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13/12/2016 11:28:34 CFH CIBERDERECHO 5 minutos

Coches autónomos: últimas cuestiones legales

El lanzamiento y futura generalización de los vehículos autónomos o autoconducidos plantea numerosas cuestiones legales sobre su régimen jurídico, la responsabilidad derivada de su uso y sistema de aseguramiento. Estas son las conclusiones a las que se llegaron en el primer congreso sobre aspectos legales de la robótica.

 Los coches autónomos o autoconducidos parecen destinados a convertirse en algo habitual en nuestras carreteras en un futuro no muy lejano.

Sin embargo, la actual falta de regulación legal sobre su carácter, requisitos y régimen legal dejan abiertas por el momento numerosas interrogantes.

Por ello, el reciente primer congreso sobre aspectos legales de la robótica, organizado por la Fundación FIDE, dedicó una ponencia a este tema, cuyas principales conclusiones recoge el Diario la Ley, en su nueva sección Ciberderecho, y que publicamos a continuación.

¿Son seguros los coches autónomos?

Desde un punto de vista técnico, la respuesta a esta pregunta es afirmativa. Los coches autónomos evitan varios de los principales factores de riesgo que concurren en la conducción por los humanos: estos vehículos no beben, no se cansan, no se distraen y no se duermen.

Además, su tiempo de respuesta ante imprevistos es mucho menor pues, como señaló Alejandro Touriño, socio director de Écija, el tiempo de reacción de un conductor humanos ante la necesidad de realizar una frenada de emergencia es de 2 a 3 segundos, mientras que el de un coche autoconducido es de 2 a 3 décimas de segundo.

Sin embargo, como recordó el moderador de la mesa y socio de PWC, Carlos Rodríguez Sau, según encuestas realizadas, las principales preocupaciones de los usuarios sobre estos vehículos son, pon una parte, el riesgo de perder el control sobre los mismos, y por otro, el mal uso que pueda hacerse de la enorme cantidad de información que estos coches recogen durante su utilización (recorridos del usuario, frecuencia de los mismos, puntos de interés, horarios, número de ocupantes del vehículo, etc.).

En cuanto a la primera de estas cuestiones, Touriño señaló que, dado que estos coches utilizan un alto número de sistemas informáticos, el riesgo de ciberataques o craking resulta evidente, por lo que habrá que tomar medidas preventivas al respecto.

Por otro lado, en cuanto a la privacidad de los datos obtenidos por el vehículo, la pregunta que se debe responder es quien custodia esos datos. Pero, además, existe el factor de que esos datos pueden servir de prueba en caso de accidente o de daños, lo que también plantea interrogantes jurídicos.

La regulación de los coches autónomos

Alejandro Touriño destacó que por el momento en España no se dispone de una normativa específica sobre este tipo de vehículos. Además, nuestro país no es parte de la Convención de Viena de 1968 sobre seguridad vial y, sin embargo, en marzo de 2016 entraron en vigor las enmiendas a dicha que autorizan expresamente aquellas tecnologías que permiten traspasar las funciones de conducción al vehículo, siempre que los dispositivos cumplan con los reglamentos sobre vehículos de la ONU o que puedan ser invalidados o desconectados por el conductor.

En todo caso, y aunque no estén todavía incorporados a la normativa internacional, ya se están utilizando diversos mecanismos que, en determinadas circunstancias de conducción, toman el control del vehículo bajo la supervisión del conductor, como son el sistema de mantenimiento de carril, que permite al coche adoptar medidas de corrección si detecta que el automóvil abandona la vía accidentalmente; el sistema de aparcamiento asistido; o el piloto automático en autopista, que permite al vehículo con sistema de conducción automática circular a velocidades altas en estas vías.

En todo caso, quedan también pendientes temas relativos a la armonización de las leyes locales, nacionales e internacionales sobre estos vehículos, incluyendo aspectos como su matriculación y registro; su funcionamiento seguro (incluyendo cuestiones éticas sobre toma de decisiones que puedan implicar la puesta en riesgo de la integridad de otras personas o bienes); ciberseguridad; interacción hombre-máquina y formación del conductor.

Factores de riesgo asociados a los coches autónomos

Gonzalo Iturmendi, socio director del bufete Iturmendi, los vehículos autónomos deben poder conducirse por ellos mismos, decidiendo sobre itinerarios y acciones relacionadas con la conducción, con niveles óptimos de seguridad.

Por ello, pueden identificarse como vulnerabilidades asociadas a su conducción: a) el propio vehículo, b) el entorno en el que se mueve y c) las redes de comunicación que requieren para su funcionamiento.

Es importante destacar que en materia de circulación de vehículos, la responsabilidad por daños es prácticamente objetiva, salvo que se acredite culpa del perjudicado o fuerza mayor. Sin embargo esta fuerza mayor, según la ley, excluye los defectos propios del vehículo, lo que posiblemente determine que, al menos en un período inicial, estos vehículos no sean plenamente autónomos.

Sin embargo, una vez que la técnica avance lo suficiente, se deberá superar la Convención de Viena tomando en cuenta la nueva realidad y muy en especial el principio de protección de la víctima, así como que no todos los países tienen implantado con carácter obligatorio un seguro de responsabilidad civil asociado al uso de estos vehículos, ni un Consorcio de Compensación de Seguros.

A su vez esto va a requerir una adecuación del sector asegurador pues, aunque inicialmente las aseguradoras cubran los daños causados por estos vehículos autónomos, parece muy previsible la reiteración de acciones de regreso de estas contra los fabricantes de las distintas piezas de los vehículos que intervengan en su conducción autónoma.

En opinión de Iturmendi esto no tiene porqué implicar un encarecimiento del precio del seguro del vehículo, aunque previsiblemente sí del de sus diferentes componentes.

La necesaria adaptación de las vías a la circulación de vehículos autónomos

Ambos expertos coincidieron en que la generalización de este tipo de vehículos va a requerir la introducción de numerosos cambios en cuanto a la señalización de calles, tramos, cruces, semáforos, etc.

Como ha señalado algún autor, los vehículos inteligentes van a necesidad unas calles también inteligentes para poder circular por ellas.

En opinión de Alejandro Touriño esta transición va a ser complicada y el cambio necesariamente progresivo, pues previsiblemente en un momento dado puedan llegar a circular a la vez vehículos con diferentes niveles de autonomía (dadas las posibles diferentes versiones del software utilizado), lo cual puede dar lugar a situaciones de riesgo que convendrá prevenir.

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