Ley Foral 2/1993, de 5 de marzo, de Protecci髇 y Gesti髇 de la Fauna Silvestre y sus H醔itats

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Sumario

Exposici髇 de Motivos

La cada vez m醩 creciente inquietud y concienciaci髇 de amplios sectores de la sociedad por la defensa y recuperaci髇 del medio ambiente ha originado una espectacular expansi髇 en todos sus frentes del contenido nuclear de la materia medioambiental.

El propio concepto de medio ambiente ha conocido una profunda y din醡ica evoluci髇 sustantiva, englobando en su seno diferentes disciplinas, hasta formar una rica variedad de supuestos, diagn髎ticos, t閏nicas administrativas y pol韙icas sectoriales.

No es extra駉, pues, que los poderes p鷅licos hayan asumido la responsabilidad principal de custodiar el entorno natural en el que el hombre se desarrolla y a dar respuestas a la comunidad cient韋ica y a las minor韆s sociales avanzadas que reclaman atender el desarrollo socioecon髆ico sin merma de las condiciones originarias de nuestro h醔itat.

La noci髇 medioambiental que tanto la sociedad como las instituciones han asumido en la actualidad supera con creces el objetivo inicial perseguido anta駉 de eliminar cualesquiera productos hechos ocasionados por la actividad humana en formas capaces de da馻r la salud, e incorpora hoga駉, con m醩 acertada perspectiva globalizadora, la l骻ica consideraci髇 y respeto por la Naturaleza. Esta se contempla hoy, no ya s髄o como el medio en el que el hombre vive, sino como un aut閚tico cosmos ordenado y equilibrado, en el que el individuo ha de integrarse como un elemento m醩 sin dejar a su paso negativas huellas indelebles. Las obsoletas teor韆s doctrinales identificadoras del ser humano como rey, due駉 y se駉r absoluto de la Tierra, ceden hoy su lugar a la visi髇 actual del hombre como sujeto activo y esencial de la biosfera que ha de vivir integrado en y con la Naturaleza consciente de que el patrimonio natural que disfruta es la herencia de las futuras generaciones que es preciso mantener y mejorar.

Esta profunda consideraci髇 hacia el futuro de la biosfera, exigible a cualquier ordinario sentir social, ha de analizarse a su vez bajo dos perspectivas complementarias de comportamiento: Una, que preconice el respeto por los h醔itats naturales y seminaturales, componentes del mosaico territorial esencial para la preservaci髇 de la vida silvestre, y otra, que postule la atenci髇 al mantenimiento de las especies que pueblan en estado silvestre los ecosistemas.

Y es precisamente esa secci髇 integrante de una pol韙ica global de medio ambiente, el mantenimiento y mejora de la biodiversidad de la fauna silvestre y de los h醔itats naturales, la que constituye el objeto principal de esta Ley Foral, destinada a regular, con car醕ter general, la preservaci髇 de la riqueza animal que vive en estado ind髆ito en los montes, campos, bosques y r韔s de la Comunidad Foral y de sus h醔itats como lugares sin los cuales ser韆 imposible preservar la vida de las especies.

Todo esto perfectamente incardinado en el necesario entramado jur韉ico tanto del Estado como de la Comunidad Europea.

Esta Ley Foral aparece destinada hacia la consecuci髇 de un doble objetivo: De un lado, la adecuada protecci髇 de la biodiversidad de la fauna silvestre y de sus h醔itats en Navarra, y de otro, la ordenaci髇 del aprovechamiento cineg閠ico e ict韈ola de la fauna susceptible de utilizaci髇 racional por el hombre.

Merced a esta Ley Foral la Comunidad Foral de Navarra despliega, en un fuente, sus potestades de desarrollo legislativo en materia de medio ambiente y ecolog韆, estableciendo las oportunas normas protectoras adicionales respecto de las que aparecen en la legislaci髇 estatal, y en otro, sus competencias exclusivas, adquiridas en virtud de su r間imen foral, sobre la caza, la pesca fluvial y lacustre y la acuicultura.

El t韙ulo I de la Ley Foral recoge las disposiciones de general aplicaci髇 en la materia, encomendando al Gobierno de Navarra y a las Entidades Locales la adopci髇 de las medidas precisas para proteger la fauna silvestre y sus h醔itats, en su natural concepci髇 de patrimonio de toda la Comunidad, con especial atenci髇 hacia las especies aut骳tonas de Navarra.

El t韙ulo II regula con mayor detenimiento la protecci髇 de la fauna silvestre y sus h醔itats naturales, estableciendo para ello las correspondientes limitaciones y prohibiciones a ciertas actividades humanas y las l骻icas excepciones sujetas a control del Departamento de Ordenaci髇 del Territorio y Medio Ambiente, 髍gano garante en la aplicaci髇 de esta norma. Dentro de este t韙ulo se prev閚 las medidas destinadas a la conservaci髇 de las especies m醩 necesitadas de protecci髇 p鷅lica, cre醤dose a tal efecto un Registro de la Fauna Silvestre, en el que se incluyen las especies y poblaciones de fauna silvestre que existen en Navarra, as� como un Cat醠ogo de Especies Amenazadas, complementario del estatal conexo con las Administraciones colindantes. Asimismo crea una red de 醨eas de protecci髇 de la fauna silvestre y se faculta al Gobierno de Navarra para ampliarla con la finalidad de preservar sus h醔itats naturales.

En el t韙ulo III se establece el r間imen de ordenaci髇 de los aprovechamientos de la fauna, especialmente en lo que se refiere al ejercicio deportivo de la caza y de la pesca. En l韓eas generales, se acude a t閏nicas administrativas ya consagradas en el ordenamiento estatal, tales como las disposiciones generales de vedas, la existencia de Planes de Ordenaci髇 Cineg閠ica y Acu韈ola, el control anual sobre las especies susceptibles de captura, y la necesidad de obtener de modo previo licencia habilitante para materializar dicho aprovechamiento, licencia cuyas caracter韘ticas definitorias se ajustan b醩icamente al patr髇 dise馻do por la Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservaci髇 de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres.

En su af醤 globalizador, la Ley Foral regula el ejercicio de la caza, estableciendo las necesarias limitaciones que la hagan compatible con los postulados tuitivos de la fauna. A diferencia del r間imen establecido en la Ley de 1970, la Ley Foral reconduce, con intenci髇 de lograr una m醩 responsable y adecuada ordenaci髇, el ejercicio de la caza a zonas acotadas previstas a tal efecto por las Entidades Locales o los particulares, con suficientes dimensiones para su gesti髇, y excluye la posibilidad de aprovechamiento en aquellos terrenos sometidos con anterioridad a r間imen cineg閠ico com鷑. Esta nueva forma de entender territorialmente la caza da cumplimiento exacto al mandato b醩ico contenido en el art韈ulo 33.2 de la mencionada Ley 4/1989, de 27 de marzo, a cuyo tenor se obliga a la Administraci髇 competente a determinar los terrenos donde pueda realizarse actividad cineg閠ica.

La regulaci髇 de la pesca mantiene, en l韓eas generales, los par醡etros b醩icos actuales, si bien prev� la cesi髇 de la gesti髇 de los cotos titularidad del Gobierno de Navarra a las Sociedades Deportivas de Pesca, en determinadas condiciones. La Ley parte en esta actividad del respeto a la legislaci髇 de aguas, con cuyas previsiones busca las debidas armonizaci髇 normativa y coordinaci髇 administrativa.

El t韙ulo IV categoriza las diferentes infracciones contrarias a esta Ley Foral y las sanciona, con escrupuloso cumplimiento de los principios m醩 modernos del Derecho administrativo sancionador, hoy recogidos en la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de R間imen Jur韉ico de las Administraciones P鷅licas y del Procedimiento Administrativo Com鷑. Entre las novedades m醩 sobresalientes de la Ley destacan la tipificaci髇 de tres modalidades de infracciones relativas a la protecci髇 de la fauna silvestre y sus h醔itats, al ejercicio de la caza y de la pesca, siguiendo las directrices b醩icas de la Ley 4/1989, de 27 de marzo; se establece una doble tabla sancionadora de las infracciones relativa a la fauna silvestre y sus h醔itats y al ejercicio de la caza y de la pesca en desarrollo de la competencia legislativa exclusiva de la Comunidad Foral de Navarra sobre estos dos 鷏timos 醡bitos materiales; la articulaci髇, en el marco de los procedimientos administrativos comunes fijados por el Estado, de un nuevo procedimiento sancionador m醩 cel閞ico, y por tanto, m醩 eficaz y cuya aplicaci髇 garantiza plenamente el derecho a ser o韉o y a aportar cuantas alegaciones se estime oportuno; el incremento del plazo de prescripciones de las sanciones, consciente el legislador de la mayor repercusi髇 social que las lesiones a la fauna suponen en la actualidad; la reducci髇 de la sanci髇 en los casos de conformidad del infractor, teniendo en cuenta a tal efecto la doctrina constitucional reca韉a al respecto; y la publicidad de la sanci髇 para las infracciones de mayor gravedad. La Ley Foral reconoce, adem醩, el derecho de todos a defender el medio ambiente y universaliza, a tal efecto, la acci髇 para exigir de las Administraciones P鷅licas la observancia de las prescripciones legales.

El 鷏timo t韙ulo, el V, anticipa las medidas con repercusi髇 econ髆ica necesaria para la ejecuci髇 de la Ley Foral, y que deber醤 ser objeto de contemplaci髇 espec韋ica en los Presupuestos Generales de Navarra.

La Ley termina con el oportuno r間imen transitorio, garantizador de la adecuaci髇 de las distintas actividades al nuevo orden jur韉ico establecido, y en el que se incorpora el doble mandato al Ejecutivo para que, en el plazo y forma correspondientes, remita un Proyecto de Ley Foral de Habitats Naturales limitado ahora a otros dos 醡bitos esenciales de la pol韙ica medioambiental, como son la flora y los ecosistemas fluviales y adopte las iniciativas precisas para la declaraci髇 de las 醨eas de Urbasa-And韆, Bardenas Reales y Pirineo Occidental como Parques Naturales.