La aplicación de la neuropsicología al mundo del marketing es algo ya común. Sin embargo, el territorio cerebral empieza a interesar más allá de los límites comerciales para empezar a marcar la diferencia dentro de las organizaciones empresariales, incluidos los despachos de abogados.

La deriva humanista que está tomando el mundo empresarial, en donde el capital humano se convierte en elemento diferenciador y de éxito de cualquier compañía, plantea un cambio de paradigma en el que aplicar los conocimiento de la neurociencia mediante el neuromanagement puede conllevar grandes beneficios a nivel laboral, empresarial y económico.

Según Gina Aran, profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, el neuromanagement permite comprender mejor el origen de la conducta y la adaptación de los procesos mentales de los miembros de la organización. Es decir, recoger el análisis de la inteligencia emocional de los líderes, de los trabajadores, sus ratios de ansiedad e impulsividad, su sensibilidad frente a la recompensa o el castigo y el bienestar afectivo.

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