Un policía municipal de Logroño tendrá que afrontar dos años de prisión por un delito de infidelidad en la custodia de documentos, al destruir el atestado del accidente de coche en el que se encontraban envueltos su hija y su yerno. La sentencia condenatoria ha sido emitida por la Audiencia Provincial de la Rioja, tras el pronunciamiento de un jurado popular compuesto por nueve ciudadanos sin conocimientos en Derecho. El tribunal ratifica también la condena a cinco años de inhabilitación especial para cargo público para el agente, y a 15 meses de multa, a razón de 8 euros por día por los hechos cometidos.
La resolución, de 27 de noviembre de 2019, está disponible en este enlace.
Tiras de alcoholemia positivas
Según los hechos, el policía condenado se encontraba trabajando en el servicio de atestados de las dependencias policiales de Logroño. Allí se encargaba de la guardia y gestión de los testimonios que firmaban a lo largo de sus jornadas otros agentes.
Tal como constató el registro de llamadas de los implicados, el día del accidente el acusado habló por teléfono con su yerno. Y justo después de la conversación, dos agentes del mismo departamento (también acusados, pero finalmente absueltos) aseguran que el agente sacó un fichero del archivo y lo destruyó en la máquina picadora. No supieron de qué documento se trataba. Pero posteriormente, advirtieron que faltaba un atestado policial.
Tras asegurarse que el documento faltaba, denunciaron el caso a sus superiores, y tras una investigación, llegaron a la conclusión de que el dossier destruído pertenecía a un accidente de tráfico con tiras de pruebas de alcoholemia positivas. Pudieron conocer esta información al cotejar las conocidas como “copias azules”, réplicas del atestado original que se crean en el momento de su redacción. Estas copias se salvaron de ser destruidas, algo que fue esencial para concluir el contenido de los documentos destruidos.
Un delito de infidelidad de custodia de documentos
El jurado ha considerado que existen pruebas suficientes para concluir que el atestado que faltaba era precisamente el correspondiente al accidente en el que estaba involucrada la hija del acusado.
Las pruebas que han fundamentado su veredicto son el registro de llamadas del agente y las grabaciones de las cámaras de la oficina, en las que se muestra cómo el policía destruye los documentos sin dar explicación tras una llamada de teléfono.
El delito de infidelidad en la custodia de documentos está previsto y penado en el artículo 413 del Código Penal. Esta norma sanciona a “la autoridad o funcionario público que, a sabiendas, sustrajere, destruyere, inutilizare u ocultare, total o parcialmente, documentos cuya custodia le esté encomendada por razón de su cargo". Las penas que prevé pueden llegar a los 4 años de prisión, multas de 7 a 24 meses e inhabilitación de entre 3 a 6 años.
La Audiencia Provincial de La Rioja estima la petición de las acusaciones, que coincidían en que se condenara al acusado a dos años de prisión. Una pena que el tribunal ha considerado adecuada, en vista del daño causado por el policía, ya que destruyó “quizás el documento más importante que debe redactar y con el que se relaciona un agente de Policía”.
Es más, los documentos constituían “una eventual prueba documental” para demostrar la existencia de una infracción, algo que agrava su comportamiento, según se ha destacado en el fallo. Asimismo, los documentos destruidos eran “originales no sustituibles”, lo que también justifica la gravedad de la sanción de prisión e inhabilitación impuesta.