El Tribunal Supremo ha condenado al Estado a pagar una indemnización de 480.000 euros a una pareja cuyo hijo nació con una minusvalía del 76% debido a que el Hospital que atendió a la madre de una toxoplasmosis no la detectó en el bebé, que terminó desarrollándola, además de otras afecciones.

De esta forma el Tribunal incrementa de 270.456 euros (cantidad impuesta en su día por la Audiencia Nacional) a 480.000 euros la indemnización que la Administración del Estado deberá pagar estimando que la primera cifra "no es suficiente" para compensar a los padres por los gastos que se "derivan de la atención por parte de una persona cualificada" de su hijo.

La mujer ingresó en julio de 1995 en el Servicio de Urgencias de un Hospital de Cáceres, en el que se le realizaron varias pruebas, entre ellas una ecografía, en las que no se detectó que el feto presentara signos de toxoplasmosis. No obstante, el bebé nació en febrero de 1996 padeciendo esta enfermedad, además de hidrocefalia y meningitis, entre otras.

El argumento del Supremo para la ampliación de la indemnización es que "ha de tenerse en cuenta que la indemnización y la reparación del daño ha de ser integral y el niño tiene, cuando se resuelve este recurso, ya cumplida una edad suficiente para considerar como razonable la necesidad de asistencia de una persona que le atienda en su desenvolvimiento".