Ley 10/2001, de 5 de julio, del Plan Hidrol骻ico Nacional

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Sumario

Ley 10/2001, 5 julio, rectificada por Correcci髇 de errores (獴.O.E.� 2 agosto). LE0000156678

JUAN CARLOS I

REY DE ESPA袮

A todos los que la presente vieren y entendieren.

Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado y Yo vengo en sancionar la siguiente Ley.

EXPOSICI覰 DE MOTIVOS

El art韈ulo 45.2 de la Constituci髇 Espa駉la establece que 玪os poderes p鷅licos velar醤 por la utilizaci髇 racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoy醤dose en la indispensable solidaridad colectiva�.

Constituyendo el agua un recurso natural, su disponibilidad debe ser objeto de una adecuada planificaci髇 que posibilite su uso racional en armon韆 con el medio ambiente.

Aunque la planificaci髇 es una t閏nica que goza de gran arraigo en nuestro ordenamiento jur韉ico, la misma alcanza un significado nuevo con la Ley 29/1985, de 2 de agosto, que le da rango legal y concibe como instrumento de racionalizaci髇 y de garant韆 de la disponibilidad del agua para satisfacer las diferentes demandas, pero tambi閚 como objeto para alcanzar un buen estado ecol骻ico de las aguas.

En un pa韘 como Espa馻 en el que el agua es un recurso escaso, marcado por graves desequilibrios h韉ricos debidos a su irregular distribuci髇, la adecuada planificaci髇 de la pol韙ica hidr醬lica se impone como una necesidad, que no puede permanecer ajena a esta realidad y como un instrumento de superaci髇 de la misma.

La resoluci髇 de estos desequilibrios corresponde al Plan Hidrol骻ico Nacional, que desde una perspectiva global, ha de contemplar para ello un uso arm髇ico y coordinado de todos sus recursos h韉ricos capaz de satisfacer de forma equilibrada los objetivos de la planificaci髇.

Precisamente porque el agua es s韒bolo y expresi髇 de vida y de prosperidad, da lugar con frecuencia, a situaciones pol閙icas en extremo y por ello la decisi髇 que 閟te proponga para solucionar los desequilibrios existentes, nunca podr� ser inocua siendo su trascendencia social y econ髆ica de primer orden y necesitada en todo caso de evaluaci髇 ambiental.

Por este motivo, en la elaboraci髇 del Plan Hidrol骻ico Nacional aprobado por la presente Ley han participado no s髄o las diferentes Administraciones p鷅licas, sino tambi閚 la sociedad civil a trav閟 de un amplio proceso de participaci髇 social iniciada con el desarrollo y aprobaci髇 de los Planes Hidrol骻icos de cuenca, la elaboraci髇 y discusi髇 del Libro Blanco del Agua, y en las deliberaciones del Consejo Nacional del Agua.

Esta planificaci髇 no puede entenderse en nuestros d韆s sin que el medio ambiente sea la principal referencia de su contenido.

En este sentido, el presente Plan Hidrol骻ico Nacional no puede permanecer indiferente a la reciente aprobaci髇 de la Directiva 2000/60/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de octubre, por la que se establece un marco comunitario de actuaci髇 en el 醡bito de la pol韙ica de aguas, patr髇 por el que deber醤 perfilarse las pol韙icas hidr醬licas de los Estados miembros en el siglo XXI.

As�, el Plan Hidrol骻ico Nacional hace suyos los principios esenciales de la Directiva, prosiguiendo el camino ya iniciado por la reforma del art韈ulo 38 de la Ley de Aguas, en virtud de la Ley 46/1999, de 13 de diciembre, al considerar como uno de sus objetivos 玜lcanzar el buen estado de las masas de agua�. El principio de recuperaci髇 de costes, la participaci髇 de la sociedad en el proceso de elaboraci髇 del Plan Hidrol骻ico Nacional, la garant韆 del acceso a la informaci髇 en materia de aguas, son claros ejemplos de esta influencia y de la voluntad del legislador de incorporar a nuestro derecho de aguas la filosof韆 inspiradora de la Directiva.

Asimismo, culmina el proceso planificador a trav閟 de la coordinaci髇 de los Planes Hidrol骻icos de cuenca ya aprobados.

La presente Ley por la que se aprueba el Plan Hidrol骻ico Nacional se ci馿 al dise駉 trazado por el legislador de la Ley de Aguas regulando los contenidos que 閟te hab韆 dispuesto para ella, as� como aquellas otras previsiones normativas necesarias para garantizar su cumplimiento, evitando modificaciones injustificadas del marco general en el que se integra y sin extralimitarse en sus cometidos que como ley instrumental le corresponden. De acuerdo con ello, regula los criterios de coordinaci髇 de los Planes Hidrol骻icos de cuenca, la resoluci髇 de las diferentes alternativas que estos ofrecen, las modificaciones que se prevean en la planificaci髇 del recurso y la previsi髇 de las condiciones de las transferencias de recursos hidr醬licos entre 醡bitos territoriales de distintos Planes Hidrol骻icos de cuenca.

Coherente con un modelo de planificaci髇 que se ha querido plural y descentralizada en su origen, 醡bito y ejecuci髇, el papel coordinador del Plan Hidrol骻ico Nacional respecto a los Planes Hidrol骻icos de cuenca se limita conscientemente a aquellas cuestiones que no han sido tratadas por los mismos o que lo han sido de manera insuficiente o con soluciones incoherentes entre s�, y que, por ser de inter閟 general, exigen respuestas homog閚eas a nivel nacional.

Por ello, la Ley del Plan Hidrol骻ico Nacional fija los elementos b醩icos de coordinaci髇 de los Planes Hidrol骻icos de cuenca y remite a un posterior desarrollo normativo el establecimiento de los criterios t閏nicos y metodol骻icos que deber醤 tenerse en cuenta en la futura revisi髇 de los mismos.

Sin duda, el eje central de la presente Ley lo constituye la regulaci髇 de las transferencias de recursos hidr醬licos entre 醡bitos territoriales de distintos planes de cuenca, como soluci髇 por la que ha optado el legislador para procurar una satisfacci髇 racional de las demandas en todo el territorio nacional. La soluci髇 a la que se llega es la m醩 eficiente tras considerar las diferentes alternativas y proceder a un riguroso an醠isis coste-beneficio de las transferencias, valorando las variables ambientales, socioecon髆icas y t閏nicas de las mismas, y sometiendo todo ello a un amplio debate social.

Aspecto destacado en la presente Ley es el relevante papel que se atribuye tanto a Comunidades Aut髇omas como a Corporaciones Locales en el modelo de gesti髇 dise馻do por la misma.

En aras a garantizar el derecho del ciudadano a la informaci髇 ambiental en los t閞minos recogidos por la Ley de Aguas, los fundamentos sobre los que se ha asentado la decisi髇 adoptada en la presente Ley, recogidos en los documentos t閏nicos que constituyen los antecedentes y presupuestos del Plan, ser醤 objeto de publicaci髇 para que en cualquier momento todo interesado pueda conocer los fundamentos sobre los que se asienta la Ley.

El papel a jugar por los consumidores y usuarios del agua, tambi閚 ha de resultar determinante, motivo por el que la Ley fomenta particularmente las pr醕ticas de ahorro y uso sostenible y las campa馻s de concienciaci髇 y sensibilizaci髇 ciudadanas.

La regulaci髇 que de las transferencias hace el Plan Hidrol骻ico Nacional se ha limitado a aquellos supuestos justificados en poderosos motivos de inter閟 general, que respondan a situaciones de carencias estructurales acreditadas en el tiempo.

Incluso en estos supuestos y con el fin de asegurar el cumplimiento arm髇ico y equilibrado de los objetivos de la planificaci髇, la Ley somete la realizaci髇 de las transferencias a importantes cautelas ambientales y socioecon髆icas destinadas a garantizar que en ning鷑 caso el desarrollo futuro de la cuenca cedente pueda verse comprometido por la transferencia, debiendo asegurarse previamente a su realizaci髇 el suministro de los aprovechamientos presentes y las reservas para usos futuros en la cuenca cedente, as� como la obligada circulaci髇 del caudal ambiental aguas abajo de la toma de derivaci髇 y el mantenimiento de los ecosistemas asociados.

No obstante y dado que la transferencia de recursos entre 醡bitos territoriales de distintos planes hidrol骻icos constituye la soluci髇 鷏tima y m醩 comprometida para solucionar los d閒icits h韉ricos estructurales, el Plan Hidrol骻ico Nacional sin renunciar a ellas, contempla otras medidas para la racionalizaci髇 y optimizaci髇 de los recursos h韉ricos.

En este sentido, el Plan fomenta la obtenci髇 de recursos alternativos como son los procedentes de la desalaci髇 de aguas de mar y salobres; de la reutilizaci髇 y de la depuraci髇 de aguas residuales; de la canalizaci髇 y escorrent韆 del agua de lluvia; de la reposici髇 artificial de aguas subterr醤eas. Los programas I + D en estos y otros 醡bitos, tambi閚 forman parte del contenido del Plan.

Ha de subrayarse igualmente la voluntad restrictiva de la presente Ley en la regulaci髇 de los destinos de las aguas trasvasadas, que en ning鷑 caso podr醤 destinarse a nuevos regad韔s ni ampliaci髇 de los existentes sino exclusivamente a una serie de supuestos tasados destinados a cubrir necesidades de abastecimiento urbano de la cuenca receptora, consolidar el suministro de dotaciones de riegos en situaci髇 de precariedad, siempre y cuando se est� llevando a cabo una gesti髇 racional y eficiente del agua, o para reequilibrar situaciones de insostenibilidad medioambiental de la misma.

Especial entidad cobra en el marco de la presente Ley la regulaci髇 del r間imen econ髆ico-financiero de las transferencias. El mismo se rige por los principios de recuperaci髇 de costes en l韓ea con lo establecido por la Directiva marco de Aguas, as� como el principio de solidaridad, promoviendo un desarrollo conjunto de las cuencas cedentes y receptoras, a trav閟 del establecimiento de un tributo ecol骻ico que prev� una cuota destinada a compensar ambientalmente a la cuenca cedente.

En consecuencia, el trasvase se configura, en el marco de la presente Ley, como un importante instrumento vertebrador del territorio, evitando que zonas con d閒icits estructurales de recursos h韉ricos vean estrangulado y amenazado su desarrollo econ髆ico y social por la incertidumbre del suministro de agua, y garantizando que las cuencas cedentes no vean hipotecado el suyo como consecuencia del mismo, recibiendo adicionalmente una compensaci髇 destinada a actuaciones medioambientales vinculadas a los usos del agua.

Las transferencias previstas en el Plan Hidrol骻ico Nacional no pueden verse de forma aislada, sino como una de las componentes del instrumento integrador que es el Plan Hidrol骻ico Nacional, en el que junto a 閟tas se contemplan otras actuaciones en las que la protecci髇 ambiental alcanza sin duda una importancia singular.

La Ley, recogiendo la filosof韆 del Libro Blanco del Agua, recientemente elaborado, pone especial 閚fasis en garantizar un uso racional y sostenible de los recursos hidr醬licos, preocupaci髇 que se trasluce a lo largo de todo su articulado. Entre 閟tos por su singularidad merecen especial menci髇 la gesti髇 eficaz de las aguas para abastecimiento, la exigencia de m醲ima eficiencia en la gesti髇 del recurso en las cuencas receptoras, la regulaci髇 de las reservas hidrol骻icas por motivos ambientales, la gesti髇 de las sequ韆s y regulaci髇 de zonas inundables, protecci髇 de las aguas subterr醤eas y conservaci髇 de humedales y actuaciones de sensibilizaci髇, formaci髇 y educaci髇 en el uso sostenible del agua.

Para el desarrollo de las previsiones establecidas en los Planes Hidrol骻icos de cuenca, la Ley recoge en su anexo II un conjunto de actuaciones destinadas a mejorar el uso y conservaci髇 del recurso.

Finalmente hoy, tras un dilatado proceso de planificaci髇 que se ha prolongado durante quince a駉s, podemos cerrar como dec韆 el Real Decreto 1664/1998, de 24 de julio, de aprobaci髇 de los Planes Hidrol骻icos de cuenca, el horizonte previsto en la Ley de Aguas y obtener una imagen definitiva del rumbo de la pol韙ica hidr醬lica de los pr髕imos a駉s.