Durante su intervención en el debate del Pleno, Celestino Corbacho ha recordado que la nueva ley aspira a "incrementar la productividad de la economía española y a mejorar la competitividad de nuestras empresas". En este sentido, ha detallado los tres objetivos que se marca: enfrentarse a la dualidad, reforzar la flexibilidad interna y incrementar las oportunidades de las personas desempleadas de acceder a un puesto de trabajo.
Así, ha explicado, "esta reforma apuesta por los elementos de flexibilidad interna que permitan a las empresas adaptarse a los cambios del mercado sin recurrir sistemáticamente a la destrucción de empleo". Además, se favorece "un uso más intensivo del contrato indefinido de fomento" a la vez que "se establecen límites más estrictos para los contratos temporales".
Por otra parte, las bonificaciones se reordenan y se concentran en las personas jóvenes, y las mayores de 45 años. Pensando en el futuro, "hace previsiones sobre dos cuestiones relevantes: la creación por ley de un fondo de capitalización para los trabajadores, en la línea con el denominado modelo austríaco; y la promoción de las iniciativas necesarias para impulsar la reforma de la negociación colectiva en los términos acordados entre los interlocutores sociales, tal como éstos han comprometido".
A modo de conclusión, el ministro ha asegurado que "esta es la reforma que necesita nuestro país en este momento de salida de la crisis para generar confianza y adaptar nuestro modelo de mercado laboral a los desafíos del futuro".