Se trata, dicho de un modo más simple, de que la Seguridad Social no sigua soportando financieramente gastos que no le son propios. Es decir, tanto el coste asociado a complementos para que determinados beneficiarios lleguen a la pensión mínima como otras prestaciones de naturaleza no contributiva que venía costeando. 

Adaptación permanente

A juicio del secretario de Estado de Seguridad Social, la crisis económica actual no justifica un cambio de modelo, pero si la consecución de reformas adecuadas y bien concebidas de un sistema público de pensiones que "constituye el baluarte esencial de la política de bienestar".

Tomás Burgos repasó algunos de los retos de futuro del Sistema, haciendo especial hincapié en las reducciones en materia de cotización, los incentivos en el mercado laboral, las bonificaciones para el fomento de la contratación indefinida de apoyo a los emprendedores y  el impulso de la contratación a tiempo parcial  como instrumento de creación de empleo.

En su intervención en la clausura de la jornada organizada por el BBVA, Burgos habló también del hecho de que la jubilación parcial no esté cumpliendo su función originaria de transmisión de conocimientos, en un marco de envejecimiento activo y de incorporación de trabajadores jóvenes a la empresa. "La realidad es que la jubilación parcial se ha utilizado exclusivamente como una forma privilegiada de jubilación anticipada en la que todos los costes son asumidos por el sistema de Seguridad Social", dijo el secretario de Estado.

Tomás Burgos mencionó, por otra parte, el sistema complementario de pensiones, del que dijo que "no compite con el sistema público, sino que le permite atender demandas básicas de suficiencia económica y solidaridad, mientras extiende el radio de cobertura social desde la libre decisión personal o la negociación colectiva".