El derecho aplica en cada relación jurídica con base en la forma en la cual existan sus hechos. Frente a la inteligencia artificial (IA) los hechos de la relación jurídica vinculados por este producto pueden ser fáciles de descifrar jurídicamente –es decir, de una forma que permiten saber directamente cómo aplican los derechos y deberes ante ello– o ser complejos de calificar jurídicamente –es decir, ser de una forma implica un mayor esfuerzo para determinar cómo aplican/proceden los derechos y deberes en cuanto a su contenido/efecto–.

En definitiva, se trata de detectar y atender (jurídicamente) el –todo del– hecho de la forma de la existencia de la relación jurídica que contenga una IA. Es decir, (del hecho) de la forma en la cual exista (existe) dicha relación. Al ser la (única) manera de saber cómo se deben cumplir los derechos y deberes en tal contexto. Porque la aplicación/procedencia de los derechos y deberes no se define por partes sino con base en –el todo de– la relación jurídica. Ya que todo está conectado.

El que los derechos y deberes aplican significa en su plenitud/totalmente –es la única forma de aplicarlos /es la (única) forma de su existencia, es la forma como existen–. Por eso, un derecho/deber aplica según como exista el (todo del) hecho donde aplique. De hecho, esta es la solución. Si se aclara cómo existe cada relación jurídica se conoce cómo le aplican los derechos y deberes (cómo aplican los derechos y deberes en cuanto a dicho hecho).

Entonces, más que de casos simples y complejos (más que de formas simples y complejas de aplicación del derecho –es decir, en relación con la forma de aplicar el derecho, es decir, con la forma de lograr aplicar el derecho, es decir, los derechos y deberes–) lo determinante es conocer y aplicar el derecho. Por eso, se debe conocer el fundamento del derecho. Porque es lo que define cómo existen (por ende, cómo aplican/proceden) los derechos y deberes. Al ser la forma mediante la cual se indican las características de los derechos y deberes y, propiamente, la forma en la cual existen (las partes y el todo) de los derechos y deberes –de cada derecho y deber–.

Basta con conocer y aplicar esto en relación con la IA. Superando confusiones sobre la completitud/vigencia/eficacia del derecho ante la IA. Se trata de la suficiencia de conocimiento jurídico y de la capacidad de aplicarlo. A la medida de cada relación jurídica que incluya una IA. Por ende, se debe conocer lo abstracto del derecho (la forma –general– de la existencia de los derechos y deberes) y concretarlo a la medida de cada caso (relación jurídica) cuyos hechos impliquen la existencia de la (una) IA.

Lo cual permite concluir que el derecho es universal. Aplicable según los hechos donde procedan los derechos y deberes. Incluidos los relacionados con la IA. El abogado debe conocer y poder cumplir con el deber ser definido en los principios del derecho, las reglas jurídicas que los especifican y, en general, el fundamento jurídico. Este es el deber ser jurídico frente a la IA. Propiamente, el deber ser jurídico de la relación (jurídica) que contiene –contenga– una IA.

Por eso, la IA válida es la que existe con base en la armonización de los derechos y deberes en relación con ella (con este producto). Gracias a la aplicación de lo indicado. A la medida de cada relación jurídica donde exista. En eso consiste la autorregulación válida (es decir, la diligencia –el cumplimiento del derecho–). En relación con la IA.

Prof. Dr. Camilo Alfonso Escobar Mora es fundador de JURÍDIA ¹

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