Desde hace años la OCU recomienda vender las acciones de Martinsa-Fadesa y abstenerse de comprar vivienda sobre plano en épocas turbulentas en el sector inmobiliario. Con todo, es posible que entre sus socios haya personas perjudicadas por los problemas que atraviesa esta sociedad.
Resumiendo la situación y el proceso que se va a seguir:
- La empresa endeudada proseguirá su actividad, pero lo hará bajo la supervisión de los administradores concursales, que también estudiarán las deudas y activos existentes. Además, se fijará un plazo para que la empresa y sus acreedores alcancen un acuerdo o "convenio" sobre las deudas (por desgracia y en contra de lo que la OCU solicita, los consumidores no se consideran acreedores privilegiados y poco pueden hacer en esta fase). En teoría, el plazo máximo para alcanzar el convenio es de un año, pero en la práctica puede alargarse: el último concurso de acreedores de una empresa cotizada, Española de Zinc, llegó tras dos años y medio de negociación.
- Los compradores de vivienda deben ser pacientes. Tanto los representantes del Gobierno como la propia compañía han afirmado que las viviendas pendientes se acabarán. Pero, suponiendo que así sea, difícilmente se evitarán los retrasos, debido a los problemas de liquidez y a la reducción de personal prevista. Lo lógico sería que los gestores de la compañía dieran prioridad a las viviendas que estén más cerca de concluirse, para poder entregarlas y cobrar el precio restante. Si usted es un comprador a la espera, conserve los justificantes de todos los gastos que le acarree el retraso (por ejemplo, el pago de un alquiler), para posibles reclamaciones futuras.
- Quienes hayan anticipado cantidades a cuenta por viviendas no iniciadas o en construcción han debido recibir, por imperativo legal, un documento escrito que recoja un aval o seguro por el importe de dichas cantidades. Si se acredita que las obras no se han iniciado o concluido en el plazo pactado, los clientes pueden rescindir el contrato de compraventa, ejecutar el aval y recuperar su dinero junto con el interés legal del 6%. Mientras el cliente no acredite fehacientemente tales extremos, debe seguir afrontando sus obligaciones de pago, para no perder derechos.
- Si algún comprador ha adelantado dinero sin recibir el documento del seguro o aval, deberá comunicárselo a la administración concursal para que esa suma se incluya en el conjunto de las deudas de la sociedad; una vez resuelto el concurso, sabrá si puede o no recuperar una parte del dinero. La comunicación debe hacerse en el plazo máximo de un mes desde la última de las publicaciones del auto del concurso, que se pone habitualmente en varios periódicos de tirada nacional.
- Los accionistas sólo pueden armarse de paciencia. La Comisión Nacional del Mercado de Valores suspendió la cotización en bolsa de Martinsa-Fadesa el 14 de julio, como suele hacer con las empresas que solicitan un concurso de acreedores. Mientras dure la suspensión, la empresa no reparte dividendos ni hace operaciones que supongan una transmisión de fondos a los accionistas Los accionistas, a su vez, no pueden desprenderse de las acciones, salvo que las vendan fuera de la Bolsa al precio que pacten con el comprador, lo que suele estar fuera del alcance del pequeño accionista.