Noticias JurídicasOrigen https://noticias.juridicas.com

Actualidad El sector legal
23/05/2024 14:07:23 Ascensión Leciñena Ibarra PERSONAS MAYORES 14 minutos

El compromiso europeo en el cuidado de las personas mayores

Son necesarias estrategias internacionales y políticas públicas que aborden las necesidades de una sociedad envejecida en las que el cuidado deje de ser entendido como un hecho individual

Por Ascensión Leciñena Ibarra, profesora titular Derecho civil de la Universidad de Murcia

El envejecimiento de la población de la Unión Europea plantea un desafío importante en materia de cuidados de larga duración. El estado debe dejar a un lado la dependencia, para alcanzar la autonomía e independencia de las personas necesitadas de cuidados.

Desafíos y oportunidades del envejecimiento demográfico en Europa

El envejecimiento demográfico constituye uno de los desafíos más significativos que afronta la Unión Europea en las próximas décadas, planteando nuevos retos en el cuidado de las personas mayores que urge afrontar1. Junto al cambio climático y la revolución tecnológica vinculada a la inteligencia artificial, el envejecimiento se revela como una cuestión central en la reconfiguración del futuro de la sociedad europea2.

La disminución progresiva de la tasa de natalidad junto con el descenso de la tasa de mortalidad en edades avanzadas, consecuencia del aumento de la esperanza de vida, ha impactado en la población fortaleciendo su longevidad y, por ende, su dependencia. Las cifras hablan por sí solas. Según datos de Eurostat3 se estima que el 30 % de los europeos tendrá 65 años o más en 2070, frente al 20 % hoy, pasando de 92,1 millones en 2020 a 130,2 millones en 2050. Entre 2019 y 2070, la proporción de personas de 80 años o más, según las proyecciones, se duplicará con creces hasta situarse en el 13 %, pasando de 26,6 millones en 2020 a 49,9 millones en 2050.

Es un hecho cierto que los europeos viven más años y, como promedio, se mantienen durante más tiempo en buen estado de salud. En las últimas cinco décadas, la esperanza de vida al nacer ha aumentado en unos diez años tanto para los hombres como para las mujeres4. En 2070, según las proyecciones demográficas, la esperanza de vida al nacer de los hombres alcanzará los 86,1 años, frente a los 78,2 años en 2018. En el caso de las mujeres, pasará de 83,7 a 90,3 años.

De los datos supra referenciados se pueden extraer dos conclusiones: la primera, que la vida que la ciencia alarga se proyecta en una vejez más prolongada consiguiendo una mayor supervivencia frente a situaciones que hace pocos años hubieran causado la muerte. La segunda, que los años de vida adicionales aportados por los avances médicos no han podido eludir la pérdida de capacidad funcional asociada inexorablemente a la edad, lo que incrementará exponencialmente la demanda de cuidados de larga duración necesarios para satisfacer las necesidades de la última etapa de la vida. 

Las previsiones indican que este incremento paulatino de la demanda de cuidados de larga duración no va a venir acompañado de un aumento igualmente progresivo de la oferta para prestarlos. Al contrario, en la medida en que aumenta el número de potenciales personas a cuidar van disminuyendo las personas dispuestas a prestarles los cuidados dentro de la red familiar. Y ello, principalmente, tanto por la creciente incorporación de las mujeres al mercado laboral y los cambios en la estructura familiar como por la movilidad geográfica de las familias que provoca la dispersión de sus miembros dificultando que puedan brindar apoyos continuos y presenciales. 

Durante siglos los cuidados se han regido por una lógica patriarcal en la que solo las mujeres tenían asignadas y asumidas estas funciones asistenciales “para las que se las creía innata y biológicamente inclinadas”5. Un sistema de cuidados familista y feminizado cuyo colapso es patente pues, si la generalizada incorporación de las mujeres al mercado de trabajo ya dificulta bastante la conciliación del cuidado de hijos pequeños con el trabajo6, la conciliación profesional con el cuidado de las personas de edad se antoja de imposible consecución. El apoyo asistencial informal junto con el complementario al prestado profesionalmente por terceros recae mayoritariamente sobre las mujeres de la familia y esto afecta a la conciliación de su vida familiar y profesional limitando sus opciones de conseguir una estabilidad laboral. Como se recoge en el estudio The european care strategy a chance to ensure inclusive care for all?7, “como las mujeres ganan de media menos que los hombres, tienen más probabilidades de abandonar el mercado laboral por asumir el cuidado en el hogar. En términos económicos podríamos decir que el "coste de oportunidad" de quedarse en casa y ocuparse de los cuidados suele ser menor para las mujeres que para los hombres.

Por otro lado, según la Encuesta de Población Activa el 16% de las mujeres que no trabajan y quieren hacerlo es por el cuidado de otras personas, porcentaje en el caso de los hombres es del 2 %. Entre los trabajadores a tiempo parcial el 26 % de las mujeres indicaron que los cuidados familiares eran su motivo principal, frente al 6 % de los hombres”. 

Y como aspecto destacado relacionado con el panorama de crisis de cuidados repárese en que “como las mujeres viven más años por término medio, pero normalmente con peor salud que los hombres, necesitan cuidados de larga duración más intensos y durante períodos más largos. Pero también suelen tener menor capacidad económica para permitirse este tipo de cuidados debido a las desigualdades de remuneración y pensiones entre hombres y mujeres acumuladas a lo largo de su vida”8.

Instalados en este escenario de problemas y tensiones en la corresponsabilidad del cuidado se pone de manifiesto la incapacidad del apoyo familiar para dar respuesta a las necesidades que la sociedad reclama demandando la reconfiguración del tratamiento del cuidado a través de estrategias internacionales, implementando políticas públicas que garanticen el acceso universal a una asistencia asequible y de calidad (DOUE-Z-2022-70073). 

El nuevo paradigma en materia de cuidados 

Tradicionalmente el cuidado ha sido entendido como un hecho individual, respuesta ante un estado de dependencia más o menos grave; un asunto privado relegado de la intervención pública. En alguna medida, esta percepción ha podido influir en el discurso político de la UE en su estrategia de cuidados de larga duración defendido en las últimas décadas, “fragmentada y con escasa cohesión, preocupada fundamentalmente por el aumento de los costes sanitarios”9.

La pandemia por coronavirus puso en evidencia las vulnerabilidades de una población en proceso de envejecimiento sirviendo de llamada de atención a la UE que parece conceder por fin a los cuidados el peso político que merecen10.

En una sociedad en la que las instituciones nacionales y europeas están comprometidas con la protección de los derechos de los más vulnerables, el cuidado no puede quedar reducido al ámbito individual y privado de las personas dependientes sino que debe elevarse a la condición de derecho frente a la sociedad abarcando todos los servicios que apoyan la autonomía e independencia de las personas necesitadas de cuidados y garantizando el ejercicio igualitario de los derechos, la dignidad, la autonomía, la inclusión y el bienestar de todas las personas (Resolución del Parlamento Europeo, de 5 de julio de 2022, sobre el fomento de una acción europea común en materia de cuidados (2021/2253(INI). 

Las personas mayores han dejado de ser sujetos pasivos de cuidados para convertirse en empoderados sujetos activos, con capacidad para ejercerlo por sí mismas frente a la sociedad con el apoyo adecuado. Es por ello que también forma parte del cuidado de las personas de edad proveerles de “los medios necesarios para que puedan tomar decisiones y ejercer el control sobre sus vidas, y adoptar todas las decisiones que les afecten con el máximo grado de libre determinación e interdependencia en la sociedad”11

Autonomía personal y capacidad de elección que encuentran reflejo en el art. 25 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE al reconocer el derecho de las personas mayores a llevar una vida digna e independiente y a participar en la vida social y cultural. 

Para el Consejo "vida independiente"12 para todas las personas que necesitan cuidados de larga duración implica poder vivir en la comunidad con opciones iguales a las de otras personas, tener la oportunidad de elegir su lugar de residencia y dónde y con quién vivir en igualdad de condiciones con las demás, y no estar obligadas a vivir en un determinado sistema de vida.

El 2 de diciembre de 2020, la Comisión presentó al Parlamento europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social europeo y al Comité de las Regiones una Estrategia para reforzar la aplicación de la Carta de los Derechos Fundamentales en la UE, (COM (2020) 711 final) centrada en cuatro aspectos:

1.Garantizar la aplicación efectiva de la Carta por parte de los Estados miembros
En particular, este punto va a tener incidencia en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos garantizando a todas las personas el acceso a la justicia que permita defender el derecho que recoge el art. 25 de la Carta de los Derechos Fundamentales. 

2. Capacitar a las organizaciones de la sociedad civil, a los defensores de los derechos y a los profesionales de la Justicia. 

3. Fomentar el uso de la Carta como brújula para las instituciones de la UE. 

4. Reforzar la conciencia de las personas acerca de los derechos que les confiere la Carta.

La Estrategia Europea de Cuidados 

En un entorno demográfico consolidado, tras décadas de aumento de la longevidad y reducción de la fertilidad, la UE necesitaba una estrategia especial de cuidados para las personas mayores que fuera reflejo del cambio de paradigma operado en esta materia. En septiembre de 2022, la Comisión Europea presentó su "Estrategia Europea de Cuidados"13 . Se hace especial hincapié en los cuidados de larga duración a través de dos Recomendaciones del Consejo sobre la revisión de los objetivos de Barcelona sobre los servicios de educación y cuidados de la primera infancia y la relativa al acceso a cuidados de larga duración asequibles y de calidad. Esta última14, recomienda que los Estados miembros garanticen una protección social adecuada para los cuidados de larga duración, en particular, garantizando que todas las personas que los necesiten puedan disfrutar de cuidados de larga duración que sean:

a) Oportunos, permitiendo que las personas que necesiten cuidados de larga duración reciban los cuidados necesarios tan pronto como sean requeridos y durante el tiempo indispensable.

b) Integrales, es decir, que cubran todas las necesidades de cuidados de larga duración derivadas del deterioro mental o físico de la capacidad funcional, determinadas mediante una evaluación basada en criterios de admisibilidad claros y objetivos y en coordinación con otros servicios de asistencia y bienestar.

c) Asequibles, permitiendo que las personas que necesiten cuidados de larga duración mantengan un nivel de vida digno y protegiéndolas de la pobreza y la exclusión social a causa de sus necesidades de cuidados de larga duración, así como preservando su dignidad.

Hacia una Estrategia Europea de Personas Mayores

Junto a la anterior Estrategia de cuidados en la UE aparece en el horizonte una nueva estrategia europea de personas mayores que parte del paradigma del envejecimiento activo y saludable que propuso la OMS. Su antecedente inmediato se sitúa en el Libro Verde de la UE sobre el envejecimiento 202115  respecto del cual el Consejo Económico y Social Europeo ha sido bastante crítico al poner de manifiesto que “el enfoque de la edad y las personas mayores como un gasto o coste para la sociedad, obviando los beneficios sociales y económicos que se obtendrían con una mayor inclusión activa de las personas mayores. El Libro Verde no deja de vincular la edad con el declive, la pasividad y la vulnerabilidad. Para aprovechar el potencial del envejecimiento, es fundamental una visión basada en los derechos humanos, el bienestar, la contribución de las personas mayores a la sociedad y la economía y las herramientas para posibilitar su contribución” (SOC/757).

La estrategia de personas mayores estará centrada en la igualdad y la no discriminación, focalizándose especialmente en la lucha contra el edadismo que perpetúa estereotipos que limitan su participación plena en la sociedad.

Igualmente, en el ámbito internacional, el CESE enfatiza la necesidad de aprobar una Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las personas mayores para el disfrute de igualdad de derechos humanos en la edad avanzada, siguiendo el ejemplo de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de la infancia o de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, garantizando la participación activa de las organizaciones de la sociedad civil que representan a las personas mayores y a las partes interesadas pertinentes.

JORNADA JUBILARE

Organizado por el Colegio de Registradores en su iniciativa Jubilare, el próximo 30 de mayo a las 18,00 h. tendrá lugar en el Salón de Grados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Murcia, un nuevo seminario que también podrá seguirse por TEAMS.

"El compromiso europeo en el cuidado de las personas mayores"

Programa de la jornada e inscripciones en este enlace. Por razones de aforo, si desea asistir presencialmente, confirme por favor en los telf.: 912 721 858 o 968 244 837 o enviado un correo a: secretariasdireccion@corpme.es o decanato.murcia@registradores.org

Notas al pie

1. Informe sobre el envejecimiento del viejo continente: posibilidades y desafíos relacionados con la política de envejecimiento después de 2020, (2020/2008(INI), 4.6.2021. Consultado en https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/A-9-2021-0194_ES.html.

2. Dictamen Consejo Económico y Social Europeo. Estrategia europea para las personas mayores. Ponente CABRA DE LUNA, M.A (SOC/757).

3. Consultados en el Informe de la Comisión al Parlamento europeo, al Consejo, al Comité económico y social europeo y al Comité de las Regiones, sobre los efectos del cambio demográfico, 17 de junio de 2020, (COM(2020)0241final). Datos que también incorpora la Recomendación del Consejo de 8 de diciembre de 2022 sobre el acceso a cuidados de larga duración de alta calidad asequibles (DOUE-Z-2022-70073, nº 476, 15.12.2022. Para más información puede consultarse https://ec.europa.eu/eurostat/statistics-explained/index.php?title=Population_structure_and_ageing/es&oldid=510186#El_porcentaje_de_personas_mayores_sigue_aumentando.

4. Para más información, véase el documento de Eurostat Statistics Explained, «Mortality and life expectancy statistics»: consultado en https://ec.europa.eu/eurostat/statistics-explained/index.php?title=Mortality_and_life_expectancy_statistics.

5. ELIZALDE-SAN MIGUEL y MARTÍNEZ VIRTO; “El cuidado a personas mayores; ¿que nos ha enseñado la actual crisis del COVID-19?, Cuadernos Gerontológicos, Respuestas sociosanitarias en tiempos de crisis nº 29, 2021, p. 54.

6. Resulta revelador que en la UE las mujeres con hijos menores de 7 años dedican una media de 20 horas semanales más que los hombres al trabajo no remunerado, incluidas las tareas domésticas y los cuidados. Véase Eurofound (2017). “Sixth European Working Condi¬tions survey – Overview Report (2017 update). Consultado en https://www.eurofound.europa.eu/en/publications/2016/sixth-european-working-conditions-survey-overview-report. 

7. NAVARRA, C. y FERNANDES, M., “Care as a driver of sustainable growth”, en The european care strategy a chance to ensure inclusive care for all?, The Foundation for european progressive studies (FEPS), Friedrich Ebert Stiftung, 2023, p. 13. La traducción es de la autora.

8. Véase Comunicación de la Comisión al Parlamento europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social europeo y al Comité de las Regiones sobre la Estrategia Europea de Cuidados, Bruselas, 7.9.2022 COM (2022) 440 final.

9. SARACENO, C, “Demographic challenges for social cohesion”, en The european care strategy a chance to ensure inclusive care for all?, The Foundation for european progressive studies (FEPS), Friedrich Ebert Stiftung, 2023, p. 29: 2. La traducción es de la autora.

10.   THISSEN, L. y MACH, A. “Introduction”, en The european care strategy a chance to ensure inclusive care for all?, The Foundation for european progressive studies (FEPS), Friedrich Ebert Stiftung, 2023, pp. 9-10. La traducción es de la autora.

11. Observación General nº 5 (2017), Observación general núm. 5 (2017) sobre el derecho a vivir de forma independiente y a ser incluido en la comunidad, CRPD/C/GC/5).

12. Recomendación del Consejo de 8 de diciembre de 2022 sobre el acceso a cuidados de larga duración de alta calidad asequibles (2022/C 476/01).

13. Comunicación de la Comisión al Parlamento europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones sobre la estrategia europea de cuidados, 7.9.2022 com (2022) 440 final.

14. Recomendación del Consejo de 8 de diciembre de 2022 sobre el acceso a cuidados de larga duración de alta calidad asequibles (2022/C 476/01), DOUE-Z-2022-70073.

15. Libro verde sobre el envejecimiento. Fomentar la solidaridad y la responsabilidad entre generaciones, 27.1.2021 COM (2021) 50 final.

Te recomendamos