José Manuel Maza, Fiscal General del Estado desde el 25 de noviembre de 2016, fallecía inesperadamente en Buenos Aires este sábado, 18 de noviembre, dejando un vacío en el mundo jurídico.

Se encontraba en la capital argentina participando en la asamblea de la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos cuando se sintió indispuesto por una infección por la que fue hospitalizado. Desgraciadamente el proceso derivó en una infección renal aguda que no superó, falleciendo al día siguiente de su ingreso.

Inmediatamente se conocían las primeras muestras de condolencia. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy mostraba en un tuit su "reconocimiento y agradecimiento por una vida de trabajo al servicio del Estado", y Rafael Catalá, ministro de Justicia y muy próximo a Maza, lamentaba la pérdida de "un extraordinario jurista y servidor público" y lamentaba "la justicia y el derecho pierden a uno de sus más destacados profesionales". Catalá ha escrito un artículo publicado en los diarios ABC y La Razón, en el que elogia a Maza, un hombre que "defendió la ley hasta sus últimas consecuencias, sabiendo también que en esa defensa estaba también la protección de nuestra libertad y los derechos fundamentales".

Las tres asociaciones de fiscales, sus compañeros, han mostrado unánimemente su pesar por su pérdida en un comunicado conjunto en el que reconocen "no sólo la valía de un gran jurista, sino de un hombre bueno". Un sentido pésame que reconoce su labor al frente de la insitución fiscal. Dice el comunicado: "el Ministerio Fiscal le debe un especial reconocimiento no sólo porque en este tiempo se hizo con nosotros un fiscal más sino porque entendió lo que era ser fiscal: la fidelidad y la lealtad a la institución".

Por su parte, el Consejo General del Poder Judicial, ha emitido un comunicado en el que el órgano de gobierno de los jueces muestra su tristeza y destacan de la figura de Maza "su honda vocación de servicio a lo largo de su trayectoria tanto en la Carrera Judicial como en la Fiscal". Sus compañeros en el Tribunal Supremo (fue magistrado de su Sala Segunda) manifiestan su "más profundo pesar" por el fallecimiento de José Manuel Maza, al que "recordaremos su extraordinaria calidad humana, su lucidez y su integridad profundas y, sobre todo, su abnegado servicio a España".

La abogacía y los procuradores han mostrado sus condolencias a través de las redes sociales. La presidenta del Consejo General de la Abogacía, Victoria Ortega, daba su pésame a través de un tuit. Twitter era también el medio a través del que el Consejo General de Procuradores de España mostraba su tristeza: "el CGPE quiere hacer constar su dolor por el fallecimiento del Fiscal General del Estado, así como transmitir su más sincero pésame a su familia. Perdemos a un magnífico servidor público y a un gran magistrado".

La prensa también se ha volcado en el adiós a José Manuel Maza. Acijur, Asociación de Comunicadores e Informadores Jurídicos, destaca en un comunicado que "José Manuel Maza fue, sobre todo, un gran jurista y un hombre bueno y que mantuvo siempre una más que correcta relación con los medios de comunicación. Los informadores que cubren habitualmente los tribunales de Justicia siempre recordarán el exquisito trato y comprensión hacia su labor que mostraba el hasta hoy fiscal general".

Semblante de un excelente jurista

José Manuel Maza tenía 66 años cuando fallecía en Buenos Aires. Licenciado en Derecho e Historia por la Universidad Complutense de Madrid, donde también se diplomó en Criminología, ingresó en la Carrera Judicial en 1975, y en la Carrera Fiscal en 1978, donde fue el primero de su promoción.

Fue abogado, juez decano de Madrid, portavoz de la asociación conservadora de jueces y magistrados Unión Judicial Independiente (UJI), presidente de la sección primera en la Audiencia Provincial de Madrid y en 2002 fue nombrado magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo (Sala Penal). Como magistrado del Supremo será recordado, entre otras cosas, por desarrollar mediante sentencia la responsabilidad penal de las personas jurídicas, incluida en el Código Penal en 2010. En febrero de 2016 fue ponente de una sentencia de la Sala Segunda en la que se apreció, por primera vez, la responsabilidad penal de las personas jurídicas de las empresas, de acuerdo con el artículo 31 bis del Código Penal.

Se trató de una resolución que muchos despachos de abogados destacaron por su dureza y que marca un precedente para muchas empresas. Los magistrados ya advirtieron de situaciones futuras donde podían producirse conflictos de intereses procesales entre las personas físicas acusadas del delito y las personas jurídicas que sean representadas por esas mismas personas físicas, lo que podría originar una conculcación efectiva del derecho de defensa de la empresa.

Además de su trabajo como magistrado, José Manuel Maza también escribió libros de derecho penal, entre ellos, el "Manual de Psiquiatría Legal y Forense".

Un intenso año en el cargo

José Manuel Maza iba a cumplir un año al frente del ministerio público, un año que no le resultó nada fácil. Tras su fallecimiento será Luis Navajas, actual teniente fiscal del Tribunal Supremo, quien le sustituirá en el cargo provisionalmente, hasta que se nombre a su sucesor.

En este periodo como Fiscal General, Maza ha tenido que hacer frente a varias situaciones críticas. La primera de estas tempestades fue cuando los llamados "papeles de Panamá" salpicaban al entonces fiscal anticorrupción Manuel Moix, que, tras reconocer la participación en una sociedad off shore, dimitía de su cargo. José Manuel Maza defendió públicamente a Moix, señalando que su comportamiento no era ilegal y que no había incurrido en incompatibilidad con el cargo.

Durante su mandato, Maza siempre defendió la autonomía de la institución, abogando por la reforma que deje en manos de los fiscales la instrucción de las causas penales, como medio para acabar con la lentitud de la justicia, un mal endémico que preocupaba mucho a Maza.

Muy recientemente, el fallecido Fiscal General del Estado, tomaba las riendas en la respuesta penal al desafío independentista, firmando las querellas por rebelión, sedición y malversación de los miembros del cesado Govern de Cataluña, con Carles Puigdemont a la cabeza.