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30/01/2024 09:05:33 JENNIFER ROJAS PROTECCIÓN DE DATOS 4 minutos

De algoritmos y derechos: reflexiones sobre la privacidad y la protección de datos en un mundo interconectado por la IA

En este artículo se explora la intersección crucial entre la protección de datos, la privacidad y la inteligencia artificial, desde una consideración holística, analizando sus complejas conexiones y las implicaciones que tienen para la sociedad en su día a día. 

JENNIFER ROJAS

DELEGADA DE PROTECCIÓN DE DATOS

De algoritmos y derechos: reflexiones sobre la privacidad y la protección de datos en un mundo interconectado por la IA

En la era digital, la relación entre la protección de datos, la privacidad y la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un tema de creciente relevancia y debate social. Considerada la IA como la cuarta revolución industrial, su carácter poliédrico continúa transformando numerosos aspectos de nuestra vida, desde el ámbito sanitario, educativo o empresarial, se plantean desafíos relevantes en cuanto a cómo salvaguardar la privacidad de los individuos y garantizar una gestión adecuada de sus datos personales. 

En este artículo se explora la intersección crucial entre la protección de datos, la privacidad y la inteligencia artificial, desde una consideración holística, analizando sus complejas conexiones y las implicaciones que tienen para la sociedad en su día a día. 

Protección de datos y regulación: un fundamento esencial 

La protección de datos como derecho fundamental reconocido constitucionalmente en nuestra Carta Magna, es pieza clave para preservar la privacidad en el contexto de la inteligencia artificial. La recopilación masiva de éstos es esencial para entrenar algoritmos de IA y mejorar su rendimiento, pero esta práctica de entrenamiento también plantea dilemas éticos y legales sobre cómo se deben manejar y almacenar. 

La regulación, como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) en la Unión Europea, establece pautas estrictas sobre cómo los responsables y encargados de tratamiento pueden recopilar y utilizar sus datos personales. 

El GDPR, por ejemplo, enfatiza la necesidad (obligatoriedad) de obtener el consentimiento informado de los interesados antes de tratar sus datos. Ello conlleva obligaciones legales para las empresas que emplean tecnologías de IA, ya que deben asegurarse de que su recopilación y uso de datos estén alineados con los principios básicos relativos al tratamiento de protección de datos: como el de licitud, transparencia, limitación de la finalidad, minimización de los datos, exactitud o confidencialidad (entre otros). 

Falta de transparencia y explicabilidad en el uso de los algoritmos de IA 

Uno de los desafíos más destacados en la intersección antes mencionada de la protección de datos y la IA es la falta de transparencia y explicabilidad en los algoritmos de aprendizaje automático. De manera asidua, los modelos de IA operan como una black box (caja negra), lo que significa que sus procesos de toma de decisiones no son fácilmente comprensibles: dan un resultado o toman una decisión sin explicar o mostrar exactamente cómo lo hicieron. Esto plantea serias preocupaciones sobre la equidad y la posibilidad de sesgos en las decisiones automatizadas. 

Por ello, por ejemplo, la protección de datos se ve comprometida cuando los algoritmos de IA toman decisiones basadas en datos sensibles sin que exista una comprensión clara de cómo se llegó a esas conclusiones. Abordar este problema, es clave para disipar las dudas en este proceso de aprendizaje y las posibles consecuencias que de ello se deriva. 

Desafíos éticos en la recopilación y uso de datos en IA 

La confluencia de la protección de datos y la inteligencia artificial también plantea desafíos éticos significativos. La recopilación masiva de datos para alimentar algoritmos de IA puede conducir a la creación de perfiles detallados de individuos que puede conllevar al uso indebido de la información personal. 

La ética en la inteligencia artificial exige una reflexión profunda sobre cómo se obtienen, utilizan y comparten los datos. Las organizaciones deben abrazar la responsabilidad en la gestión de datos personales y adoptar prácticas éticas desde los primeros estadios de recogida de información (privacidad desde el diseño y por defecto) que respeten la dignidad y la privacidad de los individuos

El mal uso que se hace de estas nuevas tecnologías disruptivas puede ser un caldo de cultivo importante de ilícitos penales cuyas consecuencias pueden ser de magnitud insospechada para quienes lo realizan: usurpación de identidad, clonación de voz, delitos contra la propiedad intelectual y derechos de autor. Por tanto, incidir de manera directa en la formación y concienciación de los diferentes agentes sociales, coadyuvará a la consecución de un mejor entendimiento y defensa de sus derechos digitales a través de herramientas efectivas que les protejan. 

En conclusión, la relación entre la protección de datos, la privacidad y la inteligencia artificial es compleja y multifacética. La creciente interconexión entre estos elementos destaca la necesidad de un enfoque integral que aborde tanto los aspectos legales y éticos como los técnicos. Solo a través de un compromiso continuo y colaborativo podemos construir un futuro donde la IA y la protección de datos coexistan de manera armoniosa, respetando y preservando la privacidad de cada individuo como su valor activo más importante. 

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