La justicia ha absuelto a un hombre que durante una jornada de caza se vio obligado a disparar a un perro agresivo, propiedad de una pareja que paseaba por la zona. 

La Audiencia Provincial de Valladolid ha aceptado que el cazador abatiese al can para evitar un mal mayor después de que el animal intentase morderlo. Ratifica así la sentencia del juzgado, desestimando el recurso de los propietarios de la mascota. 

No hay delito

La sentencia, publicada el 26 de febrero pero no conocida hasta ahora (disponible en este enlace), rechaza que exista un delito de maltrato injustificado a animal doméstico, penado en el artículo 337 del Código Penal con hasta un año de prisión. 

El tribunal acepta que el cazador intentó mediar entre el perro ajeno y uno de sus perros de caza, ambos enzarzados en una pelea. Al intentar separarlos, el animal, a cargo de una pareja que se dirigía a una finca cercana, intentó morderlo, alcanzándolo de forma superficial en una pierna y rajando su pantalón.Cuando el perro volvió a atacar, el hombre realizó un disparo al aire y luego dos disparos hacia el animal, que acabaron con su vida. 

Como razonan los magistrados, la actuación del cazador está justificada por el peligro potencial que representaba el perro. Aunque el primer mordisco no llegó a causar heridas, el disparo de advertencia y la actitud agresiva del can son suficientes para justificar abatir a la mascota. El fallo defiende que se evitó así un mal de consecuencias "impredecibles", que "podían consistir en causar graves lesiones a una persona". No hay pues, delito, y el tribunal avala la conducta del cazador.