Ley 7/2006, de 2 de octubre, de espect醕ulos p鷅licos y actividades recreativas de la Comunidad de Castilla y Le髇

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Sumario

EXPOSICI覰 DE MOTIVOS

I

Los espect醕ulos p鷅licos y las actividades recreativas han despertado tradicionalmente el inter閟 de los poderes p鷅licos, como se pone de manifiesto, por ejemplo, en la c閘ebre 玀emoria para el arreglo de la polic韆 de los espect醕ulos y diversiones p鷅licas� que a finales del XVIII redact� Melchor Gaspar de Jovellanos para el Supremo Consejo de Castilla. Este inter閟 ha dado lugar a diversas formas de intervenci髇 administrativa que han ido evolucionado en el tiempo conjuntamente con las demandas planteadas en materia de seguridad por la ciudadan韆. As�, en sus or韌enes, la actuaci髇 administrativa en materia de espect醕ulos consist韆 casi exclusivamente en medidas de polic韆 y de mantenimiento del orden p鷅lico. Con ellas se pretend韆 conciliar la libre iniciativa para promover espect醕ulos o actividades l鷇icas con la preservaci髇 de determinados intereses p鷅licos, entre los cuales tradicionalmente se encontraban la seguridad de las personas y de los bienes, la higiene de los establecimientos y la comodidad de los asistentes.

Actualmente, el ejercicio de las libertades p鷅licas en un marco de seguridad ciudadana se configura como una exigencia social ineludible, a la que debe responderse desde las Administraciones P鷅licas con el fin de garantizar la convivencia a la que aspiran las sociedades democr醫icas. Una de las consecuencias inmediatas de esta premisa es que, en la actualidad, la intervenci髇 administrativa en materia de espect醕ulos y actividades recreativas da lugar a una variada gama de actuaciones con las que se pretende la consecuci髇 de objetivos adicionales al mantenimiento del orden p鷅lico. Entre otros, la defensa de los valores democr醫icos, de los derechos de los usuarios y consumidores, la protecci髇 de la juventud y la infancia, el respeto por el medio ambiente y los animales, la tutela de los derechos de autor derivados de la propiedad intelectual, el desarrollo de una pol韙ica activa frente a actitudes sexistas, racistas y xen骹obas y la preservaci髇 de nuestro patrimonio hist髍ico-art韘tico y cultural.

Los profundos cambios econ髆icos y sociales que se han producido en los 鷏timos a駉s afectan significativamente a las demandas de ocio a que responden las actividades recreativas y los espect醕ulos p鷅licos.

La disponibilidad de m醩 tiempo libre, un valor hoy asociado a la calidad de vida, ha ampliado y diversificado las ofertas y opciones de actividades deportivas, culturales, art韘ticas o meramente l鷇icas, por lo que los poderes p鷅licos, hoy m醩 que nunca, deben garantizar la seguridad de los espect醕ulos y de los establecimientos y espacios en que estos se desarrollan, al tiempo que aseguran el equilibrio y la compatibilidad entre el derecho al ocio y otros derechos ciudadanos.

La Comunidad Aut髇oma de Castilla y Le髇 tiene competencia exclusiva en materia de espect醕ulos en virtud de lo dispuesto en art韈ulo 32.1.25.� del Estatuto de Autonom韆 de Castilla y Le髇. Los bienes y servicios de los que ven韆 disponiendo la Administraci髇 del Estado en esta materia fueron transferidos a la Comunidad a trav閟 del Real Decreto 1685/1994, de 22 de julio, como consecuencia de la entrada en vigor de la Ley Org醤ica 9/1992, de 23 de diciembre, de transferencia de competencias a las Comunidades Aut髇omas que accedieron a la autonom韆 por la v韆 del art韈ulo 143 de la Constituci髇. La ejecuci髇 de las mismas ha sido atribuida a la Consejer韆 de Presidencia y Administraci髇 Territorial. Debe, no obstante, tenerse en cuenta que en el referido Real Decreto 1685/1994, de 22 de julio, se recoge que la Administraci髇 del Estado en el marco de su competencia exclusiva en materia de seguridad p鷅lica podr� suspender o clausurar espect醕ulos, manifestaciones deportivas o actividades recreativas, as� como clausurar locales por razones graves de seguridad p鷅lica. Igualmente podr� dictar normas b醩icas de seguridad p鷅lica para los edificios o instalaciones en los que se celebran espect醕ulos y actividades recreativas y de cualquier otro tipo que le corresponda legalmente, si afecta a la seguridad p鷅lica.

En ejercicio de la referida competencia exclusiva, la Comunidad Aut髇oma de Castilla y Le髇 pretende, a trav閟 de esta Ley, fijar el marco jur韉ico de la intervenci髇 administrativa en relaci髇 con los espect醕ulos p鷅licos y las actividades recreativas que se desarrollen en el territorio de la Comunidad. Esta intervenci髇 se realiza determinando, de un lado, el 醡bito de actuaci髇 de la administraci髇 auton髆ica y complementando, por otro lado, la esfera de actuaci髇 propia de los Ayuntamientos en esta 醨ea, de tal forma que, respetando su 醡bito de intervenci髇 tradicional, se ampl韆 su protagonismo en relaci髇 con determinados espect醕ulos y actividades que se desarrollen 韓tegramente en el t閞mino municipal.

En definitiva, con esta Ley se persigue garantizar el ejercicio de las libertades p鷅licas reconocidas en nuestra Constituci髇 en relaci髇 con los espect醕ulos y actividades recreativas que se desarrollen en la Comunidad, sin que se vea menoscabada en ning鷑 caso la seguridad ciudadana. Para la consecuci髇 de este ambicioso objetivo, y a fin de resolver los posibles supuestos de colisi髇 que se produzcan, la Ley contiene limitaciones que afectan tanto a la libertad para promover y ejercer las actividades objeto de regulaci髇 en este texto normativo, como al derecho de los ciudadanos a asistir libremente a un espect醕ulo o a practicar una actividad l鷇ica. No obstante, en la redacci髇 de esta Ley se ha tenido en cuenta en todo momento la necesidad de evitar obst醕ulos innecesarios o desproporcionados de la iniciativa privada, de tal manera que los l韒ites que eventualmente puedan imponerse a la misma sean los estrictamente imprescindibles para garantizar la seguridad ciudadana. As�, y como prueba de lo expuesto, cabe destacar algunas de las modificaciones que se introducen con esta Ley, como la reducci髇 del n鷐ero de autorizaciones administrativas que se consideran necesarias en esta materia, o la supresi髇 de determinadas limitaciones a la iniciativa privada contempladas en la regulaci髇 estatal, como, por ejemplo, la obligaci髇 de entregar carteles.

En relaci髇 con lo expuesto, no puede pasarse por alto la limitaci髇 de la libertad de instalaci髇 y apertura que algunos Municipios han puesto en pr醕tica a trav閟 de sus reglamentos o instrumentos de planeamiento urban韘ticos cuando consideran que existen zonas saturadas de determinadas actividades o establecimientos, realidad que es reconocida y amparada en esta Ley en consonancia con las demandas que hoy plantean los ciudadanos.

II

Las razones concretas que justifican la necesidad de abordar a trav閟 de una ley la intervenci髇 administrativa de esta Comunidad sobre los espect醕ulos p鷅licos y actividades recreativas, derivan de la materia que se regula, dado que contiene limitaciones a las libertades de los ciudadanos reconocidas por la Constituci髇 Espa駉la. Este tipo de regulaciones, como tempranamente se馻l� el Tribunal Constitucional, no pueden abordarse mediante reglamentos, sino 鷑icamente mediante leyes aprobadas por los representantes democr醫icamente elegidos de los ciudadanos. No obstante, la reserva de ley que aqu� se exige, es de car醕ter relativo. Es decir, que a la Ley 鷑icamente se le reserva la regulaci髇 de lo sustancial o principal, pues corresponde a las normas reglamentarias la regulaci髇 de lo instrumental o complementario.

El rango de la norma deriva tambi閚 del peligroso vac韔 sancionador que resulta del insuficiente grado jer醨quico del Real Decreto 2816/1982, de 27 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento General de Polic韆 de Espect醕ulos P鷅licos y Actividades Recreativas, normativa hasta ahora vigente en la Comunidad, ya que el art韈ulo 25.1 de la Constituci髇 determina, de acuerdo con la interpretaci髇 que del mismo ha realizado el Tribunal Constitucional, que la tipificaci髇 de las infracciones y sanciones ha de realizarse mediante normas con rango de Ley.

Adem醩, el referido Reglamento estatal se manifiesta en no pocos extremos como anticuado. No regula determinados aspectos de los espect醕ulos y de las actividades l鷇icas que actualmente se desarrollan, por lo que es patente su inadecuaci髇 a la estructura y particularidades de la Administraci髇 Auton髆ica. Un apropiado marco normativo es condici髇 necesaria para asegurar el desarrollo ordenado de un sector econ髆ico que alberga en nuestra tierra un potencial de generaci髇 de inversiones, empleo y riqueza.

Por otro lado, tambi閚 debe tenerse en cuenta la cl醬sula de supletoriedad del Derecho estatal a que alude el art韈ulo 149.3 de la Constituci髇 Espa駉la. Esta ha dado lugar a una importante doctrina del Tribunal Constitucional que desmiente la pretensi髇 de aplicaci髇 supletoria del Reglamento estatal. Si a dicha circunstancia se suma la capacidad reducida y escaso vigor en algunos casos de la Ley Org醤ica 1/1992, de 21 de febrero, de Protecci髇 de la Seguridad Ciudadana, para regular con car醕ter integral esta materia, habida cuenta el car醕ter limitado del t韙ulo competencial que la habilita, se comprende, sin mayor dificultad, la necesidad de abordar la elaboraci髇 de un marco normativo global propio.

III

La presente Ley pretende regular con car醕ter global todos los espect醕ulos p鷅licos y actividades recreativas que se desarrollen en establecimientos, instalaciones o espacios abiertos ubicados en el territorio de la Comunidad de Castilla y Le髇. En este sentido, se ha dise馻do un marco de intervenci髇 gen閞ico para todos ellos que se considera adecuado y proporcionado tanto desde la perspectiva de los intereses p鷅licos, cuya protecci髇 justifica la necesidad y utilidad de esta norma, como de los leg韙imos intereses profesionales de los sectores que se ver醤 afectados por la entrada en vigor de esta nueva Ley auton髆ica.

Con esa finalidad, la Ley se estructura en cinco T韙ulos, tres disposiciones transitorias, una disposici髇 derogatoria y cinco disposiciones finales. En el T韙ulo I se establecen las disposiciones generales. Se inicia el texto con la determinaci髇 del objeto de la Ley. Quedan excluidas de esta Ley, entre otras, las actividades de car醕ter estrictamente familiar, las que no se hallen abiertas a la p鷅lica concurrencia, as� como cualquier celebraci髇 que se realice en ejercicio de derechos fundamentales consagrados en la Constituci髇.

El T韙ulo II se dedica en exclusiva a regular las autorizaciones administrativas que en el marco del objeto de la Ley pueden dictar tanto la administraci髇 auton髆ica como las administraciones locales y consta de tres cap韙ulos. En el Cap韙ulo I se determinan las condiciones t閏nicas y de seguridad m韓imas que deben cumplir todos los establecimientos e instalaciones en los que se desarrollen espect醕ulos p鷅licos o actividades recreativas. En consonancia con las demandas sociales actuales en materia de seguridad, se establece en esta de que los titulares de los establecimientos p鷅licos y de las instalaciones tengan un seguro de responsabilidad civil que cubra los posibles riesgos derivados de la actividad profesional que desarrollan. En este mismo sentido, se establece la obligatoriedad de elaborar un Plan de Emergencia referido al establecimiento o instalaci髇.

En el Cap韙ulo II se establece la necesidad de obtener la previa autorizaci髇 administrativa para poder desarrollar espect醕ulos p鷅licos y actividades recreativas en instalaciones no permanentes y espacios abiertos.

Por su parte, en el Cap韙ulo III, y 鷏timo de este T韙ulo, se establecen los supuestos en los que ser� necesario obtener autorizaci髇 de la administraci髇 auton髆ica para el desarrollo de espect醕ulos p鷅licos y actividades recreativas. Se permite que un 鷑ico establecimiento o instalaci髇 pueda estar autorizado para el desarrollo de diversas actividades, siempre que cuente con los espacios adecuados para su desarrollo y se trate de actividades compatibles.

El T韙ulo III de la presente Ley se dedica a la organizaci髇 y desarrollo de los espect醕ulos p鷅licos y actividades recreativas y consta de dos cap韙ulos. En el Cap韙ulo I se establecen las normas reguladoras de la organizaci髇 de los espect醕ulos p鷅licos y actividades recreativas tanto en lo referente al contenido obligatorio de la publicidad que sea realizada por los titulares de los establecimientos e instalaciones y por los organizadores de los espect醕ulos o actividades, como a la distribuci髇 de las localidades. Destaca en este cap韙ulo la regulaci髇 que se realiza en relaci髇 con el horario de cierre y apertura de los establecimientos p鷅licos. En la actualidad, esta cuesti髇 tiene una especial relevancia social, lo que ha motivado que haya sido objeto de un an醠isis detallado por tratarse de una regulaci髇 que ha de hacer compatible el derecho al ocio, en su concepci髇 actual, con el leg韙imo derecho al descanso de los ciudadanos. Se ha optado por el establecimiento, mediante Orden de la Consejer韆 competente en materia de espect醕ulos p鷅licos, de un r間imen de horario com鷑 en todo el territorio de la Comunidad, de forma que, al contrario de lo que sucede actualmente, el mismo tipo de establecimiento, cualquiera que sea la provincia en que se ubique dentro del territorio de la Comunidad, estar� sujeto al mismo horario de apertura y de cierre. S髄o con car醕ter excepcional y de forma motivada se permitir� a las Delegaciones Territoriales autorizar horarios especiales para determinados 醡bitos territoriales concretos.

Por su parte, el Cap韙ulo II se refiere a la ordenaci髇 del desarrollo de los espect醕ulos p鷅licos y actividades recreativas. Es el cap韙ulo que contiene el mayor n鷐ero de novedades dentro de la Ley. As� se contempla una regulaci髇 m醩 completa del derecho de admisi髇, en consonancia con recomendaciones emitidas por el Procurador del Com鷑 de Castilla y Le髇. Deben destacarse, igualmente, las medidas que se adoptan para la protecci髇 de los menores, cuesti髇 閟ta que, dado el inter閟 social al respecto, ha sido objeto de un especial cuidado. As�, se regulan los llamados bailes o sesiones de juventud y se contemplan limitaciones respecto de los menores en relaci髇 con algunos establecimientos que son fruto de nuestra 閜oca, como los ciber-caf閟 o las salas de exhibiciones especiales. Se generaliza para todos los establecimientos e instalaciones objeto de esta Ley la obligaci髇 de contar con las correspondientes Hojas de Reclamaciones. Finalmente, en este cap韙ulo se establecen los derechos y obligaciones tanto del p鷅lico como de los artistas o ejecutantes de los espect醕ulos o actividades, as� como tambi閚 se incluyen las obligaciones de los titulares de los establecimientos p鷅licos y de los organizadores de actividades recreativas o de espect醕ulos p鷅licos.

En el T韙ulo IV contiene las disposiciones imprescindibles para garantizar una efectiva aplicaci髇 de esta Ley. Consta de tres cap韙ulos. En el Capitulo I se regula el r間imen de vigilancia e inspecci髇. Se atribuyen al personal autorizado para realizar estas labores, ya sea de titularidad auton髆ica o de titularidad municipal, la consideraci髇 de Agente de la Autoridad, de tal forma que las Actas de denuncia que se extiendan gozar醤 de presunci髇 de veracidad, salvo prueba en contrario. A fin de facilitar esta actividad inspectora se regula un estricto deber de colaboraci髇 por parte de los titulares de establecimientos y organizadores de espect醕ulos o actividades.

En el Cap韙ulo II se regulan detalladamente las medidas provisionales que pueden adoptarse con anterioridad al inicio del correspondiente expediente sancionador.

Finalmente, en el Cap韙ulo III se establece el r間imen sancionador. En 閘 se incluye el cat醠ogo de infracciones y sanciones que en esta materia se aplicar� en la Comunidad de Castilla y Le髇 una vez que la Ley entre en vigor. Como principal novedad en materia de infracciones destaca el endurecimiento de las sanciones en los incumplimientos de los horarios de apertura y cierre de los establecimientos, ya que pasan a constituir infracciones graves, no leves como suced韆 hasta ahora. De la misma forma, se configuran como infracciones graves los incumplimientos de lo dispuesto en el Ley en materia de limitaciones respecto de los menores o vulneraci髇 de la regulaci髇 del derecho de admisi髇. Tambi閚 se ha fijado un cuadro de sanciones adecuado a nuestra realidad cultural y econ髆ica, entre las que sobresale la posibilidad de cerrar definitivamente establecimientos como consecuencia de la comisi髇 por sus titulares de infracciones muy graves. Adem醩, debe destacarse la creaci髇 de un registro auton髆ico de infracciones y sanciones que permitir� un mayor control administrativo en esta materia.

El T韙ulo V y 鷏timo de esta Ley cierra la norma con la previsi髇 de que los sectores afectados en su aplicaci髇 y desarrollo participen mediante la creaci髇 de la Comisi髇 de Espect醕ulos P鷅licos y Actividades Recreativas de la Comunidad de Castilla y Le髇. Esta Ley define las l韓eas b醩icas de su composici髇 y sus principales funciones. Deber� desarrollarse mediante Decreto.