Ángeles Carmona (Sevilla, 1965) es la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género. Letrada de la Administración de Justicia desde 1994, en un 8 de marzo marcado por la polémica de la ley del solo sí es sí, Carmona hace balance de hasta qué punto se ha avanzado en la lucha contra la violencia machista en una entrevista concedida a Noticias Jurídicas.
Ya son diez las mujeres asesinadas a manos de hombres en casos de feminicidios en 2023, lo que deja un balance de 13 menores huérfanos. La presidenta del Observatorio no es ajena a la urgencia de la situación. "Cada vez que una mujer es asesinada hay un fallo en el sistema", subraya, aunque lo conseguido no es baladí. Envía un mensaje de esperanza. "Somos el país europeo con un menor número de asesinatos por violencia de género". Y añade: "Las mujeres no deben dejar de confiar en las instituciones, sobre todo en la Administración de Justicia".
Además, aprovecha la ocasión para criticar el uso político del feminismo, anima a dejar de lado los idearios y a concentrarse en "lo que realmente importa": erradicar los estereotipos de género y conseguir la igualdad real..
¿Qué le hizo dedicar su vida profesional al estudio de la violencia de género?
Estuve destinada en un juzgado de lo penal en Tarragona donde asistí a muchos juicios sobre violencia de género. Al decidir trasladarme a Sevilla me gustó ver que había vacante una plaza en mi juzgado actual de Violencia sobre la Mujer número 3, lo pedí y tuve la suerte de que me lo concedieran. Desde hace 16 años no me he movido de mi destino porque es una jurisdicción donde la vocación de servicio público es patente todos los días.
Van 10 mujeres asesinadas en 2023. ¿Qué falla?
Cada vez que una mujer es asesinada se produce un fallo del sistema. No podemos tolerar que siga habiendo mujeres, niñas y niños que sigan perdiendo la vida a manos de los asesinos como consecuencia de la violencia de género. Y cada vez que ocurre, las instituciones que trabajamos en la lucha contra esta lacra, analizamos el caso concreto para intentar mejorar los protocolos de actuación y hacer más tupida aún la red de protección de las víctimas de la violencia machista.
El Observatorio hace estudios de los casos de violencia de género con víctimas mortales y analiza de forma pormenorizada cada uno de ellos con esta finalidad.
La conclusión es que todas las instituciones debemos seguir trabajando con una meta clara, que no es otra que no tener que contabilizar ni una sola víctima mortal por esta causa. Y en ello volcamos nuestros esfuerzos. Pero también me gustaría lanzar un mensaje positivo ya que hemos avanzado mucho en esta materia, hemos logrado que cada vez sean menos las mujeres asesinadas y, gracias a eso, somos el país europeo con un menor número de asesinatos por violencia de género; y esto significa que son muchas también las vidas que se han salvado, aunque no podamos saber cuántas.
Hace un año, el asesinato de un menor en Sueca abrió el debate sobre la mala coordinación entre los órganos judiciales. ¿Cree que hay margen de mejora en la manera en la que funcionan los juzgados?
Siempre hay margen de mejora. A raíz del terrible caso al que se refiere, el Observatorio elevó al Consejo General del Poder Judicial, ý éste aprobó, una serie de medidas dirigidas a mejorar la coordinación entre órganos judiciales de los órdenes Civil y Penal y a favorecer el intercambio de información que, como se ha visto, puede llegar a ser vital. Entre otras medidas, sería muy útil que el Ministerio de Justicia diera acceso a todos los juzgados del orden civil con competencia en materia de familia al Sistema de Registros Administrativos de Apoyo a la Administración de Justicia (SIRAJ) para que, antes de resolver sobre la admisión de una demanda de disolución matrimonial, de dictar una sentencia o de establecer un convenio regulador, pudieran consultar en tiempo real si existen procedimientos penales en trámite de violencia machista, sentencias condenatorias o medidas cautelares que pudieran afectar al proceso de separación o divorcio en curso. O, quizás, estudiar la implantación de un sistema de alertas inmediatas y automáticas que avisara a los órganos civiles de la existencia de resoluciones de penales que afectaran a la toma de decisiones en el proceso de disolución matrimonial. Este intercambio de información debería incluso ser obligatorio por ley.
"Nuestros representantes deben dejar de lado sus diferencias ideológicas y dejar de utilizar el feminismo como arma arrojadiza"
Otra polémica reciente puso en duda la formación de los jueces. ¿Cree que la magistratura española adolece de falta de formación en materia de género?
Las críticas que se vierten contra la Carrera Judicial en su conjunto son absolutamente injustas y no responden a la realidad, pues la formación de este colectivo profesional, integrado mayoritariamente por mujeres, es indudable. Las materias relativas a la perspectiva de género impregnan los temarios desde la base, es decir, desde las oposiciones de ingreso a la Carrera Judicial. Y, además, se forma en perspectiva de género de forma transversal, en todas las áreas, independientemente del orden jurisdiccional al que se refiera. Es más, los jueces y juezas que quieran especializarse en cualquier materia, ya sea contencioso-administrativo, social o mercantil, están obligados a superar un curso en materia de perspectiva de género para poder examinarse de la especialidad. Por otra parte, está la formación específica en violencia de género. Todos los jueces y juezas que optan a una plaza en un órgano especializado tienen que realizar obligatoriamente un curso sobre violencia de género. Finalmente, quiero señalar que la violencia de género es ya en sí misma una especialidad, como lo son mercantil o social. El CGPJ tiene ya diseñado el curso para adquirir esta especialización, pero aún no ha podido convocar las plazas porque para ello es necesario reformar el Reglamento de la Carrera Judicial, reforma que es competencia del CGPJ pero que éste no puede acometer como consecuencia de la limitación de sus competencias cuando se encuentra en funciones.
Siempre sobrevuela la idea de que elevar las penas implica una menor tasa de delincuencia. ¿Cuál es su postura?
Sancionar con penas elevadas los delitos graves contribuye a difundir la idea de que el hecho delictivo es efectivamente grave y que, como tal, es rechazado por la sociedad. En todo caso, en los delitos estamos hablando, junto con el cumplimiento de la pena, la reeducación del delincuente sexual es también un elemento primordial para reducir la reincidencia.
Las cifras del CGPJ acercan las rebajas por el solo sí es sí a las 700 y fija el número de excarcelaciones en 65. ¿Qué mensaje mandaría a las víctimas?
Las mujeres no deben dejar de confiar en las instituciones, sobre todo en la Administración de Justicia. El mensaje que les enviamos siempre es que no están solas y que no deben tolerar nunca ningún acto violento por sutil que parezca. Y, para ello, pedir ayuda, denunciar los hechos, es imprescindible.
"Las mujeres no deben dejar de confiar en las instituciones"
Acaba de entrar en vigor la ley trans. Algún titular insinuó que eliminar la burocracia y la exigencia de hormonación previa puede ser una gatera para que los agresores cambien de sexo registral y esquiven la ley de violencia de género. ¿Está de acuerdo?
Sobre esa ley informó en su momento el Consejo General del Poder Judicial y al criterio expresado por la institución me remito. En ese informe técnico, como sabe preceptivo pero no vinculante para el Poder Ejecutivo, se señaló la necesidad de garantizar que la modificación de la mención registral del sexo, tal y como está diseñada en la ley, no permita la elusión de las obligaciones y de las responsabilidades frente a las víctimas de violencia contra la mujer.
Parece que todo el peso de la responsabilidad para erradicar la violencia contra la mujer recae en la Justicia. Bajo su perspectiva, ¿qué otros poderes públicos deberían tener mayor compromiso o implicación?
Son muchas las instituciones públicas con responsabilidades en la lucha contra la violencia de género y creo que no me equivoco si digo que todas ellas realizan grandes esfuerzos y tienen como objetivo mejorar día a día. El Observatorio lo integramos instituciones que formamos parte del ámbito de la Justicia (CGPJ, Fiscalía General del Estado, Consejo General de la Abogacía Española y Consejo General de Procuradores de España), y del Poder Ejecutivo (Ministerio de Justicia, Ministerio del Interior, Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y la consejería de Justicia de la Comunidad Autónoma con competencias en la materia a la que le corresponda por turno).
Es decir, son muchos los colectivos profesionales que podemos trabajar y coordinarnos en el Observatorio. Y, por otro lado, también el Poder Legislativo ha demostrado su implicación no sólo mediante la producción legislativa sino también con la firma en 2007 del Pacto de Estado, en cuya reedición ya está trabajando el Parlamento.
"La reeducación del delincuente sexual es también un elemento primordial para reducir la reincidencia"
En las últimas promociones hay más juezas que jueces, sin embargo, la imagen de igualdad se diluye al mirar al Tribunal Supremo, al Tribunal Constitucional, Fiscalía, el Tribunal de Justicia de la UE… En todos hay mayoría de hombres. ¿Por qué cree que las mujeres no llegan a tocar posiciones de poder en la judicatura?
Afortunadamente, cada vez somos más las mujeres que llegamos a puestos de responsabilidad que hasta hace pocos años estaban reservados a los hombres. Las mujeres, hoy en día, están presentes en todos los ámbitos, tanto en las instituciones públicas como en las entidades privadas. Debemos tener en cuenta que hasta hace muy poco tiempo a las mujeres les estaba vedado acceder a la Carrera Judicial. Es cuestión de tiempo que también sean mayoría en la cúpula judicial, si bien para ello es necesario que puedan compatibilizar su trabajo con las responsabilidades domésticas y con el cuidado de hijos y mayores, que siguen recayendo en gran medida sobre los hombros de las mujeres.
¿Cómo ve la situación de la lucha por el feminismo en 20 años?
Creo que debemos hacer un esfuerzo por sacar la lucha de las mujeres por la igualdad del ideario político. Nuestros representantes deben dejar de lado sus diferencias ideológicas y dejar de utilizar el feminismo como arma arrojadiza y centrarse en lo que de verdad importa, que es la consecución de la igualdad real y la erradicación de los estereotipos de género. Para eso hay que dejar fuera lo que nos distancia y aprovechar todo aquello que nos une, hacerlo en beneficio de las mujeres de hoy y de las de mañana, que son nuestras hijas.