ANEXO AL DECRETO 4/2016, DE 19 DE ENERO

ACTUALIZACI覰 DEL PROCEDIMIENTO DE CUANTIFICACI覰 RESIDENCIAL

1.– Cuantificaci髇 residencial.

La metodolog韆 de cuantificaci髇 residencial para el planeamiento municipal tiene dos objetivos. En primer lugar, se formula un m閠odo gen閞ico de cuantificaci髇 que, en ausencia de proyecciones m醩 espec韋icas para cada caso, permite abordar de forma razonablemente satisfactoria la cuantificaci髇 residencial de cualquier municipio de la CAPV. En segundo lugar, la metodolog韆 planteada aporta un esquema conceptual que servir� de referencia, con las adaptaciones y mejoras que se consideren oportunas en cada caso, para cuantificar la capacidad residencial que los diferentes Planes Territoriales Parciales deben realizar para los municipios de su 醡bito.

La formulaci髇 plantea unos conceptos gen閞icos que deber醤 ser completados con las correcciones del modelo territorial vigente que los Planes Territoriales Parciales identifiquen en cada caso. Conviene subrayar que estas correcciones deber醤 estar debidamente especificadas en magnitud y ritmo temporal, de forma que puedan ser agregadas sin problemas a los componentes gen閞icos que incluye el m閠odo de cuantificaci髇 formulado. Adem醩, estas correcciones espec韋icas deber醤 identificar los impactos positivos y negativos sobre los diferentes municipios afectados, de forma que el efecto agregado de los cambios postulados en el modelo territorial sea nulo (excepto en los casos en los que se identifique un origen o destino externo al 醡bito territorial contemplado para los flujos en cuesti髇).

Por otro lado, los supuestos generales que se proponen en esta metodolog韆 deber醤 ser actualizados a medida que transcurra el tiempo y se disponga de nueva informaci髇. Especial inter閟 tienen los aspectos relacionados con las viviendas secundarias y vac韆s, ya que la informaci髇 general resulta poco fiable en estos apartados. Los municipios en los que estos fen髆enos tengan especial relevancia deber韆n aportar la informaci髇 pertinente y justificar los supuestos y coeficientes aplicados en relaci髇 a estos temas.

De forma similar, resulta vital asegurar que las cifras de poblaci髇 y vivienda utilizadas para identificar las tendencias pasadas sean homog閚eas y cubran un periodo temporal adecuado a la proyecci髇 que se propone, de forma que las tendencias identificadas reflejen el comportamiento real de las variables estudiadas.

Otro aspecto que exige la atenci髇 de los agentes del planeamiento es el tratamiento adecuado de las referencias temporales impl韈itas en todo ejercicio de planificaci髇. Es imprescindible establecer con total claridad los l韒ites temporales de la cuantificaci髇, las fechas de referencia para las variables utilizadas y los ritmos anuales de los flujos y variaciones relevantes. Este rigor mejora la visibilidad de las implicaciones de la cuantificaci髇 propuesta y permite una evaluaci髇 m醩 transparente del plan resultante, ya que la cuantificaci髇 solo tiene sentido en relaci髇 a la proyecci髇 de necesidades referidas a un periodo temporal claramente acotado.

El m閠odo de cuantificaci髇 residencial se estructura en dos pasos. En un primer paso se calcula el aumento requerido en el parque de viviendas, teniendo en cuenta las necesidades de viviendas principales, la demanda de viviendas secundarias y la previsi髇 de las viviendas vac韆s asociadas a las anteriores. En un segundo paso se calcula la capacidad residencial adecuada al inicio del periodo de planeamiento, aplicando un factor de esponjamiento apropiado al aumento de viviendas proyectado en el paso precedente. La Tabla 9 recoge una presentaci髇 sint閠ica del m閠odo de cuantificaci髇 planteado, incluyendo la formulaci髇, los conceptos y los par醡etros utilizados.

1.1.– Necesidades Residenciales.

La cuantificaci髇 de las necesidades residenciales tiene en cuenta seis sumandos que, junto al impacto de las correcciones del modelo territorial, configuran la magnitud resultante.

NR = CMT+A1+A2+B1+B2+C1

Los seis componentes contemplados son los siguientes:

• 1.1.1.– CMT. Correcciones del modelo territorial vigente. Se trata de un componente espec韋ico a cada municipio, vinculado con las estrategias de equilibrio territorial establecidas en el Plan Territorial Parcial del 醨ea funcional correspondiente. En dicho componente se reflejan tanto los crecimientos selectivos que el planeamiento territorial pueda establecer en determinados municipios, como otros conceptos que dicho plan articule en funci髇 de la disponibilidad territorial existente o de las implicaciones que surjan en relaci髇 con infraestructuras, equipamientos y operaciones de recualificaci髇 urbana que el Plan Territorial prevea. Normalmente, el mayor crecimiento de algunos municipios deber� estar compensado por el menor aumento de otros, excepto cuando se prevea un origen externo a los nuevos flujos migratorios impl韈itos en este componente. Este componente coincide con el componente 1 planteado por las DOT 1997 denominado 玦mplicaciones del modelo territorial�. A la vista de la capacidad residencial resultante de la presente Modificaci髇 de las DOT, el PTP adaptar� el componente de Modelo (CMT). La acci髇 de Crecimiento Selectivo no debiera conllevar, salvo situaciones de cambio excepcional, la aplicaci髇 de un componente de modelo, ya que la capacidad residencial ordinaria proveniente del resto de componentes incluye el dinamismo espec韋ico de cada municipio en el pasado reciente.
• 1.1.2.– A1. Necesidades de vivienda principal por variaci髇 de la poblaci髇 residente. Corresponde a las necesidades de vivienda principal derivadas de la variaci髇 (aumento o disminuci髇) de la poblaci髇 residente en el 醡bito territorial considerado. Equivale al componente 2 planteado por DOT 1997, denominado 玞recimiento demogr醘ico�.
• 1.1.3.– A2. Necesidades de vivienda principal por variaci髇 del tama駉 familiar. Corresponde a la variaci髇 de las necesidades de vivienda principal en raz髇 de la variaci髇 del tama駉 medio familiar del 醡bito territorial considerado. Equivale al componente 3 de las DOT 1997, denominado 玽ariaci髇 de la estructura familiar�.
• 1.1.4.– B1. Demanda de vivienda secundaria por variaci髇 de la demanda de vivienda principal. Corresponde a la variaci髇 en la demanda de vivienda secundaria asociada a la variaci髇 estimada del n鷐ero de viviendas principales para el 醡bito territorial considerado (componentes A1 y A2). Este componente refleja la necesidad de disponer de un n鷐ero de viviendas adicionales a las previstas para uso principal, que ser醤 absorbidas por la demanda de uso secundario, a fin de garantizar la disponibilidad originalmente estimada mediante los componentes A1 y A2. Se mantiene el concepto de coeficiente de vivienda secundaria (CSR) de las DOT 1997 para mostrar el ratio de viviendas ocupadas (sea como vivienda principal o como secundaria) por vivienda principal, pero se modifica la forma de c醠culo de este componente.
• 1.1.5.– B2. Demanda de vivienda secundaria por variaci髇 del coeficiente de vivienda secundaria. Corresponde a la variaci髇 (aumento o disminuci髇) de las viviendas secundarias derivada de cambios en la proporci髇 de viviendas secundarias respecto a principales en el 醡bito territorial considerado, es decir, de cambios en el coeficiente CSR. En ausencia de supuestos expl韈itos sobre cambios en dicho coeficiente, este componente ser� nulo. Sin embargo, si se plantean cambios en el peso de la vivienda secundaria respecto al uso principal, este componente recoger� el n鷐ero adicional de viviendas secundarias (si se contempla un aumento del CSR) o el n鷐ero de viviendas que podr韆n pasar de un uso secundario a una ocupaci髇 principal (si se contempla un descenso del CSR). Se trata de un tema delicado, tanto por la ambig黣dad de la informaci髇 estad韘tica disponible como por la posibilidad de pol韙icas alternativas en este dominio, por lo que se recomiendan una profunda reflexi髇 y un amplio consenso a la hora de aplicar este componente. En caso de hacerlo, es previsible que tome un valor negativo en la mayor韆 de los casos, reflejando la transformaci髇 de viviendas secundarias en principales que se est� dando en bastantes municipios de la CAPV, en especial en las 醨eas pr髕imas a las capitales.
• 1.1.6.– C1. Previsi髇 de viviendas vac韆s por variaci髇 de las viviendas ocupadas. Corresponde a la previsi髇 de viviendas vac韆s asociada a la variaci髇 de viviendas ocupadas durante el periodo contemplado (componentes A1, A2, B1 y B2) para el 醡bito territorial considerado. De forma similar al componente B1, este componente refleja la necesidad de prever un n鷐ero de viviendas adicionales a la previsi髇 de viviendas ocupadas, ya que siempre hay una proporci髇 de viviendas vac韆s de tipo t閏nico debido a m鷏tiples factores de fricci髇 (periodos de transmisi髇, rehabilitaci髇, etc.). De forma paralela al CSR se introduce el concepto de coeficiente de vivienda desocupada (CVD) para mostrar el ratio de viviendas (ocupadas o no) por vivienda ocupada (principal o secundaria).

1.2.– Criterios de aplicaci髇 para el c醠culo de las necesidades.

1.2.1.– Proyecci髇 de la poblaci髇 (P).

La poblaci髇 de la CAPV lleva cerca de tres d閏adas estabilizada en torno a 2.100.000 habitantes, habiendo mostrado una suave tendencia a la baja entre 1981 y 2001 (tasa media de variaci髇 anual de -0,1%) y un moderado repunte a partir de esta 鷏tima fecha. La Tabla 1 resume la evoluci髇 de la poblaci髇 de la CAPV y de sus diferentes 醡bitos territoriales entre 1981 y 2011.

Tabla 1.– Evoluci髇 de la poblaci髇 por 醡bito territorial.

Se aplicar� la tasa anual de variaci髇 de la poblaci髇 observada en el periodo 1996-2011 (serie quinquenal de Eustat) o en su caso los datos oficiales de la variaci髇 de la poblaci髇 habida en los quince a駉s precedentes al a駉 anterior del acuerdo de exposici髇 del Avance de la revisi髇 del planeamiento. Cuando la tasa de variaci髇 resulte negativa se utilizar� dicha tasa reducida a la mitad del valor observado, a fin de suavizar el impacto negativo de posibles errores de medici髇 y para simular el efecto que la recesi髇 demogr醘ica pudiera tener en forma de una reducci髇 m醩 acusada del tama駉 familiar en el 醡bito territorial considerado.

1.2.2.– Tama駉 Medio familiar (TMF).

Se trata de una variable crucial para formular las necesidades residenciales de la poblaci髇, ya que este elemento asocia poblaci髇 y vivienda principal a trav閟 del tama駉 medio del hogar entendido como las personas ocupantes de una misma vivienda.

Tabla 2.– Evoluci髇 del tama駉 familiar en la CAPV.

Se aplicar� una tasa anual de reducci髇 del 1,5% del tama駉 familiar variable (esto es, del exceso del tama駉 familiar sobre la unidad) a la 鷏tima informaci髇 disponible sobre el tama駉 familiar del Ayuntamiento.

1.2.3.– Coeficiente de vivienda secundaria (CSR).

Se aplicar� la tasa observada en el Censo de 2011 (o la media de las observaciones de 2001 y 2011 si el coeficiente observado en 2011 supera el valor observado en 2001). Ser� necesario justificar el coeficiente aplicado cuando su valor sea 1,25 (esto es, una vivienda secundaria por cuatro viviendas principales) o m醩. Es posible plantear la conversi髇 de parte de las viviendas secundarias existentes al inicio del plan, reduciendo de esta manera las necesidades residenciales proyectadas, pero ser� necesario justificar la magnitud y viabilidad de los supuestos subyacentes.

1.2.4.– Coeficiente de vivienda desocupada (CVD).

Se aplicar� una tasa por vivienda vac韆 t閏nica comprendida entre 1,04 y 1,08 de acuerdo a la poblaci髇 del municipio considerado (ver tabla de valores en la Tabla 3). Ser� necesario justificar el valor del coeficiente aplicado cuando se utilicen otros valores. Es posible plantear la recuperaci髇 de parte de las viviendas vac韆s existentes al inicio del plan, reduciendo de esta manera las necesidades residenciales proyectadas, pero ser� necesario justificar la magnitud y viabilidad de los supuestos subyacentes.

Tabla 3.– Coeficiente de vivienda desocupada (CVD) seg鷑 el tama駉 del municipio.

1.3.– Capacidad Residencial.

Tras cuantificar las necesidades residenciales del municipio, es preciso convertir estas necesidades previstas para el per韔do del plan en una estimaci髇 de la capacidad residencial requerida al inicio del plan, a fin de asegurar la satisfacci髇 de las necesidades identificadas para la duraci髇 prevista del planeamiento.

Se denomina capacidad residencial prevista en un planeamiento general municipal en la fecha de aprobaci髇 provisional del mismo, al n鷐ero total de nuevas viviendas cuya construcci髇 se posibilita en las 醨eas residenciales clasificadas como suelo urbano y suelo urbanizable sectorizado. Facultativamente se podr� incorporar en la cuantificaci髇 la capacidad de los n鷆leos rurales, as� como la correspondiente a todos los concejos alaveses.

La capacidad residencial adecuada a las necesidades previstas se calcula aplicando un factor de esponjamiento que convierta la cifra de necesidades residenciales (por tanto, de previsi髇 de construcci髇 de viviendas durante el periodo de vigencia del planeamiento) en la capacidad de acogida del suelo calificado en el planeamiento a fin de garantizar la eventual satisfacci髇 de las necesidades calculadas.

CR = (NR x ESP) – VV

NR: Necesidades Residenciales

ESP: Factor de Esponjamiento

VV: Vivienda Vac韆 (seg鷑 el apartado 1.3.2)

Se plantea un l韒ite inferior, que se cifra en la mitad de la capacidad residencial.

1.3.1.– Factor de Esponjamiento.

El factor de esponjamiento responde a la necesidad de que la capacidad residencial identificada al inicio del periodo de planeamiento supere ampliamente la magnitud de las necesidades residenciales estimadas para el periodo de vigencia del plan. Las razones para plantear esta holgura se deben a m鷏tiples factores que exigen que las existencias de suelo residencial superen con cierta amplitud el consumo previsto. Entre los factores m醩 relevantes pueden mencionarse la fricci髇 de un mercado tan segmentado y discriminado como el referido al suelo urbano, la lentitud de los procedimientos administrativos relevantes que pueden prolongar sustancialmente la ejecuci髇 o la duraci髇 efectiva del plan, y el previsible error en la proyecci髇 de las necesidades, cuyo efecto puede resultar especialmente nefasto en un mercado caracterizado por su extrema rigidez.

En esencia el factor de esponjamiento representa la mayoraci髇 necesaria de las necesidades estimadas para el periodo del plan para que a la finalizaci髇 de tal periodo las existencias remanentes de suelo residencial sean suficientes para que el mercado no sufra un recalentamiento indeseable por falta de oferta. A fin de ilustrar este concepto, puede se馻larse que un factor de esponjamiento de 2,5 aplicado a un periodo de planeamiento de 8 a駉s equivale a identificar al inicio del plan suelo adecuado para satisfacer 20 a駉s de construcci髇 residencial al ritmo previsto en la cuantificaci髇, y en consecuencia, prev� finalizar el plan manteniendo a鷑 una capacidad residual equivalente a 12 a駉s de construcci髇 residencial, cifra que parece suficiente para garantizar que el mercado de suelo residencial no sufra estrangulamientos indeseables.

Como es natural, niveles de demanda superiores a los previstos por el plan, retrasos en la ejecuci髇 efectiva del planeamiento o la demora en elaborar un nuevo plan pueden reducir el margen de seguridad te髍icamente garantizado por el factor de esponjamiento. La elecci髇 del valor adecuado para el factor de esponjamiento es un compromiso entre el deseo de garantizar el funcionamiento del mercado para la duraci髇 efectiva del plan y la conveniencia de restringir el ritmo de expansi髇 urbana desde un punto de vista de sostenibilidad y de eficiencia en el uso de un recurso particularmente escaso.

Se propone aplicar un factor de esponjamiento m醲imo de 2,2 a 3 las necesidades residenciales estimadas para 8 a駉s de acuerdo al tama駉 del municipio (ver tabla de valores en la Tabla 4). La raz髇 de ampliar el factor de esponjamiento a medida que disminuye el tama駉 del municipio se debe a la mayor rigidez del mercado a medida que se reduce la dimensi髇 del mismo (tanto por razones f韘icas como por la mayor concentraci髇 de la propiedad) y a la menor fiabilidad de las proyecciones a medida que se reduce la dimensi髇 del 醡bito territorial considerado.

Tabla 4.– Valor del factor de esponjamiento de la capacidad residencial aplicable a las necesidades residenciales para 8 a駉s seg鷑 tama駉 del municipio.

1.3.2.– Vivienda vac韆.

Se establece que el valor de la vivienda vac韆 que debe de considerarse a efectos de la cuantificaci髇 residencial de cada municipio ser� como m韓imo de un 2% del n鷐ero total de viviendas existentes en el mismo sugiri閚dose, como valor a incorporar, el 50% del n鷐ero total de viviendas vac韆s excluido el porcentaje de este tipo de vivienda que tiene car醕ter t閏nico definido en el CVD de la Tabla 3.

Este componente se aplicar� detrayendo de la cifra de capacidad residencial resultante tras aplicar el esponjamiento a las necesidades residenciales.

1.4.– Limitaciones adicionales.

Finalmente, se han a馻dido dos condiciones adicionales a los resultados obtenidos aplicando esta metodolog韆 de cuantificaci髇 para evitar resultados extremos que podr韆n derivarse de una aplicaci髇 mec醤ica de las reglas propuestas. Se trata de limitaciones dirigidas, por un lado, a los municipios que presentan un pasado muy recesivo, y por otro, a los municipios que han experimentado un crecimiento un tanto explosivo en los a駉s precedentes.

En el primer caso se trata de asegurar una capacidad residencial m韓ima que permita una cierta capacidad de actuaci髇 a los agentes sectoriales y que no restrinja excesivamente el funcionamiento del mercado de suelo en una situaci髇 de contracci髇 demogr醘ica. En el segundo caso se trata de evitar extrapolaciones exageradas que resultan dif韈iles de corregir una vez que se lanzan las actuaciones derivadas de ellas. Naturalmente, ser� necesario acelerar la actualizaci髇 del planeamiento vigente en aquellos casos en los que la expansi髇 acelerada se mantenga en el tiempo y amenace con agotar la holgura que el factor de esponjamiento trata de garantizar.

Las dos limitaciones adicionales que se imponen a la cuantificaci髇 final de la capacidad residencial del municipio son las siguientes:

• 1.– Para todos los municipios, la capacidad residencial no podr� superar el 50% del parque de viviendas existente en el momento de aprobaci髇 del planeamiento urban韘tico.
• 2.– Todo municipio podr� plantear una capacidad residencial equivalente al 10% del parque inicial de viviendas. As� mismo, se establece una capacidad m韓ima de 20 viviendas, cifra que podr� verse modulada, en su caso, por el Plan Territorial Parcial correspondiente.

1.5.– N鷐ero de viviendas y edificabilidad.

La Tabla 5 presenta una estimaci髇 de la superficie media de las viviendas construidas en los 鷏timos a駉s de acuerdo a su r間imen y tipolog韆. El concepto de superficie construida no incluye los garajes, trasteros y locales similares que habitualmente se ubican bajo rasante o bajo cubierta en los edificios de viviendas m鷏tiples. Para las viviendas unifamiliares se incluye el garaje cuando no se ubica bajo rasante (se estima que es el caso del 50% de las viviendas unifamiliares que se construyen).

Se ha utilizado a modo referencial e ilustrativo un valor de 1,32 como ratio de superficie construida respecto a la superficie 鷗il de la vivienda para las VPO, cifra m醩 elevada de la aplicada tradicionalmente. El mismo valor se aplica a las viviendas tasadas y libres en edificios de m鷏tiples viviendas. Se ha aplicado un valor igualmente referencial e ilustrativo de 1,25 en el caso de las viviendas adosadas y unifamiliares.

Los valores de la Tabla 5 representan una estimaci髇 de la media global aplicable al conjunto de la CAPV. Las 醨eas rurales y las que tienen mayor disponibilidad de suelo presentar韆n valores m醩 elevados para la superficie media de las viviendas, mientras que la vivienda media en Bilbao Metropolitano ser韆 algo m醩 peque馻. El valor medio asignado a la VPO supone que las viviendas de un dormitorio suponen del 5 al 10% del total de las VPO construidas, las de dos dormitorios (3 � 4 camas) suponen del 40 al 50% y las de tres dormitorios (5 � 6 camas) representan del 45 al 55%.

Existen indicios que apuntan a la conveniencia de diversificar la tipolog韆 de las viviendas, especialmente en relaci髇 a su superficie. La continua contracci髇 del tama駉 familiar, el aumento de los hogares de una y dos personas, y el elevado coste de acceder a una vivienda (sea en propiedad o en alquiler) apuntan a la existencia de un segmento de demanda que podr韆 ser proclive a viviendas m醩 peque馻s, aunque tambi閚 se aprecia una notable resistencia social y sectorial a iniciativas en este sentido. Se trata de un tema a analizar en profundidad, ya que permitir韆 reducir la superficie media por vivienda y moderar el consumo de suelo residencial.

Tabla 5.– Estimaci髇 de superficies por tipos de vivienda en la CAPV.

2.– Aplicaci髇 ilustrativa del m閠odo de cuantificaci髇 para 2014-2022.

Al objeto de ilustrar el funcionamiento y alcance de la metodolog韆 planteada se ha llevado a cabo una simulaci髇 general para el conjunto de municipios de la CAPV y el periodo 2014-2022 (esto es, el periodo que va desde el 1 de enero de 2014 al 1 de enero de 2022). Esta cuantificaci髇 no incluye el componente de correcciones del modelo territorial vigente (a definir por los correspondientes PTPs) ni toma en cuenta las eventuales modificaciones del coeficiente de vivienda secundaria que puedan aplicarse en diferentes 醡bitos municipales. Por lo tanto la componente B2 (por variaci髇 del coeficiente de vivienda secundaria) es nula por definici髇. Adem醩 se ha fijado en 1,25 el valor del coeficiente de vivienda secundaria (CSR) en todos aquellos municipios en los que el valor hist髍ico de dicho coeficiente superaba dicha cota. Como es natural, la consideraci髇 de estos componentes, ignorados en esta aplicaci髇 ilustrativa, tendr� un efecto notable en bastantes municipios y 醨eas funcionales y pudiera llegar a tener un impacto no desde馻ble en los valores agregados para el conjunto de la CAPV.

2.1.– Necesidades residenciales (2014-2022).

La Tabla 6 resume la cuantificaci髇 de las necesidades para el periodo de los 8 a駉s considerados (2014-2022). Las necesidades residenciales agregadas se estiman en 88.144 viviendas para el periodo, lo que equivale a un ritmo medio de construcci髇 de 11.018 viviendas anuales. En los 醡bitos territoriales m醩 din醡icos las necesidades calculadas representan entre el 15 y el 25% del parque existente al inicio del periodo, alcanzando sus m醲imos en Mungia y a distancia Igorre, 羖ava Central y Laguardia a pesar de que el ejercicio no incorpora completamente la previsible demanda de vivienda secundaria de Bakio y Labastida. Las necesidades calculadas para las 醨eas de Durango, Zarautz-Azpeitia, Tolosaldea y Laudio se sit鷄n ligeramente por encima del 10% del parque inicial. La estimaci髇 de necesidades residenciales no alcanza la cota del 8% del parque inicial en las 4 醨eas de menor dinamismo demogr醘ico (Eibar, Mondrag髇-Bergara, Gernika-Markina y Bilbao Metropolitano). Los casos m醩 extremos se aprecian en el valle del Deba, donde las necesidades de vivienda principal por variaci髇 de la poblaci髇 (componente A1) toman un valor negativo, aunque de magnitud moderada.

Tabla 6.– Necesidades residenciales estimadas para el per韔do 2014-2022.

Debido a los supuestos utilizados en este ejercicio los componentes de vivienda secundaria y vac韆 tienen una importancia muy limitada respecto a las necesidades de vivienda principal y solo representan el 10% del volumen total de las necesidades identificadas. Por otro lado, se observa el limitado impacto de la inflexi髇 demogr醘ica detectada en torno al a駉 2000, ya que aunque el componente de variaci髇 de la poblaci髇 presenta una magnitud respetable (15.400 viviendas para el per韔do) apenas representa el 24% de las necesidades derivadas de la reducci髇 del tama駉 familiar (64.216 viviendas para el per韔do), incluso tras haber moderado los supuestos de reducci髇 del tama駉 familiar utilizados en los 鷏timos a駉s.

Naturalmente, estas apreciaciones generales no se mantienen en todos los 醡bitos territoriales. En las 醨eas funcionales de mayor dinamismo demogr醘ico (Mungia, Igorre, Laguardia y 羖ava Central) el componente por variaci髇 de la poblaci髇 supera el asociado a la reducci髇 del tama駉 familiar. La situaci髇 se invierte espectacularmente en las 醨eas m醩 estancadas como se aprecia en el Bilbao Metropolitano, donde las necesidades por reducci髇 del tama駉 familiar casi multiplican por 10 las necesidades derivadas del crecimiento demogr醘ico.

Es destacable tambi閚 la relativa intensidad de necesidades en los municipios de menor tama駉, y en especial, en los comprendidos entre 1.000 y 7.000 habitantes. El mayor dinamismo de buena parte de estos municipios unido a la mayor presencia de vivienda secundaria y vacante hace que la tasa de necesidades residenciales de estos municipios respecto a su parque inicial se sit鷈 claramente por encima del estimado para el conjunto de la CAPV.

2.2.– Capacidad residencial (2014-2022).

La Tabla 7 muestra la capacidad residencial para el per韔do 2014-2022 una vez aplicados los esponjamientos pertinentes y las limitaciones adicionales en aquellos municipios a los que afectan. Globalmente se observa que las necesidades residenciales estimadas en 88.144 viviendas se convierten en una capacidad residencial m醲ima de 186.463 viviendas para el conjunto de la CAPV, lo que representa un factor de esponjamiento efectivo de 2,12. La cota inferior de la capacidad ser韆 de 93.297 viviendas (esponjamiento medio de 1,06).

Tabla 7.– Capacidad residencial estimada para el planeamiento 2014-2022.

Tabla 8.– Comparaci髇 entre los resultados de la nueva metodolog韆 y los criterios de las DOT vigentes.

2.3.– An醠isis comparativo con las DOT vigentes.

Para terminar, la Tabla 8 compara los resultados obtenidos mediante el nuevo m閠odo y los derivados de aplicar los criterios establecidos por las DOT de 1997 a la misma informaci髇 de partida (censos 2001/2011).

La nueva metodolog韆 resulta m醩 restrictiva que la que se ha aplicado en los 鷏timos a駉s en casi todos los aspectos contemplados en la cuantificaci髇 de las necesidades residenciales:

• 1.– La proyecci髇 de la p閞dida de poblaci髇 de los municipios recesivos, aunque sea de forma suavizada, supone la disminuci髇 de las necesidades de vivienda principal.
• 2.– El cambio en el c醠culo del tama駉 familiar, tanto en planteamiento como en ritmo, supone la disminuci髇 de las necesidades de vivienda principal en 24.739 viviendas.
• 3.– La forma en que cada m閠odo calcula la demanda de vivienda secundaria genera una reducci髇 de 3.239 viviendas a pesar de utilizar el mismo CSR en ambos casos.
• 4.– La incorporaci髇 del concepto de esponjamiento (en el nuevo m閠odo de cuantificaci髇) en lugar de utilizar la correcci髇 de la rigidez de oferta (en el m閠odo de las DOT 1997) genera discrepancias de diferente signo para cada municipio. La importancia del cambio reside en la forma de c醠culo de este componente que pasa de depender del parque inicial a estar asociado a la estimaci髇 de necesidades residenciales del 醡bito en cuesti髇. En este sentido, la aplicaci髇 del coeficiente de esponjamiento genera una reducci髇 de 57.524 viviendas en relaci髇 con las viviendas que surg韆n en aplicaci髇 de la 玞orrecci髇 de la rigidez de la oferta� que establecen las DOT 1997.
• 5.– Como consecuencia de la incorporaci髇 de las limitaciones adicionales a la capacidad residencial m醲ima admitida (elemento no contemplado en las DOT 1997), la capacidad final resultante con la aplicaci髇 de la nueva metodolog韆 supone una reducci髇 de 101.028 viviendas con respecto a la capacidad resultante de la aplicaci髇 del m閠odo establecido en las DOT 1997.

Tabla 9.– Ficha resumen de la metodolog韆 de cuantificaci髇 residencial.