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14/10/2014 13:41:00 Redacción NJ Trastorno de negación del embarazo 4 minutos

Una sentencia que aplica por primera vez la eximente incompleta de trastorno de negación del embarazo

La procesada estaba acusada de matar a su bebé recién nacido en el momento de dar a luz, pero la sentencia estima probado que padecía una afección de negación del embarazo --por el cual una mujer encinta no es consciente de serlo--, una circunstancia que se unió al dolor del parto y a una capacidad intelectual limitada.

sentencia del juzgado de lo Penal número 2 de Valencia, de fecha 12 de septiembre, recoge el acuerdo de conformidad alcanzado por las partes antes de la celebración de la vista. Ministerio fiscal y defensa, para, con la aprobación de la acusada, calificar unos hechos de homicidio imprudente con la eximente incompleta de trastorno mental, por lo que pidieron diez meses de prisión para la joven, una pena cuya ejecución ha quedado suspendida.

La procesada, una joven de 28 años estaba acusada de matar a su bebé recién nacido en el momento de dar a luz, pero la sentencia estima probado que padecía una afección de negación del embarazo, una circunstancia que se unió al dolor del parto y a una capacidad intelectual limitada. 

Según Julio Sánchez, el letrado de la mujer, ésta es la primera vez que se reconoce y se aplica este trastorno en España, aunque puede haberse planteado en alguna otra ocasión.

Los hechos

Según se considera probado, la joven, se encontraba en su domicilio de Valencia junto con su pareja y, como sentía "fuertes dolores abdominales", acudió al baño, donde dio a luz a una niña sin que hasta ese momento supiera que estaba embarazada. Durante las maniobras del parto, y en el "desconocimiento de su situación", utilizó una lima de uñas con la que causó a la bebé unas heridas superficiales y otra incisa que le penetró en la cavidad pleural, lo que le produjo una contusión en uno de los pulmones.

Posteriormente la joven cortó el cordón umbilical al bebé, que colocó sobre una toalla, aunque no lo anudó, por lo que sufrió una hemorragia externa que le causó una anemia generalizada que motivó, con la lesión del pulmón y una hipotermia, la muerte de la recién nacida.

En ese momento, la chica sufría un trastorno conocido como "de negación del embarazo", que se unió al dolor agudo, continuo y persistente del parto, el miedo y la angustia por lo que pasaba y una capacidad intelectual limitada. Todo ello le provocó una disminución de su capacidad intelectiva y volitiva, lo que le impedía conocer plenamente el alcance de sus actos.

Suspensión de la ejecución de la condena

No obstante la condena, se ha acordado la suspensión de la ejecución durante un periodo de dos años, condicionada a que no vuelva a delinquir en ese periodo, dado que cumple los requisitos establecidos en la ley para concederle ese beneficio.

Las pruebas de la defensa

El letrado defensor de la joven ha explicado que llegó al convencimiento del trastorno que padecía la chica --de 26 años en el momento de dar a luz-- dado el "rastro de pruebas" que fue dejando tras su actuación, algo que no era "normal" de haber querido la ocultación de un crimen y que evidencian que "de verdad" no sabía que estaba embarazada.

Por un lado, la joven tenía reglas muy irregulares y que durante la gestación sufrió dos sangrados que atribuyó a la menstruación.

Por otro, el día del parto, desde que comenzaron los dolores abdominales y hasta las 14.00 horas, asegura que realizaron 23 llamadas a los servicios de emergencias y sanitarios, y posteriormente al centro de salud correspondiente, aunque no todas fueron contestadas. Del mismo modo, su pareja fue por tres veces al ambulatorio, distante a 300 metros de la vivienda.

El abogado subraya que pudo cotejar, comprobando por GPS las posiciones de los móviles de la pareja, que no se movieron de la vivienda y pone de manifiesto también que de las declaraciones en instrucción de la médico y de la administrativa del ambulatorio  se desprende que se pidió un parte para solicitar ambulancia a media mañana aunque "unos por otros" la petición no se tramitó.

De hecho, recalca que cuando llegó el vehículo medicalizado el bebé estaba aún vivo, con lo que de haber estado en la casa cinco minutos antes, "habríamos ido a un bautizado y ella seguiría como cualquier madre". En este sentido, apunta a que la mujer no entendía lo que le estaba pasando y quería quitarse lo que pensaba que era un "tumor" ya que cuando el dolor no tiene explicación, hay personas que pueden pensar que es "el anticipo de la muerte", dice el abogado.

El letrado contrató a dos psicólogas para valorar a la joven, una de ellas "escéptica" de estas situaciones, y que realizaron un informe psicológico exhaustivo durante más de ocho meses para confirmar su trastorno. Las especialistas hablaron con el entorno de la joven, que corroboró ese desconocimiento, y examinaron fotos donde no se aprecia la gestación. (EUROPA PRESS)

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