Sumario

La disposici�n adicional primera del Real Decreto 1145/1990, de 7 de septiembre, por el que se crea el Servicio de Asistencia Religiosa en las Fuerzas Armadas y se dictan normas sobre su funcionamiento, prev� que el Arzobispo Castrense podr� designar sacerdotes y religiosos que colaboren a tiempo parcial y con car�cter de complementariedad, con el personal adscrito al Arzobispado Castrense, en los t�rminos previstos en el anexo I, art�culo 6 del Acuerdo suscrito entre el Estado espa�ol y la Santa Sede el 3 de enero de 1979.

Asimismo, dicha disposici�n adicional establece que estos sacerdotes y religiosos no ser�n, en ning�n caso, miembros del Servicio de Asistencia Religiosa en las Fuerzas Armadas y, por tanto, no se les aplicar�n los preceptos contenidos en el citado Real Decreto.

Por su parte, el art�culo 6 del anexo I del Acuerdo entre el Estado espa�ol y la Santa Sede de 3 de enero de 1979, prev� expresamente que: �Cuando lo estime conveniente para el servicio religioso pastoral, el Vicario Castrense se pondr� de acuerdo con los Obispos diocesanos y los Superiores mayores religiosos para designar un n�mero adecuado de sacerdotes y religiosos que, sin dejar los oficios que tengan en sus di�cesis o institutos, presten ayuda a los capellanes castrenses. Tales sacerdotes ejercer�n su ministerio a las �rdenes del Vicario General Castrense, del cual recibir�n las facultades �ad nutum� y ser�n retribuidos a t�tulo de gratificaci�n o estipendio ministerial�.

En la actualidad concurren motivos y circunstancias suficientes para que se considere adecuado hacer uso de esta forma de asistencia religiosa a los miembros de las Fuerzas Armadas, por lo que se hace necesario dictar unas normas generales sobre la figura de los sacerdotes y religiosos colaboradores que la hace posible, as� como establecer los criterios que han de regir la financiaci�n y la determinaci�n de las gratificaciones o estipendios ministeriales que, en cada caso, correspondan.

Por �ltimo, la disposici�n final primera del citado Real Decreto 1145/1990, dispone que los Ministros de Defensa, de Econom�a y Hacienda y de Trabajo y Seguridad Social dictar�n, en el �mbito de sus competencias, las normas necesarias para el desarrollo del presente Real Decreto a propuesta, en su caso, del Arzobispo Castrense.

En su virtud, dispongo:

Primero.- Los sacerdotes y religiosos que, sin dejar los oficios que tengan en sus di�cesis o institutos, presten ayuda al personal adscrito al Arzobispado Castrense a tiempo parcial y con car�cter de complementariedad, se denominar�n �sacerdotes colaboradores�.

Segundo.- Los sacerdotes colaboradores no ser�n, en ning�n caso, miembros del Servicio de Asistencia Religiosa en las Fuerzas Armadas. No se les aplicar�n las normas estatutarias espec�ficas del personal adscrito a dicho Servicio, ni tendr�n relaciones de car�cter laboral con la Administraci�n General del Estado, quedando adscritos al Arzobispado Castrense con v�nculos exclusivamente can�nicos y pastorales.

Tercero.- El Arzobispo Castrense determinar� las unidades, centros u organismos militares en las que se prestar� esta forma de asistencia religiosa a sus miembros, supliendo la inexistencia de sacerdotes adscritos al Servicio de Asistencia Religiosa en las Fuerzas Armadas o sustituy�ndolos en su ausencia o bien complement�ndolos, seg�n se determine en cada caso.

Cuarto.- El Arzobispo Castrense, previos los tr�mites oportunos con los Obispos diocesanos, con otros prelados con la potestad can�nica correspondiente o con los Superiores mayores religiosos, designar� a los sacerdotes o religiosos que, como sacerdotes colaboradores, ejercer�n el ministerio que se les encomiende en el �mbito de las Fuerzas Armadas y bajo la dependencia del Arzobispo Castrense.

Quinto.- Los sacerdotes colaboradores percibir�n, a t�tulo de gratificaci�n o estipendio ministerial, las cantidades que fije el Arzobispo Castrense con arreglo a los criterios generales a que se refiere el siguiente apartado.

Sexto.- Para la determinaci�n de las cuant�as de las gratificaciones o estipendios ministeriales que, en cada caso correspondan, se tendr� en cuenta:

• a) Los cometidos que se encomienden y el tiempo asignado para realizarlos.
• b) Los gastos derivados del viaje, si lo hubiere, teniendo en cuenta la distancia a recorrer y el uso o no de medios propios para el desplazamiento.
• c) La disponibilidad para responder ante necesidades imprevistas o cuya atenci�n no hubiera sido previamente convenida.

S�ptimo.- Por la Subsecretar�a de Defensa se habilitar�n los fondos econ�micos necesarios para sufragar las gratificaciones o estipendios ministeriales reconocidos por el Arzobispo Castrense.

DISPOSICIONES FINALES