ANEXO

DIRECTRICES ESENCIALES DE ORDENACI覰 DEL TERRITORIO DE CASTILLA Y LE覰

Una agenda para el gobierno del territorio

I.- Desarrollo de la Ley de Ordenaci髇 del Territorio.

Entre los instrumentos de ordenaci髇 del territorio regulados en la Ley 10/1998, de 5 de diciembre, de Ordenaci髇 del Territorio de Castilla y Le髇, ocupan un lugar central las Directrices de Ordenaci髇 del Territorio de Castilla y Le髇, cuyo objetivo es la ordenaci髇 conjunta de la Comunidad mediante la definici髇 de un modelo territorial que pueda utilizarse como marco de referencia para los dem醩 instrumentos de ordenaci髇 del territorio, as� como de orientaci髇 general para la pol韙ica territorial de la Junta de Castilla y Le髇.

En conjunto con otros documentos, como el Plan de Desarrollo Regional o la Estrategia de Desarrollo Sostenible, las Directrices de Ordenaci髇 del Territorio de Castilla y Le髇 deben servir para avanzar hacia el equilibrio territorial de nuestra Comunidad. En un contexto de integraci髇 econ髆ica global, ampliaci髇 de la Uni髇 Europea y consolidaci髇 de la organizaci髇 del Estado, las Directrices deben se馻lar las pautas para integrar todas las pol韙icas p鷅licas con incidencia territorial, en una acci髇 de gobierno coordinada y eficaz.

Conforme al art韈ulo 11 de la Ley 10/1998, las Directrices se formalizan en dos documentos: en primer lugar, el de las Directrices Esenciales, que deben aprobarse por Ley de las Cortes de Castilla y Le髇; y en segundo lugar, el de las Directrices Complementarias, que deben aprobarse por Decreto, teniendo, por tanto, rango reglamentario. Por ello, las Directrices Esenciales tienen un car醕ter conceptual y una proyecci髇 gen閞ica sobre el territorio, siendo misi髇 de las Directrices Complementarias una mayor concreci髇 geogr醘ica y de contenidos.

Esta formalizaci髇 se ha conseguido tras un largo proceso, que comenz� apenas aprobada la Ley 10/1998: el 4 de febrero de 1999 la Junta de Castilla y Le髇 acord� iniciar los trabajos; una vez culminados, la Orden de 24 de noviembre de 2000 de la Consejer韆 de Fomento abri� un per韔do de tres meses de informaci髇 p鷅lica y audiencia a las Administraciones, ampliado por Orden de 22 de marzo de 2001. Posteriormente se constituy� una comisi髇 integrada por la Junta de Castilla y Le髇, Diputaciones Provinciales y Federaci髇 Regional de Municipios y Provincias, de cuyo trabajo result� el primer texto de Directrices Esenciales, con las aportaciones del Consejo Econ髆ico y Social, todo ello previamente a la tramitaci髇 formal del Anteproyecto de Ley de Directrices Esenciales.

Para alcanzar sus fines, las Directrices parten del conocimiento de la realidad territorial de Castilla y Le髇, teniendo en cuenta cuanto se ha avanzado en el gobierno del territorio desde la aprobaci髇 del Estatuto de Autonom韆, hace 25 a駉s. No ser韆 coherente ni razonable un proceso de ordenaci髇 territorial que ignorase o minusvalorase la gran variedad de pol韙icas activadas por las Administraciones p鷅licas, hoy manifiestas en gran diversidad de acciones sectoriales con incidencia positiva en el desarrollo regional.

Las Directrices se proponen para cumplir la finalidad prevista en la Ley de Ordenaci髇 del Territorio de Castilla y Le髇. Establecen un modelo territorial al servicio del desarrollo sostenible y de la calidad de vida en Castilla y Le髇. Un modelo adaptable y 鷗il para afrontar un futuro que se presenta, en todo el mundo, complejo y lleno de incertidumbre.

II.- S韓tesis del diagn髎tico de Castilla y Le髇.

Castilla y Le髇 es una de las regiones m醩 extensas de Europa, situada en el espacio sudoeste y en el arco atl醤tico. Su orograf韆 forma vastas llanuras centrales, campi馻s y p醨amos, rodeadas por un borde monta駉so de gran valor ambiental, rebasado a menudo por el territorio regional. Esta orla serrana genera la dicotom韆 entre monta馻s h鷐edas y planicies secas donde dominan los cultivos, que ocupan casi la mitad de la Comunidad. La otra mitad es forestal, y un tercio de la superficie est� arbolada. Castilla y Le髇 es rica en recursos naturales: agua de buena calidad en r韔s casi siempre regulados, energ韆 y suelo.

En ese territorio, se despliega un poblamiento configurado en la Edad Media, disperso y poco denso: 27 habitantes por Km2, repartidos en 2.248 municipios y unos 6.000 n鷆leos concentrados en los entornos urbanos y en algunas comarcas perif閞icas. Con la despoblaci髇 disminuye la presi髇 sobre el medio natural, que se est� recuperando notablemente, pero tambi閚 retroceden actividades agropecuarias que contribu韆n a su conservaci髇. Por fortuna, apreciamos cada vez m醩 nuestro patrimonio natural: un cuarto de Castilla y Le髇 forma parte de la Red Natura 2000 por albergar una flora y fauna escasas en otras latitudes. Un paisaje profundamente humanizado y con un patrimonio cultural de excelencia: m醩 de 120 Conjuntos Hist髍icos, varios de ellos Patrimonio de la Humanidad, conforman la red nuclear del poblamiento. En lo econ髆ico, destaca el peso de la agricultura y la energ韆, as� como el dinamismo de la industria, tanto cuantitativo como por su extensi髇 geogr醘ica, que desborda los entornos urbanos en corredores de desarrollo. El sistema de ciudades, pese a las distancias entre los n鷆leos mayores y el escaso peso del nivel medio, se distribuye de forma correcta en el territorio, lo que permite articular estrategias coherentes de prestaci髇 de servicios.

La Ley 10/1998 ya se馻laba algunas singularidades territoriales de Castilla y Le髇: gran extensi髇, fragmentaci髇 administrativa, debilidad del sistema urbano, envejecimiento y dispersi髇 demogr醘icas, fr醙il implantaci髇 industrial...; todas ellas citadas en muchos estudios territoriales, que han moldeado un diagn髎tico negativo, y la idea de que la pol韙ica territorial debe corregir la realidad geogr醘ica. Sin embargo, lo que Castilla y Le髇 necesita son pol韙icas creativas, positivas y atentas a las caracter韘ticas locales. En suma, un tratamiento integrador de las perspectivas sectoriales para evitar la yuxtaposici髇 aleatoria de actuaciones sin un marco de referencia global.

Por tanto, nuestras singularidades deben reformularse en positivo. La acci髇 p鷅lica no debe apoyarse s髄o en lo que un territorio 玥a sido�: debe fomentar lo que ese territorio 玵uiere ser�. Es aqu� donde los perfiles m醩 positivos de Castilla y Le髇 adquieren sentido: como dice la Ley 10/1998, 玡stas limitaciones se ven compensadas por valores end骻enos como la riqueza de sus espacios naturales y de su patrimonio cultural�. M醩 all� del diagn髎tico de los problemas, la ordenaci髇 del territorio es necesaria, no tanto para controlar tensiones de crecimiento como para organizar sinergias positivas. En esta direcci髇, el Plan de Desarrollo Regional insiste con acierto en la capacidad de iniciativa local, sin perjuicio de la necesidad de modernizar infraestructuras y equipamientos.

III.- El objetivo de las Directrices: un modelo espacial de referencia para la acci髇 territorial.

La Ley 10/1998 resume como objetivos de la ordenaci髇 del territorio: 玡l desarrollo socioecon髆ico equilibrado y sostenible; la mejora de la calidad de vida de la poblaci髇, a trav閟 de su acceso al uso de los servicios e infraestructuras p鷅licas y del patrimonio natural y cultural; la gesti髇 responsable de los recursos naturales y la protecci髇 del medio ambiente, de forma compatible con la satisfacci髇 de las necesidades crecientes de recursos, as� como con el respeto a las peculiaridades locales; y la utilizaci髇 racional y equilibrada del territorio�.

Son objetivos generales, planteados conjuntamente para conducirnos, desde el inter閟 colectivo, a un horizonte de moderaci髇 del inter閟 privado que defiende, leg韙imamente cada grupo social. La ordenaci髇 del territorio no debe confundirse con la pol韙ica econ髆ica ni con la acci髇 administrativa sectorial. Su misi髇 es centrar la atenci髇 en ciertos valores reconocibles del espacio regional, que pueden ser compartidos y que est醤 refrendados en la Estrategia Territorial Europea.

En efecto, es la Uni髇 Europea la que insiste en la necesidad de orientar territorialmente sus pol韙icas. Para ello, establece una serie de objetivos y opciones que se recogen en la Estrategia Territorial Europea: desarrollo de un sistema urbano polic閚trico, con refuerzo de la colaboraci髇 entre los espacios urbanos y rurales; fomento de estrategias integradas de transporte y comunicaci髇, que faciliten un acceso equitativo a las infraestructuras y al conocimiento; y protecci髇 del patrimonio natural y cultural mediante una gesti髇 inteligente de los recursos.

Estamos as� ante un concepto nuevo de ordenaci髇 del territorio, alejado del convencional 玴lan� y coherente con la evoluci髇 del marco internacional, centrado en reconocer los valores compartidos por la sociedad y los criterios para hacerlos compatibles entre s� y para resolver sus eventuales conflictos. Por ello, este modelo territorial debe incluir un proceso de di醠ogo y aprobarse por ley de las Cortes de Castilla y Le髇. Un modelo conceptual innovador y adaptado a la geograf韆 regional, que se propone como Agenda para el Gobierno del Territorio.

Para definir un modelo de futuro, es esencial reconocer lo existente: la ordenaci髇 del territorio es un proceso en marcha, resultado de un debate social e institucional, mejorable en su referencia territorial. Todas las Administraciones proponen y ejecutan planes orientados a sus objetivos espec韋icos, con efectos sobre el territorio; tanto en esos planes como en la acci髇 administrativa se realizan esfuerzos para vertebrar el territorio con equidad y mejorar progresivamente los servicios.

Las Directrices se apoyan en la coherencia geogr醘ica de Castilla y Le髇 y de su red de centros urbanos, para se馻lar una serie de objetivos, complementarios de los principios generales de desarrollo sostenible y equilibrio territorial. Estos objetivos son: definir las funciones de la Comunidad en el marco del Estado, sobre todo en materia de transporte, log韘tica y relaci髇 con Portugal; poner en valor los recursos naturales y culturales como factores de atracci髇 espacial y fundamentos de la calidad de vida; completar las redes de transporte, el 玬apa log韘tico� y las infraestructuras hidr醬licas para el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales; garantizar el acceso a las tecnolog韆s de comunicaci髇; prevenir los riesgos naturales y tecnol骻icos; favorecer la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, en especial en cuanto al acceso a los servicios y oportunidades de trabajo y formaci髇 en el 醡bito rural; modernizar las infraestructuras de transporte y los equipamientos para garantizar la interacci髇 entre lo urbano y lo rural, as� como la difusi髇 de las innovaciones. Se trata de activar el potencial de interacci髇 de la Comunidad, de concebir el territorio como un sistema al servicio de los emprendedores y los entornos innovadores, y, al mismo tiempo, como herramienta para el desarrollo rural.

Es un error insistir en las debilidades de Castilla y Le髇 sin resaltar al tiempo sus oportunidades. Reconocer la p閞dida de peso demogr醘ico de la Comunidad y su posici髇 perif閞ica no debe inhibir la confianza en nuestra capacidad de actuaci髇 y en nuestro principal recurso, la poblaci髇. Por ello se propone una doble hip髏esis de partida: por un lado es posible fortalecer las infraestructuras territoriales exigidas para la prosperidad futura; por otro, el aumento de competitividad est� relacionado con la capacidad de innovaci髇 y la calidad de vida, y ambos factores se apoyan en la calidad global de nuestro territorio.

IV.- Elementos estructurantes de un modelo territorial abierto y din醡ico.

Siendo un objetivo b醩ico de las Directrices mejorar la coherencia y coordinaci髇 de las pol韙icas sectoriales, la primera funci髇 del modelo territorial es ser un instrumento de comprensi髇 din醡ica del territorio regional. Se trata de reconocer la Comunidad de manera articulada y sin renunciar a su diversidad ni a las singularidades locales.

El primer paso es evitar una concepci髇 arcaica de los 醡bitos geogr醘icos que reclama la Ley 10/1998. Por ello, el primer grupo de estrategias, 獺acia una Comunidad estructurada�, los concibe como subregi髇-problema, con geometr韆 variable en funci髇 de su capacidad para resolver demandas existentes. Los elementos que permitir醤 ajustar las delimitaciones ser醤 la provincia y los centros urbanos de referencia. Las 9 provincias, que en Castilla y Le髇 tienen hondo arraigo, son el 醡bito esencial para el gobierno del territorio. Tienen, adem醩, una dimensi髇 ajustada para la acci髇 territorial, y albergan grupos demogr醘icos de entidad suficiente para abordar estrategias territoriales. Como 醡bitos complementarios, las 羠eas Funcionales se delimitar醤 con criterios ajustables por razones de oportunidad, pero con una referencia m韓ima de tama駉 y centralidad.

Como segundo paso, las Directrices se馻lan un conjunto de elementos que le servir醤 de soporte al modelo territorial, y que son los que siguen: un sistema de ciudades para reforzar las centralidades tradicionales; corredores territoriales que sirvan de fundamento a las estrategias de localizaci髇 a partir de las sinergias locales; polos regionales como apoyo para la armadura territorial, y municipios que presten servicios generales para fortalecer la estructura territorial y difundir el desarrollo en el medio rural. En s韓tesis, se propone un modelo territorial estructurado, que se basa en una visi髇 estrat間ica de los recursos y oportunidades del territorio; y se caracteriza por una red equilibrada de ciudades y villas, en interacci髇 a trav閟 de corredores territoriales. Un modelo de futuro, que facilitar� la coordinaci髇 de las acciones en el territorio y estimular� el esp韗itu emprendedor y de iniciativa.

V.- Una secuencia de estrategias que da forma a la 獳genda para el Gobierno del Territorio�.

A lo largo de los Cap韙ulos 3 a 6, se desarrollan las Directrices bajo una perspectiva concreta: el centro del modelo territorial son las personas, su bienestar y su calidad de vida, su movilidad y su potencial emprendedor y de iniciativa. En el futuro, la calidad de vida de un territorio ser� un factor de atracci髇 para los individuos y los grupos sociales m醩 din醡icos o creativos; ser� una ventaja competitiva, dependiente sin duda de intangibles, pero vital para nuestra Comunidad.

El Cap韙ulo 3, 獺acia una Comunidad rica y diversa�, se centra en el reconocimiento de los recursos naturales y culturales como fuente de valores: diversidad paisaj韘tica, coherencia geogr醘ica y patrimonio cultural. Hay que fomentar una perspectiva unitaria de la realidad regional y, a la vez, insistir en su diversidad y riqueza, cualidades que han de interpretarse como fortalezas territoriales, tanto para aumentar la capacidad de acogida de la Comunidad, como para mantener un sistema diferencial de recursos tur韘ticos. La magnitud del patrimonio hace insuficientes los recursos disponibles y exige una acci髇 colaboradora de la sociedad en su conjunto, as� como una gesti髇 inteligente, din醡ica y con visi髇 de futuro.

El Cap韙ulo 4, 獺acia una Comunidad de bienestar�, desarrolla un conjunto de estrategias, relacionadas con los factores espaciales que condicionan la calidad de vida, para garantizar la dotaci髇 de infraestructuras y servicios y as� propiciar una mayor cohesi髇 territorial, sin descuidar la atenci髇 a los grupos sociales m醩 fr醙iles. Para ello hay que fortalecer los sistemas p鷅licos de infraestructuras que afectan a la calidad de vida (vivienda, transporte, ciclo del agua, energ韆 y comunicaciones); los sistemas territoriales que soportan los servicios a la ciudadan韆 (educaci髇, servicios sociales, sanidad, protecci髇 ciudadana); y las estructuras territoriales que facilitan el desarrollo de redes de interacci髇 social (comercio, industria, cultura, servicios, ocio, turismo). Hay estrategias evidentes, como conectar las capitales de provincia a la red de alta capacidad, para fomentar la interacci髇 en la red regional de ciudades, o mejorar la malla de carreteras que relaciona los n鷆leos menores con los centros urbanos de referencia. Otras son menos tangibles, como las que afectan al fomento del desarrollo local y del empleo, y exigir醤 esfuerzos de ajuste en las pol韙icas activadas para cumplirlos.

El Cap韙ulo 5, 獺acia una Comunidad sostenible�, insiste en el concepto de desarrollo sostenible, adaptado a nuestras singularidades: este es un territorio que cambia y necesita, por tanto, administrar su transformaci髇. Adem醩 de la conservaci髇 y puesta en valor de los espacios naturales, hay que fomentar un uso m醩 sostenible del territorio. Las caracter韘ticas de Castilla y Le髇 exigen tener en cuenta la diversificaci髇 de actividades en los espacios rurales en funci髇 de sus potencialidades: ocio, turismo, agroindustria, artesan韆, etc. Los espacios rurales deben ser mejor integrados con los urbanos: primero, en su provisi髇 de servicios, pero tambi閚 en el fomento de la actividad econ髆ica, con un sistem醫ico refuerzo de todo aquello que pueda procurar un futuro diferente, m醩 ecol骻ico en sentido profundo, es decir, tambi閚 m醩 pr髎pero. Sin duda, algo m醩 f醕il de decir que de realizar, pero donde la Comunidad debe convertirse en pionera.

El Cap韙ulo 6, 獺acia una Comunidad creativa�, aspira a fomentar una acci髇 de gobierno compartida en sus objetivos, y orientada, en primer lugar, a enriquecer el potencial de acci髇 del primer recurso regional: las personas. Nos acercamos a un horizonte diferente, donde los recursos externos perder醤 importancia; se pondr� en juego el potencial local, la capacidad de actuaci髇 de cada territorio. Estamos convencidos de que el futuro de un territorio depende, sobre todo, del conocimiento all� generado o disponible, as� como de su saber hacer, entendido 閟te como capacidad competitiva. Las razones que explican el 閤ito de un territorio a largo plazo tienen que ver con su capital humano, con la capacidad de dotarse de una red de conocimiento y con la capacidad innovadora. Es preciso apostar por la sociedad del conocimiento, aumentar los recursos para fortalecer las estructuras educativas y cient韋icas. Por 鷏timo, el proyecto pol韙ico que implica el modelo territorial debe ser impulsado por el conjunto de las Administraciones p鷅licas, incorporando sistem醫icamente a la sociedad civil y al conjunto de la poblaci髇. De hecho, las Directrices proponen un modelo territorial para Castilla y Le髇 cuya construcci髇 requiere el compromiso de todos.

As� pues, estas Directrices establecen los criterios y objetivos de un modelo territorial que abre para Castilla y Le髇 un futuro m醩 s髄ido. Se trata de un ambicioso proyecto pol韙ico, propio de una sociedad din醡ica y moderna, a cuya construcci髇 todos estamos convocados.

CAP蚑ULO 1

Fundamentos del modelo territorial

1.1. Finalidad de las Directrices Esenciales.

La finalidad de las Directrices Esenciales de Ordenaci髇 del Territorio de Castilla y Le髇 es establecer los objetivos, criterios y estrategias que definen el modelo territorial de Castilla y Le髇. Este modelo est� destinado a orientar los planes, programas, proyectos y, en general, las pol韙icas p鷅licas con incidencia territorial de la Administraci髇 de la Comunidad de Castilla y Le髇 y de la Administraci髇 local de Castilla y Le髇, as� como a mejorar su coordinaci髇, a partir de una concepci髇 coherente del territorio como espacio en el que confluyen.

1.2. Criterios del modelo territorial.

El criterio b醩ico que inspira el modelo territorial de Castilla y Le髇 es el fomento de un desarrollo equilibrado en el espacio y sostenible en el tiempo. Por ello, todas las decisiones relativas a la implantaci髇 de usos y actividades deben tener en cuenta, adem醩 de sus criterios espec韋icos, su repercusi髇 en la calidad de vida de la poblaci髇, en la cohesi髇 social y econ髆ica del entorno, en la gesti髇 sostenible e inteligente de los recursos naturales, as� como en la salvaguarda y puesta en valor del patrimonio natural y cultural.

1.3. Objetivos del modelo territorial.

El objetivo b醩ico del modelo territorial de Castilla y Le髇 es influir en los factores espaciales que condicionan la calidad de vida de la poblaci髇, entendida 閟ta como habitabilidad y potencial de desarrollo del territorio. De ese objetivo b醩ico se derivan los siguientes objetivos espec韋icos:

• a) Definir las funciones de Castilla y Le髇 en el marco del Estado, sobre todo en cuanto a su potencial en materia de transporte y log韘tica, en su relaci髇 con Portugal.
• b) Desarrollar un sistema urbano y territorial m醩 estructurado y equilibrado, reforzando la integraci髇 funcional de los espacios urbanos y rurales de la Comunidad, y completando las redes de transporte viario y ferroviario para mejorar la accesibilidad, sobre todo en la periferia.
• c) Fomentar pol韙icas integradas de transporte y comunicaci髇, facilitando un acceso equitativo a las infraestructuras y servicios de transporte y a las nuevas tecnolog韆s de informaci髇, de forma que puedan desplegar su potencial integrador en los medios menos favorecidos.
• d) Proteger el patrimonio natural y cultural, se馻s de identidad de Castilla y Le髇, como factores de atracci髇 espacial y fundamentos de la calidad de vida, incentivando su puesta en valor mediante una perspectiva territorial organizadora.
• e) Favorecer la cohesi髇 econ髆ica y social, apoyando especialmente las zonas rurales, perif閞icas y menos favorecidas, concibiendo el territorio como instrumento al servicio del desarrollo rural y completando las infraestructuras hidr醬licas que permitan el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.
• f) Impulsar un modelo territorial responsable, que garantice el desarrollo sostenible y contemple medidas frente al cambio clim醫ico.
• g) Potenciar un modelo territorial que favorezca la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, particularmente en lo que afecta a las oportunidades de formaci髇 y empleo en el 醡bito rural y al acceso equitativo a los servicios.
• h) Fomentar un modelo basado en la equidad territorial y en la cohesi髇 social, que potencie la colaboraci髇 entre los n鷆leos rurales y urbanos con el fin de atraer nuevas inversiones generadoras de empleo y riqueza.

1.4. Estrategias para el desarrollo del modelo territorial.

Para la consecuci髇 de los objetivos establecidos en la Directriz anterior, se definen las siguientes cinco estrategias, orientadas al fortalecimiento del modelo territorial existente y al desarrollo del modelo territorial para el futuro de Castilla y Le髇:

• a) Hacia una Comunidad estructurada: las Directrices reconocen en la geometr韆 del territorio de Castilla y Le髇 una oportunidad para reforzar las acciones de desarrollo regional, estructurada por una red de centros, corredores y polos singulares que pueden favorecer sinergias territoriales con las Comunidades vecinas y ser el soporte de una pol韙ica territorial innovadora.
• b) Hacia una Comunidad rica y diversa: Castilla y Le髇 es un territorio variado y plural, dotado de un patrimonio cultural y natural muy relevante. Por ello, las pol韙icas territoriales deben activar acciones de puesta en valor de los recursos locales para favorecer el arraigo de la poblaci髇 en sus lugares de origen y como factor de atracci髇 para actividades y personas.
• c) Hacia una Comunidad de bienestar: la acci髇 p鷅lica debe orientarse a garantizar servicios p鷅licos (educaci髇, sanidad, servicios sociales, protecci髇 ciudadana), bienes b醩icos (empleo y vivienda), as� como infraestructuras eficientes que permitan desplegar iniciativas competitivas. El incremento del capital p鷅lico al servicio de la calidad de vida de la poblaci髇 puede crear contextos m醩 din醡icos, donde los criterios de equidad y cohesi髇 social activen la acci髇 hacia grupos m醩 fr醙iles y fomenten respuestas responsables.
• d) Hacia una Comunidad sostenible: con una l骻ica de adecuaci髇 del concepto de desarrollo sostenible a las singularidades de Castilla y Le髇, las pol韙icas p鷅licas deben reconocer el territorio que cambia y servir para administrar de una manera sostenible todos los procesos de transformaci髇 activados, garantizando el impacto positivo en el medio ambiente.
• e) Hacia una Comunidad creativa: para incidir en los factores territoriales que fomentan la sociedad del conocimiento, es necesaria una acci髇 territorial dialogada y fundada en pol韙icas que primen la innovaci髇, as� como promover un sistema urbano en red, capaz de activar el factor tama駉, y priorizar las acciones que contribuyan a crear una imagen de marca regional.

1.5. Castilla y Le髇 en Europa.

Es prioritario para Castilla y Le髇 fomentar una mayor interacci髇 territorial con Europa, y en especial con las regiones Norte y Centro de Portugal, activando acciones de mejora de las infraestructuras de comunicaci髇 y transportes, as� como proyectos territoriales en los espacios fronterizos. Por tanto, se considera estrat間ico para el desarrollo futuro de la Comunidad potenciar:

• a) El corredor E-80 / A-62, de Miranda de Ebro a Fuentes de O駉ro por Briviesca, Burgos, Venta de Ba駉s, Valladolid, Tordesillas, Salamanca y Ciudad Rodrigo, que debe consolidar su condici髇 de corredor europeo de transporte combinado entre Portugal y el resto de la Uni髇 Europea, y desplegar su potencialidad como corredor de desarrollo econ髆ico regional.
• b) El corredor del Duero, de Zamora a Soria por Toro, Tordesillas, Valladolid, Pe馻fiel, Aranda de Duero y El Burgo de Osma, que debe completarse en direcci髇 este, conectando con el Arco Mediterr醤eo a trav閟 del corredor del Ebro y hacia Francia por el Pirineo aragon閟, as� como en direcci髇 oeste hacia Oporto.
• c) El corredor que comunica la ciudad de Le髇 con Braganza, a trav閟 de La Ba馿za y Sanabria que, complement醤dose con las comunicaciones entre Le髇 y Asturias, permita la interconexi髇 entre el norte de Portugal y el mar Cant醔rico.
• d) La coordinaci髇 de los instrumentos de ordenaci髇 y gesti髇 del territorio en las zonas fronterizas con Portugal, en especial en los espacios naturales, tanto por la fragilidad de estos territorios como por la potencialidad de los mismos para dinamizar las zonas m醩 desfavorecidas.
• e) La conexi髇 desde Madrid con el norte de Espa馻, Navarra, Pa韘 Vasco y Francia por el este de nuestra Comunidad en el eje Almaz醤, G髆ara y 羐reda.

1.6. Articulaci髇 territorial y colaboraci髇 con las Comunidades vecinas.

Inserta en el Arco Atl醤tico, Castilla y Le髇 aspira a lograr, en colaboraci髇 con la Administraci髇 del Estado, una mayor integraci髇 territorial con las Comunidades Aut髇omas vecinas, superando el aislamiento relativo que genera el borde monta駉so. A tal efecto es prioritario mejorar las infraestructuras de transporte y fomentar estrategias de desarrollo que partan de la complementariedad entre Comunidades. En particular:

• a) Desplegar la red de alta velocidad ferroviaria, imprescindible para la vertebraci髇 del espacio noroccidental de la Pen韓sula Ib閞ica.
• b) Consolidar las estrategias de transporte y log韘tica mediante una mejor comunicaci髇, por carretera y por ferrocarril, con los puertos de Cantabria, Asturias, Galicia y Pa韘 Vasco.
• c) Mejora de las comunicaciones con la Comunidad de Madrid, a trav閟 de la red de alta velocidad y de todo tipo de comunicaciones por carretera, tanto de la red nacional como auton髆ica o provincial.
• d) Profundizar en la cooperaci髇 con las Comunidades vecinas mediante instrumentos de ordenaci髇 y gesti髇 espec韋icos para las zonas lim韙rofes, en especial en los espacios naturales.

CAP蚑ULO 2

Hacia una Comunidad estructurada

2.1. Las unidades b醩icas de ordenaci髇 y servicios del territorio como 醡bito funcional b醩ico.

Las unidades b醩icas de ordenaci髇 y servicios del territorio son la referencia espacial y par醡etro b醩ico para el desarrollo de la ordenaci髇 del territorio de Castilla y Le髇.

El mapa que concrete las unidades b醩icas de ordenaci髇 y servicios del territorio formar� parte de las Directrices complementarias, y ser� base para su elaboraci髇.

2.2. Red de centros urbanos y rurales.

El conjunto de ciudades, villas y pueblos de la Comunidad configura el sistema urbano y rural de Castilla y Le髇, una red articulada de centros que estructuran las relaciones territoriales y sus flujos, formando una unidad funcional interdependiente. En dicho sistema:

• a) Se consideran centros urbanos de referencia los municipios con poblaci髇 superior a 20.000 habitantes.
• b) Se consideran centros rurales de referencia los municipios con poblaci髇 superior a 5.000 e igual o inferior a 20.000 habitantes, as� como los municipios con poblaci髇 superior a 1.000 habitantes que tengan adem醩 la consideraci髇 de municipios prestadores de servicios generales.

Estos centros configuran los nodos de la red de centros urbanos y rurales y se considerar醤 centros de referencia para la dotaci髇 de equipamientos, la prestaci髇 de servicios y las acciones de innovaci髇 en el territorio.

2.3. Otros 醡bitos funcionales.

El territorio de Castilla y Le髇 se vertebra por la uni髇 de sus nueve provincias, realidades hist髍icas que constituyen el 醡bito de actuaci髇 de las Diputaciones, la referencia para la organizaci髇 espacial de la Administraci髇 del Estado y de la Administraci髇 de la Comunidad de Castilla y Le髇, y un 醡bito funcional para la ordenaci髇 del territorio de Castilla y Le髇, ya que, tanto su dimensi髇 espacial como su peso demogr醘ico son adecuados para organizar servicios de nivel superior y constituir con eficacia una referencia espacial del gobierno del territorio.

Podr醤 constituirse temporalmente 醨eas funcionales estrat間icas, como 醡bitos funcionales intermedios entre la provincia y las unidades b醩icas de ordenaci髇 y servicios del territorio, de acuerdo con su instrumento de ordenaci髇 y planeamiento, en cuyo procedimiento de aprobaci髇 se dar� audiencia a los agentes econ髆icos y sociales que forman parte del Di醠ogo Social de Castilla y Le髇.

Las ciudades con m醩 de 20.000 habitantes y los n鷆leos de su entorno tienen relaciones funcionales habituales, que constituyen 醨eas funcionales estables, 醡bito id髇eo para la aplicaci髇 de los instrumentos de ordenaci髇 y planeamiento. Tambi閚 pueden disponer de esta condici髇 los municipios con una poblaci髇 aproximada de 19.000 habitantes y los n鷆leos de su entorno.

2.4. Sistema de corredores territoriales.

El territorio de la Comunidad est� estructurado por un conjunto de corredores de naturaleza diversa, que comparten un potencial multisectorial de servicio a la red de centros urbanos y a sus interacciones con las Comunidades vecinas. Para una estructuraci髇 m醩 s髄ida del territorio:

• a) Ser� objetivo prioritario intensificar las sinergias territoriales internas apoy醤dose en los corredores territoriales, activando un mayor intercambio econ髆ico y cultural, y fomentando la interacci髇 entre las capitales de provincia, los centros urbanos de referencia y los municipios prestadores de servicios generales.
• b) Entre los corredores territoriales, se consideran estrat間icos: el corredor del Duero y el corredor E-80 / A-62, ambos definidos en la Directriz 1.5; los que comunican el norte y noroeste de Espa馻 con el centro peninsular (A-1 y A-6); el eje este-oeste por el norte de la Comunidad (Camino de Santiago); el eje norte-sur por el oeste (V韆 de la Plata); el eje transversal sur, de Salamanca a Soria por 羦ila y Segovia; el corredor Cant醔rico-Mediterr醤eo; y el conjunto de la red ferroviaria.
• c) Asimismo, se consideran estrat間icos los principales corredores territoriales hist髍icos: el Camino de Santiago, el Canal de Castilla y la red de ca馻das reales.

2.5. Sistema de polos estrat間icos.

Son polos estrat間icos, los lugares que concentran actividades de excelencia de rango regional, y que desempe馻n una funci髇 complementaria de los centros urbanos de referencia, ya sea en la prestaci髇 de servicios (aeropuertos, enclaves log韘ticos, grandes equipamientos) en su funci髇 de difusi髇 tecnol骻ica o cient韋ica (universidades, centros de investigaci髇, grandes instalaciones industriales, parques tecnol骻icos), o por tener car醕ter de municipios singulares conforme al Pacto Local. Las Directrices Complementarias identificar醤 los polos estrat間icos a efectos de consolidar su funci髇 estructurante y de servicio al territorio, y se馻lar醤 criterios para que sean elementos de referencia desde el punto de vista de la sostenibilidad ambiental.

CAP蚑ULO 3

Hacia una Comunidad rica y diversa

SECCI覰 1

Protecci髇 de la Riqueza Natural y del Medio Ambiente

3.1. Coherencia, diversidad y riqueza del territorio de Castilla y Le髇.

La coherencia geogr醘ica del territorio de Castilla y Le髇, as� como la diversidad y riqueza de sus espacios naturales, son un recurso b醩ico de la Comunidad, que debe ser valorado mediante pol韙icas que promuevan un uso sostenible e inteligente de los recursos naturales. A tal efecto:

• a) Se fomentar� una perspectiva integral de la riqueza natural de Castilla y Le髇, fortalecedora de la identidad regional, y se dar� prioridad a las acciones de 醡bito supralocal que generen sinergias territoriales.
• b) Ser� objetivo estrat間ico para la acci髇 p鷅lica, fomentar la excelencia ambiental, para contribuir a un modelo de desarrollo sostenible y de lucha contra el cambio clim醫ico, as� como para fortalecer la capacidad de la Comunidad de atraer nueva poblaci髇 y actividades, y para desarrollar un sistema diferencial de recursos tur韘ticos.

3.2. Red de espacios naturales.

La Red de Espacios Naturales de Castilla y Le髇 y la Red Natura 2000 configuran el sistema de zonas m醩 relevantes del patrimonio natural de la regi髇, albergando los ecosistemas y paisajes mejor conservados. Los criterios de actuaci髇 en dichos espacios ser醤 los siguientes:

• a) Proteger, conservar y recuperar los lugares de singular valor, en particular mediante la elaboraci髇 de los correspondientes instrumentos de ordenaci髇 territorial y gesti髇.
• b) Promover acciones de desarrollo socioecon髆ico para los habitantes de los espacios naturales y de sus zonas de influencia socioecon髆ica, fomentando un uso sostenible e inteligente de los recursos, as� como el mantenimiento de las pr醕ticas tradicionales de gesti髇 sostenible del territorio.
• c) Promover la calidad de las obras p鷅licas y de la arquitectura contempor醤ea, asociada a la imagen de calidad de dichos 醡bitos.

3.3. Puesta en valor de los montes y bosques.

Los montes y los bosques tienen una funci髇 esencial en la ordenaci髇 y vertebraci髇 del territorio, y, en particular, del mundo rural. Por tanto, la acci髇 p鷅lica debe dirigirse a la conservaci髇 de estos espacios mediante una gesti髇 planificada, con instrumentos que integren la pol韙ica forestal con las dem醩 pol韙icas sectoriales, y a nivel de detalle con instrumentos de ordenaci髇 de cada monte. Asimismo, debe mantenerse un equilibrio arm髇ico entre las distintas funciones de los montes, tanto econ髆icas como ambientales y sociales. La puesta en valor de estos espacios, as� como de los recursos forestales, es estrat間ica tanto para la calidad del territorio como para la vertebraci髇 socioecon髆ica de muchas 醨eas rurales y, en especial, de las m醩 desfavorecidas y perif閞icas. La ordenaci髇 y promoci髇 del uso de los productos de los montes, as� como su transformaci髇, son necesarias para el desarrollo futuro de dichas 醨eas; en tal sentido, la certificaci髇 de la gesti髇 forestal sostenible es una herramienta adecuada para conseguir estos objetivos.

3.4. Red de corredores ecol骻icos.

Para fomentar la interrelaci髇 y el intercambio ecol骻ico en los espacios naturales debe mantenerse el buen estado ecol骻ico de los territorios existentes entre los mismos, en particular, apoyando las pr醕ticas agr韈olas y ganaderas sostenibles y asegurando la permeabilidad de las infraestructuras y de las barreras naturales, en especial de las riberas de los r韔s. Al mismo tiempo, es necesario defender el mantenimiento de la calidad del paisaje, aun cuando los paisajes humanos est醤 sometidos a una constante transformaci髇.

3.5. Protecci髇 ambiental.

La protecci髇 ambiental debe ser una directriz esencial para la acci髇 p鷅lica. A tal efecto:

• a) Se dar� prioridad a la conservaci髇 de los factores abi髏icos y bi髏icos que garantizan la calidad del medio ambiente, procurando:
  • 1.� Defender la calidad del aire, mejorando las herramientas de an醠isis y control, y aplicando planes de actuaci髇 all� donde se detecten situaciones de contaminaci髇 atmosf閞ica.
  • 2.� Elaborar planes de movilidad en los centros urbanos de referencia, que contribuyan a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a mejorar la calidad del aire.
  • 3.� Fomentar estrategias locales contra la contaminaci髇 ac鷖tica y lum韓ica, elaborando herramientas espec韋icas, tales como mapas de ruido y gu韆s de dise駉 urbano.
  • 4.� Garantizar la calidad de las aguas velando por el buen estado de las aguas superficiales y de los acu韋eros, la protecci髇 de los humedales y el mantenimiento del caudal ecol骻ico de los r韔s.
  • 5.� Mantener la calidad de los suelos, con acciones de prevenci髇 de la erosi髇 y la contaminaci髇, diagn髎tico de 醨eas vulnerables y elaboraci髇 de programas de recuperaci髇 de suelos degradados.
  • 6.� Proteger y conservar los espacios arbolados continuando las acciones de reforestaci髇, as� como las relativas a la prevenci髇 y extinci髇 de incendios.
  • 7.� Garantizar la conservaci髇 de la fauna y flora silvestre, en especial la m醩 amenazada, elaborando planes para su recuperaci髇 y para la gesti髇 de los h醔itats prioritarios.
• b) La acci髇 p鷅lica dar� prioridad a la mejora y mantenimiento de las infraestructuras y sistemas de servicios b醩icos ligados al ciclo del agua, as� como a la gesti髇 sostenible y segura de los residuos.
• c) Se fomentar醤 pr醕ticas m醩 sostenibles en todos los procesos de transformaci髇 del territorio, as� como programas que incentiven el uso de energ韆s renovables, el ahorro y la eficiencia energ閠ica.
• d) Los centros urbanos de referencia generalizar醤 el uso de herramientas de gesti髇 ambiental, como las estrategias locales de desarrollo sostenible.
• e) Las Administraciones p鷅licas buscar醤 f髍mulas innovadoras de financiaci髇 de las inversiones en el patrimonio natural y del medio ambiente, en colaboraci髇 con el sector privado.

3.6. Infraestructuras del ciclo del agua.

La acci髇 p鷅lica en materia hidr醬lica debe apoyarse en la colaboraci髇 entre la Junta de Castilla y Le髇 y los Organismos de Cuenca, a fin de mejorar sistem醫icamente la eficiencia en la gesti髇 del agua, la garant韆 de suministro a la poblaci髇 y la preservaci髇 de la calidad de las aguas. A tal efecto:

• a) Se impulsar� la recuperaci髇 de humedales y acu韋eros sobreexplotados, el control de calidad de las aguas, la depuraci髇 de vertidos, el mantenimiento de caudales ecol骻icos, as� como la recuperaci髇 de riberas, en especial en tramos urbanos.
• b) Se fomentar� el ahorro en el consumo mediante el adecuado mantenimiento de las infraestructuras de abastecimiento y la reutilizaci髇 de aguas residuales, sin perjuicio de prever un incremento razonable de los recursos h韉ricos necesarios para garantizar el desarrollo equilibrado y sostenible de la Comunidad.
• c) Con las salvaguardas ambientales necesarias, se impulsar醤 las obras hidr醬licas de regulaci髇 y transporte que permitan atender las demandas actuales y futuras conforme a lo dispuesto en la letra anterior, as� como el aprovechamiento energ閠ico de r韔s y canales.
• d) La infraestructura hidr醬lica urbana deber� satisfacer las demandas actuales y futuras de la poblaci髇 mediante acciones de mejora programadas, promoviendo estrategias de colaboraci髇 con los entes locales dirigidas a modernizar y mejorar las infraestructuras existentes con el fin de:
  • 1.� Asegurar la dotaci髇 y la calidad del agua para consumo humano, mejorando los servicios al usuario y aumentando la eficiencia en la gesti髇, con criterios de ahorro y equilibrio de costes.
  • 2.� Preservar la calidad de las aguas, manteniendo la biodiversidad fluvial y lagunar, y a la vez proteger los acu韋eros subterr醤eos.
  • 3.� Fomentar las soluciones mancomunadas o mediante consorcios, capaces de abordar con mayor eficiencia tanto las carencias en abastecimiento y depuraci髇 como la previsi髇.
• e) Asumiendo que los regad韔s cumplen un papel imprescindible para garantizar la actividad en el medio rural, es necesario continuar su implantaci髇 y consolidar los existentes, mejorando las infraestructuras y modernizando los sistemas de riego para lograr el m醲imo ahorro de agua.
• f) Fomentar la recuperaci髇 de infraestructuras hidr醬licas hist髍icas que hayan perdido su funci髇 inicial, para cumplir usos alternativos.

3.7. Infraestructuras de residuos.

La acci髇 p鷅lica en materia de residuos debe abordarse como pol韙ica integral, minimizando los riesgos para el medio ambiente y la salud humana, reduciendo la generaci髇 de residuos y fomentando su reutilizaci髇, reciclado y valorizaci髇, as� como consolidando la red regional de infraestructuras de gesti髇. A tal efecto se desarrollar醤 planes y pol韙icas espec韋icas para los residuos urbanos, industriales peligrosos y no peligrosos, sanitarios, de la construcci髇, ganaderos, agr韈olas y forestales, sin perjuicio de establecer actuaciones comunes que procuren sinergias beneficiosas.

SECCI覰 2

Protecci髇 y puesta en valor del Patrimonio Cultural

3.8. Valor del patrimonio cultural.

El patrimonio cultural de Castilla y Le髇, por su diversidad, amplitud y riqueza, constituye uno de los principales recursos de la Comunidad, y debe ser valorado mediante pol韙icas que lo protejan de los efectos negativos del desarrollo econ髆ico y los cambios sociales. A tal efecto:

• a) Se fomentar� una perspectiva unitaria de la riqueza cultural de Castilla y Le髇, que fortalezca la identidad regional, y que priorice las acciones de 醡bito supralocal que generen sinergias territoriales.
• b) Ser� objetivo estrat間ico de la acci髇 p鷅lica la conservaci髇 y puesta en valor del patrimonio cultural, introduciendo una perspectiva territorial que favorezca su incidencia en el desarrollo local.
• c) Se fomentar� la innovaci髇 en las artes pl醩ticas, musicales y esc閚icas, y, en particular, se promover� la calidad de las obras p鷅licas y de la arquitectura, como proyecci髇 de la Comunidad hacia el futuro.
• d) Las Administraciones p鷅licas buscar醤 f髍mulas innovadoras de financiaci髇 de las inversiones en el patrimonio cultural, en colaboraci髇 con el sector privado.

3.9. Red de conjuntos hist髍icos.

La red de conjuntos hist髍icos de Castilla y Le髇, incluidos los jardines hist髍icos, los sitios hist髍icos y los paisajes culturales, constituye un sistema con potencial para estructurar el territorio en colaboraci髇 con los centros urbanos de referencia, introduciendo una perspectiva territorial complementaria. Los elementos de esta red reconocidos como Patrimonio de la Humanidad recibir醤 una atenci髇 especial de la Junta de Castilla y Le髇 en sus pol韙icas activas de protecci髇.

3.10. Patrimonio rural, paisajes culturales y bienes culturales intangibles.

Las estrategias territoriales y locales en materia de patrimonio cultural reconocer醤 la riqueza de la cultura popular de la regi髇, valorando el patrimonio intangible vinculado a paisajes y lugares y activando los recursos necesarios para la recuperaci髇 del patrimonio rural amenazado. Para ello, se crear� una red de paisajes culturales que facilite el conocimiento y disfrute de los sistemas etnol骻icos que manifiestan modos hist髍icos singulares de relaci髇 entre el hombre y el medio natural.

CAP蚑ULO 4

Hacia una Comunidad de bienestar

SECCI覰 1

Infraestructuras de transporte, comunicaci髇 y energ韆

4.1. Red de carreteras.

La acci髇 p鷅lica en materia de carreteras se orientar�, sin perjuicio de las competencias de la Administraci髇 del Estado, a garantizar el cumplimiento de los objetivos de las Directrices, y en especial la conexi髇 del sistema urbano regional, tanto interna como con las Comunidades vecinas y con las regiones Norte y Centro de Portugal. A tal efecto:

• a) Adem醩 de su funci髇 vertebradora del sistema urbano regional, se potenciar� el sistema de v韆s de comunicaci髇 que aseguran conexiones eficientes con los principales espacios econ髆icos de Espa馻 y Europa, mejorando la accesibilidad en las zonas perif閞icas.
• b) Se mejorar� la red regional de carreteras para optimizar la comunicaci髇 del conjunto de los n鷆leos con la red de municipios prestadores de servicios y las capitales de provincia, as� como el acceso a las v韆s de gran capacidad y a la red de autov韆s del Estado, de acuerdo con los objetivos ya descritos. Esto exigir� tambi閚 una intervenci髇 concertada con las Diputaciones en la red de carreteras provinciales.
• c) La red de alta capacidad comprender� los itinerarios de inter閟 europeo y los que sirven de acceso a las capitales de provincia de la Comunidad.
• d) Se fomentar� la intermodalidad en el transporte de mercanc韆s, promoviendo redes combinadas de transporte y servicios log韘ticos intermodales.
• e) El dise駉 de carreteras buscar� la integraci髇 ambiental de la red viaria, evitando su interferencia con la preservaci髇 de los ecosistemas, con criterios de proyecto acordes con el entorno.

4.2. Red ferroviaria.

La acci髇 p鷅lica sobre la red ferroviaria perseguir�, sin perjuicio de las competencias de la Administraci髇 del Estado, los siguientes objetivos territoriales:

• a) Consolidar una malla ferroviaria que facilite la inserci髇 en el Arco Atl醤tico y la conexi髇 con Madrid, Portugal, el Arco Mediterr醤eo y el centro de Europa; el n鷆leo de esta red ser� concebido para alta velocidad, insertado en el sistema espa駉l de alta velocidad.
• b) Garantizar el acceso de los centros urbanos de referencia a la malla ferroviaria y potenciar su extensi髇 a los municipios prestadores de servicios generales, mejorando la calidad del servicio en las l韓eas actuales y fomentando las acciones de cercan韆s entre ciudades pr髕imas.
• c) Garantizar la calidad y competitividad del transporte de mercanc韆s en los principales centros productivos de la Comunidad, fomentando la intermodalidad y los servicios log韘ticos.
• d) Ordenar los accesos ferroviarios a las ciudades con criterios de eficacia funcional e integraci髇 en sus tramas urbanas, manteniendo la centralidad urbana de las estaciones ferroviarias.

4.3. Red de aeropuertos.

La acci髇 p鷅lica en materia de aeropuertos potenciar�, sin perjuicio de las competencias de la Administraci髇 del Estado, las instalaciones de Valladolid, Burgos, Le髇 y Salamanca, estableciendo una complementariedad no jer醨quica, mejorando los sistemas de servicio a los vuelos seg鷑 su localizaci髇 y condiciones, promoviendo conexiones con capitales espa駉las y europeas, y activando los mecanismos para servir al sistema tur韘tico y productivo regional. En todo caso se garantizar醤 las adecuadas conexiones de transporte a los centros urbanos servidos por cada aeropuerto.

4.4. Infraestructuras de energ韆.

La acci髇 p鷅lica en materia de energ韆 se regir� por criterios de ahorro, eficiencia, diversificaci髇 y respeto del medio ambiente, y se orientar� a asegurar un suministro eficiente y a poner en valor los recursos de Castilla y Le髇. A tal efecto se considera prioritario:

• a) Fomentar las energ韆s renovables, en el marco de las pol韙icas espa駉las e internacionales, para cumplir los compromisos de reducci髇 de emisiones contaminantes.
• b) Velar por el aprovechamiento racional de los recursos carbon韋eros, consolidando la producci髇 de las centrales t閞micas de carb髇 y modernizando sus instalaciones para reducir la contaminaci髇.
• c) Aumentar la capacidad de la red de transporte de energ韆 el閏trica para facilitar la evacuaci髇 de la producci髇, y modernizar las redes de distribuci髇 para contribuir al desarrollo econ髆ico.
• d) Potenciar el desarrollo de la infraestructura de transporte de gas natural canalizado, para facilitar el suministro de ese combustible a los centros urbanos de referencia y a los grandes consumidores.

4.5. Infraestructuras de telecomunicaciones.

La acci髇 p鷅lica en materia de telecomunicaciones se orientar� a garantizar un acceso de calidad a la sociedad de la informaci髇 para toda la poblaci髇, as� como la disponibilidad de servicios avanzados y la difusi髇 de los avances tecnol骻icos de forma equitativa en el territorio. A tal efecto, los centros urbanos de referencia deber醤 estar servidos por redes de banda ancha con capacidad, por lo que se fomentar� la mayor capilaridad posible en los espacios rurales. Asimismo, en los n鷆leos de dif韈il acceso o aislamiento relativo, se velar� por facilitar tecnolog韆s de telefon韆 m髒il adecuadas.

SECCI覰 2

Equipamientos p鷅licos

4.6. Una red equilibrada de equipamientos p鷅licos para el desarrollo local.

La acci髇 p鷅lica promover� la adecuada dotaci髇 de equipamientos para la prestaci髇 de servicios que garanticen la calidad de vida de la poblaci髇, conforme a los siguientes criterios:

• a) Asumiendo la disparidad inherente a la diferente naturaleza de los servicios, los equipamientos deben establecerse en cada 醡bito territorial seg鷑 sus condiciones espec韋icas. En todo caso, su organizaci髇 se apoyar� tanto en los centros urbanos de referencia como en los municipios prestadores de servicios generales, y tomar� como referencia los 醡bitos de la Comunidad, la Provincia, y el 羠ea Funcional.
• b) Se debe garantizar que toda la poblaci髇 tenga f醕il acceso al nivel b醩ico de todos los servicios que se presten en el 醡bito de cada 羠ea Funcional, y que exista homogeneidad territorial en la distribuci髇 de los servicios de nivel superior.
• c) Por su condici髇 de servicios esenciales que garantizan bienes b醩icos para toda la poblaci髇, deben considerarse prioritarios los equipamientos vinculados a la educaci髇, la sanidad, los servicios sociales, los de promoci髇 de la actividad econ髆ica, el empleo y la protecci髇 ciudadana, en los centros urbanos de referencia.
• d) Los equipamientos ser醤 programados con criterios de equidad territorial, y sus est醤dares se actualizar醤 sistem醫icamente con criterios de modernizaci髇 y mejora de la accesibilidad de la poblaci髇 a sus prestaciones.
• e) Los equipamientos p鷅licos deben ser ejemplo de integraci髇 de criterios de sostenibilidad ambiental, tanto en el dise駉 y la construcci髇, como en su explotaci髇 y mantenimiento.

4.7. Efecto de los equipamientos singulares.

Los equipamientos deben localizarse seg鷑 los criterios de funcionalidad, eficiencia, y accesibilidad de uso. Para aprovechar el efecto territorial positivo de cada nuevo equipamiento, se evitar� una dispersi髇 injustificada. Al contrario, primar� el criterio de complementariedad, y se fortalecer醤 las centralidades territoriales. Para ello se evitar醤 duplicidades que puedan tener efectos de competencia interna y que tengan una influencia negativa en el desarrollo regional.

SECCI覰 3

La vivienda como pol韙ica p鷅lica

4.8. Acceso a una vivienda digna.

La acci髇 p鷅lica debe orientarse a la consecuci髇 del derecho de toda la poblaci髇 de acceder a una vivienda digna, desplegando estrategias singulares dirigidas a los grupos sociales m醩 vulnerables y a los j髒enes. A tal efecto, se prestar� especial atenci髇 a:

• a) La acci髇 coordinada en pol韙ica de suelo, fomentando la creaci髇, mantenimiento y desarrollo de los patrimonios p鷅licos de suelo en los niveles regional, provincial y municipal, y, en particular la oferta de suelo apto para la promoci髇 p鷅lica de viviendas.
• b) La rehabilitaci髇 no sustitutiva de viviendas, tanto en el medio rural como en los centros hist髍icos, garantizando la conservaci髇 del complejo y rico tejido residencial existente.
• c) Los incentivos para la construcci髇 de viviendas con protecci髇 p鷅lica y para el alquiler.

4.9. Creaci髇 de un patrimonio residencial accesible y de calidad.

La acci髇 p鷅lica tendr� como objetivo prioritario coordinar normas y acciones para:

• a) Garantizar la calidad de los edificios residenciales, incentivando el cumplimiento de las normas de accesibilidad y eliminaci髇 de barreras, as� como los sistemas constructivos sostenibles en cuanto a uso del agua, gesti髇 de residuos, materiales ecoeficientes, ahorro y eficiencia energ閠ica.
• b) Vigilar el cumplimiento de las diversas formas contractuales de acceso a la vivienda, partiendo del acceso a una informaci髇 completa y transparente de las condiciones del mercado.
• c) Conservar el patrimonio arquitect髇ico y urban韘tico de Castilla y Le髇, favoreciendo una constante acci髇 rehabilitadora de esta se馻 de identidad de la Comunidad.

SECCI覰 4

Estructuras al servicio de la actividad econ髆ica

4.10. Sistema de estaciones, centros log韘ticos y centros de servicio al transporte.

La acci髇 p鷅lica debe desarrollar un sistema articulado de enclaves log韘ticos que fomenten y desarrollen la intermodalidad, a fin de impulsar el crecimiento y la competitividad regionales, y modernizar y cohesionar todos los modos de transporte. Estos enclaves deben situarse en los centros urbanos de referencia y sobre los corredores din醡icos. Se asociar醤 tanto a los espacios productivos como a la estructura de flujos de transporte, y se dar� prioridad a los emplazamientos que garanticen un mejor cumplimiento de los criterios de intermodalidad. Asimismo, se potenciar� la intermodalidad en el sistema regional de estaciones de pasajeros, coordinando la ubicaci髇 de las estaciones de autobuses y ferrocarril, y fomentando instalaciones capaces de estructurar los sistemas urbanos.

4.11. 羠eas de actividad econ髆ica.

La acci髇 p鷅lica debe facilitar el despliegue de las infraestructuras m醩 directamente relacionadas con la actividad econ髆ica, conforme a los siguientes criterios:

• a) La dotaci髇 de suelo industrial es un objetivo prioritario: debe introducir flexibilidad en los usos, para facilitar su adaptaci髇 a las transformaciones del sistema productivo, pues la empresa exige estructuras m醩 vers醫iles y valora la calidad de los equipamientos y las condiciones ambientales de su emplazamiento.
• b) Los centros tecnol骻icos deben fomentar una interacci髇 en red, que incorpore las incubadoras de empresas, los centros de investigaci髇 universitarios y las empresas que demanden servicios especializados, facilitando el desarrollo de un medio innovador regional al servicio del avance cient韋ico y tecnol骻ico.
• c) El desarrollo econ髆ico exige agilidad en la respuesta a las demandas de localizaci髇 industrial. Los instrumentos de planificaci髇 deben facilitar el desarrollo de industrias que puedan ser declaradas de inter閟 p鷅lico y utilidad social por su repercusi髇 positiva en el entorno.
• d) Se deben fomentar las sinergias en la localizaci髇 de actividades empresariales, as� como en la dotaci髇 de servicios, fortaleciendo las redes territoriales, tanto las existentes como las potenciales, soportadas por las infraestructuras de transporte y comunicaci髇 m醩 importantes.
• e) En los espacios urbanos en transformaci髇, en sus intersticios m醩 accesibles, y en los n鷆leos de poblaci髇 mayores del medio rural, se incentivar� el desarrollo de micropol韌onos industriales, facilitando una adecuada implantaci髇 de naves y talleres.

CAP蚑ULO 5

Hacia una Comunidad sostenible

5.1. Fomento del desarrollo sostenible.

Las Administraciones p鷅licas, en colaboraci髇 con los agentes sociales, deben mantener un esfuerzo permanente de an醠isis y diagn髎tico de la evoluci髇 del territorio, procurando adecuar los criterios de eficiencia econ髆ica, cohesi髇 territorial y protecci髇 ambiental a las singularidades locales, y proponiendo un debate que facilite ajustes para lograr un desarrollo m醩 sostenible.

5.2. Salvaguarda de la riqueza paisaj韘tica.

La salvaguarda de los paisajes de Castilla y Le髇 debe considerarse estrat間ica para garantizar los objetivos de protecci髇 ambiental y conservaci髇 de los recursos. El paisaje debe comprenderse en su dinamismo, vigilando atentamente los procesos de transformaci髇 del territorio, que deber醤 justificar, en cada caso, el respeto a la singularidad paisaje, as� como al medio abi髏ico y bi髏ico que les sirven de base. Por su singular incidencia en el paisaje, se velar� por la adecuaci髇 de la gesti髇 en las 醨eas extractivas a los principios del desarrollo sostenible.

5.3. Red de corredores verdes.

Para fomentar una relaci髇 m醩 positiva de la poblaci髇 con la naturaleza, y poner en valor de modo integrado los recursos naturales y paisaj韘ticos de Castilla y Le髇, se promover� el desarrollo de una red de corredores verdes, en los 醡bitos territoriales id髇eos para ello: ca馻das, canales, caminos hist髍icos, v韆s f閞reas sin uso... La red de corredores verdes, complementaria de la red de corredores ecol骻icos, se dise馻r� con criterios paisaj韘ticos que garanticen el control de accesibilidad en los espacios naturales m醩 fr醙iles o vulnerables, y se incentivar� el uso de transporte p鷅lico, de modo que estos lugares constituyan una red ecol骻ica protegida de la agresi髇 externa.

5.4. Integraci髇 entre medio urbano y medio rural.

La acci髇 p鷅lica tendr� como objetivo desarrollar y profundizar la integraci髇 socioecon髆ica entre el medio urbano y rural, y, a tal efecto, tendr� como objetivos:

• a) Mejorar las infraestructuras de transporte y comunicaci髇 para garantizar la interacci髇 entre n鷆leos de poblaci髇 de diferente rango.
• b) Favorecer sistemas de transporte p鷅lico que aseguren la comunicaci髇 eficaz de los peque駉s n鷆leos con los centros urbanos de referencia, y de 閟tos con las capitales de cada provincia.
• c) Promover la conservaci髇 y ordenaci髇 de zonas de transici髇 entre el territorio urbanizado y el medio natural, en particular potenciando las zonas naturales de esparcimiento y 醨eas recreativas.
• d) Fomentar un concepto de desarrollo rural guiado por una idea positiva del territorio, y apoyado en la mejora sistem醫ica de equipamientos y servicios, as� como en las nuevas tecnolog韆s.

5.5. Fomento del arraigo en el medio rural.

La acci髇 p鷅lica tendr� como objetivo prioritario favorecer el mantenimiento de la poblaci髇 en los n鷆leos rurales y el asentamiento de nuevos habitantes. A tal efecto:

• a) Debe garantizarse el futuro de las explotaciones agrarias, favoreciendo la incorporaci髇 a la actividad de mujeres y j髒enes, y dot醤dolas de estructuras y usos adecuados, en convivencia con las masas forestales y con zonas de pastizales viables para la explotaci髇 ganadera.
• b) Se incentivar醤 las actividades agr韈olas y ganaderas en los espacios con riesgo de abandono, compensando a quienes residen en el medio rural menos accesible, en especial cuando desarrollen pr醕ticas sostenibles o iniciativas de industria agroalimentaria de primera transformaci髇.
• c) Se fomentar� la producci髇 agroalimentaria de calidad con arraigo en las culturas locales, y asimismo las explotaciones ganaderas con razas aut骳tonas de Castilla y Le髇, por su impacto positivo en los usos del territorio y en la conservaci髇 del paisaje.
• d) Se facilitar� el trabajo en red de las agencias de desarrollo local, para lo que se reconocer� su capacidad de diagn髎tico y se incrementar� su capacidad de iniciativa, potenciando sus recursos.

5.6. Hacia un urbanismo m醩 sostenible.

Para fomentar un urbanismo m醩 sostenible, los instrumentos de planificaci髇 urban韘tica, territorial y sectorial promover醤 un uso sostenible del territorio, evitando el consumo innecesario de suelo y garantizando que la acci髇 transformadora sea respetuosa con el medio. Para ello, se llevar� a cabo una evaluaci髇 correcta de sus efectos y externalidades, y se aplicar醤 las siguientes estrategias:

• a) Impulsar estrategias urban韘ticas para la recuperaci髇 de los espacios consolidados, en particular de los tejidos hist髍icos, dando prioridad al desarrollo de nuevas 醨eas.
• b) Administrar la densidad de lo edificado, con respeto a sus valores tradicionales, fomentando espacios urbanos compactos y crecimientos continuos a los centros urbanos, y garantizando una red de espacios p鷅licos id髇ea para favorecer la cohesi髇 social de los barrios.
• c) Desarrollar sistemas p鷅licos de transporte, al servicio de unidades urbanas homog閚eas, y moderar el acceso a espacios centrales con sistemas perif閞icos de aparcamiento e intercambio.
• d) Garantizar que la entrada en servicio de los equipamientos y las infraestructuras de servicios b醩icos es previa o simult醤ea a la incorporaci髇 de nuevos desarrollos urbanos.
• e) Fomentar la adaptaci髇 del dise駉 urbano a las condiciones locales del medio ambiente y del paisaje, apoy醤dose en tejidos urbanos complejos con mezcla de actividades y usos.

5.7. Compromiso activo con los espacios menos favorecidos.

Ser醤 醨eas de actuaci髇 preferente las que cuenten con menor Producto Interior Bruto por habitante, aqu閘las con densidad inferior a 10 habitantes por Km2, los Espacios Naturales Protegidos e incluso barrios urbanos en declive o con problemas de integraci髇 social y econ髆ica. En este contexto, tendr醤 consideraci髇 especial las cuencas mineras y las zonas sujetas a riesgos singulares. En todas estas 醨eas se realizar� un esfuerzo de diagn髎tico para fomentar propuestas atractivas de implantaci髇 o reconversi髇 de actividades econ髆icas, tanto en el sector industrial como en el turismo ligado a la calidad del entorno.

CAP蚑ULO 6

Hacia una Comunidad creativa

6.1. El primer recurso del territorio: educaci髇 permanente e investigaci髇 cient韋ica.

Asumiendo que el primer recurso de un territorio son sus habitantes, la acci髇 p鷅lica tendr� como prioridad promover la sociedad del conocimiento, poniendo en valor los recursos educativos y fomentando la formaci髇 permanente de los recursos humanos locales. A tal efecto:

• a) Se garantizar� la existencia de una red de centros docentes que permita el acceso de toda la poblaci髇 a una educaci髇 de calidad en condiciones de equidad.
• b) Se potenciar� el sistema universitario de Castilla y Le髇 como ventaja competitiva frente a otras Comunidades, debiendo realizarse un esfuerzo colectivo para garantizar su excelencia.
• c) Se fomentar� la coordinaci髇 de los centros de formaci髇 profesional con el sistema productivo de Castilla y Le髇, mediante acciones de investigaci髇, desarrollo e innovaci髇.
• d) Ser� prioritaria la creaci髇 y mejora de centros de investigaci髇, desarrollo e innovaci髇, mediante la colaboraci髇 entre Administraciones, universidades y empresas.
• e) Se activar醤 estrategias que fomenten la identidad regional, recomponiendo su imaginario y dando prioridad a la voluntad de incrementar la capacidad de iniciativa.

6.2. Integraci髇 de la Igualdad de Oportunidades.

La acci髇 p鷅lica debe prestar singular atenci髇 a la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, como elemento indispensable para el desarrollo equilibrado y sostenible y la mejora de la calidad de vida de la poblaci髇. A tal efecto, se impulsar� el fortalecimiento de instituciones sensibles a la especificidad de g閚ero, as� como la elaboraci髇 y ejecuci髇 de pol韙icas que garanticen el acceso m醩 equitativo de mujeres y hombres a los bienes y servicios, en especial en lo que se refiere a los servicios y oportunidades de trabajo y formaci髇 en el 醡bito rural.

6.3. Concertaci髇 para el gobierno del territorio.

La acci髇 p鷅lica debe prestar una singular atenci髇 a las actuaciones de concierto, tanto mediante la colaboraci髇 con la iniciativa privada como mediante la coordinaci髇 interadministrativa. En particular, la Junta de Castilla y Le髇 activar� recursos financieros para la ejecuci髇 de planes y proyectos regionales cuyo objeto sea el desarrollo territorial, que incidan en el gobierno del territorio y que mejoren su capacidad para afrontar el futuro.

6.4. Coordinaci髇 de las pol韙icas sectoriales.

La acci髇 p鷅lica debe evidenciar el sustrato espacial, ambiental e infraestructural de los programas, planes y proyectos con alcance territorial. Para fomentar su coordinaci髇 y compatibilidad, previamente a su aprobaci髇 deber醤 incorporar un informe sobre sus efectos territoriales, que ser� sometido al dictamen del Consejo de Urbanismo y Ordenaci髇 del Territorio de Castilla y Le髇 para valorar el cumplimiento de estas Directrices.

6.5. 觬ganos de gesti髇 y coordinaci髇.

En cada 羠ea Funcional, estas Directrices se aplicar醤 mediante un sistema de gesti髇 formado por los Ayuntamientos, la Diputaci髇 Provincial y la Delegaci髇 Territorial de la Junta de Castilla y Le髇. Complementariamente, la Junta de Castilla y Le髇 coordinar� los procesos que afecten a la ordenaci髇 del territorio mediante el Consejo de Urbanismo y Ordenaci髇 del Territorio de Castilla y Le髇, y continuar� desarrollando el Sistema de Informaci髇 Territorial de Castilla y Le髇, con el fin de recopilar, intercambiar y difundir la informaci髇 sobre el territorio de la Comunidad.