ANEXO

Estrategia de Seguridad Aeroespacial Nacional

Resumen ejecutivo

La Estrategia de Seguridad Aeroespacial Nacional desarrolla las previsiones de la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 en el �mbito de la seguridad del espacio a�reo y ultraterrestre, considerando los objetivos generales, el objetivo del �mbito y las l�neas de acci�n establecidas para conseguirlo.

El documento se articula en cuatro cap�tulos. El primero, titulado �Visi�n integral de la Seguridad Aeroespacial�, detalla aspectos generales de los sectores a�reo y espacial, describe brevemente su marco regulatorio, y justifica el uso de una �nica estrategia de seguridad aeroespacial para proteger los principales intereses nacionales en este �mbito.

El �mbito aeroespacial es tan importante para la moderna sociedad espa�ola que sin los servicios, aplicaciones y productos que proporciona, nos ser�a dif�cil imaginar su funcionamiento. Al mismo tiempo, el elevado uso de la tecnolog�a y el alt�simo nivel de interconectividad implican una especial vulnerabilidad ante las amenazas y desaf�os, y una r�pida velocidad de evoluci�n de las crisis que afecten al �mbito.

El sector a�reo es uno de los elementos vertebradores del Estado espa�ol y un sector estrat�gico en la econom�a nacional. El sector est� en crecimiento constante y actualmente se est� desarrollando, de forma exponencial, el campo de las aeronaves no tripuladas que posibilitar� el desarrollo econ�mico en muchos sectores.

Espa�a tiene asignado un espacio a�reo de responsabilidad considerable que, desde el punto de vista de la defensa y la seguridad a�rea nacional e internacional, es necesario proteger y para ello dispone de un potente sistema integrado en el de la OTAN para vigilar, controlar y dirigir, permanentemente (24/7), los medios de defensa oportunos. El Centro de Operaciones A�reas Combinadas de Torrej�n (CAOC-TJ) es la entidad desde donde se realiza la defensa a�rea del flanco sur de la Alianza Atl�ntica (desde Turqu�a hasta las Islas Canarias) y desempe�a un papel fundamental en la seguridad aeroespacial de Espa�a.

En el sector espacial, Espa�a es un miembro importante de varias organizaciones internacionales, participa en los principales proyectos europeos e internacionales, y acoge en su territorio importantes infraestructuras espaciales. En este sector, se est� desarrollando actualmente la capacidad nacional de vigilancia y seguimiento espacial que permitir� contribuir a la elaboraci�n de un cat�logo de objetos espaciales en �rbita.

La industria aeroespacial es muy importante para el pa�s, tanto por su contribuci�n al PIB nacional como por los numerosos puestos de trabajo altamente cualificados que aporta. Las capacidades �nicas de nuestra industria aeroespacial y de defensa deben mantenerse y protegerse.

Desde el punto de vista de la seguridad, y dado que no existen l�mites f�sicos o funcionales entre los espacios a�reo y ultraterrestre, se considera que ambos forman un �nico �mbito, el aeroespacial, en el que las amenazas y desaf�os se desarrollan a gran velocidad, lo que implica un tiempo de reacci�n muy corto y, consecuentemente, sean necesarias estructuras de decisi�n en tiempo casi real apoyadas en sistemas de mando y control que dispongan de buenas capacidades; que sean fiables; que est�n perfectamente coordinados, tanto a nivel nacional como internacional; y que est�n permanente disponibles.

En el aspecto normativo, los marcos legales de utilizaci�n del espacio a�reo y el ultraterrestre se basan en principios sustancialmente distintos; mientras que en el espacio a�reo rige el principio de soberan�a nacional y uso flexible del espacio a�reo, el espacio ultraterrestre es considerado patrimonio com�n de toda la humanidad. Sin embargo, la regulaci�n actual deja �reas de indefinici�n, como la delimitaci�n del l�mite superior de la soberan�a nacional del espacio a�reo, que en el futuro pr�ximo puede ser una fuente de conflicto, al igual que el espacio ultraterrestre. Como muestra de ello, en el sector espacial han aparecido nuevos actores, como el denominado �Nuevo espacio�, formado fundamentalmente por compa��as privadas, que buscan nuevos modelos de negocio, tienen aspiraciones enfocadas m�s all� de la Tierra, y discuten, e incluso no aceptan, la capacidad normativa de los Estados sobre el espacio exterior.

El segundo cap�tulo �Amenazas y desaf�os en el �mbito aeroespacial� define los conceptos de amenaza y desaf�o, y determina que las vulnerabilidades principales del �mbito aeroespacial derivan de su condici�n de espacio global com�n, de la elevada tecnificaci�n de toda la infraestructura que opera y de la gran interconectividad, que posibilita los �efectos en cadena�.

Las amenazas se agrupan en las seis �reas que define la Estrategia de Seguridad Nacional 2017: conflictos armados, terrorismo, crimen organizado, proliferaci�n de armas de destrucci�n masiva, espionaje y ciberamenazas. Dentro de cada �rea se desarrollan las amenazas espec�ficas para el �mbito aeroespacial como las incursiones no autorizadas; los secuestros de aeronaves, incluyendo la posibilidad de usar la propia aeronave como arma; el sabotaje de aeronaves e instalaciones; la perturbaci�n de sistemas de comunicaciones, posicionamiento y vigilancia; las ciberamenazas; el uso del transporte a�reo para actividades del crimen organizado tales como el tr�fico de mercanc�as ilegales, de personas, de animales, etc.; y el uso de aeronaves no tripuladas para cometer atentados terroristas o tr�ficos il�citos. Sin embargo, las dos amenazas m�s importantes, por su capacidad destructiva y devastadora, son la utilizaci�n del instrumento aeroespacial en conflictos armados y la proliferaci�n de armas de destrucci�n masiva.

Asimismo, los desaf�os se agrupan en tres �reas: emergencias y cat�strofes, epidemias y pandemias, y contaminaci�n atmosf�rica y ac�stica; y dentro de cada una de ellas se desarrollan los desaf�os espec�ficos para el �mbito aeroespacial.

Dadas las caracter�sticas propias del �mbito aeroespacial, muchas de las amenazas y desaf�os pueden producirse fuera de los espacios de soberan�a y jurisdicci�n espa�oles, siendo necesario seleccionar la respuesta en funci�n de las responsabilidades nacionales y de los compromisos internacionales contra�dos por Espa�a.

El tercer cap�tulo �Objetivo, Principios y L�neas de Acci�n� aplica los principios rectores de la Estrategia de Seguridad Nacional 2017 (Unidad de acci�n, Anticipaci�n, Eficiencia y Resiliencia) a las cinco l�neas de acci�n definidas en la misma para el �mbito aeroespacial, desarrollando medidas para cada una de ellas.

1. Fomentar una actuaci�n coordinada de todas las Administraciones P�blicas y departamentos con competencias en el espacio a�reo y ultraterrestre que permita establecer sinergias y abordar soluciones transversales.

Esta l�nea de acci�n se desarrolla mediante medidas en las �reas de coordinaci�n, estructuras, formaci�n y adiestramiento, y cultura de seguridad, para mejorar la toma de decisiones, la formaci�n y adiestramiento avanzado del personal en gesti�n de crisis, la divulgaci�n en la sociedad de la cultura de seguridad aeroespacial y las estructuras necesarias para llevar a cabo respuestas �giles y adecuadas.

2. Fortalecer las capacidades de los organismos e instituciones nacionales, tanto p�blicos como privados, con competencias en estos �mbitos, para hacer frente a las diversas amenazas y desaf�os propios del espacio a�reo y ultraterrestre.

Se desarrolla con medidas legales, de incremento y mejora de las capacidades de vigilancia, control y defensa del espacio a�reo, de vigilancia y seguimiento del espacio ultraterrestre, de supervivencia de infraestructuras cr�ticas, de consolidaci�n de la base industrial, de protecci�n del medio ambiente, etc.

3. Perseverar en el an�lisis de riesgos y evaluaci�n de medidas contra ciberataques, actos terroristas o delictivos u otros conflictos que afecten a las instalaciones aeroportuarias o al transporte a�reo, dentro o fuera del espacio a�reo espa�ol.

Se aborda esta l�nea de acci�n, con medidas en las �reas de ciberamenazas, terrorismo y desaf�os, entre las que destacan el desarrollo de una pol�tica integral de ciberseguridad aeroespacial, la necesidad de canales espec�ficos de distribuci�n de inteligencia sobre amenazas espec�ficas, y el incremento de capacidades del sistema espa�ol de seguimiento y vigilancia espacial.

4. Impulsar un desarrollo normativo del uso civil de aeronaves pilotadas remotamente que garantice el necesario equilibrio entre la seguridad de las personas, instalaciones y dem�s usuarios del espacio a�reo, y el desarrollo tecnol�gico y econ�mico de un sector pujante de la econom�a espa�ola.

La regulaci�n de los m�ltiples aspectos que implica la operaci�n de aeronaves no tripuladas es condici�n indispensable para liberar el potencial del sector. La regulaci�n se desarrolla a nivel nacional e internacional, y es muy compleja porque hay que compatibilizarla con otras regulaciones que ocupan el mismo espacio. En el contexto de la seguridad aeroespacial, las medidas de tipo legal deben complementarse con la concienciaci�n y sensibilizaci�n en su empleo, el desarrollo de capacidades contra aeronaves no tripuladas y su normativa de aplicaci�n.

5. Apoyar el papel de Espa�a en el �mbito internacional, dentro del marco de compromisos y responsabilidades asumidos en materia de seguridad a�rea y ultraterrestre.

Se sustancia con una serie de medidas de inversi�n, participaci�n y representaci�n, acuerdos bilaterales y multilaterales, mejora de la interoperabilidad, programas duales, coordinaci�n meteorol�gica y de fen�menos de meteorolog�a espacial, y coordinaci�n para prevenci�n de enfermedades contagiosas.

El cuarto cap�tulo �La Seguridad Aeroespacial en el Sistema de Seguridad Nacional� define la arquitectura org�nica de la seguridad aeroespacial. Bajo la direcci�n del Presidente del Gobierno, la estructura se compone de tres �rganos: el Consejo de Seguridad Nacional, como Comisi�n Delegada del Gobierno para la Seguridad Nacional; el Consejo Nacional de Seguridad Aeroespacial que apoyar� al Consejo de Seguridad Nacional y asistir� al Presidente del Gobierno en la direcci�n y coordinaci�n de la pol�tica de Seguridad Nacional en el �mbito de la seguridad aeroespacial, as� como fomentando las relaciones de coordinaci�n, colaboraci�n y cooperaci�n entre Administraciones P�blicas y entre estas y el sector privado, y el Comit� de Situaci�n que actuar� de forma complementaria al Consejo de Seguridad Nacional y, con el apoyo del Departamento de Seguridad Nacional, gestionar� las situaciones de crisis del �mbito aeroespacial, que por su transversalidad o dimensi�n, desborden las capacidades de respuesta de los mecanismos habituales.

CAP�TULO 1

Visi�n integral de la Seguridad Aeroespacial

Aspectos generales del �mbito aeroespacial

El �mbito aeroespacial conecta todos los puntos de la Tierra y en �l se desarrollan actividades tan fundamentales para la sociedad moderna que ser�a dif�cil concebir la vida actual sin ellas. Es transversal, facilita y potencia el crecimiento de todos los �mbitos, por lo que la interrupci�n o degradaci�n de servicios aeroespaciales, por cualquier causa, tiene un potencial altamente disruptivo, con implicaciones en el normal desenvolvimiento econ�mico y social de la naci�n, as� como en su seguridad, pudiendo llegar a convertirse en un factor desestabilizante si se prolonga en el tiempo.

El �mbito crece de forma r�pida y constante, y su valor se refleja en los servicios basados o posibilitados por las infraestructuras aeroespaciales en sectores tan relevantes como seguridad y defensa, meteorolog�a, energ�a, telecomunicaciones, econom�a, transporte, mar�timo, aviaci�n, ingenier�a, desarrollo urbano, ocio, turismo y otros muchos. Todos los sectores hacen un uso recurrente e intensivo de los servicios aeroespaciales para su normal funcionamiento.

La tecnolog�a aeroespacial es un elemento indispensable en el funcionamiento de las sociedades modernas, sus activos forman parte de las infraestructuras cr�ticas, y desempe�a un papel crucial para cubrir las necesidades de los ciudadanos. Sin ella no hubiera sido posible llevar a cabo los avances que han posibilitado el desarrollo social actual. Su protecci�n, y la de las infraestructuras que la albergan, son una prioridad para el funcionamiento y desarrollo de la sociedad.

El espacio a�reo y ultraterrestre es, al mismo tiempo, una fuente de oportunidades y de riesgos. Sus servicios deben ser protegidos de los desaf�os y amenazas que puedan causar su interrupci�n o degradaci�n, bien sea por causas naturales, meteorol�gicas, laborales o accidentes que por usos malintencionados o violentos como las interferencias il�citas (atentados, secuestro y sabotaje), la alteraci�n de las se�ales emitidas en el espacio, el espionaje, las ciberamenazas, las acciones terroristas y los conflictos armados.

La Ley de Seguridad Nacional de 2015 incluye la seguridad del espacio a�reo y ultraterrestre entre los �mbitos de especial inter�s de la seguridad nacional, y la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 considera que en los espacios comunes globales (ciberespacio, espacio mar�timo y espacio a�reo y ultraterrestre) cualquier disrupci�n puede suponer una r�pida desconexi�n funcional e informativa y aconseja el desarrollo del mecanismo de gesti�n de crisis.

Espa�a, de acuerdo a sus capacidades y peso econ�mico, es uno de los principales socios europeos del sector aeroespacial. Este sector es clave para el desarrollo econ�mico y la seguridad de la naci�n y, consecuentemente, es fundamental garantizar un acceso adecuado a este �mbito, por lo que es necesario el desarrollo de una estrategia aeroespacial homog�nea, desde la perspectiva gen�rica de la seguridad nacional, que permita alcanzar los objetivos marcados en la Estrategia de Seguridad Nacional vigente.

Aspectos generales del sector a�reo en Espa�a

Espa�a, por su especial distribuci�n geogr�fica, tiene un �rea de responsabilidad a�rea de un tama�o considerable (2.190.000 km²) que representa un desaf�o de gran magnitud e implica un importante esfuerzo desde el punto de vista de los compromisos nacionales e internacionales: servicios de Control A�reo, B�squeda y Rescate, y Vigilancia A�rea relacionada con los flujos migratorios y las actividades il�citas en el mar.

Para garantizar permanentemente la defensa del espacio a�reo nacional, Espa�a cuenta con el Mando de Defensa y Operaciones A�reas. Cuenta con un potente sistema de mando y control que vigila, detecta, identifica, clasifica y, si es necesario, neutraliza, los objetos a�reos que penetran en el espacio a�reo de soberan�a, responsabilidad o inter�s nacional y est� enlazado y coordinado con el sistema de control y gesti�n civil del espacio a�reo de ENAIRE; a su vez, ambos sistemas est�n integrados respectivamente en los sistemas de defensa a�rea de la OTAN y de gesti�n y control del espacio a�reo europeo (EUROCONTROL).

En el dominio de la aviaci�n civil, el transporte a�reo es un elemento vertebrador del Estado y uno de los sectores estrat�gicos de la econom�a nacional. La disposici�n del territorio nacional con la pen�nsula, los archipi�lagos Canario y Balear, y las ciudades aut�nomas de Ceuta y Melilla, as� como su situaci�n entre los continentes europeo y africano, y su orientaci�n abierta al oc�ano Atl�ntico y mar Mediterr�neo, le confieren considerables ventajas para convertirse en un aut�ntico nodo del transporte a�reo intercontinental (Europa-�frica-Am�rica).

Las cifras del transporte a�reo, en crecimiento constante los �ltimos a�os, significan la importancia del mismo para la econom�a nacional: 266 millones de pasajeros; 690 compa��as a�reas, que operan en el pa�s y unen 48 aeropuertos con 350 destinos diferentes en m�s de 140 pa�ses; 36 compa��as espa�olas que movieron 88 millones de pasajeros; 2,3 millones de operaciones; 1,1 millones de Tm de carga. El gestor aeroportuario espa�ol (AENA), cuya propiedad mayoritaria corresponde al Estado, es el mayor gestor mundial de infraestructuras aeroportuarias.

La contribuci�n directa del sector aeron�utico espa�ol (transporte a�reo, aeropuertos, navegaci�n a�rea e industria aeron�utica) supone un 2,5% del PIB nacional y genera m�s de 100.000 empleos directos de alto valor a�adido debido a su estabilidad, calidad y alta cualificaci�n. El sector aeron�utico transporta al 80% de los turistas que eligen nuestro pa�s; y el turismo, que es nuestra primera industria nacional, aporta el 15% del PIB y da trabajo a casi tres millones de personas.

La industria aeron�utica espa�ola se encuentra entre las primeras potencias mundiales con empresas de primera l�nea y presencia internacional. La fortaleza de la base industrial aeroespacial nos permite disponer de la capacidad de controlar todo el ciclo de vida (dise�o, desarrollo, producci�n, soporte) de una aeronave completa, integrar aviones y sistemas, ser l�deres en el desarrollo y bienes de equipo para la fabricaci�n de composites para aeronaves, y disponer de empresas auxiliares de muy alta capacitaci�n tecnol�gica.

En el �rea de aeronaves no tripuladas, el crecimiento del sector ha sido exponencial y la Agencia Estatal de Seguridad A�rea (AESA) ya tiene registrados m�s de 3600 operadores, 4600 pilotos y 5400 aeronaves. La entrada en vigor del RD 1036/2017 ha ampliado el n�mero de escenarios en los que poder realizar operaciones a�reas con aeronaves tripuladas remotamente y ha posibilitado un desarrollo econ�mico en sectores como la agricultura, energ�a, cine, fotograf�a y v�deo, levantamientos a�reos (topograf�a y fotogrametr�a), construcci�n, miner�a, etc. Esta nueva normativa ha representado un fuerte impulso para el desarrollo del sector, mejorando nuestra competitividad, fomentando la creaci�n de empleo de alta cualificaci�n y disminuyendo el impacto ambiental.

Aspectos generales del sector espacial en Espa�a

Espa�a es un pa�s con un alto uso y dependencia de los sistemas espaciales, y dispone de capacidades espaciales propias en telecomunicaciones, observaci�n de la tierra, meteorolog�a, teledetecci�n y, vigilancia y seguimiento espacial. Adem�s, como Estado miembro de la UE, tiene acceso a la utilizaci�n de las capacidades desarrolladas por los programas espaciales de la UE.

Espa�a es miembro de varias organizaciones internacionales con actividades espaciales como la Agencia Europea del Espacio, EUMETSAT (la organizaci�n europea para la explotaci�n de sat�lites meteorol�gicos y estudio del clima), la Agencia Europea de Defensa, la UE, la OTAN y la ONU. Participa en los principales proyectos internacionales y europeos del sector espacial, y aloja en su territorio importantes infraestructuras espaciales nacionales e internacionales.

La gesti�n de la pol�tica espacial por parte de la administraci�n espa�ola, la coordinaci�n y colaboraci�n de los departamentos ministeriales se regula mediante comit�s de coordinaci�n: el Comit� Interministerial de Sistemas Globales de Navegaci�n por Sat�lite, el Comit� Director del Programa Nacional de Observaci�n de la Tierra, la Comisi�n Interministerial de pol�tica industrial y tecnol�gica del espacio, y la Comisi�n de Seguimiento Interministerial de Sistemas de Vigilancia y Seguimiento Espacial.

El pa�s cuenta en la actualidad con un extenso cat�logo de medios espaciales en forma de infraestructuras, centros de investigaci�n, tejido industrial y sistemas espaciales en funcionamiento, que nos sit�an entre los principales actores del sector espacial internacional. Con estos medios se atienden necesidades de organizaciones p�blicas, privadas y de los ciudadanos, y tambi�n aquellas relacionadas con la defensa y la seguridad. Disponemos de sistemas de comunicaciones seguras, sistemas de observaci�n de la Tierra, sistemas de posicionamiento por sat�lite… gracias al esfuerzo creciente y continuado del sector, respaldado por la inversi�n proveniente, en su mayor parte, de las administraciones p�blicas.

En el �rea de los Sistemas Globales de Navegaci�n por Sat�lite, Galileo y EGNOS (sistema de aumento de precisi�n e integridad de la se�al de la constelaci�n de sat�lites GPS y Galileo) constituyen la soluci�n de la UE para sistemas de posicionamiento y la �nica infraestructura �ntegramente de su propiedad. La UE estima que en el futuro el 11% del PIB de la UE depender� de los sistemas de posicionamiento debido al creciente n�mero de aplicaciones que utilizan su se�al.

Actualmente se est� desarrollando la capacidad nacional de vigilancia y seguimiento espacial, que permite el seguimiento de reentradas atmosf�ricas, el estudio de fragmentaciones, la prevenci�n de colisiones y el apoyo a los lanzamientos hacia el espacio. Para ello, se ha impulsado el Programa de Vigilancia y Seguimiento Espacial espa�ol, dentro de las contribuciones nacionales para la Agencia Europea del Espacio.

Esta capacidad posiciona a Espa�a entre las pocas naciones con posibilidad de contribuir a la elaboraci�n de los imprescindibles cat�logos de objetos espaciales en �rbita, gracias a la combinaci�n de sistemas �pticos y rad�ricos, adecuadamente integrados en un centro de operaciones. De esta forma, Espa�a se encuentra preparada para participar en futuras iniciativas de mutualizaci�n de capacidades de vigilancia, seguimiento y control en el espacio ultraterrestre. Adicionalmente, esta capacidad prepara a la naci�n para avanzar en el campo de la seguridad aeroespacial ante la posibilidad de que, en un futuro pr�ximo, el espacio se convierta en un �rea de enfrentamiento entre las grandes potencias, EE.UU., Rusia y China, que actualmente compiten por el liderazgo mundial en el espacio.

La industria espacial espa�ola dispone de amplias capacidades en todos los segmentos (vuelo, tierra, lanzadores) que van desde la fabricaci�n de equipos hasta la integraci�n de sistemas complejos (sat�lites, centros de operaciones, etc.); tambi�n tiene presencia en el sector de aplicaciones y servicios, con varios operadores de sat�lites. El sector emplea alrededor de 3.500 personas, con un alt�simo porcentaje de trabajadores de alta cualificaci�n.

El espacio es rentable para la naci�n, para la sociedad y para la industria: es un dep�sito de conocimiento, permite importantes aplicaciones que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos, posee implicaciones relevantes en materia de seguridad y es una fuente de creaci�n de empleo de alta cualificaci�n. La demanda de servicios de sat�lites continuar� increment�ndose y el Estado apoyar� al sector para disponer de la mayor autonom�a posible, reduciendo la dependencia de otras potencias en el suministro de servicios fundamentales para el funcionamiento y la econom�a del pa�s.

El espacio proporciona discreci�n y libertad de acci�n, est� d�bilmente regulado, excepto en materia de comunicaciones, tiene un potencial econ�mico enorme y la creciente facilidad de acceso introduce nuevos actores, estatales y no estatales (organizaciones, empresas, individuos…), que compiten por los recursos. Eso lo convierte en un foco potencial de disputas, amenazas y desaf�os que las naciones deber�n afrontar individual y colectivamente.

Marco regulatorio en el �mbito aeroespacial

Las reglas de utilizaci�n del espacio a�reo y del espacio ultraterrestre se fundamentan en principios sustancialmente distintos: mientras que el principio de soberan�a estatal rige sobre el espacio a�reo nacional, el espacio ultraterrestre es considerado como patrimonio com�n de toda la humanidad; esto se explica por el distinto momento hist�rico en que se han ido desarrollando las actividades en uno y otro, y la percepci�n de la amenaza que representaban.

El espacio a�reo dispone de un marco legislativo muy ligado a la progresiva tecnificaci�n de los medios de transporte a�reo, y que funcionalmente atiende a los �mbitos de la seguridad operacional, la protecci�n de la aviaci�n civil frente a actos de interferencia il�cita, y otros aspectos, principalmente comerciales y econ�micos, calidad, derechos del pasajero, y medioambientales. La Organizaci�n de Aviaci�n Civil Internacional (OACI), agencia especializada de Naciones Unidas, es la fuente primaria de normativa de la que derivan la mayor�a de las normas de los 192 Estados que actualmente forman parte de la Organizaci�n; una buena parte de la normativa OACI se incorpora directamente a nuestro ordenamiento jur�dico, a trav�s de Reglamentos o Directivas de la UE.

La seguridad aeroespacial nacional se basa en una serie de normas esenciales: la Ley 5/2005 de Defensa Nacional, la Ley 36/2015 de Seguridad Nacional, la Ley 8/2011 por la que establecen medidas para la protecci�n de infraestructuras cr�ticas, la Ley 21/2003 de Seguridad A�rea y la Ley 48/1960 de Navegaci�n A�rea. En lo que respecta al �mbito de la aviaci�n civil, los organismos que se ocupan de la seguridad son el Comit� Nacional de Seguridad para la Aviaci�n Civil creado por RD 550/2006, y la Agencia Estatal de Seguridad A�rea, creada por RD 184/2008.

La Ley 48/1960 de Navegaci�n A�rea, que est� en parte derogada o superada por otras normas, sigue siendo una referencia b�sica a la hora de configurar el entorno jur�dico del espacio a�reo espa�ol. En lo que respecta al espacio a�reo de soberan�a, la Ley define con claridad su delimitaci�n horizontal, pero no la vertical, ya que no existe un acuerdo internacional sobre el l�mite del espacio ultraterrestre a partir del cual la soberan�a del Estado subyacente deja de ser efectiva. Esta laguna legal cobra mayor importancia con los actuales avances tecnol�gicos y la carrera espacial, y est� pendiente de resoluci�n por la comunidad internacional.

En el sector de las aeronaves no tripuladas, la normativa nacional ( RD 1036/2017) regula, en el espacio a�reo de soberan�a nacional, la utilizaci�n civil de las aeronaves pilotadas por control remoto cuyo peso sea menor de 150 Kg, posibilitando el desarrollo del sector y garantizando la seguridad de las operaciones. El enorme desarrollo previsto en este sector exige completar la regulaci�n, a nivel nacional e internacional, de la operaci�n de aeronaves no tripuladas en todo el espacio a�reo, lo cual representa un enorme reto t�cnico y de seguridad.

En el espacio, la ausencia de derechos de soberan�a y la libertad de exploraci�n en condiciones de igualdad explican la naturaleza de los instrumentos internacionales que regulan su utilizaci�n. Uno de los grandes retos que presenta el �mbito espacial, por su condici�n de espacio global, es la dificultad de dotarle de un marco regulatorio aceptado y ratificado por todas las naciones.

La Guerra Fr�a trajo la regulaci�n de las actividades en el �mbito espacial y las Naciones Unidas impulsaron una serie de tratados, acuerdos, convenios, principios y resoluciones conexas que se encuentran actualmente en diferentes estados de ratificaci�n, firma y aceptaci�n de derechos y obligaciones, sin que ninguno, a excepci�n del de la Uni�n Internacional de Telecomunicaciones, est� ratificado por todos los pa�ses.

Los tratados m�s importantes como el Tratado del Espacio de 1967, que constituye la piedra angular de la gobernanza del espacio exterior, y el de la �Prohibici�n de realizar ensayos nucleares en la atm�sfera, el espacio ultraterrestre o submarinos�, de 1963, tambi�n han sido ratificados por las principales potencias.

Todas estas normas se hicieron antes de 1983, cuando la percepci�n de los sat�lites era de objetos cuya tecnolog�a y coste s�lo estaba al alcance de los Estados m�s poderosos. Hoy en d�a, el aprovechamiento de componentes est�ndares comerciales, para reducir los costes de producci�n y el tiempo de desarrollo, ha proporcionado una facilidad de acceso al espacio que ha cambiado esa visi�n y ha dado lugar al denominado �Nuevo Espacio� en el que las compa��as privadas, fundamentalmente, irrumpen con nuevas tecnolog�as, ideas de gesti�n y competitividad, para crear un nuevo modelo de negocio con aspiraciones enfocadas m�s all� de la Tierra, donde realizar actividades de todo tipo que van desde la operaci�n de peque�os sat�lites en �rbitas bajas, hasta la miner�a en el espacio exterior, la recogida de basura espacial y la colonizaci�n de otros planetas. Se estima que su crecimiento ser� exponencial en los pr�ximos a�os, dadas su efectividad, fiabilidad y rentabilidad.

Los acuerdos que Espa�a ha ratificado en las Naciones Unidas, determinan que el Estado es responsable subsidiario de las actividades espaciales que puedan hacer sus nacionales (personas, entidades p�blicas o empresas) y en consecuencia se ha identificado la necesidad de regular las actividades espaciales que puedan llevar a cabo operadores no estatales.

Con la creciente facilidad de acceso al espacio se produce una mayor competencia, particularmente en la asignaci�n y utilizaci�n de �rbitas y de frecuencias de radio. En este entorno, la necesidad de regulaci�n se vuelve necesariamente mayor y pone a prueba la eficacia del marco jur�dico internacional. En consecuencia, varios pa�ses ya est�n tomando medidas para proteger sus activos en el espacio o para denegar su acceso a otros actores; tal es la criticidad de asegurar su acceso, que el espacio est� comenzando a vislumbrarse como un futuro escenario de conflicto.

Dos espacios, una Estrategia de Seguridad

El espacio a�reo y el ultraterrestre, no son elementos separados ni desde el punto de vista f�sico, ni funcional. Desde el punto de vista f�sico, no es posible establecer l�mites entre ellos claramente definidos, pues presentan una clara continuidad f�sica y no hay un punto evidente donde acaba uno y empieza otro, al no existir barreras naturales que los delimiten.

El espacio a�reo y el ultraterrestre est�n altamente tecnificados, en continua evoluci�n, y con un gran potencial de desarrollo. Desde el punto de vista del empleo del espectro electromagn�tico ambos se comportan como un �nico medio cuyas capacidades, en su desarrollo, son adem�s completamente dependientes del Ciberespacio.

Desde un punto de vista legal, en los tratados internacionales hay una falta de definiciones ampliamente aceptadas sobre la delimitaci�n vertical entre el espacio a�reo y el espacio ultraterrestre y, por tanto, no hay una altitud que determine claramente cu�l es el espacio a�reo de soberan�a de un pa�s. El tr�fico a�reo civil actual tiene como l�mite pr�ctico actual los 18 km de altitud y los sat�lites normalmente operan por encima de los 160 km de altitud, pero la evoluci�n de la tecnolog�a est� contribuyendo a que esa �franja intermedia� se utilice crecientemente con fines cient�ficos, comerciales y militares, sin que por el momento haya ninguna regulaci�n en vigor aunque la Organizaci�n de Aviaci�n Civil Internacional (OACI) y diversos organismos europeos, est�n estudiando las operaciones en el �espacio a�reo de gran altitud� y la transici�n al espacio a�reo desde la zona orbital y suborbital.

Desde el punto de vista de la seguridad, se debe tener presente que todo objeto que pueda alcanzar la superficie de la Tierra proveniente del espacio ultraterrestre y que pueda constituir una amenaza o un desaf�o, ineludiblemente tendr� que transitar por la �franja intermedia� y por el espacio a�reo, lo que hace necesario extender las funciones de vigilancia, detecci�n, identificaci�n y clasificaci�n de dichos objetos para decidir la respuesta adecuada. Muchos de los sistemas empleados actualmente para vigilancia y control a�reo se utilizan tambi�n para la vigilancia espacial y cada d�a prestan m�s atenci�n a esa �franja intermedia� de la atm�sfera.

Es importante recordar que el espacio a�reo est� compartido por un elevado n�mero de agentes, en ocasiones con intereses diferenciados, como las compa��as a�reas, la aviaci�n militar, la privada y la deportiva, los trabajos a�reos, y en los �ltimos tiempos, tambi�n las aeronaves tripuladas remotamente, que presentan un gran potencial de crecimiento y tambi�n de riesgos y amenazas.

La inmediatez que caracteriza generalmente a las amenazas y desaf�os aeroespaciales, implica que los sistemas de mando y control aeroespaciales deban estar permanentemente activados (24/7), coordinados, y dotados de los elementos de monitorizaci�n de la situaci�n y de las estructuras de decisi�n, en tiempo casi real, que posibiliten la necesaria anticipaci�n y rapidez en la respuesta.

El espacio a�reo y el ultraterrestre se configuran en definitiva como un espacio unificado y continuo, verdadero elemento sustantivo en el que se desarrolla toda esta actividad, sometido a amenazas y desaf�os comunes, y con una interdependencia funcional absoluta. Su seguridad se contempla de forma unificada y coherente, como lo es su propia naturaleza, a trav�s de una estrategia de seguridad aeroespacial que los trata como un �mbito �nico, permitiendo incrementar la eficacia de las medidas a aplicar en la vigilancia, control e intervenci�n de actividades, tanto a�reas como espaciales, por parte de las autoridades responsables.

Intereses nacionales a proteger

El secuestro a�reo que se produjo en 2001 para atentar contra las Torres Gemelas en Nueva York y el Pent�gono, demostr� que una aeronave civil pod�a ser utilizada como un arma con un alto poder destructivo contra edificios o instalaciones de cualquier tipo, causar miles de v�ctimas y generar un estado de terror en la sociedad. El secuestro de una aeronave de la compa��a Germanwings en 2015 por un miembro de la tripulaci�n con el objetivo de suicidarse, termin� con el asesinato de las 149 personas que iban a bordo cuando estrell� el aparato contra los Alpes franceses.

Incidentes como los mencionados parec�an improbables hasta que sucedieron. La imaginaci�n para causar da�os, muerte y destrucci�n, sembrar el p�nico y el terror por cualquier causa racional o irracional, no parece tener l�mites y, desafortunadamente, hoy en d�a hay muchos medios disponibles para hacerlo.

Todo ello nos lleva a identificar los principales intereses nacionales objeto de protecci�n ante los desaf�os y amenazas del �mbito aeroespacial; son los siguientes:

• –  La vida de los espa�oles, su seguridad, bienestar e intimidad en la Tierra, aire o espacio;
• –  El cumplimiento de la legislaci�n nacional e internacional en el �mbito aeroespacial;
• –  La libertad de navegaci�n a�rea y la seguridad de las aeronaves que transitan por el espacio a�reo de responsabilidad nacional;
• –  El espacio a�reo de soberan�a, responsabilidad o inter�s nacionales, frente a las incursiones no autorizadas de cualquier tipo;
• –  El libre acceso y explotaci�n segura del espacio;
• –  Las infraestructuras, medios y servicios aeroespaciales de alto valor ante los desaf�os y amenazas procedentes tanto del aire-espacio como de otros �mbitos;
• –  Las capacidades de la industria aeroespacial nacional;
• –  La salud de la sociedad ante la propagaci�n intencionada o inintencionada, de agentes pat�genos o sustancias t�xicas por medios aeroespaciales;
• –  El medio ambiente aeroespacial.

CAP�TULO 2

Amenazas y desaf�os en el �mbito aeroespacial

Introducci�n al concepto de amenaza y desaf�o en el �mbito aeroespacial

La Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 contempla un cat�logo general de amenazas y desaf�os para la Seguridad Nacional que es necesario particularizar al �mbito aeroespacial.

Las amenazas a considerar son todas aquellas que comprometen o pueden socavar la Seguridad Nacional, entendiendo por amenaza un potencial da�o, fruto de un acto deliberado y de naturaleza delictiva o il�cita. Entre ellas, por sus potenciales efectos sobre la Seguridad Nacional, destacan aquellas que puedan afectar al conjunto de infraestructuras con impacto en sectores estrat�gicos tales como la defensa, la energ�a, los flujos de informaci�n financiera o el normal funcionamiento de determinados servicios b�sicos para la sociedad.

Los desaf�os no tienen intencionalidad, pero pueden provocar situaciones de inestabilidad o propiciar el surgimiento de amenazas, agravarlas o acelerar su materializaci�n. La Estrategia de Seguridad Nacional 2017 contempla las emergencias y cat�strofes, las epidemias y pandemias, y los efectos derivados del cambio clim�tico como factores con un potencial impacto sobre la seguridad aeroespacial.

El �mbito aeroespacial posee una serie de caracter�sticas diferenciadoras que potencian su vulnerabilidad. Estas ser�an su condici�n intr�nseca de espacio global com�n, la elevada tecnificaci�n de la pr�ctica totalidad de la infraestructura que en �l opera y la alta posibilidad de efectos en cadena derivados de la gran interconectividad.

Las amenazas y desaf�os en el �mbito aeroespacial pueden producirse en los espacios de soberan�a y jurisdicci�n a�rea espa�oles, as� como fuera de estos; en ambos casos la respuesta se arbitrar�a en funci�n de las responsabilidades nacionales y de los compromisos internacionales contra�dos por Espa�a.

De forma gen�rica, las incursiones no autorizadas constituyen la amenaza m�s obvia que podr�a desarrollarse en el espacio a�reo. Estas incursiones tomar�n la forma de amenaza cuando se trate de actos deliberados provocados por la acci�n humana, como es el caso del secuestro de aeronaves con fines terroristas, el sobrevuelo de misiles bal�sticos, los vuelos suborbitales y pseudo-sat�lites no autorizados sobre el territorio de soberan�a nacional, las incursiones de aeronaves militares y civiles no autorizadas, las aeronaves no tripuladas con fines de inteligencia, las aeronaves utilizadas para contrabando o paso ilegal de fronteras, los ingenios con elementos de perturbaci�n electromagn�tica, etc.

Entre las incursiones no autorizadas hay que considerar las ciberamenazas que intentan explotar las vulnerabilidades de los sistemas inform�ticos y las telecomunicaciones del �mbito aeroespacial. Estas resultar�an especialmente cr�ticas en caso de afectar a la navegaci�n, los sistemas de control a�reo, los sistemas de control embarcados en las aeronaves, las comunicaciones, la meteorolog�a, la observaci�n de la Tierra, etc. En este �mbito, el potencial disruptivo es muy grande porque al estar altamente tecnificado y sincronizado, los efectos se har�an sentir de forma inmediata.

En el �mbito aeroespacial, las amenazas evolucionan con la misma rapidez que la tecnolog�a y el riesgo es no disponer de los medios y la organizaci�n necesarios para hacerles frente y poder reaccionar a tiempo.

Los desaf�os en el �mbito aeroespacial provienen principalmente de fen�menos y cat�strofes no intencionados como la ca�da de meteoritos; la basura espacial incontrolada; las erupciones volc�nicas; los terremotos; los fen�menos atmosf�ricos severos; los fen�menos de meteorolog�a espacial; los accidentes; las emergencias; y las epidemias y pandemias, que pueden distribuirse por medios aeroespaciales y extenderse a humanos, animales y vegetales.

Amenazas. Conflictos Armados

El empleo del instrumento aeroespacial tiene un impacto decisivo en el resultado de los conflictos armados y constituye una de las amenazas m�s letales a la que se puede enfrentar un Estado, ya que tiene la capacidad de actuar de forma precisa, contundente, r�pida y en profundidad, contra los centros de gravedad, es decir, contra los intereses vitales y estrat�gicos de la naci�n.

Los medios aeroespaciales tienen una gran versatilidad, permitiendo adecuar o modular la intensidad de la respuesta a la naturaleza de la amenaza. Su alta disponibilidad y velocidad les convierte en una de las m�s r�pidas opciones de respuesta y su forma de actuar permite reducir el impacto medi�tico y pol�tico, al no necesitar ocupar el terreno del adversario.

Entre los elementos principales del instrumento aeroespacial destacan los sistemas de vigilancia y control, pues son los �ojos� mediante los cuales es posible detectar e identificar las amenazas que se desarrollan en el �mbito aeroespacial y dirigir los medios de defensa oportunos (aeronaves, misiles superficie/aire en tierra o embarcados…) para hacerles frente. Por otra parte, los sistemas de control del tr�nsito a�reo civil mantienen un flujo seguro y ordenado del tr�fico a�reo, contribuyendo a la identificaci�n de los medios a�reos hostiles y, en su caso, al control y neutralizaci�n de los mismos.

En consecuencia, tanto la protecci�n f�sica, electromagn�tica y cibern�tica de los sistemas de vigilancia y control, militares y civiles, como la capacidad para afectar a los medios correspondientes de un potencial adversario, son una prioridad para el instrumento aeroespacial.

Una de las �reas en las que se ha experimentado una mayor evoluci�n, es en el desarrollo de capacidades que impiden el acceso de las fuerzas propias a determinadas �reas o dominios en disputa, debido principalmente a la mejora sustancial de las capacidades de defensa a�rea, y al incremento del alcance y tecnolog�a de los misiles aire-aire, tierra-aire y tierra-tierra, lo que limita enormemente la autonom�a estrat�gica de la que hasta ahora hab�an disfrutado los pa�ses de la OTAN y la UE en sus operaciones en el �mbito aeroespacial, y les obliga a desarrollar nuevas capacidades para hacerles frente.

Debido a la posibilidad creciente de que determinados actores estatales y no estatales accedan a la tecnolog�a necesaria para su desarrollo, los misiles bal�sticos e hipers�nicos constituyen una de las amenazas que m�s preocupa a la comunidad internacional. Combatir esta amenaza requiere de importantes capacidades en inteligencia, as� como medios para detectarla, y una capacidad de mando y control que permita establecer actuaciones para combatirla de una forma eficaz, con medios adecuados, tanto de forma aut�noma como en colaboraci�n con socios y aliados.

Los sat�lites pueden verse amenazados en caso de conflicto. Cada d�a se incrementa la probabilidad de que la mayor parte de las naciones, e incluso organizaciones terroristas o criminales, dispongan en el corto-medio plazo de capacidades para neutralizar un sat�lite. Los pa�ses que disponen de la capacidad para lanzar un ataque letal sobre los activos en �rbita, no es probable que lo realicen por el riesgo de da�ar a los propios sistemas que provocar�a la destrucci�n del aparato enemigo, si este desencadenase una reacci�n en cadena producida por la nube de desechos espaciales. S� que es concebible, la neutralizaci�n e inutilizaci�n de sistemas espaciales por otros medios, fundamentalmente, infiltr�ndose en sus sistemas de control en tierra con el objetivo de suplantar a sus leg�timos operadores o, simplemente, de inutilizarlos mediante sistemas de energ�a dirigida, perturbaci�n electromagn�tica y ciberataques.

Cualquier ataque a los sat�lites, de los que la sociedad espa�ola depende para obtener servicios esenciales (comunicaciones, informaci�n meteorol�gica, navegaci�n, etc.), tendr�a enormes consecuencias econ�micas, sociales y de seguridad.

Considerando todo lo anterior, las amenazas principales en el �mbito aeroespacial, en caso de conflicto armado, son las capacidades aeroespaciales del adversario, que incluyen, entre otros:

• –  El armamento aire-aire y aire-tierra, y sus vectores lanzadores.
• –  Los misiles bal�sticos y de crucero, incluidos los hipers�nicos.
• –  Las armas de energ�a radiada.
• –  Los dispositivos disruptores de servicios esenciales (comunicaciones, navegaci�n, control, servicios de posicionamiento, meteorolog�a…).
• –  Los sat�lites y medios anti-sat�lite.
• –  Los mecanismos de captura de sistemas aeroespaciales.
• –  Los ciberataques.

Terrorismo

Las organizaciones terroristas siempre han tenido al sector a�reo, principalmente la aviaci�n comercial (aeronaves y aeropuertos), entre sus objetivos de primer nivel por la facilidad de conseguir un alto n�mero de v�ctimas, la repercusi�n medi�tica y el impacto econ�mico inmediato. Estas organizaciones mantienen la presi�n sobre el sector aprovechando las m�ltiples posibilidades que ofrece la evoluci�n tecnol�gica, lo que genera una preocupaci�n constante para mantener unos adecuados niveles de seguridad e implica un esfuerzo econ�mico que afecta significativamente a las econom�as de los pa�ses.

Las principales amenazas al sector aeroespacial son las siguientes:

• –  El secuestro de aeronaves, acto il�cito por el que una persona o un grupo de personas se apoderan de una aeronave. La finalidad del secuestro va desde la utilizaci�n de los pasajeros rehenes para alg�n tipo de negociaci�n hasta la de utilizar la aeronave como arma; esta amenaza, que se materializ� por primera vez en los ataques terroristas del 11S, se denomina Renegade.
• –  El sabotaje a�reo, acto intencionado que tiene como objetivo la destrucci�n o incapacitaci�n de aeronaves, infraestructuras aeroportuarias y aeroespaciales, sistemas de navegaci�n, comunicaci�n y posicionamiento, y servicios aeron�uticos.
• –  El ataque a una aeronave en vuelo utilizando armamento terrestre (Sistemas de defensa a�rea port�tiles, armamento ligero, armas antia�reas, etc.), e incluso, armas de energ�a radiada.
• –  El uso de dispositivos, como el l�ser, con el prop�sito de deslumbrar o cegar a pilotos, y m�s raramente a controladores, constituye una amenaza potencial creciente que puede llegar a tener consecuencias catastr�ficas.
• –  Empleo de aeronaves ligeras para la comisi�n de atentados terroristas.
• –  Empleo de aeronaves no tripuladas con el objetivo de provocar un incidente/accidente a�reo, utiliz�ndolas directamente como armas, como elementos disruptores de la actividad a�rea, o liberando con ellas armamento, explosivos, sustancias nocivas...
• –  Ciberataques.
• –  La captaci�n y radicalizaci�n ideol�gica dirigidas a personal vinculado con el entorno a�reo: tripulaciones, controladores a�reos y trabajadores de aeropuertos, para inducirles a participar, planear y cometer actos terroristas.

  Adem�s, el terrorismo tiene otros objetivos en los que puede utilizar elementos aeroespaciales o tecnol�gicos para cometer atentados.

• –  Las aeronaves no tripuladas, son el elemento a�reo m�s recientemente incorporado al arsenal terrorista. La facilidad de adquisici�n y manejo de estas plataformas, su relativo bajo coste, la dificultad de controlar su operaci�n, y sus m�ltiples posibilidades de empleo, s�lo limitadas por la imaginaci�n terrorista, las convierten en candidatas ideales para ser empleadas por el terrorismo. La ausencia de una base reguladora integral en su producci�n y comercializaci�n facilita su uso para fines il�citos.
• –  La perturbaci�n, interferencia o decepci�n de forma intencionada de las se�ales electromagn�ticas empleadas por los sistemas de comunicaciones, navegaci�n, vigilancia y control aeroespacial, constituye una amenaza, cuyo impacto puede llegar a ser cr�tico para el funcionamiento de los servicios necesarios, no s�lo en el �mbito aeroespacial, sino tambi�n en el financiero, comercial, etc.

Crimen organizado

Los tr�ficos il�citos constituyen la principal actividad desarrollada por la delincuencia organizada transnacional y frecuentemente emplean medios a�reos para transportar mercanc�as ilegales (drogas, productos falsificados, mercanc�as de contrabando, armas peque�as y ligeras, etc.) y los beneficios obtenidos en ese comercio il�cito.

El transporte a�reo es tambi�n uno de los medios principales utilizados para el tr�fico ilegal de personas y la trata de seres humanos. Las conexiones a�reas de Espa�a, especialmente con Sudam�rica o Asia, conforman los principales escenarios de riesgo, como destino o tr�nsito de dichos tr�ficos il�citos.

Para las organizaciones criminales los medios aeroespaciales constituyen una opci�n operativa importante y de f�cil acceso para realizar tr�ficos il�citos. Especialmente, en distancias cortas, los medios m�s empleados (avionetas, ultraligeros, helic�pteros y aeronaves no tripuladas) son muy dif�ciles de detectar, identificar y clasificar, y consecuentemente, se dificulta enormemente la capacidad de intervenci�n.

Las organizaciones criminales pueden contar en algunas ocasiones, con la connivencia de empleados de las compa��as a�reas y con la ayuda de trabajadores de las infraestructuras aeroportuarias, lo cual establece un escenario de especial vulnerabilidad.

Por su naturaleza, la actividad principal de los tr�ficos il�citos y las conductas asociadas para desarrollarla (por ejemplo, la falsificaci�n de documentos de identidad de pasajeros o mercanc�as, o los ciberataques de apoyo) conforman una actividad relevante de riesgo por cuanto supone una vulneraci�n de la capacidad de control preventivo en las rutas e infraestructuras a�reas

Proliferaci�n de Armas de Destrucci�n Masiva

La proliferaci�n de armas con efectos potencialmente devastadores: nucleares, radiol�gicas, biol�gicas o qu�micas –NRBQ–, los medios a�reos utilizados para su transporte y los vectores utilizados para su diseminaci�n (principalmente misiles), constituyen una de las principales amenazas para cualquier naci�n.

La creciente facilidad de cualquier actor para poder acceder a la tecnolog�a y a la informaci�n especializada necesaria para el desarrollo de vectores portadores y de armas de destrucci�n masiva, preocupa especialmente a la comunidad internacional. En la actualidad, m�s de treinta pa�ses disponen de misiles que pueden alcanzar objetivos situados a decenas de miles de kil�metros desde su lugar de lanzamiento, portando ojivas convencionales o de destrucci�n masiva (nuclear, bacteriol�gica, qu�mica...).

A�n m�s grave, la posibilidad de que este tipo de armas caigan en manos de actores no estatales, organizaciones criminales o grupos terroristas es una realidad, por lo que disponer de las capacidades necesarias para combatirlas, independientemente del medio de transporte y diseminaci�n que pueda ser utilizado, debe ser una prioridad para la naci�n y para toda la comunidad internacional.

Espionaje

Una de las primeras utilizaciones de los globos aerost�ticos fue el reconocimiento militar. La ventaja que proporciona el dominio de la tercera dimensi�n ha impulsado a lo largo de los a�os el desarrollo de ingenios aeroespaciales que recogen informaci�n en todas las bandas de frecuencia y las procesan en beneficio de un prop�sito determinado.

En los tiempos actuales, la informaci�n disponible en internet llega a todos los niveles, desde el Estado hasta el ciudadano de a pie, por lo que el espionaje utiliza cada vez m�s las fuentes abiertas. No obstante, la informaci�n obtenida desde ingenios aeroespaciales (aeronaves, aeronaves no tripuladas, micro-sat�lites, sat�lites) pertenecientes a Estados, organizaciones internacionales, alianzas, empresas e individuos, es mayor que nunca en la historia.

El espacio ultraterrestre es el entorno preferido para las tareas de observaci�n y recogida de informaci�n en todo el espectro de frecuencias. Cuenta con la enorme ventaja de un alcance global, operando fuera del �rea de soberan�a de los Estados. Los medios aeroespaciales que operan en el espacio a�reo son especialmente �tiles en tiempos de conflicto por la cantidad, calidad y precisi�n de los datos que pueden obtener, pero no pueden utilizarse fuera de esa circunstancia sin el permiso de los Estados.

La franja intermedia del espacio a�reo no es formalmente espacio a�reo de soberan�a, ya que no existe un acuerdo internacional sobre la delimitaci�n entre el espacio a�reo y el espacio ultraterrestre, pero su utilizaci�n por otro pa�s sin permiso del pa�s sobrevolado ser�a probablemente interpretada como una violaci�n del espacio a�reo, que podr�a incluso desembocar en la neutralizaci�n del ingenio.

Una parte important�sima del espionaje se realiza sobre las comunicaciones. La interceptaci�n de comunicaciones, que transitan por el espacio a�reo y ultraterrestre, desde medios en tierra, en el aire y el espacio, representa una amenaza para la seguridad dif�cilmente cuantificable pero cierta. Las comunicaciones especialmente sensibles como las militares o las gubernamentales deben protegerse con medidas de protecci�n de la transmisi�n y del contenido (encriptaci�n), y el desarrollo de estas capacidades de protecci�n es esencial y estrat�gica para el pa�s.

El espionaje ha superado hace mucho tiempo el contexto tradicional y, hoy en d�a, cobra especial relevancia el espionaje industrial. Para realizarlo, los pa�ses y las empresas utilizan todo tipo de t�cnicas y por supuesto utilizan profusamente los medios aeroespaciales (aeronaves, aeronaves no tripuladas, sat�lites…) para obtener informaci�n sensible. Las tecnolog�as y capacidades especiales, que puedan poseer las empresas nacionales del sector aeroespacial o de sectores relacionados, deben ser protegidas de esta amenaza.

Ciberamenazas

El sector aeroespacial est� altamente tecnificado e intr�nsecamente vinculado al dominio cibern�tico y constituye un objetivo de alto valor estrat�gico. Cuenta con un gran componente tecnol�gico de avanzados sistemas de informaci�n y telecomunicaciones, aislados o integrados en redes, que se distribuyen globalmente y dan servicio a un complejo entramado de centros de seguimiento y control, radares, comunicaciones digitales de voz y datos, aeronaves y sus sistemas a bordo, y diversas instalaciones aeroportuarias. El componente espacial de este �mbito contiene infraestructuras como estaciones de control y seguimiento de sat�lites, centros de operaciones para vigilancia espacial, centros de comunicaciones y de procesado de datos espaciales, con un elevad�simo grado de interconexi�n cibern�tica.

Los objetivos a alcanzar con los ciberataques en el �mbito aeroespacial son muy diversos y pueden ir desde la modificaci�n no autorizada de la informaci�n contenida en las bases de datos de los clientes, la filtraci�n de informaci�n sensible, la alteraci�n del mercado del tr�fico a�reo, el debilitamiento de la posici�n competitiva de un competidor industrial hasta los ataques disruptivos contra los sistemas de las aeronaves, los sistemas de control de tierra, las ayudas a la navegaci�n o los sistemas de coordinaci�n de tr�fico a�reo nacional, lo que podr�a afectar a la seguridad de las aeronaves, del transporte a�reo y de los viajeros.

Para poder realizar ciberataques complejos en este dominio es necesario disponer de una gran cantidad de recursos que no est�n al alcance de todos, por lo que los atacantes m�s probables ser�an Estados extranjeros en el marco de operaciones h�bridas.

La tecnolog�a es susceptible de presentar fallos de dise�o, programaci�n o fabricaci�n, que pueden originar graves vulnerabilidades en los componentes y sistemas aeroespaciales. Los r�pidos avances en el sector tecnol�gico provocan que, en ocasiones, los desarrollos en componentes y sistemas est�n m�s orientados a la seguridad operativa y funcional que a su protecci�n frente a agresiones externas lo que origina vulnerabilidades susceptibles de ser explotadas. Para alcanzar un elevado nivel de seguridad aeroespacial es necesario alcanzar previamente la seguridad cibern�tica de sus sistemas componentes.

Los ciberataques en el �mbito aeroespacial son una actividad de m�xima rentabilidad. Un ciberataque efectivo podr�a provocar la inoperatividad total o parcial del elemento o sistema atacado, o una la falta de fiabilidad por la falsedad de la informaci�n que proporcionan o contienen. Ello podr�a suponer desde una interrupci�n o deficiencia menor en un servicio no esencial, hasta la disrupci�n de determinados sistemas y servicios cr�ticos para la naci�n. De esta realidad resulta la imprescindible protecci�n de los medios y servicios del sector aeroespacial contra ciberataques.

Desaf�os. Emergencias y cat�strofes

Tal y como establece la actual Estrategia de Seguridad Nacional, las emergencias y cat�strofes siguen siendo uno de los principales desaf�os del mundo moderno. Su impacto no s�lo afecta a la vida y salud de las personas sino, tambi�n, a los bienes patrimoniales, al medio ambiente y al desarrollo econ�mico.

En el �mbito aeroespacial las emergencias y cat�strofes pueden afectar de forma muy importante al normal desarrollo de las actividades.

Los desaf�os principales procedentes del medio natural espacial son:

• –  Las alteraciones causadas por la denominada �meteorolog�a espacial� debidas a la actividad solar (tormentas, eyecciones coronales de masa, viento solar, emisi�n de part�culas y radiaci�n), a la radiaci�n c�smica, y a las part�culas de alta energ�a provenientes del espacio interestelar, provocan cambios en la magnetosfera terrestre, ionizaci�n de las capas altas de la atm�sfera y tormentas geomagn�ticas, cuyas consecuencias m�s adversas son el bloqueo de radiocomunicaciones, los da�os de componentes electr�nicos de sat�lites y en redes de transmisi�n de electricidad, la degradaci�n de se�ales de sistemas satelitales de navegaci�n y los da�os por radiaci�n a tripulantes de veh�culos aeroespaciales. Los eventos extremos de meteorolog�a espacial son raros (estad�sticamente se producen cada 100 o 200 a�os), pero tienen un potencial catastr�fico.
• –  La entrada en la atm�sfera terrestre de asteroides y cometas. Se estima que orbitan el sol, cerca de la Tierra, casi 10.000.000.000 (10¹⁰) de estos objetos mayores de un 1 m y m�s de 10.000.000 (10⁷) mayores de 20 m. La probabilidad de entrada de objetos mayores de 10 m es de 1 cada 5 a�os; estos objetos pueden provocar da�os en edificios y heridas en personas (como el evento de Chelyabinsk, Rusia, en 2013).

Los desaf�os principales procedentes de objetos espaciales artificiales (basura espacial, veh�culos espaciales, sat�lites) son:

• –  La colisi�n de estos objetos entre s�.
• –  Sus explosiones o fragmentaciones.
• –  Su entrada descontrolada en la atm�sfera.

Se estima que hay m�s de 750.000 objetos de m�s de 1 cm de tama�o que orbitan la Tierra, con potencial destructivo en caso de colisi�n con objetos activos. Al a�o entran en la atm�sfera de forma descontrolada unas 100 toneladas de objetos, a un ritmo de 1 evento de tama�o medio-alto por semana. El problema es creciente debido al aumento de lanzamientos de objetos al espacio (mega constelaciones de peque�os sat�lites y peque�os lanzadores), al abaratamiento del acceso al espacio y la consecuente entrada de nuevos pa�ses y actores en la carrera espacial, y al denominado efecto Kessler de multiplicaci�n de basura espacial por la colisi�n en cascada.

Los desaf�os principales procedentes de la atm�sfera son:

• –  La meteorolog�a atmosf�rica que puede afectar a la calidad de los enlaces de transmisi�n y recepci�n de datos de sat�lites, as� como a la toma de im�genes �pticas desde sat�lite. Los fen�menos meteorol�gicos adversos disminuyen la seguridad de las operaciones a�reas, condicionando las rutas de vuelo y los aeropuertos usados como alternativos.
• –  Las erupciones volc�nicas ya han demostrado el alto poder disruptivo al transporte a�reo. En 2010 la erupci�n en Islandia del volc�n Eyjafjallaj�kull, provoc� cancelaciones y desv�os masivos en toda Europa. Las cenizas volc�nicas originadas por las erupciones volc�nicas pueden formar nubes que representan un riesgo para el vuelo; suelen permanecer un tiempo considerable en la atm�sfera, pudiendo originar graves consecuencias ambientales y econ�micas.
• –  El cambio clim�tico (entendido como cambio en la distribuci�n estad�stica de los patrones meteorol�gicos en un periodo de tiempo prolongado) puede incrementar el n�mero de fen�menos meteorol�gicos extremos y adversos con consecuencias disruptivas para la aviaci�n.

Las cat�strofes aeron�uticas, accidentes o desastres provocados, tienen un gran impacto medi�tico en la sociedad, generan desconfianza en el sector y alarma social.

Asimismo, las emergencias aeron�uticas pueden convertirse en cat�strofes si no pueden ser atendidas eficazmente por los organismos encargados de ejecutar los planes de reacci�n y los de protecci�n civil, la b�squeda y localizaci�n de aeronaves siniestradas, la notificaci�n de accidentes e incidentes, y la asistencia a v�ctimas y familiares.

Epidemias y pandemias

El transporte a�reo ha posibilitado los intercambios entre sociedades como nunca antes en la historia de la humanidad. Esta facilidad constituye, en s� misma, un riesgo para la propagaci�n de epidemias y pandemias, ya sea de forma fortuita o premeditada, pues en muchos casos no es posible detectar a sus portadores con car�cter previo a la realizaci�n del vuelo ni durante el mismo. El �bola, o el zika, son solo algunos ejemplos de virus que potencialmente podr�an propagarse en medios de transporte a�reo si no se articulan los mecanismos de prevenci�n adecuados.

Los productos de origen animal frescos, madurados o curados, aerotransportados desde zonas afectadas por enfermedades contagiosas para el ganado, son capaces de portar pat�genos viables, sirviendo de fuente de infecci�n para otros animales. La fiebre aftosa y la peste porcina son algunos ejemplos.

De igual modo, los productos vegetales pueden traer plagas o enfermedades muy peligrosas para bosques y cultivos.

En los �ltimos a�os se est� produciendo un incremento en el tr�fico de animales (aves y reptiles entre otros) transportados en equipajes adaptados para el transporte por el pasajero, sin ning�n tipo de control sanitario. Adem�s, existe el riesgo de importaci�n oculta en los equipajes de especies catalogadas en la normativa nacional como ex�ticas invasoras, que podr�an acabar aniquilando especies aut�ctonas.

Por �ltimo, las aeronaves en s� mismas pueden ser un medio de propagaci�n de determinadas especies de insectos, como los mosquitos, que pueden provocar epidemias o plagas si no se toman las medidas de desinsectaci�n apropiadas. Por ejemplo, los insectos son los agentes transmisores de la �Xylella fastidiosa�, una plaga que ataca a diversas plantas como la vid, el olivo, el almendro, el ciruelo, el melocot�n, el limonero y el laurel, sin que se haya encontrado un remedio.

Contaminaci�n atmosf�rica y ac�stica

Un factor clave para la seguridad aeroespacial nacional es la compatibilizaci�n de las operaciones a�reas con el entorno, impulsando medidas que lleven a la disminuci�n de ruidos y afecciones en el medio natural, as� como a la reducci�n de las emisiones contaminantes.

Con el crecimiento previsto del tr�fico a�reo para las pr�ximas d�cadas, los problemas medioambientales asociados a la operaci�n de las aeronaves podr�an suponer una limitaci�n significativa al desarrollo econ�mico en determinadas ciudades o regiones.

Los sistemas espaciales apenas tienen impacto en la contaminaci�n atmosf�rica con la excepci�n de los veh�culos lanzadores y la vaporizaci�n o ca�da de objetos que hacen su reentrada en la atm�sfera y que pueden contener sustancias t�xicas (como la hidracina). Con respecto a la contaminaci�n ac�stica, el �nico impacto es el de los lanzadores, que afecta muy levemente a la poblaci�n, debido a las localizaciones remotas de las bases de lanzamiento, la corta duraci�n de los lanzamientos y su baja frecuencia.

CAP�TULO 3

Objetivo, principios y l�neas de acci�n

Objetivo. Los principios rectores

La Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 define para el �mbito aeroespacial el objetivo de �Garantizar la seguridad del espacio a�reo y ultraterrestre en un marco compartido y orientado a prevenir las amenazas y desaf�os que en ellos se desarrollan, as� como a neutralizar sus consecuencias, conforme a los principios de eficiencia y m�xima coordinaci�n, tanto en el empleo de las capacidades de an�lisis y evaluaci�n como en las de respuesta ante los desaf�os�.

Las distintas administraciones que configuran el Estado cuentan con una s�lida estructura permanente que, debidamente coordinada, debe proporcionar a la sociedad un adecuado nivel de protecci�n ante las amenazas previamente descritas, que evolucionan con la velocidad de los cambios tecnol�gicos.

Dado que el �mbito aeroespacial es un entramado complejo en el que participan muchos pa�ses, asegurar la coordinaci�n exterior con nuestros aliados mediante consultas bilaterales y multilaterales, entre otros medios, es vital para alcanzar la mayor eficiencia y resiliencia de nuestro sistema de seguridad aeroespacial cuya coordinaci�n interna es condici�n indispensable e inexcusable para alcanzar un alto grado de coordinaci�n externa.

Los principios rectores definidos en la Estrategia de Seguridad Nacional 2017: unidad de acci�n, anticipaci�n, eficiencia y resiliencia, son plenamente aplicables en el �mbito de la seguridad aeroespacial.

Unidad de Acci�n: Toda respuesta ante una incidencia en el �mbito de la seguridad aeroespacial que pueda implicar a distintos agentes del Estado se ver� reforzada si es coherente, coordinada y se resuelve de manera r�pida y eficaz, cualidades alcanzables a trav�s de la adecuada preparaci�n y articulaci�n de la unidad de acci�n del Estado.

Para conseguirla es necesario disponer de personal especializado con una preparaci�n adecuada, que se alcanza mediante el entrenamiento, y la difusi�n de informaci�n entre los organismos implicados.

Una gesti�n centralizada de las crisis que afecten al �mbito aeroespacial, permite mantener una visi�n completa de la situaci�n de la amenaza o desaf�o, y posibilita el empleo de los recursos disponibles de forma m�s r�pida, eficiente, coherente e integral.

Anticipaci�n: La especificidad del medio aeroespacial y de los actores implicados, demanda que existan mecanismos de anticipaci�n en organismos especializados, que proporcionen la inteligencia aeroespacial necesaria para orientar la acci�n del Estado en situaciones de crisis.

La anticipaci�n prima las actuaciones preventivas sobre las reactivas. Disponer de sistemas eficaces, que compartan informaci�n en tiempo casi real, permite disponer de un adecuado conocimiento de la situaci�n aeroespacial. Dicho factor resulta imprescindible para minimizar el tiempo de respuesta, lo que puede resultar cr�tico para reducir los efectos de las amenazas y desaf�os.

Eficiencia: La seguridad aeroespacial precisa del empleo de sistemas multiprop�sito de alto nivel tecnol�gico, que llevan asociados unas necesidades muy exigentes de operaci�n y sostenimiento. Estos sistemas son en general muy complejos, requieren una planificaci�n anticipada, y tienen un elevado coste derivado de su desarrollo, adquisici�n, operaci�n y sostenimiento.

El escenario actual y futuro est� marcado por la austeridad econ�mica, que unida a la responsabilidad social de obtener el m�ximo rendimiento de los recursos disponibles, obliga a orientar la acci�n aeroespacial del Estado hacia la optimizaci�n de los recursos dedicados a la seguridad aeroespacial. Unidad de acci�n, compartici�n de informaci�n e integraci�n de recursos resultar�n indispensables para alcanzar la eficiencia deseada.

Resiliencia: La resiliencia es una caracter�stica fundamental que deben poseer los sistemas e infraestructuras cr�ticas del �mbito aeroespacial. Trat�ndose de un sector clave y un capacitador de la actividad del resto de �mbitos, es previsible que se vea amenazado desde los primeros estadios de cualquier crisis.

El Estado est� obligado a asegurar la disponibilidad de los elementos que se consideren esenciales para la naci�n, mejorando su protecci�n contra amenazas y desaf�os. Especial menci�n merece el refuerzo que requieren, frente a las ciberamenazas o la perturbaci�n electr�nica, las redes de informaci�n y comunicaciones, y los sistemas de mando y control, elementos imprescindibles en el �mbito aeroespacial.

L�neas de acci�n y medidas concretas

Del objetivo gen�rico definido por la Estrategia de Seguridad Nacional 2017, se derivan cinco l�neas de acci�n que se desarrollan mediante una serie de medidas concretas para preservar la seguridad nacional en el �mbito aeroespacial.

L�nea de acci�n 1. Fomentar una actuaci�n coordinada de todas las Administraciones P�blicas y departamentos con competencias en el espacio a�reo y ultraterrestre que permita establecer sinergias y abordar soluciones transversales

Ante la presencia de una amenaza o desaf�o para la seguridad y, con el conocimiento de la situaci�n aeroespacial, debe iniciarse un proceso de orientaci�n y evaluaci�n de las posibles opciones de respuesta. La necesidad de minimizar el posible impacto exige la existencia de unas estructuras y protocolos que minimicen el tiempo de reacci�n y agilicen la respuesta. Dichos mecanismos deben fortalecer los lazos transversales en la Administraci�n, favoreciendo la delegaci�n de competencias y la descentralizaci�n en la ejecuci�n de acciones.

Dado el alto coste, en recursos y en tiempo, de la adquisici�n de capacidades aeroespaciales, es esencial evitar duplicidades entre los distintos departamentos mediante un adecuado reparto de responsabilidades y medios. La designaci�n de organismos proveedores de determinados servicios de forma centralizada para todo el Estado, en funci�n de su mejor adecuaci�n, experiencia o disponibilidad, redundar� en la mejora del rendimiento global de los recursos. Este modelo estar�a enfocado a alcanzar la unidad de acci�n aeroespacial del Estado, alineando sus esfuerzos para ser m�s sostenibles y m�s eficientes.

Las medidas que desarrollan est� l�nea de acci�n, hacen hincapi� en cuatro �reas principales: Coordinaci�n, Estructuras, Formaci�n y Cultura de Seguridad.

Coordinaci�n:

Mejorar y desarrollar la acci�n coordinada y el intercambio de informaci�n relevante entre los distintos niveles de la administraci�n p�blica y con los elementos de la sociedad civil que se consideren necesarios, de forma que las autoridades designadas dispongan de la informaci�n necesaria y en tiempo �til para la toma de decisiones en situaciones de crisis.

Espec�ficamente:

• –  Reforzar los mecanismos de coordinaci�n y fomentar sinergias entre las distintas administraciones y organismos involucradas en la seguridad aeroespacial.
• –  Hacer uso de todas las fuentes de informaci�n disponibles, incluyendo el �big data�, la inteligencia artificial y la simulaci�n de efectos de respuesta, para anticipar, en lo posible, las situaciones de crisis que puedan presentarse en el �mbito aeroespacial y preparar las respuestas adecuadas.
• –  Impulsar la cooperaci�n en materia de inteligencia e investigaci�n criminal sobre los riesgos que amenazan al sector aeroespacial.
• –  Impulsar la acci�n coordinada de los organismos estatales ante las amenazas y desaf�os, estableciendo protocolos de actuaci�n y desarrollando las capacidades necesarias.
• –  Mejorar la coordinaci�n e intercambio de informaci�n entre las distintas agencias y organismos que tienen responsabilidades en la regulaci�n, producci�n, gesti�n, control y operaci�n de aeronaves no tripuladas.
• –  Establecer entre las distintas administraciones los planes de prevenci�n y de respuesta encaminados a hacer frente al desaf�o de pandemias y epidemias que se puedan transmitir mediante el empleo del transporte a�reo.
• –  Incrementar la eficiencia explotando las sinergias en capacidades aeroespaciales entre organizaciones dependientes de la administraci�n, as� como las colaboraciones con la empresa privada, promoviendo la optimizaci�n y distribuci�n de los recursos de la forma m�s eficiente para un mejor aprovechamiento del gasto p�blico.

Estructuras:

En el �mbito aeroespacial resulta crucial desarrollar y mantener una capacidad de respuesta suficientemente �gil y adecuada ante aquellos eventos que puedan afectar a la Seguridad Nacional. Dicha capacidad requiere de cuatro elementos esenciales:

• –  Un sistema unificado de observaci�n, vigilancia y control permanentes que permita conocer en tiempo casi real la situaci�n aeroespacial y sus posibles amenazas.
• –  Un sistema que aporte visibilidad integral sobre los medios de respuesta disponibles para llevar a cabo la acci�n correctora elegida.
• –  Una estructura de decisi�n centralizada y �gil, basada en un marco regulador que favorezca la transversalidad y la descentralizaci�n de la ejecuci�n.
• –  Un componente humano experto que, empleando su formaci�n, experiencia y la informaci�n disponible, sea capaz de orientar adecuadamente la situaci�n y proponer opciones de respuesta.

Formaci�n y adiestramiento:

• –  Mejorar aquellos aspectos relacionados con la formaci�n y el adiestramiento avanzado en la actuaci�n coordinada contra los diferentes escenarios de crisis, cat�strofes y degradaci�n de los sistemas asociados al �mbito aeroespacial.
• –  Realizar regularmente ejercicios de gesti�n de crisis interministeriales e internacionales, para preparar el sistema de gesti�n de crisis en diferentes escenarios y evaluar su respuesta, resistencia y resiliencia.

Cultura de seguridad:

• –  Mejorar la cultura de seguridad aeroespacial en todos los �mbitos relevantes de la Administraci�n P�blica mediante reuniones peri�dicas de coordinaci�n, jornadas divulgativas en materia de seguridad, seminarios espec�ficos, etc.
• –  Fomentar y divulgar la cultura de seguridad aeroespacial a todos los niveles de la sociedad mediante una pol�tica de informaci�n y comunicaci�n social transparente, activa y participativa.
• –  Aprovechar las tecnolog�as que permiten la compartici�n e interacci�n de informaci�n, de forma que la comunicaci�n de las medidas de prevenci�n y/o de las consecuencias de los riesgos y amenazas se haga de forma veraz, �gil, coherente y coordinada.

L�nea de acci�n 2. Fortalecer las capacidades de los organismos e instituciones nacionales, tanto p�blicos como privados, con competencias en estos �mbitos, para hacer frente a las diversas amenazas y desaf�os propios del espacio a�reo y ultraterrestre

Las medidas para el fortalecimiento de las capacidades nacionales en el sector aeroespacial pueden clasificarse en dos grandes apartados, medidas de tipo legal y, medidas de incremento y mejora de las capacidades. Las primeras buscan establecer un marco legal claro que regule las actividades en el espacio a�reo y ultraterrestre, mientras que las segundas buscan el incremento y mejora de capacidades que permita hacer efectiva la seguridad aeroespacial.

Medidas legales:

• –  Seguir impulsando la regulaci�n nacional e internacional del espacio ultraterrestre.
• –  Dada la indefinici�n existente sobre el l�mite superior de la soberan�a del espacio a�reo nacional y la previsible proliferaci�n de ingenios a�reos que operar�n por encima del espacio a�reo controlado, impulsar la regulaci�n del espacio a�reo comprendido entre el actual espacio a�reo controlado y el espacio ultraterrestre, considerando las iniciativas internacionales y europeas en la materia.
• –  Actualizar el c�digo penal y la Ley Penal y Procesal de la Navegaci�n A�rea (1964) para tipificar delitos en el �mbito aeroespacial, relacionados con la violaci�n de las normas que regulan el empleo de los espacios a�reo y ultraterrestre, y que supongan una grave amenaza para los medios e infraestructuras aeroespaciales y consecuentemente, para la seguridad de los ciudadanos.

Medidas de incremento y mejora de las capacidades:

• –  Reforzar constantemente los sistemas nacionales, civil y militar, de vigilancia y control del espacio a�reo, para que incorporen informaci�n transversal de otros organismos, de forma que se incrementen sus capacidades de detecci�n, identificaci�n y clasificaci�n, y su eficacia y resiliencia ante las amenazas y desaf�os en el �mbito aeroespacial.
• –  Impulsar el desarrollo de una capacidad nacional dual de vigilancia y seguimiento del espacio ultraterrestre, �ntimamente interconectada e integrada con las capacidades de vigilancia, seguimiento y control del espacio a�reo.
• –  Incrementar y mejorar las capacidades necesarias para hacer frente al empleo de plataformas a�reas en acciones contra la seguridad nacional, e impulsar la colaboraci�n y coordinaci�n entre el sistema nacional de vigilancia y control del espacio a�reo, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, y los entes auton�micos y locales, difundiendo y armonizando los procedimientos relativos a la detecci�n de posibles comportamientos delictivos en este tipo de plataformas.
• –  Desarrollar la capacidad de inteligencia espacial y la protecci�n de los medios espaciales, para mantener nuestros servicios espaciales esenciales protegidos contra acciones de perturbaci�n, guerra electr�nica y destrucci�n, inhabilitaci�n o neutralizaci�n.
• –  Incrementar la capacidad de supervivencia de infraestructuras cr�ticas aeroespaciales, en particular los sistemas de vigilancia, control y defensa aeroespaciales, y las redes de informaci�n y comunicaciones aeroespaciales, mediante la protecci�n f�sica y cibern�tica, el servicio de alerta de colisiones de sat�lites, y la disposici�n de redundancias que aumenten su resiliencia y garanticen su supervivencia en caso de la materializaci�n de una amenaza, un fallo grave o una degradaci�n sobrevenida.
• –  Fortalecer y consolidar de forma colaborativa la base industrial nacional del sector aeroespacial, impulsando las capacidades tecnol�gicas e industriales propias y la participaci�n en programas internacionales, tanto a nivel bilateral, multilateral o derivados de nuestra pertenencia a organizaciones como la Uni�n Europea y la OTAN, que permitan adquirir conocimiento y experiencia, obtener sinergias, compartir y aumentar el espectro de colaboraci�n, as� como reducir la inversi�n para la adquisici�n de dichas capacidades.
• –  Fortalecer la industria aeroespacial nacional para obtener una mayor autonom�a y soberan�a, reduciendo la dependencia de terceros pa�ses.
• –  Fomentar las sinergias de las actividades y tecnolog�as duales.
• –  Impulsar la dimensi�n de seguridad en la innovaci�n, la investigaci�n b�sica y el desarrollo tecnol�gico.
• –  Detectar amenazas y desaf�os aeroespaciales mediante el desarrollo de nuevas herramientas que utilicen los avances tecnol�gicos en inteligencia artificial, �big data�, etc.
• –  Impulsar e implantar tecnolog�as avanzadas en el proceso de identificaci�n de los viajeros que transitan por nuestros aeropuertos. Establecer bases de datos armonizables nacional e internacionalmente.
• –  Activar los protocolos de actuaci�n contra las pandemias liderados por las organizaciones competentes (principalmente OMS) y su coordinaci�n con los protocolos nacionales.
• –  Establecer y evaluar los protocolos nacionales contra pandemias.
• –  Completar e incorporar medidas de protecci�n medioambiental en el �mbito aeroespacial.

L�nea de acci�n 3. Perseverar en el an�lisis de riesgos y evaluaci�n de medidas contra ciberataques, actos terroristas o delictivos u otros conflictos que afecten a las instalaciones aeroportuarias o al transporte a�reo, dentro o fuera del espacio a�reo espa�ol

Ciberamenazas:

Las caracter�sticas m�s preocupantes de las ciberamenazas son su impacto transversal, su globalidad por la ausencia de fronteras geogr�ficas, su f�cil expansi�n y propagaci�n debido a la interconectividad, la dificultad en su detecci�n, y la impunidad derivada de una compleja atribuci�n. Por ello, es necesario afrontar esta amenaza al sector aeroespacial con medidas de fortalecimiento interno, inteligencia, cooperaci�n internacional, y normativa y legislaci�n.

• –  Fortalecer las capacidades de prevenci�n, detecci�n, vigilancia y respuesta a los ciberataques, impulsando los planes contemplados en la Estrategia de Ciberseguridad Nacional y dot�ndolos de los recursos necesarios.
• –  Adecuaci�n de los sistemas inform�ticos y operativos al Esquema Nacional de Seguridad (ENS) en las Administraciones P�blicas del �mbito aeroespacial.
• –  Fomentar el empleo de soluciones, productos, sistemas y servicios confiables, certificados en entornos y equipos acreditados en redes sensibles.
• –  Concienciar en ciberseguridad a los principales actores nacionales del sector aeroespacial, adoptando procedimientos y buenas pr�cticas como las relativas a las actualizaciones de seguridad de los sistemas.
• –  Incorporar la Inteligencia sobre las ciberamenazas, para aportar un valor predictivo y estrat�gico, como complemento indispensable a las medidas de seguridad f�sicas y l�gicas.
• –  Utilizar medidas de contrainteligencia para ayudar a contrarrestar las ciberamenazas en el �mbito aeroespacial.
• –  Fomentar la cooperaci�n con otros estados y organizaciones internacionales para establecer un marco estrat�gico internacional de estabilidad c�ber en el �mbito de la seguridad aeroespacial que posibilite la cooperaci�n estrat�gica (creaci�n de capacidades defensivas, intercambio de buenas pr�cticas, fomento de la presencia internacional, etc.) y la t�ctica (intercambio entre Equipos de Respuesta a Incidentes de Seguridad de la Informaci�n (CERT), formaci�n de expertos, etc.).
• –  Impulsar el desarrollo de la legislaci�n internacional espec�fica c�ber para establecer un marco legislativo com�n, como la Directiva europea de Seguridad de las Redes y Sistemas de Informaci�n –NIS- traspuesta a la legislaci�n nacional por el RDL 12/2018.
• –  Implantar una pol�tica integral de ciberseguridad en el �mbito aeroespacial acorde a los principios establecidos en la Estrategia de Ciberseguridad Nacional, que:
  • •  promueva arquitecturas de sistemas redundantes, resistentes y resilientes a agresiones cibern�ticas;
  • •  gestione la obsolescencia de los sistemas aeroespaciales;
  • •  audite la ciberseguridad de los sistemas m�s cr�ticos;
  • •  determine la formaci�n espec�fica en ciberseguridad del personal que opera y sostiene sistemas aeroespaciales;
  • •  organice ejercicios para evaluar los sistemas y el personal.
• –  Incorporar criterios de ciberseguridad tanto en los documentos de definici�n de requisitos y de viabilidad de los procesos de obtenci�n de capacidades aeroespaciales, como en las actividades de sostenimiento que se realizan a plataformas e instalaciones cr�ticas vinculadas al sector.

Terrorismo:

En la lucha contra el terrorismo, el intercambio �gil de informaci�n es un elemento esencial para afrontar la amenaza a la que se enfrenta el sector aeroespacial por parte de las organizaciones terroristas. La gran capacidad de adaptaci�n de estos grupos a las medidas de todo tipo que se adopten, exige de la existencia de unos canales espec�ficos de distribuci�n de inteligencia sobre:

• –  amenazas espec�ficas al sector aeroespacial, en el interior y el exterior de Espa�a;
• –  t�cticas, t�cnicas y procedimientos que est�n desarrollando los grupos terroristas para soslayar las medidas de seguridad implementadas.

Como complemento a las medidas anteriores, es indispensable incrementar la seguridad del personal que trabaja u opera en las instalaciones aeroportuarias e infraestructuras cr�ticas asociadas al transporte a�reo mediante:

• –  la determinaci�n del nivel de clasificaci�n de seguridad necesario para acceder a las �reas sensibles de dichas instalaciones e infraestructuras;
• –  el impulso al desarrollo de la legislaci�n pertinente y la determinaci�n del procedimiento de obtenci�n de la habilitaci�n.

Amenazas emergentes:

• –  Mantener un adecuado nivel de inteligencia sobre el estado de los desarrollos tecnol�gicos emergentes que puedan ser empleados contra las capacidades aeroespaciales de la naci�n.

Desaf�os:

• –  Desarrollar e implementar el conjunto de medidas t�cnicas, de continuidad de operaciones y de recuperaci�n de desastres, en el marco de los planes sectoriales del �mbito de la Protecci�n de la Infraestructuras Cr�ticas (PIC), tanto para el subsector de transporte a�reo como para el sector espacio.
• –  Incrementar las capacidades del Sistema Espa�ol de Vigilancia y Seguimiento Espacial, en coordinaci�n con las actividades realizadas en el marco de la Agencia Espacial Europea, la Uni�n Europea, y otros departamentos de la Administraci�n P�blica, para incluir mejoras y nuevas funcionalidades en el �rea de an�lisis de riesgos y evaluaci�n de medidas de seguridad, espec�ficamente en:
  • •  Las capacidades de detecci�n de objetos espaciales;
  • •  Las capacidades de procesado, incluyendo catalogaci�n y capacidades espec�ficas para las necesidades de seguridad espacial
  • •  Las capacidades de provisi�n de servicios de vigilancia y seguimiento espacial para que puedan discriminarse los objetos catalogados e identificados como �actividad legal y registrada�, de otros que puedan tener alg�n tipo de actividad o intenci�n potencialmente hostiles.
  • •  Las capacidades de an�lisis ante los desaf�os de la meteorolog�a espacial, los asteroides y los cometas.
  • •  La coordinaci�n y el intercambio de informaci�n con otros centros o servicios espaciales de seguridad (comunicaciones seguras, navegaci�n segura, teledetecci�n para seguridad).
  • •  La inclusi�n de nuevas capacidades de an�lisis ante las amenazas identificadas para los casos de conflictos armados, terrorismo, crimen organizado y espionaje.
• –  Participar internacionalmente en la monitorizaci�n de la meteorolog�a atmosf�rica y espacial e incorporar medidas de protecci�n medioambiental en el �mbito aeroespacial.

L�nea de acci�n 4. Impulsar un desarrollo normativo del uso civil de aeronaves pilotadas remotamente que garantice el necesario equilibrio entre la seguridad de las personas, instalaciones y dem�s usuarios del espacio a�reo, y el desarrollo tecnol�gico y econ�mico de un sector pujante de la econom�a espa�ola

El sector de las aeronaves no tripuladas de uso civil tiene un enorme potencial, tanto por los innumerables usos que pueden tener como por el previsto peso econ�mico que generar� su actividad. Para liberar ese potencial, es condici�n indispensable regular los m�ltiples aspectos que implica su operaci�n, y esta regulaci�n se vuelve compleja cuando hay que hacerla compatible con otras regulaciones que ocupan el mismo espacio.

En algunos aspectos, las aeronaves no tripuladas pueden ser tratadas como las tripuladas y puede reutilizarse la normativa aeron�utica, particularizada para estas aeronaves. En este sentido se enmarcan:

• –  el Reglamento (UE) 2018/1139 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre normas comunes en el �mbito de la aviaci�n civil, que establece y mantiene el nivel de seguridad que debe cumplir la aviaci�n civil en la Uni�n Europea en la que se incluye a las aeronaves no tripuladas.
• –  el RD 1036/2017, por el que se regula la utilizaci�n civil de las aeronaves pilotadas por control remoto en el espacio de soberan�a a�rea nacional. Se aplica principalmente a aeronaves civiles con un peso m�ximo al despegue menor de 150 Kg. para la realizaci�n de trabajos t�cnicos o cient�ficos (operaciones a�reas especializadas en t�rminos de la UE). La norma fija todas las condiciones que deben cumplirse para autorizar estos trabajos t�cnicos.

El desarrollo normativo tiene forzosamente que ir ligado al concepto de operaci�n de las aeronaves no tripuladas. Por ejemplo, si se desea operar dentro de la circulaci�n a�rea general, tendr�n que cumplir las mismas normas aplicables a las aeronaves tripuladas y con todas las garant�as adicionales que exija el legislador; si el concepto de operaci�n incluye operar m�ltiples aeronaves no tripuladas a baja altitud y dentro de un �rea urbana (concepto U-Space de la UE), la gesti�n del tr�fico y la regulaci�n ser�n much�simo m�s complejas.

El desarrollo del sector debe contemplar medidas ante la utilizaci�n irresponsable, il�cita o con fines terroristas de las aeronaves no tripuladas. Concretamente ser� necesario:

• –  Impulsar los desarrollos normativos que permitan un mejor control, localizaci�n y registro de las aeronaves no tripuladas.
• –  Desarrollar capacidades contra aeronaves no tripuladas y la normativa que regule su uso.
• –  Promover la creaci�n de centros de vigilancia, coordinaci�n y control efectivo para aeronaves no tripuladas, principalmente en los espacios incluidos en el concepto U-Space, y establecer las normas de coordinaci�n entre estos y los organismos del sistema nacional de vigilancia y control del espacio a�reo.
• –  Coordinar y gestionar los aspectos de seguridad en el marco del sistema de vigilancia y control del espacio a�reo, regulando el �mbito de actuaci�n de cada uno de los organismos estatales con responsabilidades en el �rea de seguridad.
• –  Promover actuaciones de concienciaci�n y sensibilizaci�n sobre el empleo de aeronaves no tripuladas por particulares.
• –  Desarrollar medidas legales punitivas espec�ficas para el sector de las aeronaves no tripuladas.

L�nea de acci�n 5. Apoyar el papel de Espa�a en el �mbito internacional, dentro del marco de compromisos y responsabilidades asumidos en materia de seguridad a�rea y ultraterrestre

Espa�a tradicionalmente participa en m�ltiples programas, foros, comit�s y grupos de trabajo de organizaciones internacionales civiles y militares del �mbito aeroespacial. Su sistema de defensa a�reo est� al nivel de los mejores de Europa y est� interconectado e integrado en el de la Alianza Atl�ntica; igualmente, su sistema de control a�reo civil es uno de los mayores y m�s complejos de Europa y est� interconectado con EUROCONTROL. En los �ltimos a�os se est� desarrollando el Sistema Espa�ol de Vigilancia y Seguimiento Espacial, como colaboraci�n nacional al programa de la regulaci�n actual Espacial de la Uni�n Europea, para extender la vigilancia y el seguimiento sobre las amenazas y desaf�os provenientes del espacio ultraterrestre.

La Alianza Atl�ntica reconoce que las capacidades basadas en el espacio son imprescindibles para el mando y control de las operaciones y como apoyo en la toma de decisiones, por lo que es esencial en la pol�tica defensiva y de disuasi�n. La cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Bruselas, julio 2018, acord� desarrollar la �Pol�tica Espacial de la Alianza�.

Las medidas para potenciar el �mbito aeroespacial en materia de seguridad incluyen:

• –  Fomentar la inversi�n, participaci�n activa y representaci�n de Espa�a en todas las organizaciones, comit�s, programas, foros, iniciativas y grupos de trabajo internacionales en materia de seguridad aeroespacial de inter�s.
• –  Suscribir acuerdos de seguridad aeroespacial bilaterales, fundamentalmente con los pa�ses lim�trofes, y multilaterales, preferentemente con los pa�ses europeos m�s influyentes y las potencias espaciales globales, para apoyo mutuo en situaciones de crisis.
• –  Potenciar la cooperaci�n policial internacional en la investigaci�n criminal de temas aeroespaciales de su competencia para amenazas de crimen organizado, terrorismo y c�ber.
• –  Potenciar los mecanismos de intercambio de informaci�n de vigilancia espacial con los centros y organismos (civiles y militares) de otras naciones cuya cobertura complementa y completa la de nuestro sistema de vigilancia espacial.
• –  Asegurar la interoperabilidad con los sistemas de mando y control aeroespaciales de los pa�ses de la OTAN/UE, para el correcto desempe�o de las funciones de seguridad y defensa en el espacio a�reo de soberan�a, responsabilidad o inter�s nacional.
• –  Utilizar los mecanismos de financiaci�n comunitarios para fortalecer, consolidar y mejorar la base industrial aeroespacial, contribuyendo a la econom�a y seguridad de la naci�n.
• –  Potenciar el desarrollo nacional e internacional de las capacidades espaciales de doble uso.
• –  Mejorar la capacidad de previsi�n meteorol�gica y contribuir en el desarrollo de protocolos internacionales de prevenci�n, alerta y actuaci�n en caso de fen�menos meteorol�gicos adversos, inclusive los de origen ultraterrestre, en l�nea con los estudios y planes de protecci�n establecidos para los fen�menos de Meteorolog�a Espacial.
• –  Cooperar internacionalmente para paliar los efectos nocivos de la aviaci�n mediante la mejora de la eficiencia energ�tica, el uso de energ�as renovables y biocombustibles, y la disminuci�n del ruido en los entornos aeroportuarios.
• –  Impulsar la coordinaci�n internacional para la prevenci�n y control de la propagaci�n de enfermedades contagiosas a trav�s del sistema de transporte a�reo internacional.

CAP�TULO 4

La Seguridad Aeroespacial en el Sistema de Seguridad Nacional

La visi�n integral de la seguridad aeroespacial plasmada en esta estrategia, los riesgos y amenazas detectados que le afectan, los objetivos y l�neas de acci�n trazados para dar una respuesta conjunta y adecuada a la preservaci�n de la seguridad aeroespacial bajo los principios que sustentan el Sistema de Seguridad Nacional, determinan la necesidad de contar con una estructura org�nica precisa a estos efectos, que estar� constituida por los siguientes componentes, bajo la direcci�n del Presidente del Gobierno:

• A. El Consejo de Seguridad Nacional.
• B. El Consejo Nacional de Seguridad Aeroespacial.
• C. El Comit� de Situaci�n, �nico para el conjunto del Sistema de Seguridad Nacional ante situaciones de crisis.

Organizaci�n de la Seguridad Aeroespacial

A. El Consejo de Seguridad Nacional

El Consejo de Seguridad Nacional, configurado como Comisi�n Delegada del Gobierno para la Seguridad Nacional, asiste al Presidente del Gobierno en la direcci�n de la Pol�tica de Seguridad Nacional.

B. El Consejo Nacional de Seguridad Aeroespacial

El Consejo Nacional de Seguridad Aeroespacial dar� apoyo al Consejo de Seguridad Nacional para el cumplimiento de sus funciones y, en particular, en la asistencia al Presidente del Gobierno en la direcci�n y coordinaci�n de la Pol�tica de Seguridad Nacional en el �mbito de la seguridad aeroespacial.

Funciones del Consejo Nacional de Seguridad Aeroespacial:

• –  Apoyar a la toma de decisiones del Consejo de Seguridad Nacional en materia de seguridad aeroespacial mediante el an�lisis, estudio y propuesta de iniciativas tanto en el �mbito nacional como en el internacional.
• –  Apoyar al Consejo de Seguridad Nacional en materias de planificaci�n y coordinaci�n de la pol�tica de Seguridad Nacional relacionadas con la seguridad aeroespacial.
• –  Reforzar las relaciones de coordinaci�n, colaboraci�n y cooperaci�n entre las distintas Administraciones P�blicas con competencias relacionadas con el �mbito de la seguridad aeroespacial, as� como entre los sectores p�blico y privado.
• –  Contribuir a la elaboraci�n de propuestas normativas en materia de seguridad aeroespacial para su consideraci�n por el Consejo de Seguridad Nacional.
• –  Evaluar el grado de desarrollo y cumplimiento de la Estrategia de Seguridad Aeroespacial Nacional e informar al Consejo de Seguridad Nacional.
• –  Impulsar los estudios necesarios y hacer propuestas para que la Estrategia de Seguridad Aeroespacial Nacional evolucione arm�nicamente con respecto a la normativa aeroespacial nacional e internacional, y a otras estrategias con dimensi�n internacional.
• –  En el �mbito de la seguridad aeroespacial: valorar los riesgos asociados a las amenazas y desaf�os; analizar posibles escenarios de crisis y su evoluci�n; elaborar y mantener actualizados los planes de respuesta; formular directrices, en el �mbito de la seguridad aeroespacial, para la realizaci�n de ejercicios de gesti�n de crisis, evaluando los resultados de su ejecuci�n; todo ello en coordinaci�n con los �rganos y autoridades directamente competentes.
• –  Proponer la creaci�n de comit�s y grupos de trabajo, permanentes o temporales, para la realizaci�n de determinadas funciones especializadas y, en su caso, aprobar su composici�n, incluyendo los expertos del sector p�blico y privado necesarios.
• –  Aprobar y, en su caso, elevar los trabajos, estudios o informes de los comit�s y grupos de trabajo.
• –  Todas aquellas otras funciones que le encomiende el Consejo de Seguridad Nacional en el marco de la seguridad aeroespacial.

La composici�n del Consejo de Seguridad Nacional Aeroespacial reflejar� el espectro de los �mbitos de los departamentos, organismos y agencias de las Administraciones P�blicas con competencias en materia de seguridad aeroespacial, para coordinar aquellas actuaciones que se deban abordar de forma conjunta con el fin de elevar los niveles de seguridad.

En el Consejo podr�n participar otros actores relevantes del sector privado y especialistas cuya contribuci�n se considere necesaria.

En el cumplimiento de sus funciones, el Consejo Nacional de Seguridad Aeroespacial ser� apoyado por el Departamento de Seguridad Nacional en su condici�n de Secretar�a T�cnica y �rgano de trabajo permanente del Consejo de Seguridad Nacional.

C. El Comit� de Situaci�n

El Comit� de Situaci�n ser� convocado para llevar a cabo la gesti�n de las situaciones de crisis en el �mbito de la seguridad aeroespacial que, atendiendo a la acentuada transversalidad o dimensi�n e impacto de sus efectos, produzcan el desbordamiento de los l�mites de capacidad de respuesta eficaz por parte de los mecanismos previstos, siempre respetando las competencias asignadas a las distintas Administraciones P�blicas y a los efectos de garantizar una respuesta inmediata, coordinada y eficaz a trav�s de un solo �rgano de direcci�n pol�tico estrat�gica de la crisis.

El Comit� de Situaci�n y el Consejo Nacional de Seguridad Aeroespacial actuar�n de forma complementaria, cada uno en su �mbito de competencias, pero bajo la misma direcci�n estrat�gica y pol�tica del Consejo de Seguridad Nacional presidido por el Presidente del Gobierno.

El Comit� de Situaci�n ser� apoyado por el Departamento de Seguridad Nacional con el fin de garantizar su interconexi�n con los centros operativos implicados y dar una respuesta adecuada en situaciones de crisis, facilitando su seguimiento y control y la trasmisi�n de las decisiones.

Para el cumplimiento eficaz de sus funciones de apoyo al Comit� de Situaci�n, el Departamento de Seguridad Nacional podr� ser reforzado por personal especializado proveniente de los departamentos ministeriales u organismos competentes, los cuales conformar�n la C�lula de Coordinaci�n espec�fica en el �mbito de la seguridad aeroespacial.

Implantaci�n:

La puesta en marcha del Consejo Nacional de Seguridad Aeroespacial y del Comit� de Situaci�n, y la armonizaci�n de su funcionamiento con los �rganos existentes, se realizar� paulatinamente mediante la aprobaci�n de las disposiciones normativas necesarias y el reajuste de las vigentes, con el objetivo de alcanzar el funcionamiento coordinado y eficiente de estos componentes del Sistema de Seguridad Nacional.