo una ordenada liquidación. Desgraciadamente, en más de un 90% de los casos las empresas concursadas deberán afrontar la liquidación de sus activos, conforme a las normas del proceso concursal, y su demora trae consigo consecuencias económicas como la depreciación, pérdida y/o robo de activos, o el devengo innecesario de los créditos contra la masa (en general, los que nacen a partir de la fecha de la declaración del concurso). Además del estigma que entrar en concurso supone para las empresas.
El tiempo juega en contra del valor de los activos a liquidar, de modo que una actuación rápida puede llevar a conseguir salvar empresas, y con ellas, puestos de trabajo.
¿Cómo funciona?
BasKeep pretende atajar ese problema a través de «un espacio virtual seguro y confidencial, para que las empresas que atraviesan dificultades puedan atraer y conseguir propuestas de inversión, que les permitan continuar con su actividad y mantener los puestos de trabajo». Para ello, la herramienta ofrece la posibilidad de darse de alta, diferenciando según se trate de alguno de los dos perfiles a los que se dirige: uno para inversores y otro para los administradores concursales o representantes legales de las empresas en dificultades o empresas en busca de inversores.
En concreto, el citado Protocolo prevé que el TSJPV, empleando la vía establecida por el art. 162 LOPJ (LA LEY 1694/1985), ponga en conocimiento de los Juzgados de lo Mercantil radicados en la Comunidad Autónoma del País Vasco, la existencia de la plataforma BasKeep. Su objetivo es posibilitar la colaboración de las empresas que hayan comunicado la apertura de negociaciones con sus acreedores para alcanzar un acuerdo extrajudicial de pagos, así como la colaboración de la administración concursal de empresas declaradas en concurso (y, en su caso, de estas últimas), una vez aceptado el cargo, y siempre que la actividad de la empresa en concurso o pre-concurso sea industrial y/o de servicios conexos, para la cumplimentación del proceso de alta en BasKeep.
Este proceso de alta pide una serie de datos, según se trate de inversores o de empresas. Con esa información, que permanece anónima, secreta y confidencial, la herramienta, así como las personas que están trabajando constantemente detrás de ella, buscan puntos de encuentro entre unos y otros. Así, las empresas pasan a formar parte de una plataforma capaz de proporcionar información adecuada a las preferencias de los distintos inversores y encontrar así la solución más ventajosa para su negocio. Por su parte, los inversores disponen de un espacio de oportunidades de inversión, donde pueden segmentar la búsqueda en función de sus intereses. La información de la empresa seguirá siendo anónima y confidencial hasta que se vayan dando los pasos pertinentes y las partes decidan ponerse en contacto directo. Hasta entonces, al inversos solo se le irá adelantando parte de la información, para que pueda ir conociendo la situación de la empresa, preservando su anonimato.
En todo caso, «BasKeep no actúa nunca como marketplace», indican los responsables de la plataforma, de modo que las operaciones no se cierran en dicha herramienta, sino al margen de ella.
Otras experiencias de colaboración pública
Cataluña siempre ha estado en la vanguardia del Derecho concursal, y son frecuentes las acciones pioneras por parte de sus jueces de lo Mercantil. Como ejemplo relacionado con la materia que nos ocupa, cabe destacar las directrices Pre-pack que estos jueces elaboraron el 21 de enero de 2021. Con esta figura no prevista aún en la normativa concursal, se superan los inconvenientes de tener que esperar a la declaración del concurso y sus tiempos, y los propios de la administración concursal, para dar inicio a operaciones sobre los activos del deudor, con la irremediable pérdida de valor de los mismos y de puestos de trabajo.
Pero ese carácter precursor se atribuye también al resto de profesionales de la insolvencia catalanes, en especial abogados y administradores concursales. Y, junto a ellos, no cabe olvidar el papel de la Conselleria d’Industria de la Generalitat, pues aporta también experiencias de colaboración desde el ámbito público en este tipo de procesos concursales (no solo de pre-pack), ofreciendo instrumentos para la búsqueda de alternativas, tanto en el ámbito industrial como en el financiero, para, bajo el amparo de los jueces, dar la máxima credibilidad y transparencia al proceso, cuando se reclama esta colaboración.
Fin de la moratoria concursal y futura reforma concursal
El 30 de junio próximo es una fecha clave para los concursalistas, pues ese día termina la moratoria concursal y, salvo que se produzca una nueva prórroga, con ella termina la suspensión del deber del deudor de solicitar la declaración de concurso, suspensión que se ha mantenido durante toda la pandemia. Los expertos auguran que ese podría ser el detonante de una avalancha de concursos, para la cual conviene ir preparándose. Herramientas con BasKeep, utilizadas con la debida antelación, pueden evitar que la carga de trabajo que pueda generarse en los juzgados ralentice el éxito de operaciones que puedan salvar empresas.
Pero también es la fecha en la que podría estar ya vigente la reforma concursal que se tramita en estos momentos en el Parlamento y que obligará a un reciclaje forzoso a los profesionales de la insolvencia, pues introduce cambios muy relevantes en materias relacionadas con la liquidación concursal. También incorpora al texto normativo la figura del pre-pack, que hasta ahora no estaba regulada; modifica totalmente el preconcurso, de modo que dejaremos de hablar de acuerdos de refinanciación o acuerdos extrajudiciales de pagos, que se sustituyen por las reestructuraciones; y, por si fuera poco, configura un procedimiento especial de insolvencia para las microempresas, considerando que lo son, en general, las que tengan menos de 10 trabajadores y menos de 2 millones de pasivo o de volumen de negocio.
La necesaria transformación digital de los administradores concursales
Las funciones que asume el administrador concursal son de gran relevancia, más si cabe en tiempos de crisis económica por COVID-19, reformas concursales y transformación digital. El reto de apostar por la tecnología como aliada de los administradores concursales, para una realización más eficiente, transparente y segura de la actividad que se le encomienda, no parece baladí. Para ello, es posible acudir a herramientas como Gioconda Gestión Concursal y Gioconda Subastas y Liquidaciones, con las que la tecnología alivia la carga de trabajo en el concurso, liberándoles de algunas tareas, automatizables, que les restan tiempo para el desempeño de su verdadera, compleja e importante función. Y permiten adelantar soluciones de éxito para el concurso.
Además, su combinación con iniciativas como BasKeep aportan otro componente de digitalización porque, a la experiencia que aportan la colaboración pública y el amparo judicial, se añade la propia creación de una plataforma online que sirve de lugar de encuentro entre inversores y empresas, al servicio de los administradores concursales, para que puedan actuar con agilidad, credibilidad y transparencia.
