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Decreto 31/2022, de 1 de junio, por el que se regula la convivencia en los centros educativos sostenidos con fondos p鷅licos en la Comunidad Aut髇oma de La Rioja

Ficha:
  • 觬ganoCONSEJERIA DE EDUCACION, CULTURA, DEPORTES Y JUVENTUD
  • Publicado en BOLR n鷐. 106 de 03 de Junio de 2022
  • Vigencia desde 04 de Junio de 2022
Versiones/revisiones:

Sumario

Educar para la convivencia constituye un objetivo fundamental y uno de los principios esenciales en cada una de las etapas que componen nuestro sistema educativo. Todos los ni駉s y ni馻s tienen derecho a ser educados en la convivencia positiva. Aprender a convivir es uno de los objetivos b醩icos que tiene la educaci髇 o, lo que es lo mismo, aprender a relacionarse desde el respeto, la solidaridad, el cuidado mutuo y la paz positiva, frente a otros modelos de relaci髇, vigentes en nuestra sociedad, basados en el dominio-sumisi髇, en la imposici髇 desde la fuerza y el poder sobre otras personas que no tienen recursos o no saben c髆o responder a dicha imposici髇.

La escuela, en sus diversas etapas, es la 鷑ica instituci髇 social por la que pasan todos los ni駉s y ni馻s, permaneciendo en ella los diez a駉s de educaci髇 obligatoria, m醩 los tres a駉s de educaci髇 infantil y, en muchos casos, los dos a駉s de educaci髇 postobligatoria, de bachillerato o formaci髇 profesional. Ser韆 una irresponsabilidad por parte de la escuela dejar pasar esta oportunidad, sin propiciar que los ni駉s y ni馻s aprendan a relacionarse de manera positiva, alejados de todo tipo de violencia presente en la sociedad.

La escuela es un centro de aprendizaje, donde todos los ni駉s y ni馻s se inician en la cultura y en el acceso a los conocimientos acumulados en nuestra sociedad. Pero, a la vez, es tambi閚 un centro de convivencia, ya que all entran en contacto con personas muy diferentes, con otros ni駉s y ni馻s que no son familiares o vecinos y con personas adultas desconocidas para ellos, viviendo nuevas formas de relaci髇 y aprendiendo las competencias, habilidades y valores que hacen posible una relaci髇 positiva.

Aprender a convivir es, por ello, una parte imprescindible del derecho a la educaci髇. Es imposible transmitir conocimientos o trabajar las distintas materias sin transmitir, a la vez, un modelo de convivencia y de relaci髇. Todo maestro o maestra, todo el profesorado vive y ense馻, aunque no lo quiera, una forma de relacionarse, de ejercer su autoridad, de trabajar el di醠ogo, de corregir las conductas que resultan inadecuadas y esto es lo que aprenden y retienen los alumnos y alumnas, lo que ven en sus maestros/as, lo que viven de manera cotidiana, m醩 all de determinados discursos que se les puede hacer llegar.

Convivir es, ante todo, establecer relaciones, aprender a crear y mantener v韓culos afectivos con uno mismo, con otras personas y con el entorno en el que se vive. Se trata de un aprendizaje v醠ido para toda la vida. Probablemente, muchos de los aprendizajes acad閙icos se ir醤 olvidando, aunque dejen su poso formativo en el alumno o alumna. Pero el aprendizaje de la convivencia, saber relacionarse pac韋ica y creativamente, rechazar toda forma de violencia sea esta f韘ica, verbal o psicol骻ico-social son aprendizajes que van a conformar nuestra manera de ser y de actuar a lo largo de toda nuestra vida.

Todo ni駉 o toda ni馻 tienen derecho a ser educados en la convivencia positiva, es decir, a aprender y hacer propias las competencias, habilidades y valores que permiten una convivencia pac韋ica: utilizar los tipos de pensamiento, identificar y regular sus emociones, adquirir habilidades sociales y apropiarse de los valores 閠icos que subyacen a la convivencia positiva. Todos ellos son aprendizajes positivos, comportamientos que hay que promover y desarrollar como conductas deseables e imprescindibles.

Es necesario que todo el alumnado aprenda a relacionarse a tres niveles. En primer lugar, consigo mismo, trabajando por un buen autoconcepto y autoestima y trabajando otras competencias 'auto' que llevan a la autonom韆 y el autocontrol. Giner de los R韔s nos recordaba que el fin de la educaci髇 es aprender a dirigir la propia vida, y es en este sentido en el que trabajamos la relaci髇 de los alumnos y alumnas consigo mismos.

A la vez, es necesario aprender a relacionarse con otras personas, a crear v韓culos s髄idos, a lograr una buena comunicaci髇 basada en la escucha activa y la no violencia, a saber, buscar acuerdos y gestionar los conflictos inevitables en la relaci髇 desde planteamientos de ganar-ganar, sin imposiciones que lleven a que una de las partes gane y la otra pierda.

Por 鷏timo, hay que trabajar la capacidad de relacionarse con el entorno, desde el m醩 inmediato al m醩 general, el planeta Tierra. Son muchas las situaciones de injusticia existentes, muchos los problemas que queremos abordar para tener un mundo m醩 justo y equitativo, m醩 pac韋ico y solidario.

Cuatro son los criterios que se van a tener en cuenta en el desarrollo de este Decreto en aras de desarrollar la convivencia positiva en el 醡bito escolar. En primer lugar, el cuidado mutuo: somos seres de necesidades, necesitamos de otras personas para poder sobrevivir y podemos definirnos los humanos/as como 'seres que cuidan'. Los cuidados ponen en el centro de nuestras preocupaciones y acciones a las personas, sus necesidades, su prioridad sobre otras cosas. Lamentablemente, en nuestras escuelas el centro no suele ser 閟te, m醩 bien situamos en el centro el curr韈ulum acad閙ico, y todo se le subordina a 閘. Es necesario crear y vivir un modelo de escuela en el que el cuidado sea el elemento organizador prioritario, que busque la inclusi髇 de todo el alumnado dando respuesta a sus necesidades.

El segundo criterio viene determinado por la dignidad de todas las personas. Por el solo hecho de haber nacido, toda persona tiene un valor inalienable, fundamento de su dignidad y base para el respeto que debemos exigir hacia todas las personas. Frente al miedo al diferente, al otro, ense馻r y practicar el respeto y valorar la dignidad de toda persona es un aprendizaje ineludible para todos los alumnos y alumnas.

La paz positiva es el tercer criterio para nuestro trabajo. No basta que no haya guerras o enfrentamientos violentos. Es necesario erradicar todo tipo de violencia, especialmente la estructural y cultural, para que surja y crezca la paz positiva. Y, por 鷏timo, los derechos humanos, c骴igo moral m韓imo que nos permite una convivencia positiva, que concreta todos los planteamientos recogidos anteriormente.

Todos estos planteamientos han sido recogidos en la legislaci髇 b醩ica que regula la convivencia en los centros educativos. As, el art韈ulo 10.1 de la Constituci髇 Espa駉la proclama que la dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los dem醩 son fundamento de orden pol韙ico y de la paz social. En su art韈ulo 27.2, la Constituci髇 Espa駉la consagra el derecho a la educaci髇 como derecho fundamental, se馻lando igualmente que el objetivo de dicha educaci髇 es el desarrollo integral de la personalidad en los principios democr醫icos de convivencia.

A su vez, la Ley Org醤ica 2/2006, de 3 de mayo, de Educaci髇, establece en su art韈ulo 124 que los centros elaborar醤 un plan de convivencia que incorporar醤 a la programaci髇 general anual y que recoger todas las actividades que se programen con el fin de fomentar un buen clima de convivencia dentro del centro escolar, la concreci髇 de los derechos y deberes del alumnado y las medidas correctoras aplicables en caso de su incumplimiento con arreglo a la normativa vigente para la resoluci髇 pac韋ica de conflictos, con especial atenci髇 a las actuaciones de prevenci髇 de la violencia de g閚ero, la igualdad y la no discriminaci髇.

Contin鷄 el precitado art韈ulo 124 de la LOE estableciendo que las Administraciones educativas regular醤 los protocolos de actuaci髇 frente a indicios de acoso escolar, ciberacoso, acoso sexual, violencia de g閚ero y cualquier otra manifestaci髇 de violencia, as como los requisitos y las funciones que debe desempe馻r el coordinador o coordinadora de bienestar y protecci髇, que debe designarse en todos los centros educativos independientemente de su titularidad.

Posteriormente, la Ley Org醤ica 8/2021, de 4 de junio, de protecci髇 integral a la infancia y a la adolescencia frente a la violencia, LOPIVI, (Bolet韓 Oficial del Estado de 5 de junio), recoge y refuerza los planteamientos anteriores, buscando la erradicaci髇 completa de la violencia en todas las formas que afectan a la infancia y a la adolescencia. Su cap韙ulo IV, art韈ulos 30 y siguientes, se centra en el 醡bito educativo, se馻lando las posibles formas de violencia y prescribiendo las acciones necesarias para su eliminaci髇. Tambi閚 los art韈ulos 45 y siguientes regulan la erradicaci髇 de la violencia en los 醡bitos de las nuevas tecnolog韆s y del deporte y ocio. Junto con el resto de normas de esta ley, la LOPIVI prescribe actuaciones que deben ser incorporadas a la acci髇 educativa dirigida a la prevenci髇 de la violencia y al desarrollo de formas de convivencia positiva.

Por su parte, el art韈ulo 10.1 de la Ley Org醤ica 3/1982, de 9 de junio, por la que se aprueba el Estatuto de Autonom韆 de La Rioja, atribuye a la Comunidad Aut髇oma de La Rioja la competencia de desarrollo legislativo y ejecuci髇 de la ense馻nza en toda su extensi髇, niveles y grados, modalidades y especialidades, de acuerdo con lo dispuesto en el art韈ulo 27 de la Constituci髇 y leyes org醤icas que la desarrollan, sin perjuicio de las facultades que atribuye al Estado el n鷐ero 30 del apartado 1 del art韈ulo 149 y de la Alta Inspecci髇 de Educaci髇 para su cumplimiento y garant韆.

Como antecedente en la Comunidad Aut髇oma de La Rioja, existe el Decreto 4/2009, de 23 de enero, por el que se regula la convivencia en los centros docentes y se establecen derechos y deberes de sus miembros. Sin embargo, este Decreto no obedece a las necesidades actuales de convivencia positiva que imperan como razones de especial importancia dentro del sistema educativo.

Es por ello por lo que se considera necesario aprobar un Decreto que responda a un enfoque positivo para el trabajo y desarrollo de la convivencia en los centros, mostrando los diferentes aspectos que componen la convivencia positiva. La regulaci髇 contenida en el Decreto recoge los diversos campos que deben tenerse en cuenta en los centros, proponiendo un amplio abanico de opciones que permitan a los centros y a toda la comunidad educativa elaborar su propio plan de convivencia desde un enfoque positivo de la misma.

El presente Decreto est estructurado en siete T韙ulos, que desarrollan diferentes aspectos de la convivencia positiva. En el T韙ulo I se concreta qu es la convivencia positiva, sus principales caracter韘ticas y el enfoque de la misma desde un planteamiento proactivo. A continuaci髇, en el T韙ulo II se desarrolla lo relativo a la gesti髇 y transformaci髇 pac韋ica de los conflictos, partiendo de la consideraci髇 de que los conflictos son algo permanente en las relaciones humanas y en la vida de los centros. Se plantean formas de analizarlos, se ofrecen diversas estrategias para su tratamiento y se hacen propuestas para establecer sistemas de mediaci髇 entre iguales como forma de gestionar pac韋icamente los conflictos m醩 habituales en los centros.

El T韙ulo III se centra en la prevenci髇 de la violencia entre iguales en los centros educativos, buscando garantizar un centro seguro para todo el alumnado. Se analiza la violencia entre iguales presente en el acoso y el ciberacoso, se describen las diversas formas en que aparece esta forma de maltrato y se plantean estrategias para su prevenci髇, detecci髇, tratamiento y reparaci髇. A su vez, se analiza tambi閚 la violencia de g閚ero existente en los centros y se describen las diferentes formas en que aparece y se plantean acciones para la prevenci髇, tratamiento y reparaci髇 de las consecuencias de estas conductas. Por 鷏timo, se describen y analizan las conductas disruptivas del alumnado, que tanto afectan a la buena convivencia y el adecuado clima de la clase.

El T韙ulo IV se centra en las normas de centro y de clase, as como en la gesti髇 del aula. Tras definir lo que son las normas y las funciones imprescindibles que cumplen en el desarrollo de la convivencia, se establecen los procedimientos necesarios para la implantaci髇 de las normas y los principales campos de acci髇 en que deben concretarse. El segundo cap韙ulo se centra en los principales procedimientos que pueden emplearse para la correcci髇 de conductas, mostrando las diferencias entre el enfoque punitivo-sancionador y el enfoque restaurativo. Se describen las principales medidas preventivas, reparativas y reeducadoras, para centrarse en la propuesta de las pr醕ticas restaurativas como procedimiento habitual en los centros. En el cap韙ulo tercero se describen las respuestas a las conductas disruptivas, estableciendo un conjunto de estrategias de respuesta que van de lo m醩 general a lo m醩 particular, proponiendo tambi閚 pautas concretas para aplicar en las aulas.

El T韙ulo V se centra en la participaci髇 y protagonismo del alumnado en la vida del centro. Se concretan los diferentes niveles y formas de organizar la participaci髇, se describen los principales obst醕ulos y, en un segundo trabajo, se propone concretar dicha participaci髇 y el protagonismo del alumnado a trav閟 de las distintas concreciones de la figura del 'alumnado-ayudante'. Se explican las funciones que llevan a cabo estos alumnos y alumnas, as como las posibles acciones que pueden llevar a cabo.

El T韙ulo VI desarrolla las competencias que son necesarias para vivir una convivencia positiva, lo que se puede llamar la inteligencia interpersonal, que concreta en cuatro competencias fundamentales. Por 鷏timo, el T韙ulo VII desarrolla cuestiones organizativas para el trabajo de la convivencia: la planificaci髇 de la formaci髇 necesaria, la concreci髇 en el Plan de Convivencia y la creaci髇 del equipo y del responsable de la convivencia en el centro. Igualmente, se analizan los 觬ganos auton髆icos para el impulso de la convivencia, centr醤dose especialmente en las funciones del Observatorio Auton髆ico de la Convivencia. Finaliza el Decreto con una Disposici髇 Adicional, dos Transitorias, una Derogatoria y dos Disposiciones Finales.

En su virtud, el Consejo de Gobierno, a propuesta del Consejero de Educaci髇, Cultura, Deporte y Juventud, conforme con el Consejo Consultivo de La Rioja y previa deliberaci髇 de sus miembros, en su reuni髇 celebrada el d韆 1 de junio de 2022, acuerda aprobar el siguiente,

DECRETO

T蚑ULO I
Disposiciones generales

Art韈ulo 1 Objeto y 醡bito de aplicaci髇

1.- El presente Decreto tiene por objeto regular el desarrollo y trabajo de la convivencia positiva en los centros docentes p鷅licos, privados concertados de Educaci髇 Infantil, Educaci髇 Primaria, Educaci髇 Secundaria Obligatoria, Formaci髇 Profesional y Bachillerato y Ense馻nzas de R間imen Especial.

2.- Ser de aplicaci髇 en todos los centros docentes p鷅licos y privados concertados en los que se impartan las citadas ense馻nzas en la Comunidad Aut髇oma de La Rioja.

3. Este decreto no ser aplicable en los centros privados no concertados, en el marco de la autonom韆 reconocida a estos en el art韈ulo 25 de la Ley Org醤ica 8/1985, de 3 de julio, reguladora del Derecho a la Educaci髇, que podr醤 no obstante adaptar sus reglamentos de r間imen Interior a los preceptos del presente decreto, y deber醤 respetar en cualquier caso los principios que garanticen la seguridad jur韉ica.

Art韈ulo 2 La convivencia positiva

Se define, a efectos de este decreto, la convivencia positiva como aquella convivencia que se construye d韆 a d韆 estableciendo unas relaciones consigo mismo, con las dem醩 personas y con el entorno fundamentadas en el cuidado mutuo, la dignidad humana, en la paz positiva y en el respeto a los Derechos Humanos.

Los centros no limitar醤 el trabajo de la convivencia reduci閚dola solamente a un sistema de disciplina o a la eliminaci髇 del maltrato entre iguales. Por el contrario, buscar醤 el aprendizaje por parte del alumnado de las competencias que hacen posible una relaci髇 y convivencia positiva, as como su aplicaci髇 a las diferentes situaciones que se viven en los centros educativos.

Art韈ulo 3 Principios generales de la convivencia positiva

1.- La convivencia en los centros docentes p鷅licos y privados concertados de la Comunidad Aut髇oma de La Rioja deber tener como referentes generales los principios establecidos por la Constituci髇 espa駉la y las leyes org醤icas que la desarrollan, el Estatuto de Autonom韆 de La Rioja y la legislaci髇 que del Estatuto emana, as como la Convenci髇 sobre los Derechos del Ni駉 y los tratados y acuerdos internacionales en materia educativa que han sido ratificados por Espa馻.

2.- El establecimiento y desarrollo del modelo de convivencia positiva se orientar de conformidad con los siguientes principios y fines que impulsar醤 su aplicaci髇 e interpretaci髇:

  • a) El cuidado mutuo, que se llevar a cabo impulsando acciones que pongan a la persona en el centro de la acci髇 educativa, proporcion醤dole la debida atenci髇 a sus necesidades.
  • b) El respeto a la dignidad humana y al valor inherente a toda persona, llevando a cabo actuaciones tendentes a evitar conductas discriminatorias en el centro educativo.
  • c) La paz positiva, buscando eliminar los distintos tipos de violencia existentes en el centro educativo.
  • d) La educaci髇 en el respeto a los derechos humanos y, en especial, a los derechos del ni駉, como c骴igos m韓imos morales que marcan los l韒ites y los m韓imos que debe respetar siempre la convivencia.

Art韈ulo 4 Planteamiento proactivo

El planteamiento proactivo se define como aquel que busca adelantarse a los problemas trabajando b醩icamente la prevenci髇 y desarrollando en todo el alumnado las competencias, habilidades y valores necesarios para una convivencia positiva.

Este planteamiento proactivo se basa en dos principios fundamentales; la prevenci髇 e inclusi髇 de todo el alumnado en el proceso educativo.

El planteamiento proactivo se deber implantar en todos los centros educativos, elabor醤dolo tras el previo estudio de todos los elementos presentes en el aula y tras la revisi髇 de todas las actuaciones para el desarrollo de la convivencia positiva.

Art韈ulo 5 Pautas generales de actuaci髇 respecto de la convivencia positiva

1. Los centros educativos elaborar醤 y concretar醤 su propia definici髇 de convivencia positiva, se馻lando los aspectos fundamentales que la definen y los principios 閠icos y valores sobre los que se apoya.

2. La definici髇 por el centro de lo que entiende por convivencia positiva ser tratada en los distintos 髍ganos colegiados de gesti髇 y coordinaci髇 del centro: Consejo Escolar, Claustro, Comisi髇 de Coordinaci髇 Pedag骻ica y otros 髍ganos existentes en el centro. Asimismo, el alumnado participar en la definici髇 de la convivencia positiva, a trav閟 de las sesiones de tutor韆 dise馻das para este fin. Igualmente, se contar con la participaci髇 de las familias.

3. El equipo directivo promover un an醠isis de las pr醕ticas del centro relacionadas con la convivencia positiva, identificando sus principales caracter韘ticas. Buscar igualmente el desarrollo y aplicaci髇 del modelo proactivo, adoptando las decisiones oportunas que enfoquen la convivencia desde un punto de vista preventivo, inclusivo e integrador.

4. En la definici髇 y desarrollo de la convivencia positiva los centros educativos y sus 髍ganos de direcci髇 tendr醤 como marco de obligado cumplimiento los derechos y deberes del alumnado y dem醩 miembros de la comunidad educativa, recogidos en los art韈ulos 6 y 8 de la Ley Org醤ica 8/1985, de 3 de julio, reguladora del Derecho a la Educaci髇.

Art韈ulo 6 El profesorado como autoridad p鷅lica

1. El profesorado de la Comunidad Aut髇oma de La Rioja, en el ejercicio de las funciones directivas, educativas, de orientaci髇 y disciplinarias que tenga atribuidas, tendr la condici髇 de autoridad p鷅lica.

2. Conforme establece el art韈ulo 124.3 de la Ley Org醤ica 2/2006, de 3 de mayo, en los procedimientos de adopci髇 de medidas correctoras, los hechos constatados por el profesorado de la Comunidad Aut髇oma de La Rioja tendr醤 valor probatorio y disfrutar醤 de presunci髇 de veracidad iuris tantum o salvo prueba en contrario, sin perjuicio de las pruebas que, en defensa de los respectivos derechos o intereses, puedan se馻lar o aportar los propios alumnos y alumnas. El contenido de la declaraci髇 ha de haber sido constatado directamente por el profesor o profesora y reflejar los hechos documentalmente, con claridad y precisi髇, exponiendo su versi髇 de lo acontecido de la manera m醩 objetiva posible.

T蚑ULO II
La gesti髇 pac韋ica de los conflictos

Art韈ulo 7 Definici髇 y caracter韘ticas de los conflictos

Un conflicto se define como aquella situaci髇 en la que dos o m醩 personas o grupos perciben o tienen posiciones, intereses, aspiraciones, necesidades o deseos contrapuestos que chocan entre s y se perciben como incompatibles, vivi閚dolos generalmente con un alto grado de emocionalidad.

Art韈ulo 8 Gesti髇 pac韋ica de conflictos

El procedimiento de gesti髇 pac韋ica de conflictos ser utilizado por los centros educativos con car醕ter previo ante una situaci髇 de conflicto dentro de la comunidad educativa. As, los conflictos ser醤 abordados como una oportunidad para mejorar la convivencia y reforzar las relaciones interpersonales.

Ser necesario incluir en el Plan de Convivencia un procedimiento para la gesti髇 pac韋ica de conflictos, que abordar las siguientes previsiones:

  • a) An醠isis de las necesidades presentes en dicho conflicto, y actuaciones que deben plantearse para dar respuesta a dichas necesidades.
  • b) Educaci髇 del profesorado y del alumnado en la detecci髇 temprana y el an醠isis de los elementos presentes en un conflicto.
  • c) Formaci髇 del alumnado y del profesorado en la convivencia positiva y, de manera especial, en el rechazo de cualquier tipo de violencia que pudiera darse en las relaciones interpersonales en el centro.
  • d) Forma de introducir en el curr韈ulum el an醠isis y tratamiento de los conflictos, desde una perspectiva general.

Art韈ulo 9 La educaci髇 del alumnado en la gesti髇 de conflictos

Los centros educativos deber醤 educar a todo el alumnado en la prevenci髇 de los conflictos y en la pr醕tica de las diversas estrategias que pueden adoptarse en la gesti髇 de los mismos, de conformidad con los siguientes principios:

  • a) Establecer v韓culos que fortalezcan el grupo de alumnos y alumnas, como m閠odo de prevenci髇 de la aparici髇 de los conflictos.
  • b) Analizar los elementos siempre presentes en todos los conflictos; personas, problemas y proceso.
  • c) Conocer las actitudes y planteamientos b醩icos en la gesti髇 de conflictos: actitudes de ganar-ganar, ganar-perder y perder-perder.
  • d) Practicar estrategias para su gesti髇: definici髇 adecuada, b鷖queda de alternativas, evaluaci髇 de las mismas, aplicaci髇 y valoraci髇 de los resultados.
  • e) Fijar otras estrategias para la gesti髇: la mediaci髇 y las pr醕ticas restaurativas.

Art韈ulo 10 El desarrollo de los sistemas de mediaci髇

1.- La mediaci髇 se define como un proceso formal consistente en la gesti髇 pac韋ica de conflictos donde un participante externo y multiparcial acompa馻 a los implicados en el conflicto para que construyan un acuerdo voluntariamente. Se trata de un proceso voluntario y confidencial, en el que los acuerdos y decisiones son tomadas libremente por las personas en conflicto.

2.- La mediaci髇 debe ofrecerse a todo el alumnado, de manera adaptada a su edad, como una forma de abordar los conflictos y con car醕ter previo al inicio de procesos disciplinarios.

3.- La actuaci髇 del mediador debe basarse en las siguientes premisas:

  • a) Descartar la violencia como instrumento v醠ido para gestionar los conflictos
  • b) Analizar de manera respetuosa y emp醫ica las posturas, emociones e intereses de las partes que est醤 en conflicto.
  • c) Buscar ante todo la reconstrucci髇 de las relaciones y la resoluci髇 pac韋ica de los problemas, y no la imposici髇 de una sanci髇.
  • d) Acordar medidas que posibiliten que cada una de las partes vea satisfechas sus necesidades.

4.- En la implantaci髇 del sistema de mediaci髇 intervendr醤 el equipo directivo y el profesorado responsable del mismo y deber醤 cumplirlas siguientes actuaciones para garantizar su eficacia: informaci髇 a las partes del conflicto, nombramiento de responsables, selecci髇 y formaci髇 de las personas mediadoras y coordinaci髇 adecuada del equipo de mediaci髇.

5.- Reglamentariamente se regular por la Consejer韆 con competencias en materia de educaci髇 el procedimiento de implantaci髇 y desarrollo de los sistemas de mediaci髇 en los centros educativos.

Art韈ulo 11 Las pr醕ticas restaurativas

1. Se entienden como pr醕ticas restaurativas los procesos espec韋icos para la gesti髇 de conflictos y reparaci髇 de las consecuencias que hayan podido producirse tras el mismo, buscando reparar el da駉, restaurar las relaciones y reforzar el sentimiento de comunidad y grupo.

2. Se nombrar por el centro educativo al tutor/tutora o a un profesor/a que promueva que las personas implicadas en el conflicto reconstruyan la relaci髇 deteriorada y busque soluciones que satisfagan las necesidades de ambas partes.

3. Los equipos directivos deben incluir en su planificaci髇 las pr醕ticas restaurativas como una herramienta b醩ica para la transformaci髇 pac韋ica de los conflictos en su centro educativo, teniendo en cuenta los diversos tipos de pr醕ticas restaurativas y su adecuaci髇 a las caracter韘ticas de los grupos de alumnos y alumnas.

4. Reglamentariamente, la Consejer韆 competente en materia de educaci髇 regular la forma de desarrollar en los centros el modelo de pr醕ticas restaurativas como alternativa para la gesti髇 pac韋ica de los conflictos.

T蚑ULO III
Garantizar un centro seguro para todo el alumnado - Prevenci髇 de la violencia en el centro educativo

Art韈ulo 12 Definici髇 de violencia en los centros educativos

Se define como violencia en los centros educativos toda situaci髇 en la que, dentro de la relaci髇 interpersonal, una o m醩 partes se imponen a la otra u otras desde la fuerza f韘ica, psicol骻ica o social, que act鷄 de impedimento para que la parte afectada pueda desarrollar todas sus potencialidades, como expresi髇 de un modelo de relaci髇 basada en el dominio-sumisi髇.

A la vez, se define la violencia estructural como un tipo de violencia que tiene su origen y afecta a la organizaci髇, actividad y resultados de la tarea docente que se lleva a cabo en el centro educativo.

CAP蚑ULO I
La violencia entre iguales

Art韈ulo 13 La violencia entre iguales: acoso o bullying

Se define el acoso como una forma de violencia basada en la intimidaci髇, discriminaci髇, negaci髇 de derechos y el maltrato entre escolares de forma repetida y mantenida en el tiempo, por lo general sin conocimiento por parte del profesorado o las familias, con la intenci髇 de humillar o someter abusivamente a una persona indefensa por parte de una persona acosadora o de un grupo, mediante agresiones f韘icas, verbales o sociales, con resultados de temor psicol骻ico y rechazo grupal.

Los requisitos que han de concurrir para considerar la existencia de acoso como forma espec韋ica de problema de convivencia son los siguientes:

  • a) Desequilibrio de poder: una persona o grupo de personas se imponen por la fuerza y superioridad de recursos a otros que no saben o no pueden defenderse,
  • b) Intencionalidad: conciencia de lo que se est haciendo y de lo que supone para la otra persona.
  • c) Duraci髇 en el tiempo: la acci髇 agresiva sucede de forma recurrente, es decir no se trata de una acci髇 puntual.

Para que se pueda catalogar una situaci髇 de maltrato entre iguales como acoso deben darse siempre las tres condiciones indicadas. Si esto no sucediera, se tratar de un problema de convivencia que exigir una actuaci髇 espec韋ica, pero no de un caso de acoso.

Art韈ulo 14 Personas afectadas e implicadas en el acoso

Las personas sobre las que se debe actuar en la situaci髇 de acoso son las siguientes

a) La persona o personas acosadas, las que sufren el maltrato.

b) La persona o personas que llevan a cabo el maltrato.

c) Los espectadores/as, que ven lo que est sucediendo y toman diferentes actitudes ante esta situaci髇.

d) La familia de las personas acosadas y la de los acosadores.

e) La comunidad educativa del centro en su conjunto.

Art韈ulo 15 La importancia del acoso entre iguales

El acoso es una forma de violencia, discriminaci髇 y negaci髇 de derechos, por ello, nunca puede ser aceptado, minimizado o invisibilizado.

Art韈ulo 16 El ciberacoso en el 醡bito educativo

El ciberacoso en el 醡bito educativo se define como una forma de maltrato psicol骻ico continuado e intencionado entre iguales o hacia personas adultas, para molestar o acosar a una persona o grupo de personas mediante ataques personales o divulgaci髇 de informaci髇 personal, falsa o falseada, mediante el uso de las tecnolog韆s de la informaci髇 y la comunicaci髇.

Art韈ulo 17 Caracter韘ticas propias del ciberacoso

El ciberacoso presenta las caracter韘ticas b醩icas del acoso y las propias de las conductas incluidas dentro de esta forma de violencia, entre las que destacan las siguientes:

  • a) Se lleva a cabo desde la distancia y de forma an髇ima.
  • b) Da駉 y victimizaci髇 hacia la v韈tima. La falta de relaci髇 directa con la persona objeto del ciberacoso hace que el acosador/a no vea las consecuencias de su acci髇, imposibilitando la empat韆.
  • c) A diferencia del acoso, no se limita a un lugar determinado. Vinculado a los medios digitales, el acosado est siempre expuesto cuando se conecta a ellos.
  • d) Mayor permanencia en el tiempo, a trav閟 de su presencia en la red virtual.

El centro educativo actuar siempre de oficio ante una situaci髇 de ciberacoso que afecte a alumnos/as del centro, con independencia del lugar u horario en que haya tenido lugar.

Art韈ulo 18 El proyecto antiacoso

Para erradicar e impedir las manifestaciones de acoso y ciberacoso, los centros educativos elaborar醤 un proyecto que desarrolle acciones de concienciaci髇, evaluaci髇, prevenci髇, intervenci髇 y reconstrucci髇 del clima de relaci髇.

El proyecto contra el acoso debe elaborarse partiendo de la prevenci髇 y del trabajo de la convivencia positiva. Para ello, el proyecto debe plantearse en tres niveles, empleando en cada una de ello unas estrategias y acciones concretas;

a) Nivel preventivo o primario, que incluye acciones orientadas a la concienciaci髇 de la comunidad, trabajo de construcci髇 de grupo, gesti髇 pac韋ica de conflictos, identificaci髇 temprana de riesgos y situaciones de maltrato, y de otras acciones.

b) Nivel de intervenci髇 o secundario. Una vez detectadas las conductas de acoso, se deber trabajar con todas las personas implicadas para limitar el alcance del acoso y poder aplicar el protocolo de actuaci髇.

c) Nivel de recuperaci髇 o terciario. Ser necesario llevar a cabo actuaciones tendentes a trabajar con las distintas partes que han intervenido en la situaci髇 de maltrato, buscando la reparaci髇 del da駉, la recuperaci髇 y restablecimiento de la relaci髇 perdida.

La Consejer韆 con competencias en materia de educaci髇 regular, de forma reglamentaria, los protocolos de actuaci髇 que deben seguir los centros para la investigaci髇, denuncia, actuaci髇 y seguimiento de los casos de maltrato y acoso, una vez que hayan tenido conocimiento de indicios de los mismos.

CAP蚑ULO II
La violencia de g閚ero en el centro educativo

Art韈ulo 19 Concepto y caracter韘ticas de la violencia de g閚ero en el centro educativo

Se entiende por violencia de g閚ero todo acto de abuso, maltrato y violencia derivado de ideas sexistas de legitimidad de autoridad del var髇 frente a la mujer.

Se encuadran dentro de esta categor韆 las conductas apoyadas en ideas y creencias que legitiman a los autores a ejercer el dominio, la autoridad, el control o la posesi髇 sobre sus parejas o exparejas y sobre la mujer, en general, por el mero hecho de ser mujer, utilizando la violencia f韘ica, aislamiento, desvalorizaci髇, chantaje, intimidaci髇, abusos y agresiones sexuales o cualquier otra estrategia de coacci髇 eficaz para lograr el ejercicio del poder.

Art韈ulo 20 Manifestaciones de la violencia de g閚ero

La violencia de g閚ero se manifiesta a trav閟 de diversas situaciones, que deben saber identificarse por parte del centro educativo y que incluyen como posibles manifestaciones:

  • a) El aislamiento de la alumna, separ醤dola y alej醤dola de sus amistades y familia.
  • b) La manifestaci髇 de ideas y expresiones sexistas, dentro y fuera del centro educativo.
  • c) La coacci髇 y abuso sexual de la mujer.
  • d) El chantaje emocional hacia la mujer.
  • e) La desvalorizaci髇 de su persona y de sus acciones.
  • f) La violencia f韘ica.
  • g) Las amenazas y coacciones.
  • h) Las conductas de control hacia la mujer.

Adem醩 de las anteriores, tambi閚 se deber醤 supervisar los factores estructurales, culturales, econ髆icos, jur韉icos, sociales y legales que rigen la vida de hombres y mujeres, que pueden servir de base a las situaciones de violencia de g閚ero.

Art韈ulo 21 El plan de igualdad

Todos los centros docentes, teniendo en cuenta la edad y caracter韘ticas de los distintos grupos de alumnos y alumnas, elaborar醤 un Plan de Igualdad de G閚ero, que recoger las actuaciones en materia de igualdad, coeducaci髇 y prevenci髇 de la violencia de g閚ero, incluyendo cualquier forma de discriminaci髇, acoso u hostigamiento, basado en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquier orientaci髇 sexual o en la expresi髇 de una identidad de g閚ero diferente a la asignada al nacer.

Este Plan de Igualdad de G閚ero estar incluido en el Plan de Convivencia y formar parte del Proyecto Educativo del centro.

Se elaborar teniendo en cuenta las siguientes premisas:

  • a) Dedicar especial atenci髇 a las acciones de tipo preventivo, dirigidas al estudio y an醠isis de las actitudes, ideas, estereotipos y prejuicios existentes en el alumnado e indicadores de sexismo y desinformaci髇 sobre el tema.
  • b) Incluir las acciones de intervenci髇 que se pondr醤 en marcha en el centro ante los posibles casos de violencia de g閚ero en sus diversas manifestaciones.
  • c) Tratar las actuaciones enfocadas a la recuperaci髇 y reconstrucci髇 de las relaciones perdidas por la violencia de g閚ero.
  • d) Todas las actuaciones previstas en el Plan de Igualdad deber醤 atender los tres componentes presentes en la violencia de g閚ero: el cognitivo, el emocional y el conductual.

CAP蚑ULO III
Las conductas disruptivas en el aula

Art韈ulo 22 Conductas disruptivas

Conocidas tambi閚 como conductas violentas de baja intensidad, son conductas propias de determinados alumnos y alumnas que presentan las siguientes caracter韘ticas:

  • a) Impiden y obstaculizan la tarea acad閙ica que debe llevar a cabo el profesorado, como dar clase, realizar actividades o evaluar los aprendizajes.
  • b) Son valoradas por el profesorado como conductas indisciplinadas, no ajustadas a las normas de conducta.
  • c) Producen un claro retraso en el proceso de aprendizaje.
  • d) Crean climas de clase que no son deseables.
  • e) Crean tambi閚 malas relaciones interpersonales en el aula.

Art韈ulo 23 Tipos de conductas disruptivas

Estas conductas pueden clasificarse en dos grandes grupos:

  • 1. Conductas contrarias a la dimensi髇 de aprendizaje, que pueden manifestarse como:
    • a. Pasividad y falta de rendimiento.
    • b. Molestar en clase.
    • c. Absentismo, en sus diversas formas.
  • 2. Conductas contrarias a la dimensi髇 de convivencia, que se pueden manifestar como:
    • a. Falta de respeto y desobediencia al profesorado.
    • b. Conflictos de poder.
    • c. Violencia puntual, en sus diversas formas.

Art韈ulo 24 El an醠isis de las conductas disruptivas

Cada centro deber analizarla situaci髇 que vive en relaci髇 con las conductas disruptivas, concretando su frecuencia y caracter韘ticas m醩 importantes. Deber, igualmente, buscar una respuesta proactiva a las mismas, m醩 all de la respuesta meramente reactiva y sancionadora, que deber incluirse en el Plan de Convivencia del centro.

Reglamentariamente, la Consejer韆 competente en materia de educaci髇 proporcionar protocolos de actuaci髇 e instrucciones que faciliten el an醠isis de las conductas disruptivas presentes en el centro, as como posibles respuestas desde un enfoque proactivo y sist閙ico-ecol骻ico que tenga en cuenta todos los factores presentes en las mismas.

T蚑ULO IV
Normas, correcci髇 de conductas y gesti髇 del aula

V閍se la Orden EDC/69/2022, de 24 de octubre, por la que se adoptan medidas para la promoci髇 de la convivencia en los centros docentes sostenidos con fondos p鷅licos de la Comunidad Aut髇oma de La Rioja (獴.O.L.R. 25 octubre).LE0000740223_20221217Ir a Norma

CAP蚑ULO I
De las normas del aula y del centro

Art韈ulo 25 Las normas de conducta

Las normas son reglas de comportamiento que, elaboradas de forma participativa, se da el grupo para conseguir sus metas y objetivos. Predicen lo que cada miembro del grupo espera de los dem醩 y regulan las relaciones interpersonales. Tambi閚 ayudan a prevenir y gestionar los conflictos del grupo.

La elaboraci髇 de las normas de conducta deber tener en cuenta las presentes orientaciones:

  • a) Ense馻r a los alumnos y alumnas a responsabilizarse de su propia conducta, a regularla y a trabajar los principios, habilidades y valores que les van a ser de utilidad a lo largo de la vida.
  • b) Promover la autonom韆, interdependencia y responsabilidad del alumnado, y no tanto su control.
  • c) Ser elaboradas desde la perspectiva de inclusi髇 de todo el alumnado y, a la vez, contando con la participaci髇 de toda la comunidad educativa.
  • d) Identificar y hacer expl韈itas las conductas positivas que se quieren potenciar.
  • e) Fomentar y desarrollar h醔itos positivos de conducta en el alumnado, buscando el desarrollo de la cooperaci髇 social y de la vida en comunidad.
  • f) Mostrar las consecuencias de su incumplimiento.

Art韈ulo 26 Normas de centro y normas de aula

Las normas pueden ser, en funci髇 de su extensi髇 y aplicabilidad, normas de centro o normas de aula.

1. Las normas de centro ordenan la conducta de todo el alumnado, y describen los comportamientos deseables en el funcionamiento del centro, buscando la cohesi髇 del grupo, la coordinaci髇 de los esfuerzos y el logro de las metas colectivas.

2. Las normas de aula organizan el comportamiento dentro de la clase, atendiendo a los diversos aspectos propios de cada materia. M醩 all de estas diferencias, deben mostrar la coordinaci髇 y coherencia del profesorado que imparte clase en cada uno de los grupos, manteniendo tambi閚 la coherencia con las normas generales del centro.

Art韈ulo 27 Elaboraci髇 y aprobaci髇 de las normas de centro

Las normas del centro ser醤 elaboradas por el Equipo Directivo y aprobadas por el Consejo Escolar. Ser醤 incluidas en el Reglamento de Organizaci髇 del centro (ROF), que formar parte del Plan de Convivencia.

Las normas de centro regular醤 lo relativo a los siguientes apartados:

  • a) La asistencia y puntualidad por parte del alumnado.
  • b) El cuidado del material.
  • c) La organizaci髇 de la actividad acad閙ica.
  • d) La regulaci髇 de las relaciones interpersonales.
  • e) Los aspectos de salud e higiene por parte del alumnado.
  • f) Las competencias propias del profesorado, tutores/as y equipo directivo, as como las situaciones en las que debe intervenir el nivel superior.

Art韈ulo 28 Obligatoriedad de las normas

De conformidad con lo establecido en el art韈ulo 124.2 de la LOE, las normas de convivencia y de conducta ser醤 de obligado cumplimiento y deber醤 concretar los deberes de los alumnos y alumnas, as como las medidas correctoras aplicables en caso de incumplimiento, tomando en consideraci髇 su situaci髇 y condiciones personales.

Reglamentariamente se establecer el procedimiento para que los centros educativos elaboren, concreten y aprueben el establecimiento de las normas comunes a todo el alumnado, as como las normas espec韋icas del aula.

CAP蚑ULO II
De los procedimientos de correcci髇 de las conductas contrarias a la convivencia

Art韈ulo 29 Medidas aplicables al incumplimiento de las normas

El Documento que recoja las Normas del centro deber recoger tambi閚 los tipos de medidas que den respuesta a las conductas contrarias a la convivencia, de conformidad con lo establecido en el art韈ulo 124.2 de la Ley Org醤ica de Educaci髇. As, desarrollar las:

  • - Medidas correctoras.
  • - Medidas reparadoras.
  • - Medidas reeducativas.
  • - Medidas preventivas.

Frente a un enfoque predominantemente punitivo-sancionador, basado en el control del alumnado y en la sanci髇 como medio fundamental de aprendizaje de las conductas correctas, los centros educativos desarrollar醤 un modelo basado en la justicia restaurativa, centrado en la rehabilitaci髇 y reeducaci髇 de los alumnos y alumnas infractores y que act鷈 no s髄o sobre sus conductas sino tambi閚 sobre sus emociones y pensamientos.

Desde la Direcci髇 General responsable de la formaci髇 del profesorado se har una oferta suficiente de actualizaci髇 y profundizaci髇 del planteamiento restaurativo, con vistas a su generalizaci髇 en los centros educativos.

Art韈ulo 30 Medidas correctoras

1. Los centros concretar醤 en su Documento de Normas las medidas correctoras que van a aplicar en la gesti髇 de las conductas contrarias a la convivencia, en funci髇 de su gravedad y siempre dando prioridad a su car醕ter educativo.

2. Las medidas correctoras deber醤 tener car醕ter disuasorio y nunca suponer un premio o algo positivo desde el punto de vista del alumnado.

3. Estas medidas deber醤 presentarse como una consecuencia natural del comportamiento del alumno o alumna, evitando la arbitrariedad y la falta de conexi髇 con la conducta que ha originado la medida de correcci髇.

4. Los centros educativos podr醤 proponer como medida correctora la realizaci髇 de trabajos y de actividades a favor del centro educativo o de un grupo concreto de alumnos o alumnas.

5. La correcci髇 de las conductas contrarias a la convivencia se llevar siempre a cabo en el propio centro educativo. S髄o en casos excepcionales, seg鷑 lo previsto en el art韈ulo 124.2 de la LOE, se adoptar醤 las medidas de expulsi髇 o cambio de centro, debiendo comunicar de forma inmediata estas medidas a la Direcci髇 competente en materia de convivencia

6. La propuesta de cambio de centro de un determinado alumno o alumna s髄o se llevar a cabo a trav閟 de un expediente disciplinario, y ser una medida muy excepcional, aplicable s髄o en casos extremos, en los que hayan fracasado otras medidas correctoras.

Art韈ulo 31 Medidas reparadoras

Los centros educativos deber醤 incorporar en su Documento de Normas medidas reparadoras de cara a los alumnos y alumnas, siempre desde un planteamiento restaurativo.

En su elaboraci髇 se deber tener en cuenta la actuaci髇 no s髄o sobre las conductas que se quieren cambiar, sino tambi閚 sobre las emociones y sentimientos y sobre los pensamientos, buscando el lugar adecuado para llevar a cabo este trabajo.

Estas medidas deber醤 buscar, ante todo:

  • a) La aceptaci髇 de su responsabilidad por parte del alumno o alumna que hayan llevado a cabo la conducta contraria a la convivencia.
  • b) La reparaci髇 del da駉 causado, sea material o moral.
  • c) La reconciliaci髇 y recuperaci髇 de las relaciones personales deterioradas por la conducta inapropiada
  • d) La eliminaci髇 de los factores presentes en la situaci髇 origen del conflicto y que pueden ser factores importantes en la conducta del alumnado.

Art韈ulo 32 El aula de convivencia

Todos los centros dispondr醤 de un Aula de Convivencia, definida como un espacio orientado a que los alumnos/as puedan reflexionar sobre su conducta y sobre las causas por las que han sido sancionados. Esta Aula de Convivencia deber tener un objetivo educativo y no punitivo, buscando que el alumnado pueda reflexionar y cambiar su conducta agresiva o transgresora por una conducta m醩 positiva.

Reglamentariamente se regular醤 las condiciones de funcionamiento del Aula de Convivencia. El env韔 al Aula de Convivencia deber estar suficientemente justificado, y se dispondr de materiales y actividades que puedan ser utilizados por los alumnos/as que sean enviados a la misma. Tambi閚 se establecer reglamentariamente la forma de atender esta aula, con la dedicaci髇 horaria y el profesorado que sea necesario para una correcta atenci髇 de la misma.

V閍se la Res. 2/2023, de 18 de enero, de la Direcci髇 General de Innovaci髇 Educativa, por la que se dictan instrucciones que concretan la organizaci髇 y funcionamiento del Aula de Convivencia en los centros docentes sostenidos con fondos p鷅licos de la Comunidad Aut髇oma de La Rioja (獴.O.L.R. 19 enero).LE0000746070_20230119Ir a Norma

Art韈ulo 33 Medidas reeducativas y preventivas

Los centros concretar醤 en su Documento de Normas las medidas reeducativas y preventivas cuya finalidad ser la recuperaci髇 del alumno o alumna en el autocontrol de su conducta, la potenciaci髇 de su autonom韆, su reeducaci髇 y su adecuada inserci髇 en el grupo de clase.

El Documento de Normas del centro reforzar la prevenci髇 y el desarrollo de las competencias que hacen posible la convivencia. Para ello, y desde el organismo competente en la formaci髇 del profesorado, se facilitar la formaci髇 necesaria a los docentes para que puedan incorporar estos nuevos planteamientos a su labor en el aula y en el centro.

CAP蚑ULO III
La gesti髇 del aula

Art韈ulo 34 El desarrollo de competencias profesionales para la gesti髇 del aula

En el Plan de Convivencia se recoger醤 las actuaciones puestas en marcha para lograr una buena gesti髇 del aula. Los centros deber醤 plantearse el desarrollo de las competencias profesionales necesarias para una buena gesti髇 del aula, que deber醤 tener en cuenta los tres elementos presentes siempre en la acci髇 docente:

  • a) Las relaciones interpersonales: clima de aula, construcci髇 del grupo, buena comunicaci髇, gesti髇 de los conflictos, papel protagonista del alumnado.
  • b) Los elementos motores del alumnado: emociones y sentimientos, motivaci髇 del alumnado.
  • c) Los elementos internos del proceso de ense馻nza: desarrollo del curr韈ulo (contenidos, metodolog韆 y evaluaci髇), organizaci髇 del aula y del centro, normas y correcciones, formas de dar respuesta a las conductas disruptivas.

Art韈ulo 35 La orientaci髇 general de la pr醕tica docente

El centro y su profesorado deben plantearse cu醠 es la orientaci髇 general de su pr醕tica docente, analizando la mayor o menor presencia de aquellos elementos que garantizan una ense馻nza de calidad que haga muy dif韈il la aparici髇 de conductas disruptivas o contrarias a la convivencia. En concreto:

  • a) Grado en que se busca y refuerza la inclusi髇 de todo el alumnado: buscar el 閤ito escolar de todo el alumnado es la mejor prevenci髇 de las conductas disruptivas en el aula.
  • b) Buscar y asegurar el bienestar de todo el alumnado, de manera: que los alumnos y alumnas est閚 a gusto en el centro y se sientan competentes.
  • c) Establecer en el centro, como contenido expl韈ito en el curr韈ulum, la educaci髇 en valores, para hacer del centro educativo una escuela capaz de afecto, comunicaci髇 y cooperaci髇.
  • d) Introducir tambi閚 en el curr韈ulum la ense馻nza de las habilidades prosociales y la gesti髇 pac韋ica de conflictos.
  • e) Constituir equipos consolidados y coherentes por parte del profesorado, que garanticen un trabajo eficaz para el aprendizaje del alumnado.

Art韈ulo 36 Necesidad de comprender lo que sucede en el aula

Para ser eficaz en la gesti髇 del aula es necesario comprender qu es lo que est pasando en ella, como paso previo para llevar a cabo acciones de respuesta a esas situaciones. Se trata de revisar cu醠es son las percepciones, la visi髇 y las ideas, para, posteriormente, poder actuar en consecuencia.

Por ello, el profesorado deber plantearse y analizar las siguientes situaciones

a) Las conductas del alumnado en el aula, sin mezclar presunciones ni intenciones.

b) Las causas por las que hacen lo que hacen, ya que las conductas suelen ser s韓tomas y manifestaciones de otras necesidades socioemocionales que es preciso descubrir e identificar.

c) Las consecuencias, para qu hacen lo que hacen. Las conductas se mantienen porque suponen alg鷑 beneficio para el alumno/a, que es preciso buscar.

d) El contexto donde las hacen, ya que no siempre se comportan as y hay momentos y lugares donde aparecen estas conductas que no mantienen en otro contexto.

T蚑ULO V
La participaci髇 y el protagonismo del alumnado en la gesti髇 de la convivencia

CAP蚑ULO I
La organizaci髇 de la participaci髇

Art韈ulo 37 Promoci髇 de la participaci髇

Desde los centros educativos se promover la participaci髇 activa de los alumnos y alumnas. El Plan de Convivencia incorporar pr醕ticas y estrategias espec韋icas que faciliten y fomenten la participaci髇 del alumnado.

La participaci髇 deber aplicarse como un proceso que se va desarrollando de manera progresiva, adaptando sus caracter韘ticas a la edad y realidad que viven los alumnos y alumnas en el centro.

Art韈ulo 38 La construcci髇 de los distintos elementos de participaci髇

Para un adecuado trabajo del modelo de participaci髇, los centros educativos incorporar醤 en su Plan de Convivencia el desarrollo de los siguientes elementos de participaci髇, concretando las estructuras necesarias, los tiempos y responsables de llevarlos a cabo.

a) La informaci髇: el centro educativo facilitar la informaci髇 necesaria a trav閟 de los medios que considere necesarios, con el 鷑ico l韒ite de la protecci髇 de los datos personales. Dise馻r los soportes verbales, inform醫icos e ic髇icos que considere necesarios para garantizar un alto nivel de informaci髇, en funci髇 de la edad del alumnado.

b) La opini髇: el centro planificar y pondr a disposici髇 del alumnado, en funci髇 de su edad, los medios para recoger la opini髇 sobre aquellos temas que les afecten, sea a trav閟 de figuras personales y de sus representantes, sea a trav閟 de buzones u otras formas digitales que se consideren oportunas y eficaces.

c) La toma de decisiones: organizar los procedimientos para que el alumnado pueda acordar y decidir lo que quiera que se lleve a la pr醕tica, de manera que, en funci髇 de su edad, pueda estar presente en las decisiones importantes que afectan a la vida del centro.

d) La ejecuci髇, supervisi髇 y evaluaci髇: para comprobar c髆o se llevan a cabo los procesos, se supervisa la aplicaci髇 de los acuerdos, los logros conseguidos y los aspectos que sea necesario mejorar.

Art韈ulo 39 El impulso de la participaci髇 del alumnado

1. El centro educativo deber promover la participaci髇 del alumnado en los centros. El profesorado deber programar y llevar a cabo actividades de fomento de la participaci髇, siempre teniendo en cuenta la edad de su alumnado, a trav閟 de la actividad acad閙ica, las tutor韆s y las actividades complementarias y extraescolares, y tambi閚 a trav閟 de la representaci髇 del alumnado mediante los delegados de clase, la creaci髇 y composici髇 de la Junta de Delegados en el centro y los representantes del alumnado en los Consejos Escolares.

2. Para ello, el profesorado tendr en cuenta y programar c髆o fomentar las distintas dimensiones de la participaci髇:

  • a) La motivaci髇: despertar en el alumnado el QUERER participar, conectando con sus intereses y haci閚dole vivir su utilidad.
  • b) La formaci髇: ense襻ndole a SABER participar, c髆o participar en las reuniones, c髆o practicar la escucha activa y otras competencias para saber participar.
  • c) La organizaci髇: para PODER participar, poniendo en marcha las estructuras necesarias que hagan posible la participaci髇 real y efectiva del alumnado, en funci髇 de su edad y caracter韘ticas.

3. El Plan de Convivencia recoger c髆o implantar estas orientaciones. Para ello ser necesario introducir en el funcionamiento diario del centro, entre otros, las siguientes estrategias:

  • a) Asambleas de clase
  • b) Programas de alumnado-ayudante
  • c) Trabajo cooperativo
  • d) Otras estrategias de participaci髇

Art韈ulo 40 La participaci髇 de las familias en la vida del centro

El Plan de Convivencia del centro deber incluir medidas que fomenten la participaci髇 de las familias en la vida del centro, a trav閟 de las Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado, y de la puesta en pr醕tica de otras formas de representaci髇 que garanticen una participaci髇 de calidad a las familias.

CAP蚑ULO II
Los programas de alumnado ayudante

Art韈ulo 41 El alumno/alumna ayudante

El alumno/a ayudante se define como un miembro de la red de ayuda creada en el centro educativo, para la promoci髇 de la comunicaci髇 y de la mejora de las relaciones del alumnado entre s.

Estos alumnos y alumnas deber醤 recibir formaci髇 espec韋ica en resoluci髇 de conflictos y en formas de ayuda, y tendr醤 que estar pendientes de la convivencia en el grupo, apoyando a quienes lo necesiten en situaciones de dificultad acad閙ica o personal, gozando de la confianza de los compa馿ros y compa馿ras.

Art韈ulo 42 Protocolo de intervenci髇 de alumno/alumna ayudantes

El alumno o alumna ayudante deber intervenir en las siguientes ocasiones:

  • a) Situaciones de aislamiento o rechazo de alg鷑 alumno o alumnas
  • b) En enfrentamientos entre miembros del grupo que no incluyan agresiones f韘icas.
  • c) En conductas y actitudes individuales que perjudican al grupo.
  • d) Ante problemas personales de un miembro del grupo.
  • e) En casos de absentismo.
  • f) En aquellas otras situaciones que considere necesario actuar el equipo de ayuda.

Una vez detectada una situaci髇 en la que tenga que intervenir el alumno o alumna ayudante, ejercer funciones de detecci髇 y prevenci髇, de acogida de quien lo necesite, de facilitaci髇 y divulgaci髇 y, si fuera necesario, de derivaci髇 hacia otras instancias escolares que se considere necesario.

Art韈ulo 43 Selecci髇 y compromisos del alumnado ayudante

Los centros establecer醤 la forma de selecci髇 de los alumnos y alumnas que quieran participar en este programa de ayuda entre iguales y la har醤 p鷅lica en su Plan de Convivencia.

La participaci髇 del alumnado implicar la aceptaci髇 de los siguientes compromisos:

  • a) Recibir la formaci髇 te髍ico-pr醕tica necesaria para el ejercicio de sus funciones.
  • b) Participar en las reuniones que se programen para la planificaci髇 y seguimiento del programa.
  • c) Mantener, como m韓imo, su compromiso de trabajo durante el curso escolar en el que se hayan incorporado al programa.

T蚑ULO VI
El desarrollo de las competencias que hacen posible la convivencia positiva

CAP蚑ULO I
El desarrollo de la inteligencia interpersonal

Art韈ulo 44 Competencias necesarias para la convivencia

M醩 all de planteamiento reactivos como respuesta a las situaciones de quiebra de la convivencia, la preocupaci髇 fundamental de todo educador o educadora debe ser la capacitaci髇 y el desarrollo de aquellas habilidades y competencias que hacen posible convivir en paz y crear una aut閚tica comunidad educativa.

Por ello, en el Plan de Convivencia esta tarea debe estar incluida con car醕ter preferente, concretando la forma en que se van a trabajar estas habilidades y competencias, teniendo en cuenta la edad del alumnado y las circunstancias espec韋icas de cada centro educativo.

El Plan de Convivencia que elaboren los centros deber tener presentes los siguientes elementos que definen la inteligencia interpersonal:

  • a) El elemento cognitivo: hacer un buen uso de los distintos tipos de pensamiento.
  • b) El elemento emocional: gestionar adecuadamente las emociones.
  • c) El elemento social: adquirir y poner en pr醕tica las habilidades sociales.
  • d) El elemento 閠ico: orientar la conducta desde los valores 閠icos y morales imprescindibles para una buena convivencia.

Los cuatro elementos son necesarios e imprescindibles, y deben ser recogidos y planificados desde el centro educativo para una buena gesti髇 de la convivencia positiva.

Art韈ulo 45 Trabajo de la inteligencia interpersonal

Todos los centros deben incluir en su Proyecto Educativo y en su Plan de Convivencia c髆o implantar las cuatro competencias necesarias para la convivencia positiva.

Anualmente, los centros deber醤 concretar en su Plan General de Actuaci髇 (PGA) las actuaciones que se van a llevar a cabo para garantizar que todos los alumnos y alumnas trabajan y desarrollan estas habilidades, imprescindibles para una buena convivencia.

Reglamentariamente la Consejer韆 competente en materia de educaci髇 establecer la forma de llevar a cabo este trabajo, tanto en el curr韈ulo ordinario como en la labor tutorial de los centros.

T蚑ULO VII
El desarrollo del trabajo en los centros para elaborar su Documento de Convivencia

CAP蚑ULO I
Propuestas de trabajo

Art韈ulo 46 Programaci髇 del trabajo a favor de la convivencia positiva

Los equipos de profesores/as deber醤 tomar decisiones respecto de los puntos se馻lados que consideran m醩 necesarios para el trabajo de la convivencia en el propio centro, estableciendo prioridades en funci髇 de su importancia y necesidad.

Los centros desarrollar醤 su propio Plan de Convivencia, que recoja las l韓eas de trabajo, las prioridades y la concreci髇 de las diversas actividades para su puesta en pr醕tica, se馻ladas en el articulado de este Decreto.

Reglamentariamente, la Consejer韆 competente en educaci髇 establecer las pautas de trabajo que deban seguir los centros curso por curso, para garantizar la eficacia de este proceso.

Art韈ulo 47 El an醠isis de las necesidades respecto del nivel de trabajo de la convivencia en el centro

Antes de elaborar el Plan de Convivencia, el centro educativo realizar un diagn髎tico de la situaci髇 de la convivencia, en el que se identifiquen aquellos aspectos que funcionan de manera adecuada y que, por ello, sea necesario mantener y potenciar, as como aquellas acciones que necesitan ser mejoradas y planificar c髆o hacerlo.

Desde la Administraci髇 educativa, se facilitar醤 diversos modelos para su realizaci髇.

El Plan de Convivencia recoger las conclusiones respecto de la situaci髇 de la convivencia en el centro y fijar los objetivos concretos que se pretenden conseguir con el desarrollo del Plan y concretar tambi閚 las acciones que se van a llevar a cabo y los responsables de las mismas.

Este proceso continuar y se mantendr a lo largo del curso y de un a駉 para otro.

Art韈ulo 48 Formaci髇 del profesorado y de las familias para el trabajo de la convivencia

Para el desarrollo y elaboraci髇 del Plan de Convivencia, la Administraci髇 Educativa elaborar y pondr en pr醕tica un plan de formaci髇 dirigido de manera espec韋ica a los equipos directivos, al personal docente y dem醩 personal que trabaje en los centros educativos.

La oferta de formaci髇 ser polivalente, y se garantizar que todas las personas puedan acceder a la misma en funci髇 de sus necesidades, en relaci髇 con la elaboraci髇 y adaptaci髇 de las propuestas relacionadas con la convivencia.

Desde la Direcci髇 General competente en materia de formaci髇 del profesorado se ofrecer醤, con car醕ter trimestral, las acciones de formaci髇 que se consideren necesarias para que el profesorado y dem醩 miembros la comunidad educativa puedan planificar y poner en pr醕tica las actuaciones previstas en el presente Decreto.

Para ello, y desde la propia Direcci髇 General competente en materia de formaci髇 del profesorado, se constituir un equipo de trabajo espec韋ico dedicado a la organizaci髇 e impartici髇 de la formaci髇 necesaria y que tendr, a la vez, funciones de asesoramiento a los responsables de convivencia de los centros.

Se ofrecer tambi閚 a las familias, a trav閟 de sus organizaciones m醩 representativas, la formaci髇 que se considere necesaria, buscando su mayor implicaci髇 y corresponsabilidad en la implantaci髇 del trabajo de la convivencia en los centros educativos.

Art韈ulo 49 Coordinador o coordinadora de convivencia, bienestar y protecci髇 del alumnado en todos los centros de ense馻nza

En todos los centros de ense馻nza habr personal docente que se responsabilizar del trabajo de la convivencia y de la organizaci髇 de las actividades para su fomento y desarrollo, as como de la protecci髇 frente a formas de violencia y promoci髇 del bienestar emocional del alumnado. Asimismo, ser el encargado de la elaboraci髇 de informes sobre la evoluci髇 de la convivencia en los grupos y la propuesta de actividades para el trabajo.

En funci髇 del n鷐ero de grupos y unidades, el coordinador o coordinadora de convivencia, bienestar y protecci髇 del alumnado tendr una reducci髇 horaria de su carga lectiva, entre tres y nueve horas. Reglamentariamente se establecer el procedimiento para su elecci髇, formaci髇 y requisitos necesarios, y su vinculaci髇 con los 髍ganos de direcci髇 y coordinaci髇 del propio centro.

Art韈ulo 50 El Observatorio Auton髆ico de la Convivencia

1. El Observatorio de convivencia se define como un 髍gano colegiado para el an醠isis, estudio y promoci髇 de la convivencia, de conformidad con lo establecido en los art韈ulos 17 y 18 de la Ley 3/2003, de 3 de marzo, de Organizaci髇 del Sector P鷅lico de la Comunidad P鷅lica de La Rioja.

2. El Observatorio de convivencia depender directamente del titular de la Consejer韆 con competencias en materia educativa y ser el 髍gano encargado de la elaboraci髇 de estudios e informes sobre la situaci髇 general de la convivencia en la Comunidad Aut髇oma, de manera que sea posible llevar a cabo estudios seriados sobre la evoluci髇 de la situaci髇 a lo largo de los a駉s.

3. Ser醤 funciones del Observatorio:

  • a) Actuar como 髍gano de asesoramiento, an醠isis y propuestas de actuaci髇 relativas a los conflictos de convivencia en los centros escolares.
  • b) Formular recomendaciones y propuestas tendentes a mejorar la convivencia, evitando su deterioro en los centros educativos.
  • c) Elaborar informes y estudios sobre la incidencia de la violencia en los centros educativos.
  • d) Difundir buenas pr醕ticas educativas favorecedoras de la convivencia positiva en los centros escolares.
  • e) Promover la colaboraci髇 entre todas las instituciones implicadas en materia de convivencia escolar.
  • f) Cuantas otras actuaciones le sean encomendadas para el mejor cumplimiento de sus fines.

4. El Observatorio ser presidido por el Consejero o Consejera con competencias en Educaci髇, y contar con las siguientes personas:

  • a) La persona titular de la Direcci髇 General encargada de la gesti髇 de la convivencia, que actuar como vicepresidente.
  • b) La persona titular de la Direcci髇 General con competencias en la gesti髇 de los centros educativos.
  • c) La persona que ostente la presidencia del Consejo Escolar Auton髆ico.
  • d) La persona que ejerza la jefatura del servicio de inspecci髇, m醩 otra representante de este servicio.
  • e) Tres representantes de la direcci髇 de los centros educativos, correspondientes a los niveles de infantil, Primaria y Secundaria, propuestos por las organizaciones de directores/as de los niveles educativos.
  • f) Un representante de la direcci髇 de centros de la red privada concertada, a propuesta de las organizaciones titulares.
  • g) Tres representantes de las organizaciones sindicales con mayor representatividad en el 醡bito educativo del sector p鷅lico.
  • h) Un representante de las organizaciones sindicales con mayor representatividad en el 醡bito educativo del sector privado concertado.
  • i) Tres representantes de las Asociaciones de Madres y Padres, AMPAS, correspondientes al sector p鷅lico.
  • j) Un representante de las Asociaciones de Madres y Padres, AMPAS, correspondientes al sector privado concertado.
  • k) Dos personas de reconocido prestigio que hayan trabajado en el 醡bito de la convivencia positiva, a propuesta de la presidencia del Observatorio.

5. La Secretar韆 del Observatorio ser ejercida por una persona funcionaria de carrera del grupo A, de la Consejer韆 competente en materia de educaci髇, que actuar con voz, pero sin voto. En caso de ausencia, vacante o enfermedad, podr ser sustituido por otra persona de igual titulaci髇, perteneciente a la Direcci髇 General responsable de la gesti髇 de la convivencia.

6. Para el cumplimiento de sus funciones, el Observatorio de Convivencia podr requerir el asesoramiento que estime necesario de otros 髍ganos y servicios, as como de personas de otras Consejer韆s u Organizaciones relacionadas con la educaci髇 en la Comunidad Aut髇oma de La Rioja.

Disposici髇 adicional 鷑ica Centros docentes privados concertados

La aplicaci髇 de aquellos preceptos relativos a las competencias de los 髍ganos colegiados y unipersonales se adaptar醤 a la organizaci髇 interna de dichos centros, de conformidad con lo dispuesto en los art韈ulos 54 y siguientes de la Ley org醤ica 8/1985, reguladora del derecho a la educaci髇.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Disposici髇 transitoria primera Adaptaci髇 del Plan de Convivencia

Los centros dispondr醤 de un periodo de cinco a駉s, a partir de la publicaci髇 de este Decreto, para ir desarrollando su Plan de Convivencia, que recoja las l韓eas de trabajo, las prioridades y la concreci髇 de las diversas actividades para su puesta en pr醕tica, de acuerdo con lo dispuesto en este Decreto. La Consejer韆 de Educaci髇 establecer un calendario de convocatorias de formaci髇 y elaboraci髇 de los nuevos documentos para todos los centros, para que puedan llevar a cabo esta adaptaci髇.

Durante este per韔do transitorio, los centros aplicar醤 sus vigentes reglamentos, procurando su adaptaci髇 y sustituci髇 progresiva por los nuevos planteamientos recogidos en este Decreto.

Disposici髇 transitoria segunda Procedimientos correctores en tramitaci髇

Los procedimientos iniciados con anterioridad a la entrada en vigor de este decreto continuar醤 su tramitaci髇 de acuerdo con lo dispuesto en el Decreto 4/2009, de 23 de enero, por el que se regula la convivencia en los centros docentes y se establecen los derechos y deberes de sus miembros, si bien, se aplicar醤 las correcciones establecidas en este decreto cuando fueran m醩 favorables para el alumnado autor de la conducta.

Disposici髇 derogatoria 鷑ica Derogaci髇 normativa

Queda derogado parcialmente el Decreto 4/2009, de 23 de enero, por el que se regula la convivencia en los centros docentes y se establecen los derechos y deberes de sus miembros, permaneciendo vigente el T韙ulo VII del referido Decreto.LE0000350198_20220604enlaceLE0000350198_20220604Ir a Norma afectada

Asimismo, queda derogada la Orden 26/2009, de 8 de septiembre, por la que se regula el procedimiento para la elaboraci髇 y aprobaci髇 del Plan de Convivencia de los centros docentes no universitarios de la Comunidad Aut髇oma de La Rioja.

En la medida que vayan public醤dose las normas de desarrollo reglamentario, quedar醤 derogadas todas aquellas normas de igual o inferior rango, cuyo contenido se oponga a lo establecido en el presente Decreto sin perjuicio de lo dispuesto en las Disposiciones Transitorias Primera y Segunda del presente Decreto.

Hasta tanto no se produzca el desarrollo reglamentario completo de este Decreto, la anterior normativa tendr car醕ter supletorio y mantendr su vigencia como normativa para los centros.

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DISPOSICIONES FINALES

Disposici髇 final primera Habilitaci髇 normativa

Se autoriza al titular de la Consejer韆 competente en materia de educaci髇 para adoptar cuantas medidas sean necesarias para el desarrollo y aplicaci髇 de lo dispuesto en el presente Decreto.

Disposici髇 final segunda Entrada en vigor

El presente Decreto entrar en vigor el d韆 siguiente al de su publicaci髇 en el Bolet韓 Oficial de La Rioja.