Nuestras facultades de Derecho siguen dando mucha mayor relevancia a la formación estrictamente jurídica que al desarrollo de las habilidades profesionales con las que un abogado va a tener que desarrollar su carrera en un mercado sumamente competitivo.
Esta carrera suele desarrollarse como abogado por cuenta ajena, ya sea en un despacho o empresa, o como abogado por cuenta propia.
Iniciar el ejercicio por cuenta propia es una aventura apasionante, a la que conviene llegar con un mínimo de rodaje previo, so pena de tener que asumir un proceso de aprendizaje no tutelado en el que el riesgo de cometer errores amenace las posibilidades de éxito (precisamente por eso a estos profesionales dedicamos nuestra anterior “Cinco consejos para abogados que empiezan a ejercer por cuenta propia”).
Por otro lado, comenzar el ejercicio profesional en un despacho de abogados ya en funcionamiento o en el departamento jurídico de una empresa, puede ser una de las mejores formas de aprender el oficio para un abogado o abogada joven. Poder integrarse en una estructura de trabajo ya consolidada, en la que tener ocasión de ocuparse de los primeros asuntos profesionales bajo la dirección de un responsable y en compañía de otros colegas, puede ser un magnífico campo de ejercicio y aprendizaje para el nuevo abogado.
Sin embargo, como todo comienzo, iniciarse en esta forma de ejercicio suponer también afrontar unos retos para los que quizás estos consejos puedan resultar de utilidad.
Haz preguntas
La curva de aprendizaje de un nuevo abogado, ese salto desde el mundo más bien teórico de la facultad a la realidad del trabajo profesional, es más bien abrupta. Se te va a pedir que hagas cosas que no has hecho antes, ya sea realizar una investigación sobre un tema concreto (y a menudo esotérico), revisar el clausulado de un contrato o redactar una propuesta de acuerdo.
Y aunque la responsabilidad de hacer bien ese nuevo trabajo suele impresionar mucho al joven abogado, la buena noticia, señala Tej Prakash, en Law Technology Today, es que los socios o los abogados senior con los que estás trabajando saben que eres novato e inexperto y que probablemente eso que te piden no lo hayas hecho antes.
Usa ese punto en tu favor y pregunta cuando no estés seguro de algo. Aunque lógicamente se espera de ti que tengas una formación adecuada, nadie va a suponer que ya lo sabes todo (ni siquiera mucho) sobre cualquier tema desde el primer día.
Asume que no lo sabes todo
Aplicando lo dicho en el punto anterior a la relación con los clientes, y dado que estás empezando, no pretendas conocer la respuesta a todas las preguntas que te puedan plantear.
Ante una consulta de cuya respuesta no estás seguro, es mucho mejor decir al cliente "Déjeme comentarlo con [aquí el nombre del socio] antes de darte una respuesta" que improvisar una respuesta para salir del paso.
Del mismo modo, señala Prakash, si un socio o un senior te hace una pregunta de cuya respuesta no estás seguro, es correcto decir "Déjame investigarlo antes de responderte". Eso sí, asegúrate de responderle rápidamente.
Sé organizado
Como abogado vas a tener que gestionar muchos documentos. Por eso es muy importante que te organices adecuadamente de forma que puedas responder con rapidez a cualquier consulta sobre dichos documentos que te pueda hacer un senior o tu superior.
Lo peor que te puede pasar es que no sepas dónde se encuentra un documento o correo electrónico clave a tu cargo.
Sé puntual y responde a las llamadas o correos
La puntualidad es muy importante. Si debes asistir a una reunión y esta comienza a las 12 de la mañana, deberías estar allí a la 11:55 como muy tarde. Si te surge algún problema que preveas que te va a obligar a retrasarte, no dejes de avisar, al cliente o a los otros miembros de tu equipo, para que lo sepan.
También es importante atender con rapidez las llamadas y correos que te dirigen. Ambos gestos harán que aumente la confianza de tus supervisores en ti, lo cual es un factor clave de tu éxito a largo plazo en la empresa.
Según Prakash, la falta de puntualidad o de capacidad de respuesta apuntan a una falta de interés por tu parte (real o no), que debes evitar.
Sé proactivo
Saca partido a tus posibles debilidades, convirtiéndolas en factores favorables. Por ejemplo, puede que seas lento realizando tu trabajo (hay mucha gente así). Sin embargo, el hecho de que seas lento puede permitirte agregar valor a tu trabajo de otra manera.
Por ejemplo, podría permitirte reparar en una nueva norma que acaba de ser aprobada, o en una sentencia que aclaró la interpretación judicial de determinado precepto que podría beneficiar a tus clientes. Y ello puede darte la oportunidad de ofrecerte para investigar más a fondo el tema y prepara un informe al respecto.