Una mujer de 54 años ha recuperado su pensión por incapacidad permanente tras una resolución favorable de los tribunales, después de que el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) le retirara dicha ayuda.

Diagnóstico

La trabajadora había sido diagnosticada con síndrome de fatiga crónica grado III, trastorno depresivo mayor recurrente y agorafobia, lo que la llevó a ser considerada en situación de incapacidad permanente absoluta desde 2019. Sin embargo, en una revisión posterior, el INSS argumentó que existía una mejora en su estado de salud, lo cual fue cuestionado por la paciente, ya que no se ajustaba a la realidad clínica. Desesperada por esta decisión, la afectada decidió buscar asistencia legal. 

A pesar de la evolución desfavorable de sus patologías, el INSS mantuvo su postura de que la trabajadora se encontraba en mejor estado. La gravedad de la situación clínica de la paciente fue respaldada por informes médicos que documentaron nuevos diagnósticos, incluyendo un trastorno depresivo mayor en su forma más severa y complicaciones pulmonares graves, así como un deterioro significativo de su función respiratoria.

Frente a la negativa del INSS de reconocer el deterioro de las condiciones de la paciente, los abogados del Centro Médico Jurídico TribunalMedico.com, en representación de la trabajadora, llevaron el caso a los tribunales. Con el respaldo de un informe médico pericial detallado, se presentó la situación clínica actual de la trabajadora ante los Juzgados de lo Social Nº 09 de Barcelona, solicitando la restitución de su pensión.

El juez falló a favor de la trabajadora, anulando la decisión del INSS y reconociendo su derecho a recibir nuevamente la pensión por incapacidad permanente en grado absoluto. Además, se ordenó a la administración abonar los efectos retroactivos desde la fecha de la retirada de la pensión, lo que suma un total de 26.365,20 euros, correspondientes a dos años de pensión.