La corrupción sigue siendo un grave problema en China y sus empresas estimulan este tipo de malas prácticas en África. Ésta es una de las conclusiones del informe aprobado esta semana por el Pleno del Parlamento Europeo que analiza el impacto del Estado asiático en el continente. En él, el Parlamento insiste en que la falta de libertades en China es "particularmente notoria" respecto a los tibetanos y culpan a este país de ser uno de los principales responsables de la subida de los precios de los alimentos.
Desde esta perspectiva, el Parlamento alerta de que el compromiso de China en África no debe verse únicamente bajo la perspectiva de la seguridad energética, sino también de la "seguridad alimentaria", ya que el país asiático se verá obligado a importar cada vez más alimentos. Así, señala que la demanda de alimentos y otros productos básicos "ha provocado importantes aumentos de los precios".
El informe, aprobado por 618 votos a favor, 16 en contra y 17 abstenciones, repasa el impacto de las políticas chinas en el continente africano. Considera que este país "sigue mostrando falta de respeto por los derechos fundamentales, incluidos el derecho a la vida" y la corrupción continúa como "un grave problema". Malas prácticas que observa también en sus empresas en el continente del Sur al "estimular frecuentemente la corrupción y contribuir al enriquecimiento y la permanencia en el poder de regímenes corruptos". Y en concreto resalta que "la falta de respeto de los derechos es particularmente notoria con respecto a los tibetanos".
La Eurocámara recuerda que la UE es el mayor socio comercial de China y el mayor inversor en ese país, y que China es el segundo mayor socio comercial de la Unión. El comercio bilateral ascendió a 210.000 millones de euros en 2005, situándose el déficit con el gigante asiático en torno a los 106.000 millones, el mayor de la UE asumido con uno de sus socios. Sin embargo, razona que "las cuestiones relativas a las reformas democráticas, el respeto de los derechos humanos y las normas del Estado de Derecho no deberán ser relegadas a un segundo lugar por las relaciones económicas y comerciales".
Préstamos en vez de ayuda
El texto de la ponente Ana Maria GOMES (PSE, Portugal) asegura que "China no concede ayuda al desarrollo, sino préstamos" que vincula a sus intereses energéticos y por otras materias primas en la zona, en ocasiones, obviando la calidad democrática de sus socios en el continente o las necesidades de sus poblaciones (considerando DD, párrafo 4). Por ello, el Pleno pide a China que facilite una "ayuda no condicionada" que beneficie también a los países africanos que no tienen recursos. Igualmente, recomiendan que utilice su propia experiencia de haber sacado a 400 millones de sus propios habitantes de la pobreza para mejorar las condiciones de los vecinos del Sur.
El Parlamento también aprovecha para solicitar a la UE un replanteamiento de su influencia en el desarrollo de África, sugiriendo una reforma de la PAC y facilitando el acceso de los productos africanos al mercado de la UE.
La ponente se pregunta por la reacción que debe adoptar la UE ante la posibilidad de que China este exportando "algunas de sus peores prácticas internas, como la corrupción, los malos préstamos o la falta de derechos laborales y de normas medioambientales". Y desmiente que el enfoque de China en África sea «sólo comercio sin política» ya que "existe siempre una «cláusula taiwanesa» y se ejerce presión para que se rechace al Dalai Lama". Además, añade que "aporta a algunos dictadores africanos apoyo político y financiero para mantenerse en el poder".
Atendiendo a la creciente cooperación y las promesas de ayuda, China podría pasar de ser el tercero a colocarse como el principal socio comercial de África antes de 2010. Para esa fecha, se prevé que el país asiático importe casi la mitad de su petróleo (45%) de este continente. Por su parte, la UE se ha comprometido a incrementar su nivel de ayuda oficial al desarrollo (AOD) al 0,7% del PIB antes de 2015 y destinar al menos la mitad a África. Actualmente la UE destina 20.000 millones de euros de AOD para el África subsahariana.