La Vicepresidenta Primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, presidió la inauguración del VII Congreso de la Asociación de Constitucionalistas de España, que se celebra entre ayer y hoy en el Senado.
En su intervención, reiteró la propuesta del Gobierno para llevar a cabo una “reforma limitada y pactada de nuestra Constitución”, con el fin de reforzar el Senado como cámara territorial, incorporar la denominación de las Comunidades Autónomas y garantizar la igualdad en el acceso a la Jefatura del Estado.
Según dijo la Vicepresidenta, las citadas reformas “son medidas apoyadas, comprendidas y compartidas por los españoles y españolas”, y por tanto, “necesarias y que refuerzan el arraigo de nuestra Constitución en el sustrato de nuestra sociedad”. A su juicio, este debate debe abordarse “con serenidad pero con determinación” propios de “una sociedad democráticamente madura pero que mantiene joven el corazón”.
Fernández de la Vega aprovechó su intervención para recodar los grandes avances experimentados en España desde un punto de vista económico, político y social, a lo largo de estos treinta años de democracia. Frente al “idioma del miedo” que propugnaba la dictadura franquista, advirtió cómo “los valores y principios de nuestra Constitución han permeado nuestra forma de entender el mundo, de comprender nuestra sociedad y a nosotros mismos”. “Hace treinta años, constituirnos libremente como sociedad, como país libre. Constituirnos como ciudadanos. Constituirnos como lo que hoy somos, un país avanzado, tolerante, solidario y plural”, destacó la Vicepresidenta.
De esta manera, valoró que “atrás quedaron las dos España que temía Machado” y “hemos aprendido que la libertad no habita en la ausencia de conflictos, sino en su resolución pacífica y dialogada, en el Parlamento, en el mayor sentido de la palabra. En el acuerdo, el derecho, las instituciones, la alternancia de los gobiernos, y la soberanía del pueblo”.
Así, apuntó que “hemos fortalecido nuestro equilibrio institucional y territorial y hoy asistimos al desarrollo de los estatutos autonómicos de segunda generación, que avanzan en autogobierno, en competencias, en corresponsabilidad, cercanía y en derechos para los ciudadanos, “sin ruptura alguna, con sentido de nación y de solidaridad”.
Del mismo modo, consideró que hemos crecido en libertad y derechos a la educación, la sanidad, garantías de derechos humanos, además de la consolidación del sistema de partidos, la democratización del ejército, la aconfesionalidad del Estado, la configuración del Estado autonómico, incorporación de España al ámbito internacional, o la igualdad de género.
“Hoy extendemos a los ciudadanos nuevos derechos con los que hace unos años apenas soñábamos: a la autonomía personal, derecho a un medio ambiente sano y respetado y el derecho a vivir en paz”, recalcó.